-¡Ah! ¡Mira esos ojitos tan lindos! -grito con emoción señalando un cunero- Son igualitos a los de su madre.
-Por supuesto hermano, pero también saco tú nariz.
-¿Lo dices enserio?- pregunto emocionado -¡Oh, mi angelito! serás la princesa de papá.
Aquella alegre conversación saco a los tres de aquel pesado silencio.
-Tal vez deberías estar así de emocionado- agrego Yuji.
-¿Aún en estos momentos puedes hacer tus estúpidas bromas?- espeto furioso a su primo quien seguía observando los cuneros.
-¿Bromas? Pero si hablo enserio… que naciera tú hijo es motivo para festejar- se defendió divertido por la extraña reacción del escritor.
K contemplaba toda la situación realmente confundido y más aún porque no había error o ¿sí?
-Ese no puede ser el hijo de Shu…
-Corrección, ese niño es el hijo de ambos- sonrió.
-¡Con un demonio! ¡Te has equivocado!
-Claro que no- insistió –Enfermera, podría indicarnos nuevamente cual es el bebé del chico de la habitación 304.
La mujer extrañada con aquella petición volvió a señalar la incubadora, no entendía porque ese apuesto hombre dudaba que ese pequeño fuera su hijo.
-¡¿ACASO NO LO ESTÁS MIRANDO?! -no le importaba estar en un hospital y mucho las miradas reprobatorias de los demás padres– ¿Este es otro de tus estúpidos juegos o que?
-Y dale con lo mismo, quisiera saber como yo podría jugar con la genética.
-¡Ah, hombre! ¡Deje de gritar!- mencionó aquel sujeto que hacía unos minutos parloteaba con emoción al ver a su hija- No puedo creer que dude de su pareja.
-Oye Taneda, no te metas en asuntos ajenos- le reprendió su hermano, siendo colosalmente ignorado.
-Al parecer su bebé nació con problemas ¿no? -murmuro al ver que era el único en incubadora– ¡Es un inconsciente!, en lugar de preocuparse por la paternidad debería velar por su salud.
-¡¿Qué otra prueba quiere que esa hermosa melenita rubia?!- secundo otro sujeto ahí presente.
-¡Vámonos ya! Seguro Chizu nos está esperando- volvió a insistir para que dejara a ese desconocido tranquilo.
Yuji miro preocupado a su primo, no pareciera que Eiri no pudiera encontrar explicación… tal vez aún no concebía su paternidad.
-¿No habías decidido darles una familia?
-Eso no tiene nada que ver- espeto molesto.
-Tiene demasiado que ver, ¿Cómo es posible que no quieras reconocer a este pequeño?- sabía que no se encontraba bien emocionalmente pero sino ponía en claro algunas cosas, seguramente más adelanta habrían problemas –Cuando te casaste no sólo aceptabas a Shuichi como tal, sino también al bebé pero desde que desaparecieron lo único que te importa es él. Dime, si hubiera muerto tú esposo ¿Qué habrías hecho con el niño? ¿Eh?
Retuvo el aire al escuchar tal cuestionamiento y lo cierto era que ni siquiera le había pasado por la mente, realmente lo único que le había importado era tener a su pareja de regreso y nada más.
“¿Es que no amo lo suficiente a mí sobrino?”
-¡¿Ah?!- exclamo al notar lo que estaba pensando- Mi sobrino… pero no lo es, porque me case con su padre… entonces es mi hijo pero ¿y Tatsuha? –Estaba realmente confundido, no quería quitarle a su hermano lo que le pertenecía- Shuichi no le pertenece -pensó mientras fruncía el ceño- Nunca se lo entregaré, él decidió ser mío y formar una hermosa familia a mi lado, nosotros… tres- una vez entendió aquello suspiro tranquilamente, como si un problema hubiera desaparecido de su larga lista.
-¿Eiri?- le llamo, parecía ya más calmado… quizás finalmente lo había entendido.
-¿Cuándo podre llevarme a Natsui?- cuestiono a la enfermera.
-¿Natsui?- pronunciaron K y Yuji al mismo tiempo.
“Si es niño me gustaría llamarlo Natsui y si es niña Shiko”
-Así es como ese idiota decidió ponerle- se alegraba de que al menos esos dulces momentos aun estuvieran en su memoria.
