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“Si me amarás” por suou

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Notas del capitulo:

El último capitulo, espero que les guste, me costo bastante hacerlo.

Los personajes no me pertenecen, son de Kouga Yun.

 

 

Un reino para dos

 

“En aquel mundo,

Tendido sobre tu pecho.

Vislumbró nuestro futuro…

¿Felicidad o dolor?”

 

 

 Yuiko vio a Soubi y a Ritsuka tomados de la mano. Quiso acercarse para poder hablar con ambos, pero el brillo y el aura que expelía el pelinegro, la calmaron, dándose cuenta de que estaba mejor.

 

—Se feliz…— dijo antes de girarse y volver a casa.

 

 

“Un brillante haz de luz

Bifurca un sendero,

A un espejo sin luz;

Que busca brillar…”

 

 

— ¿Vienes a casa?— pregunto el rubio al niño.

 

—m…— no podía decir palabra alguna, por alguna razón se sentía sumamente nervioso, pero tranquilo.

 

Y así ambos se fueron al hogar del mayor.

En el camino Kio los observo, su plan era ir a visitar a Soubi, para subirle el animo, pero ahora que estaba con ritsuka, se dio cuenta que estaba mejor. Así que se dio vuelta con la comida que traía:

 

—Se feliz, Sou-chan—

 

 

“Mire el resplandor

Y te vi a ti,

Tú sonrisa

Y tú bondad”

 

 

Abrió lentamente la puerta. Esperando a que el menor decidiera, porque una vez adentro no habría una puerta a de atrás. Ya nada los separaría.

 

Prendió la luz y dejo que Ritsuka entrara. El pequeño vio que era la decisión. Dio el esperado paso y su nerviosismo se hizo notorio, cosa que entendió el mayor.

 

—No te preocupes, ritsuka…No haré nada que no quieras. — le dijo con seguridad en sus palabras.

 

—Lo sé Soubi— y se acerco al mayor con determinación.

 

 

“Me tendiste la mano

Y pensé:

—Este es un absurdo sueño—

Me miraste con confianza.”

 

 

Le sirvió leche y ambos se pusieron a ver la televisión.

 

— ¿No llamarás a tu madre?

 

—Hoy no. No quiero volver a casa.

 

El rubio le miro por sobre el hombro y sonrió con entusiasmo. Le paso el brazo y lo poso sobre el de Ritsuka, esté se dio cuenta, dando un ligero salto. Eso lo había pillado despreocupado.

 

En el instante se miraron y se besaron.

 

 

“Y me volviste a sonreír

Y cogi tu mano.

Traspasando el espejo…

Y su brillo.”

 

 

Ese tímido gesto, hizo que ambos intercambiaran más caricias torpes. Paso sus manos por la espalda del menor, mientras que esté daba suaves y delicadas caricias sobre la camisa del mayor.

 

Poco a poco Soubi separo sus labios de los del menor y espero a que ambos volvieran a llenarse de aire- lo observo y se dio cuenta que quizás, esto no podía pasar. Todavía era muy joven para perder sus orejas.

 

—Ritsuka, es mejor detenernos aquí, ya que no podré detenerme luego.

 

—Lo sé. No te preocupes— hizo una pequeña pausa y bajo su rostro, para luego subirlo nuevamente— te dejo en tus manos…

 

—Ritsuka— le tomo el rostro y le volvió a besar, para volverse a separar— Te amo— un nuevo beso, apasionado y avasallador. Con lentitud y sin eliminar la situación se levantaron para dirigirse a la cama. Donde lo poso lentamente.

 

—Soubi…

 

 

“Con miedo

Llegue a ese mundo,

Pero al verte ahí….

La paz llego a mi alma…”

 

 

—Todo estará bien…

 

—Mmm— lo afirmo.

 

Fue despojándole las ropas. Mientras propinaba toques mimosos y acaramelados, en la frente y en la mejilla de Ritsuka.

 

Beso su cuello y fue descendiendo; adentrándose en la nívea figura…

 

—Ah….

 

Al ir humedeciendo la piel, le daba pequeñas miradas inocentes e incautas al cuerpo que suspiraba debajo del.

 

—Soubi— volvía a pronunciar. Estaba sumamente nervioso. No sabia lo que tenia que hacer o como reaccionar ante esas caricias tan nuevas para él. Pero sabia que amaba a ese hombre, quería entregársele por completo y acunar su dolor en su propio dolor, para así, curarse mutuamente.

