-No entiendo – dijo el rubio desconcertado
-Mi…- pego sus labios a la oreja de Kitsune para susurrarle – Mi verdadero nombre es… SAI UCHIJA
Había esperado cualquier reacción: asombro, sorpresa o tal vez enojo, pero simplemente no llego ninguna a la persona que nunca imagino dejar callado de esa forma.
Algo en el sentía que el que bajara la mirada simplemente al oír a Gaara y darle la espalda para irse a su habitación no era una buena señal, sobretodo sino había habido algo más.
Su indiferencia le dolía, sabia que era lógico que no le aceptara al principio, pero ahora la duda estaba ahí en su cabeza ¿Qué pensaría ahora sobre él?
Cuando Kitsune le dio la espalda, ni siquiera pudo detenerle para preguntarle nada, Gaara le esperaba ansioso en la puerta, sólo atinó a respirar hondamente y caminar hacia este, para sin lugar a duda enfrentar el destino que desde hace tiempo se había negado.
Cuando decidió fingir que no era un Uchija pensó que nunca tendría que volver a acordarse de todo lo ocurrido hace ya casi 9 años.
-Llegamos… - susurró levemente en el oído del moreno sacándole de sus pensamientos.
-Vamos - le miro con su sonrisa característica, quizás algo fingida pero sin duda reconfortante para sí mismo.
-Pensé que dirías “No sé si en realidad quiero entrar”- le tomó de la mano Gaara.
-Pensé que si decía eso te opondrías y me arrastrarías hasta la oficina- sonrio
-Aún puedo hacerlo- le devolvió la sonrisa y se inclino a él para rozar con su nariz la mejilla de Sai – Estas temblando… -susurró.
-Te amo – le dijo capturando sus labios y afianzando el agarre entre su mano para salir del auto y afrontar lo que tenía que hacer.
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-¿Qué significa esto Sasuke? – gritó colerizado.
-No entres a mi oficina de esa forma – Sasuke levantó el rostro para mirar a su hermano caminar de un lado a otro molesto.
-¿Por qué esta junta?, Me han informado a penas esta mañana y los Sabakuno dicen que ellos no la han organizado.
-Si no fueron ellos, si no fuiste tú ¿Qué te hace suponer que yo lo querría? Además cuando te firme ya no tendré nada que ver con esto – miró a su hermano y después volvió a desviar la mirada hacia el ventanal donde estaba clavada antes de que entrase.
-Esto es muy raro, pero tienes razón, muy pronto seré el accionista mayoritario y todo esto no pasará – respiró y se sentó en la silla frente al escritorio – ¿Sigues molesto porque arruine tu jueguito con el jardinero?
-Eso es algo que no te importa Itachi, siempre has conseguido hacer mi vida miserable, ¿En que me puede sorprender o molestar lo que hiciste?
-Bueno te veías muy liado con ese muchacho, aunque viéndolo bien te hice un favor, de seguro sólo iba tras tu fortuna – se rió.
-¡Cállate!- gritó golpeando la mesa con uno de sus puños – ¡Tú no tienes derecho a hablar de esa forma de él!- gritó nuevamente provocando en Itache algo de asombro ¿Desde cuando su hermano le levantaba de esa forma la voz?
-Sas- sus palabras fueron calladas cuando tres golpes se escucharon en la puerta.
-Adelante – pronunció Sasuke.
-He venido a avisarles que pueden ya pasar a la sala de juntas – dio haciendo una pequeña reverencia.
-¿Cómo se atreve a darnos ordenes?, además ¿Qué hace usted aquí? – preguntó Itache levantándose inmediatamente de su asiento para encararlo.
-¿Le conoces? – pregunto el menor de los Uchija.
-Fue el abogado personal de nuestro padre, pero hace tiempo que dejo de dar sus servicios a la familia – respondió.
