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Mi primer novio por dark_amassones

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Notas del capitulo:


¡Hola! ¿Cuánto tiempo verdad? Lamento muchísimo el retrazo pero unas cuantas cuestiones personales me impedían subir la continuación y bueno, ahora que ya me hice un espacio en mi agenda (sí a eso se le llama el escribir en las computadoras de la facultad…) he regresado con este segundo capítulo.

Agradezco a: KUCHIKI HIWATARI, Sonia y MEROPE; las lindas chicas que me comentaron y me apoyaron en el primer capítulo ¡Miles de gracias! Ahora, espero que les guste el segundo y me dejen un comentario. No les hago esperar más y disfruten de Mi primer contacto…

 

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 MI PRIMER NOVIO
By Dark-chan


‘Contacto’
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Llevo cerca de 10 minutos caminando en esta calle, desde que vi ese árbol de manzanas no he encontrado a más gente por estos lugares, en verdad es raro, pero no puedo perder el tiempo esperando a encontrar a alguien que pueda decirme donde estoy, así que mejor sigo caminando. Hay una débil brisa en el aire que me despeina mientras sigo en mi recorrido, las nubes cubren buena parte del cielo impidiendo que el sol llegue a mí, lo que me hace sentir un pequeño escalofrío.

Comienzo a morder la uña de mi pulgar ¿Dónde se supone que estoy y que hago aquí? No puedo concentrarme porque he visto algo a lo lejos ¿qué es? Me acerco y puedo ver a un chico sentado en la banqueta con las rodillas en su pecho abrazándolas, tiene una gorra en la cabeza y cuando me inclino a su altura, pude escuchar que está sollozando ¿Qué le sucederá a este chico? Coloco mi diestra en su hombro a modo de consuelo y es que es la primer persona que he visto en este… ¿campo de flores? ¿En qué momento me cambiaron la calle por un campo de flores? Bueno, no importa, ahora lo que me interesa es saber quien es y porque está así.

Le muevo lentamente para que no se asuste –Tranquilo, sí te calmas, te doy un beso– ¡Eh! ¿Yo he dicho eso? Pero ni siquiera lo conozco.

Deja de llorar y levanta su mirada, tiene unos bonitos ojos verdes que me miran entre llorosos y asustados, pero de repente me sonríe y es cuando ya no lo pienso más. Me acerco a él y le beso la frente, tiembla un poco con mi contacto pero funcionó, y ya no está llorando. Me levanto y le tiendo la mano para que haga lo mismo, y cuando ya está de pie puedo ver que es más alto que yo.

–Gracias, Rei– me dice sonriéndome.

¿Cómo sabe mi nombre? Iba a preguntarle pero no me dejó, se acercó demasiado a mí y me tomó de la cintura, ya no fui capaz de reaccionar cuando ya tenía mi boca presa entre la suya. No le respondí por la impresión ¡Cómo hacerlo sí no tengo la mínima idea de quien es, porque lo hace y como me conoce! Cuando se separa de mí, me mira más alegre y hasta cierto punto un poco tímido, me toma de la mano y comienza a jalarme, al parecer quiere que lo acompañe o quiere que vea algo.

Momentáneamente se gira para verme y me sonríe mientas que solo puedo seguirle los pasos, va muy rápido y no sé a donde me lleva, no me ha soltado de la mano desde que me besó es más, fue lo único que hizo aparte de llevarme casi a rastras tras de sí. A pesar de todo, no me puedo quejar puesto que es la única persona que he visto desde hace un buen rato, sin embargo me sigue sorprendiendo.

-Aquí es– me dice indicándome un pequeño rosal bajo un árbol de Sakura.

–¿Aquí es qué?– le pregunto.

–El lugar donde terminará todo– me mira de nuevo y aún con mi mano entre la suya, corta una rosa del tallo y me la lanza.

Logro atraparla con la mano izquierda pero las espinas me picaron la palma, a lo que la arrojé sintiendo que una de ella me hizo una pequeña herida cerca de mi pulgar. El chico se coloca de nuevo frente a mí y de nuevo un poco triste, comenzó a explicarme algo mientras tomaba mis dos manos entre las suyas, rozándolas apenas.

–Esa herida es de tu corazón– ¿A qué se refiere? –cuando tu alma llore lágrimas de dolor, yo estaré allí para sanarte…

–Pero…– y el árbol de Sakura se tambaleó por la ráfaga de viento que lo atacó, dejando caer sus pétalos rosas sobre mí.

