Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mercy rain por kozzha

[Reviews - 542]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola.

Yo aquí de nuevo.

Recibí muchos RR de lectoras quejándose del cap anterior y dudé en seguir con las ideas que tenía, después de consultarlo con la almohada decidí seguír con mi fcis tal como está y con lo que tengo planeado. Sé que hay que darles gusto pero si eso hace que yo quede insatisfecha, lo siento mucho en verdad.

El cap anterior fue un poco light pq quería presentar a la chica y que Yuki se relajara un poco.

Como escribí arriba, seguiré con mis planes y pues sólo me queda advertirles que tal vez algunas no les guste ni éste ni el que viene. No enredaré a Yuki con nadie, el chiste es que esté con Shu, si fuera algo así no lo subo en amor yaoi ¬¬. En cambio Shu...ah Shu...mejor leean el prox cap.

La canción de Delerium que se menciona en el fic es la de "Mediocre" de Ximena Sariñana.

Otra cosa, como muchas ha  de notar, juego un poco con los tiempos; por lo que les pido que pongan mucha atención . El cap pasado trató de lo que hizo Yuki en sus primeras semans, mismas semanas en la que Shu se la paso buscandolo y eso sucede en el cap 33. Ok??

Si están interesadas en las canciones que tiene el album de Delerium diganme en un rr ;)

Otra cosa, la hermana de Karma es´muy grosera cuando se enoja, como mim mamá. Sorry Mimishka pero es la verdad.

 

Saludos.

Lanzó un hondo suspiro y miró el cielo tras sus gafas oscuras; dejó a un lado el libro que estaba leyendo y tomó el vaso de cristal que reposaba en la mesa de junto. Disfrutó del agua de sandía, fresca y dulce. Debía de admitirlo, México le estaba  gustando y mucho, muy a pesar de sus calles caóticas, el gran bullicio, la sobrepoblación  y demás cosas, ese país tenía muchas ventajas como la de poder comer toda la sandía que quisiera, el gran trato que tenían  los extranjeros, la diversidad cultural  y por supuesto,  la comida.

Después de conocer la casa de la chica, Alicia  le llevó al hotel y en el camino, ésta le pidió el fin de semana libre,  Yuki accedió, el también necesitaba un poco de descanso de tanto trajín.

Y Ahí estaba, felizmente tomando el sol de mediodía  tendido en un camastro cerca de la alberca. Su móvil sonó  llamando su atención, lanzó un bufido y tomó el aparato. Leyó la pantalla y vio un mensaje de su hermana.

-¿Qué acaso no duerme?-pensó el rubio, sabiendo que en Japón ya era de noche.

Desde que había llegado a México; Mika no había dejado de mandarle mensajes por medio de whatsapp.

-¿Cómo va todo?-decía el mensaje de la mayor.

-Bien, hasta que me llegó tu mensaje.-le había escrito Yuki.

-Siempre con tu buen humor…eso me agrada. Por cierto… gracias por las fotos, muy lindas….aunque tú eres un pésimo fotógrafo.

-Ya duérmete…-y así fue como dio por finalizada la conversación con la castaña.

Iba a dejar su celular en la mesa, cuando éste sonó de nuevo, chasqueó la lengua y miró la pantalla, ahora era su editora, Mizuki.

-¿Cómo está profesor? Lo extraño mucho.-leyó Eiri. No había sabido de Kana desde su despedida en el aeropuerto, ya hace tres semanas aproximadamente.

-Bien, gracias.

-Nyankotaro está muy bien…

Ante lo escrito por su amiga, Yuki sintió una gran necesidad de saber de Shuichi; sabía que Mizuki tenía contacto con el chico y si le preguntaba sobre él, ella le diría todo lo que sabía, estaba a punto de hacerlo pero se contuvo.

-Me da gusto, ¿Cómo va todo ´por allá?-le escribió.

-Todo aburrido…usted hacía las cosas más emocionantes.

Eiri esbozó una leve sonrisa.

-Lo sé…

Yuki le escribió de sus anécdotas en México, de la enchilada  que había sufrido y de la peculiar intérprete que contrató. Se despidió de su amiga pidiéndole que se olvidara de formalidades. Aunque al rubio le había dado gusto el saber de Kana, su tranquilidad se vio perturbada pues ella era el vínculo con la realidad, con aquella realidad de la que quería huir y de la que Mika lo deseaba alejar, de aquella realidad en donde se encontraba Shuichi, Shuichi y su novia.

La bola de cristal en  la que se había refugiado en esas semanas se quebró al instante. Se sintió solo y desolado y deseó tener cerca a la mexicana, aquella niña que le hacía olvidar todo lo que lo atormentaba con sus pláticas incoherentes y sin secuencia, su ropa estrafalaria y sus locuras en general.

Tomó el móvil y tecleó:

“Te quiero ahora mismo aquí…”

Fue el mensaje que le mandó a  la chica. Esperó respuesta alguna; pero ésta nunca llegó.

 

 

Capítulo 35

Una historia que contar.

 

 

Se despertó de sopetón, sudoroso y con la respiración agitada. Se enderezó y miró en su derredor, estaba en la habitación del hotel. Hizo un gran esfuerzo para tragar saliva, pues su boca estaba seca.

Había tenido una pesadilla, una pesadilla que podía volverse  realidad. El rubio había soñado con Shuichi y Hiromi, les había visto hacer el amor y como después la pareja se casaba y tenía hijos, muchos hijos y todos parecidos a Hiromi y lo peor de todo es que lo perseguían mientras gritaban “Tío Eiri”.

Sacudió la cabeza para alejar esos malos recuerdos. La culpable de todo eso era Alicia, pues la chica no había aparecido el sábado, provocando que el joven sólo pensara en Shuichi y la última vez que le había visto. El domingo la situación empeoró ante la usencia de Karma; provocando que el rubio ni siquiera probara bocado alguno y el lunes no lo había iniciado  bien ante el perturbador sueño.

-Esa mocosa está despedida-masculló el hombre, recostándose de nuevo y cubriéndose con la sábana.

El teléfono de la habitación sonó y un muy malhumorado rubio tomó la llamada.

-¡Qué!-dijo en inglés.

-Lo…lo siento señor Usegui , pero la señorita…¿Karma? Le espera en la recepción-dijo la recepcionista en inglés.