-Nuestra UCIN determino que se quedará un par de días, ya que sólo tiene 30 semanas de gestación y un peso de 1 kilo 400 gramos, lo cual no es muy satisfactorio- respondió después de mirar su informe.
-Pero estará bien ¿verdad?
-Por supuesto –sonrió- se le ha hecho un examen general y tanto sus pulmones como cerebro se han desarrollado de manera normal.
-Yo no entiendo- protesto K, para atraer la atención de sus acompañantes- Es rubio porque…
-Lo heredo de la familia Arasei- termino la frase Yuji para satisfacer la curiosidad del americano –Tatsuha y Mika heredaron los genes de la familia Uesugi.
-Tú no eres tan rubio- murmuro.
-Lo sé, pero eso tiene que ver con mi madre… el cabello de mi tía era el más hermoso en nuestra familia.
-Y lo ha heredado mi hijo.
Los dos hombres sonrieron al escuchar aquello, parecía que el escritor finalmente estaba convencido de aceptar a ese pequeño como propio.
**********
El pequeño tomo otro crayón esperando con el, finalmente terminar su dibujo ya que los adultos llevaban rato hablando y tomando té.
-¿Estás mejor?- cuestiono el pelinegro –Se que suena tonta la pregunta pero…
-Se a que te refieres, Tatsuha- interrumpió, después de llorar un rato se sintió más calmado y aun así a toda costa evitaba ver al pequeño que jugaba sobre la alfombra de la sala –Todavía estoy algo conmocionado por la noticia pero creo que ya se que debo hacer.
-Sí… escuchar la otra versión.
-Si él no fuera capaz de negarlo y-yo…-No puedo terminar la frase, no quería escuchar de aquel hombre que amaba tan cruel verdad.
-No deberías imaginar cosas, tan solo te haces daño.
Sonrió al mirar su obra de arte y se incorporo aprisa para ir hacia el chico de pelo rojo.
-Mira- grito con emoción mientras exponía la hoja en sus manos -¿Te gusta?
-¡¿Eh?!
Ambos hombres observaron los garabatos del pequeño, el cual al parecer representaba a una persona con una gran sonrisa.
Hiro sintió como de nuevo se aguaban sus ojos, sabía que el pequeño no tenía la culpa pero tenerle cerca le ponía sumamente triste, sin embargo ya que había ido directamente a él tenía que darle su opinión respecto a su “obra”.
-Eres muy buen dibujante.
-¿Enserio? –Sonrió más ampliamente- A papá también le encantan mis dibujos, dice que el retrato que le hago lo pone feliz y por eso quise…
-A tú papá…- su voz se apago, aunque quería confiar en su pareja sabía que los niños por naturaleza no mentían.
-Huh- sus pequeñas orbes también se humedecieron al ver el rostro del mayor- pensé que con tú retrato podría animarte pero te pusiste mas triste.
-Hiroshi, va a llorar- murmuro Tatsuha viendo la situación.
-¡Ah! No, es hermoso- repuso una vez vio esa carita contraída por la tristeza –Es sólo que no me habían regalado nunca antes una imagen tan linda así que me sentí demasiado feliz.
-¡Oh!, entonces te haré muchos dibujos más- dejó aquel papel en manos del guitarrista y salió de nuevo hacia su área de “trabajo” –para que el novio de papá me quiera mucho.
Ambos chicos le miraron con sorpresa.
-¡¿El novio de papá?! –repitieron de forma inconsciente.
-¡¿Acaso sabes que tú papá y yo…?!
Pero el pequeño ya no prestó atención a la pregunta pues estaba concentrado coloreando con su crayón verde.
-¡Lo ves!- trato de alentarle aunque sabía cuan malo era para hacer eso- Si él sabe sobre ti quiere decir que esto puede ser sólo un malentendido.
-¿Cómo?- fue lo único que broto de sus labios con un tono de voz que denotaba esperanza.
-Pues… quizás lo adoptó o la mujer, no hablaba japonés muy bien ¿cierto?- argumento con mayor nerviosismo al mirarse como la última esperanza en esa relación, de él dependía el futuro de esos dos… “¿porqué no me quedé callado?”- tal vez se confundió y soltó palabras similares, no estoy seguro pero lo que si es que debes escuchar hasta el final la explicación de K.