Es cierto señor Sasuke, su hermano tiene razón, pero dada las circunstancias y algunas cosas pendientes he vuelto a tomar mi puesto – hizo una señal para contener de nuevo las palabras de Itachi – Si quieren por favor pasar a la sala de juntas.
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Estaba temblando un poco, en esa gran mesa se encontraba la familia de Gaara que por supuesto no le había saludado aunque el pelirrojo se molestará, a su lado estaba un asiento vació y enfrente dos más que eran los de Itachi y Sasuke.
-Todo saldrá bien – sintió un apretón en su mano, la que no le había soltado desde que habían bajado del auto.
Oyó la puerta abrirse y les vio entrar, vio a Sasuke con la mirada baja y a Itachi como le recordaba: engreído y arrogante. Tragó saliva con dificultad cuando el abogado se sentó a lado suyo.
-Bueno ya estamos aquí ¿Qué demonios ocurre? – vocifero Itachi contrariado.
-Sai- pronunció confundido Sasuke al verle sentado en esa mesa -¿Qué haces aquí?
-Es cierto, ¿Qué hace este desconocido en la junta? – Itachi acabado de tomar asiento se levanto indignado.
-¿En verdad soy un desconocido Itachi?- Sai le miró orgulloso, estaba decidido y este debía ser el primer paso.
-¿Por qué me habla con tanta confianza?, por supuesto que no se quien eres tú.
-Tienes mala memoria – le dio un último apretón a la mano de Gaara y la soltó para levantarse del asiento y encararle mejor.
-¿Qué sucede Sai? –Sasuke les miró confundido y fue entonces cuando Itachi se estremeció al recordar ese nombre.
-¡Largate de este lugar!- perdiendo toda la cordura Itachi gritó molesto ante el asombro de los presentes.
-Lo siento, no voy a irme- dijo con mucha seguridad –Nunca más Itachi.
-¡Largate o llamaré a seguridad para que te saquen! – eso último hizo que Itachi se descolocará, se le veía angustiado y cuando alzó la bocina del teléfono que estaba en el centro de la mesa, el abogado presente le detuvo.
-Me temo que su exigencia Señor Uchija, no podrá ser cumplida, puesto que el Señor Sai no se irá a ningún lado porque él es ahora el presidente de la compañía – diciendo aquello todos los presentes se alborotaron.
-¿Cómo es eso? – El padre de Gaara molestó fue ahora quien se levanto de su asiento.
-Explícate Sai – Sasuke también lo hizo.
-Sasuke, la respuesta es sencilla, simplemente porque somos hermanos- no supo como fue que capto aquellas palabras, simplemente percibió a un Itachi molesto dejarse caer en su asiento- Somos tu y yo... hermanos.
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Estaba sacando la escalera de aquel cuartito del patio de atrás, estaba tan oscuro que no se dio cuenta que había alguien tras de si. Cuando por fin pudo sacarla a base de empujones y algunas malas palabras, tiro fuertemente de ella hasta que se safo provocando que cayera hacia tras llevándose no sólo la escalera consigo.
-¡Auch!- se quejo pero escucho un quejido tras de si de igual forma.
-¿Qué demonios? – se levanto rápidamente para prender el foco y no fue una sorpresa tan grande encontrar a Haku en el suelo.
-Zabuza- san – le miró sobandose un poco el brazo por la caída.
-¡Haku!- exclamo y de inmediato le ayudo a levantarse -¿Qué demonios hacías tras de mi?
-Maldices demasiado – rió al escuchar a Zabuza.
-Y tú tropiezas demasiado conmigo – contestó provocando que ambos se sonrojaran inmediatamente.
-¿Vienes a ver a Kitsune? – Pronuncio tratando de esconder aquel nerviosismo que le provocaba aquel muchachito.
-Si – De igual forma intento calmarse, su corazón estaba latiendo tan de prisa y fuerte que tenía miedo de que Zabuza se diera cuenta.
