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El destino de un ángel por licherni

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Notas del capitulo:

bueno me alegro de ke el primer capi haya gustado, espero que con este siguiente pase lo mismo, muchas gracias a los ke me leeis

Kisses

 

Capítulo 2: Empieza el juego

 

(Narra Harry)

 

Bien, ya ha pasado la semana que nos quedaba antes del viaje y se nos han dado todos los detalles sobre quiénes irán al viaje con nosotros y qué reglas tiene el juego. Sólo vendrán Severus y el profesor Dumbledore, según el director no se necesita mucha vigilancia ya que no se pueden llevar varitas por lo que hacer magia es mucho más difícil. Las reglas del juego son bastante simples, carta blanca para encontrar y conseguir el cascabel, no se puede utilizar la violencia, tampoco utilizar venenos o hacer algo que pueda resultar mortal, está clarísimo que es una invitación para sacar mi lado manipulador.

 

Me reúno con Hermione, Ron, Neville, Dean y Seamus en la entrada, Herm me mira la cara y niega decepcionada.

-Nada, no consigo quitarte esas ojeras ni con maquillaje mágico, ¿has probado a dormir un poco más Harry?

-Me es imposible, no puedo dormir más de una hora, las pociones no me hacen efecto y sólo puedo dormir de día, de noche no entro en la cama.

-Esperemos encontrar pronto ese cascabel, te ayudaremos cuanto podamos hermano.

-Gracias Ron. Chicos, quiero pediros perdón, Dumbledore me va a poner a prueba con esto y seguramente en algún momento perderé todos mis principios y acabaré utilizando a alguien para conseguirlo, quiero pediros perdón porque sé que mi comportamiento os va a disgustar.

-Harry, no nos pidas perdón, tú has salvado nuestra vida y la de los demás, mereces vivir y si para eso debes ser un poco egoísta te lo perdonamos- me dice Nev, yo asiento agradeciéndoselo.

-Harry, alguien te mira de nuevo- me informa Dean, miro donde me señala con disimulo y me encuentro otra vez con la mirada gris de Malfoy.

-Me han dicho que encontró una pluma hace unos días- dice Seamus.- Aunque sólo es un rumor, hay muchos que dicen tener una sin ser verdad.

-Él tiene una de verdad- les digo sin apartar mi mirada de Malfoy.- Se me cayó una cuando las iba a quemar, no le di demasiada importancia pero al parecer fue un error, no puedo dejar pistas.

-Si no vuelve a pasar no será para tanto, creo que es hora de irnos- todos miramos al frente y vemos a Dumbledore y a Severus con una manta cada uno.

-Bien, escuchadme por favor, estas mantas son trasladores, los de sexto que se agarren a la de Severus y los de séptimo a la mía, estamos a punto de salir- nos informa el director. Todos nos agarramos a la manta, con tan mala suerte de que acabo al lado de Dumbledore y frente a Malfoy.

-Profesor Dumbledore, hágame el favor de no volver a dirigirme la palabra en su vida, si tengo que usar a alguien para conseguir ese cascabel no se lo perdonaré jamás.

-Lo que tú digas Harry- me responde con una sonrisa que me irrita a más no poder.- Bien, ¡nos vamos!- antes de que el traslador tire de mí mi vista se fija al frente encontrándome con la mirada curiosa de Malfoy. ¿Qué querrá saber de mí?

 

Aterrizamos, algunos mejor que otros, frente a la entrada de un enorme hotel de cinco estrellas que supone un oasis gigantesco en medio del desierto. ¿En serio está aquí el cascabel? Unos elfos domésticos nos abren las puertas de la entrada para dejarnos entrar en un vestíbulo bien iluminado por el sol. Nos ponemos en círculo alrededor de los profesores para poder oírlos con claridad.

-Bienvenidos al Hotel del Desierto- ¡toma nombre! cuanto se lo han currado ¿no?- reconstruido para esta ocasión especial.

-Podían haber reconstruido también el nombre- suelta alguien, tiene toda la razón.