-Lo lamento –murmuro- no es a ti a quien debería interrogar…
-No tienes que disculparte, creo que soy malo para esto por eso perdí a Ryu- suspiro con tristeza.
-¿De verdad lo perdiste?- indago –Quizás con un poco de tiempo…
-No- negó inmediatamente- en verdad lo he perdido… pero no es como si no fuera a ganarlo de nuevo- sonrió con emoción.
Hiro le miró sorprendido, su aspecto denotaba cansancio más la determinación al decir aquello no sonó ni un poco agotada.
-¿Sabes? Creo que esto era lo que necesitaba- afirmo mientras bebía el último sorbo de té- Al inicio me maldije y me odie, incluso desee desaparecer pero, ¡no podía! Si tuve bastantes años para perderlo… se que me resta una vida para recuperarlo.
-No es algo fácil de perdonar- agrego sincero.
-No busco su perdón, renuncie a eso desde que se fue- tras pensarlo mucho había llegado la respuesta a sus preguntas- Empezaré de cero, como su fan, como su amigo, como confidente… no sabes el tiempo que me tomó llegar a su corazón pero te aseguro que aún cuando ahora sea “imposible” ahí estaré de nuevo.
-Estúpido, inmaduro, brabucón e infiel- enlisto mientras su acompañante agachaba su mirada ante crueles verdades- Te juzgas muy mal, Tatsuha.
-¿Eh?
-Eres fiel a tus convicciones, actúas tan firme incluso aunque la duda y el miedo te corroen ¿cierto?, llegas a ser honesto con facilidad cuando hablas de la persona que más amas y- le miro con comprensión –enfrentas los errores como todo un adulto, seguro Ryuichi dejó de ver eso en algún momento pero ahí siguen, es hora de que le muestres tú verdadero y definitivo regreso.
Sonrió ampliamente ante ello, ¿Qué acaso no lo odiaba? ¿No lo culpaba por lo que le paso a su amigo? ¿Por qué su repentino cambio?... bueno no importaba que hubiese pasado, mientras tuviera esas palabras de aliento seguro podría con todo.
-Equivócate y volverás a ser un cretino- sentenció antes de ir a dejar los trastos vacíos al lavabo.
Aquello lo dejó perplejo, “Que tipo tan susceptible es”
-¡Cretino!- repitió el niño con emoción al aprender una nueva palabra- Cretino cretino cretino cretino cretino.
-¡Hey! no digas esas cosas- le reprendió.
-Papi lo dijo, así que eres un cretino- razono el pequeño.
-¡No es tú papi!- alegó un poco irritado por su nuevo sobrenombre.
-¡Si lo es!- contraataco con su infantil encanto –Papi quiere a papá y están juntos por lo que Mike es su amado hijo- murmuro con los ojos aguados- él si me quiere…
-¿Qué crees que haces peleando con un pequeño?- refuto al escuchar tal alboroto a su regreso.
-¡PAPI!-grito para lanzarse a sus brazos y sollozar- ese tipo malo dice que no eres papi.
El guitarrista estaba sumamente confundido ante la situación más el pequeño en sus brazos que hipeaba sin control le causo gran ternura que correspondió el abrazo.
-Bueno creo que tienes razón.
-¡Nakano! No le digas mentiras o…- callo sus protestas al ver la dura mirada de su anfitrión.
-Escucharé su explicación pero si es una de las opciones que dijiste sería cruel negar lo que será obvio.
-¿Estás de acuerdo aunque no sabías nada?
-Seguro hubo razones y circunstancias que lo obligaron a guardar el secreto pero mientras descubro la verdad no pienso hacerlo llorar.
-Hasta que todo termine mal y dejes a su padre ¿no?- murmuró para sí.
-Papi ¿Cuándo llega papá?
**********
-Está profundamente dormido –comento mientras acomodaba una silla junto a la cama del cantante- procure no hacer demasiado ruido, hoy ha sido un día muy duro para él.
