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"CRONICAS DE UN RESCATE" por p160880

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Notas del capitulo:  

Hola a todos;

¿Qué tal el fin de semana? ¿Listos para una nueva semana?

Ahora empieza lo bueno jeje… Harry y Draco tras las pistas para encontrar a los niños, espero que disfruten el capítulo.

Disclaimer: “Todos los personajes pertenecen a J. K. Rowling, no se pretende lucrar con ellos en este fic”

Adevertencias: Esta historia contiene relaciones chico/chico implícito, si es que no te gusta eso, no te agrada o te fastidia no es recomendable que leas

Notas: Fic escrito para el FEST "If wishes were fics..." Dedicado especialmente a: andthemutants, cuyo deseo intento cumplir.

CRÓNICAS DE UN RESCATE

CAPITULO 3:

22 DE JUNIO”

El amanecer los sorprendió en la oficina de Harry, en el ministerio, habían varios vasos de plástico con restos de café y varios ceniceros llenos de colillas de cigarro, Harry había dejado aquel hábito unos cinco años atrás, y ni siquiera la separación con Ginny y la soledad lo habían hecho recaer, hasta el día anterior, ante la perspectiva de tener que encontrar con vida a su hijo antes de que pudiera pasarle algo.

— Supuestamente los chicos pasarían la primera semana de vacaciones en tu casa— afirmó Draco mientras releía en la pizarra la lista de pistas y hechos que habían armado durante la madrugada.

— Si, así ha sido los dos años anteriores, desde que Ginny y yo nos separamos — dijo Harry mientras se sacaba las gafas y masajeaba sus ojos, sintiéndose demasiado cansado.

— Y ellos no sabían que Scorpius estaría allí, eso fue solo un golpe de suerte— continuó Draco mirando a la pizarra — El objetivo eran los tres niños— anotó en la pizarra la conclusión con letra pulcra.

—Ellos esperaban encontrar a los tres allí, sabían que ni Ginny ni yo estaríamos en casa… por que alguien se los dijo— afirmó Harry, —No sabían que hubo un cambio de planes a ultima hora.

— ¿Quiénes sabían que ellos estarían en casa durante esa semana?— preguntó Draco por enésima vez.

— No lo sé… no era un tema secreto…— Harry dio un bostezo — Es muy probable que el ministerio entero lo supiera

—Deberías dormir un poco— dijo Draco mirando con preocupación a Harry.

Harry levantó la vista, Draco no ofrecía mejor aspecto del que debería tener él, sus ojos estaban rojos e irritados, el cabello normalmente peinado se veía ligeramente desordenado y su piel no había perdido aquel color gris desde la noche anterior, Harry levantó la vista hacia el reloj que había en la pared —Podemos dormir un par de horas, es lo que tardaran en recopilar la información de los nombres que les diste.

Draco miró alrededor y se acercó a una de las pequeñas sillas, levantó la varita y la transfiguró en un pequeño sofá, ya que la oficina de Harry no daba espacio para más.

— ¿Que haces?— preguntó Harry frunciendo el ceño

— Dormir un par de horas hasta que traigan…— empezó a explicar Draco, pero Harry lo interrumpió

— ¿Por qué no vas a tu casa a descansar?

— ¿Y arriesgarme a que te vayas sin mi?— Draco se acomodó mejor sobre el sofá, buscando una posición cómoda

— No haría eso…— murmuró Harry apoyando los brazos sobre el escritorio y luego la cabeza sobre los brazos —Además tu esposa debe estar preocupada

Draco dio un bostezo —Astoria esta durmiendo, le he ordenado al mendimago que le administre pociones para dormir sin sueño hasta que todo esto termine— se giró un poco mas, tratando de encontrar comodidad en aquel sofá tan reducido—Tiene los nervios muy frágiles, y ha entrado en una tremenda crisis en cuanto se enteró…

— Lo siento…— murmuró Harry mientras sentía como el sueño lo vencía.

— ¿Tu familia como esta?

—Los niños muy preocupados, por Scorpius y Albus… Ginny esta furiosa, dice que es mi culpa

—Lo lamento…

Harry no contestó nada más, y pronto, tal como Draco, se quedó dormido, el haber estado toda la noche despierto y en tensión ayudó a que durmiera rápidamente y de un solo tirón.

***0o0***

Hermione abrió suavemente la puerta de la habitación donde dormían Rose y Lily, pero la encontró vacía, un poco mas asustada fue a la habitación que debían compartir Hugo con James y allí los encontró a los cuatro: James tenía la espalda contra la pared y la cabeza ladeada, acurrucada entre sus brazos estaba Lily, y a cada uno de los lados de James, también abrazados estaban Rose y Hugo, ambos tenían una mano sobre Lily, los cuatro dormían, Hermione dio un suspiro de alivio, siempre le había parecido perfecta la forma como habían logrado que los niños se llevaran tan bien, que fueran una gran familia, y grandes amigos. Con mucha pena los despertó para que pudieran descansar en una posición más cómoda.

—Bien… pueden dormir todos aquí… pero traten de descansar ¿si?— pidió mientras Lily y Rose se metían en una de las camas y Hugo y James en una cama cada uno

— ¿Papá aun no ha venido?— preguntó James dando un bostezo

—No, pero por que aun esta investigando…

Hermione salió de la habitación silenciosamente, en el pasillo Ron, junto con Ted, el hijo de Tonks y Remus la esperaban —Hola Tedy— dijo Hermione mientras los alcanzaba.

Ted se guardó el repetirle a Hermione que no le gustaba que le dijeran así para otra ocasión y sonrió, esta mañana tenía el cabello castaño, lo que acentuaba mas el parecido con su padre — Hola, Hermione, Ron y yo nos quedaremos cuidando a los niños mientras tu vas a descansar un poco

— Si, Hermione, debes dormir un poco, anoche estuviste toda la noche en vela, leyendo…

Hermione dio un bostezo —Investigando…

— ¿Y encontraste algo?— preguntó Ted.

—Algunas cosas… pero ahora necesito dormir, aun tengo cosas que comprobar antes de hablar con Harry, pero debo esperar a que sea mas tarde para que abran la biblioteca

—No te preocupes, yo me quedaré con los niños, mientras tú descansas— afirmó Ted, Hermione le dio una mirada agradecida y se metió a su habitación, debía dormir un poco por que estaba cansada, aunque su mente aun seguía trabajando a mil por hora en las cosas que había encontrado.

—Ginny me dijo que Malfoy estaba metido en esto— Dijo Ted hacia Ron mientras ambos bebían una taza de café en la cocina.

—No… no lo sé— Ron se encogió de hombros y consultó el reloj familiar que su madre le había dado cuando Rose nació, tanto Rose, Hugo como Hermione apuntaban a “en casa” —Los niños al parecer eran amigos de Scorpius, el hijo de Malfoy, y Albus mas aun…

—No… ¿Qué?— preguntó confuso Ted, sabía que su abuela era hermana de la madre de Malfoy, por lo que él y Malfoy estaban emparentados de alguna manera, pero nunca habían llegado a tener ningún tipo de comunicación, así que solo tenía como referencia lo que había escuchado de ellos en la escuela y en los diarios, y la verdad que no eran muy buenas referencias, además sabía que su padrino y sus amigos se habían llevado fatal con él en la escuela, y que durante la guerra lucharon en bandos diferentes.

—Yo tampoco lo entiendo muy bien, lo único que hemos sabido es que Albus y ese chico Scorpius estaban juntos desde hace bastante tiempo, que Scorpius es amigo de los chicos y que, según ellos es un buen chico, y ahora esta secuestrado, junto con Albus, aunque no tenemos muy en claro por que pues el plan original era, según creemos, solo secuestrar a los tres hijos de Harry— explicó Ron, y Ted le dio una mirada evaluadora.

— ¿En serio?, novios y amigos de ese chico Malfoy?—

Ron se encogió de hombros.

—No importa como haya pasado, espero que mi padrino traiga de vuelta a Albus lo más pronto posible…

***0o0***

Dicen que las penas de amor se quitan bebiendo con los amigos— dijo Hugo mientras entraba al salón de clase en desuso en la cual se había refugiado James.

James ni siquiera los miró, sabía quienes estaban allí, después de todo, tenían la cualidad de siempre encontrarlo —Ya, pues resulta que mi amigo esta muy ocupado ahora, besando a la chica a la que se supone yo debería estar besando— dijo con amargura, no podía quitar de la cabeza la imagen de su amigo Lytton enroscado alrededor de una muy acalorada Joyce, la que hasta aquella mañana había sido su novia.

Pero nosotros también somos tus amigos— dijo Albus cerrando la puerta del salón.

Aunque claro, no podemos emborracharnos ni nada por el estilo…— aclaró Scorpius, los cuatro chicos se sentaron en el piso alrededor de James.

Aunque tengo algunos dulces, dicen que eso también ayuda— le dijo Jacke mientras dejaba sobre el piso un grupo de chocolates y caramelos.

Ahora no tengo ganas, en serio— replicó James, aun con la cabeza escondida entre las rodillas.

Ya, no les darás el gusto ¿verdad?— preguntó Albus

James levantó la mirada para ver al grupo.

De demostrarles cuanto te afecta— aclaró Hugo

¡Pero si me afecta!— reclamó James

Y lo sabemos, pero no puedes dejar que ellos te vean así, son ellos los que se tienen que sentir mal por lo que han hecho, tu solo has descubierto que clase de personas eran ese par— aportó Scorpius, a su lado Jacke asintió rápidamente.

James dio un suspiro y volvió a esconder el rostro entre las piernas, ellos podrían tener razón, pero ya a quien le importaba, después de todo, eso no lo hacía sentir mejor, a su alrededor los chicos se quedaron sin decir nada durante bastante rato mas, acompañándolo en silencio, un silencio de alguna manera reconfortante y tranquilizador. Cuando un par de horas mas tarde salió de ese salón se sentía mucho mas calmado, la traición aun dolía, pero ya no tanto, sabía que con un poco de tiempo, finalmente pasaría

***0o0***

— ¡Esto no puede ser!— Harry pateó el suelo y una pequeña cantidad de polvo se elevó y ensució sus botas y el borde de sus pantalones, al igual que las de Draco.

— No entiendo…— murmuró Draco mirando nuevamente hacia la pequeña carpeta que traía entre las manos y luego hacia el terreno vacío que tenía enfrente — Se supone que debe reportar cualquier cambio de domicilio…

—Eso es lo que se supone, pero aparentemente no lo ha hecho

— Este informe esta firmado, por un tal Eloís, hay que buscarlo y preguntarle…

Harry miró una vez mas hacia el terreno vacío y asintió —Vayamos primero a las siguientes direcciones, algo aquí realmente huele muy mal

Draco asintió y le señaló a Harry la siguiente dirección, que pertenecía a Nott, Harry lo tomó de un brazo y ambos desaparecieron para luego aparecer en medio de un campo, en el fondo se veía una casucha vieja y sucia, rodeada de matas de hierba venenosa.

—Lo más probable es que esté abandonada— afirmó Draco mientras sacaba la varita.

— ¡Demonios!— gritó Harry frustrado mientras avanzaba hasta la casa, no había ningún tipo de hechizo de protección ni rastro alguno de magia, y cuando por fin entraron comprobaron que efectivamente estaba desierta

— ¿Quién firmó ese informe?— preguntó Harry mientras se dejaba caer sobre un sofá viejo, con el relleno saliendo por uno de los lados, que emitió un pequeño chirrido al sentir el cuerpo de Harry.

—Un tal Bellisio…. — dijo y levantó la vista hacia Harry — Y yo que tu no me siento en ese sofá por…— el sonido del sofá desplomándose sobre el piso, con Harry encima y la pequeña nube de polvo que se levantó lo hizo dar un paso hacia atrás por la sorpresa —… que se puede caer— terminó de hablar, Harry se puso en pie y se limpió el polvo de los pantalones sin pronunciar ninguna palabra, pero con los ojos brillando de cólera, como retando a Draco a que dijera alguna cosa, y Draco, sabiendo interpretar muy bien aquellos gestos se dedicó a seguir pasando los pergaminos dentro de la carpeta, apretando los labios para evitar que la sonrisa aflorara a sus labios.

— Cerca de aquí queda la casa de Goyle…— miró a Harry una vez mas, ya parecía repuesto de la caída — No creo que él este metido en nada de esto…

— ¿Hace cuanto que no lo ves?

—Unos cuantos años… — se guardó el recuerdo de la última vez que se habían visto, lo había encontrado mas que borracho en un bar muggle, le había reclamado la muerte de Crable, y varias cosas mas, le dio pena verlo en ese estado, pero no se atrevió a buscarlo mas por miedo a las acusaciones, él también se sentía culpable de aquella muerte.

— Vamos, a ver si podemos encontrar a uno siquiera en casa— Harry volvió a tomar el brazo de Malfoy y desapareció para volver a aparecer en medio de un callejón, que se veía bastante sucio y apestaba terriblemente.

—O si encontramos alguna casa— apuntó Draco con fastidio mientras arrugaba la nariz por el olor —Además no recuerdo que la casa de Goyle quedara por acá— caminó hacia la ancha avenida, pudo notar que las paredes de las fachadas que tenían cerca eran de un color gris sucio y triste.

—Este fue su ultimo domicilio certificado— declaró Harry mirando de mala manera la ancha avenida.

— ¿Donde estamos exactamente?— preguntó Draco preocupado.

— En una calle industrial de Dovell

— ¿Es muggle?

—Si, lo es…— respondió Harry prestando mas atención a Draco — ¿Eso es un problema?

—No… es solo que…— Draco se interrumpió de pronto y dejó de mirar la calle, por la cual algunos coches hacían ruidos estridentes al pasar, y miró a Harry con enfado —No seas imbécil Potter, lo decía por Goyle, me sorprende que viva entre muggles, yo tengo superado eso desde hace años.

—No, yo no quise…

—Claro, pero como soy un Malfoy, un ex – mortífago seguro que debo odiar a los muggles y sentirme asqueado de vivir entre ellos…— Draco iba elevando la voz conforme se acercaba mas a Harry.

—Malfoy…

—Pues te diré algo Potter, he estado entre mas muggles últimamente de lo que tu tal vez has estado en tu vida así que no creas que me conoces por lo que pasó en el pasado

—¡Lo siento!!! ¿Vale? ¡Lo siento!— gritó Harry mientras levantaba las manos hacia Draco en señal de rendición.

—Bien— dijo Draco secamente antes de mirar nuevamente hacia la avenida — ¿Donde es que vive Goyle?—

Harry dio un respingo aun medio asombrado por la gritada que Draco le había dado y luego por el cambio de tono —Si… es — miró hacia el viejo pergamino, y luego hacia la calle una vez mas —Hacia allá…— señaló una casucha en medio de dos fabricas, se veía a punto de caer, las ventanas estaban negras por el humo que seguro despedían las maquinas y por la falta de limpieza

—Merlín…— dijo Draco negando con la cabeza, la situación de su amigo era aun peor de lo que había escuchado —No creo que él este metido en nada… ya te lo he dicho, será una perdida de tiempo

—Ya… pero tal vez haya escuchado o visto algo— insistió Harry mientras sacaba la capa de invisibilidad — Lo haremos como lo planeamos ¿Ok?

—Si…— dijo Draco distraídamente mientras miraba con mas atención aquella casucha que parecía un chiste, como atorada entre las dos grandes fabricas, los recuerdos que aun guardaba de él junto con Crabbe en la escuela lo invadieron por algunos momentos, tomó una bocanada de aire — ¿Bien?

—Bien— escuchó a Harry suavemente cerca de su oído derecho, con pasos firmes se encaminó hacia la puerta de madera y tocó un par de veces, el ruido era apagado por el que hacían las fabricas y los camiones alrededor, así que insistió y golpeó mas fuerte, un ruido de algo moviéndose, madera sobre madera, lo alertó. Miró a un lado pero luego recordó que Harry estaba bajo esa dichosa capa así que solo le dio una mirada a la nada antes de mirar nuevamente a la puerta los ruidos se hicieron mas altos, interrumpidos solamente por el tubo de escape de un viejo camión que pasó detrás de ellos.

— ¿Por que esta arrastrando cosas?— preguntó en un susurro muy cerca del oído de Draco, este dio un respingo y movió solo los ojos para mirarlo molesto.

—No hagas eso…

—Lo siento…— la voz de Harry se escuchaba apenada.

La puerta se abrió casi de improviso — ¿Qué quieres?… — la voz de Goyle sonaba mucho mas dura de lo que Harry pudiera recordar, parecía haber crecido unos cuantos centímetros y adelgazado unos muchos kilos, pero no podía notar mas cambios en él pues, en realidad no lo había tratado tanto como para registrarlos, sin embargo Draco si podía, como el brillo de sus ojos que había desaparecido por completo, la sonrisa no tan sincera, algunas cicatrices en el rostro, la forma en ponerse en pie, que demostraba que por algún motivo la pierna izquierda le estaba fastidiando.

— ¿Draco…?— preguntó con un gesto sorprendido Goyle, Draco sonrió pero Harry pudo ver que su sonrisa no era real, o eso le pareció al menos

— Gregory…— Draco extendió una mano hacia el fornido hombre y lo jaló un poco hacia él, dándole un no muy estrecho abrazo, Harry parpadeó solo un segundo antes de entender lo que Draco quería y colarse en el espacio que había dejado el cuerpo de Goyle y entrar

— ¿Y esta sorpresa…? tu por aquí— pregunto Goyle alejándose un poco de Draco para verlo mejor, la sonrisa de Draco desapareció un poco.

—Amigo, necesito hablar contigo— dijo mientras pasaba una mano por su hombro y lo hacía entrar a la casa.

El lugar se veía desastroso, apenas había un par de sillas y una mesa de madera vieja en el centro de lo que debía ser la sala, una de las puertas de los lados estaba sujeta solo con una bisagra, dejando ver el fondo de lo que al parecer era la cocina, las paredes estaban desnudas, sin un solo adorno, Harry frunció el ceño, según el informe del ministerio se había constatado aquel como el hogar de Goyle, pero simplemente no se imaginaba a alguien viviendo así, aunque aun tenía en la memoria los recuerdos de donde había vivido la madre de Voldemort antes de escaparse. El piso de madera crujía levemente con sus pisadas así que se quedo quieto en medio de la sala, solo observando a los otros dos hombres hablando.

— Draco… no pensé que supieras donde vivo— afirmó Goyle mientras apoyaba los codos en la mesa, la cual emitió un pequeño chirrido de protesta.

— Lo cierto es que lo he averiguado recién hoy…— Draco dio una mirada al lugar — ¿Por qué nunca me pediste ayuda? Yo te hubiera ayudado, aun puedo hacerlo— la mirada de Draco se veía preocupada ante la situación en la que su amigo vivía ahora.

—Ya lo sabes, después que el ministerio se llevó todo, no lo pude recuperar… no soy tan bueno como tu en los negocios, ni tengo tu suerte.

—Tonterías, debiste buscarme cuando todo se puso feo, en un principio te dejaron algo de oro…— replicó Draco, cada vez más confiado de que su amigo no tenía nada que ver en el asunto, aunque de todas maneras tendría que preguntar. — Ahora tengo un grave problema…— dijo acercando mas el cuerpo hacia Goyle, a través de la mesa, aunque sin rozar con sus túnicas la polvorienta mesa — Mi hijo, Scorpius, ¿lo recuerdas?

—Claro que si, un niño gracioso, es muy parecido a ti…

—Lo es… a él tu le caías bien, solo lo fuiste a ver un par de veces antes de que entrara a la escuela…— le recordó Draco.

—Si, luego las cosas se pusieron feas…— dijo Goyle con aire ausente — ¿Que pasa con él?

—Parece que se lo han llevado un grupo que dice estar vengando la muerte del Lord…— miró mas atentamente a Goyle, que había puesto su típica expresión de sorpresa, la que le recordó tanto a la época de escuela — ¿Tu has oído algo sobre ellos…?— Goyle negó rápidamente con la cabeza —Cualquier cosa, cualquier rumor… lo que sea— casi rogó al final.

—Lamento que se hayan llevado a tu hijo, Draco— Goyle se pasó una mano por la frente —Pero no tengo nada que decirte al respecto…

Draco apretó los labios hasta convertirlos en una fina línea — ¿Ni siquiera algún rumor de alguno de nuestros ex - compañeros?

