El Sótano por lizerg_chan

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Notas del capitulo:
Siento la demora n_n y espero les guste el capitulo

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.

Advertencia: Shonen Ai (Lo se, raro de mi), AU (Universo Alterno), Contiene terror, sobre natural, espiritual, Drama, entre otros.

Beta: Usarechan

Aclaraciones:

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Capitulo 13.- Planeando

Sasuke y Naruto habían ido al pueblo a comprar algunas cosas que el azabache desconocía. Desde que salieron de la posada no habían dicho palabra alguna.

“Un arma de doble filo” —había dicho Naruto. Un arma de doble filo, ¿A qué se refería? ¿Qué era tan malo o peligroso que el rubio estaba tan serio?

Pasaron unos minutos antes de que Naruto le pidiera detenerse. Sasuke aparcó su vehículo frente a una tienda de aspecto lúgubre; las paredes estaban pintadas de negro, en los escaparates se exhibían cráneos de todas las clases, frascos con desagradables sustancias. El letrero era de colores grises con letras rojas chorreantes como si hubiese sido escrito con sangre.

Naruto bajó del auto dirigiéndose a la puerta; se detuvo para mirar sobre su hombro aguardando que Sasuke se acercara.

— ¿Por qué venimos aquí, dobe? —lo cuestionó Sasuke en tono neutral. Naruto esbozó una extraña sonrisa, respondiéndole que necesitaba comprar algunos ingredientes.

En esos momentos, Sai salía de la posada; había logrado contactar con Hinata quien llegaría al día siguiente pero ni rastro de Gaara, ¿había tenido alguna complicación? ¿Se encontrará bien?

Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando un motociclista frenó con sonido chirriante hasta que quedó a pocos centímetros de él.

— ¡Ten cuidado idiota! —le gritó al hombre, furioso, quien traía un casco negro y un traje de cuero del mismo color ajustado a su cuerpo.

—No es usual en ti ser tan distraído —habló el desconocido con voz gruesa y sensual.

— ¿Gaara? —cuestionó al tiempo que el aludido se quitaba el casco, revelando a un joven de rebeldes cabellos rojos; poseía unos hermosos ojos verdes rodeados por ojeras y poseía un tatuaje en la frente.

— ¡Idiota! —le gritó, furioso pero feliz a partes iguales — ¡Pudiste matarme! —Gaara rodó los ojos; su novio podía llegar a ser tan dramático e infantil en ocasiones. Lo besó para cerrarle la boca y que dejara de gritar.

Tan concentrados estaban degustando aquel sabor del otro, que no se percataron que eran observados por Susan, Ino y Yuki, quienes acababan de salir de la posada.

—Vaya que guardadito se lo tenían —mencionó Ino entre risitas. La pareja se sobresaltó; miraron a las chicas que sonreían con cierta picardía.

¡Atrapados!

—Eh, chicas… —intentó decir Sai —esto…

—Nos alegra que llegaras Gaara —lo interrumpió la estadounidense —. Sai ya se estaba volviendo realmente insoportable con eso de que no respondían nuestras llamadas ni mensajes.

—Tuve algunas complicaciones —dijo secamente sin mirarlas, ya estaba lo suficientemente avergonzado.

— ¿A dónde van chicas? —las cuestionó Sai. En ausencia de Naruto, él era el líder y debía velar por la seguridad de todo el equipo.

—Al pueblo —respondió una muy sonrojada Yuki, que aun no se recuperaba de la sorpresa causada por ver al segundo al mando besando tan… íntimamente a uno de sus compañeros, especialmente a un hombre y no es que le sorprendiera, sabía que a Sai le gustaban los hombres pero aun así le daba pena.

—El posadero nos dijo que en el pueblo hay una tienda que vende refacciones y cosas eléctricas —comentó Ino —, quizás tenga las piezas que Yuki necesita para reparar el equipo dañado.

Gaara miró a su novio como esperando una explicación. Sai, le sonrió explicándole lo que Sakura había hecho; sobra decir que el pelirrojo se enojó, odiaba a esa zorra de cabello rosa como todos en ese equipo.

—Tengan cuidado, chicas —pidió Sai, dándole las llaves a Susan, quien le guiñó un ojo.

—Y ustedes no hagan mucho ruido o podrían incomodar a los otros huéspedes —aquel comentario hizo sonrojar a ambos jóvenes y a la pobre Yuki que estaba a punto del desmayo.

