Consecuencias de Confiar
Samuel estaba muy confundido después del encuentro que presencio entre su maestro y compañero de clase estaba muy perturbado. No había podido dejar de pensar en eso y como si eso no fuera poco empezaba a sentirse muy…muy atraído por Caid.
El chico era muy inteligente e indiscutiblemente guapo, pero sobre todo pícaro, el muchacho tenía una habilidad para entrar en confianza y eclipsar con su sensualidad a todo el que quisiera.
No lo había hecho directamente con él, pero si lo vio hacerlo con otras personas e incluso más de una vez le pareció entender unas indirectas del chico para él… o tal vez solo eran imaginaciones de su mente, la cual parecía ver parejas homosexuales por doquier en esa escuela.
En su anterior escuela definitivamente esa sería una actitud vetada, no era nada bien visto y no conocía de ningún caso al respecto. Pero él se consideraba una persona abierta de pensamiento, así que no juzgaba ni tachaba a las personas con esas inclinaciones.
Claro, que nunca se planteó esa opción para el mismo, pero no podía evitar ponerse nervioso frente a Caid y sonrojarse cuando él hacia un comentario subido de tono, así no fuera con él. Volviendo al principio… estaba confundido, pero si se daba las circunstancias estaba dispuesto a averiguar que pasaba.
-Listo para disfrutar- le susurro sensualmente una voz a su espalda, Samuel se sobresaltó, pero enseguida se volteó y miro a Caid sonrojado para su vergüenza.
-Claro- trato de tranquilizarse, el muchacho no podía leer su mente y todavía no tenía que adelantarse podía ser que todo fuera solo producto de su imaginación.
-Esperemos que sea una noche que nunca olvides- el chico lo tomo del brazo y apurándole lo llevo a donde se haría la piscinada hablando animadamente sin parar, Samuel solo podía pensar en la cercanía del otro.
La piscinada era todo una fiesta, la música alta a más no poder, luces hiendo y viniendo de todos los colores, licor por barriles, comida de todo tipo y gente hasta el tope, mucho de sus compañeros de futbol estaban ahí, pero estaban presente más gente de los otros de los equipos de deporte de la Universidad Catolica San Sebastian y Caid se encargó de presentárselos a todos.
Comprobó por las presentaciones que hacían, que habían muchas parejas del mismo sexo en esa escuela, más de unos se daban besos apasionados sin ton ni son para demostrarlo, aunque no se lo pidieran.
Despues de dos horas, bebió más de lo que tomo de licor en toda su vida y estaba más dispuesto a probar cosas que no había hechos hasta entonces, de lo que estaría en otro momento.
Se dirigió al baño del piso superior a refrescarse un poco, no quería que Caid lo tomara como un mal ebrio cuando lo encontrara, pero estaba decidido, tomo la cerveza de marca importada que le habían encantado y se fue dispuesto a buscar al castaño donde estuviera.
El chico le gustaba, era encantador, simpático, amigable, sincero y en la noche le había sorprendido devorándolo con la mirada, no tendría miedo.
Una mano grande lo tomo de sorpresa al salir del baño, se asustó totalmente, más de una vez había visto a unos chicos robarle besos a otros sin permiso, la mayoría de los sorprendidos respondían con ansia la invitación otros se separaban de mala gana, pero el simplemente no quería ser besado por otro, solo por Caid y eso porque se lo pensó mucho.
Se resistió y le dio un buen golpe a su agresor, el chico lo empujo dentro de un cuarto y cerró la puerta tras él.
Samuel vio al capitán del equipo de natación de la escuela asombrado, que pretendía al llevarlo hasta esa habitación, no creía que quisiere algo con él, desde que se lo presentaron el muchacho no disimulo su desagrado por él, no le tomo importancia pues no se creía monedita de oro para caerle bien a todo el mundo, pero nunca creyó que el chico fuera así de rencoroso o loco para atacar a alguien que apenas conoce por el simple hecho de no tolerarlo.
-Con que tú eres su nuevo juguete- gruño molesto el chico mirándolo con rabia a no más poder –Te crees especial- siguió en su monologo de ira que no llegaba a entender Samuel –Pero eres solo el de turno- lo empujo tirándolo al piso -Un trofeo más para su colección-
-De que diablos hablas- gruño molesto Samuel dispuesto a romperle la cara al idiota ese.
