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Mercy rain por kozzha

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Q tal???

Si, así es, sigo viva XD.

Muchas gracias por sus RR y seguir leyendo mi fic. Me ayuda mucho y me motiva.

Éste capítulo va dedicado especialmente  a DULCE_HANNA quien fue la persona #100 en dejar RR.

Spero y sea de su agrado.

Saludos

kozzha

 

 

 

 

Detuvo su carrera en la entrada del hotel en el que se hospedaba. Resopló con fuerza y dio varios pisotazos al suelo, tratando de sacar toda la ira que contenía. La gente que pasaba por ahí comenzó a susurrar y a señalarlo.

 

-¡Dejen de mirarme!-vociferó colérico y se alejó del lugar, lanzando bufidos y maldiciones a su paso.

 

Detuvo su andar en un parque cercano. Pateó un cesto de basura, con la intención  de seguir con su rabieta, pues la hazaña con el teléfono minutos atrás no había sido suficiente.

 

-Malditos sean...malditos sean todos los de XMR-masculló.

 

Insatisfecho y más colérico que minutos atrás se dejó caer en una banca cercana, dio de pataletas hasta que se cansó. El dolor de cabeza no se le quitó con el analgésico, por lo que estaba más fuerte que antes, empeorando el pésimo humor de Shuichi.

 

-¿Por qué ahora?-se preguntó el chico.

 

Recordó la noticia que su "amigo" le había dado y se  sintió traicionado por Tamaki, quien sabía todo respecto a su pasado. La furia se le fue aminorando, pasando de eso a la decepción.

 

-Insisto, ¿Por qué ahora? Ahora que  he logrado superar todo y que he podido enfrentarlo, ahora que puedo mirarlo a los ojos sin que éstos me derritan y me provoquen sentimientos encontrados...ahora que deseo tenerlo lo más lejos posible...maldición... -se cepilló el cabello sedoso con una mano.

 

Alzó el rostro hacia el cielo. Miró los rayos de sol que se colaban entre las hojas y ramas de los árboles. La mezcla del cantar de los pájaros y las cigarras le hicieron relajarse un poco.

 

-Estoy sólo en todo esto...-musitó-No quiero estarlo...-enderezó la cabeza y esculcó entre sus bolsillos, lanzó un suspiro al sentir el duro objeto entre sus manos. Lo sacó y observó su reflejo en la pantalla del móvil. Buscó un número telefónico y cuando lo hubo encontrado, oprimió la tecla de llamar; esperó a que del otro lado del auricular  le contestaran.

 

-¿Diga?-se oyó la voz de un hombre.

 

-Hiro...

 

 

 

Capítulo 15

Un regreso añorado.

 

 

 

Caminó por uno de los barrios más tranquilos de la capital. Se sorprendió de que su amigo lo citara en aquél lugar, para ser más exacta, en un local ambulante de comida tradicional.

 

Lanzó un largo suspiro cuando vio a lo lejos el lugar. Ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que él y Shuichi habían comido ahí.

 

-Mucho tiempo...-se acercó aún más y divisó la pequeña espalda de su amigo, esbozó una sonrisa-Ahhh...comienzo a ponerme nostálgico-musitó, observando el local.

 

-Hiro-bufó.

 

-Lo siento, fue inevitable-sonrió con picardía. Shuichi apretó los labios y observó a su amigo que tomaba asiento junto a él.

 

-¡Maldición!-resopló-Contigo no puedo ser frío-y sin más abrazó a su amigo.

 

-Wou...¿Y ahora?

 

-Hiro...-hizo un puchero-Me están haciendo complot.

 

-¿Qué?-abrió los ojos de sorpresa para luego soltar una carcajada. A pesar de todo, Shu seguía siendo un chico con mucha imaginación.

 

-No es gracioso, es en serio-farfulló el chico, lanzándole una mirada asesina a Nakano.

 

-Hey, relájate, no te pongas así-Shu tomó su vaso con sake y lo bebió de un trago-Wou...creo que si es grave lo que dices.

 

-Lo es...Rage quiere que me quede más tiempo en Japón.

 

-Ese era tu plan, ¿No?

 

-Si...pero tan sólo por dos semanas. Para estar en tu boda, disfrutar de mi familia y todo eso.

 

-¿Entonces?-preguntó Hiro, sin entender muy bien a lo que se refería el cantante.

 

-Quiere que la banda haga un disco en conjunto con un Dj...o sea...un disco...cuanto se tarda uno en realizar un disco.