—Los americanos tienen un humor muy malo —comentó Gaara después de que las chicas se hubiesen ido, Sai tan solo asintió, sonriendo de medio lado por lo que había dicho la psíquica.

Sal bendita, incienso, cuarzos, sirios negros; fueron algunas de las cosas que el rubio compró en aquella rara tienda, objetos que eran inofensivos por separado, pero juntos y en manos inexpertas podrían llegar a ser muy peligrosos. Lo que más llamó la atención del azabache fue una daga cuya hoja no era recta, sino con pequeñas curvas que terminaba en una fina punta; el mango tenía la forma de la cabeza de un demonio.

— ¿Para qué compraste eso, dobe? —le preguntó Sasuke una vez se subieron al auto. Naruto solo se limitó a murmurar un escueto: “ya te lo dije” y suspiró pesadamente con la preocupación impresa en cada centímetro de su rostro.

La tensión era palpable e incómoda, incluso para el Uchiha. Había algo malo en todo eso pero no sabía que era. El estómago de Naruto fue el que se encargó de romper aquella atmósfera; ninguno de los dos había comido nada desde la mañana y ya casi anochecía. Sasuke sonrió de medio lado aparcando frente a una pequeña cafetería.

—Vamos dobe, te invito a comer —dijo al tiempo que abría la puerta. Naruto no pudo evitar sonrojarse; por unos momentos se había olvidado de lo que había sucedido entre ellos y que el azabache lo invitara a comer no ayudaba para nada. No, definitivamente no saldría del auto ni comería en ese lugar con él a SOLAS.

Cinco minutos después… Naruto se encontraba sentado junto a Sasuke, haciendo su pedido a la mesera que, como todas las mujeres del lugar, no dejaban de lanzarle indiscretas miradas al azabache; algunas, mas aventureras, le invitaban alguna bebida o a salir pero Sasuke –quien se mantenía con cara de pocos amigos –, las rechazaba de forma grosera.

—No deberías ser tan cruel con ellas ttebayo —le reprendió el rubio al ver llorar a la última chica que se le había acercado. Sasuke tan solo le dedicó un ceño fruncido —. Olvidaba que no te gustan las mujeres pero eso no te justifica para tratarlas mal —murmuró por lo bajo, aunque Sasuke logró escucharlo.

—Ni a ti tampoco —dijo mordaz. Naruto le gritó enojado que a él le gustaba Sakura, pero el siguiente comentario lo dejó mudo.

—Si tanto te gusta, estarías con ella en vez de evitarla todo el tiempo.

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Gaara estaba recargado en una de las paredes de la habitación de Sai; tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido. Sai, estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas y los brazos a cada lado de su cuerpo. Acababa de contarle todos los detalles de aquella maldita casa y ciertamente era un caso muy difícil, posiblemente el más difícil de sus carreras.

— ¿Qué opinas? —lo cuestionó pelinegro después de un rato de silencio.

—Hinata es indispensable en estos momentos —comenzó con parsimonia —. Tres Wicca es mejor que dos —resolvió —. Según sus investigaciones, los lugares con mayor actividad paranormal es en la planta baja y sótano —Sai asintió.

—No nos fue posible acceder al sótano sin sentir que el aire nos faltaba ni experimentar una pérdida de energía alarmante —agregó el pelinegro.

—Significa que nuestro demonio se encuentra en ese lugar o quizás hay un portal —comentó el pelirrojo en tono serio.

—Quizás ambos —agregó Sai con calma.

La pareja se vio sumergida nuevamente en el silencio. No se habían visto en dos meses y deseaban tanto sentirse, pero aun así ninguno se creía capaz de disfrutar del otro sabiendo que en ese momento tenían un caso muy complicado entre manos.

— ¿Dónde está Naruto? —cuestionó el pelirrojo, Sai sonrió con cierta picardía.

—Con Uchiha-bastardo —Gaara levantó una ceja interrogante. Sai le explicó que Carter-san había enviado a un periodista de nombre Uchiha Sasuke.

Más tarde, en la hora de la cena, Sasuke y Naruto regresaron. Todos se reunieron en la habitación de Sai para hablar de su siguiente movimiento.

— ¿Estas consiente que tu proposición es demasiado arriesgada, sin mencionar peligrosa? —cuestionó Gaara a Naruto. El rubio les había contado su plan y ninguno de los investigadores estaba de acuerdo con su idea.

