XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
CAPITULO 13
Consecuencias de subestimar
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
No habían pasado ni diez minutos que se quedaron Victoria y Verónica juntas cuando la pelinegra tomando a la otra fuertemente del brazo la llevo de rastras al edificio del colegio
-Estoy esperando a Abraham- reclamaba molesta la pelirroja luchando para no dejarse llevar por la otra, había varios alumnos todos le dedicaban miradas curiosas pero ninguno intervenía
-El nos alcanzara después- le indico Victoria luego de subir unas escalera
-No sabe donde queda- grito casi histérica la otra ya que por mucho que luchaba el resultado era el mismo y no quería ir a ningún lado con Kimbesil
-Joel le dirá- ¿Joel? De cuando acá eran tan amigos los capitanes, algo andaba mal Abraham no soportaba al otro moreno
-bienvenida señorita Salas- Salí de mis meditaciones al escuchar la voz del director dirigida a mi, habíamos entrado en un salón grandísimo, menos que el comedor principal pero igual de imponente, una gran mesa con formas onduladas estaba en el centro un gran mantel rojo la cubría y estaba repleta de puros mangares –siéntense por aquí- la chica siguió al director y se sentó donde le indicaba, junto al asiento de Victoria para su mala suerte
-Para que este más a gusto siéntese junto a la señorita Kisberth que ya conoce- ¿más a gusto? Ese comentario casi hace reír a la chica a carcajadas, la pelinegra sonrió como si hubiera escuchado o imaginándose lo que pensó la otra y la presento a todos para luego seguir hablando con algunos compañeros que se encontraban ahí, había que admitir que Victoria se sabia desenvolver muy buen en grupos, les prestaba atención a todos y hacia comentarios inteligentes sobre cualquier tema que salía a colación, Verónica había participado muy poco ya que se sentía incomoda
Después de comer el plato principal algunas personas se marcharon momento que considero perfecto para hacerlo ella también
-No te pensaras marchar ¿verdad Salas?- la pelinegra había hablado apenas la chica se había movido en su asiento, ni siquiera se había parado –Después de todo esta reunión es para ustedes así el director no lo haya dicho abiertamente ¿no esta de acuerdo conmigo profesora Demius?- la profesora asistió y la chica dijo en voz baja que no pensaba ir a ningún sitio “ojala tuviera cianuro para echarle a la comida de su “querida compañera”
Media hora y los profesores no se marchaban, Kimbesil dejo de hablar con ellos y se acerco a la chica
-Prueba- le ordeno Victoria colocando frente a su cara un pedazo de torta decorada con chocolate blanco y una cereza roja
-No quiero- dijo cortante Verónica molesta de haber sido llevada a la fuerza ahí y no poder marcharse
-No me obligues…- la amenaza quedo latente, sabia que Victoria era capaz de hacer cualquier cosa pero que debía ¿complacerla en todo?