Ni prestaba el mínimo interés a lo que la enfermera le decía, su atención estaba totalmente en el chico que dormía en aquella cama y aún cuando su aspecto era deplorable su sueño parecía muy pacífico.
-Déjenos solos –ordeno al notar aún la presencia de la chica en la habitación.
-¿Eh?... Ah, p-por supuesto, perdone- se disculpo al percatarse que se había quedado anonadada observando a aquel sexy hombre.
Al escuchar el sonido de la puerta cerrarse finalmente decidió acercarse.
Paso repetidas veces su mano sobre la ajena con delicadeza y ternura, procurando no despertar al dueño de la misma.
Sus ojos no podían despegarse de esas ojeras tan notables, de la pálida cara, sin duda un rostro demacrado y aún así para él, hermoso.
A primera impresión le había causado una ira incontenible pero el verle ahí tras tantos meses, habían hecho que ese odio que albergara su corazón se convirtiera en un gran suspiro y saliera por completo de su cuerpo.
Tohma sufriría, eso era un hecho pero por el momento tan sólo quería comprobar que finalmente podía tocar nuevamente a su pareja.
-No sabes cuanto deseo que despiertes- pensó mientras continuaba acariciando al menor- Te he extrañado, mi pequeño tonto.
Después de ver a su hijo, exigió saber donde estaba su esposo y aún cuando al principio los médicos se habían opuesto que le viera en ese momento dado su delicado estado, le permitieron pasar tan sólo unos minutos. Y más que nada para comprobar que realmente era Shuichi.
No logrando conformarse con tan simple toque, se levanto de su asiento para acercarse más al cantante.
-Mejórate pronto, mi amor- murmuro cuando estuvo a solo centímetros de su rostro –regresa a casa con nosotros, Natsui y yo estamos esperando por ti.
No le importo aquellas extrañas miradas posadas sobre su persona y mucho menos le preocuparía las mil y un burlas que su primo o K -quienes estaban en la puerta- le pudieran hacer después.
-¿Y pensabas que mi faceta era extrema?
-No te preocupes, antes de Kitazawa él era así- comento con nostalgia y alivio, tal parecía que la “cura” para la terrible personalidad de su primo… finalmente había llegado.
-Podrían moverse en lugar de decir estupideces- sentencio una vez se despidiera de su amor, quería marcharse antes de profanar aquellos dulces labios que sabía no le corresponderían.
-Pensé que tendríamos que sacarte a la fuerza de aquí- protesto sorprendido -¿Acaso estás avergonzado?- inquirió con maldad.
-Debo ver a ese doctor para saber cuando saldrá- corto antes de que continuaran con las burlas –necesito que vayas a casa por ropa para mi hijo y otras cosas, no me iré de aquí ni un solo instante.
-Entiendo pero ¿No es eso demasiado?
-¿Demasiado?
-Bueno, los hombres de K tienen el lugar rodeado y nadie puede entrar ni salir sin que nos enteremos.
-¡Ah, claro! –Menciono con sarcasmo- Hablas del tipo que le perdió en primer lugar ¿no?
El americano no protesto, estaba justificado tal argumento y era un hecho de que el más enojado por ello era él mismo.
-Tan sólo sigamos a Mr. Yuki- cedió.
-Más importante ¿No deberíamos informárselo a los demás?
-Oh, right.
-¿Los demás?- les miro de forma seria, no quería que nadie más supiera sobre donde estaban.
-Hiroshi estaba sumamente preocupado y K, tuvo que amenazarle para que no viniera- alego a sabiendas de lo que el escritor pensaba- son como hermanos… y estando en eso, también su hermana debe estar muy preocupada.
-¡No!
Ambos le miraron sorprendidos ante la seriedad con que aquella negativa fue dicha.
-Nakano puede venir si quiere y sólo entrará a ver a Shuichi cuando yo este presente, en cuanto a la chica… Ni una palabra o estás muerto Yuji.
Sin más vieron como este partió, seguramente en busca del médico.
Yuji no sabía que pensar, que dudará tanto de aquella joven le ponía a pensar si realmente Eiri estaría bien o ¿acaso la seguía confundiendo con Shuichi?
Tomo su celular y busco entre los contactos con M, dando finalmente con Maiko pero antes de que siquiera pudiera seleccionar el nombre el rubio manager le sostuvo firmemente su mano.
