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Dance With Me por licherni

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Notas del capitulo:

bueno aki estoy otra vez con el otro fic y en noche vieja tal y como prometi

espero ke os uste y ke paseis un buen fin de año

FELIZ AÑO NUEVO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

 

Capítulo 7: Toda la verdad

 

(Narra Harry)

 

Me giro para mirar a Draco apoyado en la pared y mirándome seriamente, suspiro cansado y mi mirada se cruza con la de los gemelos y Colin. Me giro hacia mis compañeros y les sonrío dulcemente.

-Es hora de irse, ir a cenar, quiero que mañana estéis descansados.

-De acuerdo, hasta luego Harry- todos menos los gemelos y Colin se van y nos dejan a nosotros solos.

-Todavía estoy esperando la respuesta Harry, ¿qué ocurre?

-Tengo algo que enseñarte, Draco, sígueme por favor.

 

Lo llevo hasta la sala del escenario sumergido, no entro en ella desde aquel primer día. La cara seria de Draco no me ayuda para nada, Colin, Fred y George me apoyan en silencio mientras cerramos la puerta y desconectamos las cámaras de vigilancia. Le paso mi i-pod a Colin y él busca la misma canción de aquella primera vez, Draco y los gemelos se sientan en la primera fila. Me recojo un poco los pantalones y me quito las zapatillas y los calcetines, entro en el agua cuando Colin me abre el escenario. Suena la música, se mueve el agua, me muevo yo, bailamos, somos uno solo, me dejo llevar por la melodía hasta que acaba y abro los ojos. Mi mirada se cruza con la de Draco, un remolino de incomprensión, furia y tristeza teñido de plata.

-¿Entonces, aquél eras tú? ¿Has sido tú todo este tiempo?

-Sí, era yo.

-¿Por qué...?

-¿Por qué me lo callé? Porque no es fácil de explicar.

-¡Por supuesto que es fácil de explicar! ¡Me mentiste! ¡Sabías bailar! ¡Mejor que yo incluso! ¡Y yo dándote clases! Qué imbécil he sido. ¿Por qué lo has hecho Harry? ¿Querías información privilegiada sobre los demás grupos? ¿Era para echar un polvo nada más?

-¡No! Es complicado Draco, y muy difícil de contar.

-¡Y una mierda complicado y difícil! ¡No quiero saber nada! ¡Olvídame Harry! Te lo he dado todo, te he amado como a nadie en el mundo y he sufrido lo indebido para que me dieras un sí. Después de tanto romperme la cabeza por ti y ahora resulta que no es verdad, no quiero saber qué más es mentira. Te lo repito, olvídame, ya no quiero saber más de ti, te agradecería que hicieras como que nunca ha pasado nada entre nosotros.

-¡No te atrevas a hablarle así a Harry! ¡Tú no tienes ni idea!

-Eso es porque él no ha confiado en mí cómo yo lo hice en él- y sin decir nada más se da la vuelta y se va con paso ligero.

 

En cuanto las puertas se cierran detrás de él el nudo de mi garganta se desata y empiezan a salir de golpe todos los sollozos que tenía contenidos, uno detrás de otro, atropellándose entre ellos. Las lágrimas me impiden ver, las piernas me fallan y mi cabeza se bloquea por completo, sólo soy consciente de una cosa, que me duele el corazón. Sólo puedo sentir que me parto en pedazos y no puedo evitarlo de ninguna forma, se han llevado mi alma y no hay forma de recuperarla.

 

Despierto totalmente desorientado, ¿dónde estoy? ¿Una cama? Alguien me llama, ¿desde dónde? Suena alejado, amortiguado, algo me toca la cara, las manos, me agarro con fuerza a lo que tengo en ellas. Por fin consigo abrir los ojos y darme cuenta de que estoy en la enfermería, Mione, Ron, los gemelos, Colin, Nev, Seamus y Dean están alrededor de mi cama. Mione y Colin me dan la mano, todo está en total silencio, no se oye ni una mosca.

-¿Mione? ¿Chicos? ¿Qué ha pasado?- pregunto. Todos me miran, Mione es la única que no puede evitar soltar un jadeo.- ¿Qué ocurre Mione?