 

-Oh...ya veo...eso significa que...

 

-Así es...estaré más tiempo pisando el mismo suelo que Eiri.

 

-Vaya...-Hiro se revolvió el cabello-Así que a pesar de todo, ese tipo siempre tiene que trastornar  tu felicidad. Indirecta o directamente.

 

-Yo creí que lo había superado, pero...creo que no podré tolerar el verlo, ¿Entiendes?-miró al pelirrojo con ojos brillosos- No es que todavía sienta algo hacia él, tan sólo es...dios...me da ganas de...

 

-Descuida-frotó la espalda de su amigo-sé a lo que te refieres.

 

-No quiero verlo más...

 

-Toma esto como una prueba amigo.

 

-¿Prueba?

 

-Si, una prueba para que demuestres que lo haz superado y como tal, puedas estar cerca de él sin  que provoque en ti algún  sentimiento tanto positivo como negativo.

 

-Tienes razón. Me hacía falta hablar contigo-sonrió.

 

-Lo sé...soy fundamental para ti.

 

-Me encanta tu modestia.

 

Después de que Shuichi convenciera a Nakano de acompañarlo a  beber, el par se dedicó a recordar viejos tiempos.

 

-...y en eso K lanzó la granda...¿Lo recuerdas?-vociferó Shuichi, con los ojos llenos de lágrimas que la risa le causaba.

 

-Como olvidarlo, ese día fue aterrador-comentó Hiro, retorciéndose de la risa.

 

-Si...-los dos lanzaron un hondo suspiro-Vaya...como ha pasado el tiempo, siento como si hubiera sucedido ayer.

 

-Si...-Shu miró su vaso vacío-tantas cosas han pasado. La vida sigue.

 

-Así es. El tiempo no perdona.

 

Shu se volvió a servir un poco de sake y alzó el vaso a la altura de sus labios y antes de darle un sorbo, comentó:

 

-Sabes...-bebió un poco y continuó en tono taciturno-a veces deseo no haberlo conocido-Nakano le miró de soslayo-Creo que las cosas hubieran sido diferentes-esbozó una risa nerviosa-Vaya que sí...-tragó un poco de saliva con la intención de apaciguar el nudo que se formaba en su garganta-Dios...como culpé al maldito viento, pues por culpa de él es que fue que le conocí...pero luego pienso que él único culpable de todo esto fui yo, pues me aferré  a alguien que no era él indicado-miró a su amigo-En su momento uno  no lo entiende y se encapricha, pero cuando pasa el tiempo y das una mirada hacia atrás, todo se ve tan claro-su labio inferior tembló un poco-Yuki no era para mí, de hecho no era la persona indicada y yo me aferré y le obligué y...-se cubrió el rostro.

 

-Eso es pasado-abrazó a su amigo-El único culpable de todo esto es él, pues nunca puso un "hasta aquí" y jugó contigo, un joven inexperto en todos los sentidos-el moreno se aferró más a su amigo-Ahora es tiempo de que te des una segunda oportunidad...

 

-No entiendo lo que quieres dar a entender-susurró sin despegarse de su amigo.

 

-...A enamorarte y ser correspondido-Shindo se despegó y lo miró con cara de espanto.

 

-No...no soy una persona que...-desvió la mirada.

 

-No te ciegues.

 

-¡No lo hago! Sólo que...

 

-No tengas miedo...-acarició el rostro del moreno-Al parecer hay alguien interesado en ti y creo que harían muy buena pareja, sólo es cuestión de que te permitas sentir,  y que permitas que esa personita entre a tu corazón.

 

-¿Qué dices?-alejó el rostro de las manos de su amigo.

 

-Oh vamos Shu, me he dado cuenta como miras a tu compañera de banda...¿Cómo se llama?-se frotó la barbilla mientras forzaba un poco su mente.

 

-¿Hiromi?-habló pausado el moreno.

 

-¡Ella!

 

-¿Estás loco?-vociferó.

 

-Es bonita, su personalidad va muy bien con la tuya.

 

-Ni loco; es Hiromi y aparte...

 

-Mmmmm...¿Qué tiene de malo?-Shu se sonrojó.

 

-Nada, sólo que...-carraspeó-La verdad es muy bonita pero...yo...-ser rascó la cabeza.

 

-No temas. Tan sólo es invitarla a salir, claro, como mujer no como amiga ¿Entiendes? Y a ver que surge de eso. Créeme, no va  a ser una relación simbiótica y fraternal  como la que tuviste con  la niña Alison. Te hace falta tener sexo.

