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"CRONICAS DE UN RESCATE" por p160880

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Notas del capitulo:  

Hola a todos, ¿Qué tal les va? Espero que hayan disfrutado el fin de semana…

Primero agradecer a todos por la cantidad de comentarios que me han dejado para el primer capítulo (*Pao sonríe de oreja a oreja*) Espero que este segundo capítulo también sea de su agrado…

Pairing: Albus/Sccopius * Harry/Draco

Disclaimer: “Todos los personajes pertenecen a J. K. Rowling, no se pretende lucrar con ellos en este fic”

Adevertencias: Esta historia contiene relaciones chico/chico implícito, si es que no te gusta eso, no te agrada o te fastidia no es recomendable que leas

Notas: Fic escrito para el FEST "If wishes were fics..." Dedicado especialmente a: andthemutants, cuyo deseo intento cumplir.

CRÓNICAS DE UN RESCATE

CAPITULO 2:

21 DE JUNIO”

Scorpius miró hacia ambos lados de la sala, era inútil hacerlo, pues sabía que no había nadie en casa, su padre estaba en la oficina y su madre había ido a ver a unos amigos y ninguno de los dos regresaría hasta dentro de mucho, pero aun así la paranoia no se le quitaba, miró la chimenea y arrojó un puñado de polvos Flú — Casa de los Potter— dijo en voz baja, pronto sintió como era trasladado a toda velocidad a través de varias chimeneas hasta que cayó en una pequeña sala, iluminada por el sol de la tarde, frente a él con una sonrisa estaba Albus, le tendió la mano para ayudar a levantarse y lo abrazó con fuerza.

—Hola…— murmuró Scorpius dentro del abrazo.

—Hola… — respondió Albus separándose un poco del abrazo y dándole un suave beso en los labios —Vamos a mi habitación— pidió mientras lo tomaba de la mano y lo jalaba escaleras arriba.

— ¿Tu padre no llegará aun?— preguntó Scorpius mientras subían las escaleras prácticamente corriendo

—No, llegará tarde, estamos quedándonos en casa del idiota ese— respondió Albus mientras abría la puerta de su habitación, y dejaba a Scorpius pasar.

Scorpius sonrió, Albus había puesto una mesa con una par de platos cubiertos y unas cuantas botellas de cerveza de mantequilla — ¿Has cocinado tu?—

—Si… estoy aquí desde temprano— explicó Albus mientras abrazaba por la espalda a Scorpius —Podremos comer luego…— murmuró cerca de su oído y sintió como toda la piel de Scorpius se erizaba por el contacto.

—Si… luego— murmuró suavemente Scorpius mientras se giraba para besar a su novio, entreabrió un poco los labios y la lengua de Albus se coló en su boca, profundizando cada vez mas el beso, mientras ambos luchaban con la ropa del otro para apartarla.

Ambos cayeron completamente desnudos sobre la cama, uno al lado del otro, besándose y acariciándose, Scorpius empujó ligeramente a Albus y se sentó encima de él, retomó los besos, poco a poco, por sus labios para bajar por la barbilla hasta el cuello, donde se demoró un poco mas, sus manos le sujetaron las caderas y sus labios hicieron un pequeño camino hacia el sur, Albus separó mas las piernas para darle espacio a su novio, mientras gemía suavemente, cuando la boca de Scorpius se cerró sobre su miembro dio un pequeño grito, mezcla de sorpresa y placer, Scorpius sonrió y siguió metiendo y sacando el miembro de su boca, con total y exasperante lentitud.

—Scorpius… ya… por favor…— empezó a rogar Albus mientras tiraba del cabello rubio.

Scorpius se detuvo y sonrió, de la mesa de noche de Albus sacó un pequeño frasco transparente y volvió a besar a Albus en los labios —Te quiero… te amo… — empezó a murmurar mientras repartía mas besos alrededor del cuello y en los hombros.

—También yo… — gimió entrecortadamente Albus cuando sintió como un par de dedos extendían aquel frío gel sobre su entrada —Scorpius… te necesito tanto—

—Si, mi amor, si…— respondió Scorpius mientras ponía una buena cantidad de lubricante sobre su propio miembro antes de levantarle un poco más las caderas y empujarse lentamente dentro.

—mmmm ssii— gruñó Albus cuando sintió a Scorpius entrar en su interior, sus piernas rodearon la cintura del rubio y sus manos se aferraron con mas fuerza a sus hombros.

— ¡Oh Albus!— Scorpius se quedó quieto por un momento, respirando suavemente, disfrutando de aquella sensación de ser absorbido por el cuerpo de Albus, antes de empezar a entrar y salir lentamente, tratando de encontrar el punto que tanto hacía disfrutar a su novio.

—Mas… mas… fuerte….— pidió Albus arqueándose por las oleadas de placer que lo estremecían, Scorpius se separó un poco mas de su cuerpo, marcando un ritmo mas acelerado, la habitación se llenó de pequeños gemidos mientras las manos de Albus se aferraban con mas fuerza a los hombros de Scorpius.

—Mi amor… Al… — gruñó Scorpius mientras con una mano tomaba la erección de Albus y empezaba a masturbarlo al mismo ritmo de sus embestidas.

—Si… Oh… joder Scorpius— gritó Albus mientras dejaba su cabeza caer hacia atrás y sentía todo su cuerpo tensarse

—Ah…— lloriqueó Scorpius llegando a su propio orgasmo mientras sentía en su mano la caliente esencia de Albus, se dejó caer sobre el cuerpo de su novio, respirando entrecortadamente.

Albus sonrió aun disfrutando de los espasmos que le causaban el orgasmo y dejó caer sus piernas a los lados, mientras con una de sus manos apartaba el cabello de la frente de Scorpius, le dio un beso en la sien, Scorpius emitió un pequeño gemido de placer y salió de él lentamente, dejándose caer a un lado, entrelazaron las manos y ambos se quedaron en silencio durante algún tiempo.

—Trataré de convencer a papá de que me deje quedar este verano aquí— murmuró Albus mientras giraba un poco para ver el rostro de Scorpius.

—Pero ¿y tu madre?

—Estará muy ocupada con los papeles del divorcio y la planeación de su matrimonio

—Al— le reprochó Scorpius mientras le acariciaba la mejilla — Sé que no te gusta que te diga esto pero, debes tratar de aceptar que las cosas no volverán a ser como antes

—Para ti es fácil, tus padres se llevan muy bien, pese a que ya no hay nada entre ellos, pero ¿que pasaría si un día viene tu madre, o tu padre y te dicen que se casaran con otra persona?

—No mucho, creo yo… los entiendo, papá ha tenido algunos “amigos” y mamá también, si alguno de ellos se volviera importante o serio lo aceptaría— Albus giró el rostro evitando la mirada de su novio —Lo siento… si no quieres hablar mas de esto…— dijo Scorpius suavemente.

—Está bien… sé que tienes razón, es solo que no me gusta la forma como pasó todo… un día estaban juntos y al día siguiente mamá se había mudado con el idiota ese.

Scorpius sonrió —Deja de decirle así, que para algo tiene el nombre

—Ya… — dijo Albus girando nuevamente para ver a su novio — ¿Cuándo le dirás a tus padres?

—Pensaba hacerlo esta noche…

—Yo también… me quedaré y se lo diré

Ambos se quedaron en silencio un momento más, los dedos de Scorpius hacían un suave recorrido de la mejilla de Albus hasta su cuello.

— ¿Y cómo están Lily y James?— preguntó Scorpius

—Lily no ha parado de llorar y James de decir que debemos comportarnos por que mamá siempre culpa a papá de nuestros desaires.

—Cierto…— coincidió Scorpius —él tiene razón.

Albus bufó —Ya… no sé por que siempre estas de acuerdo con él

—Por que por lo general tiene razón…— Albus se giró para encarar a su novio con una mirada retadora y Scorpius continuó hablando—Como cuando te dijo que no debías intentar hechizar al pobre Sauce boxeador y terminaste a la orilla del lago de un solo golpe y con varios huesos rotos…

—Si, claro, pobre sauce boxeador…— gimió Albus recordando aquella travesura.

—O cuando te dijo que no debías molestar a ese Hufflepuff de séptimo, por que era mucho mas grande que tu y podía darte una paliza…— siguió argumentando Scorpius con voz cada vez mas emocionada mientras sus dedos ahora se dedicaban a acariciar la cadera de Albus.

— Recuerdo que te colaste en la enfermería aquella noche para quedarte conmigo…— murmuró Albus recordando aquella noche.

—Si… por poco me descubren, de no ser por Jacke, que me cubrió…—

Scorpius sonrió recordando que en aquella noche, tres años atrás aun no eran novios, solo amigos, los mejores, y no podía estar tranquilo en su habitación mientras Albus estaba en la enfermería. —Espero que nos podamos reunir todos pronto…— dijo Scorpius luego de un rato.

—Hugo y Rose hablaban de ir a Londres, este fin de semana, ¿Te animas?

—Si… les diré a Jacke y Eve, ellos también querrán ir

—Genial…

— ¿Te has puesto a pensar que dirán cuando se enteren en la escuela nuestros compañeros? — preguntó Albus

—Si… ya sabes como son, harán todo un escándalo por haberme metido con uno de los arrogantes de Gryffindor— dijo Scorpius con falso aire afectado.

— ¡Ah, vamos que no todos somos así!, yo no tengo la culpa de que ellos crean que por que papá era de esa casa y venció a Voldemort se merecen todos los honores…

—Si, lo sé, aunque papá dice que ellos siempre han sido así, como dicen que son valientes y heroicos… se creen superiores

— ¿Y acaso los Slytherin no lo creen también?

— No nos lo creemos, ¡Nosotros somos astutos!—

— Si, lo son, demasiado…— coincidió Albus mientras se pegaba más al cuerpo de su novio —Aunque me gustan los astutos

Scorpius acarició el cabello de Albus, que, a diferencia de él, lo mantenía corto, y cerró los ojos con una sonrisa en los labios — Y a mi los arrogantes, valientes y con aires de héroes…

—Serás…— murmuró Albus dándole un cariñoso golpe en el brazo, mientras se acomodaba mejor sobre el pecho de Scorpius.