-Tus... tus ojos...

-¿He perdido la luz? Que no te extrañe, han hecho trizas mi alma y luego las han quemado, ahora sí que se me ha caído el mundo encima. ¿Por qué estoy en la enfermería?

-Te desmayaste, por suerte te pudimos coger antes de que tocaras el suelo.

-Quiero volver a mi habitación.

-De acuerdo, te ayudaremos.

 

(Narra Draco)

 

No me lo puedo creer, todo era mentira, me lo estuvo escondiendo todo el rato, me siento la persona más imbécil del mundo. Subo al último piso y con paso lento me dirijo a la puerta del final del pasillo, llamo con los nudillos y espero.

-Adelante- paso al despacho y me siento frente al profesor Dumbledore.- Señor Malfoy, me vuelve a sorprender su visita.

-Venía a agradecerle su ayuda.

-No fue nada, hace tres días de aquello ¿cómo os va? Hace unos días que Harry no hace acto de presencia.

-Hubo un problema, fue al día siguiente, tuvimos una discusión que me abrió los ojos y lo dejamos.

-¿En serio? Vaya, ¿qué fue lo que pasó?

-Digamos que las cosas no eran lo que parecían ser- respondo.- Con su permiso me retiro, tengo ensayos que dirigir.

-Claro- me levanto y me dirijo a la puerta.- Tal vez el motivo por el que Harry escondiese algo y no se habría atrevido a contar nada puede ser muy doloroso de recordar y complicado de explicar.

-¿Qué?

-No he dicho nada, mucho animo en sus ensayos señor Malfoy.

 

Cuando paso por recepción Erial me pilla por banda y me acorrala contra una pared, los ojos rojos de haber estado llorando y una mala ostia increíble.

-¿Quién te crees que eres?

-Confié en él, pero él en mí no.

-Ni siquiera te has parado a pensar que hay un buen motivo para que recelara en contártelo y no era por su confianza hacia ti sino la suya hacia él mismo. Está claro que los hombres no tenéis ni puta idea de nada, siempre vuestro orgullo por delante sin tener ni idea ni querer saber nada de lo que pasa. No te han abierto los ojos, los tienes tapados de no querer ver lo que pasa delante de tus narices. Tú no tienes ni idea de lo que ha sufrido Harry, tú no estuviste aquella noche, cuando todo pasó- sus ojos se llenan de lágrimas, sin decir nada más se aleja medio corriendo en dirección al baño.

 

Estoy desconcertado, ya no entiendo nada de nada, ¿qué es lo que pasa? Todos están en contra mío, todos lo protegen diciendo que lo que ha hecho está justificado, ¿por qué? ¿Qué ocurre aquí? ¿Tiene todo esto algo que ver con ese vacío en sus ojos? Vuelvo a estar como en el principio, ¿quién eres bello ángel de la tristeza? ¿Por qué tanta protección? ¿Por qué vives como si fueras del más delicado cristal?

 

(Narra Harry)

 

Subo al ascensor y me apoyo en una de sus paredes, estoy hecho polvo, apenas he salido de la habitación. No como, no duermo, se podría decir que ni siquiera vivo, me muevo por inercia, con el sólo propósito de no hacer sufrir a los demás por mi estado. Las puertas se abren y ando todo recto hasta el despacho, oigo voces dentro, una es sin duda del director la otra de Draco.

-No fue nada, hace tres días de aquello ¿cómo os va? Hace unos días que Harry no hace acto de presencia- ¿por qué miente? Estuve el lunes hablando con él.

-Hubo un problema, fue al día siguiente, tuvimos una discusión que me abrió los ojos y lo dejamos.

-¿En serio? Vaya, ¿qué fue lo que pasó?- como si no lo supieras ya.

-Digamos que las cosas no eran lo que parecían ser. Con su permiso me retiro, tengo ensayos que dirigir.

-Claro- se hace un silencio y la manilla se mueve, yo me escondo en una esquina donde no puede verme.- Tal vez el motivo por el que Harry escondiese algo y no se habría atrevido a contar nada puede ser muy doloroso de recordar y complicado de explicar.

-¿Qué?