Y después de eso, ya no lo vi.

Desapareció y yo solo me cubrí los ojos por el polvo.

–Rei… despierta, bello durmiente– puedo sentir como mi hermano se sienta junto a mí en la cama y me coloca una mano en la frente para bajarla a mi mejilla –Hum, tienes fiebre, será mejor que no vayas a la escuela.

Se levanta y cuando sale de mi habitación apaga la luz. ¡Genial, hoy faltaré a la escuela! Solo me giro para cubrirme mejor con la frazada y de nuevo me quedo dormido, pero solo pasa un rato cuando estornudo y me doy cuenta de que ya no puedo dormir. Busco el reloj con la vista y oh sorpresa; ya son casi las tres de la tarde, y yo que creía que solo había dormido unos cuantos minutos.

Me duele un poco la cabeza, creo que tomaré una ducha.

Escucho el timbre de la casa y me asomo por la ventana que está arriba de mi cama, puedo ver a una chica con la falda azul de la escuela, sonrío y abro la ventana para llamar su atención y la verdad, me alegra que sea Mao.

–Ahora bajo– le grito y cuando me ve, me saluda con la mano y jala a alguien que estaba junto a ella y que yo no había visto.

–Mira quien te vino a visitar– y es cuando el chico me saluda con un ademán y yo le contesto.

Cierro la ventana y de un movimiento me quito la ropa, no sabía que iban a venir a visitarme, de haber sido solo Mao no me hubiera importado que me viera en pijama, pero ahora que sé que vino ese chico no puedo dejar que me vea así. Busco rápido con la vista algo decente que pueda ponerme y encuentro un pantalón negro y una camisa blanca ¡Qué más! Me visto y tomo la cinta roja que está junto a mi cama, me anudo el cabello mientras voy bajando las escaleras y cuando llego a la puerta les abro para dejarles pasar.

Me saludan con una inclinación de cabezo y les contesto de la misma forma, me hago a un lado para dejarlos pasar. Mao se dirige a la cocina, seguido de nuestro compañero. Atravesamos la sala y es cuando me doy cuenta que se ha quedado parado frente a uno de los cuadros que está colgado en el muro. No me sorprende que se quede viendo esa pintura, normalmente todos los que entran a mi casa hacen lo mismo. Me paro junto a él.

–A mi madre le gustan las cosas místicas– le digo sonriendo –principalmente los gatos negros, como a mí.

La pintura mostraba a un gato negro jugando con una paloma blanca, el mínimo tratando de alcanzar al ave mientras está sentado entre rosas rojas. Mi madre la compró hace tres semanas, justo después de que Kai y yo comenzamos a salir.

–¿Sabes qué significa?– ¿lo que significa? Nunca me había puesto a pensarlo así que solo le niego con la cabeza –Las rosas sueles ser personas, el gato representa a alguien listo de buen corazón, pero cegado por las espinas de una rosa, y la paloma– señala al ave blanca –normalmente son oportunidades. En sí, representa a una persona que debe ver que no solo hay nubes en el cielo… que también hay más personas a su alrededor.

Interesante. Normalmente mamá suele comprar pinturas con paisajes hermosos, pero este es el primero que tiene animales, en verdad nunca me imaginé que tan pequeños animales tuvieran ese tipo de significados, y la verdad hasta cierto punto es divertido. De pronto, se gira para verme y me roza la mejilla derecha, me sobresalto con su contacto y separa su mano rápidamente al ver que Mao se encuentra parada detrás de nosotros mirando la pintura, al parecer también escuchó lo que dijo.

–Eh… ¿Gustan un poco de té?– me animo a preguntarles, a lo que consigo un simple sí de su parte.

Los guío hasta la cocina y se sientan a la mesa. Busco un poco del té que se supone que debió haber preparado Rai y lo caliento, me quedo pensando en ese sueño que tuve hace rato y ahora que lo recuerdo, soñé con el mismo chico dos días antes del cumpleaños de Takao, pero aquella ocasión solo veía sus ojos tristes pero no lo besaba, justo antes de hacerlo me despertaba y ya no dormía.

