Capítulo 2 No hables lo que no debes...
Draco y Harry seguían en lo suyo, besándose al desborde, luchando por ser el dominante de la situación... atrás había quedado esa absurda pelea... pero...
-No estaba pololeando con Ginny- el típico remordimiento de conciencia, la poca que le estaba quedando.
-Draco detente- tratando de zafarse.
-No lo haré- continuando con la camisa.
-¿Cómo fue que llegamos a esto?
-Detente.
-Alguien sorpresivamente abre la puerta.
-¿Qué está pasando aquí?- pregunta Snape.
-Padrino- dice Draco levantándose encima de Harry.
-Profesor Snape- rayos la mala pata, ahora castigado hasta que termine Hogwharts, qué hice Dios para merecer esto...
-Estábamos limpiando como usted dijo- se apresuró a decir el rubio.
-Limpiándole los labios y sacándole la camisa a Potter, pero que trabajo más laborioso, más bien limpieza- dice con sarcasmo.
El moreno intenta caminar cuando se resbala con un resto de jabón que estaba en el suelo y cae una botella en su boca... lamentablemente estaba abierta, lamentablemente la poción que lo condenaría.
-Dígame Sr. Potter es cierto lo que dice Malfoy.
-No- responde espontáneamente.
-¿Qué fue lo que estaban haciendo entonces?- paseando de un lado a otro.
-Estábamos besándonos- se tapó la boca- maldición pensó para a sus adentros, no porqué yo.
-¿Quién fue el que provocó todo esto?
-Malfoy- ahora si que era hombre muerto, o más bien adolescente muerto, si Ginny se enteraba de esto lo mandaría a freir monos a al África y Draco antes lo mataría y ni siquiera podría salvar al mundo mágico de Voldemort.
-Potter, no hables lo que no debes- dijo malfoy con una mirada claramente de pocos amigos.
-Que no diga qué, Malfoy.
-Cosas que no vienen al caso.
-Suena interesante, hay algo más que no se haya dicho, Potter.
-Nada más profesor.
-Como veo no han hecho nada de lo que yo les pedí, en consecuencia cancelaré sus salidas a Hogsmade durante un mes- levantó la mano al notar que Draco iba a reclamar- sin excepciones.
-Esta me las pagarás Potter, ya lo verás.
-No te tengo miedo Malfoy, cuando quieras ajustamos cuentas.
-Te espero mañana en el campo de quiddith, esto no se quedará así- antes de irse besa fugazmente en los labios al moreno.
Harry se queda como embobado viendo cómo se iba ese Draco que desconocía por completo... maldita veritaserum, ahora tengo un duelo, castigado por un mes, un profesor que me odia y una novia a quien debo inventar una excusa por mi retraso... trágame tierra si pudieras...
Y ahora qué haría... pues regresó a la sala común de Gryffindor.
-Hola amigos.
-Harry estás pálido, ¿te hizo algo el hurón?
-Nada que no le haya pedido- maldición debería frenar sus palabras o sino quedaría hasta sin consuelo.
-¿Qué dijiste?, cuéntame- dice Ginny.
-Estábamos en el aula de Pociones, comenzando a limpiar, Malfoy me provocó diciendo que yo no tenía experiencia y él era un sabio , entonces caímos al suelo peleándonos y luego...
-¿Luego qué?... con una venita en la frente.
-Nos besamos- dijo casi en un susurro.
-¿Qué besaste a quién?... repite lo que dijiste.
-Malfoy y yo nos besamos en el aula de Pociones y si Snape no entra habríamos tenido sexo- completó la frase para luego taparse la boca.
-Harry James Potter Evans vete al infierno- lo abofeteó y se fue llorando al cuarto de chicas.
-Esta si que no la pasará por alto- dice Hermione.
-Maldita veritaserum, porqué tenía que beber esa poción...
-Ron... escucha...
-Ya escuché suficiente, si no quieres a mi hermana quédate con el hurón, pero olvídate que existo- se levantó y se fue a su cuarto.
Harry estaba más solo que la una, con un duelo con su peor enemigo, más bien el segundo, un amigo que lo detesta, una novia amargada y el recuerdo en su piel de ese demonio que le había arebatado la poca paz que conservaba.
No juegues con fuego, no hables lo que no debes... deberás aprender a mantener la boca cerrada sino quieres perder más de lo que ya has perdido.
Snape se aprovechó de la poción, Ginny también, estaba perdido, ahora si le preguntaban qué era Draco para él... le diría quizás... besa muy rico, quiero tenerlo para mí... me gusta...
Oh no, ahora si que se iba a acabar el mundo, no podría dormir esta noche pensando en el Slytherin, en su ex-novia y en su amigo pelirrojo herido.
No de bería jugar con fuego o se quemaría... la mecha se había encendido y no podía sacarse de la cabeza a Draco... si no lo besaba moriría de ansiedad.
Para dejar de pensar estupideces, según él, salió a dar una vuelta por los pasillos de hogwharts sin su capa de invisibilidad- vaya descuido.
Vaya iluso, no sabía quien lo esperaba a la vuelta del pasillo.
-Potter, desobedeciendo las reglas como siempre- dice el rubio arrastrando las palabras.
--Malfoy, no te metas donde no te llaman.
-¿Es una amenaza?, huy que miedo- dice con ironía.
Podría ser peor su día, estaba que creía tener una maldición.
-Mañana te haré polvo, Potter, por no mantener tu boca cerrada.
--Vete al demonio- se intenta ir.
El rubio lo toma del brazo fuertemente y lo estampa contra la pared plantándole un beso de esos que dejan sin aire.
-No juegues con fuego, Malfoy- recobrando el aliento.
-Jugaremos hasta que me canse, buenas noches.
Harry avanzó unos pasos, pero resbaló con un casco que estaba tirado en el piso, cayendo encima de Draco, luego para rematar una tabla de madera cayó desde una repisa dejando a un moreno inconsciente, sobre su ex nemesis.
¿Podría ser peor?...
continuará...