-No se con quien crees que estas hablando pero a mi no me amedrentas- pelinegra acaricio el rostro de la chica que se tiño de rojo y miro asustada al grupo de profesores
-Por que no aceptas que te gusto- le susurro sensualmente Victoria inclinándose un poco hacia ella
-Por que no es cierto puede que me ponga roja pero no confundas, lo único que me das es asco y deberías rendirte por que por mucho que lo intentes no lograras nada conmigo, no puedes hacer nada al respecto- dijo duramente Verónica, la otra chica guardo silencio y se comió el trozo de pastel, por un momento la pelirroja se lamento el decirle aquello, pero al ver la sonrisa sádica de la pelinegro se asusto
-Probemos- fue lo único que dijo la pelinegra dejando caer se tenedor e inclinándose a recogerlo, Verónica la vio meterse bajo el mantel rojo nerviosa, no sabia que tramaba
-¿Qué haces? sal de ahí- Murmuro molesta la chica
-No te pongas nerviosa- escucho la voz juguetona de la otra chica debajo de la mesa que causo el efecto contrario, la pelirroja intento pararse pero noto dos manos tomándola por los tobillos –Compórtate recuerda que todos pueden verte- susurro entre risas Victoria
Verónica paso la mirada por todos los ahí presentes, al parecer nadie se había dado cuenta que la otra chica se había metido bajo la mesa, pero era cierto no podía hacer ruido ya que estaban cerca y se puso tensa al sentir una mano subir por su pierna, era una exploración, una caricia dulce y prometedora
-N..no lo ha gas- mas que una orden segura su voz fue un ruego entrecortado a la vez que cerraba fuertemente las piernas
-Solo disfrútalo-sintió como delicadamente le quitaba un zapato, intento resistirse e intento patearla pero la chica golpe ruidosamente la mesa, todos se voltearon a verla y los colores le subieron a la cara así que se quedo tranquila y su otra zapatilla fue apartada, la soltó para luego con firmeza y suavidad pasar su mano por la pierna derecha, una opresión lleno su estomago y un calor la recorrió entera concentrándose en su feminidad, la mano de la chica recorría toda su piernas por delante por detrás encantada por su perfección y dermis aterciopelada, subió hasta sus rodillas adelantándose dos centímetros y retrocediendo uno, Verónica ya no era centro de atención pero algunas personas aun la miraban
-P…por faa..vor- no reconocía su voz, estaba asustada y excitada, trato de apartase de nuevo pero no pudo, Victoria sonrió debajo de la mesa
-No puedes huir de mi, ni negar lo que sientes- llego al limite de la falda la chica empezó a temblar al sentir unos dedos traviesos en el final de la prenda
-NO- grito sin poder evitarlo, algunas personas voltearon a verla, la chica trato de parecer normal disculpándose por su impropio comportamiento, los otros presentes parecieron aceptarlo ya que volvieron a lo suyo
-Iremos mas lento- concedió la pelinegra retomando las caricias una vez pasado el peligro y con delicadeza bajo las manos recorriendo de unos centímetros sobre la rodilla hasta los tobillos, Verónica cerro fuertemente los labios para no dejar escapar un suspiro de satisfacción por el gesto
-La piel se te puso de gallina mi amor- dijo dulcemente Victoria depositando un beso un poco mas arriba de la rodilla izquierda, Verónica se sobresalto
-Tranquila- la pelinegra empezó a hacerle masajes en sus pies sobre las medias blanca que dejaban un suave olor a lavanda –no haré nada que no te guste- le quito las calcillas y mimo directamente la piel de sus extremidades inferiores, la pelirroja no pudo contener un gemido de deleite.
-Eres mía- murmuro Victoria, Verónica no tenia ni fuerza ni concentración para discutir, solo para sentir las descargas de placer que le originaba la chica cuando empezó a besarla desde las piernas y sus manos la rozaba desde los constados, ambos empezaron a subir a la par, dando atención y calor a cada espacio, rozando y jugando con la piel que temblaba al contacto, mordiendo la superficie como su fuera una fruta, un durazno tentador. Al llegar a la rodilla su boca se detuvo ahí y sus manos subieron entrado bajo la falda, la pelirroja que se había entregado al placer abrió lo ojos y con sus manos retuvo las manos de la otra que se encontraban sobre sus caderas
-NO- murmuro
-Déjate llevar mi amor- dejando escapar su respiración caliente en medio de los muslos cerrados de la pelirroja, la chica abrió la boca sorprendida del fuerte estremecimiento que la recorrió y dejo escapar sin querer una de las manos de la chica
