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Mercy rain por kozzha

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Notas del capitulo:

 

 

 

Hoooola querida gete, como les pinta la vida???

Espero q muuuy bien.

Para éste capítulo...bueno...para el lemon me inspiré con las canciones siguientes:

Acariciame- maría José

Lejos de tí-María Barracuda.

Espero y el nuevo capi sea de su agrado.

besos mil.

 

 

 

 

-Ten...con esto te sentirás bien, bébelo despacio-Dijo Yuki, tendiéndole un vaso con icee.

-Gracias-susurró Shuichi, aún pálido del susto.

-Neee tío Shuichi, ¿Ya te sientes mejor?-terció el niño, quien se encontraba sentado junto al asustadizo cantante.

El pelirrosa asintió, mientras bebía el icee.

-Tonto, ¿Con quién quieres quedar bien? -regañó  Yuki a su ex pareja.

-Con nadie-masculló el jovencito, desviando la mirada del escritor.

-Entonces, ¿Por qué no dijiste que tenías miedo?-se cruzó de brazos el mayor.

Shu bajó el rostro y cubrió su vergüenza.

-No has cambiado nada-susurró Yuki.

 

 

Capítulo 21

Unas manos suaves como el aire.

 

 

Después de haber dejado a Tat con Ryu en la cafetería; los hermanos Ono se habían ido de compras; mejor dicho, Hiromi había obligado a Hisoka a acompañarla a comprar su vestido para la boda de Hiro y Ayaka.

Después de un largo recorrido por todas la tiendas y si encontrar nada que le gustara a la mujer, el par se dio un tiempo para comer. En el restaurante, Hisoka comía desesperadamente mientras que su hermana le veía molesta.

-Eres un troglodita o qué.

El joven, quien se había batido todo pues su mano derecha estaba imposibilitada miró ofendido a su hermana.

-Nof soyf unf troglofditaf-dijo con la boca llena de arroz.

-Entonces come decente-le instó la niña.

Hisoka hizo un puchero y tragó el arroz que tenía en la boca.

-Tú tienes la culpa. Nos pasamos la hora de la comida por buscar un vestido-el chico se cruzó de brazos-y como no desayuné bien, estoy hambriento.

Hiromi guardó silencio, mientras que su hermano comía más tranquilo, procurando no batirse más.

-Por cierto, fue muy raro lo de la mañana, ¿No crees?

-A qué te refieres-musitó Hisoka, mientras se peleaba con los palillos.

-Me refiero al chico que le invitó una malteada al joven Tatsuha.

-Nadie puede ser más extraño que ese tal Tatsuha-bufó el menor.

-No, en serio hermano...había algo raro entre ellos-la chica entornó los ojos -No se te hace muy sospechosa la actitud de Tatsuha al ver que aquél tipo se acercaba, se veía tenso.

-Ammm...

-No te diste cuenta-farfulló la soprano.

-No...

-Ahhh...era de suponerse...bueno de todos modos, ahí hay gato encerrado.

-Hiromi, debes de aprender a no meterte en asuntos que no te incumben.

-Naaaa...no estoy haciendo nada malo, sólo es simple curiosidad-la chica se cruzó de brazos-A parte, ¿Por qué le invitó una malteada?

Hisoka se encogió de hombros.

-Sólo le invitas algo a una persona, si la estás acortejando...-la chica tardó mucho en reaccionar, y cuando lo hizo gritó tanto que toda la gente de su alrededor se asustó, incluyendo a su hermano menor-¡No puede ser!-exclamó.

-Ahora qué...-dijo con fastidio el guitarrista.

-Al extraño le gustó el joven Tatsuha-dijo la chica con los ojos brillosos.

Cuando la soprano  dijo eso, el chico, quien le había dado un gran sorbo a su refresco de melón, casi se ahoga.

-¡Qué estás diciendo!-vociferó el niño-Que el tipo ese es...

-Gay...

El moreno se quedó boquiabierto.

-Vaya hermano, por la reacción que has tenido debo de suponer que eres homofóbico.

-No lo soy...pero...nunca he conocido a alguien homosexual...

 

 

Tatsuha se despertó y lo primero que percibió fue el embriagante aroma de Ryuichi. Tomó una almohada y cubrió su rostro con ella, aspirando todo el olor de su amor.

Escuchó cantar a Ryu en la ducha, esbozó una sonrisa y se puso de pie. Entró a la ducha, que se conectaba con la recámara del cantante.

-¡Tatsuha!-exclamó un Ryu en faceta infantil-Me asustaste-forzó una risa.

El monje se quedó mirando la cara ya no joven del cantante y temió que eso fuera un sueño, un sueño que pronto terminaría.

-¿Qué sucede Tat lindo?-ronroneó el castaño.