-Dile que bajaré en media hora.

-S…si…-el extranjero cortó la llamada.

-Esa mocosa todavía tiene el descaro de presentarse hoy-bufó.

Ahora él se vengaría.

Se duchó tranquilamente, se visitó sin prisa alguna y notó que el pantalón  vaquero ya le quedaba un poco justo. Se peinó frente al espejo del baño y se cepilló diente por diente, tardándose casi un minuto en cada uno.

Cuando bajó a la recepción le esperaba una impaciente Alicia. Estaba por reclamarle  cuando notó el aspecto de la chica.

-Pero que carajos…-musitó, acercándose cada vez más a la chica.

Alicia ahora llevaba puesto un short de mezclilla que dejaba ver la mayor parte de sus piernas, una playera negra que le quedaba como vestido y que decía “Tu cuca madre está de regreso” ahora si un par de calcetas blanca;  como también,  el par de converse negros. Su cabello estaba recogido por un descuidado chongo. Lo único que había no  cambiado era su piercing.

-¿Se puede saber qué te pasa?-les espetó Yuki.

-¿Por qué?-preguntó confundida la chica.

-¿Qué haces vestida así?

-Na…no tenía ganas de arreglarme-se encogió de hombros.

-¿No tenías ganas de arreglarte?-repitió el mayor incrédulo.

-¿Por qué estás tan enojón hoy?

Eiri parpadeó y lanzó un bufido.

-Por tu culpa-le respondió.

-¿Eh?

-Te estuve esperando el fin de semana-vociferó.

-Pero me diste el fin libre.

-Pero cambié de parecer y te mandé un mensaje.

Alicia le miró con sus ojos encantadores y musitó un:

-Oh…

-¿Cómo que “Oh”?-dijo iracundo ante la tranquilidad de la chica.

-Lo que pasa es que perdí mi celular-la chica se rascó la cabeza, desarreglando aún más su peinado-Lo siento, pero ya tengo otro-Karma le enseñó uno de los primeros modelos  Nokia.

-¿Ese tabique?-resopló Yuki.

-Cumple con sus funciones-se encogió de hombros.

-Bien… ahora llévame a desayunar-le ordenó.

-¿Con doña Lucha?

-Si…

El par salió del hotel, el auto de la chica estaba aparcado a unos metros de ahí.

-El sol está muy fuerte hoy y me temo que no podré soportarlo mucho-dijo Alicia, abriéndole la puerta del copiloto a su cliente-¿Hoy podría llevarte a algunos museos?

-Si…-Yuki subió al vehículo junto con la chica.

Después de desayunar, Karma llevó a Eiri al castillo de Chapultepec  y de ahí se pasaron al museo de Antropología que estaba cerca de ahí. Llevaban la mayor parte recorrida cuando Eiri le dijo a su intérprete que tenía hambre.

-¿Qué quieres comer?

-Tacos-respondió el rubio muy seguro de sí.

Alicia lo llevó  a una famosa taquería en la colonia Polanco; ahí degustaron 15 tacos de al pastor cada uno y en esa ocasión Eiri no se indigestó; comenzaba a tener estómago de guerrero.

-Ese es mi muchacho-le halagó Alicia al ver al japonés comerse el último taco sin ningún problema-Después de comer, ¿A dónde quieres ir?

Eiri le dio un gran sorbo a su michelada.

-Takao me dijo que la Basílica de Guadalupe está muy bonita así que…quiero ir  ahí.

Alicia se atragantó al escuchar  eso, se puso roja y tosió mientras se golpeaba el timo.

-¿Lo dices en serio?-dijo con voz a cuello la chica, después de darle un gran sorbo  a su cerveza.

-Si.

-Pero Eiri, es una iglesia…

-¿Y?

-Ahg…hay muchos cristos, vírgenes y cosas así…no es algo muy entretenido.

-Aun así quiero verlo.

-Ahhh…qué más da…-Alicia se rascó la cabeza-se me olvida que eres japonés, todo lo que sea católico es novedad para ti.

Después de comer, el par se dirigió hacia la Villa, en donde estaba la Basílica. A mitad de camino el cielo comenzó a nublarse, pronto iba a  caer una  gran tormenta. Cuando pasaron por Garibaldi, a Yuki le llamó la atención los mariachis  que estaban ahí.

-¿Qué son esas personas de sombrero?

-Mariachis. Son músicos que llevan serenata.

-¿Qué es eso?

-Canciones de varios temas que las interpretan ellos.  La gente lleva serenata cuando  un cumpleaños, para ofrecer una disculpa, para declarársele a alguien o para confirmar el amor que se tienen, generalmente quienes llevan  la serenata son los hombres.

El resto del camino, la mexicana le explicó con más detalle sobre los marichis y las serenatas al ver al rubio tan interesado con ese  tema.

 Aparcaron frente a la casa de la chica.

-Como está nublado, podemos aprovechar esto y caminar desde aquí-le dijo Karma.

-¿Está cerca de tu casa?

-Sip.

Caminaron  dos calles más y cruzaron el parque de los cocodrilos, tomaron un camino a la izquierda hasta llegar a la calzada de Guadalupe.

Yuki quedó fascinado ante la belleza de la iglesia. Conoció la Basílica para los españoles y la que había sido creada para los feligreses indígenas, pues  no se mezclaban unos con otros.

El rubio obligó a la menor a entrar a  misa y le exigió que le tradujera todo lo que el sacerdote decía.

-Si me derrito será tu culpa-le instó  la chica.

Las nubes se quebraron cuando el par iba llegando al parque. Corrieron  hacia el quiosco que estaba en medio de éste.

-Wow, tremendo tormentón-exclamó la chica.

Uesugi no dijo nada y miró como la lluvia empapaba el verde césped.  Había llovido de la misma manera que en  esa ocasión:

-Necesito que me aclares unas cosas.

-Qué cosas.

-¿Es cierto que tienes novia?-ante la inesperada pregunta, Shuichi le miró con sorpresa.

-¿Quién te dijo eso?

-Mika…los vio en el centro comercial de Shibuya.

Shu suspiró.

-¿Es cierto? Díme, ¿Es cierto que tu novia es la joven con la que fuiste a la boda?-musitó Yuki.

-Si-respondió con seguridad -Me gusta mucho…y sobre todo…la amo…

Yuki le tomó de los hombros y lo zarandeó.