Regreso de mi sueño cuando la tetera comienza a hacer ruido y sirvo las tazas. Mao se ofrece a llevarlos mientras yo saco unas galletas que hizo mamá la tarde de ayer, las llevo a la mesa y me siento frente a ellos.

– ¿Por qué no fuiste a la escuela?– comentó Mao después de tomar una galleta –creíamos que habías muerto.

–Qué graciosa– le contesto –Me resfrié, eso es todo.

–Pero ya estás mejor ¿verdad?– pregunta el chico un poco tímido –Se ve en tus ojos.

–Pues sí, gracias Brooklin– al menos sé que le preocupo a alguien, aunque sea un simple compañero de la clase de literatura – ¿Y a qué debo su visita?

–Perdón, pero no sabía que tenía que sacar una cita previa con reservación para venir a ver a un amigo que casualmente falta a clases el día de la exposición de inglés– contesta la chica con un enfado fingido. Donde… ¿Dónde he escuchado eso antes? –que por cierto, se pospuso por falta de información.

Rayos, es verdad. ¡Cómo pude olvidarlo! Habíamos estado trabajando en esa exposición desde hace una semana y tuve que cancelarla el fin de semana, pero no fue mi intención, todo es culpa de Kai, Yuriy y Boris, principalmente de cierto pelirrojo que gusta de meterme en problemas.

–¿Lo siento?

–Jaja, pero no fue la gran cosa– le resta importancia el chico de cabello naranja –lo bueno es que estás mejor. Por cierto ¿Por qué te resfriaste?

–Es una historia un poco larga…

–No importa, sí ya estamos aquí podemos terminar de perder la tarde ¿No es así Matzumara?– le pregunta a Brooklin quien solo asiente esperando a que les diga el motivo del que falté.

Bueno, no puedo oponerme a ello y comienzo a narrarles.

Esto empezó hace dos días, el viernes en la noche Yuriy me llamó por teléfono para pedirme una especie de "cita para estudiar" y bueno, ¿Cómo negarse a un: ‘Rei, necesitamos tu ayuda urgentemente’? Es divertido escucharle clamar mi nombre cuando sabe que no puede hacer algo y yo soy su única esperanza. Era de esperarse a que su novio Boris también esperara a que les ayudara.

El sábado Yuriy pasó por mí, y no hubo tanto problema porque la noche anterior tuve que ‘rogarle’ a mi madre que me dejara ir con ellos. Aunque no sé bien para que me querían tuve que inventarle algo a mamá para que me levantara el castigo que me dio por haber llegado tarde el día de la fiesta de Takao. Un mes sin salir tenía que respetarse pero como conoce a mi pelirrojo amigo no se lo pensó mucho para darme otra oportunidad y dejarme ir con ellos.

Ivannov pasó puntualmente por mí, a las dos de la tarde como era su costumbre, ya estaba prado frente a mi casa tocando el timbre esperando a que saliera y esta vez, no demoré demasiado como aquella ocasión de la fiesta de Takao. Me saludó como era su costumbre y prometió regresarme pronto a casa, bueno, cualquier cosa que le digan a mi hermano es creíble, sí le dicen “los cerdos vuelan” quizá hasta se la crea principalmente sí se la dice el pelirrojo y como ya conoce a Yuriy, puede confiar en él, ah… que simple puede llegar a ser mi hermano.

No me sorprende que venga en su auto, sé que es muy flojo para caminar y no estará dispuesto a tomar un autobús para llegar a donde quiera que vaya con él, de todas formas me agrada ir con él. Me abre la puerta del copiloto y me hace un ademán con la mano para que suba ¿dónde he visto esto antes? Genial, un deja-vû.

–Adelante mi querida dama– creo que hay cosas que no se le olvidan a este chico.

–Ja ja, me matas Yura– y subo, espero a que él también lo haga y cuando pone el auto en marcha es cuando le pregunto el porque de la necesidad de que lo acompañe.

–Y bien, ¿Cuál es la urgencia?

–Es que en la escuela nos dejaron un trabajo, y ¿Quién mejor que Rei Kon para los ejercicios de química orgánica?

¿Sólo para eso? Genial, mejor me hubiera quedado en casa viendo la televisión resignándome a que solo me queda una semana de castigo, pero NO, tenía que desperdiciar una tarde de sábado ayudándole a este y a su novio solo porque nunca prestaron atención a las clases de Karin-sempai en la secundaria, al menos sí estoy con ellos puede que vea a Kai.