-Señorita Salas ¿se encuentra usted bien?- Verónica alzo la vista tratando de enfocar al director entre la neblina que se había vuelto su alrededor
-Si señor no se preocupe- respondió la pelirroja toda sonrojada, su voz se escuchaba ronca, clavo sus uñas en la mano de Victoria sobre la tela de la falda como advertencia de que no hiciera nada
-Que bueno- sonrió diplomáticamente el mayor -¿donde esta la señorita Kisberth? es raro que no este con usted- el profesor uso un tono raro pero su mente no procesaba nada ya que en ese instante, aprovechándose de su descuido, Victoria metió su mano libre entre sus muslos, Verónica salto sorprendida cerrándolos a la vez que se mordía el labio inferior para retener el gemido cuando las yemas de los dedos de la chica tocaron a través del hilo que cargaba su húmeda intimidad
-Estoy bien- respondió antes que le hiciera la pregunta, su voz sonó como un jadeo y el director la veía preocupado –es solo que me duele el estomago, kimbesss… Kisberth fue a buscarme mi medicina- dijo rápidamente Verónica mientras apretaba los muslos para no dejar avanzar mas la mano de la pelinegra que solo alcanzaba a tocarla con las punta de dos dedos un roce que se volvía tortura… una placentera tortura -no se preocupe me pasa cuando como…- la pelirroja miro la mesa en busca de algo que decir –té cuando tomo té- el director la miraba desconfiado la chica se agitaba en su asiento
-¿Si quiere la acompaño a la enfermería?- insistió el director, la pelirroja volvió a sentir como rozaba su zona intima
-No, así esta bien, mi medicina me lo quita…– Verónica no resistía mas su cuerpo se convulsionaba estaba muy mojada y los constantes movimientos de los dedos de Victoria no ayudaban a retener su agitación - …yo espero a Kisberth- el señor sonrió ante esto como si por fin entendiera todo
–Jóvenes gomalazos, esta bien señorita Salas pero cualquier cosa me avisa- cuando el director se marcho dejo caer la cabeza a la mesa, entregándose al orgasmo, sintió como muchos líquidos bajaban y los dedos de Victoria jugaban con ello, estaba muy sonrojada, cansada y… satisfecha, pero la bruma de la pasión se aclaraba y los pensamientos racionales volvían a ella
-¿Qué e hecho?- murmuro aterrorizada, trato de pararse pero Victoria se lo impidió, se altero mas al sentir aun la mano de la otra entre su piernas –Suéltame- reclamo Verónica pero con voz abatida y empezó a moverse desesperada
-Tranquila que nos descubrirán- regaño la pelinegra
-Ya no me importa- dijo un poco más alto la otra
-Me voy a salir Verónica- le explico con calma a la otra retirando su mano de donde la tenia -pero no te vayas y quédate quieta tengo que ponerte las medias y los zapatos a menos que quieras salir así- pero al sentir de nuevo la piel de la otra sobre la suya salto hacia a tras con todo y silla
-Yo me las pongo, no necesito tu ayuda- gruño
-Esta bien ya salgo vigila que nadie vea- la otra acepto mirando alrededor nadie le prestaba atención veían a uno de los profesores que hacia un show producto de unos tragos de mas
-Ahora- Victoria salio de debajo de la mesa con mucho cuidado prestando atención que nadie la viera
-Verónica- dijo ya segura, la pelirroja no le presto atención se colocaba las medias y zapatos lo mas rápido posible –Ahora no puedes decirme que te causo asco... lo disfrutaste y mucho- termino con un tono sensual cerca de la oreja de la otra, la pelirroja se sobresalto por la cercanía
-No es verdad- mascullo orgullosa tratando de calmarse en vano, todo era nuevo y estaba asustada
–Mírame Verónica- la pelirroja no la miro –Mírame verónica- la voz de Victoria sonó dura una orden que por mucho que no quisiera admitir Verónica no pudo evitar obedecer, aunque de mala gana, la pelinegra sonrió satisfecha mostrándole disimuladamente sus dedos, Verónica se abochorno violentamente, su cara se puso mas roja que su cabello, la punta de los dedos de Victoria estaba brillosos cubiertos de sus jugos, la pelinegra sonrió
-Te prometo que no será la última vez- con su lengua saboreo el líquido –Sabes a durazno, la próxima vez lo probare directamente de ti- la imagen de Victoria entre su piernas la éxito a sobremanera, se paro espantada y se fue sin dar tiempo a decir mas nada ¿Qué le estaba pasando?
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX