Capítulo 8:
(Narra Draco)
Me subo al taxi para volver al hotel, el móvil en mi bolsillo empieza a sonar, es Blaise, descuelgo y me lo pongo en la oreja.
-¿Diga?
-¿Cómo te ha ido? ¿Has conseguido llegar a tiempo?
-A tiempo he llegado pero no he conseguido traerlo de vuelta, se ha ido, Blaise, lo he perdido, me siento fatal.
-Me lo imagino- se oye a alguien por detrás.- Oye que me dice Ron que Harry cambia de parecer en menos de treinta segundos, ¿lo esperaste?
-Sí, estuve hasta que despegó el avión, mira ahora estoy un poco ido, hablamos cuando llegue al hotel ¿vale?
-Vale, hasta luego hermano.
(Narra Harry)
Entro en el túnel, Remus me abraza con cariño acariciándome el pelo para que me tranquilice, se separa y me quita las lágrimas que corren por mi rostro.
-No debes llorar.
-No puedo evitarlo, lo he perdido.
-¿Por qué dices eso? Ha venido a disculparse, te ha perdonado, ahora tienes que perdonarlo tú.
-Si yo lo perdono pero...
-¿Pero qué? Harry tú lo amas ¿no?
-Con toda mi alma.
-Tú eres feliz a su lado ¿no?
-Sí, pero no quiero que me vuelva a hacer daño.
-Hijo mío, ¿tú has mirado bien a ese chico? Está hecho polvo, no había visto a nadie tan arrepentido de algo en la vida, te ama con locura, está más que claro y él te va a proteger como nunca. Draco es de esa clase de chicos que no tropieza dos veces con la misma piedra, tus amigos le han dado una oportunidad y eso dice mucho, dásela tú también.
-Está bien, pero tengo una idea, diles a los pilotos que me bajen las maletas, me quedo para el concurso.
-De acuerdo, mucha suerte hijo.
Me bajo por la cola del avión con mis maletas y me voy al andén, le pido a la recepcionista que me pida un taxi a cuenta del colegio y me quedo esperando. Nada más cargar las maletas y meterme en el auto saco el móvil y llamo a Nev, él es el más discreto para estas cosas.
-¡Hola! No se te ocurra decir mi nombre, quien te llama es tu abuela ¿vale?
-Hola abuela.
-Muy bien, vuelvo al hotel, dile a Erial que me espere en la entrada lateral con un par de botones, dejaré las cosas en la habitación de Colin.
-No me digas, ¿y eso?
-Voy a hacer sufrir un poco a Draco.
-Qué mala ostia.
-¡Niño! ¿Qué cosas son esas para decirle a tu abuelita?
-Lo siento abuela.
-Bueno pues eso, que no se entere Draco, no creo que me vea hasta la hora del reto, a proposito mis últimas ordenes fueron que alguno de los gemelos fuera el Dj así que empieza a pelearte con garras y dientes para que así sea porque como pongan al chapuzas de Ravenclaw me los cargo a todos.
-Claro abuelita, te cojo el encargo.
-Hasta luego nietecito querido, y recuerda, todo con el mayor disimulo del mundo.
Cuando llegamos al hotel le digo al taxista que se meta por el aparcamiento para el personal, en la puerta lateral de ahí Erial me espera con una sonrisa de oreja a oreja, el camarero guapo y otro que mejor no comento. Me da un abrazo nada más bajar y me acompaña con los botones detrás a la habitación de Colin donde me esperan los demás, les doy un abrazo y después se van dejándome solo.
(Narra Draco)
No puedo con los ensayos, estoy desconcentrado y soy torpe como pato, me caigo me tropiezo, sólo estorbo. Blaise se me acerca y me pone una mano en el hombro.
-Tal vez deberías ir a dar una vuelta, necesitas despejarte un poco, cuando estés mejor vuelve, te estaremos esperando para ir a cenar.
-De acuerdo.
Salgo de allí, desde aquí puedo oír la música de la sala de Gryffindor, todos parecen estar bien, es como si él nunca hubiera estado aquí. Me dejo llevar por mis pasos, extrañamente llego hasta la pista de patinaje, no hay nadie. Me pongo los patines y pongo la música, luego entro en la pista y sigo el ritmo de la canción, al dar una vuelta me parece ver a alguien en la entrada. Freno en seco y miro a la entrada pero no hay nadie, me encojo de hombros y salgo de allí después de quitarme los patines. Mis pasos me llevan hasta la playa, me siento en una roca suspirando mientras las olas me mojan los pies, entonces una voz me dice al oído:
-Ten cuidado con las olas Draco, no quiero volver a pensar que te voy a perder para siempre, mi amor.