Kai… Oh demonios, que horrible me sentó el claustro, casi no he estado con él, solo ha ido por mí a la escuela dos veces a la semana porque sus clases de inglés las toma a la misma hora a la que las mías terminan. Le he dicho que ya no falte pero es tan terco que insiste en llevarme a mi casa los martes y jueves.

Sólo me queda suspirar para no terminar golpeando a Yuriy por sus ocurrencias, después de todo para eso están los libros y el Internet ¿O no? Me dejo caer en el asiento resoplando un tanto fastidiado, miro por la ventanilla y el cielo comienza a oscurecerse, ¿No que iba a ser un día despejado y sin probabilidad de lluvia? Estúpidos tipos del clima, deberían despedirlos.

Lo más seguro es que se caiga el cielo y yo, lejos de mi casa, en un lugar lleno de árboles, casas enormes, guardias frente a una gran reja con una letra H enorme, jardines tan largos como un estadio de fútbol y… un momento ¿Una enorme H en la entrada, qué no Yura es… Ivannov?

–Hasta despertaste Rei– se burla al ver mi expresión y no es para menos, hace casi dos años que no venía a la casa, em, mansión de Kai.

No pensé que fuéramos a hacer el “trabajo” con Kai, que yo recuerde él sí ponía atención en la secundaria ¿o no? Después de todo ¿para que me iban a necesitar sí tienen a un genio como mi novio a su disposición? Ah… ya veo, lo más seguro es que no piensa tenderles la mano y estos me ofrecieron para la labor, sabía que había algo más detrás de ese ‘Auxilio Rei, ayúdanos’.

Cuando Yuriy se acercó a la entrada, el guardia que estaba en la caseta asomó la cabeza y después de ver quien era el del carro negro, nos dejó pasar con un simple ‘Bienvenido joven Ivannov’ y este siguió el recorrido por los jardines frente a la ‘Hiwattari Manor’ rodeando la fuente y estacionándose frente al gran portón de caoba. Comienzo a frotar mis manos, comienzo a ponerme un poco nervioso.

Bajamos y un joven como de 20 años se nos acerca, Yura le da las llaves y con una inclinación de cabeza, el chico sube al auto y se lo lleva en dirección contraria a nuestra entrada. Yuriy me da un codazo y cuando me doy cuenta, ya está subiendo los escalones para entrar a la mansión. Tengo que correr para alcanzarlo y cuando lo hago un señor de edad nos abre, está vestido elegantemente de negro y nos invita a pasar con una inclinación de cabeza.

–El joven Kai está en su despacho, sí me permiten los llevaré con él.

–No te molestes Kovs, ya me sé el camino– y me jala de la mano –vamos Rei, las damas por delante.

El mayordomo cierra el portón y nos ve subir por las escaleras.

Ahora que lo recuerdo, la primera vez que vine a la mansión de Kai, fue cuando estábamos en segundo grado de secundaria, pero en ese entonces ni siquiera me cruzó por la cabeza la idea de que ahora él y yo terminaríamos siendo pareja, aún cuando ya pasaron casi tres años ¡Cómo pasa el tiempo! Hace tres años no me imaginaba que mi relación como amigo de Kai sería tan agradable, hace dos años no creí que él se me iba a declarar, hace tres semanas no pensé que correspondería a lo que me había dicho y ahora, no me imaginaba que de nuevo, gracias al pelirrojo estaríamos una tarde de nuevo, juntos.

Mientras caminábamos por el corredor, iba admirando la cantidad de cuadros en los muros y las pequeñas figurillas en las mesitas. De repente Yura se detiene y casi choco con él, se gira y me dice ‘Es del otro lado del corredor’ Vuelvo a ponerme nervioso ¿Qué le voy a decir? ‘Hola Kai, que linda coincidencia’ No, eso es tonto, estamos en su casa, ya sé ‘Kai, que milagro’ No Rei, piensa más, esfuérzate un poco ‘Mi amor, ya llegué’ ¡NO! Eso es sufriblemente cursi, talvez sí no trato de planear un “encuentro fortuito” todo salga mejor.

Cuando damos la vuelta, nos sorprendemos al ver a Boris sentado en una silla afuera del despacho de mi novio, está cruzado de brazos con los ojos cerrados y al escuchar nuestros pasos los abre, nos ve con su mirada violeta mientras se levanta rápidamente. Se acerca y me remueve el cabello a modo de saludo mientras hace una mueca y mira a su novio ¿Y ahora que le pasa a Boris?