— ¿Qué tiene de malo que Naruto-kun haga ese ritual? —cuestionó Sakura. Sasuke también tenía curiosidad por saber, pero algo que no comprendía le ahogaba las palabras en antes de abandonar su garganta.

—Lo que Naruto pretende es hacer un ritual de invocación —explicó Gabriel.

—Invocar a un ser celestial es una buena forma de exorcizar a un demonio, sin embargo en este caso en particular donde no existe un solo lugar sin la influencia oscura, es un suicidio. —agregó Mercedes —, incluso la tierra alrededor de la edificación está maldita.

—Si se realiza un ritual de invocación en ese lugar, lo más probable es que en vez de llamar a un ángel sea un demonio lo que aparezca —mencionó Ino mirando a su rubio líder con desaprobación.

—Eso en el mejor de los casos —habló Susan cruzándose de brazos y mirando a Naruto con el ceño fruncido —, en el peor… su alma podría ser devorada y su cuerpo reducido a cenizas.

—La idea de Gaara me parece la mejor opción —comentó Sai ganándose una mirada de reproche por parte del Uzumaki —. Naruto, eres mi amigo y no tengo intenciones de perderte por algo como esto —miró de reojo a Gaara antes de cerrar los ojos —… ni a ti ni a nadie —agregó.

— ¡Pero lo que Gaara planea es más peligroso ttebayo! —gritó molesto —Si por un momento, por un instante, Temari, Ino o Hinata pierden la concentración o un poco de energía. Harán que la furia de, no solo el ser demoniaco despierte, también la de todos los espíritus humanos.

—Ellas solamente sellarán los pisos superiores donde la actividad es poca —aclaró Yuki sorprendiendo al rubio, pues no esperaba que la chica no lo apoyara como siempre solía hacerlo.

— ¡Pero eso enfurecerá a las otras entidades! —chilló molesto y a punto de perder el control.

—Naruto, cálmate —le ordenó Mercedes en tono autoritario mirándolo con el ceño fruncido.

—Si logramos liberar las plantas altas; Gabriel podrá santificarlas y de esa forma tendríamos el lugar perfecto para tu disparatado plan… —resolvió Ino.

— ¡¿Dejarán que Naruto-kun se ponga en peligro?! —chilló Sakura comenzando uno de sus acostumbrados berrinches — ¡De ninguna manera permitiré tal cosa! —Sakura gritaba cada vez más fuerte, hasta que Sasuke se acercó a ella y le propinó una fuerte bofetada, ante la sorprendida mirada de los investigadores.

—Si no vas a aportar nada, mas te vale mantener la boca cerrada —le dijo tan frío que casi la dejó helada —. Ya has causado suficientes problemas dañando los equipos. Deja de meterte en sus asuntos —finalizó antes de dar media vuelta y salir de la habitación con toda tranquilidad.

Todos estaban inmóviles a causa de la impresión. Sakura se mantenía quieta con una mano en su mejilla lastimada y la boca entre abierta. Sai, fue el primero en romper aquel extraño ambiente, soltó a reír siendo coreado por Susan y después por Temari e Ino. Sakura frunció el ceño, se levantó y salió de la habitación indignada, seguida por Naruto, quien, como siempre, parecía darle el lado a ella.

—Eso fue realmente infantil —los reprendió Mercedes mirando severamente a Sai.

— ¿Les parece bien lo que hizo Sasuke? —los cuestionó Gabriel, quien, como todo un caballero no veía con buenos ojos el ponerle una mano encima a una dama (aunque a su parecer, Sakura no lo fuera) —. A una mujer no se le pega ni con el pétalo de una rosa.

Sai resopló molesto. Sakura no era una dama, era una zorra que no perdía oportunidad de insinuársele a Naruto o cualquier chico apuesto, un estorbo que se la pasaba molestando a Yuki y a los demás, interrumpiendo o saboteando su trabajo. Sakura podía ser todo menos una dama que mereciera respeto, pero debía comprender a Gabriel; él provenía de otra cultura y época distintas, con costumbres diferentes.

—Se lo merecía —replicó Ino cruzándose de brazos —. Si le hubiesen dado unas cuantas reprimendas cuando era una niña no sería tan malcriada y caprichosa.