 

Le quito la polera y le dirigió una fuerte y confiada mirada. Al hacerlo volvió a poseer los labios mientras que con sus manos le bajaba el pantalón. Y una vez que la prenda se deslizo por la piel del pelinegro, muy pesadamente, fue a dar a algún lugar alejada de la cama.

 

A cada momento, que iba sacándole la ropa iba descubriendo el maravilloso cuerpo que poseía el menor, que lo representaba. Su piel suave e inmaculada. Virgen para sus propios ojos. Su respiración agiotada por las sensaciones completamente diferentes a las habituales. El sudor que comenzaba a ser notorio, haciendo que a la vez el cutis comenzara a obtener un atractivo brillo.

 

Y principalmente, esa inocencia escondida tras la mirada, qué mostraba en esos ojos, morados.

—Ritsuka— dijo al quitarle la ultima prenda y dejándolo expuesto ante sus expertos ojos; ese cuerpo que deseaba ser de él.

 

 

“Juntos,

De la mano;

Soñando sueños rotos,

Volviéndolos realidad.”

 

 

No podio negar tener un poco de miedo y el nerviosismo le iba ganando. Vio que Soubi le iba desprendiendo todo lo que le cubría, y ahora se había detenido.

 

—Soubi

 

—Si, Ritsuka…

 

—Yo…

 

—Lo sé— y bajo para seguir con la pequeña caricia para calmarlo. Y eso aún no llevaba ni la mitad.

 

Una vez más le quito el aire y aprovecho de desvestirse, para así aprovechar el tiempo. Ritsuka observaba al rubio, mientras recuperaba el aire e intentaba calmarse. Eran demasiadas emociones para su mente.

La ropa se deslizo por el torso del adulto, dejándose descubierto. El menor vio, como aquella piel se mostraba ante sus ojos.

 

Una vez listo volvió a buscar a su presa. El ambiente caluroso y sofocante que había en la habitación, era simplemente extenuante y maravilloso. La atmósfera de comprensión, de cariño y principalmente, de amor… era muy reconfortante.

 

 

“Transformando,

Deseos y sueños…”

 

 

Noto el nerviosismo que presentaba Ritsuka y bajo:

 

—Si no quieres continuar, sólo debes decirlo…— le dijo al oído, para luego darle un dulce mordisco en la oreja. Esperando a que el niño tomara la decisión.

 

Miro al mayor, era verdad, sólo él podía decidir; sabia muy bien que después de esto, ya no habría vuelta y todos le mirarían diferente, pero…Al estar junto a Soubi, eso era lo más importante. Le fijo su vista y le toco el pecho, se levanto levemente y quedo frente del rubio:

 

—Si, lo quiero— y le dio un beso, que Soubi recibió con gusto.

 

Lentamente apreso el cuerpo del menor bajo el suyo. Daba mimo a la piel desnuda que comenzaba a derretirse bajo su dominio.

El lascivo juego que iba tornándose gracioso y libidinoso a medida que se iban dando amurrados.

 

Después comenzó a bajar minuciosamente por la piel del menor, regalando toques suaves y mojados, pero a la vez lentos; mientras bajaba a la parte menor de Ritsuka.

 

—Ahhh…. —m lanzo un sonido extraño para si mismo. Demasiado diferente y atractivo para sus oídos y para quien los escuchaba. — ¿Qué haces?— la curiosidad no fue detenida.

 

—esto te hará sentir mejor…— y volvió a tocar más. De arriba hacia abajo, mojando  y transformando ese paraje ante sus ojos. El menor sucumbía ante los gestos del mayor, comenzaba a sentir algo demasiado extraño en su estomago y en su parte baja.

 

 

“En realidad,

Y apego…”

 

 

Beso mimosamente los muslos, dejándole marcas de su persona. Comenzaba a subir depositando y a la vez rozando.

 

Ritsuka sentía raras sensaciones, desde que  salio de su boca sonidos extraños, hasta tener y poseer su cuerpo, como si no fuera el suyo, como si se derritiera y el calor le subiera y no le dejara pensar, solo en el incandescente deseo que surgía de algún punto de su cuerpo inexperto. Pero se sentía bien…

 

No tuvo tiempo para continuar con su pensamiento. El rubio agarro su boca y se introdujo en ella, con lujuria desmedida.