-¡Mientes!-vociferó.

-No, no lo hago. La amo tanto como ella me ama a mí-gritó el moreno. Yuki le soltó y le miró con ojos brillosos.

-Entonces es cierto…-musitó con voz a cuello. Shu sólo desvió la mirada. Con decisión tomó el rostro del menor y le besó con desesperación. Shindo se resistió al principio, pero poco a poco se dejó llevar y correspondió al beso de su ex amante. Yuki le dejó de besar.

-Te amo…y siempre lo haré-le susurró sobre los labios.

-Yuki…por favor-musitó Shu.

Soltó el rostro del moreno y dio unos pasos hacia atrás, sin  dejar de mirar al menor. Sonrió con tristeza.

-Adiós Shuichi.-dicho esto dio media vuelta.

Esa fue la última vez que le  vio.

Sus ojos se nublaron y el nudo en su garganta se cerró aún más. Lo había perdido y ya no había vuelta atrás.

-Shuichi…-susurró.

-Parece ser que no dejará de llover por un largo rato-la voz de la mexicana le sacó de sus pensamientos-Así que es mejor aprovecharla-la chica bajó las escaleras del quiosco y lo rodeó hasta llegar a la cancha de basquetbol.

-¿Qué haces?-Yuki le gritó  a la chica que bailaba bajo la lluvia.

-Vivir-le respondió la chica, dedicándole una de sus hermosas sonrisas.

-¿Estás loca? Te vas a enfermar y yo no quiero…

-No me importa, si después de esto me muero…no importa...pues fui feliz-ante lo dicho por la mexicana Yuki parpadeó y no dijo nada.

Alicia cantó a todo pulmón mientras bailaba, pero al parecer eso no era suficiente por lo que sin razón alguna comenzó a gritar y parecía un paciente que había escapado de un psiquiátrico.

-Mocosa, por Buda…-le pidió Yuki exasperado.

Molesto de ver que la chica le ignoraba, Eiri bajó del quiosco y fue hacia ella olvidando por completo que se estaba mojando.

Al ver que el japonés se acercaba, Alicia sonrió.

-Vamos Eiri, grita-le invitó.

-Estás loca-vociferó, tomando de la mano a la chica.

-Loca pero feliz…-dicho esto se soltó del agarre de su cliente.

-Basta enana…

-Si te quieres ir, hazlo-le instó y siguió con lo suyo.

Uesugi apretó los puños sumamente molesto, no deseaba estar bajo la lluvia, ni revivir aquellos dolorosos recuerdos, recordar aquellas palabras.

- La amo tanto como ella me ama a mí…-esas palabras retumbaban en su cabeza.

La imagen de Shuichi y Hiromi haciendo el amor brilló en su mente. Apretó sus puños aún más.

-Basta…-musitó-Basta…basta…¡Basta!-esa última palabra la gritó, exasperado. Ante esta acción, algo se quebró dentro de su ser y sin más comenzó a gritar como Alicia. Gritó hasta desgarrarse la garganta.-Basta…-dijo por última vez con voz débil y ronca; casi afónico, se llevó una mano al rostro y comenzó a llorar.

Lloró por todo lo que había dejado en Japón, le lloró a su hermana y sobrino, a Tatsuha, a su amiga Mizuki, a Nyankotaro y por supuesto …a Shuichi. Decidido a vaciar sus ojos dorados de lágrimas, lloró hasta el cansancio.

Ya no escuchaba a Alicia, ni a las gotas de lluvia que azotaban sobre el duro suelo; sólo escuchaba su sollozo. Se quedó un rato así, en medio de la nada, con su mano izquierda cubriendo su rostro; de repente sintió una mano pequeña-cálida- tomar su mano derecha. Se descubrió el rostro y bajó la mirada, a su costado derecho estaba Alicia, tomando su mano mientras miraba a un lado no específico.

-Ya es tiempo de irnos…¿Ne?-dijo ella halando a Yuki.  El rubio solo asintió y apretó más la mano de la chica.

Cuando llegaron a casa de la mexicana, ésta se apresuró a darle una toalla para secarse. Yuki se encerró en el tocador de la planta baja. Sin entender el por qué, el chico se sentía ligero y en una paz que desde que era niño no sentía.

El aporreo de la puerta le hizo salir de sus cavilaciones. Abrió y vio a Karma en pijama.

-Toma esto-le tendió una muda de ropa-No quiero que te resfríes.

Yuki aceptó las prendas sin chistar. Se quitó la ropa mojada y se puso una playera color oro quemado que tenía la cara de un puma azul marino-o eso le pareció al japonés-se cambió el pantalón vaquero por un pantalón de chándal del mismo color del estampado.  Se sorprendió que la ropa le quedara a  la medida. Afuera, la chica le esperaba con unas pantuflas.

-Wow, te quedó bien.

-¿De quién es?-preguntó el rubio.

-De papá-sonrió Alicia-Era de tu estatura y complexión-la chica se fue hacia la cocina.

-Si era alto, ¿Por qué tu eres muy pequeña?-la siguió el mayor.

-Fui sietemesina.

-Entiendo…-asintió Yuki.

-Ya casi está el chocolate-dijo la chica, mirando un pocillo de barro que estaba sobre la lumbre.

Eiri no dijo nada y salió de la cocina para irse a sentar a un sofá de la sala y disfrutar de la compañía de las mascotas de la menor.  Cerró los ojos disfrutó de la paz que le invadía. Al poco rato, Alicia apareció con un par de tazas humeantes.

-Es chocolate de Oaxaca, el mejor-le dijo, tendiéndole la taza.

El par bebió del chocolate en silencio mientras la ropa de Eiri se secaba en la secadora y por el resto de la tarde, nadie habló.

El martes Alicia le mandó en mensaje  al japonés informándole que no estaba en condiciones para salir.

-Terminó enfermándose esa enana-se dijo a sí mismo.

A Yuki no le importó el no poder salir ese día, puesto que aquél martes había amanecido lloviendo y al parecer así sería todo el día. El miércoles;  Karma mandó otro mensaje disculpándose.

-Apúrate en aliviarte, que me estoy aburriendo-le respondió él japonés en un mensaje.

Y Julio entró con fuertes lluvias, como sucedió ese miércoles primero de Julio.