-¿Esto es real? Digo...¿En verdad esto está sucediendo?

Ryu volvió a sonreír de manera muy macabra.

-Claro que es real-el castaño se puso de pie y estiró su mano hacia un incrédulo monje-Ven, dúchate conmigo, hoy yo te froto la espalda-le guiñó un ojo.

               

 

                Mika entró a la estación de policías.

                -Qué bueno que ha llegado señora Seguchi-dijo el detective encargado del caso.

                -¿En dónde están?-preguntó la mujer seria.

                -En los interrogatorios. No los hemos interrogado porque queríamos que usted estuviera presente.

                -Gracias.

                El detective la guio hacia el lugar. La castaña miró al par de hombres, quienes por su aspecto se veían muy humildes. Uno de ellos ya era mayor y se veía que estaba muy nervioso. Un detective de aspecto intimidante entró al lugar.

                -Y bien, ¿En dónde encontraron estos objetos?-el hombre señaló un anilló de oro, un celular muy lujoso y un sombrero. El anciano sollozó.

                Al ver eso, el hombre que estaba interrogándolos golpeó con fuerza la mesa.

                -Hablen-gritó.

                Mika dio un respingo al ver lo que el tipo estaba haciendo al otro lado del espejo.

                -Mi...mi papá y yo íbamos caminado por una de las calles principales de ahí...-respondió el más joven del par-cuando llegó un carro y frenó bruscamente...-al hablar se podía ver que le temblaba la voz del miedo.

                -¿Cómo era el vehículo?-acercó su rostro al del supuesto culpable.

                -Negro...muy lujoso-dijo el joven, bajando la mirada.

                -Y alguien salió de ahí...

                El más joven asintió.

                -Un extranjero y su gemelo...

                -¿Gemelo?

                -Si...

                -Bien...¿Puedes describirlos?-habló tajante el detective.

                El chico alzó la vista y asintió.

                -El que conducía tenías los ojos de color, no alcancé a distinguir el color...su cabello rubio y corto...sumamente  alto, mientras que su gemelo...cabello oscuro...color negro...

                Mika pestañeó varias veces al escuchar la descripción que uno de los sospechosos decía.

                -Bien, ¿Qué sucedió después?

                -Sacaron a un hombre del vehículo a la fuerza, se veía asustado...

                -Muy asustado...-terció el anciano.

                -El hombre al que sacaron del vehículo, ¿Estos objetos le pertenecían?

                -Si...

                -¿Pueden describirlo?

                -Pequeño...cabello rubio...vestido muy formal...

                -Bien...continúa...

                -El extranjero decía varias cosas, me sorprendió que hablara bien el japonés

                -¿Escucharon lo que decía?

                Los dos sospechosos negaron con la cabeza.

-Se le veía alterado. Por eso mi papá y yo nos escondimos por ahí para no correr peligro.

                -El gemelo moreno inmovilizó al de estatura mediana-terció el viejo quien aún se encontraba nervioso.

                -El extranjero lanzó estas cosas-el joven señaló los objetos personales de Touma.

                -Le rasgaron toda la ropa y lo amenazaron con una pistola y...se fueron...

                -El pobre hombre gritó un nombre...

                El detective les miró con ojos entornados.

                -¿Un nombre?

                -Si...el nombre de alguien...al parecer así se llama el extranjero-asintió el jovencito.

                -Le pidió que regresara.

                Al escuchar todo eso, Mika sentía que su corazón se le iba a salir del pecho. Deseaba saber quién había sido el culpable de que su esposo estuviera así, pero muy en el fondo había una voz que le insistía que no indagara más, pues podría salir lastimada.

                El detective se puso de pie se recargó en la puerta de entrada.

                -¿Recuerdan el nombre?

                El par asintió.

                -Díganlo...

                -Eiri...-corearon los sospechosos.

                La mujer dio un grito ahogado y se dejó caer en el suelo, llorando.

                -¡Señora Seguchi!-vociferó el detective, acercándose a la mujer quien estaba en shock.

 

 

                Yuki estacionó el auto fuera de su casa, apeó de éste y fue hacia la parte trasera para sacar a un dormido Kaname. El cantante con cara de fastidio y aún pálido apeó y se tambaleó un poco. Se quedó boquiabierto al ver la gran casa frente a él.

                -Wou...nueva casa.

                -Así es...-musitó Yuki intentando abrir la puerta para poder entrar y recostar al niño.

                -Oh...lo siento...-el cantante le arrebató las llaves y abrió.

                -Gracias-Yuki se quitó con trabajo los zapatos, cruzó toda la estancia para llegar a las escaleras. Las subió de dos en dos y fue hacia la habitación provisional de su sobrino.