-Esta en su cuarto, la verdad no le he visto salir y…- se detuvo al ver el brazo de aquel chico con una ligera mancha roja – Mira – sujeto su brazo atrayéndolo hacia si – te has hecho daño por mi culpa.
-¡OH! Zabuza-san ¡Lo siento!
-¿Por qué te disculpas? No ves que fui yo el que te he hecho daño por descuido.
-No… Zabuza-san ¡No es nada!- se hizo un poco para atrás para romper el agarre pero no se percato de que la escalera estaba tras de sí.
-¡Cuidado! – le atrajo hacia si para evitar que cayera, esto incito para que ambos que habían quedado tan juntos se miraran profundamente y sólo en un instante la distancia se hizo nula, Zabuza en un impulso le había besado.
Fue un beso breve pero la intensidad con la que Haku le había respondido a Zabuza les había provocado de nuevo a besarse ahora en un beso largo y acelerado.
-¡Lo siento! – gritó Haku al romper por falta de oxigeno aquel roce, y después salió corriendo como una colegiala asustada por lo que había pasado.
Zabuza simplemente sonrió de medio lado, recordando aquella sensación sobre sus labios y tratando de recordar que es lo que estaba haciendo en aquel lugar.
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En este momento el Señor Sai Uchija toma posesión de la herencia del Señor Uchija, quien antes de morir le nombro heredero universal y el único autorizado para tomar posesión de la presidencia de la compañía, así como el único con capacidad de autorizar cualquier movimiento en la misma.
Así mismo me ha dado la facultad para representarle legalmente en esta junta para informar que se desautoriza al Señor Itachi Uchija – Hizo una pequeña pausa el abogado al sentir sobre si la mirada del mayor de los hermanos- a tomar cualquier decisión sobre cierta sesión de derechos de su hermano el Señor Sasuke Uchija, además de que mi apoderado piensa fusionar la compañía en una sola, de la cual los únicos dos representantes será uno por parte de la compañía Sabakuno y otro por parte de la familia Uchija dividiendo las ganancias en un 50% para ambas partes.
Gaara al escuchar esto de inmediato busco la mirada de Sai, quien simplemente le sonrió, aquello le había tomado por sorpresa completamente ¿A qué hora había llegado a ese acuerdo con el abogado?, de igual forma su mirada se encontró con la inquisitiva de Itachi que de un sobresalto se levanto de nuevo lleno de ira.
-¡Eso no puede ser! ¡Eso es una locura! – le gritó de inmediato a Sai.
-No le veo incoherencia de ningún tipo a lo que acaba de decir el abogado- replicó Sai.
-Con que era eso – con una carcajada en los labios se dirigió a Gaara – Por eso dejaste al inútil de mi hermano, porque te encontraste algo mejor.
-Eso es algo que no te importa – contestó Gaara.
-Lo ves hermano – se dirigió ahora a Sasuke – ¿Ese es el que tanto querías?
Sasuke simplemente desvió la mirada provocando indignación en el pelirrojo.
-Yo no deje a Sasuke porque supiera lo de Sai, es más lo supe mucho después – hizo una pausa y miró directamente a Sasuke- le deje porque ni yo …. Porque realmente no me amabas y lo sabes.
Por fin algo provocó que Sasuke apartara su actitud evasiva y se encontrará con las palabras que acababa de mencionar el pelirrojo.
-Eso se llama venderse al mejor postor- sólto Itachi venenosamente provocando la irá de Sai, una cosa era meterse con él y otra con su Gaa-chan.
- ¡Retira eso!- gritó Sai levantándose agitadamente de su lugar y siendo sujetado por Gaara.
-¡No voy a dejar que me quites mi empresa!- Itachi volvió a retar a Sai.
-¡Ya no lo es! Nada es tuyo.
-¡Un bastado, hijo de una ramera no puede hacerlo! – estaba furioso, no podía permitir que aquello por lo que tanto había luchado tener ahora simplemente no fuese para él.