-Se porque dudas pero… ¿realmente prefieres confiar en una extraña que en tú primo?
Dio un respingo ante la pregunta, K sabía exactamente lo que estaba pensando y por supuesto que dudaba tanto del estado físico como mental de Eiri, sin embargo aún así confiaba en él.
-Eres increíble- le aseguro.
Este sólo sonrió, no es como si en su vida no hubiera guiado el camino de otras personas y sin duda tal parecía que no sería la última vez.
En cambio en ese momento pensó en la única persona que le había ayudado a él a escoger su destino y que sin duda ahora que estaba más relajado, necesitaba ver urgentemente.
-Tengo que informárselo a Hiro.
-Claro, ya escuchaste que no hay ningún problema.
-Volveré en unas horas, seguro vendrá conmigo.
-¡Espera un momento!- alego un poco turbado -¿Irás por él?
-Es más mi deseo de estar cerca suyo ahora que hemos encontrado a Shuichi, que considerarlo necesario.
-Lo comprendo pero ¿Estaremos bien?
-El lugar está totalmente rodeado y vigilado, además no se ve como si Mr. Yuki fuera a retirarse un solo momento de aquí.
Suspiro con preocupación a pesar de todo eso no dudaba que alguno de sus primos intentará una artimaña.
-Ve con cuidado.
-Prometo no demorarme.
Y sin más salió a prisa mientras llamaba a sus contactos para que le facilitaran el helicóptero en el que había ido con Yuji hasta aquel lugar.
Justo estaba recorriendo los pasillos cuando un hombre camino hasta a él y sin decir nada le siguió el paso.
-Tengo que retirarme un par de horas ahora que la situación está bajo control- hablaba sin dejar de caminar un solo instante- no es necesario que deje instrucciones ni olvide mencionar que estás totalmente a cargo.
-Entendido, no le defraudaré Mr. K- aseveró.
-Nos vemos después Ark.
Finalmente se detuvo al pie de las escaleras tal parecía que el americano se iría en helicóptero, lo cual sólo le dejaba unas horas para poner en marcha el plan.
-Hora de comenzar- fue lo único que murmuro por aquel radio que portaba.
**********
-No, no hay ningún problema para dar de alta al joven Shindou- menciono sumamente nervioso –La operación resulto exitosa y tras dar a luz su vida dejo de correr peligro, por supuesto necesitará mucho reposo para recuperarse por completo.
-Entonces lo más pronto podría ser…
-Hubiéramos preferido que pasará unos días más aquí pero si continúan preocupados por todo lo que ha pasado podemos tramitar su salida en un par de horas.
-Eso estoy esperando, no puedo dejar que alguien más intente llevárselo.
-Descuide joven Yuki, en cuanto tenga todo listo le informare- no podía verle directamente por la tensión en el ambiente- pero le pido lleve al chico a revisiones periódicas.
-Avíseme cuando todo este listo.
-S-si, s-seguro.
Una vez aquel hombre saliera de su consultorio suspiro con alivio.
-Si que es un tipo peligroso, ¿ahora que debería hacer? –Se cuestionaba con temor- espero no tener más problemas o seré despedido.
**********
Abrió sus ojos con pesadez, su cuerpo estaba totalmente adolorido y ni mencionar el terrible dolor de cabeza.
Miro aquella habitación, hacía tan sólo 30 minutos que había despertado pero quería continuar durmiendo y porque no… para siempre.
¿Qué otro sentido podía tener su vida? Su hijo no estaba y su esposo menos, estaba sólo en aquel cuarto de hospital sin saber como llego o quien fue quien lo ingreso.
-Agh, necesito agua.
-Espera un momento- agrego al ver como el chico intentaba incorporarse- no deberías esforzarte tanto en esas condiciones.
-No duele tanto como saber que lo perdí- respondió al ver como entraban a su habitación- ¿Terminó su llamada?
-Si, gracias por esperar- murmuro con una gran sonrisa- he hablado con el doctor y en unas horas te darán de alta, por lo que podremos irnos a casa.
-Espero que para entonces las nauseas se hayan ido… de cualquier modo gracias, Kitazawa.