Me doy la vuelta esperanzado pero no hay nadie a mi lado, muevo la cabeza a los lados para despejarme y me levanto. Me vuelvo al hotel y me siento en el bar para tomar algo e intentar despejarme del todo. Es entonces cuando vuelvo a oír una voz muy cerca de mí.
-A la una, cuando todos duerman, te prometo que te esperaré ahí.
Vuelvo a mirar alrededor pero nadie está lo suficiente cerca como para decirme eso. Salgo de ahí y vuelvo a vagar sin rumbo fijo, acabo llegando a la sala del escenario acuático donde entro sin pensármelo dos veces. Me subo al escenario y pongo mi i-pod en el lector, elijo una canción al azar y me dispongo a bailar. Por simple hecho de esquivar los chorros me muevo, no sé si al son de la música, un chorro me da en el pie, otro en la mano, intento seguir mejor el ritmo, entonces lo vuelvo a oír.
-La próxima vez que nos veamos seré capaz de bailar sobre el agua- abro los ojos y me paro en seco, miro a los sillones pero están totalmente en la oscuridad. Un chorro me da en la cara y oigo una risa, luego el chirrido de una puerta y finalmente veo como una rendija de luz desaparece al cerrarse una puerta de la esquina.
Empiezo a correr, miro alrededor y no veo a nadie, no hay nadie, vuelvo a la sala, totalmente derrotado, y cojo mis cosas, después me voy a mi habitación, tengo que empezar a vestirme para la cena. Después de una larga ducha y media hora de estar buscando algo decente que ponerme bajo al vestíbulo, donde me esperan mis amigos más los de Harry. Vuelvo a oír la misma risa de antes, me giro para ver cómo un ascensor termina de bajar y abre sus puertas pero no encuentro nada que pueda indicarme lo que pasa.
-¿Qué ocurre Malfoy?
-No lo sé, ¿habéis oído a alguien reírse?
-Para nada.
-Entonces creo que tengo alucinaciones- el móvil de Lombottom suena y él lo coge enseguida alejándose un poco.
-Hola abuela, ¿qué ocurre? Sí, ya he conseguido lo que me pedías... sí, no te preocupes por eso... también... oye dile al abuelo que deje sus travesuras, lo estoy oyendo desde aquí... de acuerdo, muy bien... hasta pronto abuela- cuelga y se acerca con una sonrisa.- Lo siento, mi abuela está emocionada porque vaya a venir al caribe para verme en el concurso.
-Mis padres también lo estaban pero con eso de que a Ginny se la han llevado a casa y está castigada ya no pueden venir. Bueno, no se le puede hacer nada, vamos a comer.
Después de una cena tranquila volvemos cada uno a su habitación, tal vez con la esperanza de que no sean alucinaciones paso a la habitación de al lado por el balcón pero por desgracia está desocupada. Me reúno con los demás en el vestíbulo y nos vamos al salón de actos. Lombottom y uno de los gemelos se separan para ir a la zona del Dj y a la zona de los que ponen esta noche el reto. Nos sentamos en las primeras filas esperando a que todo empiece, aunque yo sinceramente no estoy hoy para movidas de estas.
-¡Señoras y señores bienvenidos una vez más a la noche de retos! ¡Está vez nuestros retadores son Neville Lombottom de Gryffindor con un Brake Dance y Roger Davis de Ravenclaw con un Tango! Empezaremos con Neville, ¡dales caña Nev!
La música empieza Lombottom se mueve con ella, marcándose un brake muy trabajado, después de un par de pasos se vuelve a poner en pie. Muchos aplauden mientras él grita "¿Quién tiene huevos de bajar?" Theo se pone en pie y salta al escenario junto con muchos otros. De uno en uno van haciendo sus pasos ante Lombottom y poco a poco todos se van retirando al no poder con él ni con Theo. Al final Lombottom se rinde por cansancio y se retira a un lado.
-¿Hay alguien que se atreva contra este Slytherin? ¿No?- pregunta el gemelo desde su posición, entonces alguien aparece desde la entrada de artistas.
-¡Yo mismo!- grita.