Scorpius soltó una pequeña carcajada, aun con los ojos cerrados y siguió acariciando el cabello y parte de la espalda de Albus, disfrutando del calor de la tarde de verano y de las respiraciones pausadas de Albus sobre su pecho, que siempre le eran muy relajantes, le gustaba estar así, ambos abrazados, descansando tranquilamente, como si el tiempo se hubiera detenido en ese instante solo para ellos dos.

***0o0***

El cielo apenas empezaba a oscurecerse cuando un pequeño grupo de hombres caminó silenciosamente a través de la desierta calle, al final se podía ver la pequeña casa blanca de dos pisos, con un jardín por delante, el mas alto de ellos hizo un ligero asentimiento con la cabeza y apresuró los pasos hasta encontrarse frente a la reja que dividía la vereda del jardín, levantó la varita y empezó a murmurar algunos hechizos, hasta que sintió un pequeño clic, la reja estaba ya abierta. Tratando de no hacer ningún ruido la empujó, se escuchó un pequeño chirrido, algo alertado miró hacia ambos lados y hacia las ventanas de la casa, pero no registró ningún movimiento, dio un suspiro de alivio y entró con pasos firmes, detrás suyo el pequeño grupo lo siguió hasta el jardín, antes de repartirse, de acuerdo a lo planeado, en grupos y alejarse por los lados de la casa.

Antes de abrir la puerta principal se colocó la máscara blanca sobre el rostro, aquella que habían estado escondiendo durante tantos años, y que por fin podía volver a usar, dio un golpe muy suave y la puerta se abrió, esta vez sin emitir ningún ruido, por dentro la sala se veía ligeramente oscura, frunció el ceño, con preocupación.

—Se supone que los mocosos deberían estar aquí— dijo la voz de un hombre detrás de él.

—Falta ver el segundo piso— murmuró suavemente, mientras los otros dos grupos que habían entrado por la puerta trasera lo alcanzaban.

—No hay nadie en el primer piso— dijo la voz de una mujer, escondida también detrás de la máscara blanca.

El líder señaló con un dedo hacia las escaleras, y tratando de hacer el menor ruido posible subieron uno detrás de otro por la gran escalera de madera, cuando llegaron al pasillo encontraron cinco puertas blancas, en dos grupos nuevamente fueron abriendo una a una, cada vez sintiéndose mas frustrados, no había nadie en ninguna de las habitaciones.

—Esto será un total fracaso— murmuró la mujer hacia el líder

—No, no podemos permitírnoslo, no tendremos otra oportunidad— respondió en un susurro mientras apuntaba a la última puerta por abrir —Allí debe haber alguien— dijo tratando de aferrarse a la última esperanza.

Con pasos lentos todos se acercaron a la última puerta y la abrieron lo mas suavemente que pudieron, en medio de la gran habitación había una cama donde dos cuerpos desnudos y abrazados dormían. Theodore Nott, el líder sonrió. —Los tenemos— pensó antes de empujar la puerta con fuerza.

***0o0***

—Jefe…— dijo la voz de una chica desde la puerta, Harry levantó la vista para poder ver a Vivian, su asistente, que lo miraba con una sonrisa.

—Dime, Vivian

—Ya es hora de ir a casa…

—Ve, no creo necesitar nada mas, estoy revisando unos informes…— dijo Harry concentrándose nuevamente en la pila de pergaminos que tenía por leer.

—No se quede hasta muy tarde, los niños deben estar esperándolo— dijo ella

—No, se quedaran con su madre por ahora

—Oh… bueno, entonces hasta mañana, jefe

—Adiós…— Harry suspiró cuando la puerta de su oficina se cerró, ir a casa tan temprano, para encontrarla totalmente vacía no era una buena alternativa, mejor era concentrarse en el trabajo, pensó antes de seguir leyendo.

***0o0***

La tibieza y la suavidad de la piel que cubría su cuerpo fue de pronto alejada, sintió un golpe en la espalda y abrió los ojos asustado, delante suyo un grupo de adultos, todos luciendo túnicas oscuras y máscaras blancas lo apuntaban con las varitas, miró a ambos lados y a solo unos cuantos metros estaba Albus, con una cara de susto, sentado en el piso.

—Pero miren lo que hemos encontrado— dijo uno de ellos hacia los demás, sin soltar la varita en ningún momento —Dime niño, ¿tu padre sabe con la clase de escoria que te has metido?

— ¡¿Quienes son ustedes?!— gritó Albus, mientras se trataba de poner en pie, pero unas manos, mucho mas fuertes que él, lo hicieron caer nuevamente, no pudo evitar dar un pequeño chillido de dolor cuando su culo golpeó contra el duro piso.

— ¡Hey! ¡Déjenlo!— gritó Scorpius gateando hacia Albus, y pegándose a su cuerpo.

—No, Malfoy, tu no estas en condiciones de andar exigiendo nada— dijo una mujer mientras se acercaba más a él y lo miraba con atención —Eres mucho mas guapo que tu padre— concluyó mientras se alejaba nuevamente, pero a mitad de camino se lo pensó mejor y giró rápidamente, dando una patada en medio del pecho pálido, haciendo caer a Scorpius contra el piso.

— ¡No lo golpeen!— gritó Albus mientras miraba a Scorpius como tomaba bocanadas de aire tratando de reponerse.

—Estos niños demoran mucho en aprender— dijo otro de los magos con tono de burla mientras apuntaba con su varita a ambos, —Incárcero— de la varita un par de gruesas cuerdas cayeron sobre ambos chicos, atándolos y dejándolos inmóviles uno al lado del otro.

—Suéltennos— gimió Scorpius mientras sentía como las cuerdas se apretaban mas aun sobre su pecho.

— ¿Que es lo que quieren?— gritó Albus a la vez

—Hay que vestirlos— dijo Nott hacia el mago que los había atado, ignorando por completo los reclamos de Scorpius y Albus.

— ¿Nos llevaremos a ambos?— dijo la mujer, mirando a los chicos

—Si, creo que Malfoy pagará muy bien por su hijo, y aportara dinero a la causa, aunque después de saber con quien se ha enredado…— negó con la cabeza mientras Scorpius le daba una mirada furiosa, sentía el cuerpo agitado de Albus a su lado. —De alguna manera le encontraremos uso al mocoso… después de todo no olvido fácil— murmuró lo último en voz tan baja que apenas la mujer lo escuchó.

—No pueden llevarnos… mi padre es el jefe…— empezó a decir entrecortadamente Albus cuando un golpe en el rostro lo hizo caer hacia atrás, las cuerdas se ajustaron mas marcándole la piel

— ¡Cállate…! sangre sucia… sabemos muy bien quien es tu padre…— dijo la voz de uno de los hombres.

—No… no le hagan nada… por favor…— gimió Scorpius tratando de acercarse mas a Albus que seguía tendido en el piso.

—Y este ruega igual que su padre…— se burló otro de los magos.

—Vístanlos y nos los llevamos a ambos, al menos tenemos a uno de los Potter y al chico este, no ha salido mal después de todo— ordenó Nott.

—Si— dijo otro de los magos que había permanecido en silencio durante todo el tiempo, Scorpius le dio una mirada evaluadora, era bastante alto y su voz le sonaba de algo, pero no estaba seguro de donde.

Albus sintió como unas prendas se pegaban a su piel, y miró hacia abajo, encontrándose ya vestido, al igual que Scorpius.

—Ahora niños, les conviene permanecer en silencio y comportarse bien, de lo contrario no tendremos mucha piedad con ustedes— les informó Nott mientras miraba alrededor, como tratando de ubicar algo.

Tanto Albus como Scorpius asintieron en silencio antes de mirarse el uno al otro, Scorpius hizo una pequeña mueca, tratando de transmitirle cierta confianza a Albus.

Albus solo podía llamar a su padre una y otra vez con la mente, aunque estaba ya convencido de que no llegaría a tiempo para salvarlos.

—Listo— dijo la voz de la mujer hacia Nott, un par de magos mas agarraron a Scorpius y a Albus de los brazos y los hicieron levantar, para luego empujarlos por el pasillo hasta el jardín trasero, una vez allí uno de los magos susurró algo y tuvieron la sensación de haber sido bañados con agua helada, cuando Albus giró para ver a Scorpius no lo encontró en su campo de visión,

— ¡Scor…!— el golpe de un puño sobre su estómago lo interrumpió

—Silencio niño— dijo la voz de uno de los enmascarados.

—Albus…— gimió preocupado Scorpius —Es un hechizo de camuflaje…

—Y nos salió estudioso el mocoso — replicó la mujer antes de empujar un poco mas a Scorpius para que caminara, Scorpius avanzó lentamente, mientras detrás suyo escuchaba los pasos del par de enmascarados que traían a Albus, avanzaron solo unos cuantos metros fuera del jardín, antes de que los detuvieran, delante de ellos se abrió un gran portal.

Albus miró a ambos lados, maldiciendo que nadie estuviera cerca para notar aquello, antes de ser empujado dentro, la sensación de su cuerpo siendo jalado y empujado en todas direcciones duró bastante tiempo antes de que finalmente cayera sentado sobre una dura e irregular superficie.

***0o0***

Las alarmas del área de aurores no habían sonado en mucho tiempo, Harry se levantó a prisa de la silla y corrió hacia la puerta, en cuanto la abrió chocó con un par de aurores que estaban de turno aquella noche.

—Jefe…— dijo uno de ellos entrecortadamente, pues habían llegado corriendo.

— ¿Que ocurre?— preguntó Harry.

— Su casa… han atacado su casa— dijo el segundo Auror.

Harry les dio una mirada de incredulidad antes de empezar a correr por el pasillo hasta la sala de apariciones, una vez allí se desapareció para luego aparecer en el jardín de su casa, la cual estaba con las puertas abiertas y las ventanas rotas.

Dio una mirada evaluadora — ¿Por qué han atacado la casa si no había nadie adentro?— Se preguntó mientras caminaba por el jardín hacia la puerta principal con la varita en alto, a su alrededor ya estaban apareciendo varios aurores mas, también con las varitas en alto.

