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Mercy rain por kozzha

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Notas del capitulo:

Hola!!!!

Pues que puedo decir???

A mcuhas lectoras no les gustó el cap pasado pq dijeron que Hisoka sufre mucho, ok...lo comprendo pero ¿y Tatsuha? él tbn no la está pasando tan bien. 

Les informo que aún falta más sufrimiento, sólo pido que sean pacientes. Al final todos tendrán lo que se merecen :). 

Respecto a la historia de los Uesugi ya la tenía maquinando desde unos meses atrás y pues no hay mejor manera de enterarse de su vida que con la mujer que les vio crecer, la nana Akane.

Shu ya tiene fotos de Eiri bebé :).

Otra cosa, como ya está por finalizar el fic, poco a poco irán concluyendo las historias de los personajes principales :). La primera que ya concluyó es la de Touma. De quién será la siguiente??

Besos

No me odien por éste cap. 

Capítulo dedicado a RoCio. 

Estaba por terminar  de escribir un capítulo más de su nueva  novela cuando escuchó el ruido de la puerta principal. Miró el reloj de la pc y arqueó una ceja. Eran apenas la una de la madrugada.  Se puso de pie y salió de su estudio.

-¿Shuichi?-preguntó al ver a su prometido subir las escaleras, el aludido dio un respingo  y  detuvo su andar. Miró al mayor-Te esperaba más tarde.

-Sí, ese era el plan pero…-lanzó un hondo suspiro.

-¿Qué paso?

-Te cuento en el cuarto, ¿Si?

-Está bien, sólo deja guardo mi escrito ¿Si?

-Está bien.

Eiri regresó sobre sus pasos y caminó a grandes zancadas hacia su estudio. Guardó el documento y apagó la pc. Inquieto por lo que el moreno tenía que decirle el rubio subió rápido hacia la recámara. Cuando llegó, Shuichi ya tenía la pijama puesta y le esperaba recostado en la cama.

-¿Y bien?-dijo Yuki cerrando la puesta tras de él.

-Eiri…-dijo con voz queda-¿Tú sabías que Tatsuha se va a casar?

-¿Eh?-exclamó el rubio-¿Cómo? ¿De dónde carajos sacaste eso?

-Él lo dijo.

-¿Cómo? Pero…-en el rostro de Eiri se podía ver una mezcla de sorpresa y desconcierto-Eso no puede ser cierto…yo hubiera sido el primero en enterarme-Yuki se sintió ofendido.

-Pues sí, se va a  casar-suspiró de nuevo-Eso fue lo que le  dijo…-bajó la mirada.

-No entiendo.

-Resulta que Hisoka está enamorado de Tatsuha y…

-¿Lo rechazó?

-Así es…-asintió.

-Eso es imposible, Tatsuha está enamorado de ese niño.

-¡Cómo!-Shu miró con sus ojos violetas al escritor-¿Y tú como sabes eso?

-Mika me contó que Tatsuha le c había confesado sobre sus sentimientos hacia Ono -se rascó la cabeza Yuki.

-¿Y por qué no me dijiste nada?-le recriminó.

-No creí que fuera algo relevante-el hombre se encogió de hombros- A mi hermano no le atrae la gente introvertida e inexperta. Ono es todo lo que mi a hermano no le gusta, por lo que creí que sólo sería un capricho.

-Si lo que dices es verdad, no era para que fuera tan cruel con Hisoka-Yuki se acercó a su prometido y tomó asiento junto a él-Si tan sólo lo hubieras visto-y miró con ojos tristes a su novio-No se parecía al Tatsuha que conocemos…

Yuki acarició el rostro de su prometido.

-¿Por esa razón es que regresaste temprano?-susurró.

-Si…no me sentí a gusto después de eso.

Eiri torció la boca y abrazó a su novio.  Eso significaba que sus sospechas no estaban mal fundamentadas, Tatsuha y Tooru tenían algo pero eso también le inquietaba. La chica Asahi no era el tipo de Tatsuha-físicamente hablando-y sobre la personalidad de la jovencita; Yuki recordó el comportamiento de ésta la noche anterior y apretó los labios, en ese aspecto Tooru era perfecta para su hermano pero aun así había algo que no le convencía  y era que su hermana se le veía tenso junto a la jovencita.