— Desde que la guerra acabó no he tenido contacto con ninguno, ya nadie me busca, al fin mis amigos eran solo tú y Crable

Draco se sintió peor aun, sabía a que iba la acusación, pero no estaba con ganas ni con el tiempo de escucharla, aunque si hizo una nota mental de que cuando todo acabara y encontrara a Scorpius, por que claro que lo encontraría, luego de eso, ayudaría a su amigo.

—-Debo irme ya…— dijo poniéndose de pie Draco.

—Oh, entiendo…

—Tengo que encontrar a mi hijo

—Si… suerte con eso— replicó Goyle sin mucho entusiasmo en la voz

Draco esperó un par de segundos, pensó que tal vez Goyle le ofreciera su ayuda, pero se dio cuenta que aquello no ocurriría cuando el hombre caminó hacia la puerta.

Harry aprovechó el movimiento para caminar también hacia la puerta y en cuanto Goyle la abrió y se giró para dejar pasar a Draco se escurrió en el pequeño espacio, Draco daba miradas preocupadas alrededor mientras estrechaba la mano de Goyle una vez más.

En cuanto la puerta se cerró Draco caminó con pasos firmes y largos hacia aquel callejón en el que se habían aparecido, esperando que Harry estuviera con él.

Harry avanzó detrás de Draco solo un par de pasos antes de girar hacia la casa y ver como por la ventana sucia el rostro de Goyle miraba a Draco caminar, su expresión era totalmente diferente a la que había mostrado minutos antes, y aquello en definitiva le dio mal a espina, Goyle se quedó mirando atentamente hasta que Draco desapareció de su campo de vista antes de desaparecer de la ventana, Harry volvió sobre sus pasos y pegó el oído a la puerta, otra vez el ruido de madera siendo arrastrada sobre el piso. Allí pasaba algo, concluyó antes de alcanzar a Draco en el callejón.

—Mierda, Potter, ¿donde estas?— gruñía Draco mirando a un lado y otro del callejón, Harry caminó suavemente hasta pararse detrás de él

—Aquí— dijo con voz normal, sin embargo Draco pegó un bote en el piso y casi cae por el susto.

—Imbécil…— murmuró Draco mientras alisaba su túnica.

—Ya… — dijo Harry agitando una mano —En esa casa hay algo raro— afirmó

—Si, un hombre viviendo al borde de la indigencia…— Había cierto sentimiento de resignación en la voz de Draco.

—No, no me refiero a eso, cuando hemos llegado hemos escuchado ruidos, y no hemos descubierto por que pueden haber sido provocados, y cuando hemos salido esos ruidos se han vuelto a repetir

—Yo no he escuchado nada al salir— respondió Draco mientras miraba en la lista de nombres por visitar

—Por que él ha estado observándote hasta que desapareciste antes de hacerlo

—Tal vez ha puesto la mesa contra la puerta… no tenía pinta de encontrarse muy cuerdo ¿sabes?

—Pudo levitarla…

—No, no pudo, aquí dice que no porta varita, que la perdió hace unos años y que no ha podido comprar otra— afirmó Draco levantando el pergamino donde estaba el informe acerca de Goyle.

—Pero…

— En serio, Potter, es como si acusara a tus amigos de ser culpables…

—No es lo mismo, a él no lo ves desde hace mucho tiempo y…

— ¿Es por que es un ex – mortífago verdad?— interrumpió Draco

— Te recuerdo que son ex – mortífagos los que tienen a los niños

— Goyle no— dijo Draco con fiereza en la voz, Harry estuvo a punto de replicar, pero decidió guardarse su opinión, no necesitaba esa pelea en ese momento.

— Vamos por los siguientes, creo que podemos ir anotando a los primeros entre la lista de los sospechosos— afirmó Harry.

Draco hizo un asentimiento y le pasó la carpeta a Harry —Toca Zabinni

Ambos aparecieron en lo que era una casa de campo, alejada de la ciudad de Manchester, repitieron lo mismo que con Goyle, Harry se cubrió con la capa de invisibilidad y entró junto con Draco a la casa, donde Zabinni vivía con su esposa, Linda, una Hufflepuff que iba un año atrás de ellos en Hogwarts, y sus dos hijos, se mostró bastante preocupado por Scorpius, y le confesó a Draco haber tenido una visita similar, de un grupo de magos encabezados por Nott y Warrington, para que se uniera a ellos, unos cuatro años atrás, pero que se había negado, le dio los nombres a Draco y se ofreció a ayudar en cualquier cosa que fuera posible, Harry notaba que la casa de Zabinni era pequeña, pero estaba limpia y se respiraba a hogar, todo lo opuesto a lo que había pasado con Goyle, la idea de que Goyle estuviera metido en eso le parecía cada vez mas probable.

Cuando ya caía la tarde, la sospecha de que algo extraño estaba pasando en el ministerio, era casi una realidad pues los informes de algunos de los ex - mortífagos indicaban sitios inexistentes o casuchas abandonadas, lo malo es que no les alcanzaría el tiempo para revisar todos los informes sobre ex – mortifagos y cerciorarse de cuantos estaban realmente desaparecidos.

Harry abrió la puerta de su oficina y dejó pasar a Draco primero, en cuanto cerró la puerta pudo ver a Hermione sentada en el pequeño sofá que Draco había transformado, estaba pálida y retorciéndose las manos nerviosamente, con un libro sobre las piernas, la chica levantó el rostro hacia ellos y se puso de pie.

— ¿Qué ha pasado Hermione?— preguntó Harry mientras la alcanzaba.

—Hola… no ha pasado nada…— dijo ella con un gesto que a Harry le transmitía solo mas preocupación, giró hacia Draco e hizo un pequeño asentimiento — Hola Malfoy… lamento lo de Scorpius

— Hola… Gracias— dijo hacia Hermione antes de dirigirse a Harry — Voy a llamar al mendimago, para ver como va Astoria, usaré tu chimenea privada— informó mientras caminaba hacia una de las puertas laterales de la oficina de Harry, que Draco ya sabía llevaba a un pequeño salón con una chimenea para comunicación flú sin restricciones ni vigilancia.

Harry asintió para mirar luego a Hermione, en cuanto la puerta se cerró habló —Dímelo

—Verás Harry, yo he estado investigando un poco, se me hacía muy raro que después de tantos años los mortífagos quisieran juntarse y atacar…

—Hemos descubierto que están juntos desde hace mucho tiempo, no es algo reciente— dijo Harry mientras se sentaba junto a su amiga en el sofá y sacaba un cigarro.

—Pensé que ya lo habías dejado— dijo ella señalando hacia el cigarro encendido.

— ¿Que fue lo que encontraste?— preguntó Harry ignorando por completo la queja de su amiga.

Hermione negó con la cabeza mientras empezaba a hojear el libro que tenía sobre las piernas —Hay una teoría… es del tipo que Luna creería, pero después de todo lo que hemos visto…— dio un suspiro mientras le pasaba el libro a Harry. —Aquí dice que una vez cada 100 años el portal que separa el mundo de los muertos y el de los vivos se hace casi inexistente… Es el mejor momento para los espiritistas, para lograr contacto con los muertos y…

Harry miraba atentamente el dibujo de una puerta con muchos brazos putrefactos atravesándola — ¿Estas insinuando…?

—Busque un poco mas de información, por que allí solo mencionan la teoría— siguió hablando la chica —y hay algunas referencias de grupos que han intentado llevarlo a cabo…

—Hermione… ¿te das cuenta de lo que estas diciendo?— preguntó Harry cerrando el libro de golpe —Es absurdo, primero tendríamos que buscar una línea de tiempo que nos diera la fecha en que eso sucedería, si es que en realidad sucediera, claro esta

—Estuve leyendo un poco de historia y… — sacó un pergamino arrugado del bolsillo y se lo pasó a Harry, quien no pudo evitar notar como le temblaban las manos a la chica — también he hecho cálculos…— Harry veía los números y anotaciones, con pulcra y ajustada letra dispersos sobre el viejo pergamino —Yo creo…— le dio una mirada mas a Harry y su tono cambió, dejó de titubear y empezó a hablar con esa voz firme y fuerte que la caracterizaba —No, yo estoy segura que aquel portal se abrirá en unos cuantos días mas, exactamente el día 26 de junio, es decir en solo 4 días

***0o0***

Goyle bajó las escaleras todo lo rápido que le permitía su pierna lastimada, hasta que llegó al pequeño sótano, —Ya se ha ido— dijo hacia el grupo.

— ¿Y que era lo que quería?— preguntó Nott paseando de un lado a otro dentro del pequeño espacio libre.

— Preguntó por su hijo… dijo que sabía que habían sido ex – mortífagos, aunque no preguntó directamente por ninguno de ustedes

—Te dije que había sido mala idea el ir a verlo hace años— acusó Millicent hacia Nott.

— Lo hecho, hecho está— intervino Urubiel con voz calmada, —lo importante es averiguar si es que Malfoy esta trabajando con Potter en esto

— ¡Ja! Eso sería algo imposible— afirmó Millicent con burla —No creo que esos dos puedan estar solos en una habitación sin matarse…

— ¿Quién sabe… las cosas han cambiado… Malfoy es un traidor no me sorprendería mucho que ahora se una al ministerio o a Potter— dijo Nott.

— Buscaré a nuestro contacto en el ministerio para ver si es que sabe algo— dijo Grahan antes de hacer una reverencia y desaparecerse.

—Creo que hay que alimentarlos, no queremos que se nos mueran de hambre antes de la gran función…— dijo Nott hacia Goyle, que hizo un ligero asentimiento y atravesó la estancia para perderse por una de las puertas.

—El profeta aun no ha informado nada de esto… supongo que Potter debe haber movido sus influencias— comentó Millicent mientras volvía a su lectura del diario.

—Es mejor así… cuando sea el momento de anunciar nuestra victoria querré la exclusiva

Millicent sonrió malévolamente.

***0o0***

—Señor Malfoy, supongo que sabe que no la podemos tener en ese estado por muchos más días

—Si, lo sé…

—Cuando ella despierte estará mucho mas calmada, por efecto de las pociones, la estaremos cuidando— afirmó el mendimago dándole una mirada reconfortante a Draco.

—Bien…— Draco dio un suspiro de resignación —Suspendan la poción, si ocurre algo dígale a mi elfo que me busque, él sabe como encontrarme

—Si, señor Malfoy— la imagen de la chimenea desapareció y Draco se dejó caer completamente sentado en el frío piso, Astoria era una mujer muy fuerte, Draco lo sabía, se lo había demostrado en infinidad de ocasiones, pero esta situación la sobrepasaba, al igual que a mi, tuvo que admitir antes de ponerse de pie y cruzar la puerta que lo separaba de la oficina de Harry, donde encontró a Harry dando vueltas alrededor de todo el largo de la oficina y a Hermione mirándolo en silencio.

—Cuatro días… solo cuatro días…

— ¿Cuatro días para que?— preguntó Draco cruzándose de brazos y mirando fijamente a Harry, el corazón le latía con fuerza por el terror de la respuesta.

—Malfoy, siéntate— ordenó Harry a Draco mientras señalaba un sitio al lado de Hermione.

Draco caminó en silencio y se sentó mirando ahora a Hermione con preocupación.

Hermione quedó ligeramente asombrada de la rapidez con la que Draco había obedecido a Harry, pues para ser dos hombres que de niños se llevaban a las patadas se estaban comportando de la manera mas civilizada posible, —Debe ser por los niños— se dijo con pena, imaginando a esos dos niños secuestrados quien sabe en que condiciones.

—Hermione tiene una teoría de lo que pueden estar planeando…

— ¿Una teoría?— preguntó Draco hacia Hermione.

—Estoy casi segura…— afirmó Hermione antes de empezar a explicar a Draco lo que había averiguado

Harry permaneció de pie mientras miraba como Draco se mostraba cada vez mucho mas preocupado y asustado a cada palabra que Hermione daba, cuando finalmente ella terminó Draco cubrió su rostro con las manos y dio un fuerte resoplido antes de apartarlas nuevamente

—Tenemos solo cuatro días, Potter

—Lo sé, aunque…

— ¿Ellos pueden usar a Albus verdad?— preguntó Draco hacia Hermione, —Por eso querían a los chicos Potter, es mas que una venganza…

—Si, ellos son un ingrediente mas…— aseguró Hermione dándole una mirada de pena a Harry.

—Pero tal vez no ocurra…— intervino Harry, sin embargo Draco ni Hermione le dieron importancia.

—Pero solo tienen a uno…— continuó Draco.

—Si, y los demás están a salvo, en casa, pero con uno de ellos puede bastar…

—Entonces necesitamos la lista detallada de todos los posibles ingredientes que se necesiten para ese hechizo…— dijo Draco mientras que se ponía de pie.

—Yo tengo algunos datos, la mayoría son…

— ¡Hey! en serio, Malfoy, solo es una teoría— interrumpió Harry, exasperado por que no le prestaban mayor atención, tanto Draco como Hermione lo miraron con el ceño fruncido

— ¿Tienes algo mejor, Potter?

—No, pero…

—Y ellos lo dijeron en el letrero que dejaron: “la sangre de tu hijo nos servirá para redimir la muerte de nuestro señor”

—Si, pero pueden ser solo palabras…

—Pero sería demasiada casualidad— argumentó Hermione

—Pues…

—Entonces podemos empezar con lo que piensa Granger… no sería la primera vez que acierta ¿no?

Hermione parpadeó y miró a Draco no creyendo lo que escuchaba, Harry abrió la boca y la cerró varias veces, incapaz de contestar,

— ¿No?— repitió Draco y Harry se aclaró la garganta

—Podemos… podemos encargar a un par de aurores…

—No— dijo Draco poniéndose de pie.

— ¿Qué?— preguntaron Harry y Hermione a la vez

—No… es mas que obvio, Potter ¿Cómo es que no te has dado cuenta?— dijo Draco bajando la voz hasta casi un murmullo y a punto de preguntarle como demonios había llegado a ser jefe de los aurores siendo tan confiado.

—Entiendo tus teorías, pero esta es mi oficina, es seguro— explicó Harry hacia Draco, con cara de “te estas pasando de miedoso”

—Tu casa supuestamente era segura y fue atacada, tus informes están alterados o son falsos, ¿En serio necesitas mas pruebas?— preguntó Draco mientras tomaba a Harry de un brazo y jalaba a Hermione con el otro brazo.

—Pero que demonios…— murmuró Hermione mientras Draco los arrastraba a los dos hacia la sala donde estaba la chimenea de Harry.

—A la mansión, ahora— murmuró Draco hacia Harry, haciéndole un gesto para que entrara a la chimenea, Harry le dio una mirada de frustración pero obedeció y se metió dentro de la chimenea.

—A la mansión Malfoy— Harry se vio en vuelto en aquel vertiginoso tubo, que a su parecer era demasiado apretado, veía los retazos de lo que debían ser otras chimeneas hasta que finalmente cayó en una sala amplia, el piso y las paredes eran blancas, los ventanales tenían las cortinas abiertas de par en par, dejando entrar los últimos rayos de sol de aquel día, miró alrededor, pero no había ningún mueble ni nada, así que se quedo de pie a un lado esperando por los otros dos, la verdad es que no recordaba que la mansión fuera así cuando hace mas de 20 años había estado allí, —20 años…— murmuró en voz alta, no creyendo la cantidad de tiempo que había pasado desde entonces, casi ni se había dado cuenta, el sonido de alguien llegando lo hizo mirar con atención a la chimenea, Hermione apareció, trastabilló pero se mantuvo en pie, unos segundos después Draco apareció también.

—Ahora si, estamos en un lugar mas seguro— murmuró mientras le pasaba una gran cantidad de carpetas y libros que traía en la mano a Harry.

— ¿De donde has sacado esto?

—Pues de tu oficina, de donde mas— dijo Draco mientras les indicaba que lo siguieran.

— Este sitio esta muy cambiado…— afirmó Hermione en voz baja hacia Harry, sin embargo Draco se detuvo por un instante, aunque no volteó,

— La cambié totalmente una vez que mi padre fue mandado al extranjero… no era un lugar muy cálido en ese entonces

—Esta… esta muy bien ahora— murmuró Hermione, Harry observó como sus mejillas se coloreaban un poco, y no la pudo culpar, en aquel sitio Bellatrix, la tía de Draco, había torturado a Hermione.

Draco abrió la puerta y un elfo apareció delante de ellos — ¡El señor ha vuelto!— exclamó con alegría, Harry se sorprendió de aquel detalle, hasta donde sabía los elfos, sobre todo los de la mansión Malfoy no eran muy bien tratados.

—Hola, Xylon, estaremos en el estudio, has que lleven algo de comer

—Si, señor…— dijo el elfo dándoles una mirada curiosa a Harry y Hermione —Señor… el amito Scorpius…

Draco negó suavemente y las orejas puntiagudas del elfo se inclinaron hacia abajo, como con pena, el elfo hizo un asentimiento más y luego desapareció.

Draco continuó caminando delante de Harry y Hermione hasta una gran puerta de madera brillante, cuando la abrió dejo ver su gran estudio, un lugar con libreros de pared a pared, en el centro un gran escritorio, unos cuantos muebles y una chimenea, que permanecía apagada.

Draco dejó caer todos los libros y carpetas que habían sacado sobre el escritorio y se sentó en su silla, luego les indicó a Hermione y Harry que se sentaran al otro lado.

— ¿A que se referían con que los informes del ministerio estaban alterados?— preguntó Hermione con el ceño fruncido mientras empezaba a hojear la carpeta que Harry y Draco habían estado usando.

Harry y Draco no tardaron mucho en ponerla al corriente de lo ocurrido.

— No creo que ninguno de los aurores se arriesgue a firmar con su nombre una información falsa— explicó Harry.

— Cierto— coincidió Draco —Sería como delatarse

— Por lo que lo más probable es que alguien con acceso a los informes haya manipulado la información…— continuó Harry mientras Hermione seguía escribiendo en un pergamino rápidamente.

— Y de seguro que ha sido el día de ayer, u hoy a mas tardar— aportó Draco.

— Por que ya sabían que Albus había sido secuestrado…— Harry se recostó sobre la mesa cruzándose de brazos.

—O por que se suponía que los tres debían ser secuestrados, no creo que lo hayan hecho luego de la voz de alarma, hubiera tenido demasiada gente alrededor…— dijo Hermione dejando de escribir.

— Por este lado no iremos muy lejos, tenemos ya algunos sospechosos, y no tenemos tiempo para buscar a los corruptos en el ministerio… — Draco bebió un poco de la taza de café que Xylon le había llevado.

—Yo tengo ya la lista completa…— Hermione le dio un pergamino a cada uno — La he dividido en dos partes, Ustedes pueden ir por su lado y yo buscaré a George para que me ayude

Draco le dio una mirada al reloj de pared, 7:15 PM —Si nos apresuramos podemos encontrar algunos sitios abiertos en el callejón Knuts…

—La gente que comercializa esto trabaja sobre todo de noche —le dijo Harry mientras terminaba de leer la lista que le daba Hermione, habían pociones y posibles objetos—Y no en el callejón Knuts

—Entonces…— dijo Hermione mientras se ponía de pie —Si me permites tu chimenea iré a ver a George

***0o0***

¿Qué es lo que te pasa?— preguntó Albus, había por fin arrinconado a Scorpius en uno de los pasillos solitarios del séptimo piso, rumbo a la lechucería, ese día en la tarde ya debían volver a casa para las vacaciones de verano y desde varios días atrás Scorpius lo había estado ignorando y no sabía la razón.

Suéltame…— pidió Scorpius mientras empujaba un poco el cuerpo de Albus —No sé de que me estas hablando

No te soltaré hasta que me digas por que estas esquivo conmigo durante estos últimos días, ¿Te he hecho algo?— preguntó Albus pegando a Scorpius contra la pared nuevamente. Con sus manos sujetó las muñecas de Scorpius y las pegó a la pared.

