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These Are The Days Of Our Lives por Lise

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Notas del capitulo: Hola hola!!!!!!!! Q cuentan? yo aca ando pasando la tarde de domingo cual vegetal apenas moviendome del asiento para tipear esto jeje... Tardé mas d lo q m hubiera gustado pero todo tiene sus razones y pasa q es bastante largo este capitulo asi q me llevo un buen rato cerrarlo para q qde como qería... Bueno no los molesto más! Adianchiiiiiiiiii
Dia 58

Aquel trío invencible



Amanecía un nuevo día, nuestros GetBackers dormían apaciblemente en cada uno de sus asientos. De cierta forma, ya se habían acostumbrado. Había sido así desde el principio, ya que el dinero no les abundaba y si lo tenían de seguro que lo gastaban en llenar sus estómagos nunca satisfechos.

Unos días antes, Ban había logrado cobrar un trabajo que tiempo atrás había realizado por sí solo. Todo se había complicado luego de que el cliente no cumpliera con las condiciones del contrato y pagara con dinero falso... desafortunadamente para él. Luego, por supuesto, el cliente había desaparecido. Pero si algo era seguro, era que ni yendo a la Antártida, el desleal cliente hubiese podido escapar de los ávidos ojos de Ban... Y menos iba a escapar si el pobre iluso estaba solo a unos kilómetros de distancia. Así que haciendo uso de algunas técnicas dignas de un prestigiso detective privado, sumado a su gigantesco e incondicional amor por el dinero, era imparable y finalmente había recibido su paga. Y con ella estaban viviendo hasta el momento...




Al fin terminaba el invierno y el sol se hacía sentir con una intensidad creciente... La luz se filtraba por el frente y remolones, comenzaron a despertar. Después de tantos días lluviosos al fin podían salir a repartir volantes... Cada vez que Ban se acordaba de hasta que punto habían llegado le daba taquicardia... Pero no habia dudas de que sus necesidades económicas los llamaban a tomar medidas drásticas.
Eran nuevos en el negocio, y aunque Ban tenía una buena reputación en el ámbito, los clientes aún no se presentaban y ya no sabían donde diablos salir a buscarlos. Resignados pero con mucho ánimo salieron a pegar carteles por la ciudad y a repartir volantes durante toda la tarde... Extremadamente resignados volverían horas después al auto, el día terminaba y los dejaba con el ánimo bien por el piso. Se sentaron y cada uno, en silencio, se preguntaba como rayos se la iban a dibujar: se les venía la noche y como venía la mano, pronto empezarían a comerse el cuero de las butacas. Muy poco les costó tragarse su orgullo, especialmente a Gin, y terminar en el Honky Tonk rogando provocar piedad y lástima en Paul y que alcanzaran para permitirles entretener con algo sus vacías pancitas...

-Hola Paul, Natsumi- saludó seriamente, como acostumbraba, Ban.

-¡Hola Paul! ¡¡Hola Natsu!!! ¿todo bien?- saludó sonriente Ginji. Desde que Ban les había presentado a sus conocidos del Honky Tonk, Ginji había establecido una cálida relación con ellos. Solo habían pasado 58 días desde que estaban juntos pero Gin estaba trabajando duro para darle un giro de 180º no solo a su vida, sino a toda su persona. Timidamente pero con ganas se transformaba en una persona alegre y dulce, sin dejar de ser lo justo y transparente que había sido desde el primer día.

-¡Hola Ban! ¡Hola Gin! ¿Como estan ch...?- quiso terminar de preguntar Natsumi, pero Ginji no la dejaría.

-¡¡¡¡¡CON HAMBREEEEEEEE!!!!! BUAAAAAAAAAAAAAAAA, estamos muriendo... ¡¡¡¡¡¡¡NADIE NOS CONTRATA!!!!!!!! MORIREMOS EN UN DIA, TAL VEZ DOS NATSU!!! Que suerte tan triste, no mer... - empezó a decir Ginji mientras se tomaba la cabeza y movía los brazos y luego se tomaba los cabellos y luego... No pudo terminar su impactante presentación porque Ban no pudo contener su ira. Le propinó un violento golpe en la cabeza obligandolo a detener su melodramático monólogo.