-Hay algo raro entre ese par-pensó-Y siento que el viejo tiene que ver en esto.

 

 

Capítulo 57.

Una sombra en esa familia.

 

 

Lo primero que Hiromi hizo el domingo por la mañana fue comprar ramen para el desayuno.  Barbacoa le acompañó a sus compras. Cuando la jovencita regresó vio que todo estaba en silencio en el apartamento y eso sólo podía significar una cosa: Hisoka aún no se había levantado.

Se fue a la cocina y sacó las compras. Tomó su porción de ramen y se fue-seguida por la perrita-hacia el pasillo. Tocó con su mano libre la puerta de la habitación del menor.

-Manis, ya está el desayuno…-al no recibir respuesta apretó los labios-es ramen del negocio de la esquina. Está en la cocina-dicho esto se fue a la sala en donde Barbacoa le esperaba moviendo el rabo y con su plato vacío en el hocico. Ono dejó su plato de ramen y regresó a la cocina por la comida de su mascota.

Hiromi estaba por empezar a comer cuando escuchó el ruido de una puerta. Los pasos de su hermano se escucharon por el apartamento. Algunos ruidos en la cocina y los pasos de su hermano y la puerta cerrarse hicieron que Hiromi sonriera.

-Tu tío podrá estar sumergido en la peor depresión pero  ni eso le quita su hambre voraz-le dijo la mestiza a su perrita.

No muy lejos de ahí, cierto monje miraba con ojos tristes el techo de su habitación. Por más esfuerzo que hizo por conciliar el sueño, el simple hecho de recordar los sucesos de la noche anterior se lo habían impedido.

-Soy correspondido…-musitó-y no puedo estar con él…-sonrió con amargura-en verdad comienzo a creer que mi vida es una mierda…

 

 

Para la  mañana del lunes-durante el desayuno-el futuro esposo del escritor Yuki Eiri recibió una no muy agradable noticia.

-¿Yo y Alicia en un spa?-masculló Shuichi.

-Sí. Dado que no han tenido tiempo de conocerse bien, decidí que lo mejor sería que los dos estuvieran solos y qué mejor  que mientras se relajan en un spa-sonrió el rubio.

-¿Y quién te dice que quiero pasar tiempo a solas con ésa mujer?-dijo ceñudo.

-Vamos Shu, dices eso por qué no te has dado el tiempo de conversar bien con ella, sé que se van a llevar bien…son tan parecidos.

Shindo lanzó un gruñido en muestra de su inconformidad.

 

 

Pasaron por Alicia al medio día. Después de dejar al par en el spa en Shinjuku, Eiri se fue a la editorial para entregar los primeros capítulos de lo que sería su nueva novela.  Después de eso iría a hablar con su hermano menor para aclarar sus sospechas.

 

 

Un Shuichi malhumorado trataba de relajarse en el jacuzzi mientras esperaba a Karma.

-Se tarda demasiado-se quejó el jovencito ceñudo-Pufff…mujeres.

A los pocos minutos apareció la jovencita en bikini y el cabello recogido. Shu arqueó una ceja al ver varias cicatrices en el vientre de ésta, estaba por preguntarle pero pudo más su orgullo que su curiosidad.

-Ahh…qué rico-suspiró la chica adentrándose en el jacuzzi-Dicen que los baños con sake ayudan mucho a la piel.

Shuichi respondió con un monosílabo.

Disfrutaron del baño en silencio, mismo que como avanzaba el tiempo se hacía más molesto y la tensión entre el par estaba provocando todo menos relajarlos.

-Seré claro contigo-habló por fin el moreno-No me agradas y por más que Eiri se esfuerce en ello, nunca lo harás ¿Entiendes?

-Vaya…creí que eras más maduro-dijo Karma sin mirarlo.

-Pero…¡qué carajos!

-Tú tampoco me agradas-ante estas palabras, Shuichi se sintió ofendido y su molestia fue en aumento-no es nada personal…simplemente tu personalidad se repele con la mía, en cambio…-se giró y miró al chico-yo no te agrado por que estás celoso.