-Muy bien, ¡allá vamos!
Mi cuerpo apenas reacciona ante la aparición: pelo azabache, despeinado y rebelde, ojos esmeraldas con un brillo de vida que jamás había visto, un cuerpo de dios heleno cubierto por unos pantalones anchos y una camiseta sin mangas de color blanco, piel bronceada, rostro de facciones andróginas y el porte orgulloso de un león. La música toca, se mueve a su son, movimientos calculados a la perfección, fuerza, soltura y elegancia, sin un sólo error. Un extraño movimiento, un salto, tres vueltas de lado en el aire y cae hincando una rodilla, Theo no puede hacer nada contra él y se retira.
-¡Señoras y señores ya tenemos un ganador! ¡Harry Potter de Gryffindor!- exclama el gemelo.- ¡Felicidades Harry!
El público lo aclama, él sólo sonríe, se acerca a Lombottom y lo abraza, luego a Theo y hace lo mismo. Los lleva hasta el centro y los tres saludan, luego se suben y se sientan con nosotros, él los saluda y se va al puesto de Dj. Le dice algo al gemelo, después lo abraza y empieza a buscar a alguien entre los de su casa, al final encuentra a una chica y le dice algo, ella asiente, lo coge de la mano y se van.
-Bien, empecemos con el siguiente reto, Roger Davis y Cho Chang, de Ravenclaw con un tango, ¡adelante!
Se posicionan en medio de la pista y Weasley les pone música, se mueven medianamente bien, los pasos son precisos y elegantes pero no es que sea el fuerte de la china y eso los hace fallar.
-¿Alguien que se atreva contra estos dos?- pregunta el gemelo. Muchas parejas bajan, Harry y la chica salen también. La primera pareja de Slytherin descalifica a todos los Ravenclaw, mientras que Harry y su compañera descalifican al resto menos esa pareja.- ¡Subamos el ritmo!- Harry le dice algo a la chica y ella asiente. Se cambia de canción, una más acelerada, ambas parejas siguen el ritmo sin problemas, la velocidad sube poco a poco pero los Gryffindor parecen no darse cuenta y siguen el ritmo como si nada. Finalmente los Slytherin se retiran si poder hacer nada contra Harry y su pareja.- ¡Volvemos a tener a Gryffindor ganador! ¡Buen trabajo Harry y Parvati!
Ambos saludan al público con una reverencia mientras aclaman sus nombres, el director se adelanta y les da sus medallas. Vuelven a saludar y se van, con un último saludo del Dj la música se para y las luces vuelven a su estado natural. Nos levantamos todos para salir, todos los Gryffindor se amontonan en la entrada para los artistas felicitando a la pareja. Él ve sus amigos y se acerca a abrazarlos pasando a mi lado y rozando su mano con la mía, siento que me deja algo entre los dedos lo miro sorprendido, un papel doblado. "Pista de hielo, a la una, cuando todos duerman, te prometo que te esperaré ahí." Me giro para mirarlo, él me mira por encima del hombro, me sonríe y me guiña un ojo juguetón, sorprendido, aliviado, nervioso y soberanamente eufórico lo miro alejarse con sus amigos.
(Narra Harry)
Después de guardar mis cosas en mi habitación me doy una ducha y bajo a la pista de hielo con mis patines. Me deslizo sobre la pista con suavidad, ahora hacia delante, ahora hacia atrás, giro sobre mí mismo, luego salto. Por el rabillo del ojo veo a Draco en la entrada, sonrío y me acerco a él.
-¿Piensas quedarte ahí todo el rato?- niega con la cabeza y viene conmigo a la pista. Se queda en el medio mientras yo doy vueltas a su alrededor.- ¿Qué ocurre? ¿No sabías patinar sobre hielo?
-No es eso.
-¿No? Entonces, ¿qué es lo que te pasa?- le pregunto parándome frente a él.- No soy un producto de tu imaginación, estoy aquí de verdad.
Le cojo una mano y me la pongo en la cara, él me acaricia la mejilla, el pelo, pasa sus dedos por mis labios, mi cuello, vuelve a mirarme, yo sonrío y entonces me abraza. Paso los brazos por su cintura, nos quedamos en silencio un rato sin cambiar de posición, su aliento choca contra mi oreja cuando empieza a hablar.
-Pensé que te habías ido, que te había perdido, vi despegar el avión y tú no volviste del túnel.