No me has hecho nada… y ahora déjame que tengo que enviarle esta carta a mi padre antes de partir

Scorpius, te conozco, soy tu amigo, y no soy lo suficiente idiota como para no darme cuenta que algo te sucede…

El aliento de Albus cerca de su rostro y la cercanía de su cuerpo eran demasiado perturbadores como para dejarlo pensar con claridad, pero aun así no había forma que le dijera que estaba celoso por que le había escuchado ese Ravenclaw, un tal Maiwen, presumiendo de lo bien que lo había pasado con Albus, o lo bien que lo pasarían en el verano, Albus le había dicho días antes que era solo un amigo, que nada había ocurrido, pero al parecer le había mentido, en un principio quiso convencerse que lo que le dolía era que su amigo no hubiera sido honesto con él, pero pronto se dio cuenta que no era eso lo que le molestaba, no señor, estaba celoso, eso era, completa y absolutamente celoso, y lo peor de todo era que estaba ya muy convencido que no podía tener ninguna oportunidad con Albus, y dolía, diablos que dolía, como nunca nada le había dolido, no podía esperar a salir de la escuela para refugiarse en su habitación y no salir por lo menos hasta el próximo curso, tal vez por el resto de la vida si es que su madre se lo permitía. — Albus… no me ocurre nada…— murmuró al fin, podía sentir como sus mejillas se calentaban mas a cada instante, y la mirada furiosa de Albus se iba suavizando poco a poco.

Rose tiene una teoría— dijo Albus en un susurro mucho mas calmado —Yo… yo creo…— tragó grueso, preguntar aquello era mucho más difícil de lo que creía, podía ver como Scorpius estaba sonrojado y con la frente perlada por el sudor, — ¿Es por lo que ha dicho Maiwen? ¿Por qué ha dicho que él y yo estamos juntos?

No…— Scorpius se removió tratando de soltarse del agarre de Albus, pero este no se movió ni un centímetro, trató de poner su voz mas neutral antes de continuar — Lo que hagas con el cara-de-perro Maiwen me tiene sin cuidado

Scorpius…

En serio, Al, si no me lo quisiste contar en un principio no me importa, ahora estoy muy ocupado como para escuchar…— Scorpius no pudo terminar de hablar, los labios de Albus sobre sus propios labios ahogaron las últimas palabras, cerró los ojos mientras sentía como una lengua empezaba a delinear lenta y tentadoramente su labio inferior.

Albus dio un suspiro cuando Scorpius abrió un poco mas la boca y dejó que su lengua entrara y se deleitara con aquel sabor que tanto había deseado, se la estaba jugando, y lo sabía, podía echar a perder su amistad, pero no podía dejar de intentarlo.

Era mucho mejor de lo que nunca había imaginado, realmente lo era, esa boca, esa lengua, esas suaves mordidas sobre sus labios, el aroma y la presencia de Albus, todo era cien veces mejor, sin embargo la probabilidad de que estuviera besando al novio de alguien mas, al novio de ese tal Maiwen, le hizo de pronto sentir mal, tuvo que usar toda la fuerza de voluntad del mundo para girar el rostro y terminar el beso, Albus aun lo tenía sujeto por las muñecas contra la pared, así que no pudo cubrir su rostro como tanto deseaba, por la vergüenza. Cerró los ojos y apoyó la mejilla sobre la fría pared, el contacto se sentía reconfortante contra el calor de su rostro, le costaba respirar, y escuchaba como Albus también respiraba entrecortadamente.

¿Scorpius…?— murmuró Albus confundido, solo unos segundos antes lo había estado besando, y le había estado contestando, y ahora parecía que todo se había echado a perder.

Vete…

Albus le dio una mirada mas, su rostro bastante sonrojado y girado a un lado, la respiración agitada y los ojos cerrados, soltó suavemente el agarre de las muñecas de Scorpius — Lo… lo siento— dijo antes de echar a correr por el corredor hacia las escaleras que lo llevarían a su propio dormitorio.

Scorpius no se movió durante algún tiempo, su cuerpo empezó a temblar, y por su mente pasaron miles de recuerdos que tenía junto a Albus, cuando todo era mas simple, cuando no se había dado cuenta que estaba enamorado de él. Pero Albus lo había besado. Y había sido un beso que expresaba tantas cosas. Aun así estaba el tema de Maiwen, ¿acaso era ahora su novio?, Albus no lo había negado, tampoco lo había admitido, lo cierto es que no le había dado oportunidad a responder. — ¡Demonios!— gruñó, su mente se había convertido en una gran caldero lleno de miles de preguntas y posibilidades, se sentía cada vez mas inseguro, con mas miedo y con mas pena, le había encantado aquel beso, se maldijo por haberlo arruinado, por haberle dicho a Albus que se fuera. Ahora la posibilidad de pedirle a sus padres que lo dejaran permanecer en su habitación durante unos cuantos años no le pareció tan descabellada.

***0o0***

Scorpius abrió los ojos de golpe, la oscuridad del sitio donde se encontraba no había variado en lo absoluto, se dio cuenta que tenía un gran dolor de cabeza y de espalda, debido a la posición en la que se encontraba, sentado sobre aquella incomoda silla, ¿Cuánto tiempo ya llevaba allí? ¿Qué era lo que esperaban aquellos hombres? Pese a que sus brazos aun estaban atados hacia atrás trató de enderezarse, el dolor en la espalda aumentó y soltó un pequeño gemido antes de volver a encorvarse, el ruido de una puerta abriéndose lo hizo levantar el rostro ligeramente, la luz que iluminaba las afueras del sitio donde se encontraba no le dejó ver bien a la persona que entraba, la puerta se cerró y por unos segundos todo quedó a oscuras nuevamente, su corazón empezó a latir con mas fuerza, no le agradaba para nada la idea de estar tan indefenso en una celda oscura con alguien a quien ni siquiera podía ver, pero pronto las paredes se iluminaron, habían antorchas colgadas a los lados, la luz lo hizo parpadear un poco, hasta que sus ojos por fin se pudieron acostumbrar, delante suyo un hombre alto y fornido, con una máscara blanca en el rostro lo miraba atentamente, a Scorpius le parecía, por la contextura, uno de los que había estado presente cuando lo sacaron de la casa de Albus, pero no podía estar seguro, el hombre traía en las manos una bandeja con un plato tapado.

—Te desamarraré para que puedas usar el baño y luego comas un poco— su voz sonaba mucho mas suave de lo que se podía esperar de alguien de ese tamaño, Scorpius hizo un ligero asentimiento y sintió como los amarres de sus brazos y piernas se soltaban, como un resorte se puso en pie de un salto, los dolores de espalda y de cabeza ahora fueron acompañados por uno en las piernas, las empezó a sacudir una por una durante un momento, mientras el hombre dejaba en el piso la pequeña bandeja, lo tomó de un brazo y lo jaló hasta otra puerta que no había notado, al otro lado de la celda —Tienes solo un par de minutos, te recomiendo no hacer ninguna estupidez

Scorpius le dio una mirada de odio antes de entrar en el pequeño baño, solo había un orinal y un pequeño lavabo, sin espejos ni ducha, no había notado las ganas que tenía de usar el baño hasta que lo habían metido allí, se mojó el rostro, con bastante agua, la camiseta oscura terminó ligeramente empapada, tomó un par de bocanadas de aire y luego trató de acomodar su cabello un poco, aunque sabía que era algo innecesario, los golpes en la puerta le hicieron comprender que el tiempo se había terminado, salió y se sentó nuevamente en la silla, el hombre le puso la bandeja sobre las piernas.

—No te mantendremos atado si es que no te portas mal— la voz de ese hombre era bastante pausada, calmada. —Pero si intentas algo, o te pones a gritar como un loco entonces tendremos que amarrarte de nuevo

— Esta bien…— murmuró Scorpius sorprendiéndose de lo ronca que sonaba su voz, el hombre le señaló la bandeja, donde había un gran vaso con un líquido claro.

—Bebe… te hará bien

Scorpius tomó el vaso entre las manos y le dio una mirada preocupada, no sabía si realmente era muy seguro beber aquello.

—No lo hemos envenenado, si es lo que te preocupa— explicó el hombre.

Scorpius asintió y dio un sorbo, era un líquido dulce, no lo supo identificar, pero sintió un gran alivio en la garganta conforme el líquido pasaba, miró una vez mas al hombre, el había dicho si intentaba algo o se portaba mal, no había dicho nada sobre preguntas, —¿Albus…? ¿Él está…?

— ¿Vivo?— dijo el hombre mientras caminaba hacia la puerta —Si, por ahora lo está…— le dio una última mirada antes de salir y cerrar la puerta, dejándolo solo nuevamente, Scorpius se quedó durante algún tiempo confundido, mirando hacia la puerta cerrada, como si esta le fuera a dar alguna respuesta sobre lo que quería saber, había dicho por ahora lo está, que quería decir eso, ¿que en algún momento ya no lo estaría? Miró hacia la bandeja una vez mas, destapó el plato que le habían traído, era uno de plástico, contenía un pequeño pedazo de carne y unas cuantas patatas hervidas, no había cubiertos, por lo que sabía que debía usar las manos si quería comer, dudó durante algunos minutos mas, hasta que se convenció que debía comer algo de todas maneras, no sabía cuanto tiempo llevaba ya allí, pero el estomago le rugía como si no hubiera comido en semanas, esperaba no haber estado tanto tiempo encerrado, los dedos le temblaban ligeramente cuando tomó una de las patatas hervidas y se la llevó a la boca.

***0o0***

Draco sujetó su varita con bastante fuerza, dentro del bolsillo de la oscura capa, Harry le había hecho un par de hechizos de transfiguración y su cabello y una ligera barba oscura habían reemplazado a su platinada cabellera, sus ojos habían cambiado a un color mucho mas oscuro y común, tenía que admitir que Potter había mejorado con el tiempo en lo que a hechizos se refería, pues le fue casi imposible encontrar algún rastro propio delante del espejo.

La oscuridad de la noche los envolvía mientras caminaban uno al lado del otro, Harry, que también había hecho unos cuantos cambios en si mismo, le hizo una ligera indicación con la cabeza, para que giraran en la esquina hacia el lado derecho, terminaron en una calle no tan angosta, sin salida, alrededor habían varios magos, luciendo túnicas oscuras y sucias, algunos bebían o fumaban apartados, otros mantenían la mirada fija en ellos, Harry caminaba con total calma mirando desinteresadamente a uno y otro lado, finalmente, cerca de la mitad de la calle se detuvo delante de un mago de piel oscura, tenía el cabello largo y enmarañado, los ojos rojos, irritados, por falta de sueño, supuso Draco.

— ¿Que hay Alertes?— preguntó Harry. Draco se asombró aun más de que Harry pudiera conocer a esa gente, incluso por sus nombres, trató de verse indiferente ante la situación, aunque sus dedos apretaron aun más la varita.