-Ja…¿Celoso de ti? No me hagas reír-dijo con sorna.

-Tus celos son absurdos, ¿Entiendes?

Un calor subió por el cuerpo del chico y sintió que los cabellos de la nuca se le erizaban, colérico salpicó con el sake a la chica a quién ante la inesperada acción no se pudo cubrir y el licor entró en sus ojos.

-¡Mis ojos!-chilló la mexicana cubriéndose los ojos.

-Te dije que yo no estoy celoso-masculló el jovencito antes de salir del jacuzzi.

 

 

Eiri había salido de la editorial pasada de las cuatro de la tarde. En cuanto estuvo en su auto sacó el celular para marcarle a su hermano. Se llevó una gran sorpresa al ver varias llamadas perdidas de Shuichi.

 

 

Shuichi y Karma-con los ojos irritados-esperaban al rubio fuera del spa.  A leguas se podía apreciar un aura negativa que rodeaba a esos dos.

Los ojos de Shu se iluminaron cuando vio el auto de su prometido aparcar frente a ellos.

-Eiri-corrió el cantante cuando Yuki se acercó a ellos.

-¿Qué sucedió?-preguntó el rubio.

-Tengo mucha hambre-dijo el jovencito con un puchero.

-¿Por eso me llamaste?

-Si…-mintió el moreno.

Eiri lanzó un suspiro y miró a su amiga y notó que la chica tenía los ojos rojos.

-¿Por qué tienes los ojos rojos enana?

Shuichi le lanzó una mirada amenazadora a la mexicana.

-¿Por qué yo también muero de hambre?-la chica se encogió de hombros. Dado la debilidad de la chica  por la comida, aquella respuesta fue la más coherente.

-¿Qué quieren comer?

-¡McDonald's!-dijo Shuichi.

-Okonamiyaki-terció Karma pero Shu le volvió a mirar amenazante- McDonald's está bien-resopló.

En el McDonald's,  Shuichi charló por largo rato sin darle oportunidad de hablar a la chica y cuando Eiri le preguntó a la mexicana cómo se la había pasado, ésta le respondía con una fingida sonrisa:

-De maravilla.

El rubio satisfecho de esto comió tranquilo su ensalada de pollo. Antes de partir, el rubio decidió ir al tocador por lo que el par se quedó solo.

La sonrisa de Shu se borró y deseó enfrentar a la Karma, pues lo del spa no había sido suficiente, no para él.

-No soy una persona inmadura, ¿Entiendes?-farfulló apretando su vaso con refresco.

-Si fueras maduro no me hubieras salpicado la cara con sake-dijo Karma-Ese tipo de berrinches lo hacen solo los niños.

Y de nuevo el moreno sintió aquél calor, sus manos temblaron y sus dientes rechinaron. Ésa mujer había pasado la línea dos veces. Cuando menos lo pensó,  le había quitado la tapa a su vaso y vertía su contenido en el rostro de la extranjera.

Karma dio un grito ahogado cuando sintió el refresco frío escurrir sobre su rostro.

-¿Shuichi?-la voz de Eiri le hizo reaccionar.

Parado a un metro de la mesa se encontraba su prometido quien le miraba con ojos desconcertados.

-Ella tuvo la culpa-fue lo único que atinó a decir Shindo.

 

 

Cuando llegó a su apartamento, Tooru le esperaba fuera.

-Buenas tardes Tat.

El monje resopló y sin corresponder al saludo abrió la puerta de su apartamento y entró.

-¿A qué se debe tu visita?-el joven se descalzó y se dirigió a la sala en donde dejó su morral en  uno de los pequeños sillones.

Tooru sonrió ante la actitud de su prometido. Con parsimonia se quitó sus botines y con paso ligero siguió al otro.

-Vine por dos cosas.

-Habla-dijo parco.

-¿Por qué tan frío?-hizo un puchero.

-Tuve un día pesado.

Tooru acomodó su vestido y tomó asiento frente al monje.

-Quiero disculparme por mi comportamiento del viernes.