—Aun así, eso no le da derecho al Sr. Sasuke de golpear a Sakura —replicó Gabriel sin querer aceptar la derrota.

—Esta vez Gabriel —habló Mercedes —, estoy de acuerdo con Sai e Ino.

— ¡Pero Mercedes! —exclamó el religioso sorprendido.

—No estoy diciendo que esté de acuerdo con el proceder del joven Sasuke, pero sí con el hecho de que Sakura merecía una buena reprimenda —explicó tranquila — ¡Joder, que ya no es una cría! —finalizó. Gabriel dejó escapar un suspiro en señal de derrota. Cuando Mercedes comenzaba a utilizar jergas de su país era mejor dejar las cosas como estaban.

A la mañana siguiente; un auto llegó a la posada, de el descendió una mujer de largo cabello negro y ojos de gris claro, con ella venía un hombre de cabello castaño y ojos del mismo color que la chica.

— ¡Hinata! —exclamó Susan dirigiéndose a la recién llegada — ¿Neji? —cuestionó al ver al hombre castaño.

Neji y Hinata Hyuuga pertenecían a una antigua familia de Japón cuyas habilidades y técnicas se concentraban en exorcismos de espíritus que databan desde la era Koji. Estaban casados y eran la cabeza de su clan.

—Neji cree que necesitamos las habilidades de nuestra familia y no la Wicca —explicó Hinata con su dulce voz que, ciertamente era tímida y baja.

—Nos enfrentamos a seres muy poderosos que han tenido muchos años para arraigarse a la casa —habló Neji con tono serio. Su voz era varonil y fuerte contrastando con la de su esposa —. Es posible que no podamos limpiar ese lugar y lo más prudente sea destruirle —Susan asintió con la cabeza. Ellos ya se habían planteado esa posibilidad, era mejor quemar la casa que arriesgarse pero Naruto había decidido intentar salvarla y, como siempre, todos harían lo imposible para cumplir las expectativas de su líder.

—Estamos conscientes —aclaró la extranjera cruzándose de brazos —, sin embargo queremos agotar hasta la última posibilidad —guiñó un ojo y sonrió coqueta —. La función solo termina cuando la dama gorda canta.

Neji resopló mientras que Hinata sonrió asintiendo con la cabeza. La función aun debía continuar.

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Pasaron tres días más antes de que Yuki pudiese terminar con las reparaciones del equipo dañado. Los investigadores aprovecharon ese tiempo para recordar viejos tiempos.

Naruto, Sai y Gaara conocían a los Hyuuga y a Sakura desde el jardín de infancia, eran buenos amigos (incluyendo a la Haruno), cuando entraron en la escuela media se percataron que poseían la capacidad de ver fantasmas, eso los unió más pero hizo que Sakura se distanciara al ser la única que no podía.

—Sakura se cree superior a nosotros solo por haber estudiado medicina —comentó Ino cruzándose de brazos.

— ¡Gran cosa! —habló Temari —. Yuki tiene un posgrado en ingeniería civil y es experta en tecnología. Además, todos nosotros tenemos doctorados en diferentes campos de la ciencia.

—Sakura siempre fue una mocosa malcriada —agregó Neji con seriedad ocasionando una risita por parte de sus compañeras y de Sai.

— ¿Podemos cambiar de tema? —pidió Naruto con el ceño fruncido. Admitía que Sakura se estaba pasando (en especial en este caso), pero era su amiga y no merecía ser tratada así. —Tenemos que hablar del caso ttebayo.

—Es por eso que saco a colación “el problema Sakura” —replicó Ino cruzándose de brazos y asintiendo con la cabeza.

—Sakura no es un problema —recalcó Naruto ganándose las miradas entrecerradas de todos, ¿Es que era ciego o idiota? —… solo es “problemática” como suele decir Shikamaru ttebayo.

—Pues esa “problemática” representa un peligro muy serio para todos nosotros —dijo Sai en tono molesto —. Si Sakura está presente cuando llevemos a cabo nuestro trabajo, lo más probable es que sea atacada o poseída, poniendo en peligro a todos —advirtió Hinata. Naruto suspiró pesadamente sobándose el puente de la nariz con cierto cansancio.

—Tus sentimientos y los de ese tal Uchiha Sasuke también representan un peligro latente para todos —soltó Neji de pronto.

Naruto miró a su compañero con ojos abiertos como platos, ¿a qué se refería?

Continuará…

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