-No he dicho nada, mucho animo en sus ensayos señor Malfoy- la puerta se abre y él sale cerrándola tras de sí.

 

Hasta que el ascensor no empieza a bajar yo no me muevo de mi escondite, luego salgo de detrás de la maceta y toco con los nudillos. Sin esperar respuesta entro y me siento en uno de los sillones que hay delante del escritorio.

-¿Has oído mucho?

-Desde su primera mentira, si no me equivoco venía a agradecerle su favor.

-Sí, así es.

-Yo también vengo a agradecerle otro de sus favores, me voy mañana, todavía tengo que terminar las maletas. También quería disculparme, después de todo lo que ha hecho por mí no he conseguido volver a bailar, espero que cancele mi actuación, porque ya no me siento con fuerzas para volver a intentar nada. Me ha hecho un gran favor dejándome escapar y preparándome el avión en tan poco tiempo.

-No ha sido ninguna molestia Harry, sabes que te mereces lo mejor.

-Al parecer alguien de por arriba no piensa lo mismo. ¿Sabe? Esta vez nadie me ha puesto un dedo encima, nadie me ha pegado una paliza y no me he pasado un mes en el hospital, aún así me siento mucho peor que entonces. En cuando atravesó aquella puerta me dio la sensación de que me habían arrancado el alma, que la habían hecho trizas delante de mis ojos para luego quemar los restos. Si viera a los chicos cada vez que miran, Erial y Mione a punto están de echarse a llorar cuando nuestras miradas se cruzan, Nev y Ron están agresivos, Colin, Fred y George no bromean, no ríen, ni siquiera hablan, Seamus y Dean hacen tan poco acto de presencia como yo y Sirius y Remus... ellos parece que comparten mi dolor con la misma intensidad que yo.

-Lo sé, ¿sabes Harry? Creo que debería contarte algo que llevamos escondiéndote unos cuantos años.

-Al parecer es la semana oficial de los secretos, adelante, cuénteme.

-Cuando despertaste en el hospital había allí tres personas, sólo reconociste a dos.

-¿Quién era la tercera?

-Un gran amigo de tu madre, tu otro padrino, él también trabajaba en una de las escuelas de Hogwarts pero al no estar en Gryffindor no os veíais tanto como con Sirius, y él no podía tener tu custodia porque ya tenía la de otro de sus ahijados.

-¿Por qué no lo recordaba si tan querido era para mí?

-Porque tu amnesia sólo tocaba puntos que eran bastante pasados, hacía un mes que no veías a ese hombre y el amor que sentías por él hizo que fuera lo único que olvidaras. No se ha vuelto a tocar el tema porque esperábamos que recordaras algo por ti mismo, espero que esto que te he contado te ayude.

-¿Alguna pista más?

-Simplemente recuerda lo que te contó en la enfermería el señor Malfoy después del aquél accidente en la playa.

-De acuerdo, muchas gracias profesor, buenas tardes.

 

Estoy en una de las salas de baile de Gryffindor, los espejos delante de mí me muestran mi pequeño cuerpo de once años. Pongo la música, una melodía suave, me muevo a su ritmo dejándome llevar, cuando se termina y abro los ojos mi mirada se encuentra con una obres de plata liquida que me miran curiosas y encantadas. Un lindo niño de pelo casi blanco y de mi edad con un chocolate en las manos me mira desde la puerta, al darme cuenta de que lo miro se esconde. Me acerco a él con una sonrisa en los labios.

-Hola, soy Harry ¿te ha gustado mi baile?

-¿Baile? ¿Estabas bailando?

-Sí, ¿cómo te llamas?

-¿Los chicos pueden bailar?

-Por supuesto, todo aquél que se esfuerce puede llegar a ser un gran bailarín, si tienes sentimientos que expresar y lo haces bien dirán que eres pura magia.

-¿Eres un ángel?

-Si tú quieres, por hoy lo seré, ven- lo cojo de la mano y dejo su chocolate en una mesita del pasillo. Lo llevo hasta el centro de la sala y pongo la música.- Déjate llevar.

 

Lo guío con tranquilidad, poco a poco una sonrisa se extiende por sus labios, es entonces cuando me quedo quieto embobado por ese dulce gesto. Es entonces cuando nos llaman a ambos.