— ¡Hey, Milos!— dijo el hombre con una sonrisa mientras le tendía una mano a Harry. — Tiempo sin verte… pensé que tal vez te habían agarrado los del ministerio…— murmuró suavemente dándole una mirada de desconfianza a Draco.

— ¡Qué mas quisieran esos pendejos!— Harry torció la boca en una media sonrisa y Alertes también sonrió —Este de aquí— puso una mano sobre Draco y lo jaló un poco — Es familia mía, un primo, tiene unos cuantos negocios, en Escocia…

Alertes hizo un ligero asentimiento hacia Draco, y este, cada vez mas perdido en lo que estaba pasando, correspondió al saludo.

—Su nombre es Nicholas— continuó hablando Harry mientras se acercaba mas a Alertes, tratando de hablar mas confidencialmente —Hemos estado buscando en Escocia unos productos pero no hemos tenido suerte… tal vez tu nos puedas ayudar

Alertes le dio una mirada mas a Draco, Harry se maldijo internamente, todo hubiera sido mas fácil si Draco se hubiera quedado, pero el hombre no quería apartarse ni un momento, esperaba que aquello no tirara, no solo su plan si no también el trabajo en cubierto de muchos años por los suelos. —Vamos por un trago— dijo finalmente Alertes y Harry sonrió mientras lo seguían entre la gente hacia un bar que ya se conocía de memoria.

El ambiente del bar estaba cargado de humo, que flotaba sobre la cabeza de los que estaban bebiendo en las diferentes mesas y en la barra, Alertes los guió hacia el fondo, donde había una mesa vacía y algo apartada, Draco supuso que sería una mesa propia, separada para aquel tipo de conversaciones.

— ¿Y en que es lo que andas ahora Milos?— le preguntó Alertes mientras una rolliza mujer que sonrió a Harry como si lo conociera de siempre, les ponía sobre la mesa una botella de aguardiente que Draco no reconocía y tres vasos pequeños.

Harry sacó del bolsillo un paquete de cigarros y encendió uno, dio una larga calada mientras Alertes servía el licor en los pequeños vasos —Nos han contactado un grupo de magos que planean hacer un hechizo, no nos han querido decir cual exactamente pero nos piden algo muy extraño…

—Extraño eh… ¿Y que es?

—Necesito una gran cantidad de sidiki— dijo Harry antes de dar cuenta del contenido del pequeño vaso —Es una planta, de África…

—Si, sé de que se trata… es muy difícil de hallar…— comentó Alertes mientras rellenaba su vaso y el de Harry, le dio una mirada interrogante a Draco, éste dio un pequeño respingo, entendiendo que se suponía que él también debía beber, llevó el vaso a los labios y de un solo trago bebió su contenido, evitó hacer cualquier gesto mientras sentía como un ardor bajaba por su garganta y se instalaba en su estomago.

—Si… no sé que planean estos tipos, pero ya sabes, negocios son negocios— afirmó Harry dando cuenta de la segunda copa, Draco lo imitó inmediatamente, Harry evitó mirar a Draco, solo esperaba que el licor no le afectara tan rápidamente como para convertirse en una preocupación mas.

Alertes dio una calada mas al cigarro, con la mirada perdida, como tratando de recordar algo, luego se giró hacia Harry —He escuchado acerca de un cargamento, se trajo hace solo unas semanas, en condiciones adecuadas eso debe estar aun en buen estado, pero…

— ¿Pero?— se animó a preguntar Draco ante la duda del hombre

—Pero, es muy caro, lo trajo un tipo de la calle 59, te podría dar los datos, por una módica cantidad— sus ojos brillaron ligeramente, y Draco entendió que no sería en realidad una módica cantidad.

—Mmm— Harry bebió una tercera copa y apagó el cigarro contra el cenicero — ¿Sin certeza de que lo conseguiré?

—Bueno, tu sabes como es esto Milos, no siempre se gana…

—Pero hay que intentar hacerlo siempre— completó Harry, Draco no podía dejar de asombrarse de cada uno de los movimientos y frases de Harry, era como si fuera un hombre completamente diferente, no podía negar que era algo admirable, la frialdad de sangre que demostraba.

Alertes se acarició la barbilla, con aire meditabundo — Sé que aun tiene algo de mercadería, lo trajo para un pedido, pero se quedó con una pequeña cantidad, estuvo hace un par de días por aquí, es un dato seguro

— ¿Cuánto?— preguntó Harry mientras encendía otro cigarro, tenía la sensación de que terminaría fumando en ese corto tiempo y todo lo que no había fumado durante los últimos cinco años.

—100 galeones— dijo el hombre con seguridad.

— Vamos Alertes, solo es un nombre…— dijo Harry calmadamente mientras se acercaba mas al hombre, que dio un suspiro cansado.

—Vale… 90 galeones, es lo mejor que les puedo dar— Harry asintió y el hombre sacó un pergamino viejo y sucio del bolsillo, garabateó un par de cosas con ayuda de su varita y se lo tendió a Harry, que lo leyó y soltó una sonrisa.

— ¿Tanto tiempo negociando y aun usas esto?

—Los jodidos aurores se meten demasiado en nuestros asuntos…— murmuró Alertes a modo de disculpa.

—Ni que lo digas— replicó Harry mientras extendía una mano para que Draco le pasara el oro para pagar — Esos hijos de puta me tienen mas que harto…

— No solo a ti… no tienes idea de cuanto han bajado nuestros negocios…— dijo Alertes mientras daba una contada rápida al pequeño saquito de tela oscura que Harry le había pasado, hizo un ligero asentimiento y el pergamino que tenía Harry entre las manos emitió un muy ligero y rápido resplandor azul.

— Bien… un placer, como siempre, hacer negocios contigo, Alertes— dijo Harry poniéndose de pie, a su lado Draco se puso de pie también, ambos hicieron un ligero asentimiento hacia el hombre y atravesaron el bar en completo silencio, cuando llegaron a la calle Draco dio una gran bocanada de aire, Harry le miró de reojo, algo preocupado pero no comentó nada hasta que ambos terminaron de recorrer la calle llena de magos, algunos les daban miradas cautelosas, aunque mas de uno saludo a Harry con una inclinación de cabeza, hasta que por fin salieron de aquella calle, Draco sintió como Harry lo tomaba de un brazo y la sensación de dar vueltas le revolvió el estomago, cayeron en la entrada de la mansión

— ¿Por qué…?— Draco tomó aire, sintiéndose demasiado mareado y apoyando una mano en el hombro de Harry.

— ¿Te sientes bien?— preguntó Harry mirándolo con atención, aun debajo de los efectos de la transformación Draco estaba adquiriendo un color verdoso.

— ¿Por qué nos has traído fuera de la mansión?— Draco esperaba que la sensación de estar arrastrando las palabras fuera solo eso, una sensación y no una realidad de la cual Harry estuviera conciente.

— Por que lo he intentado pero la mansión me ha desviado hacia acá, supongo que no tengo autorización…— Harry se detuvo y sujeto a Draco con mas fuerza, esta vez de ambos brazos —¿Malfoy, estas…?

Draco quiso negar, pero la sensación de que el piso empezaba a moverse de una manera nada agradable, o la forma como sentía aquel licor caliente subiendo por su pecho no le permitieron mentir — ¿Qué coño era eso…?

—Ven— Dijo Harry mientras soltaba uno de los brazos de Draco y le ponía un par de dedos sobre la frente, Draco tiró la cabeza hacia atrás instintivamente, lo cual fue una mala idea, pues por la rapidez del movimiento los mareos se hicieron mas fuertes —Joder, quédate quieto, esto te ayudará— Draco suspiró y cerró los ojos tratando de relajarse para alejar la sensación de nauseas del estómago mientras sentía los fríos dedos de Harry sobre la frente, un pequeño aire frío se adentró en su rostro, y luego en el resto de su cuerpo, sentía como poco a poco los malestares iban disminuyendo.

— ¿Qué…?

—Hagamos algo, déjanos entrar a la mansión y te respondo lo que quieras— dijo Harry con impaciencia.

—Si…— dijo Draco mientras levantaba la varita, la reja hizo un chirrido y se abrió para dejarlos pasar, caminaron por el sendero hacia la entrada, Harry tuvo que reconocer que, incluso siendo de noche, el lugar lucía tranquilo y agradable, completamente diferente a todos los recuerdos que guardaba del sitio.

— ¿Qué era lo que tomamos?

— Un aguardiente, a base de maderas de un bosque mágico, al sur de Alemania, es una bebida muy fuerte, ese bar es uno de los pocos sitios en que la sirven

—Ya… y como es que tu…

— Costumbre— dijo Harry encogiéndose de hombros, —Y lo que te hice fue un pequeño hechizo de limpieza, elimina una gran parte del alcohol en tu sangre… solo sirve si estas ligeramente mareado, es por eso que aun debes tener algún efecto…

Draco asintió, —Con una poción para la resaca se me quitará

—Y luego podremos ir a ver a estos tipos de la 59

***0o0***

—Amor…— murmuró Ron mientras acariciaba suavemente el cabello de Hermione, que se había quedado dormida sobre un par de pergaminos en el escritorio del estudio.

—mmm— Hermione abrió lentamente los ojos y luego se enderezó de golpe — ¿Qué hora es?

—Son las 2 de la mañana, ven a la cama…

— ¡Oh No…!— Hermione ahogó un bostezo — George y yo encontramos un sitio donde estaban vendiendo huevos de Ahwinder… y pensaba ir a buscar a Harry para decídelo…— se dio un golpe en la frente — ¡Pero me he quedado dormida!

— No sabía que buscabas a Harry… pensé que aun estarías trabajando— dijo Ron mientras la jalaba para ponerse de pie —Ven vamos a dormir, mañana tendrás que ir al ministerio…

—Si… debo averiguar mas de esos informes…— Hermione pasó un brazo por la cintura de Ron y caminó junto a él hacia la salida del estudio.