-Falta de presupuesto- que chispa, nació para ser bengala.- Ahora os repartiremos las llaves de vuestras habitaciones, en las que encontraréis ropa, utensilios de baño y cosas por el estilo además de un plano de todo el oasis donde debe de estar escondido el cascabel. No se puede salir del oasis sin permiso especial así que ni lo intentéis, la piscina está abierta todo el día, para los interesados, y las comidas se servirán a la misma hora que en Hogwarts, eso es todo. Os irán llamando y dando la llave, nos vemos en la comida, explorad con libertad.

 

Nos quedamos con Severus en el vestíbulo esperando a que nos llamen, él saca una lista y una caja con un montón de llaves.

-Os llamaré y cogeréis una llave, luego todos a las habitaciones o a donde os de la gana- Coge una llave y mira el nombre de la lista.- Abigail, Ashley...

 

En cuanto cojo la mía subo a mi habitación, una suite presidencial en el último piso con un enorme patio, una cama de matrimonio doble, el armario lleno de ropa, un baño que parece un spa y... ¡mucha ropa! Sé que me he repetido pero como mis tíos sólo me daban lo de mi primo ahora me encanta tener mucha ropa. ¿Quién será mi vecino de habitación? Me asomo al balcón y veo a Luna Lovegood en el de al lado.

-¡Hola Luna!

-Hola Harry, parece que vamos a ser vecinos durante un tiempo.

-Sí, ¿no es genial? ¿Tu suite es tan grande como la mía?

-Sí, las cuatro que hay en este piso son presidenciales y sólo han cogido dos llaves, por lo que en este piso estaremos nosotros solos.

-¡Genial! Un piso para nosotros solos, ¡me siento importante!

-Sí, yo también, no voy a buscar el cascabel pero al menos me lo pasaré bien.

-¿No lo buscarás?- ella niega con la cabeza.- ¿Por qué?

-Soy feliz así, aunque no tenga a mi madre a mi lado tengo a mi padre y estoy genial, sólo he venido a pasármelo bien.

-Ya veo, eso está bien, yo busco el cascabel por un motivo importante.

-El ángel- la miro entre extrañado y asustado.- Sí, lo sé, sé que eres el ángel que vagaba por Hogwarts, te vi una vez y te reconocí enseguida. Me han contado lo de la profecía de la profesora de adivinación, me imagino que querrás el cascabel para poder sobrevivir a la profecía.

-Así es, pero si alguien encuentra el cascabel antes que yo no sé que haré.

-Quitárselo, va a ser fácil.

-¿Por qué lo dices?

-Mira hacia abajo, ¿ves que hay algunas cosas que brillan en el jardín?

-Sí.

-Son cascabeles- me explica, la miro sorprendido.- Los he visto aparecer cuando hemos entrado al vestíbulo, hay tres en la entrada, cada uno cogerá un cascabel pensando que es el auténtico pero sólo uno de ellos será el verdadero.

-¿Y cómo sabré yo cual es el de verdad y quién lo tiene?

-El cascabel te llamará cuando se agite, estés donde estés tú lo oirás y podrás localizar a quien lo tiene.

-¿Por qué?

-¿No sueles leer muchos cuentos verdad? El cascabel que buscamos se llama "La llamada del ángel" se dice que sirve para llamar a tu ángel protector y que él te ayude con tus problemas o te conceda algún deseo que de verdad necesites y por el cual estarías dispuesto a dar lo que fuera. Dado que eres el único ángel en el mundo sólo te llamará a ti. Si lo localizas podrás darle el cambiazo por otro que consigas, no tienes que utilizar a nadie.

-¿En serio?- ella asiente, me acerco a la barandilla y la abrazo.- Muchas gracias Luna, gracias a ti podré enamorarme, muchas gracias.

-No es nada Harry, me salvaste, es lo mínimo que puedo hacer, además podrás estar tranquilo, nunca le diré a nadie tu secreto.

 

¡Vaya mierda! ¡Llevamos aquí dos semanas y nadie ha encontrado el cascabel verdadero! Por si acaso Herm, Ron, Nev, Dean, Seamus y yo tenemos cada uno un cascabel para que podamos utilizarlos y dar el cambiazo al que tenga el verdadero. Aún así me empiezo a desesperar porque no lo encuentro, eso sí, Malfoy sigue mirándome y percibiendo cada dos por tres mi aura, sé que si quiere puede no hacerlo y eso es lo que más me fastidia. ¿Qué quiere de mí?

