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CAPITULO 8
INESPERADO
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Había dormido pésimo, nunca se imagino que estando en una cama tan cómoda como aquella no hubiera podido pegar un ojo
-Y eso es lo que mas me gustaba de este sitio- suspiro desanimada, después de la orden-declaración de Vitoria no había podido ni comer ni dormir, aun no sabía con que ánimos logro alistarse para ir a clases, aun no lograba asimilar lo que le había pasado el día anterior, siempre había sabido que existían relaciones entre dos hombres y entre mujeres, pero nunca se había visto inmersa en algo parecido, es mas nunca lo había visto, ya que su antiguo colegio era muy estricto y meticuloso en cuanto a ese tema, nunca se había presentado tal situación.
Entro en el comedor del colegio y enseguida dio con sus amigos, Samuel y Abraham este último con una cara que parecía haber peleado con alguien,
-Buenos días- dijo dos de los chicos le respondieron el saludo, la chica tomo puesto al lado de Abraham para preguntarle -¿Qué te pasa?- pero el moreno no respondió solo le dio una mirada fría para volver a su desayuno que mas que comer parecía querer torturar
-¿Cómo amanecieron mis queridos nuevos compañeros?- la voz de la chica fue suficiente para que Verónica se parara como si su asiento tuviera un resorte
-Hola chicos ¿Cómo están?- saludo amablemente Caid, Verónica no perdió tiempo tomo la silla y la coloco entre sus dos amigos
-Perfecto, ahora que estoy con mi amor, no sabes como te he extrañado- dijo la chica tomando el brazo de Samuel para luego abrazarlo cariñosamente –Eres lo único que quiero en esta vida- termino dándole un beso en los labios, el rubio no se molesto paso el brazo por la cintura de la chica y cuando se separaron hablo
-Tu siempre serás la persona que mas quiero, mi luz- Verónica le sonrió agradeciéndole que le siguiera el juego, los que no le daba risa el asunto era a Victoria que esta pálida y con cara de pocos amigos y Caid que presencio la situación ceñudo pero sin otra expresión de sentimiento, Abraham observaba a estos últimos ya que no era la primera ve que Caid y Verónica se besaban por tanto no le daba relevancia y después de su descubrimiento anterior sobre las orientaciones sexuales de los alumnos de ese colegio todo le parecía sospechoso.
-Ya decía yo que ustedes tenían algo- comento bromista Caid a la vez que tomaba asiento y Victoria lo siguió
-¿Que te puedo decir Caid? Verónica me pidió que no dijera nada y yo vivo para complacerla- Verónica abrazo mas cariñosa al chico y Samuel le dio un beso en la frente, pero sintió que esta se tenso cuando la chica pelinegra empezó un interrogatorio sobre su relación, fue Samuel el que respondió cada una de sus incógnitas algo confundido, pero cuando Caid comento que debía estar pendiente por que mas de uno estaba prendado de la tan linda pelirroja y que esta dispuesto a tumbársela, volvió a su estado sobre protector y dijo
-La única forma de que renuncie a Verónica es por que ella así lo desee-
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La mayoría de las clases no las compartía con sus amigos, lo que no dejaba muy tranquila a Verónica, ya que por la diferencia de notas el director decidió que ella podía tomar las asignaturas avanzadas junto con las otras dos chicas de su colegio que tenían buenos promedios, a diferencia de los jugadores que debían tomar las materias básica para repasar y mejorar su base.
Y lo peor de todo es que la mayoría de las clases la compartía con Kimbesil, lo único bueno de esa situación era que al parecer había captado el mensaje que le dio en el desayuno, ya que hasta los momentos ni le había dirigido la palabra, la primera hora de la clase de anatomía tuvo que enfrentarse al arduo interrogatorio al que la había sometido el profesor para probar sus conocimiento, él cual al final se vio satisfecho.
Dirigió sus ojos grises al reloj de la pared “un cuarto para las cinco de la tarde”, solo faltaba quince minutos para terminar las clases por ese día, la mayoría solo terminaba de copiar los comentarios que había colocador el profesor en la pizarra junto con las asignaciones que mando.
