CAPITULO 3
Byakuya... ¿Qué fue lo que sucedió? Por mas que intento comprenderte no puedo, al fin estábamos juntos y ahorra nuevamente nos encontramos separados, no puedo dejar de preguntarme ¿Por qué?
-¡Hola Renji!... ¿Te pasa algo?
-No...no es nada
-¿Es por mi Nii-sama? ¿Cierto?
-De... ¿De que hablas?
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Rukia lo sabía todo, Byakuya personalmente le había contado y yo no me quede atrás, le conté mi versión de la historia, desde como me había enamorado de el hasta lo sucedido anoche, esperaba que me diera algo de animo o algún consejo pero lo que me dijo fue mas útil e inesperado, la repuesta a mi enigmática pregunta...
Ayer fue el primer aniversario de la muerte de su esposa, la hermana mayor de Rukia...Hisana... ellos se conocieron accidentalmente durante una misión de Byakuya, fue amor a primera vista, comenzaron a salir hasta que finalmente llegaron al matrimonio; sin embargo muchos se oponían a esa unión debido a que ella era solo una simple habitante del rukongai... al igual que yo... aun así el amor perduro pero, nada es para siempre...
La cruel muerte los separo, destrozando por completo el corazón de mi capitán quien en un intento de evitar el sufrimiento levanto a su alrededor suyo una barrera, transformándose en el Kuchiki Byakuya que todos en el seireitei conocen, frió y sin sentimientos.
-El también me dijo el porque de lo sucedido anoche...
Pase saliva, me sentía nervioso, la duda... el miedo
-"Hisana fue mi felicidad pero ahorra es la causa de mi dolor, es la razón por la cual no estoy seguro de mis sentimientos hacia Renji, no se si es amor lo que realmente siento o si solo busco consuelo en el"... esas fueron sus palabras
-Ahorra comprendo
Si yo estaba confundido el lo estaba mas, lo que yo he sufrido no es mas que una mísera gota de agua, en cambio el... en esos momentos lo único que quería era estar a su lado, abrazarle, consolarle, demostrarle mi amor para así sanar su corazón ¿Qué hago aquí entonces?
-Discúlpame Rukia pero, tengo que hacer algo
-No hay problema, nos vemos luego
Me despedí de ella y salí corriendo como alma que lleva el diablo a la mansión Kuchiki, a decir verdad, no tengo ni la mas mínima idea de que es lo que voy a hacer, no comprendo lo que hago, solo escucho a mi corazón y sigo mis instintos teniendo fe en que sea lo correcto.
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Entre sin pedir permiso tan pronto como el mayordomo abrió la puerta, me adentre por los pasillos hasta llegar a su habitación, me detuve unos segundos y sin aviso alguno entre azotando la puerta, ahí estaba, vestido con un yukata blanco y sin el kenseikan
-¿Renji? Qué...
No lo deje terminar la frase, fui directo hacia el, lo tome por los hombros y lo bese, no podía creer lo que había hecho pero lo que mas me sorprendido fue que Byakuya me correspondió, un mar de nuevas emociones me invadió, era difícil de explicar, yo era algo torpe pero con un maestro como mi Byakuya no había mucho problema, el beso se torno mas apasionado y cuando me di cuenta estábamos tumbados en la cama, nos separamos por la falta de aire. Sus negros cabellos estaban esparcidos por toda la almohada, sus labios y mejillas mostraban un tenue color carmín; por un momento quise continuar pero me contuve
-¿Estas seguro de esto?
Se quedo callado, lentamente tomo mi rostro entre sus manos acercándolo al suyo depositando un dulce beso en mis labios
-¿Eso responde tu pregunta?