-Me bajé por la cola del avión, esta vez tardé treinta y un segundos en cambiar de opinión, un segundo más de lo habitual.
-¿Y tus maletas? ¿Por qué no has aparecido hasta la noche?
-Estaba en la habitación de Colin, dejé también ahí las maletas porque, si no, no podría llevar a cabo mi pequeña venganza. Aquí, en la playa... no intentes volver a bailar sobre el agua, ése es sólo mi don.
-¿Eras tú?
-Siempre he sido yo, yo soy el abuelo y sus travesuras y también la abuela emocionada porque va a ir al caribe a ver concursar a su nieto, la voz que te dice que no quiere volver a pensar que te perderá para siempre. Soy yo pero sin ti no hay vida en mí, perdóname por habértelo ocultado al menos debí haberte dicho que anteriormente bailaba.
-Todos cometemos errores, el mío fue el más grave de todos, te prometo que no volveré a hacerte daño, quédate conmigo, Harry, por favor.
-Realmente nunca he querido irme- le confieso antes de estirarme un poco y fundirme con él en un apasionado beso.
Me despierto por un movimiento a mi lado, siento que me abrazan y me pego aún más contra ese cuerpo que me da calor. Los besos en mi cuello me traen recuerdos de la noche provocándome algún que otro gemido, los mordiscos en los hombros me hacen abrir los ojos y girarme. Un ángel rubio y con ojos de plata me mira divertido, cuando me voy a quejar me calla con un beso que me deja con ganas de más. Lo cojo del cuello volviendo a besarlo, él sólo sonríe, miro la hora y casi me caigo del susto.
-Si tenía ensayo hace media hora.
-Puedes tomarte un día de fiesta, ayer hiciste mucho ejercicio.
-Sí, montar a caballo, me tengo que ir ya.
-No- me pide abrazándose más a mí.- No quiero, quédate.
-Pero tengo trabajo.
-¡No!
-Draco, o me sueltas ahora por las buenas o me sueltas ahora por las malas y las consecuencias van a ser a largo plazo.
-¿Cómo de largo?
-Digamos que estarás a cuatro patas todas las noches durante lo que quedan de vacaciones más el mes que estemos de viaje en cualquier sitio del mundo.
-De acuerdo, vamos a los ensayos.
-Así me gusta- me suelta y ambos nos vestimos y nos damos una ducha rápida.
Al llegar a mi puerta suspiro, me armo de valor y entro sin llamar, como me lo esperaba un pelotón de gente se me echa encima con la intención de abrazarme, yo voy esquivando a todos hasta llegar junto con mis amigos, es entonces cuando acerco un micrófono a uno de lo baffles y se oye un desagradable chirrío.
-Bien, primero todos lo que no sean de Gryffindor fuera de aquí o empiezo a repartir hostias, segundo no voy a ser la pareja de ninguno de vosotros en el concurso, yo ya tengo la mía así que, que corra la voz y dejadme en paz.
-De acuerdo- responden casi todos fastidiados. La mitad del bulto se va y por fin sólo quedan mis compañeros.- ¿En serio ya tienes pareja?
-Sí, no os esforcéis en pedírmelo. Empezaremos con la clase, poneos los protectores que hoy toca danza de las espadas, tranquilos que será a ritmo normal, no voy a haceros ir a toda velocidad para que tengamos un accidente. Todos en parejas por favor- les pido, todos se colocan y yo los miro.- Se me acaba de ocurrir otra idea, ¿os gustaría demostrar lo que valen los leones?
-Cuenta, ¿qué quieres hacer?
-Enseñarles cómo se las gastan los leones al resto de las casas, os recuerdo que siguen subestimándonos, venga que uno corra la voz.
(Narra Draco)
Un ruido de pasos y gente por el pasillo interrumpe el ensayo, paro la música, exasperado, y abro la puerta para encontrarme a los Hufflepuf y los Ravenclaw corriendo fuera de sus salas en dirección a algún sitio.
-¿Qué ocurre?- le pregunto a uno.
-Hay ensayos de Gryffindor abiertos al público.
-¿Cómo? ¿Qué se le habrá ocurrido a éste ahora?
-¿Qué pasa Draco?- me pregunta Blaise.
-Que vamos a tener un descanso para ver ensayar a los leones, hoy sus ensayos están abiertos al público.