 

-¡Hey!

 

-Es verdad.

 

Shindo lanzó un bufido.

 

-Lo pensaré-ante aquella respuesta, el pelirrojo sonrió complacido.

 

Siguieron hablando y bebiendo, hasta que Hiro tuvo que regresar a N.G. pues le había mentido piadosamente a K. de su partida repentina. El chico se despidió de su amigo, no si antes pagar la cuenta de todo, pues Shu no llevaba  dinero.

 

-Sigues siendo el mismo-fue lo último que dijo Nakano, antes de irse.

 

-Creo que tiene razón...-musitó el pelinegro, viendo a su amigo alejarse-me hace falta tener sexo.

 

 

 

Tatsuha botó una de las revistas que se encontraban en la sala de estar del hospital, lanzó un resoplido y observó de soslayo a un taciturno Hisoka.

 

-¿Cuánto tiempo piensas quedarte mirando la calle?-comentó con fastidio.

 

-Yo no te pedí que me acompañaras-le respondió el menor, sin despegar la mirada del ventanal.

 

Cómo la sala estaba desierta, el monje comenzaba a desesperarse, pues Ono no había dicho palabra alguna desde que habían llegado ahí.  Tatsuha odiaba el silencio.

 

-Tú hermana me pidió que te cuidara.

 

-No necesito que lo hagas.

 

-Ah Dios-suspiró-niños...-se puso de pie y se acercó donde estaba el guitarrista, observó el cielo despejado y con asombro dijo-Ahora entiendo el porqué no te has movido de aquí. Es hermoso.

 

Ono dio un respingo al darse cuenta que Usegui estaba detrás suyo.

 

-No me queda más que admirar lo que está en el exterior mientras yo estoy encerrado aquí-dio media vuelta y esquivó al moreno-Regreso a mi habitación-y sin más salió de la sala.

 

Usegui lo siguió en silencio.

 

-Ya te dije que no necesito que me cuides-rezongó Hisoka en el camino. Tat le ignoró. Molesto aceleró el paso y Tat le imitó, divertido.

 

Desesperado, el mestizo comenzó  a correr.

 

-Hey, no hagas eso, recuerda que estás en un hospital y aparte te vas a lastimar-le gritó Tat, corriendo tras de él.

 

-Ya te dije que no molestes-vociferó. Por andar discutiendo y mirando que tan cerca estaba Usegui de él no se fijo que la puerta de una de las habitaciones se abría, estrellándose con ella. Ante el gran choque, el chico cayó inconsciente en los brazos del menor de los Usegui.

 

Una enfermera se acercó para auxiliar al paciente.

 

-Lo siento-comentó apenada la anciana que había salido de la  habitación. 

 

-No se preocupe-respondió el moreno-Eso le pasa por testarudo-miró al chico desmayado en sus brazos.

 

 

 

Shuichi caminaba por la zona comercial de Tokio haciendo tiempo, pues no deseaba regresar al hotel en esos momentos.

 

Con las manos en los bolsillos del pantalón y caminando con la cabeza gacha, el cantante miraba los aparadores de las tiendas, sin prestar mucha atención; hasta que se acercó al aparador de una tienda de aparatos de entretenimiento. En el aparador mostraban varios televisores de diferentes tamaños y en todos se veía el último video de la banda Delerium.

 

Observó con ojos brillosos el video hasta que una cabellera rubia desvió su atención. Dentro de la tienda, Yuki estaba con una mujer de cabello largo y oscuro a la que Shuichi no pudo reconocer.

 

-No puede ser-musitó con un hilillo de voz. Sin más se adentró al lugar con mucha cautela, mientras que en sus oídos podía escucha los latidos agitados de su corazón-Eres un mentiroso-murmuró con dolor al ver a la pareja.

 

Tan sumergido se encontraba, que no se percató que un niño rubio  se acercaba a  él y tiraba de su playera.

 

-¿Tío Suichi?-preguntó el pequeño, dudoso. Shindo bajó la mirada y abrió sus ojos de sorpresa.

 

-Ka...Kaname-tartamudeó con incredulidad el pelinegro.

 

-Si eres tú-respondió el niño, con ojos brillosos-¡Tío Eidi!-gritó el niño jovial-Tío Eidi, Tío Suichi aquí está.

 

Eiri y la mujer se giraron hacia donde provenía la voz de Kaname.