Para sorpresa de los capitalinos, el jueves amaneció soleado y sin ningún anuncio de una futura lluvia.

Ese día Alicia no mandó mensaje alguno.  En esos días, Yuki se había dedicado a escribir en aquel diario que iba dedicado a Shuichi. A pesar de que había aceptado su derrota y de que ya no estaría nunca más junto a Shindo, Yuki-por supuesto-le amaba y le seguiría amando hasta que se muriese y aquellos sentimientos los escribía en esa libreta y aunque sabía que nunca iba  a ser leída por el cantante, Eiri se sentía consolado.

Cansado de tanto escribir, el rubio decidió irse a la cama temprano. A media noche, una llamada le hizo separase de los brazos de Morfeo.

-¿Diga?-respondió con voz ronca.

-Eiri, ¿Te desperté?-preguntó una jovial Alicia.

-No, para nada…-respondió con sarcasmo el japonés.

-Qué bien-dijo la chica, sin entender el sarcasmo del hombre-Voy por ti en media hora, ¿Vale?

-Oye…pero…-no pudo decir más pues la chica cortó la comunicación-¿Pero qué carajos?-curioso de saber que tramaba aquella cabecita, Eiri se cambió la pijama, se lavó la cara y se cepilló los dientes.

Cuando bajó a la recepción, Karma ya le esperaba.

-Vamos-le dijo y salió del hotel seguida por el rubio.

-No sé por qué siento que me voy a arrepentir-pensó.

Se llevó una gran sorpresa cuando quiso subirse al auto, en el asiento del copiloto estaba una jovencita  que teníe el cabello teñido  rojo cereza  y  vestía de ropa negra, como si fuera a  un velorio. Alicia no dijo nada y le abrió la puerta de atrás. Yuki subió a  éste y se acomodó entre las tantas latas de cerveza que había ahí.

Cuando estuvieron los dos en el auto, la pelirroja miró ceñuda a Karma. Yuki escuchó que su intérprete le cantaba algo a su amiga y ésta tan sólo torcía la boca, al parecer su presencia no era agradable para la pelirroja, pues se sintió una gran tensión en el vehículo.

-Noté que estabas muy interesado en eso de las serenatas y pues decidí llevarte a una.

-¿En serio?-preguntó un muy confundido Eiri.

-Sip…Pampi le llevará serenata al chico que le gusta.

-¿Pampi?-repitió él.

-Sip, Pamela … es ella-señaló a la pelirroja que ante la mirada del rubio no pudo ponerse nerviosa y desviar la mirada para que el japonés no viera su sonrojo.

-Es un poco tímida pero el alcohol le ha dado valor.

Eiri no dijo nada. Alicia dijo otra cosa en español y encendió el auto. Fueron a Garibaldi por los mariachis, Pampi les dio la dirección y éstos siguieron el pointer de Alicia hacia la casa del “susodicho”

Estando ahí, los músicos bajaron sus instrumentos, Pampi les dio la indicación y éstos comenzaron a tocar y a  acompañar la melodía con sus voces. Eiri se sorprendió de la gran voz que tenían.

-La habitación de Erick es ésta-le dijo Alicia a Eiri, señalando una de las ventanas en penumbras de la planta alta-Si se enciende la luz y el sale, significa que Pampi es correspondida.

Yuki miró a la pelirroja que observaba con ojos esperanzados a la ventana de su amado.

-Sería un tonto si no sale-dijo el rubio.

-Estoy de acuerdo.

Ya casi al finalizar la canción, la luz se encendió, desconcertada Pamela  miró a su amiga quién le dio ánimos. Erick, un joven de tez morena, cara alargada, cabello negro y alborotado  asomó la cabeza aún somnoliento, se puso sus lentes de pasta y sin entender nada se rascó la cabeza.

-¿Pampi? ¿Licha?-preguntó-¿Qué hace un chino con ustedes?-dijo.

La pelirroja le dio un sorbo a la cerveza que llevaba y sin más le gritó.

-Te amo…desde hace años que te amo…

Aunque Eiri no entendía el español, supuso que la chica le estaba diciendo sus sentimientos. Erick no dijo nada  metió la cabeza, cerró la ventana y apagó la luz.

-Licha…él…-la joven pelirroja hizo un puchero mientras sus ojos se inundaban de lágrimas.

-Espera…-Karma le susurró.

Yuki sintió lástima por la joven. A los pocos minutos se oyó la puerta de la casa de Erick abrirse, éste salió en pijama y con paso firme caminó hacia Pamela, no perdió el tiempo y la besó en la boca.  Todos los ahí presentes lanzaron exclamaciones de sorpresa.  Los mariachis volvieron a tocar.

-Ven Eiri-Alicia tomó de la mano al mayor y lo llevó hacia el auto-dejemos a ésos tortolos-Uesugi obedeció. Ya en el auto la chica lanzó un hondo suspiro, mientras que Yuki permanecía pensativo.

-¿A ti te gustaría que te llevaran serenata?-le preguntó el rubio.

-Claro…es lindo que la persona que te ama te haga algo así, ¿No crees?

-Creo que si…

-¿Y a ti te gustaría?-Karma metió la llave al auto, pero no lo endenció.

-Si fuera esa persona…-pensó en Shuichi y sin poder evitarlo sonrió-Por supuesto que si.

-¡Sonreíste!-exclamó Licha, asombrada-Nunca te había visto sonreír…

-No es para tanto-musitó el rubio, abochornado.

Se quedaron en silencio, sumergidos en sus pensamientos y sin más suspiraron.

-Y bien, ¿No se te antoja una copa? Yo invito.-habló Alicia.

-Bueno.

El par fueron  a un bar-karaoke en el centro de la ciudad.  Después de cuatro cervezas, Alicia se animó a subir al escenario, ignorando las súplicas de Eiri. Le susurró algo al Dj y segura de sí misma tomó el micrófono y habló.

-Ésta va dedicada para esa rata de dos patas…

-La estás oyendo inútil.-se escuchó el grito de una mujer a lo lejos. Los comensales rieron y aplaudieron. La pista inició y la chica cantó:

 

Ese hombre que tú ves ahí

 

Ante ésta frase, los comensales centraron su atención en el rubio, que sin entender nada, tan sólo se limitó a hundirse en su silla.


que parece tan galante,
tan atento y arrogante,
lo conozco como a mí.