-Ya se pueden marchar- Verónica copio con calma lo que le faltaba y después ordeno sus cosas en la mochila, cuando ya estuvo lista los demás alumnos se habían marchado, excepto…
-Te estaba esperando- la pelirroja se sobresalto al escuchar la voz de Victoria en el pasillo fuera del salón, pero aun nerviosa trato de recuperar el control
-No tienes por que, ya me conozco los caminos y no me perderé- el hecho de que su voz sonara fuerte y segura la tranquilizo un poco, tomo con fuerza su mochila y siguió su camino, pero al pasar junto a la pelinegra esta la tomo del brazo y la arrastro en sentido contrario, la pelirroja por mucho que lucho no podía ni zafarse ni lograba detener la andanza que le imponía la otra chica, cuando pasaron por la puerta abierta del aula en que acababa de recibir clases Verónica grito para llamar la atención del profesor que aun estaba recogiendo sus cosas, pero este solo la miro y siguió en lo suyo, impresionada y decepcionada no supo que mas hacer.
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-¿Te sientes cómodo?- el olor de ese te era embriagador y su sabor exquisito, así que algo reasiente bajo la tasa para responder afirmativamente
-Nunca me había gustado el te, pero este me a hecho cambiar de opinión- añadió Samuel volviendo a tomar un sorbo, Caid sonrió encantado, la mayoría de las clases resulto que las compartía con el y como había salido temprano lo llevo a uno de los comedores privado, era un sitio muy elegante, amplios, el techo esta muy altos lo que junto con los grandes ventanales le daba un toque fresco al sitio, una gran lámpara de cristales iluminaba la instancia desde el centro, aunque no era necesario ya que la claridad entraba desde las ventanas, los muebles eran dorados de metal con formas exótica y cojines cómodos de telas resistentes pero suaves…
-Con que me mentiste sobre tu relación con Verónica- reclamo en un puchero el castaño mientras dejaba la tasa a un lado y fijaba su mirada miel en Samuel que le devolvió la mirada sonriente
-No te mentí y como me caes bien te sugiero que no cambies tu táctica con Verónica, cuando me usa como novio es que se siente desprotegida y la única forma que encuentra de poner a raya al otro es esa, quiere alejarte por que le afectas-
-Con que por eso se comporto así- reflexiono sonriente el castaño y el rubio asistió
-Eso pasa la mayoría de las veces cuando siente que la abordan de manera repentina, a ella le gusta sentirse segura y no le gusta que la acorralen, pero si no lo haces ella se encargara de buscar una forma de que te alejes de ella- Caid soltó una carcajada y asistió
-Gracias por el dato- esa información le seria útil aunque no de la forma que pensaba el otro
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-¿Que te pretendes?- rugió Verónica una vez que Victoria se encerrara en su habitación con ella
-Que sea la ultima vez que hagas lo de esta mañana- amenazo la pelinegra, era la primera vez que intercambiaban miradas y los ojos negros de la chica centellaban de la ira que guardaban
-Samuel es mi novio y lo amo, si no lo aceptas mal por ti- grito la pelirroja algo alejada de la otra
-Se que me mientes y no me hagas perder tiempo negándolo- aparto un mueble que la separaba de Verónica, quien se alejo mas -estoy molesta no por tu supuesto falso novio- la pelirroja se coloco detrás de una mesa –no estoy molesta por tu supuesto amor- la pelinegra se monto en la mesa y la salto –POR QUE SE QUE ES MENTIRA- grito de nuevo molesta – SINO POR QUE HAYAS LLEGADO TAN LEJOS COMO PARA BESARLO- bramó furica la chica encerrando a la pelirroja en un esquina, la menor no sabia que hacer, tenia miedo y el hecho que lo demostraba es que tenia los ojos abiertos tan grande como le eran posible
“Me encantan esos ojos grises” pensó Victoria y sin miramientos se tomo a la chica y la beso con desesperación mordiéndola, embriagándose con su sabor y en cierta forma castigándola por lo que había hecho.
-A partir de mañana desayunas conmigo te paso buscando a las siete, si llego y no estas, te será peor- le indico depositando un tierno besos en los rojos y lastimados labios de la pelirroja –Hasta mañana-
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