 

(Narra Draco)

 

Aunque no me interese encontrar el cascabel siempre viene bien un deseo, pero yo no soy como el resto que no sabe de qué va la cosa, yo sí sé qué cascabel tengo que buscar. Una bolita de plata pequeña que emita un sonido muy fino y dulce del que jamás puedes cansarte "La llamada del ángel". (Lich: Yo tengo una XD me ayudó a elegir todo esto del concurso ^.^) Voy paseando por el bosque buscando el lago que debería estar por donde yo ando, al apartar unas hojas tremendamente grandes me doy cuenta de que lo tengo delante. Es un enorme lago rodeado de rocas, de agua cristalina y un rayo de luz solar justo en medio.

 

Lo voy bordeando con cuidado hasta quedarme sentado en una roca lisa y bastante grande que parece un trampolín, es entonces cuando lo veo: un brillo plateado justo en el centro del lago. Busco mi varita en mis bolsillos pero me doy cuenta de que la he dejado en el colegio y sólo llevo un bañador largo, unas chancletas cerradas y una camisa negra a juego con el bañador. Me quito la camisa y las chancletas y me tiro al agua en busca del cascabel, al cogerlo por la cadena de la que cuelga se agita provocando ese sonido dulce que tanto esperaba oír, ¡por fin tengo el cascabel de verdad! Salgo enseguida y me siento de nuevo en la roca esperando a secarme mientras lo hago sonar un par de veces más. Algo se mueve entre las plantas del camino que traen aquí y me tenso, miro buscando al que ha provocado ese movimiento y guardando el cascabel en el bolsillo del bañador.

-¿Quién anda ahí?- pregunto, al final Potter sale entre las plantas y empieza a maldecir.

-¡Genial! Lo que me faltaba, no tenía mal día como para que encima se me jodiera aún más, me cago en la puta de oros y todos sus familiares.

-¿Qué haces aquí Potter?

-Intentar tener un poco de tranquilidad porque la gilipollas de Ginny no deja de acosarme, igual que Parvati, Cho, Roger Davis y Victor Krum. A parte de que Cedric Diggory me está atosigando para que coja una caja de ranas de chocolate que apestan a afrodisíacos y pociones de amor que me hace preguntarme una y otra vez por qué lo reviví. ¿Y qué haces tú aquí?

-Conseguir lo que tú no, ¿te apetece quedarte un rato? Yo ya me iba.

-Espera, tengo un par de preguntas para ti- alzo una ceja sorprendido.- ¿Por qué estás pendiente de mi aura todo el rato? ¿Y por qué me miras tanto?

-¿Cómo...?

-¿Cómo sé de tu poder? Ni idea- está mintiendo, estoy seguro de que miente- pero quiero que dejes de hacerlo, no me gusta sentirme observado ¿sabes?

-¿No será porque tienes algo que esconder Potter?- pregunto, tal vez así lo descoloque pero su expresión no cambia ni un ápice, tampoco su aura.

-No tengo nada que esconder Malfoy, ¿por qué me observas constantemente?- pregunta, me está acorralando y no puedo soltarle que es porque creo que él es el ángel o sabe algo de ello y quiero sonsacárselo, tendré que cambiar de táctica.

-Está bien, me has pillado, desde que terminó la guerra llevo pensando mucho en que nuestra rivalidad es muy infantil y tal vez estaríamos mejor haciendo las paces y siendo... bueno, amigos- le digo, me ha salido redondo, a ver qué dice.

-Umm- parece que no se fía demasiado, después de todo no me extraña pero bueno.- Tal vez no sea mala idea, aunque ya sea un poco tarde podríamos llevarnos bien lo que queda de vacaciones- dice, ¡sí! Ya tengo excusa para estar con él y sacarle todo.

-Entonces te invito a cenar, ¿te parece bien? Así vamos limando asperezas.

-¿A cenar?

-¿Algún problema?

-Sí, tengo otro compromiso esta noche, ya me han pedido que cene con ellos.

-¿Quién si se puede saber?

