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Mercy rain por kozzha

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Notas del capitulo:

 

Hoooola!!

Sigo viva!!

Jajajajaja

Sólo tengo algo que decir.

Lemon!!! ? x ?

 

 

 

                -Ahh...Yuki...-gimió Shuichi mientras era acorralado en una de las paredes de la gran piscina-Nos van a ver...

                -No importa...es excitante-ronroneó el rubio mientras mordía con delicadeza la oreja de su amante.

                Yuki había instado al chico a que nadara desnudo junto a él  en la piscina del hotel. El chico se resistió al principio, pero terminó cediendo pues las burlas de su novio eran insistentes.  Ante la situación en que se encontraban, Yuki aprovechó esa gran oportunidad para hacer suyo al joven cantante.

                -Yuki...

                -¿Nunca has deseado hacerlo en una piscina?

                -No...-el chico se sonrojó.

                -Mentiroso.-masculló Eiri, mirando con ojos escrutadores a Shuichi. El escritor haló aire y se sumergió.

                -Yu...-no pudo terminar de hablar pues sintió la boca de su amor en su miembro ya erecto-ahhh...dios...-el jovencito se cubrió la boca para acallar sus gemidos y no llamar la atención.-Ya no puedo...-Yuki emergió y relamió sus labios.

                -Te ves maravilloso-murmuró. Acarició el trasero del chico, quien se sentía cada vez más excitado.

                Entre besos y caricias, el rubio alzó las caderas de su amante y lo penetró. Las embestidas eran lentas. El cantante se aferraba a la espalda de su novio, mientras que sus piernas se enrollaban en la cadera de éste. La combinación de las embestidas  y las caricias que el agua le producía lo hacían delirar de placer.

                -Yuki...más...-gimió Shu, cerrando los ojos.

                -Senpai...

                Al oír eso, Shu abrió los ojos de sopetón y se topó ahora con Hisoka, quien era el que lo estaba penetrando.

                -¡Hisoka!-vociferó.

                Shuichi se despertó de sopetón, miró en su derredor y notó que  todo había sido un sueño...un sueño raro.

                -Maldición-bufó, dejándose caer de nuevo sobre el mullido colchón e ignorando el estado de excitación en el que se encontraba-¿Por qué tenía que soñar con Hisoka?

                A lo lejos se podría escuchar unos sonoros ronquidos y fue en ese momento en que Shu se arrepintió de haber invitado a su habitación a Tatsuha. Se enderezó y se percató que el dolor del cuello había desaparecido. Caminó hasta donde yacía perdidamente  dormido el monje. Le miró con recelo.

                La tertulia de la noche anterior había sido decepcionante. Tat había actuado apático y escueto y él, por otra parte, asqueado de tanto alcohol.

                Decepcionado y frustrado por el sueño que había tenido, el chico optó por darse una ducha con agua fría, para despejarse y  bajarse aquella excitación.

 

 

Capítulo 20

Un delicioso postre frío.

 

 

                Yuki se encontraba en el quinto sueño cuando...

                -Buaaaaaaaaaaaa...

                De sopetón se despertó y de un salto se enderezó. Al intentar salir de su habitación se pegó en el dedo pequeño de uno de sus pies con la esquina de un mueble.

                -@"$!#%&!!!-vociferó. Salió de su habitación cojeando.

                Kaname no dejaba de llorar, sorprendiendo a Eiri, pues no tenía idea que su sobrino tuviera tan buenos pulmones. Al entrar a la habitación asignada para su sobrino; el niño se abalanzó al escritor.

                -¿Qué sucede?

                -Tuve una pesadilla-chilló.

                 -Tranquilo...-no pudo terminar la frase, pues el niño había vaciado todo el contenido de su estómago sobre Yuki.

                Desgraciadamente a Eiri se le había olvidado las consecuencias provocadas por la ingestión de alcohol en un ser tan pequeño como su sobrino.

 

 

                Salió de la ducha y cuál fue su gran sorpresa, Tatsuha seguía dormido pero ahora en el duro suelo. Shu se acercó a él e intentó despertarlo pero fue no logro ni si quiera que el chico se moviera.