                Shuichi; por su parte, cerró la puerta y se quitó los zapatos con cuidado mientras veía el cuidadoso recibidor.

                -Vaya, incluso esto es muy chic...muy típico de él-sonrió con nostalgia. Recorrió cada rincón de la sala.

                -Shuichi, ¿Podrías traerme el oso de felpa que está en uno de los  sofá?-gritó Yuki.

                -Oh...claro-el chico corrió hacia el gran sofá de la amplia sala y tomó un oso de color verde con un moño azul. Subió las escaleras y los buscó en cada una de las habitaciones. Terminó su búsqueda cuando entró a la penúltima habitación del ala izquierda del pasillo-Aquí está-el cantante le estiró el oso al rubio quien lo acomodó cerca de su sobrino.

                -No duerme bien si no es con su oso-comentó Yuki.

                -Veo que ya cambió a Floppy-sonrió Shu  ver al niño dormir.

                -Puff...si...es un peluche para bebés y pues...el ya no lo es...-Shuichi rió. Se quedaron en el marco de la puerta mirando a Kaname-Gracias por lo de hoy.

                -No hay de qué...

                -Tal vez...deberíamos de hacerlo más seguido...tú sabes...por Kaname...

                Shindo negó con la cabeza.

                -Nunca vas a cambiar Yuki-salió de la habitación-Será mejor que me vaya...-el  chico caminó hacia las escaleras.

                -No...-el rubio salió de la habitación del niño y cerró la puerta, siguió a Shu-espera...-le tomó del brazo de manera sutil-No te vayas...por favor...-lo haló hacia él al chico-por favor-susurró Eiri en los labios de Shu.

                -No lo hagas.-el cantante desvió el rostro.

                -¿Por qué no?-le tomó de la barbilla y lo besó.

                Lo tomó entre sus brazos y los llevó a la habitación más cercana que era la de Tatsuha.  Lo recostó con cuidado en la cama y volvió a besarlo. La excitación que había tratado de olvidar en la mañana comenzaba  a surgir, provocada por las suaves caricias que Yuki le proporcionaba a  su delicado cuello.

                Shuichi no supo en que momento el rubio le había quitado la playera, tan sólo se dedicaba a sentir las suaves caricias. Las manos de Yuki se sentían como el mismo aire, suave y delicado.

                -Te haré sentir bien....lo prometo-susurró el escritor mientras desabrochaba el pantalón de Shindo.

                -Ah...Yuki...-musitó el cantante.

                Poco a poco fue deslizando el pantalón por las delgadas piernas del moreno hasta dejarlo en ropa interior. Se enderezó y se deleitó con la excitante imagen que tenía enfrente.

                -Eres perfecto...-Yuki se quitó la ropa y se acercó de nuevo al chico. Se dedicó a recorrer todo ese cuerpo con sus manos y labios, haciendo delirar al menor y provocando que olvidara todo recuerdo negativo.

                Saboreó en su boca el miembro de Shuichi y bebió todo el semen cuando éste se corrió. Y cuando se hicieron uno entre gemidos; Shuichi sintió desfallecer.  Lo tomó en una sola posición en la que se podía apreciar el rostro del jovencito y sus reacciones.

                -Shuichi...he deseado tanto éste momento...

                -Ahhh...más...no puedo más...-gimió el moreno, aferrando sus uñas en la ancha espalda del rubio. Unas embestidas más y el cantante se volvió a correr, tensando sus muslos, causado por el maravilloso orgasmo.

                Yuki, quien sintió correrse también al sentir como la entrada del chico se apretaba, enterró el rostro en el cuello del menor.

                -Shuichi...-gimió el rubio en el oído del moreno.

 

 

                -¿Se encuentra mejor señora Seguchi?-preguntó uno de los policías.

                La mujer quien con sus ojos hinchados miraba al vacío y no había recuperado el color natural de su tez asintió lentamente.

                -Un poco mejor...-susurró con voz ronca.

                -Muy bien. ¿Desea que continuemos con los interrogatorios?

                -No...deje libre a esos pobres hombres, ellos no son los culpables.

                -Pero señora...están mintiendo...

                -No...no  lo están haciendo...

 

 

                Abrió los ojos y sintió que un brazo lo abrazaba fuertemente, giró su cabeza y se topó con el dulce semblante de Yuki quien estaba aún en los brazos de Morfeo. Con cuidado se deshizo de aquél amarre, escuchó un reproche por parte del rubio; le miró tenso y notó que el mayor aún seguía dormido. Suspiró con alivio y tomó asiento en la orilla de la cama; miró la ropa tirada en  la habitación con ojos desconcertantes.

                -¿Qué he hecho?-susurró con un hilillo de voz.

               

 

 

Notas finales:

Dehen muuuuchos RRs por fa...


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