-Mis amigos, Ron, Hermione, Neville, Dean y Seamus.

-Cenas con ellos todas las noches, ¿no puedes hacer una excepción?- vamos dime que sí, sabes que tengo razón.

-Lo siento pero no, hoy tengo un compromiso especial y cenaremos en mi suite junto con Luna, tal vez en el desayuno o en la comida.

-¿Y mañana por la noche?

-Lo siento, mis noches son sacrosantas Malfoy ¿por qué tanta insistencia en que sea por la noche?

-¿Por qué tanta resistencia a que sea de noche?

-Tengo mis razones.

-¿Cuales?

-Qué pesado, ¿si te las digo me dejarás en paz y te quitarás la idea de la cena de la cabeza?- qué rápido ha aceptado, ¿será trampa? Por si acaso asiento.- De acuerdo, no ceno, desde que terminó la guerra se me ha quitado el apetito y sólo me como una tostada en el desayuno para aguantar todo el día ¿contento?- si hago memoria la excusa encaja, nunca come en las comidas, sólo hace compañía a los demás y en el desayuno tampoco lo veo comer más que esa tostada con mermelada de fresa.

-De acuerdo, nada de invitarte en las comidas, ¿pero, por qué lo escondes?

-Porque si se enteran Sirius y Remus me matan, según mis cartas estoy perfectamente alimentado.

-Ya veo, una mentira blanca, para que no se preocupen- él asiente, entonces me doy cuenta de que sigue en pie desde que ha llegado.- Siéntate, no tienes nada más que hacer ¿no? Podemos seguir hablando hasta la hora de la cena.

-Vale, si insistes- se sienta a mi lado y nos quedamos en silencio mirando el lago.- Se rumorea que tienes una pluma del ángel.

-Pensé que no creías en eso.

-Y no creo, es por sacar tema de conversación.

-Ah- me ha dejado un poco mal.- Seguramente te estarás preguntando si yo creo o no en él.

-Pues la verdad es que no- me ha vuelto a dejar mal. Entonces hace algo que nunca creí ver en mi vida, me sonríe divertido.- No necesito preguntar lo que ya sé, si tú afirmas que es de verdad es porque crees en el ángel, ¿no?

-Puede que no.

-En este caso es que sí, yo también observo mi alrededor ¿sabes? Al principio no creías, pero encontraste la pluma y creíste, cuando mientes pones esa cara de póquer que dice que no te importa nada, las veces que te he oído hablar del ángel dejabas escapar de esa máscara un atisbo de seriedad. Son muchos años observándote para que no me ganes, los enemigos son los que más se conocen entre ellos. Es lo que dicen ¿no?

-Yo creo que esa frase está mal hecha, los enemigos sólo conocen las partes vulnerables, un amigo las conoce todas.

-Tienes razón- mira al cielo y se levanta de golpe.

-¿Qué pasa?

-Se me ha hecho tarde, no me había dado cuenta de qué hora era y tengo que ir a hablar con alguien- dice yendo a la salida del lago.

-¡Espera que te acompaño!- me corroe la curiosidad de saber con quién se tiene que ver. Me espera hasta que llego a su altura y nos vamos de ahí, me dejo llevar hasta una habitación de la penúltima planta y llama.

-No tienes por qué estar aquí más tiempo- me dice.

-Hasta que entres te acompañaré, recuerda que un Malfoy es un caballero ante todo- él me mira como diciendo "ya claro, ¿y qué mas?". Se abre la puerta y aparece Severus como nunca lo había visto, en vaqueros y camisa.

-Ha... Potter ¿qué haces aquí?

-Tranquilo, ahora es de confianza Severus- le dice tranquilo, mi padrino parece relajarse.- Hemos hecho una tregua, no te rías, es en serio- le dice al ver que una sonrisa intenta escaparse de sus labios.

-Ya veo, así que una tregua- me mira mal y yo me encojo de hombros poniendo cara de inocencia.- ¿Bueno, pasas Harry?

-Claro, gracias por acompañarme Malfoy.

-¿Pero, qué vais a...?

-Échale imaginación- me dice con una sonrisa pícara que me deja totalmente descolocado, entran en la habitación y me cierran la puerta en las narices.