Avanzó por la pequeña sala, los muebles estaban volteados, —Ustedes dos— dijo Harry apuntando hacia dos aurores —Hacia allá— señaló hacia la cocina. —Dos más hacia ese lado— dijo apuntando ahora hacia el estudio. —Y ustedes tres conmigo arriba— empezó a caminar por las escaleras, sintiendo cierto alivio en que a última hora Ginny hubiera cambiado los planes y se hubiera llevado a los niños con ella.

Las habitaciones lucían destrozadas, pero, a primera vista, no se percibía la presencia de ningún objeto de magia negra o que pudiera dañarlos, el alivio que sentía se desvaneció cuando entró a la habitación de Albus, a diferencia de las demás parecía intacta, de no ser por el gran letrero con letras rojas que colgaba en medio:

Potter, ha llegado tu momento de pagar, la sangre de tu hijo nos servirá para redimir la muerte de nuestro señor”

El mundo se desvaneció para Harry en ese momento, apenas fue conciente de cómo sus rodillas golpearon el piso, leyó una y otra vez el letrero, tratando de encontrar la lógica, el engaño a aquello, Albus no estaba en casa esa tarde, no tenía por que estarlo, debía estar con Ginny. No podían habérselo llevado. Era imposible. Después de más de 20 años de paz y de calma un grupo de mortífagos había secuestrado a su hijo. Negó con la cabeza —No, no es cierto… es una mentira…— murmuró entrecortadamente mientras las letras rojas bailaban delante de él.

—Jefe…— murmuró la voz de uno de los aurores Harry parpadeó y leyó el letrero una vez mas antes de ponerse de pie y girar hacia el hombre que le hablaba, pudo notar la compasión y la pena en su forma de hablar y mirarlo —Hay dos varitas en la mesa…— el auror señalaba hacia un lado y Harry giró para ver sobre una de las mesas de noche a las dos varitas, una al lado de la otra, reconocía la de Albus, pero la otra le era totalmente extraña.

Asintió hacia el auror y tomó una bocanada de aire —Piensa Harry… piensa— se dijo mientras empezaba a estudiar la habitación de su hijo con detenimiento, ya no como un padre preocupado, si no como un auror mas, la cama estaba desarreglada, en uno de los lados había una pequeña mesa con platos y botellas de cerveza de mantequilla, levantó las tapas que cubrían los platos y vio que la comida, al igual que las botellas estaban intactas, miró por el piso con atención, había ropa tirada por un lado y otro, no era capaz de reconocer si toda pertenecía a Albus, pero si recordaba que la noche anterior cuando revisó las habitaciones antes de ir a dormir esa ropa no estaba allí, siguió dando pasos alrededor de la habitación y tropezó con un pequeño frasco, se agachó y lo levantó hacia la luz, la consistencia del líquido en su interior le hizo entender que se trataba de lubricante —Ok, primera conclusión, Albus estaba aquí con algún chico mas, y al parecer se lo han llevado a él también por que la varita sigue aquí

—Jefe… ¿que hacemos?— preguntó el auror que había entrado con Harry a la habitación y observaba con atención los movimientos de su jefe

—Esta varita— dijo mientras tomaba la varita de Albus —Es de mi hijo— señaló a la segunda varita aun sobre la mesa —Esta no sé de quien es, hay que llevarla a registros para que nos informen quien es el dueño

—Bien señor— dijo el auror mientras tomaba la segunda varita y salía de la habitación.

Harry salió detrás de él hacia el pasillo, y encontró una gran cantidad de aurores de pie, esperando instrucciones, —Ustedes acordonen la zona y busquen pistas de portales y de trasladores, no creo que hayan salido caminando ni volando de aquí, la casa tiene hechizos antidesaparicion así que no pueden haber usado ese medio tampoco.

Dos aurores asintieron y abandonaron el pasillo caminando hacia las escaleras, — Los demás que se distribuyan en parejas y examinen cada habitación, no sabemos si pueden haber dejado algo peligroso—ordenó Harry hacia el resto antes de entrar nuevamente a la habitación de Albus, para volver a ver todo con mas detenimiento aun, por la ventana pudo ver como alrededor de su casa se empezaban a colocar hechizos para repeler a los muggles y un pequeño grupo se paraba en el frente para evitar a los curiosos acercarse. Tomó aire nuevamente, tratando de dominar su parte paternal e imponer su parte profesional —Vamos, Harry, vamos, no lo pienses así, recuerda, hay que usar la cabeza— se repitió tratando de reprimir los fuertes latidos que su corazón empezaba a dar por la situación.

***0o0***

—Y entonces el imbécil de Mezlekia le ha lanzado un hechizo petrificador por la espalda, ¡cuando él no se podía defender!, pero por suerte Jacke y Eve se lo pudieron llevar rápidamente a la enfermería— le informaban Lily y Rose a Albus, que salía de la biblioteca, algo preocupado por que Scorpius no había llegado. —Pero la señora Theroux no los ha dejado entrar a verlo ni les ha dicho nada sobre su salud, ya sabes como es ella…—

— ¿Por qué lo ha hecho?— preguntó Albus mientras ya empezaban a caminar a gran velocidad hacia la enfermería.

—A mi me dijo Jacke que en la clase de DCAO Scopius dejó mal parado a Mezlekia, y se sintió ofendido por haber sido dejado en ridículo delante de su casa y…

Albus frenó en la última esquina antes de doblar por el pasillo a la enfermería —Haremos lo de siempre, ¿vale?

—Si…— dijo Lily mientras tomaba aire para calmarse, en el fondo le divertía hacer esas cosas, pero no podía negar que en el momento le daban unos retorcijones de nervios demasiado grandes.

—Ah, ¿Qué más pasó con Mezlekia?— preguntó Al hacia Rose, que se había quedado en silencio

—Él le dijo… él le dijo a Scorpius que su padre era un asesino de muggles y que si acaso él también estaba practicando para exterminarlos de la misma manera— Rose se veía bastante abatida, su voz temblaba, sus ojos brillaban y sabía que posiblemente pronto se pondría a llorar.

—Maldito…— gruñó Albus — ¿Qué le hizo entonces Scorpius?

Rose sonrió de lado, recordando la historia que le habían contado —Dijo que no, que por ahora su interés estaba únicamente en Hufflepuff idiotas que escondían sus pocas capacidades para DCAO detrás de comentarios estúpidos que en realidad a nadie afectaban…

—Wow— murmuró Albus, ya conocía de sobra a Scorpius, ese tipo de respuestas eran tan típicas de él, cualquiera creería que se las tenía aprendidas, pero lo cierto es que, según le había confesado su amigo, se le daban natural.

—Entonces Mezlekia le lanzó otro hechizo y Scorpius lo evitó y le lanzó un hechizo traga babosas, cuando Mezlekia se retorció en el piso dicen que sonrió y miró a los demás de Hufflepuff y dijo “Si, creo que me va bien en el entrenamiento…”

— ¿Lo castigaron, verdad?— preguntó Albus mirando hacia el pasillo una vez mas, esperando a que ya no hubiera nadie transitando.

—No, creo que eso fue lo que mas molestó a Mezlekia, que no lo castigaron

—Ya— susurró Lily hacia su hermano, el pasillo al fin había quedado completamente vacío.

Al pasó un brazo alrededor de los hombros de Lily mientras ella se encorvaba un poco y se sujetaba el estómago con fuerza, caminaron a paso lento hasta la puerta y empujaron, la enfermera Theroux levantó el rostro para observar a los niños Potter,

—Hola, Señora Theroux a mi hermana le duele la panza— informó Albus mientras hacía que Lily se sentara en una de las camillas.

—Hola niños— dijo mientras se ponía en pie —Lily, ya te he dicho que debes ser cuidadosa con las cosas que comes, siempre andas enfermándote de esa manera— le reprochó mientras la hacía recostar, Lily asintió en silencio pensando que ese año tomaría mas poción para el dolor de estomago que la que había tomado en toda su vida.

Albus avanzó un par de pasos, queriendo parecer distraído hasta que en una de las camillas lo ubicó, Scorpius estaba allí, con los ojos cerrados y durmiendo tranquilamente, estuvo tentado a caminar hasta allí para verificar que su amigo realmente se encontraba bien, o para poder ver con mas atención como la suave luz que entraba por la ventana hacía que su cabello brillara de aquella manera tan hipnotizante, negó con la cabeza, sorprendido de lo que estaba pensando, sabía que su amigo era guapo, siempre lo había sido pero nunca le había parecido tan guapo como aquella tarde. Al menos ya sabía que Scorpius estaba bien, y satisfecho por haberlo podido ver, volvió junto a su hermana que hacía gestos por la poción que la enfermera le hacía tomar.

— ¿Malfoy esta otra vez aquí?— preguntó Albus tratando de sonar desinteresado.

—Si, ese niño siempre anda peleando y metiéndose con los demás compañeros… dicen que su padre era igual— dijo la enfermera con cierto fastidio en la voz.

Albus abrió la boca ofendido para reclamar pero Lily lo interrumpió —Aunque escuché que esta vez lo atacaron a traición, por la espalda, ya sabe

—Si, claro, pero él debió haber hecho algo antes para que lo atacaran de esa manera— siguió defendiendo la enfermera su posición, —Por suerte ya para mañana podrá irse, para seguir provocando a sus compañeros y metiéndose en problemas…

Albus y Lily se dieron una mirada, sabiendo que no convencerían a aquella mujer y que realmente no valía la pena siquiera intentarlo. Se despidieron cortésmente de la mujer y abandonaron la enfermería, volteando el pasillo ya no solo estaba Rose, también lo estaban Hugo, James, Eve y Jacke, todos a la espera de respuestas y con un pequeño plan para vengar la forma como Mezlekia había atacado a su amigo.

***0o0***

— Esto esta mal— murmuró Draco mientras releía el informe de la producción de una de sus empresas en Francia — ¡Esto es genial! tendré que ir de todas maneras hasta allá para ver que es lo que están haciendo— empezó a tachar y subrayar algunas partes, en las que consideraba habían errores cuando el batir de unas alas lo hizo levantar la vista, arqueó una ceja interrogante ante la oscura, casi negra lechuza que tenía delante, en su despacho no podían entrar las lechuzas que no fueran de Astoria o Scorpius y ninguno de ellos tenía una lechuza tan fea.

El ave se paró sobre el informe que estaba revisando y extendió una pata, Draco alargó la mano con cierto temor y desató la negra cinta que ataba una pequeña nota, fuera decía solamente “Draco Malfoy” la lechuza hizo un pequeño ulular, y en lugar de alzar el vuelo cayó con un ruido sordo sobre el escritorio, Draco dio un pequeño grito de terror, ¿aquella lechuza había muerto? Con su varita la empujó un poco, y el ave no se movió, empujó un poco mas y el cuerpo ya sin vida de la lechuza rodó sobre la madera, instintivamente Draco se alejó todo lo que pudo, en su mano sujetaba con fuerza el pergamino, casi hasta había olvidado que lo tenía, se alejó del escritorio y puso la nota sobre el piso, en medio de la oficina, apuntó con su varita y murmuró unos cuantos hechizos, pero no detectó ninguna trampa ni magia negra, abrió lentamente la nota, aun con algo de temor y en cuanto leyó el contenido la volvió a soltar, mucho mas asustado que antes:

Malfoy,

Esta noche hemos secuestrado al hijo de Potter, y no creerás a quien encontramos en su cama…

Tu hijo ha deshonrado a tu familia, y al honor de todos los sangre pura, creemos que te libraremos de una gran vergüenza al eliminarlo, pero aun no lo hemos decidido, mientras lo hacemos ve juntando todo el oro que puedas.

—No…— gimió Draco mientras miraba desde lo alto el pergamino sobre el suelo —No puede ser… — pasó sus manos sobre su rostro —Es una estúpida broma… eso es— dijo mientras se agachaba a levantar la nota, desapareció del despacho y apareció en el vestíbulo de su mansión.

— ¡Scorpius!!— gritó con fuerza mientras empezaba a caminar hacia las escaleras. — ¡Scorpius!—

— ¿Pero que jaleo estas armando?— gruñó Astoria dándole el alcance.

— ¿Dónde esta…?— preguntó Draco tomándola de los hombros mientras la nota caía nuevamente al piso. — ¿Dónde esta Scorpius?

—No… no lo sé… debe haber salido— respondió la mujer entrecortadamente mientras sus ojos viajaban del rostro de Draco hacia el piso — ¿Qué pasa?

— ¡Mierda!— gritó Draco mientras soltaba a Astoria con fuerza, haciéndola dar un paso hacia atrás y corría escaleras arriba hacia la habitación de su hijo — ¡Scorpius… por un demonio Scorpius contesta!— Nunca la mansión le pareció tan grande como en ese momento, nunca le pareció que el cuarto de su hijo quedara tan lejos o que sus piernas fueran tan pesadas — No es cierto… no lo es, estará en su habitación, leyendo o estudiando…— se dijo tratando de calmarse, cuando finalmente su mano abrió la puerta encontró la habitación completamente oscura y solitaria, el peso que sentía en su pecho se intensificó, a lo lejos escuchó el grito de Astoria, se aferró con mas fuerza a la puerta, aun mirando dentro de la habitación, sabiendo que estaba vacía, que Scorpius no se encontraba allí, que era cierto… que se lo habían llevado.

***0o0***

Albus regresaba del castigo que le habían dado en herbología por molestar demasiado a las Mandrágoras, aunque él seguía argumentando que habían sido ellas las que lo habían molestado primero, rumiando su rabia contra Neville, —Vaya amigo de la familia— se dijo. Un pequeño barullo en uno de los pasillos cercanos llamó su atención, no pudiendo reprimir su curiosidad se encaminó hasta el ruido, y encontró a un pequeño grupo de Gryffindors, reconoció que no eran de su año, si no mayores, estaban riendo de algo en el centro, se acercó más, solo para ver a Scorpius que los miraba con rabia, estaba completamente bañado en una sustancia verdosa y apestosa

—Miren, el niño Malfoy se ha enojado… ¿Qué harás, llamarás a tu padre para que nos lance imperdonables a todos?— canturreó uno de ellos, todos los demás rieron, en el centro Scorpius los miró con mas rabia.

—No necesito a mi padre para ponerte en tu sitio, Banville— tenía la varita en alto y sopesaba las posibilidades que tenía de darles con un hechizo antes de salir corriendo de allí, sabía que sería imposible que pudiera derrotar a 4 chicos mayores él solo.

—Oh, el niño a hablado— una carcajada mas.

Albus le dio una mirada a Scorpius, tratando de llamar su atención, en cuanto sus ojos azules hicieron contacto, le sonrió.

Bien allí tenía su oportunidad, si es que Albus lo entendía y ayudaba, apuntó con más firmeza hacia Banville y gritó con fuerza — Rictusempra

Banville empezó a retorcerse de risa, apoyándose en el compañero que tenía al lado, mientras los otros dos lo miraron asombrados solo un segundo, pero Scorpius empujó con fuerza a uno de ellos mientras Albus susurraba un hechizo zancadillas contra otro de ellos que cayó y se llevó en el camino a Banville, aun retorciéndose de risa, en medio de todo el alboroto Scorpius salió corriendo, junto con Albus. Corrieron bastante rápido por varios de los pasillos hasta que estuvieron completamente seguros de que ya no los alcanzarían, entraron a una de las aulas vacías y aun jadeando se miraron para luego empezar a reír con fuerza.

Cuando por fin se pudieron calmar Albus le dio una mirada evaluadora a Scorpius, aun con esa sustancia encima — ¿Por qué te han atacado?

Scorpius suspiró y se sentó en el piso, pese al mal olor Albus se sentó frente a él, bastante cerca. —Creo que por que les caigo mal— afirmó.

—Solo llevamos dos semanas en la escuela, ¿como les puedes caer mal?— aunque la pregunta que tenía Albus en la cabeza era, ¿Cómo le puedes caer mal a cualquiera?

—Ya te lo expliqué en el tren, ¿recuerdas?— Scorpius empezó a agitar su varita sobre su propio cuerpo tratando de limpiar la sustancia verdosa.

—No…

—Por que soy un Malfoy, le tienen bronca a mi padre, a mi familia, sobre todo los de Gryffindor

—Yo soy un Gryffindor y no te tengo bronca— defendió Albus.

—Ya, pero es por que tu eres un Gryffindor diferente

***0o0***

Albus abrió los ojos lentamente, trató de moverse y se dio cuenta que era imposible, de pronto los recuerdos de lo pasado llegaron a su mente, sus ojos se abrieron mas aun, tratando de registrar su situación, estaba en medio de algún lugar oscuro, sus manos estaban atadas a su espalda, y él estaba sentado en una dura silla.

—Scorpius— llamó, su voz se escuchaba rasposa, —Scorpius— volvió a llamar, pero no hubo ninguna respuesta, sintió un hormigueo en sus brazos y piernas, por las cuerdas supuso, trató de moverse, pero solo logró incrementar aquel fastidio así que se quedó completamente quieto. —Que Scorpius este bien… por favor, que no le hayan hecho nada— rogó en silencio.

***0o0***

— ¡No me importa si es el maldito ministro, tengo que hablar con él, ahora mismo!— una voz rompió el silencio a lo lejos, Harry frunció el ceño, aquella voz se le hacía conocida, pero no lograba identificarla, escuchó el ruido de algunos golpes — ¿No saben quien soy acaso…?—

Harry caminó hacia el pasillo, tratando de recordar aquella voz.

— ¡Maldición, suéltenme…!— casi había llegado al inicio de las escaleras cuando escuchó mas golpes, seguro los aurores estaban tratando de sacar al que sea que había irrumpido allí, ¿pero quien podía ser? En un momento como este… — ¡Díganle al estúpido de Potter…!— un gruñido interrumpió la frase, Harry supuso que lo habían golpeado y se apresuró para llegar a las escaleras, solo había alguien que podía pronunciar su apellido con tal tono de desprecio, la pregunta era que hacía allí.

Llegó hasta las escaleras para ver en la entrada a Draco Malfoy, sujeto por un auror de cada brazo, pateando y tratando de dar golpes, completamente desaliñado, como jamás lo había visto, el cabello le caía sobre la frente, sus mejillas estaban rojas, y perladas por el sudor.

—Malfoy… este no es el momento— dijo desde lo alto, tanto los aurores como Draco detuvieron sus movimientos y lo miraron con atención.

—Se han llevado a mi hijo— gritó Draco aprovechando el momento para empujar a uno de los aurores.

— ¿A tu hijo?— preguntó confuso Harry mientras empezaba a bajar las escaleras, levantó una mano indicándole a los aurores que podían soltar a Draco —Lo siento, pero ahora…

—Se han llevado a mi hijo, junto con el tuyo— interrumpió Draco y Harry le dio una mirada más confusa aun.

— ¿De que estas…?

—No lo sé— espetó Draco mientras extendía la nota del secuestro hacia Harry, que la leyó y frunció el ceño.

— ¿Tu hijo…? ¿Él que estaba aquí con Al era tu hijo…?

Draco miró alrededor, como si buscara alguna señal de su hijo, notando el desorden y los destrozos, miró nuevamente a Harry, con la preocupación, que solo un padre puede reconocer en otro. Albus, el hijo intermedio de los Potter, con el se había metido Scorpius, concluyó finalmente — ¿Qué fue lo que pasó?

—Se los han llevado a los dos…— murmuró Harry mientras le indicaba a Draco que lo siguiera, —No sabíamos que se trataba de tu hijo…— siguió explicando mientras subía las escaleras, a medio camino giró y habló a uno de los aurores que aun los miraban atentos desde la puerta —Klein se ha llevado la varita del otro muchacho, tráiganla para que el señor Malfoy la pueda reconocer

—Si señor…— respondió el auror antes de correr hacia el jardín.