-¿Harry? ¿Draco?- nos giramos y mi sonrisa se ensancha hasta lo indebido.- Ya veo que os habéis hecho amigos.

-¡Tito Sev!- grito eufórico abrazándome al hombre de pelo negro y lacio que está en la puerta.- Cuanto tiempo sin verte, me alegra tanto que estés aquí.

-A mí también, ¿cómo estás? ¿Te han hecho algo tus tíos?

-No, los Weasley y el profesor Dumbledore me cubren las espaldas, no se enteran de nada, ¿así que él es tu ahijado?- le pregunto señalando al chico.

-Sí, él es Draco.

-Le he visto bailar, es muy bonito.

-Lo sé, Draco, Harry es el mejor bailarín que ha entrado a la escuela en mucho tiempo, si se esfuerza sus bailes serán pura magia.

-Espero verte hacer magia Harry, prometo que te encontraré y bailaré tan bien como tú.

-Me alegraría mucho.

-Nos tenemos que ir.

-De acuerdo, te echaré de menos tito Sev, Draco, te prometo que cuando vuelvas a verme seré capaz de bailar sobre el agua.

 

Me despierto abriendo los ojos de golpe, suspiro cansado y me levanto, tengo que hablar con alguien. Bajo al piso de los despachos y me paro en la puerta de uno de ellos, llamo con los nudillos y espero.

-Adelante- abro la puerta y entro.- ¿Potter?

-¿No te dije que me llamaras Harry, tito Sev?- él me mira sorprendido.- ¿Cuánto hace que no me oyes llamarte así?

-Más de lo que querría admitir- se levanta y me abraza.- Al final cumpliste la promesa que le hiciste a Draco.

-Sí, lo sé, pero lo he perdido para siempre. Me voy mañana, el profesor Dumbledore me ha preparado ya el avión y tengo las maletas casi terminadas. Dumbledore me hizo recordar y he venido a despedirme y pedirte perdón, me olvidé de ti.

-No fue culpa tuya, ¿dime, tú de verdad amas a Draco?

-Con toda mi alma, él era lo mejor que me había pasado en la vida, me había devuelto la ilusión que perdí aquella noche. Ahora he perdido aún más, no creo que intente volver a bailar, Sev, te voy a ser sincero, si no supiera que les partiría el corazón a los chicos me habría suicidado.

-No digas eso, todo tiene solución, él no comprende, ha sufrido por su padre, él odia las mentiras porque eso hizo sufrir a su madre.

-Si hubiera alguna forma de volver con él me agarraría a ella de cualquier forma, mi vida sin él no es vida.

-Lo sé, te entiendo, no te preocupes Harry, todo se solucionará.

-Me gustaría mucho que fuera así.

 

(Narra Draco)

 

Intento dirigir las clases tan bien como puedo en mi estado pero no me resulta fácil, ahora se oyen gritos desde el pasillo, ¿qué es lo que pasa? Todos nos quedamos quietos extrañados por los ruidos que se oyen fuera, Blaise para la música y podemos oír a alguien quejándose y lo que parece un montón de gente de espectadores. Abro la puerta para mandarlos callar y lo que me encuentro no me lo esperaría jamás. Los Gryffindors se apelotonan delante de la puerta de su propia sala y van entrando haciendo un corro en el centro. Salgo extrañado para ver qué pasa y el resto de mi casa me siguen, todos los Gryffindor están dentro ya, en el centro del corro Erial agarra de los pelos al putón pelirrojo mientras los demás no hacen nada para evitarlo. Blaise se acerca a Weasley, al igual que Pan y Theo a Lombottom y Granger, ninguno de los Weasley mueve un dedo para ayudar a su hermana y los gemelos y Creeve matan con la mirada a la niñata.

-¡Suéltame! ¡Te digo que me sueltes!- le grita la pelirroja a Erial. Ella la suelta dejándola caer contra el suelo, ahora que lo pienso nunca había visto a Erial en chándal.