 

(Narra Harry)

 

Me siento en la silla del escritorio y suspiro, Severus se sienta en la cama frente a mí esperando explicaciones. Al ver que no se las voy a dar a menos que pregunte decide empezar él con la conversación.

-¿Sabes que puede ser una trampa?

-Por supuesto, conociendo a tu ahijado como lo conozco es lo primero que he pensado cuando me ha pedido que haga la tregua con él.

-¿Qué crees que quiere? ¿El cascabel?

-Muy improbable dado que él tiene el verdadero, tal vez crea que yo soy el ángel o que tengo algo que ver con él.

-Estaría dando en el clavo si es eso lo que quiere, ¿cómo sabes que es el verdadero?

-Lo ha agitado tres veces y yo lo he oído desde mi suite, el cascabel me ha llamado y he sabido dónde estaba y quién lo tenía sin haber llegado todavía al sitio.

-¿Pretendes utilizarlo para conseguir el cascabel?

-Para nada- le respondo con una sonrisa sincera, él me mira extrañado.- Le daré el cambiazo cuando tenga ocasión, seguramente cuando duerma pero no lo utilizaré para llegar a él y conseguirlo. Desde que estuve a punto de morir a manos de Voldemort aquella noche, y desde que sé lo que estas alas significan aún más, he pensado que debería intentar corregir algunos errores del pasado, así que si él me ha vuelto a extender la mano, aunque de momento sea mentira, no voy a rechazar la oportunidad de arreglar el error que cometí aquel día.

-¿Por qué tantas ganas?

-Porque somos parecidos, yo nunca conocí a mis padres y nunca me he sentido querido hasta que llegué a Hogwarts, a él le ha pasado lo mismo, Lucius nunca lo ha querido, y Narcisa nunca tuvo la opción de elegir por sí misma, gracias a eso ella se pudre en Azkaban dejando solo a su hijo cuando más apoyo necesita.

-Tu poder de leer el interior de los demás es un don para algunos y una maldición para otros, Draco intenta esconder todo lo que siente detrás de esa máscara que le han enseñado a crear, tú puedes ver a través de esa máscara ¿es por eso que quieres intentar ser amigo suyo?

-Exacto, yo sé lo que es sufrir como nadie y mi forma de ser me impide dejar que alguien sufra como yo lo he hecho si sé que es así, como diríais los Slytherin, soy endemoniadamente Gryffindor.

-Sí, pero creo que le has hecho creer algo que no es.

-¿De qué me hablas?

-"Échale imaginación"- repite imitando mi voz.- Cualquiera pensaría mal de eso ¿no crees?

-Lo he dicho con toda la inocencia del mundo- respondo haciéndome el angelito.

-Harry, los dos sabemos que de inocente tienes poco, si te diera por soltarte la melena algún día todo se quedaría desmadrado. Si tú fueras una mínima parte de inocente de lo que aparentas ser yo sería jefe de Gryffindor.

-No es culpa mía que tenga las hormonas alteradas y los gemelos se aburran en verano.

-¿Tampoco que la gente se olvide de que tuvo una noche de salvaje pasión que lo deja hecho polvo casualmente cuando tú estás de muy buen humor la mañana siguiente?

-Tampoco, y ni se te ocurra contar lo de la canela que tampoco es culpa mía.

-No es para nada normal que la mitad de los alumnos de sexto y séptimo de Gryffindor se exciten al oler la canela. ¡Pero bueno qué casualidad! ¡Si tú hueles a canela! Por favor Harry que no somos tontos- pongo cara de no saber de qué me habla.- Prométeme que no harás nada malo mientras estemos aquí.

-Vale- respondo ocultando una sonrisa.

-Es en serio Harry, si no cumples dejaré de cubrirte ante Sirius y Remus con lo de la comida- me advierte, mi cara cambia radicalmente, ver a Remus enfadado es horrible, no se lo desearía ni a mi peor enemigo.

-Vale, soy un ángel, en todos lo sentidos- miro por la ventana y suspiro.- Tengo que irme ya, es casi de noche y he quedado con los demás en mi habitación, les contaré lo que a pasado y todo eso, luego saldré a dar una vuelta.