— ¿Su varita?— preguntó Draco mientras seguía subiendo las escaleras

— Si… la encontramos junto a la de Albus— Harry caminaba junto a Draco por el pasillo hacia la habitación de Albus —Malfoy, ¿tú lo sabías? ¿Lo de Al con Scorpius?— aclaró Harry ante la mirada que le dio Draco, antes de entrar nuevamente en la habitación de su hijo.

—No…

—Lo siento…— dijo Harry antes de abrir la puerta.

Lo primero en que se fijó Draco fue en el horrible cartel que colgaba en medio de la habitación y dio un pequeño chillido por el susto.

—Ellos… Merlín… ellos se han llevado a mi hijo…— avanzó un par de pasos mas hacia el cartel — ¡Todo esto es tu culpa!— gruñó girando para ver a Harry que miraba hacia el letrero también.

— Deben ser ex – mortífagos…— explicó Harry sin dejar de mirar hacia las letras rojas ni inmutarse por la acusación de Draco —Lamento que tu hijo halla estado aquí cuando ocurrió

—Tú… tú eres el jefe de los aurores…. Tu debes saber donde están ¿verdad?— Harry miró a Draco, sus ojos tenían un brillo diferente, imploraban por una respuesta afirmativa, por una esperanza, con mucha pena negó suavemente con la cabeza.

— ¡Demonios Potter! es tu trabajo vigilarlos… — dijo Draco dando un empujón hacia Harry, que dio un par de pasos hacia atrás no oponiendo mucha resistencia.

— Lo sé… no necesito que me lo recuerdes, mi hijo ha desaparecido, pero por él no piden ningún rescate— reclamó mientras avanzaba hacia Draco —Tú podrás pagar y luego te lo devolverán…— dio un paso mas hacia Draco y señaló el letrero —Al mío… A él…— la garganta se le cerró y no pudo continuar, no podía decirlo en voz alta… no podía admitirlo.

Draco miraba a Harry, las ganas de golpearlo hasta que Scorpius diera señales de vida desaparecieron, por primera vez en toda su vida se sentía identificado con Potter, ambos sentían el mismo dolor —Ellos no me lo devolverán… los conozco… y no me perdonaran…

Harry le dio una mirada mas atenta, cuando uno de los aurores entró corriendo por la puerta —Señor, la varita del otro muchacho— dijo mientras se la entregaba a Harry que se la pasó a Draco inmediatamente.

Draco tomó entre sus manos la varita de Scorpius, sintió una opresión en el pecho al notar que en efecto si era la varita de su hijo, su mente se permitió recordar aquella tarde de agosto:

Flash Back

— ¡Para…! deja de saltar, si no lo haces no podremos comprar nada— dijo Draco hacia su hijo mientras con una mano lo jalaba un poco para que se quedara quieto.

— Es que…— dijo Scorpius sonriendo con ese brillo en los ojos azules, similares a los de su madre — Ahora ya tendré una varita igual que la tuya ¡o la de mamá!— miró a su madre y amplió aun mas su sonrisa.

—Oh, Vamos Draco… que no esta haciendo tanto escándalo— defendió Astoria.

—Él te tiene comprada con esa sonrisa— respondió Draco hacia su mujer, con falso reproche —No me imagino lo que logrará con esa sonrisa cuando sea mas grande…

—Superar a su padre, definitivamente— afirmó Astoria poniendo una mano en el hombro de Draco.

—Si…— dijo vagamente Draco mientras veía a su hijo correr por el callejón hacia la reconstruida tienda de Ollivander, sintiendo de pronto una oleada de orgullo.

— ¡Padre…! ¡Madre…!— gritó Scorpius desde la puerta de la tienda, con una mano sobre el vidrio listo para empujar —Dense prisa… Ya quiero ver que varita me tocará

Astoria y Draco sonrieron —Ya, hijo que la tienda no cerrara…— contestó Draco llegando hasta el lado de su hijo para empujar la puerta, tomó aire y entró, se alegraba de haber tenido la cautela y la cara suficiente como para pedir perdón al señor Ollivander muchos años atrás, casi en cuanto la guerra había terminado, y éste lo había perdonado, según había dicho, había entendido su posición en ese momento y desde entonces solo lo había visto un par de veces mas, en las cuales simplemente se habían saludado cortésmente.

Scorpius abrió la boca asombrado ante el interior de la tienda, todas las paredes estaban repletas de cajas que llegaban hasta el techo, en el centro había una única silla alta, y un anciano con un rostro muy amable lo miraba con interés.

—Pero si son los Malfoy— dijo Ollivander con una sonrisa y extendiendo la mano hacia Draco.

—Señor Ollivander— asintió suavemente Draco. —Ella es mi esposa Astoria— la mujer sonrió y le estrechó la mano.

—La recuerdo… 25 cm. Serbal y núcleo de nervio de Dragón.

Astoria sonrió más aun —Si, así es…

—Y supongo que este guapo niño es tu pequeño ¿no?—

Preguntó mirando con más atención a Scorpius.

—Si, aunque según él dice, ya no es tan pequeño…— Scorpius sonrió y se irguió mas mientras estrechaba la mano del anciano —Venimos por su varita

—Oh… una varita para el joven Malfoy— dijo Ollivander mientras empezaba a pasear entre los estantes repletos de cajitas rectangulares, que en su interior guardaban varitas mágicas, acarició varias cajas antes de girar a ver nuevamente a Scorpius, tratando de analizarlo —En la silla por favor— le dijo antes de girarse y seguir acariciando las cajas.

Scorpius se sentó en silencio en la gran silla, con un aire ceremonial y en cuanto Ollivander puso en su mano la primera opción, casi cae de la silla de la emoción, tanto Draco como Astoria se habían quedado a un lado, solo observando a su ahora no tan pequeño niño.

Fin flash back

Draco hizo un ligero asentimiento hacia Harry y el auror, saliendo de sus propios recuerdos —Es la de mi hijo— y con mucho pesar la extendió hacia Harry para que se la llevara de vuelta de donde sea que la habían sacado.

—Guárdala…— le dijo Harry, haciendo un vago movimiento con la mano a Draco, quien miró una vez mas la varita, la prueba de que su hijo si había estado allí y de que lo que ponía la nota era realmente cierto, sus dedos acariciaron la madera con cariño un momento mas y luego la metió en su bolsillo trasero.

—Es la varita de Scorpius Malfoy, es el segundo muchacho secuestrado— dijo Harry con voz firme —El señor Malfoy se quedará conmigo por ahora

—Bien, señor — dijo el auror antes de hacer un leve asentimiento y salir nuevamente.

Draco se dejó caer en el piso con las piernas cruzadas, de pronto todo empezaba a tener un terrible sabor a realidad, la varita de su hijo, ahora guardada en su bolsillo, el letrero que anunciaba el secuestro del chico Potter, por mortífagos, mortífagos con ganas de venganza… El mundo se le estaba acabando, sentía como se le iba la vida en cada instante que pasaba lejos de su hijo. Con sus manos cubrió su rostro tratando de encontrar la fuerza que necesitaba en ese momento. Podía sentir como la garganta se le estrangulaba y su pecho se movía de arriba a abajo tratando de obligarlo a dejar salir las lagrimas que estaba conteniendo.

—Malfoy…— dijo Harry, arrodillándose delante de Draco, con una mano le apretó suavemente, casi con miedo, el hombro, nunca habían cruzado mas de un simple asentimiento desde Hogwarts, pero comprendía tan bien por lo que estaba pasando que no podía dejar de dárselo a entender. —Malfoy— volvió a llamar

Draco tomó una bocanada de aire y levantó el rostro. — ¿Hace cuanto…?— su voz sonaba ahogada y Harry apretó un poco mas su mano sobre el hombro — ¿Hace cuanto tiempo que se los han llevado?

—La alarma fue dada hace un par de horas— explicó Harry —Habían objetos que detonaron y dejaron la casa en este estado, pero no sabemos exactamente cuanto tiempo a pasado desde que se los llevaron

Draco asintió, tomó una gran bocanada de aire y luego se puso en pie, Harry se levantó a su lado — Bien… ¿Qué es lo que haremos ahora?— su voz de pronto había cambiado a una mas firme, una que Harry nunca antes le había escuchado.

—Aun estamos rastreando la zona en busca de algún rastro para seguirlos… sé que es difícil, pero ahora debes ir a casa, tu esposa debe necesitarte…

Draco negó suavemente con la cabeza —No me iré a casa… a ningún lado, no hasta que encontremos a Scorpius

—Malfoy, no puedes quedarte aquí…— dijo Harry —Este es un trabajo para los aurores…

—Señor… su esposa y sus hijos ya están aquí— interrumpió uno de los aurores.

—Gracias…— Harry tomó aire y buscó a Draco con la mirada, él estaba ahora caminando alrededor de la habitación, recogiendo una camiseta y un par de pantalones y mirándolos con el ceño fruncido.

—Se los llevaron desnudos…— murmuró con preocupación más para si, que para Harry.

—Malfoy… debes ir a casa, esperar a que se pongan en contacto contigo… mandaré un grupo de aurores para…

— ¡NO! — Gritó Draco de pronto haciendo sobre saltar a Harry — ¿No te has dado cuenta, Potter? no me moveré, no me iré a mi casa, me quedaré contigo hasta que encontremos a los chicos

—Malfoy… ese es trabajo de aurores…

—Si, claro— bufó Draco mientras abrazaba un poco mas las prendas que sabía pertenecían a su hijo — Secuestraron a tu hijo, y al mío, en tu propia casa… ¡y tú eres el jefe!

Harry entrecerró los ojos, sintiendo como la culpabilidad le caía de pronto con mas fuerza, claro que Draco tenía razón, después de tantos años había bajado la guardia, y ahora su hijo estaba en manos de esos locos que pretendían vengar la muerte de Voldemort con la sangre de su hijo. No dijo nada, los temblores en su cuerpo habían vuelto al pensar nuevamente en la suerte que podía esperarle a Albus, se dio la vuelta y caminó como en medio de una terrible pesadilla por el pasillo, hacia las escaleras, cuando llegó al primer piso uno de los aurores le señaló el estudio, cuando entró Ginny estaba sentada sobre el sofá cruzada de brazos y piernas, su rostro demostraba fastidio, a su lado Lily y James lucían preocupados mientras miraban alrededor los destrozos del sitio.