                -Bien...-masculló el pelirrosa. Se puso uno de los tantos conjuntos llamativos que su madre le compró, pues no tenía otra alternativa.  Aquél día como no tenía nada que hacer y no se encontraba de buen humor a causa de cierto sueño inquietante; optó por lavar la ropa que había estado acumulando en su maleta desde antes de llegar a Japón. Juntó la ropa q iba a lavar y la vació en un morral, mientras desayunara dejaría la ropa lavando.

                Salió de la habitación y puso el letrero de ocupado para que la gente del aseo no despertara a Tatsuha.

                En el restaurante se topó con su manager quien con una sonrisa le recordó que mañana se acabarían sus cortas vacaciones. Después de desayunar tranquilamente, fue hacia la lavandería del hotel para poner su ropa a secar, tomó asiento en un pequeño sillón y esperó. Si no hubiera sido por una amable mucama quien se ofreció a llevar su ropa a la habitación cuando estuviera lista, se hubiera aburrido y esto hubiera empeorado su mal humor.

                Iba saliendo de la lavandería cuando:

                -Tío Suichi!

                Un niño se abalanzó a él, quien pestañeó varias veces, confundido.

                -Ka...Kaname...-musitó Shu, mirando con unos abiertos como un par de platos-¿Qué haces aquí?

                -Quería verte-aquella conocida voz varonil retumbó en sus oídos. Giró su rostro y se topó con el escritor.

                -Yuki...-cruzaron miradas por unos segundos hasta que el niño los sacó de sus pensamientos.

                -Tío Suichi soñé que unos monstruos me perseguían-el niño hizo un puchero.

                -No te preocupes Kaname...yo me encargaré que esos monstruos no te hagan nada-acarició con delicadeza la cabeza del niño.

                -Te quiero mucho-abrazó una de las piernas de Shindo.

                -Yo también-y por vez primera en mucho tiempo, Shuichi sonreía de manera natural; algo que no pasó desapercibido por el escritor.

                -Na...na...tío, vine por ti para que vayamos a la feria-dijo Kaname con ojos brillosos.

                -Pero...-miró con recelo a Yuki quien encogió los hombros.

                -¿No quieres ir con nosotros a la feria?-el niño hizo otro puchero.

                -Ah...bueno...si...

                -¡Wiiiii!-el niño comenzó  saltar-Vamos tío-haló de una mano a Shuichi.

                Eiri sonrió satisfecho, puesto que Kaname había servido como un buen pretexto para estar más tiempo con Shindo.

 

 

                Cuando despertó se percató de que estaba en el duro suelo de la habitación vacía, sin señal alguna de Shuichi. Se enderezó con pesadez, estiró cada músculo de su cuerpo y se dirigió al sanitario arrastrando los pies.  Se  lavó la cara para despejarse y aprovechó para refrescar su boca con enjuague bucal.

                En la recepción se encontró al par de hermanos Ono, los cuáles cuchicheaban algo. Al no saber nada de Shu, Tatsuha se acercó al par.

                -Hola...-les interrumpió. Hisoka dio un respingo y se puso tenso, mientras que Hiromi le saludaba con cordialidad-¿No han visto a Shuichi?

                -Para nada...-comentó Hiromi.

                -Mmmmm...-se racó la cabeza-ya veo...bueno...nos vemos...-el chico y dio media vuelta para salir de hotel cuando:

                -Espera-dijo Hiromi.

                -¿Qué sucede?-se giró y miró con curiosidad a la soprano. Hisoka haló de la mano a Hiromi, pero ésta le ignoró.

                -¿Nos podrías llevar a donde venden wataron?

                -Wataron...claro.

                Hisoka farfulló algo y torció la boca.

                -Gracias.

 

 

                Shuichi miraba distraído por la ventana del vehículo. Yuki de vez en cuando le miraba por el rabillo del ojo.

                -¿Cómo has estado?-se animó a romper el hielo Yuki.

                -Bien.