-¡Idiota! – gritó Sai intentando safarse del agarre de su novio.
-¡No me conoces realmente! ¡Aléjate y regresa del hoyo de donde viniste o...
-¿O que Itachi?-
-No sabes de lo que soy capaz hermano –sentenció.
-Si lo sé… -respiro intentando controlar el coraje que tenía acomunado en su contra- Me vas a hacer lo mismo que a Deidara – le miro con furia - ¿le recuerdas?
Itachi se quedo atónito, estaba seguro que nunca en su vida volvería a recordar aquello, pero se le había olvidado que la existencia de su hermano también implicaba lo que hacia mucho tiempo pensó que hubo enterrado muy lejos de sí.
-No le nombres – susurró y sin más salio de la sala de juntas dejando a todos confundidos ¿Qué era aquello que hacia que las pupilas negras del gran Itachi Uchija se redujeran?
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-Por fin en casa – respiro pesadamente Sai al ingresar al burdel- Estoy tan cansado…
-Deja de lloriquear…- dijo Gaara sentándose en el mismo sillón en el que su novio estaba –Simplemente has tenido un muy pesado día.
-Puede ser, pero…- interrumpió su conversación al ver al rubio salir de la cocina con Haku y Zabuza a su lado.
Ambas miradas se cruzaron por un instante pero después nada, el rubio simplemente desvió su mirada ignorando a Sai.
-Ve con cuidado Haku – se despidió del pequeño y continuó su caminar.
-Kitsune – pronunció el moreno pero simplemente no hubo respuesta.
-¡Oye!- Gaara intento seguirle pero Sai le tomó de la mano. Zabuza y Haku simplemente se miraron consternados por la actitud del rubio.
-Déjale ir – susurró y bajo la mirada perdiéndola en algún lugar del suelo.
Gaara le miró, algo en el le gritó interceder, puesto después de lo que había ocurrido en la sala de juntas sabía que Sai no necesitaba también sentirse mal en el lugar que consideraba su hogar y mucho menos por la persona que le era importante.
Sujeto de su hombro a su novio y después camino en la misma dirección en la que se había dirigido el rubio.
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¡Naruto!- entró azotando la puerta tras él.
-¿Qué quieres? ¡Déjame en paz!- intentó sacarle, pero Gaaara uso todo su cuerpo para impedírselo.
-¡Vas a escucharme! ¡Deja de actuar como un niño! y ¡basta de tus boberías!-levantó la voz alto y contundente.
-No intercedas por sai.
-¿Porque no si es la persona que amo?, Naruto piensas recriminar a Sai por algo que le ha dolido toda su vida.
-Tú no entiendes, ¡él me traiciono! - eso último le había salido sin pensarlo.
-¿Por qué es un Uchija? ¿Por eso ahora es una mala persona, alguien que te ha cuidado y querido todo este tiempo? A mi también me costo trabajo cuando me entere porque venia huyendo de eso.
-No me lo dijo
-¿Cómo te lo iba a decir si es algo que aborreces? Es ilógico.
-pero… - confuso le dio la espalda a Gaara.
-No te has puesto a pensar que para él es difícil, tú sabes perfectamente porque es un uchija, lo de su madre y su padre, no es algo que el haya planeado.
-Es que… ¿Por qué él? – se sentó en su cama.
-Piensatelo, No le hagas esto, no después de que hoy tuvo que enfrentarse a todos los que le señalan como un bastardo, y lo peor es que él se siente más mal porque le ignoras, él que nunca ha querido serlo, porque eso implica que en efecto es el bastardo que nunca tuvo una familia legitima, que su hermano lo echo para que no tuviese derechos, no tenia una identidad y ahora que la ha recobrado se siente mal porque una de las personas que mas quiere le esta odiando por ello.
-Pues que la tenga, pero ¡que no se acerque a mi!