—Chicos…— murmuró aun sintiendo su voz débil.

— ¡Papi!— gimió Lily poniéndose de pie y corriendo hacia él, James la imitó y pronto cada uno lo tomó de un brazo y lo llevaron hacia el sofá que estaba en frente de Ginny, para que se sentara.

—Bien, Harry ¿Qué es lo que ha pasado? No entiendo por que tenías que mandar por nosotros a estas horas de la noche — increpó Ginny descruzándose de brazos e inclinando el cuerpo un poco mas hacia delante —Esto es el colmo, Albus se escabulle de la casa, sin el permiso de nadie…estoy segura que esto es obra de él…

Harry negó con la cabeza y en lugar de hablar hacia Ginny lo hizo hacia Lily y James, que a su parecer eran los que se veían realmente preocupados con la situación. —Chicos… Al… él estaba aquí esta tarde… ¿ustedes lo sabían?

Lily se mordió el labio inferior y desvió la mirada, James tomó una pequeña bocanada de aire antes de contestar —Si, pero debió volver hace horas… si es que él ha hecho esto de verdad…

—No…— negó Harry mientras su mirada se dirigía hacia Ginny —Unos mortífagos han entrado a la casa… se lo han llevado.

***0o0***

—Bien… entonces quédate con la señora y cuídala, el mendimago Owens se quedará con ella toda la noche— dijo Draco hacia el pequeño Elfo que tenía delante.

—Si, Señor Malfoy, pero la señora pregunta una y otra vez por el niño Scorpius…— chilló el elfo mientras agachaba la cabeza, esperando tal vez recibir un golpe por la indiscreción.

—Aun no sabemos nada de él, es por eso que le debes dar la nota que te he entregado al mendimago, para que la haga descansar, no gana nada preocupándose…

—Si… Si señor

—Ahora anda y haz lo que te he encomendado— la voz de Draco sonaba asombrosamente pausada, calmada.

Hubo un pequeño sonido y la criatura desapareció Draco se sentó sobre la cama que permanecía deshecha, y sus ojos se dirigieron nuevamente hacia el cártel con letras rojas, pesé al tiempo que había pasado aun no había desaparecido, recordándole a cada momento que al chico Potter y a su hijo se lo habían llevado aquellos mortífagos.

Necesitaba ponerse en acción ya mismo, conocía el nombre de muchos mortífagos, si Potter lo ayudaba pronto podrían empezar a buscarlos, uno a uno hasta que encontraran alguna pista de los que se habían llevado a los chicos.

***0o0***

El agua helada cayó sobre su cabeza y al recorrer su espalda y brazos sintió un escalofrío, la camiseta que le habían puesto se pegaba a su piel, su cuerpo empezó a temblar, y su respiración se agitó, abrió los ojos, tratando de acostumbrarse a la oscuridad del lugar, una risa, que se le antojó macabra, como una risa de aquellas películas de terror que había visto en el cine junto con sus amigos, Al, sus hermanos y primos el verano pasado, y un estremecimiento, que ya nada tenía que ver con el frío, recorrió su espalda.

—El niño Malfoy ya ha despertado…— murmuró la voz de una mujer a su derecha,

— ¿Dónde esta Al?— preguntó Scorpius, tratando de que su voz sonara firme.

Un golpe en la mandíbula lo hizo caer de la silla, el duro e irregular piso dio contra su brazo y pierna, dio un pequeño aullido de dolor y luego sintió como unas manos lo levantaban y lo sentaban nuevamente en la incomoda silla.

—Vamos a darte las reglas del juego, mocoso traidor — gruñó la voz de un hombre esta vez —No tienes derecho a hablar, ni a preguntar, y mucho menos a reclamar, si lo haces te golpearé hasta que realmente ya no seas capaz de hacerlo— Scorpius sintió como su cabeza era jalada hacia atrás por sus cabellos — ¿Tenemos eso claro?— sintió el aliento del hombre sobre su rostro y apenas pudo hacer un ligero asentimiento.

—Bien… sé que esto no se parece en nada a los lujos a los que tu padre seguramente te tiene acostumbrado…— empezó a decir la mujer nuevamente —Pero después de haberte revolcado en la cama con ese asqueroso sangre sucia, estoy segura que esto te sabrá a gloria— una nueva carcajada llenó el ambiente, Scorpius no se movió ni dijo nada mas, escuchó el sonido de una puerta cerrándose y luego total silencio.

Espero durante lo que le pareció una eternidad, pero nada mas ocurrió, supuso que lo habían dejado solo, tomó varias bocanadas de aire mientras sentía como el miedo y la desesperación lo invadían, ¿donde estaba?, ¿Por qué les había pasado aquello? Y peor aun ¿Cuál había sido la suerte de Albus? Las lágrimas empezaron a caer en silencio, las sentía correr por sus mejillas y caer sobre la tela del pantalón, pese a la posición en la que estaba su cuerpo se sentía cada vez mas pesado, sus ojos se empezaron a cerrar, parpadeó y se trató de obligar a no dormir, no en una situación así, no sin saber como estaba Albus.

***0o0***

—Dios… eso no puede ser cierto— dijo Hermione mientras se cubría la boca con las manos. Ron pasó un brazo alrededor de su hombro y la jaló un poco más hacia él.

—El hurón debe saber algo, Harry…— dijo Ron con rabia en la voz —Debes interrogarlo…

Rose y Hugo, negaron suavemente con la cabeza, mientras James abrazaba mas fuerte a Lily que empezaba a llorar sonoramente.

—No lo creo, Ron, su hijo ha desaparecido también…

— ¡Mentiras!— gritó Ginny poniéndose de pie — ¿Ahora le creerás? él es un ex – mortífago, es mas que obvio que sabe algo… Hasta el mocoso ese puede estar metido en el asunto

—Ginny… cálmate— dijo Harry poniéndose de pie y tomándola por los hombros —Creo que él puede ayudarnos…— Las manos de Ginny hicieron un brusco movimiento y se libraron del agarre de Harry.

— ¡Esto es tu culpa…! ¡Tu debes ir y devolverme a mi hijo!— apuntó con un dedo a Harry —Y cuando vuelva no dejaré que te acerques a ninguno de ellos nunca mas— dijo mientras se alejaba mas aun.

— ¡Basta!— gritó James poniéndose de pie, se había soltado con cierta brusquedad de Lily, que dio un respingo de sorpresa —Es suficiente… no es culpa de papá

—Si…— hipó Lily poniéndose de pie —Y tampoco del señor Malfoy

— ¡Y mucho menos de Scorpius, él es nuestro amigo y lo conocemos bien!— esta vez fue Hugo el que apoyó. A su lado Rose afirmó con la cabeza, Ron y Hermione miraron a sus hijos extrañados, pero no hicieron ningún reclamo.

Ginny entrecerró los ojos mirando a sus hijos — Ustedes no tienen la menor idea de lo que están hablando o a quienes están defendiendo

—El señor Malfoy no es malo…— continuó hablando Lily entre sollozos, —Scorpius siempre habla bien de él…— Ron hizo una mueca de incredulidad, Ginny abrió la boca para replicar pero fue interrumpida.

—Harry, lo mejor será que vayas con Malfoy… estamos perdiendo el tiempo aquí— dijo Hermione con tono resuelto mientras se ponía de pie.

—Si, yo te ayudaré— dijo Ron —Niños, vayan a casa con mamá

— Lo sentimos tío Harry— dijo Rose con voz triste.

—Yo… yo quiero ir con ellos — dijo Lily poniéndose al lado de Hugo.

—También yo…— se apresuró a decir James.

—No, su deber es estar en casa conmigo— dijo Ginny con tono ofendido, Harry agachó la cabeza y no dijo nada.

—No, mamá, esa no es nuestra casa— dijo Lily pegándose mas a Rose.

—Ginny, lo siento…— murmuró Hermione —Los chicos tal vez necesitan algo de tiempo para asimilar esto, tu puedes venir con nosotros…

— Chicos…— dijo Harry hacia sus hijos —Ahora lo que tienen que hacer es estar todos juntos, es mas seguro, por si intentan algo más

James negó suavemente con la cabeza —Estaremos en casa del tío Ron y la tía Hermione, allí estaremos seguros

Harry le dio una mirada a Ron, y este asintió —Yo me quedaré cuidándolos, junto con Hermione… no les pasará nada

—Bien… si es lo que quieren, allí estaremos— dijo Ginny un deje de fastidio en la voz antes de caminar hacia la puerta de salida sin mirar siquiera a Harry.

—Todo estará bien… no te preocupes— dijo Hermione mientras daba un suave abrazo a Harry.

Ron simplemente le puso una mano sobre el hombro y la apretó suavemente, Harry le dio una sonrisa agradecida.

— Tío Harry, lamentamos mucho lo que ha pasado con Al y Scorpius…— murmuró Hugo mientras alcanzaba a su madre que ya estaba casi en la puerta.

—Si, tío, dile al señor Malfoy que lo sentimos mucho…— dijo Rose.

—También nosotros, papá— dijo James

—Yo sé que tu los encontraras…— le dijo Lily abrazándose a él una vez mas.

—Si… lo haremos… lo haremos hija— dijo Harry mientras le daba un beso en la frente.

Cuando ya casi se había quedado solo Harry llamó nuevamente a James — Hijo…— James giró el rostro con preocupación — ¿Hace cuanto…?

—Mas de dos años…

Harry sintió como si le hubieran dado un golpe en la cabeza, dos años, su hijo había estado en una relación al parecer seria durante dos años y ni él ni Ginny lo habían notado siquiera, cada vez se sentía peor, el saber que todos los chicos lo sabían, y ellos lo ignoraban por completo hablaba muy mal de ellos como padres, sin embargo su mente se obligó a dejar aquella tontería a un lado y a buscar alguna pista o señal que lo llevará al paradero de los niños — ¿Ellos ya habían decidido venir aquí esta tarde?