Como respuesta, Tatsuha se encogió de hombros dando a entender que le daba igual.  Tooru entornó los ojos, inconforme y soltó un suspiro lleno de frustración. Fingió una sonrisa y continuó.

-La segunda razón es por esto-la chica sacó de su bolso una caja del tamaño de un sobre y se la tendió al moreno.

-¿Y esto?

-Las invitaciones para la boda. Dado que no tienes mucho tiempo, he decidido que las repartamos cada quién con nuestros familiares y conocidos- Tatsuha sintió un vacío al ver los sobres con las invitaciones.

-¿Estás de acuerdo?

-Sí…

 

 

Después de dejar a Karma en casa de Mika, el par regresó a  la casa que compartían. Por más que Alicia insistió que sólo había sido un accidente, el rubio no le creyó y le susurró a su novio:

-Hablamos en  la casa.

En el camino ninguno de los dos habló. Fue hasta el último semáforo antes de llegar  a su destino que Eiri pensó en alto.

-Sólo espero que la enana no se enferme.

- ¿´Por qué no la llevas al doctor?-espetó Shu, molesto.

-Si tu no hubieras hecho tal escena, no estaría preocupado por ella-espetó Yuki.

-Si tanto te preocupa ¿Por qué no te casas con ella?-vociferó colérico.

Ante lo dicho por su novio, Eiri abrió los ojos, iba a refutar pero el sonido de los claxon de los autos de atrás le indicó que el semáforo había cambiado de rojo a verde. Aceleró y se concentró en conducir; por su parte, Shuichi se sentía molesto y triste por la actitud del mayor.

Al llegar a casa, Shuichi dejó con las palabras en la boca a Yuki y subió las escaleras furibundo.

-¡Te estoy hablando!-vociferó el escritor siguiendo a Shindo. El cantante le ignoró e incluso le cerró la puerta frente a sus narices-¡Shuichi! ¡Abre!-aporreó con fuerza Yuki al ver que el chico le había puesto el seguro a la puerta. Al notar que el otro no estaba dispuesto a entrar en diálogo, Eiri resopló y se sobó las sienes-Paciencia…-susurró.

Fue hasta entrada la noche cuando Shuichi decidió salir de la recámara y la razón había sido porque su estómago le pedía alimento. Con paso sigiloso se dirigió a la cocina. Estaba buscando en la despensa cuando sintió que los fuertes brazos de Eiri le abrazaban por detrás. Dio un respingo y su corazón se aceleró.

-¿Qué quieres de cenar?-le preguntó el rubio en el oído.

Shindo al ver que su prometido no estaba molesto, se relajó.

-Sólo comeré cereal-musitó.

-¿No deseas que te prepare algo?-besó la cabeza del chico.

-No…gracias…-Shu cerró los ojos.

-¿Sigues molesto?-Incapaz de seguir hablando, el moreno negó con la cabeza. –Sólo quiero que sepas que tú eres al único que amo y nadie más ocupará tú  lugar nunca-aspiró el delicioso aroma del cabello del cantante, el cuál olía a una mezcla de aceites esenciales.

-Eiri…-susurró Shuichi. Se soltó del abrazo de su novio y se giró para mirarlo. Acarició con delicadeza el rostro del rubio-Perdón…yo…-los labios de Yuki le silenciaron.

 

 

-E hicimos el amor toda la noche-suspiró Eiri.

-Vaya…valió la pena que casi me haya quedado ciega-dijo Karma sentada junto a su amigo en un gran sillón de piel.

La mexicana había ido a acompañar a su amigo a recoger los anillos y estaban en espera de que se los entregarán,  por lo que habían aprovechado para charlar un poco sobre el acontecimiento del día anterior.

-La verdad es que sí…-miró de soslayo a la menor-Lo siento pero es que gracias a eso pudimos hacerlo…no hemos tenido tiempo para consentirnos, ¿Tu sabes?-el rubio se puso un poco rojo.

-Te pusiste rojo-se rio Alicia.

-Obvio…

-Pero si tú fuiste el que empezaste a contarme sobre tu encuentro del tercer tipo.

-Lo sé…-y sin  poderlo evitar el rubio se puso  aún más rojo.