-¡eres un niño!, simplemente juzgas a Sai por lo que “dices” que te hizo Sasuke.
-¡No lo nombres! – Al oír ese nombre de pronto sintió como su cordura se de iba por el caño - ¿Ahora le defenderás a él también?
-Por supuesto – Sintió como su mandíbula se tensaba -Lo nombro, porque lo conocí y se que no es tan malo como lo pintas, que todo lo ocurrido en el pasado fue la culpa de los dos, porque el nunca te obligo a nada, lo hiciste por voluntad y lo del bebe … fue un accidente.
-¡No es cierto! - ¿Qué estaba escuchando? ¿Qué el tenía la culpa? ¿Qué había sido un accidente? Eso era algo que no podía aceptar - ¡No es cierto! ¡largo! ¡largo! – gritó y comenzó a empujar a Gaara para que saliera de su cuarto.
-EsA es la verdad – le dijo forcejeando con Naruto.
-¡Nooo! – chilló nuevamente y con un gran impulso logró empujar a Gaara contra la pared fuera de su cuarto, pero antes de cerrar la puerta se dio cuenta de algo, el pelirrojo estaba de inclinando sujetándose fuertemente, sus ojos estaban contraídos de dolor, esto paralizo al rubio.
-¡ahh! – lanzó un gemido muy fuerte - ¡Sai! – gritó con las fuerzas que aún tenía.
-¡Gaara! –Llegó corriendo el pelinegro hasta donde estaba - ¿Qué ocurrió? ¿Qué le hiciste? – Miró inquisitivo a un rubio asustado en la puerta sin saber que hacer.
-¡Sai! ¡Sai! Me duele… ¡me duele! – totalmente histérico le gritaba a Sai.
-Gaara ¿Qué tienes? Dime por favor - preguntaba atónito ante el un Gaara totalmente fuera de si.
-Sai…- llevó una de sus manos hasta la altura de sus rostros – Estoy sangrando…
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Jamás en su vida se había atemorizado tanto, cuando vio la sangre en la mano de Gaara casi le da un colapso de no ser porque Zabuza con Haku llegaron y llamaron a una ambulancia.
Se movía de un lado a otro, inquieto en espera de que el doctor saliera de su cuarto y le dijera que estaba pasando, sobre si la miraba de todos preocupados pero sobre todo la de Naruto.
-Puede pasar – Salió el doctor de la habitación.
-¿Esta bien? – fue lo primero que salió de su boca.
-Te lo explicará, te esta esperando – sonrió el medico. Inmediatamente entro el moreno a la habitación.
Todos se miraron desconcertados, sólo el rubio se acercó hasta el medico antes de que este se retirará.
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-¿Estas bien? ¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo?- Llego hasta Gaara quien se encontraba dentro de las cobijas, aún con el semblante pálido.
-Si, que dejes de preguntar tantas cosas a la vez – Respiró y sonrió.
-Casi muero, dime ¿Qué tienes?, me dijo el medicó que tú me lo dirías – sonaba tan preocupado que Gaara pensó que se veía lindo.
-Acércate – susurró Gaara y tomó la mano de Sai poniéndosela en el vientre. Esto hizo que Sai se desconcertará aún más – Digamos que tu hijo nos acaba de dar el primer susto de nuestra vida.
-¿Qué?- fue cuando después de unos instantes y de una sonrisa traviesa de Gaara comprendió lo que le estaba diciendo…
Iban a tener un bebe
-Si no respiras juró que voy a golpearte porque no me has abrazado – reprochó Gaara al ver a un Sai en shock.
-WOW –
-¿WOW? ¿Sólo eso dirás? ¡Te estoy diciendo que serás padre y simplemente un wow!– menciono el pelirrojo molesto.
-¡Ga-chan! ¡Ga-chan! –le abrazo impulsivamente ante el gesto adolorido de Gaara – ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento!, es que yo no.