-Eres lo más rastrero que he visto nunca, ¿qué pretendías hacer? ¿Te creías que ibas a salir impune por ser mi prima putón verbenero?- le dice totalmente cabreada. Se acerca al cajón del material y saca dos varas de madera medianamente largas, le tira una.- ¿No te das aires de diva porque bailas bien? Demuéstramelo, primita, levántate, coge la puta vara y ponte en posición, vamos a ver cómo se te da el baile de las espadas.

-Erial, se necesita protección si no hay ningún profesional que lo supervise y un medico a menos de treinta metros- le dice Granger.

-¿Mione, en serio crees que merece condescendencia? ¿Después de lo que ha hecho? ¡Vamos niñata, coge la puta vara!- la pelirroja sigue tirada en el suelo sin saber qué hacer. Erial sonríe irónica.- No mereces la pena, no eres sino una molestia para todos, incluso para la familia.

 

Erial suelta la vara y le da la espalda un poco más tranquila, es entonces cuando la pelirroja se levanta cogiendo su vara y se lanza a darle directamente en la cabeza pero en el último momento alguien se interpone sujetando la vara con las manos. Los mechones azabaches que se habían movido con el aire producido por la vara vuelven a su sitio y todo se queda en silencio. Las manos de piel dorada se mueven con rapidez a la izquierda y la vara cae al lado de las tres personas que están en el centro del círculo.

-Más vale que te vayas, a menos que quieras que informe al director de lo que ha pasado y te prometo que no va a ser para nada favorecedor, mi memoria es selectiva- le dice el chico con voz suave y monocorde, la carencia de sentimientos es tangible y la tensión del ambiente se puede cortar con un cuchillo. La pelirroja se va corriendo mientras le hacen un pasillo, él se gira y mira al corro.- ¿Qué hacéis todos aquí? Esta noche hay demostraciones y mañana retos, ¡empezad a ensayar, aquí no hay nada que ver! Vosotros cuatro y vosotros cinco conmigo, los demás fuera de aquí ¡ya!- al volver a girar para irse con sus compañeros puedo ver su mirada por primera vez desde aquella discusión. Un escalofrío me recorre la espalda sin poder evitarlo, jamás había visto tal carencia de vida en unos ojos tan hermosos.

 

Salen detrás de él con paso parsimonioso y tenso, él mantiene la calma, bueno eso sería si sintiera algo, no sé por qué preferiría el llanto a esa odiosa frialdad, mi padre a su lado parecería agua fría. Los sigo hasta que se paran en una esquina, yo me escondo para escuchar lo que dicen.

-¿Qué pretendías? ¿Quieres que el profesor Dumbledore te expulse?

-Se lo merecía, por su culpa mira cómo estás.

-Si no se enteraba así se lo acabaría diciendo yo mismo, Erial, y el resultado habría sido el mismo. No confié en él, tiene razón, tenía que habérselo dicho desde un principio, pero ahora ya no importa, lo he perdido.

-No es cierto Harry, no tenía derecho a enfadarse de esa manera, lo que ocurrió no es fácil de contar, para nadie, tampoco agradable de recordar. No es justo, tú mereces ser feliz, él había conseguido...

-Lo que vosotros no, lo sé, pero eso también implica que puede conseguir hacerme más daño que ellos. Ni siquiera quiso escucharme, eso es lo que más me duele, él iba a ser el primero que sabría lo que pasó siendo de fuera pero no quiso escucharme.

-Lo sabemos, es extraño lo que teníais, seguramente si no estuviéramos en el ajo para contarnos a nosotros lo que le ibas a contar habrías necesitado mucho más tiempo del que necesitas para decírselo a él.

-Seguramente, quiero volver a mi habitación, ya sabéis, tengo que terminarlas para mañana y todavía me quedan unas cuantas cosas que guardar.

-De acuerdo, iremos a llevarte la cena, descansa un poco.

 

Después de cenar Blaise, Pan y Theo me traen a Weasley, Granger y Lombottom para que pueda hablar con ellos. Los tres se me plantan delante con cara de mala ostia, yo suspiro y me pongo de rodillas, mis amigos lo flipan conmigo.

-Por favor, os lo ruego, decidme qué pasó con Harry, explicadme por qué todos lo protegéis de esa manera, ¿por qué desapareció su luz la primera vez? Explicadme lo que no he querido escuchar de sus labios por puro orgullo y egoísmo, por favor os lo pido.