Ese hombre que tú ves ahí
que aparenta ser divino,
tan afable y efusivo,
sólo sabe hacer sufrir...

Es un gran necio,
un estúpido engreído,
egoísta y caprichoso,
un payaso vanidoso,
inconsciente y presumido,
falso enano rencoroso
que no tiene corazón.

Lleno de celos,
sin razones ni motivos,
como el viento, impetuoso,
pocas veces cariñoso,
inseguro de sí mismo,
soportable como amigo,
insufrible como amor.

Ese hombre que tú ves ahí,
que parece tan amable,
dadivoso y agradable,
lo conozco como a mí.

Ese hombre que tú ves ahí,
que parece tan seguro
de pisar bien por el mundo,
sólo sabe hacer sufrir.

 

Terminó de cantar y la gente soltó en aplausos y chiflidos. La chica agradeció y se fue hacia la mesa  en donde la esperaba un abochornado Yuki.  Karma pidió una cubeta más de cervezas y no hablaron por un rato.

 

 

Mientras bebían cervezas en silencio, cada uno sumergido en sus pensamientos, un mensaje en el whatsapp provocó que el rubio diera un respingo.

-Genial-bufó.

-¿Tu hermana?-preguntó Alicia. Desde que lo conocía, escuchaba quejarse al japonés de los mensajes que le mandaba su hermana mayor.

-Si…no sé qué es lo que le pasa…¿Qué acaso no tiene otra cosa que hacer?

-Debe de estar preocupada por ti-dijo la mexicana encogiéndose de hombros.

-Siempre le respondo que estoy bien, no sé qué le hace dudar.

-Tal vez lo que ella necesita es verte, ¿Ne?-Ali le dio un sorbo a su cerveza.

-¿A qué te refieres?

-Qué lo mejor es que le mandes una foto de ti sonriendo, como lo hiciste hace rato-la chica hizo una sonrisa fingida.

-¿Tú crees?-Lichas asintió y le arrebató el celular a Yuki.

-Te tomaré unas cuantas.

Eiri torció la boca.

-Vamos, posa.-Alicia  le tomó varias fotos en las que el rubio salía ceñudo o tenso-eres poco fotogénico-dijo   mirando las fotos-así ella no te va  a creer.

-Déjalo-Yuki le dio el último sorbo a  su cerveza y con señas le pidió otra cubeta  al mesero.

-¿Quieres que te siga molestando?

-Está bien-bufó-¿Cómo quieres que me ponga?

-Toma la botella-la chica le tendió su cerveza-Ponla en alto, sonríe y haz la seña de amor y paz.

-¿Cómo?-cuando la chica oprimió el botón, el rubio había hecho una mueca de desaprobación. Las demás fotos fueron un fracaso.

-Me rindo-la chica hizo un puchero.

-¿Y si te tomas una foto conmigo? Si te ve a ti feliz, creerá que yo también me la estoy pasando bien aunque mi cara no lo demuestre-se encogió de hombros el rubio.

-Buena idea-la menor  asintió-sólo espera-Alicia se iba a quitar el piercing y la cadena.

-¿Qué haces?

-No quiero que tu hermana se asuste conmigo.

-Eso es lo que quiero-sonrió con malicia.

Alicia le pidió al de la mesa vecina que les tomara algunas fotos.  Yuki decidió mandarle tres fotos a su hermana; en una el par salía brindando con sus cervezas, en otro la mexicana salía haciendo el símbolo de amor y paz mientras que Yuki torcía la boca y en la última, Karma, en un acto de desesperación al ver que el rubio no sonreía, le había hecho cosquillas en las costillas, siendo ésta la foto perfecta.

Satisfecha con su labor, Karma alzó su botella y brindó junto con el rubio. Se bebieron de un solo sorbo todo el líquido dorado.

-¿Y bien?-Licha le destapó una cerveza al rubio y se la tendió-¿Cuál es tu historia?

-¿Historia?-preguntó el rubio, con la botella casi en la boca.

-Sí, todos tenemos una historia, ¿Cuál es la tuya?

-Te contaré la mía, si tú me cuentas la tuya primero-el japonés dejó la botella de cerveza en la mesa.

Alicia sonrió.

-Astuto…

-Sólo un poco…

-Es muy larga.

-Tengo tiempo.

Karma torció la boca y destapó una botella de cerveza.

-Fue después de que mis padres fallecieran…hace ya 6 años.-la chica miró a un punto indefinido- A pesar de la dolorosa pérdida  mi vida marchaba bien, tenía a mi hermana, estudiaba la carrera que quería, tenía un buen trabajo,  tenía como novio al hombre perfecto-sonrió con melancolía-Y te digo perfecto porque era guapo; aunque era frío y poco expresivo, yo le amaba. Sentía que si no le veía me iba a morir, que mi corazón iba  a dejar de latir y se iba a quebrar en pedazos.-chasqueó la lengua, mientras ponía los ojos en blanco- él estudiaba química de alimentos en la misma universidad que yo. Todo marchaba bien hasta que me enfermé de repente. Los doctores no sabían y terminé hospitalizada. Al principio, Marco (ese es su nombre) me iba  a visitar. Los meses pasaban y yo iba empeorando en mi estado de salud, era una incertidumbre para los médicos y así terminé en terapia intensiva y a punto de morirme-Licha miró de soslayo a Eiri, quién no despegaba la mirada de ella-Como el tiempo iba avanzando, Marco dejó de irme a visitar hasta que ya no supe de él-le dio una gran trago a la cerveza y limpió una traviesa lágrima que recorría su mejilla.-me diagnosticaron una enfermedad crónica y cuando escuché ese nombre tan raro, creí que moriría pronto-soltó una risilla-durante ese proceso me encariñé con uno de los doctores  a tal grado que nos volvimos buenos amigos. Tan sólo me recuperé y acepté mi enfermedad inicié mi nueva vida. Investigué el paradero de Marco con sus conocidos y nada, hasta que me topé con su hermana quién me dijo que se había ido al extranjero, ¿Te imaginas?-dijo con voz trémula-Para mí fue un fuerte golpe que sólo con la ayuda de mi hermana y amigos pude salir adelante.