-¡Ginji, IDIOTAAAA! ¿A QUE CREES QUE VINIMOS AQUI? ¿A PEDIR LIMOSNA? ¿O A ROGAR POR COMIDA?........... En realidad si, por favor Paul, solo por hoy, solo una pizzita pequeñita ¿si? ¿SI?- terminó diciendo Ban resignado, con las manos entrelazadas y ojos de borrego, sin poder ignorar la ausencia de nutrientes en su sangre. Sus últimas palabras estaban destinadas a quien tenía en sus manos un poquito de felicidad para sus corazones y para sus estómagos, por supuesto.

-¡Oh chicos! Sabía que no tenían trabajo, pero no pensé... realmente no pensé que su situación era tan extrema- dijo preocupada Natsumi con ojos llorosos. Paul solo observaba apenas asomándose sobre su diario- Por favor jefe, demosles algo de comer-

-Ban, cuantas veces debo decirte que mi misión no es llenar sus estómagos, sino el mio: que quiere decir esto, que debo mantener el negocio, trabajando. TRABAJANDO. Lo mismo que deberían hacer ustedes chicos. Y no me digan que no tienen trabajo, porque desde hace días que una señorita los anda buscando por todos lados...-

-¿uh?- dijeron los aludidos al unísono.

-¡¡Oh si!!! Es verdad chicos, olvide por completo decirles que cabeza Natsu, jajaja -río nerviosamente la chica- Es una señorita muy bella, rubia y tiene dos... como decirlo, pues no importa. Estuvo un rato antes de que vinieran seguro que si corren la alcanzan muchachitos-

-... ¿Pero como vamos a encontrarla si no sabemos como es?- dijo Ban haciendo enfásis en cada palabra pronunciada, con kilos de ira contenida, el puño cerrado y la cabeza gacha. Destilaba bronca por cada poro de su piel. Ginji no escuchaba, el hambre era mas fuerte, solo quería comer.

-No se preocupen chicos, seguro se darán cuenta de quien es ella, digamos que llama la atención. Se fue para el lado del puente- terminó diciendo Natsumi con una sonrisa forzada mientras minimizaba la situación alzando y bajando su mano con insistencia... quien la mandaba a ser tan despistada.

-Creo que nos vamos Paul. Ginji- dijo Ban recobrando su compostura y acomodando sus lentes. Ginji asintió y antes de que pudiesen despedirse salieron eyectados del lugar, como si en encontrar o no a esa mujer, se les fuese la vida.










Un buen rato después cansados de correr descansaban resignados, sobre el cordón de una calle poco transitada. Ya era de noche y los faroles iluminaban las calles.

-Ban, ¿que podemos hacer? A este paso parece que nunca vamos a encontrar un trabajo como servicio de rescate. Perdóname, yo se que tu solo te manejabas bien, parece que cargo con la mala suerte jeje- digo tristemente Ginji. Ban lo miraba de reojo.

- No te disculpes, Ginji. Es solo una mala racha, solo necesitamos un par de trabajos, consolidarnos y luego verás como nos lloverán los clientes- dijo Ban tranquilamente pero sin creer ni una palabra de lo que decía. El también estaba tan resignado como su compañero- ¿Vamos a descansar? Tanto caminar me sacó las últimas energías que tenía...-

-Es verdad Ban, yo también estoy muy cansadito- dijo Gin mientras bostezaba y se estiraba.


Con gran esfuerzo se levantaron. Pero no llegaron a dar ni un solo paso. Caminando hacia ellos iba una mujer. Pero no cualquier mujer, esta era realmente increíble. Era fisicamente imposible. Rubia de cabellos que caían mas allá de sus caderas, caminaba como danzando. Sus movimientos cargaban con gran sensualidad. Un vestido muy ajustado y escotado remarcaba cada línea de su figura. Destilaba femineidad a cada paso y todo el mundo se detenía a verla...
Mientras Ban y Ginji regaban un caudaloso río de baba sobre la vereda, un señor a bordo de un colectivo, tan baboso como ellos, acercó su camión para verla mejor. No dudó en pegarse al cordón para lograr su cometido y sin lamentarlo ni un poquito bañó a los GetBackers de agua lodosa. Habían quedado petrificados y empapados, igual que aquella señorita que no podía creer lo que le había pasado...