 

 

-¡Ay mi amor!-vociferó Shuichi limpiando el arenero de Nyankotaro-es increíble que un ser tan pequeño haga éstas cosas tan radioactivas-recibió un maullido ante el comentario de su papá. Le hizo un nudo a la bolsa y cruzó toda la estancia hacia la puerta principal, se calzó los zapatos y salió a tirar la basura-Listo-suspiró cuando cerró el basurero.

-Hola Shuichi-la voz de Tatsuha le hizo girarse.

Frente a él estaba su cuñado a quien se le veía taciturno.

-Hola-respondió con parquedad el cantante.

 

 

Eiri regresó a casa cansado. No sólo había ido por los anillos, sino que también había aprovechado para recoger su traje para la boda y comprarse zapatos. Por más que trató de llegar antes de la comida le fue imposible por lo que resignado a tener que comer en la calle junto a su novio se apresuró en llegar a casa.

Cuando llegó se llevó una gran sorpresa al ver a su hermano de  visita.

-Me ahorraste el trabajo-fue lo que dijo Eiri, tomando asiento junto a Shuichi quien permanecía serio. En el rostro demacrado de Tatsuha se formó una pálida sonrisa o eso fue lo percibió el rubio. Yuki arqueó una ceja al ver en ese estado a su hermano-¿A qué viniste?-se animó a preguntar.

-Yo…les traje la invitación a mi boda-musitó el chico, incapaz de mirar a la pareja.

-¿Cómo?-Eiri pestañeó-Entonces…-miró a Shuichi con ojos grandes, éste desvió la mirada-¿Si te vas  a casar?-musitó centrando  su atención en su hermano.

-Así es-Tatsuha sacó de su morral un pequeño sobre de color nacarado y se lo tendió a un desconcertado Eiri.

-Asahi Tooru-susurró al ver el sobre-Entonces vas en serio con esa mujer-Tatsuha solo asintió. Eiri apretó los labios y molesto de que su hermano no le miraba continuó-¿La amas?-aquella preguntaba rondaba en su cabeza desde el viernes por la noche.

-Me voy a casar con ella, ¿No?

-Eso no es lo que te pregunté-respondió tajante.

Tatsuha apretó los puños y asintió.

-Increíble-bufó Eiri-No puedo creer que ese viejo siga con las mismas ideas-Y ahora fue Shuichi quien miraba a su prometido-Pero lo peor de todo es que tú le alcahueteas sus caprichos. Pareces su muñeco…

-¿Quién eres tú para juzgarme?-masculló Tatsuha alzando por fin la mirada y viendo con ojos desafiantes a su mayor-No sabes nada…

-¡Claro que sé!-alzó la voz-Pero la única diferencia es que yo si tuve coraje para decir  “No”.

-¿¡Es que no lo entiendes!?-vociferó el moreno-Es la única manera de hacer que él me acepte. De  hacerle entender que si valió la pena el que yo esté vivo.

Ante estas  palabras, Shuichi miró a Tatsuha  sin comprender bien la situación. Le conmovió el verlo tan vulnerable y frágil.

-Eiri…-susurró Shu, con la intención de calmar un poco a su novio, pero éste le ignoró.

-¿Y casándote y siendo infeliz harás que él te acepte?

-¡Es que tú no entiendes nada!-el chico se pasó una mano por su cabello, con desesperación. Sus ojos se estaban nublando a causa de las lágrimas que deseaban salir.

-Si no me explicas, obvio que no entenderé.

Tatsuha apretó la mandíbula, hizo un gran esfuerzo por hablar y contarle sobre el trato que había hecho con Tooru, pero por desgracia, de su garganta no salió ninguna palabra.

-Bien…-se animó a hablar el mayor-Si ésta es tu decisión, no me opondré…-dijo pausadamente-pero no esperes que vaya a ver cómo te pones la soga al cuello-tomó el sobre y lo rompió ante los ojos acuosos de Tatsuha.

-Entiendo…-musitó con voz débil.

Tatsuha miró a Shu en busca de apoyo pero éste desvió la mirada,  el solo recordar cómo es que el monje había tratado a Hisoka le impedía ser condescendiente con él joven Uesugi.