Seguimos al grupo de Ravenclaw y acabamos en el auditorio que se usa para las demostraciones de la noche. Uno de los gemelos y Granger en la mesa de mezclas, todos los Gryffindor en línea al final menos dos, Harry y Erial, cada uno con una espada de madera en la mano. La música empieza a sonar en cuanto todos nos hemos sentado, ellos se mueven a su compás, sin protección y totalmente concentrados. Las espadas chocan, primero despacio, más rápido, sus pies siguen el ritmo sin esfuerzo, giran, golpean, la velocidad aumenta de manera alarmante pero mantienen el control. Parece una batalla de verdad, estocada tras estocada, golpe tras golpe, pero ninguno sale herido hasta que la música termina y las espadas quedan cruzadas con fuerza. Se hace el silencio, después una sarta de aplausos inunda la estancia, cambia la música y se adelantan el otro gemelo y un grupo de diez personas más. Lo que hacen se podría llamar un simple calentamiento de Kim boxing, nada complicado ¿cómo? La música vuelve a cambiar, van mucho más rápido y ahora se mueven hacia delante y hacia atrás. Cuando empiezo a pensar que es muy simple la música vuelve a cambiar, ahora es el doble de rápida y hacen lo mismo ¿o no? Levantan una pierna y lanzan la otra en una patada para caer luego de pie y seguir con el ritmo sin inmutarse.
Cuando el ensayo termina aplaudo impresionado, tan impresionado que no me doy cuenta de que Harry ha venido hasta mí hasta que lo tengo encima rodeándome el cuello por detrás.
-¿Qué te ha parecido?
-Sois geniales.
-¿Te parece que soy buen profesor?
-Me pareces perfecto en todos los sentidos, mi amor.
-Tú también lo eres para mí.
Ya llegó el día del concurso, y para que no quepa duda, estamos en la final, hoy es penúltimo día que estaremos en el hotel. Estoy nervioso, Harry todavía no ha venido y nos toca salir dentro de poco, he conseguido que salgamos los últimos pero si no salimos ahora nos descalificarán. Lo oigo correr detrás de mí y me doy la vuelta, su pelo alborotado vuelve a su sitio cuando para a mi lado para coger aire, su traje negro le queda pegadito y le hace unas curvas de esas que se anuncian en la tele porque matan pero que esta vez es en sentido metafórico.
-¿Listo?- me pregunta.
-Sí.
-Draco, mi cara está delante y más arriba, ¿te importa concentrarte?
-Sí, lo siento, es que ese trajecito se las trae, no sé si te queda muy bien.
-No te engañes, estás a punto de inundar el auditorio de babas de lo bueno que estoy, que ya te tengo calado rubito, tú lo que estás es celoso.
-No es cierto.
-Por supuesto que sí.
-Que no, no estoy celoso.
-Di lo que quieras- me responde. Luego se acerca mi oído y me susurra con voz ronca.- Esta noche te voy a hacer ver las estrellas si te concentras y lo hacemos perfecto- se separa con una sonrisa divertida. Oigo de lejos cómo nos presentan, él coge mi mano y me lleva hasta el centro del escenario.- Concéntrate, podemos hacerlo bien.
La música suena, nos movemos al son del tango de Roxanne, sólo existimos él, yo y la música. La letra tiste, desesperada, ésa voz rota, sus ojos mirándome intensamente, da tres vueltas a su alrededor, un paso adelante dos para atrás y hacia un lado. Nos separamos mientras no cantan, con la primera palabra vuelve a mis brazos, otra vuelta, nos quedamos abrazados un momento. Parte de tensión, más fuerza en los movimientos, el baile se vuelva una lucha, giramos alrededor de nuestras manos entrelazadas hasta que dan las últimas cuatro notas y él se acerca a mí dando una vuelta para abrazarme por detrás. El público aplaude como loco, nosotros saludamos con una reverencia y una sonrisa, luego nos retiramos a descansar a la vez que los jueces.
-Bien, los jueces ya han decidido cuál será la pareja de ganadores, pero primero la copa de la casa. Pido por favor un fuertísimo aplauso para la Casa de Gryffindor que ha conseguido ganar el ochenta por ciento de los retos- los leones rugen de felicidad Harry a mi lado se me abraza feliz.- Pasemos a la pareja ganadora, los jueces han decidido después de una corta conversación que la pareja ganadora es... ¡Harry Potter y Draco Malfoy!
-¡SÍ!- gritamos los dos abrazándonos.
FIN