-¡¡¡PERO QUE TE SUCEDE IMBÉCIL!!! ¡Viejo desubicado, MI VESTIDO! ¡¡¡ ME LO PAGARÁS MALDITO!!! ¡Vuelve aqui maldito hijo de perra! Mis zapatos... GRRRRRRRRRRRRRRRRRR- decía la "delicada" señorita frente a los, ahora sorprendidos, muchachos- Buaaaaaaa, hoy no es mi día de suerte... ¡Encima ese servicio de rescate que necesito y no aparece por ningun lado! ¡Seguro que deben ser un par de idiotas con un cerebro microscópico que rayos se creen!... ¿Que le diré al cliente? Encima así como estoy no puedo presentarme en ningun lado! ¡Rayos, rayos, rayos, RAYOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!- terminó de decir (gritar) mientras golpeaba con impetu su cartera a las maderas de un banco. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que estaba siendo observada... y muy de cerca...


-¡Y USTEDES QUE ESTAN MIRANDO PAR DE MOCOSOS INSOLENTES! ¡Hoy en día ya no hay respeto! ¡¡¡CREEN QUE SOLO POR SER TAN BELLA TIENE DERECHO A MIRARME ASI!!! ¡¡¡¿EHHHHH?!!!- decía la rubia mientras comenzaba a caminar con dificultad por donde hacía rato lo hacía con extremo glamour.


-Espere señorita, ¿dijo usted que necesita un servicio de rescate? Pues aqui estamos para salvarle el día, si nos permite...- dijo Ban parsimonioso e inevitablemente sensual. La muchacha los miró con los ojos entornados...


-¿¿¿QUE??? Ustedes??? JAJAJAJA -dijo entre sonoras risas fingidas- por favor, no me hagan reír, si ustedes son un servicio de rescate decente pues YO TENGO 109 AÑOS, SOY NADA SEXY Y USO DENTADURA ¿¿¿ENTIENDES AMIGO???- le dijo violentamente a Ban mientras lo señalaba firmemente con el dedo. Los lentes violetas resbalaron en su rostro.


-Oiga, oiga, oiga señorita tranquilicese, por favor. Nosotros somos los GetBackers, por casualidad usted nos estuvo buscando en el Honky Tonk? - dijo Ban lentamente y temiendo una represalia mas violenta aún. Ahora la muchacha los observaba incrédula.

-¿Ustedes son los GetBackers?- dijo bastante sorprendida y por primera vez en la noche decidió no gritar.

-Exactamente señorita, los mismisimos- dijo con suficiencia Ban.

-Ahhhhh........ ¿¿¿PERO DONDE RAYOS SE HABÍAN METIDO??? ¡¡¡YO BUSCANDOLOS DESEPERADA Y USTEDES COLGANDO VOLANTES... Y SIN DIRECCIÓN!!! ¿Pero que les pasa? ¿¿¿SON IDIOTAS O APRENDEN??? Comprense un cerebro con un coeficiente intelectual relativamente aceptable amigos... ¡¡¡ANTES QUE PONER UN SERVICIO DE RESCATE!!!... -retornando a un tono estruendoso, pero deteniéndose rapidamente- Controlate Heaven, sabes que debes controlarte, 1, 2, 3, 4, 5, 6-


-¿Como que sin dirección? Señorita- dijo Ban sin entender... o sin querer entender- Ginji - terminó de decir mientras giraba su cabeza para ver a a su compañero...


-Ohhhh puede ser que acaso que haya olvidado ese detallecito... noooo no lo creo, o tal vez si, quien sabe ¿no?... Bueno pero quedaron tan lindos los volantes... ver...d..ad Baa...aan??? -


-¡¡¡¡IDIOTAAAAA!!!! Ginji eres un idiota, un completo e indiscutible idiota!- decía Ban tironeando con enfasis de sus orejas.


-Que no soy idiota Ban, que nooooooo- decía convencido chibi Ginji con un notable puchero mientras recibía su castigo. Entonces se detuvo en seco, ahora quienes eran observados bien de cerca, eran ellos.


-Vamos ¿pretenden que les crea muchachos?...-


-Pues si no nos pruebas, jamás lo sabrás linda- dijo un Ban provocador.


