CAPÍTULO XIII “LOS PLANES DE HARRY”, parte 2.
-Ginny, ¿cómo puedes ser tan descarada?- gritaba Harry sin ser escuchado.
-Amor, esto es un adelanto de lo que vendrá- se quita el vestido y queda en ropa interior- ahora estás a mi merced, puedo hacerte lo que yo quiera- se pone encima del cuerpo del moreno y lo abraza fuertemente con sus brazos entrelazados al cuello- no sabes lo rápido que late mi corazón al estar así, te deseo tanto, que si me permitieras hacerte el amor, te darías cuenta que Malfoy sólo fue un error y yo soy tu salvación.
-¡Estás loca, no sabes lo que dices, detente!- gritaba e intentaba moverse, pero su cuerpo seguía paralizado.
TOCAN LA PUERTA…
-Ginny, te llama tu mamá- le dice Hermione desde el otro lado de la puerta.
-Gracias Herm, me salvaste- decía aliviado el pelinegro para si mismo.
-Ni creas que te salvaras de esta, amor- se coloca el vestido y lo besa en los labios- vengo más tarde- abre la puerta.
-Tu mamá está en la cocina- le dice la castaña.
-Gracias- dice secamente, bajando las escaleras.
Hermione espera hasta que se percata que la pelirroja no está a la vista y entra a su piesa.
-Harry, voy a sacarte de aquí, Ginny está totalmente fuera de control y podría lastimarte, pero debes regresar, por favor- le toma la mano- es hora de comenzar.
Ata el cuerpo de su amigo con una cuerda y lo arrastra hasta el borde de la ventana, donde con mucho esfuerzo, lo baja hasta que lo recibe Ron en el pasto… luego el pelirrojo, llevó a su amigo hasta el auto familiar, y de ahí, acelerar…
Hermione quedó muy cansada por el gran esfuerzo hecho, sí que era pesado el cuerpo.
Ginny no se dio ni por aludida porqué estaba muy enfrascada en lo que le haría a su “amor” cuando llegara su tiempo a “solas” y por otro lado, amasaba el pan para la cena.
-Amigo, ya está todo listo, al menos por hoy sé feliz, ya veremos después cómo mantendremos a raya a mi hermana.
Harry internamente no cabía de felicidad, si su presentimiento era correcto, Draco lo estaría esperando.
Draco caminaba de un lado para el otro, inquieto, pensando que algo no había resultado bien.
Ron dejó el auto estacionado y sacó a Harry del interior y poniéndolo sobre su espalda lo llevó a la casa.
Draco sale a su encuentro y el pelirrojo deja al moreno recostado sobre un sillón.
-¿Qué pasó?- pregunta el rubio.
-Él te lo dirá cuando despierte, yo cumplí con mi parte, sólo te diré que si lo lastimas, te buscaré y te haré pagar por ello.
-Eso no es de tu incumbencia, además Harry sabe mis condiciones, eso es algo entre él y yo.
-Ya te lo advertí Malfoy, no lo dañes- sale de la casa cerrando fuertemente la puerta.
-Creo que tu amigo se preocupa mucho por ti, ojala sea eso y no algo más, aunque esté a punto de casarme, y te dije todas esas cosas sobre que cada uno debe seguir su camino, que no nos veamos más, si lo único que deseo ahora es estar contigo.
-Dra…co, yo también te deseo, pero cómo te lo hago saber- intenta moverse.
-Sé que me deseas, pero no puedes moverte, sospecho de qué se trata y que es tarde para revertir su efecto, aún así- se acerca a sus labios y lo besa.
-Ahh, gimió Harry de placer ahogado.
-A lo mejor sientes cómo mis manos rozan tu piel, que buscan tu aprobación- se aleja y toma el cuerpo de Harry para llevarlo hasta una cama y depositarlo ahí… luego lo desnuda y lo cubre con una sábana… después se desnuda y se aferra a su lado y le susurra al oído sensualmente- esperaré hasta que despiertes- pone una mano encima de su parte baja, acaricia y se excita… sin previo aviso y cuando estaba llegando a su propio clímax una mano fría se posa en su torso.
-Ha…rry
El pelinegro no dice nada, sino que incita al rubio a continuar con su labor, y no se queja demasiado, más bien, se posiciona encima del moreno y fricciona su cadera contra la del otro… luego de preparar la entrada, lo embistió.
El moreno mantenía los ojos cerrados, los efectos de la parálisis no había cedido por completo, su voz no había regresado… apenas gemía o se quejaba… el rubio continuaba embistiéndolo, mientras besaba su cuello… así pasó el tiempo… estaba colmado por deseo, lujuria… hasta que la última embestida, se derramó al interior… jamás olvidaría aquella sensación.
Los músculos de Harry poco a poco se fueron relajando… Draco salió de su interior y se quedó a su lado, mientras recobraba el ritmo normal de su respiración.
-Draco me ha hecho suyo… una lágrima rodó por su mejilla- este día será mi tesoro, aunque yo prácticamente no hice nada… apenas pude mover mi mano para acariciarle el torso…
-Eres todo lo que pedía, lo que mi alma vacía quería sentir… le susurra al oído- el matrimonio será en una semana más- se queda callado al sentir un dedo sobre sus labios.
-Eso… será la próxima semana, desfrutemos de hoy- se acerca a sus labios y lo besa.
-¿Acaso quieres más?- le susurra el rubio.
-Quiero mi revancha- le contesta con los labios entreabiertos y Draco no se pudo resistir cuando Harry pasó su lengua por ellos.
-Tendrás tu revancha… gatito- atrayéndolo hacia si y quedando el moreno arriba.
-No sabes cuánto he esperado este día, el día en que puedo decir que eres mío- moviendo sus caderas suavemente contra el otro.
Draco gimió… jamás creyó que Harry fuera tan apasionado, pero a su lado, no era más que un aprendiz.
-Soy yo el que mando- dice el rubio cambiando las posiciones.
-Gánatelo, demuéstralo- sube un poco sus caderas.
-Ya que tanto lo pides…
MADRIGUERA…
Ginny entró a su piesa y no vio a su “amor” en su cama.
-¿Dónde estás?- pregunta asustada… no pudo haber escapado por si mismo ya que estaba paralizado… ¿cómo?... ¡RON Y HERMIONE!- grita.
Hermione: tengo un mal presentimiento.
Ron: creo que ya se dio cuenta- se levanta del sillón.
Hermione: ¿qué te parece si damos una vueltecita?- abre la puerta y sale en dirección del auto.
Ron: yo manejo- suben ambos al vehículo y aceleran.
Molly que estaba tranquilamente tejiendo un chaleco casi se cae de la silla al escuchar el grito de su hija…
Mientras que Ginny seguía gritando sin sentido… los chicos estaban de lo más mal juntos, y su madre estaba tan harta de escucharla gritar como un berraco que la abofeteó para calmarla y lo único que consiguió fue que escapara de la casa.
Molly: Arthur anda a hablar con tu hija, no escucha razones.
Arthur: son cosas de la edad, ya verás que cuando los chicos regresen, todo pasará.
Molly: tienes razón amor- lo abraza.
Arthur: pues claro, son nuestros hijos.
Continuará…
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