-Estas saliendo con Caid- más que una pregunta era una afirmación
-No- dijo sin mucha convicción, incomodo por que le preguntara eso.
-Tal vez como eres nuevo no lo sabes, tal vez no te importe o creas que es puro cuanto si lo llegaste a escuchar, pero déjame repetírtelo y no es mentira, Caid no está interesado en ti, no es como te aparenta ser, solo es una fachada para llevarte a la cama-
-¿Por qué me dices todo esto?- pregunto algo confundido el chico.
-Porque yo si lo conozco y no me importa que sea así, lo amo y sé que el también a mí, solo está contigo por ser la novedad- de verdad el muchacho parecía muy trastornado con eso
-Porque debería creerte- tenía muy poco tiempo que conocía Caid, sentía que existía un lapso entre ellos, pero ni siquiera estaba seguro que las indirectas que le mandaban significaba lo que pensaba, podía ser totalmente al contrario, que el chico lo estuviera manipulando para hacerlo desearlo, no quería creerlo, pero no podía negar o asegurar nada pues Caid era apenas un conocido, independientemente de lo que sintiera él por el castaño
-Lo dudas, entonces ponlo a prueba- ese era la opción más lógica, pero para ser sincero le daba miedo y pena que lo que el chico decía fuera cierto, pero prefería pasar por tonto una vez, frente a una persona y por un momento, que ser el bufón de alguien sin saberlo, muchas veces y que fuera sabido por todos.
-¿Cómo?- cómo sabría que no es una manipulación del otro
-Citare aquí a Caid y escucharas con tus propios oídos de su boca la verdad, o acasos quieres ser de esos estúpidos que se ciegan a la verdad que tienen de frente- esas fueron las palabras mágicas
-Hazlo-
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Por una pequeña rendija vio como entraba Caid por la puerta de la habitación, llevaba un short de traje de baño verde y una toalla colgando de los hombros aunque no parecía haber estado bañándose.
-¿Qué quieres Soct?- gruño el castaño, el capitán de Natación lo abrazo pero el otro se sacudió con facilidad.
-Solo te quiero a ti- dijo el muchacho viendo al castaño con adoración, el otro ni le importo sus palabras, con una indiferencia y crueldad de la que Samuel nunca le había visto mostrar a Caid le dijo
-No me puede importar menos- era frio su semblante -¿Donde esta Samuel me escribiste que estaba contigo?-
-No sé, solo quería que habláramos- sin embargo el chico se dirigió al baño conjunto abrió la puerta pero no encontró nadie dentro; luego fue a los closet, abrió y reviso cada uno con cuidado pero tampoco nada, Caid desde donde estaba escondido lo vio sin moverse.
-¿En donde esta?- gruño al no encontrar al muchacho.
-Para que lo quieres a él si me tienes a mí- dijo el capital de natación tratando de acercarse al chico, pero el otro ni le dio tiempo.
-Lo nuestro termino Soct fuiste un buen culo, pero como te dije solo lo hice por una apuesta, gane y no quiero más nada de ti- los colores se le subieron a la cara al capitán y a el mismo, pero no sabía si de ira o de vergüenza.
-Vas a hacer eso mismo con el muchacho nuevo- Caid busco debajo de la cama pero tampoco había nada, no existía otro sitio donde esconderse dentro de esa habitación, así que confiado de que estaban solos le respondió.
-Pudiera hacerlo…- alardeo con descaro, en su cara la sonrisa de burla estaba presente -pero ese no es tu asunto-
-Él no te dará lo que yo estoy dispuesto a darte-
-Samuel me dará todo lo que yo le pida de él sin discusión-
-Eres despreciable- el chico intento golpearlo pero el otro lo desvío y tiro en la cama.
-Pero aun así mueres por mí- se burló por última vez para luego tornarse serio y decirle -No te acerques a Samuel porque hare que te arrepientas- y de esa forma salió del cuarto tirando la puerta
Soct espero que el castaño se hubiera ido para luego acercarse a la ventana y abrirla, en esa ventana como el resto de las del primer piso de esa casa, tenían un pequeño descansillo por el lado de afuera de la casa, ahí se había escondido Samuel.
-Ahora me crees- dijo con sorna el capitán de natación, Samuel entro en la habitación serio, todo rastro de su borrachera se les había pasado.
-Gracias- le dijo de mala gana saliendo de la habitación y se fue de la fiesta sin ser visto.
Definitivamente esa fue una noche que nunca olvidaría.