-¿Has intentado taparte esas ojeras?

-Sí, es imposible, ¿te gustó la caja de ranas?

-Sólo me queda la mitad, tendrás que comprarme otra- se ríe.

-Claro, sólo avísame- le digo, me paro frente a la puerta antes de abrirla.- Severus, eres más guapo cuando te ríes, si sigues así traerás a las chicas de cabeza.

-Ya sabes que yo sólo tengo ojos para tus padrinos.

-Sí, lo sé, no dejan de repetirme que te echan de menos, quieren que se acabe pronto el viaje para que podamos volver a casa con ellos.

-Yo también, tanto adolescente me altera los nervios.

-Sí, lo sé. Vete a cenar, si quieres algo pásate por mi habitación, si no estoy los chicos cogerán el recado.

-De acuerdo- abro la puerta y salgo al pasillo, hago un saludo militar como despedida antes de cerrarla e irme al ascensor.

 

Las alas se abren paso en mi espalda y mi ropa desaparece cambiándose por otra, los colmillos son más puntiagudos y los ojos felinos. Al caer al suelo intento respirar en condiciones, alguien llama a la puerta, me tenso ¿quién será?

-¿Harry? Somos nosotros, ábrenos- pide la voz de Herm desde el otro lado.

-Santo y seña, por favor.

-Angel du inferno- dicen los seis a la vez. Me acerco y les abro la puerta, los seis pasan y se acomodan en los sillones y la cama.- ¿Cómo estás?

-Bastante bien, he encontrado el cascabel.

-¿En serio, quién lo tiene?

-Malfoy- todos asienten aceptándolo y se hace un silencio, creo que es hora de soltar la noticia bomba del día.- Hemos hecho una tregua.

-¿Qué has dicho Harry?- me pregunta Ron sin poder creérselo.

-Que he hecho una tregua con él- respondo un poco más despacio y claro.

-¿Enserio? ¡Harry es genial!- me dicen Luna y Neville.

-No me parece nada realmente malo- comenta Hermione.

-A nosotros tampoco nos parece mala idea.

-¡¿En serio pensáis eso?! ¡Son enemigos mortales desde siempre! ¡Es una locura!

-Ron, por eso mismo creemos que es buena idea, esa enemistad es un error, si se puede solucionar ahora ¿para qué dejar pasar la oportunidad?

-Es una trampa que me ha puesto para que no descubra sus planes- les explico, todos se quedan callados y Ron pone cara de superioridad.- Le haré creer que no tengo nada que esconder y así haré que la amistad que podamos tener sea de verdad. A propósito, Mione necesitamos tu cascabel, es una réplica exacta del que tiene Malfoy así que lo utilizaremos para darle el cambiazo.

-¡Ah! Así que es eso, siento haber gritado hermano, ahora lo entiendo todo, quieres hacerte amigo de Malfoy para darle el cambiazo, es muy buena táctica sí.

-Ron no es... ¡ah!- grito sin poder contenerme. Me sujeto la cabeza entre las manos en un vano intento de que me duela menos.

-¡Harry! ¿Qué ocurre?

-El cascabel, ¡ah! Zabini no deja de agitarlo, me va a explotar la cabeza ¡ah! Haced que pare, por favor.

-¿Qué hacemos?

-¡Ron! Ponte unos pantalones de cuero negros que tengo en el armario y baja donde está él, despístalo, que suelte el cascabel, me va a reventar los tímpanos.

-¿Por qué yo?

-Porque le molas, ¡ahora ponte esos pantalones y evita que me quede sordo!- le grito totalmente histérico.- En el tercer piso, habitación 304, ¡deprisa!- él sale corriendo lo más deprisa que puede y yo vuelvo a gritar.- ¡Ah!

-Aguanta un poco Harry- me pide Neville. Diez minutos después el ruido se para y yo caigo al suelo medio muerto.- ¿Harry, estás bien?

-Algo mejor, creo que vamos a tener que vigilar el cascabel de cerca y también a los que lo rodean.

Notas finales:

espero ke os haya gustado y me dejeis muchos reviews, nos vemos en Dance With me la semana que viene!!!!!!!!

Kisses


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