–Creo que fue una mala idea Yura– le dice al pelirrojo mientras le toma de la mano.

–¿Por qué? ¿Qué pasó?

Y antes de darnos alguna explicación, la puerta de la habitación donde el mayordomo nos indicó que estaba Kai, se abre dejando salir a un anciano elegantemente vestido con una abrigo de color negro, su cabello gris y largo atado en una coleta y una bufanda roja con un brillante en ella, camina apoyándose con un bastón con una cabeza de loba al parecer de plata, demonios, este señor grita su posición social con su vestimenta. Se ve enojado y lo comprobamos cuando azotó la puerta mientras vociferaba cosas que ninguno de los tres entendíamos, bueno, quizá ellos sí, después de todo también son de Rusia.

–Está decidido Kai, así que no trates de llevarme la contraria…– Y antes de que dijera otra cosa, Kai sale siguiéndole los pasos y al igual que el anciano, está por demás furioso.

–He dicho que no y un no mío se respeta, ¿oíste abuelo?– Abuelo… ¿Ese vejestorio es pariente de Kai?

–A mí me respetas chiquillo insolente y antes de que…– de repente se detiene cuando se percata de nuestra presencia – ¿Qué hacen estos mocosos en mi casa?

Mocosos ¿Mocosos dijo? Pero que se cree este vejete para hablarnos así. Me quedo paralizado cuando finalmente el bicolor nos voltea a ver y abre levemente la boca, sorprendido, puedo escuchar que murmura mi nombre.

–Rei…

– ¿Quién los dejó pasar?– le grita a Kai mientras se nos acerca –Ustedes, ¡Largo de mi casa!– y nos señala con la cabeza de su bastón – ¡Kovs! Echa a estos mocosos y revísalos en la puerta, no sea que a parte de entrometidos sean ladrones.

Esa fue la gota que derramó el vaso ¿Quién demonios se cree para sacarnos así y además acusarnos de ladrones?

–Vienen conmigo– espetó fríamente colocándose frente a él y dándonos la espalda –además te recuerdo que ésta también es MI casa, así que por favor no nos molestes ¿Está bien?

Y ante esto el anciano se puso rojo y se dio media vuelta para caminar en dirección contraria a la que nosotros habíamos tomado para llegar al despacho de Kai. Pero se giró antes de doblar la esquina y con un ‘Esto queda pendiente, Kai. Aún no terminamos’ se fue. Solo pude ver que Kai se llevó una mano a la cabeza para pasarla por su cabello hasta su nuca. Lo conozco, y sé que está enojado, puedo notarlo por la forma en que aprieta su puño derecho, creo que en verdad, no fue buena idea que viniéramos o quizá que yo lo hiciera.

Me acerco a él y lo único que se me ocurre hacer es colocar una mano en su hombro mientras le llamo por su nombre y recargo mi frente en su espalda, siento como se tensa con el contacto y me la toma con su diestra para darse la vuelta y verme a la cara. Veo una tristeza en sus ojos cuando me ven así de preocupado y es que es incómodo estar en una casa ajena y presenciar una pelea familiar cuando los que discuten ni siquiera sabían que había ‘invitados’.

De repente me sonríe levemente y me abraza, es tierno pero lo hace con fuerza, como sí no quisiera dejarme ir, le correspondo acariciando su cabello y cuando afloja el agarre me separo un poco para besarlo ¡Cómo extrañaba esto! Desde el jueves que no había probado sus labios y aunque detrás de nosotros estén Yuriy y Boris observándonos no me importa, después de todo el pelirrojo le contó a su novio lo que había pasado en el cumpleaños de Takao. Me alegra que les dé gusto el vernos juntos.

– ¿Estás bien Kai?– le pregunto cuando nos separamos, sé que aún está un poco enojado por la discusión con el anciano, puedo verlo en el brillo de su mirada –Sí te molesta puedo irm…

–No, no…– me dice negando con la cabeza, interrumpiéndome para volverme a abrazar –me alegra que estés aquí…– me susurra al oído.

Algo anda mal, y por lo que veo no pretende hablar de eso, será lo mejor porque nunca sería capaz de presionarlo para que me dijera sus problemas familiares y por lo visto, su abuelo no pone mucho de su parte en la relación que tiene con su nieto.