-Nada de linda, quien te crees mocoso impertinente- murmuró la rubia apretando su puño y con una marcada arruga en su frente. Realmente no deseaba ponerse a gritar nuevamente pero por momentos era muy dificil contenerse... -Bueno, uff entonces por lo menos diganme sus nombres... Yo me llamo Heaven, y soy la negociadora-


-Yo soy Ban Midou, un gusto-


-Y yo Ginji Amano, y ¡¡¡un gran gusto también!!!-


-Esta bien, pero vamos rápido, el cliente espera- dijo finalmente la bella muchacha. Entonces, comenzó a caminar hacia la ciudad siendo escoltada por dos curiosos y apuestos chicos que ahora sonreían satisfechos.





Una transparente esfera de cristal había sido robada. Era muy costosa y única en su clase, de gran fama entre objetos paranormales. Esas y algunas palabras más fueron dictadas por parte de un serio cliente, dentro de su enorme casa, algo sobria pero con grandes toques de estilo. Para que mentir, estaban bastante nerviosos, aunque fuese Ginji el único que no podía ocultarlo: realmente estaba transpirando la gota gorda y sentía como si los ojos del hombre y sus peligrosamente musculosos empleados se clavaban en su persona. Finalizadas las palabras, concluyeron que la paga era bastante buena y que las posibles complicaciones eran pocas: solo debían tomar el objeto del último piso de la mansión de un funcionario venido a menos, que solo tenía unas buenas ganas de molestar y llamar la atención. Sin demoras, se encaminaron al lugar donde se produciría el ataque, mientras Heaven y el cliente aguardarían en su casa. Las calles se encontraban oscuras y bastante desoladas... Pero el lugar al que se dirigían se encontraba inconvenientemente iluminado.


Llegaron al lugar y lo observaron por unos segundos. Pero ansioso y atolondrado como estaba Ban, y creyéndose invisible, saltó el paredón de la casa, como si no supiese de esos complicados sistemas de alarmas que suelen ostentar mansiones como esas. Cuando cayó en cuenta de su error ya se encontraba en el jardín y se paró petrificado... había metido la pata y eso que recién estaban comenzando. Los segundos mas veloces de su vida comenzarn a correr y cuando empezó a salir espeso humo de su cabeza, mientras pensaba como diablos lograr que la alarma no empiece a sonar estruendosamente, notó la presencia de Gin que le sonreía satisfecho. No entendió absolutamente nada hasta que vió que le señalaba algo: la central de las alarmas y de la electricidad se encontraban completamente fundidas. Su compañero había saltado tras él y con suerte había saltado frente a los controles... Finalmente solo había tenido que emitir una descarga.


Ban lo miró hasta que logró tranquilizarse. Entonces bajó su mirada y sonrió levemente de costado. La última vez que lo había visto utilizar ese poder había sido en una situación totalmente diferente... Ginji enviaba descargas de electricidad acompañadas con un extremo odio hacia él, una tras otra, hasta el último momento, aún cuando ya sabía que la pelea estaba perdida. Apenas cincuenta y ocho días después, esa pequeña descarga les había salvado el pellejo...

-Bien chico, ahora vamos por allí- dijo indiferente Ban, disfrazando esa tranquilidad de empezar a sentir que podrían formar un muy buen equipo. Ginji lo siguió sin dudar, satisfecho y feliz de sentirse útil, sentirse parte de un equipo, ni jefe, ni subordinado... compañero.



Se adentraron sigilosamente a la casa, derribando varios guardias totalmente desprevenidos. Comenzaron a subir por las escaleras, hasta llegar a ese último piso, de pasillos tenuemente iluminados y paredes gruesamente tapizadas. Al final del pasillo principal los aguardaba una pesada y antigua puerta de madera, a la cual los dirigió su instinto. Se acercaron decididos y no dudaron en pasar.

Dentro se encontraron con una sala completamente vacía. Solo había una columna al final de ella, que bajo la ventana sostenía una transparente esfera del mas puro cristal afirmada sobre una arrugada tela de terciopelo. Se detuvieron en la entrada y observaron con intensidad como la tenue luna brillaba sobre su superficie. Lentamente comenzaron, a caminar con los ojos fijos en ese, su primer objetivo... Pero de repente se escucharon unos pasos rápidos pero pesados provinientes de las escaleras que los sacaron de su estado, como si hubiesen despertado de un extraño sueño con ojos abiertos. Ginji se sobresaltó y volvió sobre sus pasos para observar el panorama, el cual por lo pronto aparecía tranquilo. Soltó algunas palabras hacia su compañero pero no estaba siendo escuchado.