— Además Harry se comunicó hace unas horas, me dijo que él y el hurón irían tras una pista, vendrán en la mañana, quiere ver a los niños

—Es buena idea… están muy afectados— Ambos entraron a la habitación matrimonial y Ron ayudó a Hermione a desprenderse de la ropa y ponerse el pijama

—Si, también Ginny, mamá ya no sabe que hacer con ella, se la pasa llorando o gritándole a todo el que se le acerca…

—Lo sé…— Hermione dio un suspiro mientras se abrazaba al cuerpo de su esposo en la cama. —No puedo ni imaginarme lo que ha de ser que te quiten a tu niño así…

—Ni yo… espero jamás tener que sentirlo— dijo Ron dándole un suave beso en la cabeza.

***0o0***

El corazón le latía con fuerza, nunca antes se había sentido tan nervioso/emocionado/asustado en su vida, era increíble descubrir que su corazón podía sentir tantas cosas a la vez, miró su reflejo en el espejo una vez mas, Lily le había dicho que esa camiseta le quedaba de fábula y que definitivamente Scorpius babearía por él en cuanto lo viera, Albus solo podía esperar que su hermana acertara nuevamente, ya lo había hecho cuando, después de contarle a ella, Hugo, Rose y un muy entrometido James lo que había pasado en el pasillo justo antes de volver a casa, le había sugerido que le escribiera, que tratara de hacer las paces con él, y que le explicara que no había nada entre Maiwen y él, y realmente había funcionado, Scorpius y él se habían carteado casi diariamente durante mas de un mes, hasta que finalmente Albus había propuesto encontrarse en Londres muggle, (claro que había usado una pequeña mentira al decir que iría con todos los chicos, pero esperaba que después de decirle a Scorpius lo que tenía que decirle éste le perdonara el engaño), y finalmente había llegado el momento, aquella tarde de julio.

¿Pero aun no te vas?— dijo Lily desde la puerta

Estoy aquí… es obvio que aun no me voy— contestó Albus con cierto sarcasmo en la voz mientras seguía mirando su reflejo en el espejo.

Ya… estás guapo… ahora ve antes que Scorpius piense que lo plantaste…

Ya, ya voy… — dijo Albus girándose para salir — ¿Me cubrirás si es que papá decide volver antes?

Claro que si…— dijo Lily aun sonriendo mientras ambos caminaban hacia la chimenea, —Bueno pues… que tengas suerte…— le dijo ella a modo de despedida.

¡Y no vuelvas a casa sin un novio!— gritó James apoyado en el marco de la puerta de la cocina.

Oh, ya calla— reprochó Albus mientras entraba a la chimenea

Nuestro enano esta creciendo, Lily ¿Lo ves?— dijo James con falsa emoción mientras abrazaba a su hermana por los hombros.

Albus le dio una sonrisa abochornada — ¡Al punto del verano!— pronto sus hermanos se perdieron de vista y apareció en un gran local, bastante iluminado y colorido, era un clásico punto de reunión para los alumnos de Hogwarts, se había abierto unos años atrás, y desde entonces cada vez que los compañeros de escuela se querían encontrar durante el verano, y lejos de las miradas de los padres iban allí, no por que vendieran cosas que sus padres prohibieran, o por que les dejaran hacer cosas inapropiadas, simplemente por que de alguna manera se sentían mucho mas libres en sitios sin supervisión.

Buenas tardes— dijo la voz de una chica muy guapa de, según calculó Albus, unos veinte años — ¿Vienes por una mesa?

No… — dijo Albus mientras extendía un par de monedas a la chica —Solo por la chimenea, gracias

De nada— dijo ella con una sonrisa antes de pararse delante de otro chico que había aparecido también vía chimenea, mientras Albus se alejaba y casi llegaba a la puerta de salida a Londres Muggle, escuchó a la chica hacerle la misma pregunta al nuevo chico —¿Vienes por una mesa?

El sol de verano de Londres le calentó la piel, mientras caminaba con extremada lentitud hacia el parque donde siempre se reunían con sus primos, Scorpius y los amigos de éste, de pronto aquella parte de su corazón que tenía miedo se hizo mas intensa, conforme avanzaba la posibilidad de ser rechazado y de perder a Scorpius para siempre se hizo mas fuerte.

Se dejó caer en una de las bancas del centro y se dedicó a mirar los autos pasar y las madres con sus niños jugando a un extremo, hasta que sintió a alguien sentándose a su lado,

Hola…— dijo tímidamente Scorpius, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas y su cabello un poco mas largo, cayéndole sobre los hombros y la frente, vestía una sencilla camiseta azul y unos pantalones de algodón oscuros, sus ojos azules brillaron con mas intensidad y Albus sonrió, definitivamente estaba enamorado de ese chico, ahora la pregunta era si es que era correspondido.

***0o0***

—Levanta mocoso— gritó una voz tosca y fuerte, Albus abrió los ojos pero inmediatamente los volvió a cerrar, pues la hasta ahora oscura celda estaba iluminada por unas cuantas antorchas y dado que se había pasado demasiado tiempo a oscuras la luz le lastimaba los ojos.

—Vamos, que no tengo toda la noche— volvió a gritar aquella voz, unos brazos lo jalaron y lo pusieron de pie, las sogas que lo sujetaban desaparecieron, y casi cae al piso por el entumecimiento en sus piernas, pero el hombre lo sujetó antes del impacto y lo puso de pie nuevamente.

—Espera…— gruñó Albus mientras se apoyaba en una pierna y sacudía la otra, repitiendo el proceso en sentido inverso.

—Ya, ya mocoso, esto es muy simple, allí esta el baño, entra y has lo que tengas que hacer, solo tienes dos minutos, no hay forma de escapar desde allí— explicaba el hombre mientras jalaba a Albus a través de la celda hacia una puerta gris que fácilmente se podía confundir con las paredes —Si es que intentas alguna tontería no te dejaremos solo ni para eso— Una sacudida mas a su cuerpo lo hizo girar el rostro para ver al hombre, un poco mas alto que él, y que tenía puesta aquella máscara blanca. — ¿Te quedó claro?

—S...Si señor— murmuró antes de ser empujado hacia el pequeño baño, que solo tenía un wc y un lavabo que se veía bastante sucio, dio un suspiro y se mojó la cara y el cabello con bastante agua, por alguna razón se sentía demasiado adormilado, sabía que llevaba muchas horas sin comer, pero le parecía que el cansancio era extremo, aun considerando eso.

—Bien… te quitaremos las ataduras— le dijo el hombre mientras le indicaba un rincón de la celda, al que Albus se dirigió obedientemente —Pero ya sabes, un ruido, un pequeño problema que me causes y no la contaras— el hombre se había ido acercando a Albus cada vez mas conforme hablaba, el chico se pegó contra la pared — ¿Pero que en la escuela ya no les enseñan a contestar a los mayores?— dijo con burla el hombre.

—Si… Si señor— respondió Albus, el hombre se alejó e hizo levitar una bandeja plástica hasta los pies de Albus.

—Come… mocoso, te necesitamos alimentado

—Señor…— dijo tímidamente Albus sin dejar de mirar la bandeja del piso — ¿Scorpius… él ya esta con su familia?

El hombre soltó una carcajada y se acercó de nuevo a Albus —No me colmes la paciencia, mocoso sangre sucia y come en silencio— lo dijo con una rabia en la voz que distaba mucho de la carcajada que había dado segundos antes, finalmente desapareció por la puerta y Albus se quedó solo nuevamente, se dejó caer apoyado en la pared hasta el piso y por un largo rato se quedó mirando la puerta, como si tratara de ver en ella lo que sea que estaba pasando fuera.

***0o0***

—Esta vez trata de tener pinta de ser malo, rudo ¿si?— dijo Harry hacia Draco mientras murmuraba hechizos para transfigurar su cabello y ojos nuevamente.

— ¿Rudo…?— murmuró Draco mientras se acariciaba suavemente la barbilla, ahora mas redonda.

—Si… como en la escuela— le dijo Harry, que lucía como Milos nuevamente.

Draco lo miró con el ceño fruncido —Yo no fingía, si era rudo

Harry puso los ojos en blanco —Pues vuelve a serlo… y vamos ya, que no quiero demorarme mucho

Ambos caminaron hasta una oscura taberna en uno de los barrios mas sucios y peligros que Draco jamás había visto, en uno de los extremos de la ciudad de Glóucester, sin embargo Harry seguía actuando como pez en el agua.

—Es hacia abajo— murmuró Harry suavemente mientras guiaba a Draco por en medio del bar, lleno de humo de cigarro y de las voces y carcajadas de borrachos, tropezó con un tipo que lo miró con los ojos vidriosos, y antes que el hombre siquiera pudiera reclamar algo, Draco estiró un brazo y lo apartó del camino, haciéndolo caer sobre una de las bancas. Harry volteó a mirarlo un segundo —Rudo…— murmuró.

Draco levantó el rostro con mas petulancia aun hasta que llegaron al inicio de unas escaleras de madera, se veían sucias y en algunos sitios parecía haber algún tipo de sustancia derramada, además del olor que salía de allí…

—Potter, allí apesta

Harry le dio una mirada furiosa —Milos…— dijo tan bajo que Draco tuvo que leer sus labios mas que escucharlo, y entonces comprendió que estuvo a punto de echar todo a perder, hizo un asentimiento sintiéndose ligeramente abochornado.

—Pero si apesta

—Si y mucho mas, abajo— dijo Harry mientras empezaba a bajar las escaleras.

Draco pronto lo alcanzó y poco a poco fueron descendiendo lo que al rubio le parecieron unos cinco pisos, los sonidos del bar habían ido apagándose, dejando solo el eco que producían sus propios pasos sobre la madera, las escaleras tenían espacio para que bajen hasta tres personas muy apretadas a la vez, estaban bastante gastadas, y las antorchas apenas iluminaban el camino, además que Draco tuvo que reconocer que efectivamente, mientras mas bajaban, la pestilencia era mayor, se preguntó que clase de gente podía estar un sitio como aquel, pero se abstuvo de intercambiar ningún comentario mas con Potter alias Milo.

Se detuvieron en un descanso, antes de dar la vuelta a las escaleras, Harry lo tomó del brazo y lo miró fijamente, —Escucha, el plan A es el que usamos en el bar con Alertes: trata de participar un poco más, pero sin que se te vea ansioso— murmuró suavemente, cerca de su oído.

—Entiendo…— respondió Draco, y Harry lo soltó y siguió avanzando, Draco quiso preguntar cual era el plan B, pero luego se pensó que lo mejor era no pensar en aquello por el momento.