–Y… ¿A qué debo el honor de tenerte de visita?– me pregunta ya sonriendo sin soltarme aún.

–Perdón, pero no sabía que debía sacar cita para ver a mi novio– le sonrío y él lo hace conmigo –fue idea de él– y señalo al pelirrojo que solo ríe tontamente.

De cierto modo me da gusto seguir conviviendo con ellos, a pesar de haber salido de la secundaria hace más de año y medio, estos chicos buscan la forma de hacerme pasar por buenos ratos. Y que mejor si en eso momentos puedo compartir más tiempo con Kai del que suelo hacerlo cuando me acompaña a mi casa.

–Necesitábamos ayuda ¿O no Kai?– le pregunta Boris aún tomado de la mano con Yuriy –Además te hicimos un favor.

–Sí, sacarlo de su casa fue un logro– completó Yura –Pero ya estamos aquí y hay que trabajar.

Sí, eso lo dijo el chico más desobligado que he conocido y Kai asiente con la cabeza y nos invita a pasar a su despacho. Y cuando lo hacemos, me quedo sorprendido por tanta elegancia; un gran escritorio de fina madera está colocado cerca de esa enorme ventana, detrás hay un mullido asiento, en el lado opuesto hay un librero con un sinfín de libros gruesos con títulos en letras doradas. Las cortinas, de un color azul marino adornan ese enorme ventanal y, además de la alfombra, hay unos cómodos sillones en forma de círculo alrededor del centro de la estancia.

Despierto cuando me abraza por la espalda y me encamina hasta la ventana donde todos los lujos se quedan atrás cuando veo el hermoso jardín en la parte trasera de la mansión de Kai. En verdad que no hay invernadero más cuidado y en mejores condiciones que ese jardín. Siento como recarga su mentón en mi clavícula y me susurra quedamente en mi oído: –Desde mi habitación se ve mejor–. Lo que me provoca un escalofrío en mi espalda.

Se separa y se sienta en uno de los sillones, frente a una mesita y los demás rusos le imitan para sentarse y sacar unas hojas, unos libros y un listón rojo ¿Para que quieren un listón? No quiero saberlo, al parecer ya planean hacer su trabajo de química.

Apenas han pasado poco más de una hora y ya quiero golpearme en la pared. ¿Cómo puede ser posible que este chico no capte ni una sola palabra que le digo? No es muy difícil, digo, no hay mucha ciencia entre los alcanos, los alquenos y los alquinos ¿Qué parte de enlaces no comprende? Ya entiendo porque mi novio no pensaba siquiera en ayudarles. Boris ya entendió lo de los alquilos y él no tiene problemas con los éteres, pero este pelirrojo…

–Ya te lo expliqué quince veces, Yuriy– ya no sé sí debo traerle piedritas o algo así –los alquinos tienen tres enlaces.

–Ah… ¿Y para que quieren tres?– me contesta mirando ceñudo el cuaderno –Es más, ¿A mí para que me sirven los alquiños?

–Alquinos, y no sé… ¿Quizás para que pases la materia?– sí, sonó irónico, pero me está desesperando y poco me falta para terminar cometiendo homicidio…

Al parecer ya captó el mensaje y comenzó con los ejercicios. Me recargo en el respaldo, sí que está muy cómodo y solo suspiro un poco para estirarme y olvidar un poco de todo este asunto. Los miro atentos mientras se esfuerzan en sus labores, hacer treinta ejemplos de cada tipo que conforma la química orgánica, sí que es una tarea tediosa. Que lindos se ven tan trabajadores…

–¿Qué tienes?– me pregunta Kai y es ahora que me doy cuenta que estaba mirándome –te ves distraído.

–No, nada…– es algo tonto, pero aún me pone nervioso su mirada.

–Ya sé– me dice poniéndose de pie y acercándose a mí para tomarme de la mano, me levanta en un movimiento y lo último que les dice a Yuriy y a Boris es que ha llegado la hora del descanso.

Salimos de su despacho y aún sigue tironeándome de la mano. No ha dicho nada y solo puedo seguirlo porque ya hemos llegado a otras escaleras donde subimos casi corriendo. ¿A dónde pretende llevarme? Me doy cuenta cuando se detiene y abre una puerta de madera oscura, me invita a pasar y cierra la puerta detrás de sí.