-Ya vas tarde Malfoy, muy tarde, además, no somos quién para contar aquello a nadie, no quisiste escucharlo. Ya has podido contemplar tu obra, ya no hay ni siquiera vida en él, nos has arrebatado el alma de nuestro amigo. ¿Sabes? Lo hemos protegido durante años como si fuera el más delicado de los cristales, te lo entregamos porque tú le diste consistencia, él te amaba, confiaba en que lo entenderías pero ni siquiera lo dejaste hablar, lo creas o no es muy complicado explicar lo que le pasó.

-Ron, creo que deberíamos hablar más tranquilamente- le dice Granger.

-Mione tiene razón Ron, la felicidad de Harry estaba con él, está claro que se arrepiente, tal vez no seamos quien para contarlo pero para seguir cuidando de Harry debemos pasarnos eso por alto y decírselo.

-Creo que tenemos que hablarlo entre todos.

-¡No hay tiempo Ronald!

-Hermione no he sido yo el que ha preguntado demasiado tarde, esto tenemos que hablarlo entre todos, si sufre que sufra y se atenga a las consecuencias de sus actos- con un beso en la mejilla se despide de Blaise y se va, Granger y Lombottom lo siguen mirándome preocupados una última vez.

 

Me he despertado hecho polvo, no tengo fuerzas para nada y he dormido tan mal que tengo hasta ojeras. En el desayuno he preguntado a Blaise, Theo y Pan si saben algo de la respuesta de los amigos de Harry pero ninguno sabe nada, ni siquiera han aparecido en el comedor, todos los amigos han desaparecido sin que nadie sepa nada de ellos, Harry tampoco está y sus padrinos tampoco, hasta mi padrino ha desaparecido. Empezamos el ensayo con los calentamientos típicos hasta que alguien toca la puerta y la abre, Creeve nos mira con una mano en la manilla.

-Vosotros cuatro, venid conmigo- nos dice.

 

Dejo a otro al mando y lo seguimos en silencio, nos guía por pasillos y pasillos en total silencio, no se oye ni una mosca, su cara tampoco cambia y eso me inquieta. Al final llegamos hasta una puerta, nos la abre y nos deja pasar antes que él, es una sala de reuniones. Alrededor de una mesa rectangular todos los amigos se sientan esperando nuestra llegada, también está ahí Severus. Erial delante de una pantalla de pie y con un mando en la mano, al lado de Weasley, Granger y Lombottom hay sitios libres para mis amigos, el mío está entre los gemelos porque es el único que queda cuando Creeve se sienta en el regazo de uno de ellos.

-Bien, ya estamos todos y vamos justos de tiempo así que todos calladitos, dejad que hablemos los mayores y las preguntas al final si creéis que estamos sobrados de tiempo, cosa que dudo- dice Erial.- Bien, Draco, todos queremos a Harry, ya lo habrás notado.

-Sí.

-Me alegra oírlo, hemos pensado que tú puedes hacerlo más feliz que nosotros por eso nos estamos saltando un boto de silencio muy importante para nosotros ya que estamos despreciando la confianza de Harry, pero hemos creído que era necesario.

-Erial, vete al grano o no llegará a tiempo.

-¿Llegar a tiempo a donde?

-Harry se va, hoy a las tres sale su avión, así que calla y déjame hablar. Harry vivía con sus tíos porque sus padres murieron cuando sólo tenía un año y no conocía todavía a sus padrinos. Sólo conocía a su otro padrino Severus, pero él no podía obtener su custodia dado que el primer padrino todavía seguía vivo aunque en paradero desconocido. Harry entró a Gryffindor a escondidas de sus tíos y con una beca porque sus tíos no iban a pagárselo. Todo fue bien durante un tiempo, él era lo mejor que había tenido Hogwarts en mucho tiempo, él prometía, a su tercer años se pagó la matrícula dando clases a los de primero, entonces apareció su primer padrino. Intentó que tuvieran su custodia pero no había manera, hasta que pasó esto que ahora os enseñaré. Las imágenes me las ha mandado mi padre desde la policía para ésta ocasión única, recomiendo que salgáis los que sé que no podréis aguantarlas, el único que tiene que verlas por cojones es Draco- Granger y Pan salen junto con Creeve y uno de los gemelos.- Bien, adelante- pulsa un botón del mando y la pantalla se enciende en un video casero, seguramente grabado con un móvil.