Desafortunadamente la familia, conocidos y algunos amigos nos dieron la espalada a mi hermana y a mí por temor de que se contagiaran con mi enfermedad. A pesar de eso y de las limitaciones que tenía por la enfermedad, logré terminar mi carrera y pude viajar a Japón-sonrió con orgullo-después de un año  fuera de México, regresé y me topé con  aquél doctor que tanto me había ayudado. Resultó que estaba enamorado de mí y me pidió formalizar, llevo  seis meses  de relación con él y todo marcha bien…bueno…todo marchaba bien hasta hace unos días.-ante lo dicho por la joven, Eiri comprendió.

-¿El martes?-preguntó.

-Ese día, cuando ya estaba por alistarme para ir contigo, alguien llamó a la casa…resulto ser Marco, quién había regresado del extranjero ¿Y sabes que dijo?-Eiri negó-me ofreció una disculpa por haberse ido, me dijo que me amaba pero que había tenido miedo al verme enferma.-la chica lloró-Cuando yo  más necesité él no estuvo, huyó por cobarde y ahora aparecer como si nada.

-Tal vez temió perderte para siempre y eso le hizo huir-le justificó Yuki.

-¡Patrañas!-vociferó la chica, azotando su puño en la mesa-Mi hermana también tuvo miedo de perderme, a pesar de que se mostraba sonriente conmigo, en la noches, cuando creía que yo dormía ella lloraba y les reclamaba a mis padres por haberla dejado sola con todo eso…y aun así, ella siempre ha estado  a mi lado-Yuki guardó silencio-Esa es mi historia Eiri…soy una mujer con un cuerpo enfermo, que no puede asolearse, depende de 15  pastillas al día, sufre de artritis y fatiga crónica, tiene mal los riñones y la gente me huye, pues cree que la voy a contagiar-se sorbió la nariz enjugó sus lágrimas y  miró con ojos fríos al japonés, quién sintió un escalofrío-si después de esto decides irte  pues temes contagiarte, aunque ésta enfermedad no se contagia, lo comprenderé.

-Necesito ir a los lavabos-dicho ésta, el rubio se fue hacia la puerta que indicaba con un muñeco, que era el sanitario de hombres. Miró su reflejo y recordó palabra por palabra la historia de su intérprete.

-¿Tu también te sentiste así Shuichi?-preguntó al aire-¿Tú también sentiste que te ibas a morir?-Eiri sintió pena por la chica. Salió de sanitario y fue hacia la mesa en donde le esperaba una alicaída Alicia.

-Creí que te habías ido…-Eiri tomó asiento junto a su menor.

-Si crees que con eso te voy a dejar en paz, estás equivocada-dijo el rubio mirando a la chica. Alicia sonrió. Antes de empezar a contar su vida, el mayor haló todo el aire que pudo y habló-Mi vida giraba alrededor de antidepresivos, mujeres, licor, cigarros y demás vicios y a pesar de que mucha gente desea eso, para mí era una vida vacía hasta que le conocí-el rostro de Yuki se iluminó de tan solo pensar en Shuichi-nos topamos en un parque, en la madrugada. Por accidente llegó a  mis pies una canción que él había escrito.

-¿Él?-repitió Karma.

-Así es…a pesar de haber estado con muchas mujeres…me siento más atraído por lo hombres…

-O sea que…¿Eres bisexual?

-Supongo…-Yuki se encogió de hombros. Yuki  se sintió cómodo de seguir contando al ver que la chica no tenía ningún inconveniente con su inclinación y continuó con su historia, le contó los porvenires de su relación con Shu, de las tantas veces que lo había corrido de su casa, de las miles de veces  en que se había desaparecido sin avisarle, etc. Con un nudo en la garganta le narró lo que sintió cuando él le abandonó y cómo fue su reencuentro. -Ahora él tiene relación con una mujer y según él, la ama-musitó.

-¿Por eso es que estás aquí?-le preguntó Karma.

-Mi hermana me dijo que lo mejor era esto.

-Así que huiste…

-Claro que no, sólo me estoy dando un tiempo.

-Eso es lo que dices, pero en realidad temes ver la realidad y como sabes que no soportarás el verlos juntos, huiste…

-Yo…

-No digas más-la chica le frotó la espalda para darle ánimos-creo que esto amerita un tequilita-la chica le hizo la seña al mesero quién se acercó-una botella de tequila-el mesero asintió.  Cuando la botella estuvo en su mesa, la chica la abrió y le sirvió en un caballito.

-¿Qué es?-olió el licor ambar.

-Medicina para los corazones rotos-la chica se bebió de un solo sorbo el caballito de tequila. Uesugi se encogió de hombros e imitó a su compañera.

Después de media botella…

-Sabes algo…-dijo Alicia, arrastrando las palabras.

-Qué-respondió medio ebrio Yuki.

-Estas triste porque perdiste a ese tal Shuichi, pero…no has pensado en algo-la chica se picó la frente con un dedo-No todo es eterno…y habrá un día en que ellos terminen… Shuichi estará desecho y…-miró a Yuki quién hizo ademán de estar pensando, Alicia tronó los dedos-aparece el gran Eiri y le consuela, le sana ese corazón roto con amor y pasión…y ¿por qué no? Con mucho sexo-asintió.

El rubio se quedó en silencio, analizando las palabras de la chica. 

-No había pensado en eso.

-Muy mal mi querido Eiri…-le abrazó.

-Pero y si eso no sucede y se casan y tiene hijos-dijo esto, recordando su sueño del lunes.

-Me temo que no habrá nada que hacer…más que beber y beber-la chica le sirvió un caballito más y Yuki, ebrio se lo bebió de un jalón.

Después de tres horas y dos botellas de tequila, el par salía del bar dando trompicones. Karma abrazaba de la cintura a Yuki, mientras que éste la abrazaba de la cabeza, por lo bajita que era su ahora confidente. Los dos tarareaban una canción.

-Sabes algo…mi querida amiga-balbuceó Yuki ebrio, con un cigarro nuevo  en la boca.

-Que….-la chica estaba igual de ebria que el japonés.

-Ese tal zutano no te merece-manoteó el rubio-es un idiota.

-Lo sé. Como también tu Shuichi es un pen****    –ésta última palabra la dijo en español-Como se atrevió a dejar a semejante bombón.

-¿Verdad que si?-dijo esto aun con el cigarro en la boca, al parecer ya no se acordaba de éste-no nos merecen.