—Recién lo coordinaron ayer — dijo dando una pequeña mirada hacia la puerta. —No se suponía que viniera aquí esta tarde

Harry asintió y frunció el ceño —Normalmente, en vacaciones… ¿se veían aquí?

—Si, la mayoría de las veces… algunas veces iban a la casa de Scorpius, pero aquí era más fácil, por que mamá y tú no estaban…— Harry notó que James se veía muy avergonzado.

—Está bien… necesito saber como supieron que estaban aquí…

— No lo sé… si es que esta tarde lo hubiera detenido— dijo James pasando las manos por su rostro —Le dije que no estaba bien que se escapara todo el tiempo… — hizo un ruido de frustración —De haber sido mas duro con él, no hubiera venido y nada de esto hubiera pasado— gimió con voz ahogada por las manos que le cubrían el rostro.

—Hijo…— Harry avanzó hacia James y le quitó con delicadeza las manos de la cara, sus ojos castaños se veían rojos, a punto de llorar —Eso no nos sirve… sentirse culpable no resolverá nada, necesito que tu y tu hermana hagan memoria, busquen algún hecho extraño, traten de recordar alguna persona extraña cerca de la casa… no sé… cualquier cosa, por pequeña que parezca nos puede servir

James asintió —Lo haremos…— dijo antes de salir del estudio para reunirse con los demás que lo estaban esperando.

***0o0***

El sonido de la puerta del vagón abriéndose lo hizo levantar la vista, frunció el ceño, pensando que se trataba de James nuevamente, estaba ya cansado de que le dijera que iría a Slytherin o cualquier otra cosa, pero en su lugar había un niño, con el rostro pálido y los ojos de un azul mucho mas intenso que los de Rose o del tío Ron. Albus notó que se trataba de aquel niño del que habían hablado los adultos antes de subir al tren, y se preguntó que podía estar haciendo allí.

—Hola— dijo ensanchando aun mas su sonrisa Scorpius mientras entraba al vagón y cerraba la puerta.

—Hola— respondió Albus mirándolo con mas atención, tratando de buscar la razón por la cual su Tío Ron le había dicho eso a Rose, tuvo que reconocer que era un niño diferente a los que había visto antes, le parecía de alguna forma… ¿bonito? Si, esa era la palabra, simple y llanamente Bonito.

—Mi padre me ha dicho que no me acerque a ti, ni a tu hermano— dijo Scorpius mientras se sentaba junto a Albus, que arqueó una ceja interrogantemente.

—Mi tío dijo algo parecido

— ¿Quieres una rana de chocolate?— preguntó extendiendo un dulce hacia Albus.

—Gracias— respondió Albus mientras sacaba la rana de chocolate del empaque, algo confundido por el cambio de tema, aunque el no estaba dispuesto a dejar eso en el aire —Y si tu padre ha dicho que no me hables ¿que haces aquí?

—Sentí curiosidad— dijo Scorpius encogiéndose de hombros — Él debió saber que el decirme eso era provocarme a que lo hiciera

— ¿Y por que no quiere que me hables?

—Supongo que por que eres un Potter y yo soy un Malfoy— dijo levantando una mano, como quitándole importancia al asunto.

Albus le dio una mirada de total confusión — No… no entiendo

— ¿Tu padre no te lo ha contado?

— ¿Qué?

—Lo mal que se llevaba con mi padre en la escuela, o las cosas que hizo

—No… aunque James, mi hermano mayor, dice saber algo, pero no me lo quiere contar…

—Vale, yo te lo cuento— dijo Scorpius con una sonrisa mientras extendía otra rana de chocolate hacia Albus, que le daba una mirada cada vez más confusa.

***0o0***

Frío. Fue lo primero que sintió. Mucho frío. Era imposible, estaban en principios de verano y nunca hacía tanto frío, con lentitud abrió los ojos, había estado soñando, o ¿recordando tal vez? Aquella vez en el expreso de Hogwarts, la primera vez que había ido a la escuela, y la forma como había conocido a Scorpius… Los recuerdos de lo ocurrido aquella tarde llegaron de pronto a su mente — ¡Scorpius!— gimió tratando de levantarse, notó entonces sus manos amarradas, sus piernas entumecidas y el frío piso de piedra en el que estaba tendido — ¿Scorpius?— volvió a llamar. Silencio. Nada mas que silencio El lugar seguía tan oscuro como cuando lo habían traído, se preguntó cuanto tiempo llevaría ya allí y si su padre ya habría notado su ausencia.

***0o0***

Draco extendió el pequeño trozo de pergamino que había encontrado en uno de los cajones, y antes de empezar a escribir dio otra mirada al par de fotos que había encontrado en ese cajón, y que había puesto sobre la mesa, en la primera Scorpius y Albus estaban uno al lado del otro, los brazos de Scorpius rodeaban los hombros del otro chico, pudo reconocer que estaban en las orillas del lago, ambos con sus largos abrigos oscuros y sus bufandas con los colores de sus respectivas casas, sonriendo y saludando a la cámara, en la otra foto estaban, supuso él, los chicos Weasley y los demás chicos Potter, junto con Jacke y Eve, el grupo de amigos de Scorpius, todos estaban en el medio de algún parque, muggle, concluyó Draco por las calles de fondo, todos sonreían a la cámara, el mayor de los Potter señalaba a la cámara con una sonrisa mientras los otros chicos se abrazaban mas y reían, dedujo que era verano por la vestimenta que llevaban y la claridad del cielo. La sensación de que su hijo había estado llevando alguna especie de doble vida resonó en su cabeza, aunque no comprendía muy bien la razón, cierto que le había dicho que lo mejor era mantenerse alejado de los Potter, pero por que no quería que la historia de enemistades que cargaban él y Potter se repitieran con su hijo, pero había ocurrido todo lo contrario, al parecer llevaban ya tiempo en aquello, pues las fotos tenían mas de un año de antigüedad.

—Malfoy— la voz de Harry detrás suyo lo hizo sobresaltarse y giró rápidamente.

—No me moveré de aquí, Potter, ve asimilándolo ¿quieres?— dijo duramente hacia Harry antes de girarse y mojar nuevamente la pluma para empezar a escribir.

Harry había avanzado hasta el escritorio para mirar con mas atención lo que Draco estaba haciendo aunque sus ojos se desviaron al par de fotografías — ¿Dónde has encontrado eso?— preguntó mientras levantaba ambas imágenes y las acercaba un poco mas a su rostro.

—En el cajón… — Draco levantó la vista —Y no he estado husmeando, necesitaba un pergamino para escribir algunas cosas

Harry asintió y se dedicó a mirar las fotos por algunos segundos, pasó un dedo suavemente sobre la que mostraba a Albus y Scorpius sonriendo a la cámara, en la segunda vio a un par de chicos mas, además de Scorpius, un par que no conocía y aquello llamó su atención —¿Conoces a los otros niños…?

Draco levantó la vista y asintió antes de continuar escribiendo—Son Jacke Noyes y Eve Richler, de Slytherin, amigos de Scorpius.

—Ah… dijo Harry mirando la foto una vez mas, antes de dejar ambas fotografías sobre el escritorio —Analizamos las varitas de los niños, ninguna tiene rastros de hechizos defensivos ni de hechizos de ataque— informó Harry mientras se alejaba un poco de Draco y daba vueltas alrededor de la habitación, como había hecho desde que habían llegado, tratando de encontrar si algo se les escapaba.

—Eso era lógico, ninguno de los dos tiene permiso para hacer magia, y por como creo que los encontraron no creo que hayan tenido mucho tiempo de defenderse— respondió Draco sin levantar la vista del pergamino que escribía.

— ¿Por como los encontraron?— preguntó Harry deteniéndose.

Draco giró para darle una mirada incrédula pero no dijo nada, si Potter era así de inocente con respecto a lo que su hijo estaba haciendo en esa habitación no sería él quien lo desencantara, y volvió a su labor de escribir — ¿Debo suponer que estaremos juntos en esto?

Harry dio un suspiro cansado —Si… tu dijiste que no iras a casa, y hace un momento estabas muy seguro que los que se llevaron a los niños no te lo devolverían, eso quiere decir que los conoces…

—Creo hacerlo… — interrumpió Draco sin levantar la vista

— Eso es mejor que nada

— Gracias— replicó Draco en tono sarcástico mientras dejaba la pluma sobre la mesa y se ponía en pie con el pergamino que había estado escribiendo.

— ¿Por qué crees que no te devolverán a tu hijo?— preguntó Harry —Es decir… ellos no deberían tener nada en contra tuya…

Draco bufó —Nada en contra mía… si claro Potter, ¿Por qué? ¿Por qué soy un ex – mortífago? ¿O solo por que soy sangre pura? ¿Tal vez por que soy de Slytherin?

Harry frunció el ceño, pensando en que tal vez Draco se ofendía demasiado rápido — No, solo por que tú no fuiste el que asesinó a su señor, no veo por que habrían de hacer algo en tu contra

Draco miró la lista de nombres que tenía en la mano y luego a Potter una vez mas, como dudando en entregársela, sacó de uno de los bolsillos de la túnica un paquete de cigarrillos y se puso uno entre los labios, con su varita lo encendió y dio una larga calada antes de mirar a Harry nuevamente, que durante todo el tiempo se había quedado de pie esperando una respuesta.

— Mi madre le mintió a Vol… a Voldemort — Harry notó como Draco fruncía el ceño, al parecer reprochándose mentalmente por serle aun difícil pronunciar el nombre — Ella lo engañó y te dejó con vida, para que luego pudieras matarlo

— Ella solo quería poder entrar a la escuela por ti— excusó Harry.

—Lo sé, ella ya me lo contó— Draco agitó una mano como quitándole importancia a ese detalle, mientras seguía fumando y dando vueltas alrededor de la habitación —El hecho es que fue por esa “traición” que pudiste vencerlo, por que de lo contrario el te hubiera matado en el bosque aquella noche

—Entiendo…— respondió Harry mientras tomaba un cigarro del paquete que Draco había dejado sobre la cama, y lo levantó pidiendo permiso, Draco asintió antes de continuar hablando.