Ban, en realidad, no había podido salir de ese estado hipnótico en el que había caído y parecía que tampoco deseaba hacerlo. Sin embargo, no era esa cristalina esfera la culpable de eso. Sus ojos estaban ávidos, realmente querían ver y la esfera respondía a su pedido. Si algo era seguro era que esa bola de cristal no era un pedazo de piedra ordinaria. Un tenue y alejado haz de luz comenzó a iluminar su centro, tímidamente. No se podía reconocer mucho mas allí, y Ban impaciente rodeó la columna, buscando un mejor ángulo... Que decir, estaba ansioso, unas incontenibles ganas de saber lo invadieron, ¿acaso vería el futuro? No lo sabía pero tenía tantas ganas de ver algo que esa esfera estaba brillando para él. Inmerso desde sus primeros años entre fenómenos paranormales, brujerías y otras rarezas, jamás nadie, ni siquiera su propia abuela había querido acercarlo a su destino... Solo le había dado pautas de como encaminarse, como usar sus poderes y sobrellevarlos, pero nada más que eso. Con los años comprendió que en realidad había sido mejor así... Para que cargar con sucesos que ni siquiera lo habían tocado. Ya tendría tiempo para hacerlo, luego de sucedidos. Sin embargo, de lo que estaba seguro, era de que, esa vieja, jamás hubiese sabido que se convertiría en la persona que era hoy. El era su propio destino y el elegía el camino a seguir. Porque era diferente. No se conformaría con sobrellevar su maldición, sino que jamás se permitiría convertirse en ese demonio que todos creían que era...

"¿Estás seguro?"... "Si... Creo, lo intento... pero no se, no se si en realidad pueda... vamos, muéstrame..."

-¡BAAAAAN, tiralaaaaaaaaaa! ¡Tirala y correeeeeeeeeeee!¡ Vamos, son demasiados, nos haran puré!- decía Ginji dando nerviosos saltitos en la puerta. Luego la cerró violentamente, mirando desesperado a Ban y esperando una respuesta.

-¡Oh rayos! ¡VAMOS GINJIIIIII!- reaccionó, entonces tomó la esfera la envolvió con su camisa y se tomaron de las manos para arrojarse por la ventana sobre los arbustos.




...






-Diablos Ginji... ¿acaso no puedes callarte?... Ya has contado 800 veces tus fabulosas hazañas de la noche, ¡nos aburres!- ¿Por que hablaba tanto ese chico? Era obvio si su estómago estaba lleno, se llenaba de energía y pues asi la canaliza se dijo Ban algo resignado y cansado pero contento. El trabajo había sido breve e impecable y aunque el pago no era descomunal era un respiro. Lo justo y necesario para ser feliz.


Estaban satisfechos de comida y se encontraban, ya solos, recostados sobre la mesa. Y se hubieran quedado así, si no hubiese sido porque Paul les avisó que ya era tarde, y hora de cerrar. Bufando, y con gran esfuerzo se levantaron y estiraron. Arrastrando los pies, Ban se acercó primero a la puerta y solo había pestañado cuando sintió sobre su cuerpo el peso de otra persona, y entonces se giró para ver el rostro de Ginji que le sonreía incansable. Sin el mas mínimo esfuerzo le respondió con otra sonrisa, igual de natural y genuina...



Salieron y caminaron lentamente hacia el auto, practicamente uno arrastrando al otro hasta llegar a destino.




-No juegues conmigo, maldita bola de juguete- murmuró Ban mientras entraba al auto para acomodarse en su lugar, por supuesto, el del lado del conductor...

















In every life we have some trouble
When you worry you make it double

Don't worry, be happy
Don't worry, be happy now
Don't worry, Be happy

Ain't got no place to lay your head
Somebody came and took your bed
Don't worry, be happy

The landlord say your rent is late
He may have to litigate
Don't worry, be happy
Don't worry, be happy now
Notas finales:

uiiiiiiii espero q les haya gustado!!! ^^ Realmente me di el gusto de poner al final un tema del gran Bob Marley, "Don´t worry, be happy" una frase simple pero q yo siento que dice mucho, es algo si como "Baja dos cambios, amargado" xDDDDD traducido al argentino jajajaj bue dejo d decir giladas (se me hace dificil contenerme u.u) y no los molesto mas

Gracias por su tiempo!

Les mando un beso grande!!!!!!!! Se cuidan


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