-Tranquilo, yo también me puse así cuando lo supe – meneo un poco la cabeza recordando como casi se desmaya cuando se lo confirmaron.
-¿Por qué no me lo dijiste? – el moreno aún sorprendido le interrogo sin dejar de tocar con su mano el vientre donde estaba su hijo.
-Porque fue una semana después que te fueras de Milán y quería darte la sorpresa, pero como ves no pudo ser de otra manera –rió.
-¿Por eso regresaste? - hizo una pausa- aunque eso significa que tú carrera…
-La he votado, porque quiero estar con la persona que ha sacrificado tanto por mí, la que –se detuvo y sus pupilas verdes se clavaron en las azabache de su pareja –la que hizo mi sueño realidad.
-¿Tú sabes? – bajo la mirada un tanto avergonzado.
-Lo supe por la indiscreción de alguien…-rió- pero me sentí tan afortunado- sus ojos se comenzaron a llenar de algo cristalino – nadie… nunca me ha querido tanto. Gracias
-Sólo quería verte feliz y ahora tu me haces feliz – en ese momento sus cuerpos se buscaron fervientemente y colapsaron en un beso- Ahora no voy a dejarlos ir…
-Nunca…
Sus bocas dejaron de besarse cuando se escucho la puerta abrirse, ambos aún con los corazones latiendo vieron a un rubio entrar lentamente a la habitación.
-¡Kitsune! – Se lanzó sobre el un emocionado pelinegro - ¡Voy a tener un hijo!- le dio la noticia abrazándole- No me imagino eso…. Debe ser algo muy emocionante ¿No te parece?
-Supongo… Lo siento – Miró directamente a Gaara – No fue mi intención, yo no sabía.
-Fue un accidente – dijo Gaara intentando sonreírle – No tienes porque sentirte mal, quizas me pase un poco con todo aquello que te dije, aunque sigo considerando que es verdad, de todas formas el doctor me dijo que fue algo normal el sangrado por el movimiento, pero no hay nada de gravedad.
-¿En verdad? – Sai le preguntó preocupado, ahora caía en cuenta que no le había preguntado sobre eso, debido que su atención se centro en la noticia del bebe.
-Si- asintió feliz- Es que creo que hice demasiado alboroto porque soy primerizo en estas cosas… digamos que nunca que tenido un hijo.
-Ahora creo que Sai debe cuidarte mucho, porque es tan despistado que no le imagino siendo un padre responsable – rió e rubio un poco.
-¿Qué quieres decir con eso Kitsune?- le miró inquisitivo.
-Lo siento Sai, Gaara tiene razón he actuado como un niño tonto, no quiero separarme de ti, no de ti… pero es que no se como actuar estoy totalmente confundido y…
-Basta, no digas nada más… Gaara y yo en verdad creemos que fue un accidente y por mi parte sabes que el que sea un Uchija, no cambia en nada lo que hemos pasado – cerró los ojos para sentir como el rubio le abrazaba fuertemente, no podía sentirse más feliz como en ese momento, después de todo ahora tenía una familia, un hermano y una identidad propia, se sentía con nuevas fuerzas para enfrentarse a lo que venía.
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Lanzaba todo cuanto estaba a su alcance: lámparas, botellas, copas, cuadros etc., tenia tanta rabia que creyó que era un sueño lo que estaba viviendo, no era tanto por que sus sueños de grandeza en la empresa se habían desvanecido con la llegada de ese bastardo, era otra cosa. Estaba frustrado y lleno de rabia, a la vez que su corazón golpeaba fuertemente en su pecho provocando que viejos sentimiento se arremolinaran por todo su cuerpo.
Era porque había escuchado de nuevo ese nombre
Porque el pasado le estaba alcanzando
Porque moriría por pronunciar aquel nombre
- Deidara…
Que me parta un rayo...
Que me entierre el olvido mi amor
Pero no puedo más