                -Qué bueno...¿Te has sentido mejor de tu heridas?

                -Si...

                -Gracias por venir con nosotros.

                -Lo hago por Kaname, que quede claro eso.

                Yuki apretó el volante con sus manos.

                -Claro...

                Y el resto del camino permanecierón en silencio, siendo cortado de vez en cuando por Kaname quien cantaba alguna canción.

 

 

                Ryuichi  se encontraba en una cafetería del centro de Tokio. Miraba pensativo su vaso con malteada, a su lado, Kumagoro yacía botado en una silla.

                Escuchó que la  puerta del local se abrió.

                -Bienvenidos-dijo uno de los meseros a los nuevos clientes que entraban.  Les entregó el menú y se fue a un rincón no muy lejos de aquella mesa.  Inconscientemente el cantante centró su atención en los nuevos comensales y abrió los ojos de sorpresa. Ahí estaba Tasuha  en compañía de un hombre y una mujer. Ebozó una risilla.

 

 

                -¡Quiero subirme a la montaña rusa!-vociferó Kaname.              

-Pero aún eres pequeño para subirte a ese juego.-le comentó con voz pastosa Shu. Kaname bajó la cabeza.

-¿No quieres subirte al tobogán de oruga?-sugirió  Yuki.

Kaname miró aquél juego al cuál etiquetó como "aburrido". Negó con la cabeza y comenzó a caminar, seguido por Shu y Eiri.

Después de pasar unos cuantos juegos, el niño se detuvo.

-Entremos a la casa del terror.

Al escuchar eso, Shuichi sintió un escalofrío.

-No crees que eres muy pequeño para ése-dijo con voz temblorosa Shuichi.

-Es  para niños de 4 años en adelante-señaló Eiri. Shu Tragó saliva.

-Pues vamos...

-Wiiii...

 

 

-Deliciosos-exclamó Hiromi, al probar el panecillo wataron con cara de tigre.

-Que bien-sonrió Tatsuha-¿Qué tal está el tuyo?-miró a Hisoka quien con el rostro sonrojado engullía su segundo wataron.

-Rico...-murmuró tenso.

-Disculpe señor-interrumpió el mesero-el señor de  la esquina le manda esto-el hombre puso un vaso de malteada de fresa frente a Tatsuha. El mesero se alejó y Tat como Hiromi voltearon hacia la esquina del local en donde saludaba un sonriente Ryuichi.

-Ryuichi-murmuró el monje.

-¿Le conoces?

-Sss...si...

Ryu se acercó al trío.

-Hola Tat-dijo el cantante en su faceta seria.

-Ho...hola...-el monje desvió la mirada. El ambiente se llenó de tensión.

Hiromi miró con ojos de duda a su hermano quien ignorando su bigote de glaseado se encogía de hombros. Ante el silencio la jovencita se sintió incómoda.

-Ammm...creo que ya tenemos que irnos-sonrió. Sacó unos yenes y sin saber qué cantidad era lo puso sobre la mesa-Vámonos Soka-el guitarrista, quien también se sentía incómodo no chistó y obedeció a su hermana.

-No es necesario que...

-Nos vemos-se despidió Ryu.

Los hermanos se pusieron  de pie y salieron del lugar.

-¿Cómo has estado?-dijo Ryu, sentándose frente a un anonadado Tatsuha.

-Yo...

-Ah...por cierto...ya olvidé aquél golpe que me diste-Sakuma señaló una mejilla, Tat pestañeó-Creo que tu reacción era de esperarse, ofendí a tu hermano...sé lo mucho que se quieren ustedes...

 

 

Shuichi caminaba con piernas trémulas junto a Eiri quien alumbraba el camino con una pequeña linterna. Kaname, quien tenía espíritu intrépido se había adelantado, dejándolos solos. El  pasillo en el que se encontraban estaba lleno de telarañas y murciélagos. La música de fondo no ayudaba en nada, provocando que el moreno se estuviera muriendo del miedo. A lo lejos se escuchó un grito desgarrador, provocando que el chico saltara directo a los brazos de su ex amante.