 

-Espera Kaname-masculló Shu, tratando se zafarse de la mano del niño que lo agarraba con fuerza y lo llevaba hasta donde estaba la pareja.

 

Eiri y Shu cruzaron miradas y antes de que cualquiera de ellos dijera algo, la mujer exclamó.

 

-¡Joven Shindo!

 

-¡Kana!-exclamó el cantante, aún más sorprendido de lo que ya estaba. Se soltó de la mano del niño-Yo...-y sin terminar de decir la frase, salió corriendo del lugar.

 

-Shuichi...-Yuki quiso seguirlo pero Kaname soltó en llanto.

 

-Tío Suichi ya no nos quiere, por eso nos abandonó.

 

-Espera Kaname...no llores-trató de tranquilizarlo Eiri.

 

Kana se quedó en silencio.  

 

 

 

Shuichi corría sin dirección alguna. Se detuvo en un cruce, pues el semáforo estaba en rojo, haló aire.

 

-Que tonto-masculló-¿Cómo pude confundir a Kana? ¿Porqué me puse así cuando los vi juntos?-apretó los labios-no, no pueden ser celos.

 

 

 

Seguía sin recuperar del todo el conocimiento; pero eso no impidió que escuchara a lo lejos la voz de su hermana hablando con...no sabía quien era pero de lo que estaba seguro es que no era el molesto de Tatsuha.

 

Se removió un poco  y abrió lentamente los ojos. Un dolor en la nariz le hizo quejarse y bufar.

 

-¿Soka?-preguntó su hermana.

 

-Mi nariz...-enfocó a Hiromi quien le miraba preocupada. Junto a ella estaba un hombre bajito, de edad mediana quien lucía una pulcra bata blanca.

 

-No está rota, eso es bueno-terció el doctor.

 

-¿Pero que demonios estabas haciendo?-le reclamó la chica.  

 

El doctor creyó prudente dejarlos solos; por lo que  en silencio se retiró de la habitación.

 

-Trataba de huir de ese tipo-respondió con dolor, mientras sobaba su nariz.

 

-¿Del joven Tatsuha?

 

-Si, de ése.

 

-Ay hermano-la chica suspiró- No sé por que te desagrada tanto ese joven, es muy agradable, amable, educado.

 

-Ya entendí-masculló Hisoka, sintiendo como le subía el calor a la cara y los cabellos de la nuca se le erizaban.  

 

-El sólo quiere ayudar.

 

-Claro-el guitarrista trató de respirar profundamente, pues odiaba que su hermana hablara bien de un hombre, eso le ponía celoso.

 

-De hecho, debes de estar agradecido de que se haya quedado a cuidarte mientras me ausentaba. Perdió las primeras clases del día.  

 

Hisoka desvió la mirada.

 

-¿Y se puede saber porqué regresaste  al hotel? Y me abandonaste...

 

-Ah es cierto-Ono miró a su menor con ojos brillosos-Tamaki está en Japón.

 

-¿Cómo?

 

-El esposo de Dresde.

 

-Si, ya se quién; a lo que me refiero es que...

 

-Va a grabar nuevo disco y desea  que nosotros participemos-le interrumpió la joven.- ¿Qué opinas?

 

-Pues...eso significa estar más tiempo en el país de papá.

 

-Ay dios  tu siempre tan expresivo-comentó con sarcasmo-Bueno, al menos reaccionaste mejor que Shu.  

 

-¿No le agradó la noticia?

 

-No-la chica bajó la cabeza-rompió el teléfono cuando habló con la señorita Rage.

 

-Oh...ya veo-dijo el chico, con una risilla nerviosa. Se quedaron en silencio por corto tiempo, algo que le extrañó a Soka-¿Y ese tal Tatsuha?

 

-Se fue a su escuela.

 

-Oh, que bien...-y sonrió con satisfacción, no más de ese tipo...por ese día.

 

 

 

En el aeropuerto de la ciudad, un hombre de edad madura bajaba de las escaleras del avión. En una mano llevaba una pequeña valija, mientras que en la otra un conejo rosa. Al poner el primer pie en el suelo, el hombre saltó y con euforia gritó.

 

-¡Ryuichi y Kumagoro ya están de nuevo en Japón!-ante tal grito, la gente le miró y comenzó a susurrar, cosa que el hombre ignoró-Shu, pronto estaré contigo-susurró, torciendo la boca en modo de una sonrisa indescifrable.

 

 

 

             

 

 

 

 

 


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