Cuando las escaleras terminaron Draco se quedó de piedra mientras contemplaba lo que tenía enfrente, una gran cantidad de rocosas cuevas, iluminadas por antorchas en las entradas, en lo que de alguna manera debía ser la calle principal, habían algunas mujeres en grupos bebiendo y riendo escandalosamente, por aquí y por allá grupos de hombres y al parecer, (Draco estaba casi seguro) algunos vampiros y hombres lobos, era tan grande que con la vista no lo podía abarcar por completo, le dio una mirada mas de preocupación a Harry, pensando seriamente en que ese hombre realmente necesitaba cambiar su círculo de amigos.

—Vamos, es por acá— dijo Harry con un gesto hosco mientras empezaba a avanzar por uno de los lados de la calle. Draco se apresuró para no quedarse solo y trató de seguirle el ritmo, a su alrededor algunas mujeres y otros chicos, que a Draco le pareció no tendían mas de veinte años le sonreían y llamaban.

—Hey… Guapo— dijo una mujer, con el cabello oscuro y recogido en una larga trenza, delante de Harry, él le dio una mirada curiosa y sonrió

—Hey, linda— ronroneó Harry mientras Draco le daba una mirada asombrada.

— Tu y tu amigo se ven muy solitos…— canturreó la mujer mientras pasaba una mano por el pecho de Harry en un gesto que seguramente quiso ser sensual, Harry sonrió y detuvo la mano de la mujer por la muñeca.

—No estamos tan solos, preciosa, pero estoy seguro de que mi oro se siente mas cómodo conmigo— dijo sin dejar de sonreír, la mujer hizo un gesto molesto y Harry apretó aun mas la muñeca, provocando que esta abriera la mano, dejando caer el pequeño saquito con oro que Harry llevaba en el pecho, lo atrapó con la otra mano antes de que cayera al piso.

—Tu te lo pierdes…— dijo dándole una mirada mas a Harry y luego antes de girarse pasó un par de dedos por la mejilla de Draco que le devolvió una mirada fría, la mujer giró y se perdió en uno de los grupos de chicas alborotadas de la otra esquina.

—Sus trucos no cambian…— murmuró Harry mientras seguía avanzando, Draco no lo había notado hasta ese momento, pero aquellas cuevas estaban divididas en grupos, y al parecer a la que ellos iban estaba alejada del camino principal, vio como Harry metía la mano en el bolsillo en el que sabía que cargaba la varita, y supuso que si Harry que al parecer se conocía estos sitios como su casa se mantenía alerta para un ataque él no podía hacer lo menos así que imitó al moreno y metió la mano en el bolsillo sujetando con fuerza su varita.

Caminaron en silencio, aunque alrededor podía escuchar el eco de conversaciones, carcajadas, peleas y algunos sonidos nada inocentes, conforme avanzaban el olor a podredumbre y suciedad se hacía mas fuerte, Draco supuso que estarían llegando al centro de aquel sitio cuando Harry levantó una mano indicándole que se detuviera, miró a un lado y otro, había una entrada rocosa, había que trepar para entrar, el interior estaba oscuro.

Harry metió la cabeza a la oscura cueva, si no se equivocaba el contacto que le había dado Alertes debía estar allí, por lo menos allí lo había encontrado la última vez que lo vio unos meses atrás, y desde entonces nadie se había metido con él, así que en realidad no había razones para que se mudara. El penetrante olor de humo de pipa y Alcohol rancio confirmaron que alguien aun estaba allí, —Obelix — gritó un pequeño gruñido fue la respuesta.

—Vamos, amigo, soy yo, Milos

— ¿Eh? Milos…— dijo la voz ronca de un hombre, se escucharon ruidos de movimiento y un ligero resplandor iluminó la entrada al tiempo que Harry tomaba a Draco por un brazo y lo lanzaba al piso, el rayo anaranjado pasó rozándoles la cabeza.

— ¿Pero que dem…?— preguntó Draco pero la mano de Harry sobre su boca lo hizo callar.

—Bien… ya probaste que aun puedes disparar un hechizo… ¿ahora me dejaras entrar?— dijo Harry mientras se ponía de pie y se alisaba la túnica, Draco hizo un gesto de levantarse pero Harry le dio una pequeña patada que interpretó como que se quedará en el piso y eso hizo.

—Realmente si eres tu Milos…— dijo una voz

—Pues claro que si viejo idiota, quien mas

— ¿Has venido solo?— preguntó la voz del hombre desde la oscuridad.

—No, con mi primo, queremos hablar de un negocio contigo

Hubo un pequeño silencio antes que el hombre volviera a hablar.

—No creo estar en condiciones de negocios pero dale, entra de una vez

Harry se guardó el suspiro de alivio para mas tarde y jaló con una mano la túnica de Draco haciéndolo ponerse en pie, para luego trepar por la entrada, pasando primero una pierna y luego otra para luego dejarse caer hacia dentro.

Draco lo imitó y segundos después caía en medio de una cueva, el piso no era mas que muchas piedras disparejas, al igual que las paredes, una lámpara vieja iluminaba el centro del lugar en el que yacía lo que al parecer era una cama (aunque Draco estaba seguro que sus elfos dormían en lugares mejores que esos) y sobre ella un hombre anciano y delgado que los miraba atentamente con la varita aun en alto.

— ¿Qué te ha pasado Obelix?— preguntó Harry acercándose al hombre, aun podía recordar la última vez que lo había visto, y aunque era viejo no estaba tan enfermo.

— Gajes del oficio…— dijo el anciano mirando a Draco con más atención,

—Mi primo Nicholas— dijo apuntando a Draco, el cual hizo un asentimiento y se acercó un poco mas a la cama, el anciano sonrió, y Draco pudo ver que le faltaba una gran cantidad de dientes.

—Es muy parecido a ti…

—Eso dicen…— dijo Harry sentándose en el piso al lado del anciano. — ¿Entonces estas fuera de circulación?— preguntó preocupado.

— Pues eso depende…

— Tenemos oro…— le dijo Harry con un gesto ofendido.

— ¿Qué es lo que necesitan?— preguntó el hombre, Harry notaba que le costaba hablar.

—Estamos buscando una pequeña cantidad de sidiki— dijo Draco con voz fría acercándose también al centro de la cueva,

El anciano encarnó una ceja y miró a Draco un segundo antes de girar hacia Harry.

— Es una sustancia muy delicada y peligrosa

—Si, supongo que si… — dijo Harry mientras se inclinaba un poco mas hacia el hombre, podía aprovechar el momento, el hombre estaba completamente débil, solo necesitaba hablarle un poco mas… —Nos dijeron que tenías un cargamento…

—Si…— el hombre miró con aire ausente hacia la entrada de la cueva, Draco siguió su mirada, sin embargo Harry no dejo de mirar al anciano, estudiando su rostro, estaba casi gris, ¿acaso se estaba muriendo? — Traje un lote para unos hombres… pero ellos no son muy rectos…

Draco giró y miró al hombre fijamente, y entonces se dio cuenta de algo, Harry estaba haciendo algo, no le quitaba la vista de encima, pero de una manera no muy normal, mientras sus dedos presionaban suavemente el brazo del hombre, que aun seguía mirando hacia la entrada de la cueva con aire ausente.

—No son muy rectos…— hizo eco Harry con voz suave, casi hipnotizante

—No… se llevaron la mercadería y dejaron un poco aquí…sembrada… yo no sabía que eran tan tóxicas hasta hace unas horas…

—Ellos estuvieron hoy aquí…— afirmó Harry.

— Si, los tres hombres… no son muy rectos…— repitió el hombre, Draco se preguntó si aquello que hacía Harry era legal o no, pues no parecía estar aplicando legerimancia con el hombre, sin embargo si sabía que de alguna manera lo estaba induciendo a hablar.

—Tres hombres…— murmuró Harry.

—Jóvenes… del sur de Inglaterra…— Harry apretó un poco mas su mano sobre el brazo del hombre y unas gotas de sudor mojaron su frente, Draco supuso que estaba haciendo un real esfuerzo. —Son del bar Berks… — Harry cerró los ojos a la vez que el anciano, ambos apretaban los ojos, como si estuvieran pensando algo muy difícil, finalmente Harry asintió y abrió nuevamente los ojos, y con la otra mano empujó suavemente el cuerpo del hombre sobre el colchón, el hombre se quedó allí con los ojos ahora mas relajadamente cerrados, Harry soltó suavemente el brazo del hombre y le hizo un gesto a Draco con la mano para salir.

Draco lo siguió en silencio, dando miradas nerviosas al hombre sobre su hombro antes de trepar y caer fuera de la cueva, Harry estaba de pie, con mirada molesta. —Vamonos— dijo secamente mientras empezaba a avanzar por entre las cuevas para salir nuevamente a la “calle principal” Draco caminó a su lado en silencio, preocupado, la mirada de Harry no le auguraba nada bueno, cruzaron por los ruidosos grupos de mujeres y hombres que al parecer andaban de fiesta, subieron por las escaleras de madera y salieron del bar, por el color del cielo, Draco supo que pronto amanecería, dio un par de miradas nerviosas a Harry mientras este lo guiaba por una de las calles hasta que se adentraron en un callejón.

—Iré a casa de Ron…— le dijo Harry, su voz aun era fría.

—Yo… yo puedo ir contigo— propuso Draco, aun no creyendo que terminaría en la casa de la comadreja.

Harry lo miró evaluadoramente antes de asentir —Primero te quitaré el hechizo de transformación — dijo mientras lo apuntaba con la varita, un par de minutos después ambos lucían sus verdaderos rostros, Harry lo tomó de un brazo para aparecerlo, pero antes que Harry hiciera el hechizo Draco se apartó.

— ¿Ese hombre no te delatara…?— preguntó

—No, no podrá hacerlo…— afirmó Harry mientras jalaba a Draco nuevamente.

— ¿Por que lo…?

—Por que cuando lo encontramos estaba muriendo… y cuando lo dejamos ya estaba muerto

***0o0***

Notas finales:

Gracias a todos por leer…

Como siempre espero sus comentarios y sugerencias, ya saben que me encanta leerlos y es lo que me motiva a colgar la historia cada lunes.

Que tengan una linda semana, nos leemos el lunes siguiente…

Un abrazo

Pao

¡Viva el Slash!


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