-Tranquilo...es parte de la música de fondo-susurró Eiri.  Al darse cuenta de su acción, Shindo se alejó de Yuki.

-Eso ya lo sé-respondió tajante el cantante.  Molesto consigo mismo ante aquella reacción que había tenido, se armó de valor y adelantó sus pasos de los de Yuki.-Yo no tengo miedo-susurró, tratándose de convencer a sí mismo.

-No te adelantes-le sugirió el rubio.

-No me molestes...

Al dar un paso más el chico oprimió un botón escondido, de la nada apareció flotando un hombre sin cabeza que se fue a estrellar contra Shuichi...

-Waaaaaaaaaaaaaaa....-se escuchó aquél grito desgarrador en todo el lugar, asustando a los comensales que estaban haciendo su recorrido en aquella casa de terror.

 

 

Entraron a la lujosa recámara del cantante, lo tumbó sobre el amplio colchón. Besó con desesperación los labios del cantante y marcó un camino de besos y mordidas hasta el cuello de Sakuma.

-Tatsuha-gimió el mayor.

-Ryu...te extrañé tanto susurró el monje.

Desgarró la camisa que Ryu llevaba puesta y llenó de besos todo el torso del mayor. Torturó los rosados pezones mientras que Sakuma alzaba su cadera exigiendo más contacto.

Retiró con rapidez su ropa que ya comenzaba a estorbarle, quedándose completamente desnudo. Bajó hacia la entrepierna del castaño y rozó el miembro erecto de éste.

-Ahhh...por favor Tat...

El monje le quitó el pantalón y la ropa interior y lo giró. Besó toda la espalda de Sakuma hasta quedar a la altura de su entrada a la cuál lamió con delicadeza.

-Ahhh...más...más...-gimió el mayor, moviendo su cadera.

Mordió los glúteos de Ryu quien lanzó un grito de excitación.

-Ya...ya por favor Tat...quiero sentirte...-suplicó Sakuma.

El menor tomó su miembro duro y lo acomodó en la entrada del cantante. Lo penetró lentamente y ya estado dentro de Ryu,  comenzó las embestidas.

Poco a poco fueron en aumento los movimientos de cadera por parte de Usegui  haciendo delirar a Ryu. 

Sacó su miembro y giró a su "amante"

-Deseo ver tu cara de placer-le ronroneó Tat al oído mientras lo penetraba de un sala embestida.

Las embestidas eran cada vez más demandantes. Lo cargó e hizo que se sentara sobre su miembro.  El monje disfrutó de aquella cavidad caliente que rodeaba su miembro.

-Ya no puedo más...me voy...me voy a venir- antes esto, Usegui hizo las penetraciones más profundas-Ahh...me ...me vengo...-rasguñó las espalda del moreno y sin más Ryu llegó al orgasmo.  Los músculos de la entrada del cantante se contrajeron provocando que al poco tiempo Tat eyaculara dentro de Sakuma.

-Te amo...-gimió Tat.

 

 

Mika tomaba una taza de café en la sala de espera del hospital en donde estaba internado su marido. Su celular comenzó a vibrar, con parsimonia sacó su celular y tomó la llamada.

-Señora Seguchi-dijo Sora del otro lado del auricular-tengo buenas noticias.

La mirada opaca de Mika se iluminó.

-Ya tienen al culpable.

-Al parecer sí, pero no lo han interrogado aún pues quieren que usted esté presente.

-Bien...voy para allá, dime que dirección es.

 

 

Sakuma se encontraba recargado en el marco de la puerta de su recámara mientras comía helado. Su cuerpo desnudo y lleno de chupetones eran los vivos recuerdos de la sesión de sexo que había tenido minutos atrás. Miró al moreno, quien yacía completamente dormido y rápidamente se le vino a la mente lo que el monje había dicho cuando culminó la relación sexual.

-Te amo...

Engulló otra cucharada de helado.

-Delicioso-relamió sus labios-dulce y frío...como la venganza...-una sonrisa retorcida se dibujó en su rostro ya maduro.

 

 


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