-Será mejor que me vaya…-dicho esto tomó su morral y cabizbajo salió de la casa de Yuki y Shindo.

 

 

Al día siguiente, fue el turno de Shuichi en ir a recoger su traje para la boda. Hiromi se había ofrecido en acompañarle.

La jovencita estaba haciéndole el nudo a la corbata cuando el moreno se animó a preguntar sobre el estado del menor de los Ono.

-Está bien-respondió Hiromi-Está hundiendo sus frustraciones en la comida…otra vez.

-¿Y eso es bueno?-musitó con una ceja arqueada el cantante.

-Pues si…-la chica se encogió de hombros-Cuando Hisoka deje de comer y dormir…será el fin del mundo.

-Me sorprende la capacidad que tiene para sobrellevar los momentos difíciles.

-Si…a mí también. Manis es muy fuerte.

-Por cierto, si le sirve de consuelo a Hisoka, Tatsuha no la está pasando del todo bien.

-No me interesa saber eso Shu-respondió tajante la joven.

-Yo sólo decía…

-Listo-la chica acomodó algunos pequeños detalles del traje y miró con ojos brillosos a su amigo-Te ves muy guapo.

Shu sonrió halagado y se giró para verse en el espejo.  Amplió su sonrisa, el chico de traje frente a él le agradaba.

Salieron de la boutique hambrientos, Hiromi insistió en invitar a comer al su amigo, éste cansado de darle negativas a la otra aceptó con resignación. Fueron a comer yakinuku.

En la comida, Shuichi le contó sobre su desencuentro con Karma esperando que su amiga le apoyara, pero desafortunadamente Ono no lo hizo, de hecho le dio tremendo rapapolvo que el chico sólo pudo encogerse en su asiento.

Después de ir a dejar a su amiga a su apartamento, Shu decidió hacer una escala en una pastelería. Deseaba llevarle un pequeño detalle a su futuro esposo.

Al llegar a casa se llevó una gran sorpresa. Akane, la nana de los Uesugi había ido a visitarle.

-Nana tiene muchas ganas de charlar contigo-dijo Eiri, invitando  a su novio a tomar asiento en uno de los sofás de la sala.

-¿En serio?

-Me temo que no nos hemos podido conocer del todo bien, joven Shindo-musitó la anciana sonriente.

-¿Eh?-el chico se sonrojó al recordar los dos encuentros que había tenido con la anciana: el primero había sido cuando él-con apoyo de Tatsuha-se había vestido de mujer y el otro fue cuando había ido a reclamarle a Eiri sobre lo que –según él-éste le había dicho a Hiromi-Creo que no ha de tener un buen concepto de mí, ¿Ne?-musitó sumamente avergonzado.

-Se equivoca-sonrió la anciana-Es por eso que he venido a conocerle mejor. He escuchado maravillas de usted y no sólo del joven Eiri y del joven Tatsuha, también el señorito Kaname y mi hermana Natsuki hablan mucho de usted.

-¿En serio?-pestañeó incrédulo-Bueno…si es así…-el chico se encogió en el asiento encogido.

-Bueno, los dejaré solos-interrumpió Eiri-iré a la editorial a ver algunas cosas.

-Regresa pronto-corearon la anciana y Shu.

Después de que Eiri se hubiese ido, la anciana tomó su bolso y sacó un gran álbum.

-Ante que nada, deseo mostrarle algo que sé que le va a interesar.

-¿Qué es?

-El álbum de fotos del joven Eiri.

Ante lo dicho por la anciana, los ojos de Shu brillaron. En un rápido movimiento, el jovencito tomó asiento junto a la anciana.

-Tengo un álbum de cada uno de los jóvenes-conitnuó Akana, abriendo el que era dedicado al joven escritor.

Shuichi se acercó aún más para ver las fotos. En la primera de podía ver a una mujer que tenía un gran parecido a Mika, ésta llevaba a un bebé en brazos y junto a ella había una niña de coletas. A su otro costado estaba un hombre de ceño fruncido y sumamente erguido.