 

—Si quieres, puedes tocar— le dijo al ver como el menor le lanzaba una mirada curiosa hacia su cuerpo.

 

—mm…— se levanto y lo primero que hizo fue acercarse y besar el cuello del rubio, propinándole leves besos; cosa que le pareció realmente inocente al adulto. Quien prefirió el seguir con el resto.

 

 

“Cogidos de la mano;

Surcando abismos

Y temores…

Solo los dos…

En el día de mañana seguiremos…”

 

 

Más caricias. Mientras que nuevamente se besaban, el mayor comenzó a contornear las caderas del pelinegro, para luego palpar y acariciar sus glúteos.

 

A Ritsuka le pareció insólito, pero se dejo llevar por el rubio. Lentamente volvieron a quedar uno sobre el otro.

 

Soubi hizo que el pelinegro se diera una semi-vuelta y comenzó a tocarle la espalda. Y le beso sus orejas, que tan hermosamente cubrían el cráneo del menor.

 

El ambiente se volvía mas calido a medida que las caricias se hacían al tiempo que transcurrían; mientras dos almas se juntan y se incrustan una dentro de la otra, sucesivamente…Para ya no separase más.

 

El rubio abrió las nalgas del menor y las rozo. Contorneando la piel, mientras que Ritsuka se iba acostumbrando, para que sus manos fueran sustituidas por su miembro. Fue así que lo hizo y comenzó a frotar la piel. Agarro el de Ritsuka y el vaivén llevadero del hecho, hacia que la situación fuera exquisita y muy tentadora. Le dieron ganas de penetrar a ese niño, pero…

 

La fricción que se producía en ambos cuerpos era desbordarte y candida.

 

 

“Tomados de la manos,

Agarrándonos,

Entre ambos…”

 

 

Y el éxtasis llego. Ambos se dejaron llevar, para que luego ese liquido blanquecino apareciera entre ambos.

 

—Ahh...

 

—Ahhh…

 

Al final se dieron un último beso para que ritsuka tomara aire y despejara su mente, por lo que había sucedido.

 

—Te amo Ritsuka…

 

—Yo también…— luego de decirle el menor cayo en brazos de Morfeo, acunado por el rubio, quien lo abrazo a su regazo.

 

 

“Unidos por

El vinculo,

Amarrado a tu pecho...”

 

 

El fino cantar de los gorriones hizo que Ritsuka comenzara a despertar. Se vio tendido en el liso pecho del rubio. Sonrió como tonto, para sus adentros y lo recordó, salto rápidamente fuera de la cama, muy acongojado por lo que debió de haber cambiado en su cuerpo.

 

Se palpo en busca de lo que seria el final de su vida, pero el comienzo. De abajo hacia a arriba, pensando en lo peor. Se toco su cabeza, pero para su sorpresa se encontró que todavía poseía sus orejas y aunque se las agarro para intentar sacárselas, estas no cedieron.

 

— ¿Soubi?

 

—Si…

 

—Mis… orejas…

 

—mm…— dijo despertándose. — ah, eso. No te preocupes, aún no pienso en quitártelas.

 

—Pero…Tú y yo…

 

—Ritsuka, solo nos tocamos. Nada más. Te amo mucho para sacrificarte así…

 

—Soubi…— se dirigió nuevamente donde el mayor y lo abrazo, esté también le correspondió al mimo. — Gracias…

 

—Claro, te amo…

 

 

“dando gracias,

De estar aquí;

De seguir, aquí…

En tú pecho…”

 

 

Aquel día volvió a ser el de antes, cosa que lo notaron todos aquellos quienes le rodeaban, algo había cambiado, pero prefirieron que se lo guardara…

 

Después de clase el mayor fue a recoger a Ritsuka al colegio, cosa que a nadie le sorprendió, pero cuando el pelinegro se acercó y se dejo besar por el mayor dejo a más de a uno choqueado, por la forma de ritsuka al recibir el beso.

 

— ¿Nos vamos?

 

—Si…

 

 

“Amor, este reino

Es para ti y

Para mí.”

 

 

Ambos se perdieron de camino a casa del menor.

 

—Te amo…

 

 

“Un reino,

Solo de los dos….”

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bien, el final. espero que les haya gustado, si no es asi y quedaron insatisfech@s, me lo dicen y les vuelvo escribir el capitulo, ppor mi no hay problema.

Bueno se cuidan y felices fiestas.

Bye.


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