 

Mis ojos no pueden aguantar lo que tienen delante, golpe tras golpe, patada tras patada, risas tontas, sangre, ruido de huesos rotos y luego un portazo de la puerta de la alacena bajo las escaleras. Erial para el video, y se enjuga las lágrimas, carraspea un par de veces y vuelve a hablar, pero su voz ya no es la misma.

-El video lo gravó su primo con su móvil, el único motivo de la paliza fue que bailaba, después de esto no volvió a bailar. Harry entonces ya tenía quince años, la indemnización fue de medio millón de libras más la herencia de sus padres, pero eso no pudo pagar el que dejara su pasión por el puro terror de volver a recibir algo como eso. Nos costó un año que volviera a sonreír con naturalidad, él se encargaba de hacer las coreografías en papel y luego enseñárselas a los gemelos pero no volvió a dar un paso de baile hasta que llegó aquí. Tal vez ahora puedas entender por qué era complicado de explicar para él ¿no Draco?

-Yo...yo no... yo no sabía.

-Tampoco quisiste saber.

-Draco, Harry fue quien te hizo querer bailar, aquél niño que viste bailando en la escuela era Harry, tú has conseguido lo mismo que él consiguió contigo pero sufrió amnesia y no recordaba nada de aquella tarde. Por no querer escucharlo le has quitado más de lo que le habías dado, ya has visto cómo está.

-Tienes una última oportunidad Malfoy- me dice Weasley.- Te damos una última oportunidad, el avión sale dentro de cuarenta y cinco minutos, tienes ese tiempo para llegar al aeropuerto y traerlo de vuelta, hay un taxi esperando en la entrada, espero sinceramente que ésta vez no sea una de esas pocas en las que piensa las cosas con detenimiento y te perdone.

-Gracias, en serio muchas gracias.

-Cuarenta y cuatro minutos.

 

Salgo corriendo en dirección a la entrada y me subo casi como si saltara al taxi que sin decirle el sitio arranca y me lleva a toda velocidad hasta el aeropuerto. ¿Cuál es el andén? Me acerco a la recepcionista.

-Perdone, en qué andén sale el vuelo del avión de la escuela Gryffindor.

-En la letra Z.

-Muchas gracias- ¡genial! Tengo diez minutos y todavía estoy en la A. Corro cuando me dan las piernas, resbalándome con las zapatillas, esquivando a la gente hasta que llego al andén pero allí no hay nadie. Busco a mi alrededor y lo veo a punto de entrar al túnel que lleva dentro del avión.- ¡Harry!- se gira para mirarme.- Espera, lo siento, perdóname, yo no tenía ni idea. Sé que fui un estúpido por no querer escucharte pero me daba miedo que me dijeras que lo de que me amabas también era mentira. Entiendo perfectamente por qué dudabas tanto, tu silencio está justificado, sólo espero que me perdones, por favor, no te vayas, no puedo vivir sin ti.

-Podrás acostumbrarte, no quisiste escucharme, al menos tengo el consuelo de que cumpliste tu promesa, bailas tan bien como yo. Adiós Draco- se da la vuelta y entra en el túnel.

 

Me quedo ahí plantado, con la mínima esperanza de que cambie de opinión pero no vuelve, el túnel se recoge y el avión empieza a irse por la pista hasta que su morro se levanta y se eleva perdiéndose en el cielo. La evidencia de que no va a volver me cae como una jarra de agua fría, lo he perdido para siempre.

Notas finales:

si pensabais ke era cruel y mala y era un pekado dejar asi el fic en el capi anterior seguramente abreis pensado otra vez ke lo soy pero con el doble de intensidad se siente ^.^ ke sepais ke yo os kiero mucho y ke si se muere alguien me deje un aviso o algo ke le pago el funeral o lo intento revivir

FELICES FIESTAS A TODOS Y NO OS PREOCUPEIS KE VUELVO A ACTUALIZAR DENTRO DE POCO ^.^

kISSES


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