Un sonido distrajo al par, el móvil de la chica sonaba  provocando que ésta diera un respingo.

-Shhh…-se llevó un dedo  a los labios y Yuki le imitó feliz. Se aclaró la garganta y tomó la llamada-¿Aló?-dijo con sorna, el rubio soltó una carcajada.

-¿Dónde chingados estás?-se oyó la voz de su hermana, encabritada.

-¡Mana!-exclamó feliz-Que  milagro…-alejó el celular y susurró-es mi hermana.-Eiri asintió y se llevó un dedo a los labios.

Déjate de pe*******  mocosa! Son las cuatro de la madrugada y ni una llamada ni nada, me tienes con él Jesús en la boca.

-Pues escúpelo-rio. Yuki que no entendía nada de lo que decía la niña también rio.

-Pin*** escuincla…ahora mismo voy por ti…dime en donde carajos  estás.

-En “El Carajo”…

-No estés bromeando con una chin****-La niña tuvo que alejar el móvil de su oído por que los gritos de su hermana la estaban dejando sorda.

-Lo digo en serio…estoy fuera del bar “El Carajo”, dónde celebramos tu cumpleaños-la hermana de Karma se quedó callada.

-No te muevas de ahí…-cortó la llamada.

-Ahhh…ya me cargó el chahuistle-y se rascó la cabeza.

-Y bien…¿Ahora a dónde?-el rubio abrazó a la niña.

-Nos vamos hasta que huela a mar.

-Interesante-Yuki se quitó el cigarro que ya se había pegado en su labio por a causa de la saliva.

Tararearon más canciones y planearon a donde podrían ir por más alcohol pues el bar ya había cerrado. Estaban maquinando un plan cuando su hermana y el novio de ésta llegaron.  

El novio de la mujer se llevó a Yuki a su hotel, con la ayuda de una muy ebria Licha; mientras que la hermana se llevaba el auto de ésta a la casa.

A la mañana siguiente, tanto Yuki como su compañera amanecieron con una terrible resaca y con una lección aprendida: cerveza y tequila jamás se mezclaban.  La mexicana apareció en el hotel después del mediodía.

-Llévame a comer algo para la resaca-le pidió con voz ronca el japonés.  

Karma llevó al extranjero a comer birria; después de degustar el platillo jalisciense, el rubio le pidió que lo llevara a su hotel; la niña obedeció gustosa, pues ella también deseaba  descansar. Por el resto de la tarde Yuki se la pasó dormido.

El sábado Alicia planeó una visita a Xochimilco. Por ser fin de semana, el tráfico estaba sumamente pesado y al notar que su cliente estaba fastidiado por el ruido de los claxons le dijo:

-¿Puedo poner música?

-Por favor-suplicó Eiri.

Alicia sonrió y conectó su ipod en el autoestéreo. La batería retumbó en el auto, la chica sonrió complacida y comenzó a cantar la letra de la canción “Cara de pizza” de su banda favorita: La cuca. De la emoción la chica soltó el volante y movió sus brazos de un lado a otro.

-¡Las manos al volante enana!-vociferó el rubio.

-Lo siento-la chica se disculpó y obedeció.

Al pobre japonés se le hizo eterno el camino, no supo que era peor, el bullicio de la gente desesperada en medio del tráfico o las canciones de su intérprete. No entendía que decían, pero suponía que no eran cosas muy poéticas.

Estando en  Xochimilco, el par se subió a un trajinera, comieron quesadillas, aguas frescas, pues se habían  asqueado de la cerveza.  Yuki se aterró con la casa de las muñecas y le aseguró a  la mexicana que si tenía pesadillas ella sería la culpable.  Compró varios suvenires en el mercado y ya casi al anochecer, partieron.

En el camino, para desgracia del rubio, la chica retomó el playlist de su música. Estuvo a punto de lanzarse a la avenida cuando la canción “Chilanga banda” de café Tacuba llegó a su fin.

-Menos mal-se dijo a sí mismo. La siguiente canción tenía un ritmo muy diferente a las otras canciones, para ser más exacta, la melodía no agredía  el oído del extranjero.  La voz  de un joven cantando en japonés hizo que a  Yuki le diera un vuelco  en el corazón; conocía perfectamente esa voz, era la voz de Shuichi.

-¿Quién es?-se apresuró a preguntar.

-Son…es una  banda neoyorkina, creo que se llaman Delerium.

-Delerium…-repitió, sin duda esa era la banda de Shindo.

-¿Los conoces?-le preguntó Alicia, sin despegar la vista de enfrente.

-Si…

-Vaya, ¿También te gustan?-le preguntó animada.

-Bueno…pues si…

-Vaya, quién lo iba a creer…pensé que te gustaba otro tipo de música.

-Lo mismo digo-musitó.

-A mí no me gustan…

-Pero…

-Esa es la única canción que me gusta, pero nada más. Su música es compleja y a mí no me gusta lo complejo…no quiero complicarme más la existencia. A quién le gusta es a Pampi…

-¿Cómo?-recordando a la chica de cabello color cereza.

-Ella es fan de la banda, de hecho se ha vuelto su fan #1 después de su concierto hace unos meses atrás.

-¿Vinieron?-preguntó sorprendido.

-Sí, yo fui con ella. Debo de admitir que no son malos pero…insisto, esa música no es lo mío. Si quieres ver el concierto, le puedo decir a Pampi, ella los grabó.

-Gracias…-la canción ya iba  por la mitad-Sería mucho pedir si la podrías repetir-Licha sonrió y repitió la canción.

Cerró los ojos y se acomodó en el asiento, no puso atención a la letra, tan sólo quería escuchar la voz de él, ahora tan sólo con  eso se podía conformar.  No supo en qué momento se quedó dormido. Cuando llegaron al hotel, la chica le despertó con delicadeza.

-Buenas noches Eiri-se despidió del hombre, quién somnoliento bajaba del auto.

-Buenas noches.

-Nos vemos mañana, descansa-Yuki cerró la puerta y vio partir a su confidente.

A la mañana siguiente Karma le esperaba con una gran sonrisa.

-Buen día querido Eiri-le saludó la chica.

-¿Y a que ti que te pasa?- le preguntó Eiri, desconcertado ante la actitud de la chica. Ella siempre estaba jovial, pero ahora desprendía un aura muy  positivo que alertaba al japonés.