Es una… habitación.

Hay una cama matrimonial frente a un gran ventanal que bien ocuparía más de la mitad del tamaño de la pared. No lo pienso más y me encamino hasta ella, la curiosidad de ver me ha vencido, pero Kai me toma del brazo y me obliga a mirarlo. Cuando lo hace me señala una dirección y lo sigo, hay un escritorio donde tiene unos cuantos papeles. ¿Qué querrá mostrarme? Abre uno de los cajones y comienza a revisar más hojas dentro de una carpeta.

–¿Te gustan los dragones?

¿Qué sí me gustan los…? Pero, ¿Qué le pasa?

–Sí.

–Mira– me extiende una de las hojas y quedo maravillado. Es un dibujo hecho a mano con lápiz. La verdad está hermoso, el mítico animal parado sobre un risco mirando al abismo con las alas caídas, como queriendo echar a volar, ensombrecido por la oscuridad de la noche. Las llamas negras saliendo de su hocico lo hacían tener un aspecto más tétrico.

–Kai, esto es…

–Un rato de aburrimiento…– se encoge de hombros sonriéndome tristemente –cuando naces en este tipo de ambiente…– señala a su alrededor –hay muchas cosas que no puedo hacer, entre ellas el salir sin tener que llevar un guardaespaldas. Y… ¿qué te parece?

¿Qué me parece?

Esto es más que genial, no sabía que Kai mataba el tiempo dibujando.

Al parecer espera un tipo de respuesta, no salgo de mi asombro y solo le puedo sonreír, mientras coloco el dibujo de nuevo sobre los papeles que sacó de la carpeta. Cuando lo hago, me doy cuenta que tiene más dibujos y sin decir algo más, comienzo a pasarlo uno a uno para mirarlos. En verdad, nunca creí que fuera tan buen dibujante, sin duda el mejor bosquejo que me llamó más la atención fue el de un fénix volando entre las nubes, su plumaje brilloso por el atardecer es genial.

–Me sorprendiste…– le comento dejando los dibujos de nuevo en el escritorio junto con los demás –simplemente es…– me mira con una sonrisa entristecida –…perfecto…– es ahora cuando necesito saber que es lo que le pasa ¿por qué me mira así? –Kai, ¿sucede algo malo? ¿Qué tienes?

–Tengo…– se me acerca demasiado, acorralándome con su cuerpo y el escritorio a espalda mía –tengo a una excelente persona como mi pareja…– coloca sus manos en la madera, alrededor de mi cintura –tengo a un novio de ensueño…– junta su boca a la mía sin tocar mis labios, Dios, esto me está matando –tengo ganas de besarte…– quita sus manos del escritorio y es cuando las coloca ahora sí, alrededor de mí –tengo que…– su voz suena levemente ronca, me acerca a su cuerpo y oh, no puede ser posible, él… –necesito estar contigo…– él está… excitado…


Continuará…
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Notas finales:


Jeje, como se dieron cuenta, cambié el título del fic porque había algo que no me gustó del anterior (es que se suponía que al ser un One-shot, escribiría lo que sería la cita) sin embargo unos comentarios me hicieron pensar y ahora creo que podré escribir un par de capítulos más. ¿Qué les pareció el final de éste? Oh, porque a mí me encantó

Lin: ¿por qué será? Veamos… ¿tiene que ver con…?

Ni lo menciones yami… er… prometo aclarar todo al final del fanfic, es que es algo, ejemn, difícil de explicar. Pero no se guarden sus comentarios, acepto reviews, correos (siempre y cuando no tengan algún virus) dinero… todo lo que quieran dar. Por cierto, prometo no volver a prometer nada…

Lin: Es que se supone que el 2° capítulo iba a escribirlo como a los dos días del primero y como que ya pasaron cinco meses. Es que se supone que el 2° capítulo iba a escribirlo como a los dos días del primero y como que ya pasaron cinco meses. Por cierto, vamos a cambiar un poco la dinámica; me gustaría que me dejarán su correo para responderles sus comentarios (solo a las que no están Logadas) ¿Les parece?

Jeje, cuídense y solo espero volver a leerlas.

† I hate everything about you. Why I don`t love you? You hate everything about me. Why You don`t love me †

 

Leona Dark

11128-050908


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