Mi Señor, nuestra victoria se acerca...aquel niño es mucho mas débil de lo que creí, será cuestión de jugar un rato con el, enamorarlo y después...destruirlo.
Pero para ello necesito su ayuda gran maestro, pese a que será fácil vencerlo el único obstáculo que se me presenta es que el lee mi mente.
Eso no será ningún problema, Gabriel...la habilidad de ese niño aún no esta desarrollada. Te he enseñado bien como ocultar tus pensamientos.
Pero... ¿Eso será suficiente, mi Señor?
Harás lo que te diga, ahora continúa con el plan y destruye a ese demonio.
Disculpe mi insolencia, no volverá a ocurrir.
---
Me aleje de ese lugar, ahora mas que nada tenía que destruir a Laharl, me había sido confiada esa tarea y no podía perder.
Volví al lugar en donde encontré al principe por primera vez, sorprendentemente el estaba ahí de nuevo. Antes de acercarme a el hice lo que mi Señor me ordeno, oculte mis pensamientos, y no deje que notara mi plan.
-¿De nuevo te has escapado de los guardias?
-¿Tienes algún problema con eso...Ga-by-chaaan?
-¡¿Cómo me has dicho, mocoso?!
Su insolencia, y mi paciencia estaban llegando al límite, deseaba destruirlo en esos momentos, pero debía recuperar la calma, y claro no dejarme llevar por el.
-Te estas vengando de cómo te dije ayer, ¿verdad?
-Nop, Gaby-chan-y sonrió ampliamente
-Ahh...esta bien, pero...- me puse en cuclillas a su lado-¿siempre te andas escapando de tu casa?
-Solo a veces
-¿Y eso esta bien?
-Mmmm... ¿tengo que preocuparme por si esta bien o esta mal?
-Tu papá debe estar preocupado por ti.
-No, no lo creo, esta mañana me he levantado y el no estaba, así que no creo que este preocupado, y tu ¿Estas preocupado por algo?
-Pues...me preocupa que andes vagando solo por estos lugares.
-¿Acaso hay mas arcángeles dispuestos a vencerme en nombre de su señor?
De nuevo su comentario me dejo sin palabras... ¿no servía ocultar mis pensamientos? ¿Acaso el seguía sabiendo mis intenciones?
Laharl se acerco mas a mi, y antes de que pudiera decir algo se acurruco en mi pecho.
-Si sabes mis intenciones, ¿Por qué no huyes de mí?-le pregunte con un claro dejo de molestia.
-Por que esa no es "tu" misión, no es lo que realmente quieres.
-Y según tu... ¿entonces que quiero?
-Lo que todo el mundo quiere...ser querido por alguien.
-------------------------
Al anochecer regrese al castillo, papá aun no había regresado, en su lugar estaba Alverno, el mas "fiel" amigo de papá. Al parecer estaba discutiendo con otros demonios, me acerque más para poder oír la conversación, aunque tuve que ocultarme bien.
-¿Ahora que haremos, Alverno?... ¿le diremos al príncipe?
-No seas idiota, al fin tenemos el camino libre, debemos tomar nosotros el trono.
-¿Qué haremos con el niño?
-No hay de que preocuparse, un arcángel esta detrás de el creyendo que es el heredero, así que el trabajo ya esta hecho.
No quise seguir escuchando la conversación, si querían el reino para si solos, la guerra nunca iba a terminar. Deseaba enfrentarme a ellos, se que puedo vencerlos, pero por ahora dejare que sigan con su plan...terminaran matándose los unos a los otros por obtener el poder absoluto.
Papá los había dejado a ellos al mando, tal vez ese era su plan...haría lo que sea con tal de que yo nunca heredara su puesto.
Esa noche decidí no regresar a mi habitación, me quede en la sala de estar contemplando la gran chimenea que poseíamos, podía tocar el fuego sin quemarme.
Como si ya estuviera todo programado detrás de mí apareció Gabriel, justo como en la noche anterior me rodeo con sus brazos ¿Qué quería lograr?... ¿Por que no peleábamos de una vez y terminamos con todo esto?
No me moví de mi lugar, no le dije nada...el silencio fue roto con un susurro de su voz...un susurro en donde no pude notar la mentira
-Te quiero mucho, Laharl