-Nada…-mintió.  El par montó al auto.

En ésta ocasión la chica no le dijo a donde iban, inquietando al mayor. Miles de preguntas invadieron su cabeza cuando Alicia aparcó enfrente de una gran casa, muy diferente a la de su intérprete. La casa, más ostentosa, como casi la mayoría de las casas en esa calle.

-¿En dónde estamos?

-En una colonia de ricachones-dijo Karma.

-Eso ya lo noté, pero…

-Venimos a ver a Pampi…-sonrió, bajó del vehículo y llamó a la puerta.  Yuki le imitó y antes de que el chico le preguntara la razón, la chica dijo-Hablé con ella ayer en la noche y le conté que a ti también le gusta la banda esa…se emocionó tanto que nos invitó a su casa.

-Pero…

-Podrás ver todo lo que quieras de Delerium-le guiñó un ojo.

Pampi abrió la puerta  y les recibió con una amplia sonrisa, se había quedado atrás la tímida chica.

-Hola-saludó con la mano. Karma y Yuki hicieron lo mismo. Entraron a la gran y lujosa casa-ahorita los alcanzo, llevaré un poco de botanas-le dijo a su amiga.

Karma guio a Yuki a la habitación de la pelirroja. La habitación de ésta valía por tres veces la estancia de la intérprete, a Yuki esto no le sorprendió pues estaba acostumbrado a eso. Tomaron asiento en uno de los sofás que había en la habitación.

Al poco rato subió la anfitriona con una charola llena de botanas y tres vasos con refresco.

-Adelante-le invitó a Yuki, el hombre miró a Karma.

-Come lo que quieras-le dijo ella con indiferencia.

Pamela se hincó enfrente del mueble que sostenía la gran pantalla, esculcó por un rato mientras Alicia se atascaba de frituras.  Pampi gritó victoriosa al encontrar su objetivo y puso el último concierto en E.U.A. que había dado la banda. 

-Que guapo está-.suspiró la pelirroja, al ver a Shuichi aparecer en el escenario.

-Está mejor el guitarrista-dijo Karma, con la boca llena de frituras.

-¡Claro que no!-vociferó con indignación la chica-Shuichi está más guapo.

-¿Shuichi?-preguntó Licha.

-Sí, el vocalista se llama Shuichi Shindo.

-Como el ex novio de Eiri-pensó Alicia-Vaya…Eiri, él vocalista tiene el mismo…-la chica se quedó con las palabras en la boca al ver su cliente mirar con ojos brillosos a la pantalla.  Era la misma cara que había puesto cuando había hablado de Shindo en el bar-No puede ser…él es…Shuichi…-dijo en un hilillo de voz, mirando a un joven de ojos fríos,  cabellera castaña y ropa oscura cantar en el escenario.

Pampi le puso todos los videos que tenía de la banda al japonés, Licha en todo ese tiempo permaneció en silencio, observando al extranjero.

Por la tarde, el par salió de la casa de Pampi aunque la chica le insistió en que se quedaran a comer junto con Erick, que había llegado a ver su novia.

Camino a la fonda de doña Lucha, el par permaneció en silencio; cada quién sumido en sus pensamientos. Por el resto de la tarde, Yuki notó pensativa a Alicia, pero creyó no ser prudente si le preguntaba la razón del porqué de su estado.

La chica llevó al rubio a la Alameda , disfrutaron de la templada tarde y del cielo azul.

-Jamás creí que tu Shuichi, sería el mismo Shuichi por el que suspira Pampi.-le comentó, mientras comían algodones de azúcar.

Eiri le miró sorprendido, la chica era más observadora de lo que aparentaba.

-Vaya…-soltó una risilla-¿tan obvio fui?

-Un poco.-Karma comió un poco de algodón de azúcar-Quién iba a pensar que tu lo tuviste en tus brazos, mientras muchas chicas añoran tan sólo con tocar su mano ¿Estás seguro que él tiene novia?

-El me lo dijo.

-Pero…¿Tú los viste?

-No…pero…

-¿Y no has pensado que tal vez mintió para ponerte celoso?-la chica, que en todo ese tiempo había mirado  a un punto indefinido, le lanzó una mirada suspicaz.  Eiri le miró con el ceño fruncido.

-No había pensado en eso…

-Le conoces bien, ¿O no? Debiste haber notado algo.

-Me temo que ya no conozco al Shuichi actual-lanzó un hondo suspiro.

-Aun así…siento que hay algo raro en eso…el que dos personas se tomen de la mano no significa nada, si se dan un beso francés…bueno ahí si…

Eiri miró al cielo, la chica no estaba del todo mal con su idea.

-¿Por qué no regresas a Japón?

-¿Cómo?-el rubio le miró, desconcertado.

-Supongamos que Shuichi tiene novia y ya no te ama, ¿Será una fuerte razón para dejar todo? creo que hay muchas razones para que tu estés en Japón; por ejemplo,  tu familia, amigos…el trabajo…no creo que el dinero que tienes salga de una planta.

-Aún no estoy listo para regresar.

-Si te pones a pensar en eso…nunca estarás listo, mi querido Eiri-la chica le frotó la espalda-ya no huyas, toma el toro por los cuernos y afronta la realidad que la vida sigue.

Yuki no refutó, Karma tenía mucha razón, tal vez era momento de regresar…

Cuando cayó la noche, la chica lo llevó a su hotel.

-Piensa un poco las cosas, ¿Ne?-fue como se despidió ese día la chica.

Ya estando en su habitación, el chico se puso la pijama y casi pegó el grito en el cielo al ver que no le quedaba, incluso la había rasgado de la espalda y él ni se había dado cuenta. Pero eso era de esperarse al llevar semejante dieta llena de carbohidratos, cervezas y sin ninguna rutina de ejercicio, hasta eso había dejado en su país.

Con el pensamiento de que estaba subido de peso, el hombre se quedó dormido. El sonido de su celular le despertó, malhumorado miró el aparato y vio que era un mensaje  de su hermana por medio del watsapp.

-Esa mujer en verdad es una desconsiderada…-farfulló aún somnoliento.  Abrió el mensaje y lo que leyó lo dejó helado.

-Eiri, papá está muy mal…pide verte…me temo que es algo grave.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).