CAPÍTULO XV “TÚ NO ERES LO QUE YO QUERÍA”
Tú no eres lo que yo quería, ¿por qué insistes en esto?, no funcionará, sólo he regresado porqué alguien me lo pidió y sólo esa persona tiene la facultad de devolverme a ese sitio oscuro, del que tanto he huido hasta ahora… no me pidas algo que no está en mis manos darte, no lo tendrás… todos tenemos algo que perder, por mucho que nos duela, por mucho que hiera, se nos va por entre lo dedos.
Harry se sentía desorientado, algunos recuerdos agolpaban su mente, ¿acaso no podría relacionarlos?
Lo más extraño de todo, era que dentro de su cabeza, un chico rubio ocupaba su total atención, cuando pensaba en él, su corazón se aceleraba, se sonrojaba e incluso no era molesto, aunque también había una especie de sentimiento de tristeza, era doloroso acordarse, como si le hubiese abandonado, sin saber porqué, una lágrima rodó por su mejilla, al percatarse, pasó su mano, secándola… no sabía su nombre, no sabía si era correcto sentir eso… afecto… dolor.
MANSIÓN MALFOY…
Draco llegó a su mansión, después de su encuentro con Harry… sería difícil vivir sin ello, ¿cómo podría vivir sin ello?, ya estaba casado, ¡casado!, no la quería, ¡y debía aprender a quererla!, en cosas de cama, estaban juntos; sin embargo, ese cuerpo jamás podría ser el de él… debería acostumbrarse a ello, vivir cada unos por su lado, ¡cómo!, si era adicto a cada contacto o recuerdo de él, ¿cómo te metiste tan profundo dentro de mí?, ¿cuándo lo permití?...
Si creyese en los milagros,
Tendría tu respiración junto a la mía,
Podrías ser tan tangible,
Y no invisible al contacto,
Si las frías manos recorrieran,
La extensión de tus brazos,
Sentirías un escalofrío,
Que luego se convertiría en calor,
Esta pasión en amor,
Algo que el olvido jamás podría romper…
-¿Desde cuando soy tan cursi?, antes no era así, no soy así, soy un Malfoy, esas cosas de cursilería que te llegan a salir caries, son para los débiles de carácter, no para alguien como yo, que no pasa los años por mi piel blanca, tersa, que tengo un cuerpo envidiable, una fortuna cuantiosa, una mansión de lujo, con escaleras de mármol, sábanas de seda, bordadas con hilos de plata, o sea, soy el mejor partido, alguien con el cual matarían por estar, ese Potter se lo pierde… no valora todo lo que soy, fingir pasión es mi especialidad y el amor, no me hará falta…
-Drake, ¿vamos a dar un paseo?- se acerca melosa a su lado.
-Esto es lo más desagradable- piensa- ¿adónde quieres ir?
-Podríamos ir a almorzar fuera, aprovechar al máximo nuestro tiempo juntos, caminar tomados de la mano como dos enamorados, sentarnos en una banca, contemplar la pileta del parque, sentir la fría brisa que lo recorre, la misma que levanta las faldas de las chicas, que desordena el cabello… te quiero tanto Draco, daría todo para que fueras feliz conmigo, que no tuvieras que ir nunca más donde él, ser todo lo que tu querías tener.
-Todo lo que yo quería, no eres tú, jamás podrías serlo- piensa- llegó el momento en que el corazón muera, la pasión aflore y las verdades se escondan.
-Salgamos a almorzar y luego veremos que pasa- responde quedo.
-Drake- dice en un suspiro de alegría- te quiero- le da un beso corto en los labios.
-Cámbiate de ropa, yo espero afuera en el jardín- se aleja a paso lento para bajar las escaleras.
-Serás mío para siempre Draco, te haré la vida imposible si te atreves a engañarme.
Buscó dentro de su closet, tantos vestidos que no podría contar, de todos los estilos, de todos los colores… eligió uno casual, conjunto con unos zapatos de tacón bajos, y un pañuelo delgado puesto sobre el cuello.
HOSPITAL…
Si más lo recordáis, Ginny, la menor de los hermanos Weasly, la villana de este fic, a la cual quieren que mate lenta y dolorosamente, se había desmayado en mitad del pasillo, ni mencionar el escándalo que se armó cuando se la llevaron en una camilla a observaciones… ¿embarazo? O será otra cosa… Molly ya no le quedaban uñas que morderse, Arthur, con los nervios destrozados, bastante tenía con una esposa que hablaba hasta por los codos de su importante misión como padre de familia, Ron, impulsivo, quería explotar el hospital porqué no le daban noticias de su hermanita, los gemelos, espiaban, saltaban de un lado a otro, como si fueran a ir a una función de circo.
Ginny, recostada sobre una camilla, con una fuerte calmante… no estás embarazada, por si acaso, son los síntomas de tu período, aunque pudiste haber quedado en estado, por circunstancias que desconozco no alcanzó el óvulo a ser fecundado… puedes irte por la tarde, firmaré el alta y todo está listo- termina de decir el Doctor para abandonar el cuarto.
-Gracias Doctor… ¡demonios!- piensa- debió ser producto del ataque y su organismo no funcionó en su totalidad, ahora tendré que esperar al menos quince días más, tanto me odias Dios mío…
Hermione conversó con el médico tratante de Harry y le pidió unos minutos para platicar con su amigo… sólo unos minutos… fue la respuesta.
-¿Quién eres tú?- pregunta confundido el pelinegro.
-Hermione, tu amiga.
-Quiero a mis padres, ¿podrías llamarlos?
-Ellos no pueden venir.
-Puedes llamarlos por favor, me siento extraño, ellos son los únicos que me entienden, yo no se…
-Harry, mírame y escucha lo que tengo que decirte… pausa- tus padres murieron hace años.
-¡Mientes!, ¡suéltame!- grita- ellos me dijeron que jamás me iban a abandonar, ¡llámalos!, ¡búscalos!, por favor… al borde del llanto…
-No llores- lo abraza.
-¡Suéltame!, tú nunca serás lo que yo quiero, todo lo que desee se me fue, lo dejé ir… catalepsia, muerte aparente, sueños inequívocos… Dra… co… Dra… co- susurra y cae como saco de papas, inconsciente.
-¡Harry!, ¡despierta!- gritaba histérica la castaña.
-Srta, quítese- dice el médico- revisa los signos vitales del moreno… no hay nada que hacer… entró en estado de coma, podrían ser semanas, meses, incluso años o nunca.
-No puede ser… Dios…
Ginny que se había levantada para saber cómo se encontraba su “amor”, ya que nadie se dignaba a decirle nada, como si la ignoraran a propósito.
-Estado de coma… no… se vuelve a desmayar.
-¡Ginny!- grita la castaña.
-Dios mío, esto no acabará nunca- el médico suspira- enfermera, llévela a su habitación, no quiero escándalos.
-Como usted diga, Doctor.
-¿Qué pretende hacer?- dice alterada Mione.
-Soy el único que conoce su estado real, o sino hace mucho que hubiera muerto… ahora ya perdió las ganas de vivir, la ciencia nada puede hacer si el problema es del alma.
-¿Qué podemos hacer?
-Esperar, aunque ya no tenga sentido.
Continuará…
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