— Fue por eso que al final el ministerio de magia fue mucho mas blando con nosotros, a diferencia de los demás mortífagos, si bien nos quitó mucho dinero y propiedades, nos dejó libres, condenando solo a mi padre a la extradición…

— Eso quiere decir que eres un blanco de venganza para ellos también…

— Durante los últimos quince años el ministerio inglés ha dejado libres a muchos ex – mortífagos, pensando que habían aprendido la lección, pero eso dista mucho de la realidad…

— Estuvimos vigilándolos durante algún tiempo…— excusó Harry mientras jalaba la silla del escritorio de Albus y se sentaba frente a Draco, que estaba nuevamente sentado en la cama.

— No lo suficiente…— afirmó Draco.

Flash Back

Recordaba aquella tarde de invierno con mucha claridad, Scorpius había estado tendido sobre la alfombra del estudio, frente a la chimenea, armando un grupo de rompecabezas mágicos, mientras Draco trabajaba en las finanzas de una de las empresas, de cuando en cuando levantaba la vista para ver como su hijo, que ya tenía cinco años, fruncía el ceño con una de las piezas en la mano, tratando de encontrar el sitio al que debía ir, la pieza en cuestión hacía pequeños ruidos de alegría cada vez que la acercaba al tablero y de pena cada vez que la alejaba.

— ¿Necesitas ayuda?— preguntó, su hijo giró el rostro y sonrió

—No… solo están tratando de engañarme, pero no las dejaré

Draco asintió y continuó en su trabajo cuando el sonido de un elfo apareciendo delante suyo lo hizo levantar la vista nuevamente, esta vez hacia el reloj, pensando que aun era muy temprano para cenar.

—Señor Malfoy, lo están buscando— anunció con voz chillona.

— ¿Quien?

—Los señores dijeron que se trataban de antiguos compañeros

Draco hizo una mueca de disgusto, casi no tenía contacto con ninguno de sus antiguos compañeros, casi todos habían estado en Azkaban, algunos seguían allí y otros simplemente lo ignoraban — ¿Se identificaron?

—Dijeron antiguos compañeros, señor, les pedí nombres y dijeron nuevamente antiguos compañeros— el elfo retorcía sus manos nerviosamente mientras miraba al piso con aire de culpable a punto de ser condenado.

—Bien… no creo que me pueda librar de ellos, llévate a Scorpius con su madre y dile que se queden allí, yo iré luego a explicarles, luego trae a los “antiguos compañeros”

—Si, señor, enseguida, señor— dijo el elfo mientras se acercaba a Scorpius, que hizo un mohín de descontento mientras el Elfo lo rodeaba con los brazos por la cintura.

Draco sacó la varita del bolsillo y la colocó en su manga, guardó los pergaminos en los cuales había estado trabajando y se sentó a esperar, golpeando con sus dedos impacientemente el escritorio, no pasaron mas de cinco minutos antes de que el elfo volviera, esta vez abriendo la puerta y escoltando a tres hombres y una mujer, no reconoció a ninguno a primera vista, se puso en pie y sonrió cortésmente.

—Draco… ¿como has estado?— preguntó la mujer con una sonrisa mientras le daba la mano, Draco tardó solo un segundo mas en darse cuenta de quien se trataba.

— ¿Millicent Bulstrode?— Preguntó Draco, medio asombrado, aunque no recordaba haber tenido nunca tanta amistad con ella como para andarse tuteando, la mujer lucía diferente a como en la escuela, estaba mucho mas delgada, con el oscuro cabello amarrado en una coleta tras la nuca, su túnica lucía de no tan buena calidad como las que usaba antes, pero tampoco le quedaba mal.

— Pero si les dije que nos recordaría — dijo uno de los otros hombres extendiendo la mano hacia Draco

—Hola Nott— saludó Draco cortésmente, ya reconociendo a su antiguo compañero. .

—Ellos son Grahan Harper— Otro hombre, con el cabello castaño y bastante corto sonrió a modo de saludo — Y Urubiel Baghnod— otro chico, mas joven que ellos asintió suavemente, Draco hizo un gesto para invitarlos a sentarse mientras el hacía lo mismo de su lado del escritorio.

— ¿Desean tomar algo?— preguntó Draco, no olvidando los modales.

— No… estamos bien— dijo Nott mientras miraba alrededor, Draco mantuvo la sonrisa en todo momento aunque en su mente registraba la mirada de Nott como una no muy buena, como si hubiera una especie de reproche.

— ¿Y a que debo el placer de su visita entonces?

— Es increíble lo bien que te ha ido después de la guerra— explicó Nott fijando su mirada en él.

— Se hace lo que se puede…

— Pese a todo lo que tu familia hizo para ayudar al señor Oscuro, el ministerio decidió darte una segunda oportunidad.

Draco apoyó los codos en la mesa, sintiendo su varita en el brazo — Igual requirió de mucho trabajo el poder levantar los negocios familiares

— Y debe haber sido complicado teniendo a tus padres fuera de Inglaterra durante todo este tiempo

—Así es— coincidió Draco

— Los ideales del señor Oscuro no han muerto… ¿Lo sabes?— la voz de Nott se hacía cada vez mas dura.

— No… no lo sabía— respondió Draco en un tono que intentó ser desinteresado

— Una sociedad libre de sangres sucias…— Nott se recostó nuevamente sobre la silla — Y necesitamos de tu ayuda, tú como un Malfoy, uno de los más grandes defensores de la causa debe ayudarnos

Draco sonrió — Te has equivocado de Malfoy, Nott, ese era mi padre y como tu mismo lo dijiste, él no esta en Inglaterra

—Tu también lo eras… tu eras uno de los mas grandes defensores en la escuela— dijo Millicent señalándolo con un dedo.

—Éramos críos en ese entonces… — dijo Draco agitando una mano como quien recuerda alguna travesura de pequeño.

—Y después de la traición que cometió tu madre…— continuó Millicent

Draco se puso serio — Ese tema no es de su incumbencia

— Lo es, por que traicionó a la causa, a nuestra causa— Nott golpeó la mesa poniendo más énfasis en sus palabras.

— Su causa no es mi causa, ni la causa de mi familia— dijo Draco poniéndose de pie, bastante molesto, sentía como su pecho latía con fuerza por la rabia que se iba apoderando de él, después de tantos años de tratar de sacar adelante el nombre y las empresas de su familia, venían ellos a querer arruinar todo.

— ¿De que hablas, Draco?— preguntó Millicent con aire ofendido —Tú eras el primero en defender los ideales de la pureza de san…

— ¡Éramos críos, Joder!— gritó Draco no pudiendo contenerse más — Eso ya ha pasado, ¿es que no han aprendido nada de lo mal que resultó todo en aquella ocasión?

—Lo que hemos aprendido, Malfoy — dijo Nott poniéndose de pie, los otros dos hombres y Millicent lo imitaron — Es que eres un traidor, al igual que tu madre, toda tu familia lo es

Draco entrecerró los ojos — No te metas con mi familia, tenemos derecho a cambiar de ideales si así nos place

— Claro… ahora eres un lame culos del ministerio, y de todos esos mestizos que cada vez se van apoderando mas de nuestro mundo…

— Están locos, los cuatro lo están — dijo Draco mientras chasqueaba los dedos, segundos después un elfo apareció — Y yo no seré parte de cualquier cosa que estén planeando, no quiero verlos mas, y lo digo en serio— su mirada reflejaba ira, odio, rabia.

—El… El señor ha llamado— dijo suavemente la voz del elfo

— Estos señores se van, y no volverán a visitarnos

—Si… Si señor— dijo el elfo haciendo una reverencia hacia Draco antes de girar hacia los tres magos y la bruja que lo miraban de manera asombrada y molesta.

— Algún día Malfoy, cuando logremos establecer un nuevo orden, te arrepentirás de esto— dijo Nott irguiendo mas la cabeza antes de caminar hacia la salida.

Draco bufó pero no contestó nada.

— Draco, nunca pensé que nos traicionarías de esta manera— dijo Millicent con una mano en el pecho y con voz de ofendida.

Draco le dio una mirada de incredulidad — Por favor, ya pasen a otra cosa… eso es un caso perdido

—No deberías subestimarnos— dijo el mago al que Nott había presentado como Urubiel Baghnod.

La puerta del despacho se cerró y Draco se dejó caer sobre su silla, sacó un cigarro de la pequeña cajita que había sobre el escritorio y lo fumó lentamente, tratando de calmarse antes de ir a ver a Astoria y Scorpius.

Fin del Flash Back

— ¿Y no los reportaste?— acusó Harry, cruzado de brazos aun sentado en la silla frente a Draco, había permanecido en silencio escuchando la historia.

— ¿Y que querías que hiciera? no quería a mi familia metida en ningún problema— Draco se puso de pie y empezó a dar vueltas alrededor —Además no tenía ninguna prueba, no me arriesgaría a comprobar que tan locos estaban en realidad

Harry iba a reclamar nuevamente, pero se quedó callado por un momento, siguiendo con la vista la caminata de Draco delante de él —Entonces podemos tomar como inicio el nombre de esos cuatro

—Si, y tengo algunos datos mas, algunas cosas que escuché por aquí y por allá, rumores— Draco le extendió el pergamino a Harry, con una pequeña lista de nombres —Nada seguro, pero no tenemos mas

—Entonces— razonó Harry — Si se trata de alguno de los que fue a tu casa hace tanto tiempo, lo más probable es…

—Que aprovechen la oportunidad para vengarse— completó Draco, Harry no pudo evitar notar el miedo en su mirada, comprendió al fin por que Draco estaba tan seguro que no dejarían a Scorpius con vida.

***0o0***

Notas finales:

Gracias a todos por leer…

Espero que se animen a seguir comentando y de esa manera hacerme feliz…

Nos leemos el lunes siguiente

Que tengan linda semana

Un abrazo

Pao

¡Viva el Slash!


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