-¿Tatsuha?-fue lo único que atino a decir Shu al ver al hombre de la foto.

-Es el señor Ryosuke-le dijo Akane.

-¿En serio?-le arrebató el álbum y lo miró detalladamente-Aquél hombre era tan parecido al par de hermanos, pero sobre todo a Tatsuha, puesto que tenía el cabello oscuro como el monje-Vaya…se parecen tanto.

-Así es…y la joven Mika es la viva imagen de la señora Keiko, ¿No lo cree?- la nana señaló a la mujer que tenía a un bebé en brazos.

-¿Esa era la mamá de Eiri?-la anciana asintió-La niña es Mika y el bebé es…-se llevó las manos a la boca-¡Es mi Eiri!-exclamó.

El joven miró fascinado las fotos de los primero años de su prometido. Aquél bebé regordete y sonriente era su novio. Akane le explicaba cada historia detrás de cada foto. Shindo se enteró de la razón del por qué Eiri había nacido con el cabello y ojos claros.

-El tatarabuelo de la señora Keiko había sido un militar inglés.

-¿En serio?

-Así es…el señor tenía el cabello rubio y los ojos del mismo color que el joven Eiri. La señora Keiko jamás creyó que su hijo heredaría aquellos rasgos.

-Supe que él sufrió mucho por eso-musitó Shu.

-La gente hablar sin darse cuenta que sus palabras tienen un peso. Se corrieron varios  rumores como por ejemplo, de que la señora Keiko le había sido infiel a su marido, otro era de que Eiri estaba poseído por un demonio, etc y eso provocaba que la gente molestara al joven Eiri. El señor Ryusuke, perturbado por las habladurías, comenzó a teñirle el cabello al joven. Así fue hasta que el  señor Seguchi se llevó al joven a Nueva York-la anciana lanzó un hondo suspiro.

Continuaron viendo el álbum, hasta que una foto en particular llamó mucho la atención de Shindo; en ella salían Mika, Eiri y Tatsuha bebé. A los dos hermanos mayores se les veía feliz con el nuevo miembro de la familia.

-Eiri me contó que su mamá murió a dar a luz a Tatsuha.

-El cuerpo de la señora Keiko era frágil, tuvo varios abortos por lo que lograra tener tres hijos, en realidad fue un milagro. Como era de esperarse, al parir a Tatsuha, su cuerpo no resistió más-la anciana acarició aquella foto con delicadeza-El matrimonio Uesugi era de los pocos matrimonios en los cuáles, a pesar de ser un matrimonio arreglado, los dos se amaban. Por tal motivo, ante la muerte de la señora, el señor Ryosuke se sumió en una gran depresión.

-Eso no lo sabía…-susurró.

-Tatsuha lloraba mucho y no deseaba comer. Por más que la señora Mika y yo le insistiéramos, él no quería comer. Incluso a pocos meses de nacido, tuvo que ser internado-la mujer bajó la cabeza-ante la insistencia de la señora Mika, el señor aceptó en ir a ver a su hijo-Akane sonrió con nostalgia-en cuanto Tat vio al señor Ryosuke dejó de llorar…incluso sonrió y le tendió los brazos. Es increíble el amor que siente el joven Tatsuha hacia su padre, aunque éste no le corresponda.

-¿Lo culpa de la muerte de su esposa?

-Así es…cada vez que puede se lo hace recordar.

-Pero, él no es el culpable de eso.

-Desafortunadamente el señor Ryosuke no es una persona que escuche razones-hojeó el álbum y en su rostro se formó una pálida sonrisa.

En las siguientes fotos se les veía a los tres hermanos juntos. En algunas, el menor de los Uesugi se le veía golpeado.

-Cuando el señor llegaba ebrio y Tatsuha hacía alguna travesura o le desobedecía, lo agarraba a golpes y si el joven se atrevía a llorar, le golpeaba más fuerte.

-¿Cómo?

-Varias veces intervenimos el joven Eiri, Mika y yo…-lanzó otro suspiro-como era de esperarse, también fuimos reprendidos.

Shuichi  ya no sabía su había  sido buena idea  el que la anciana le llevara el álbum de fotos. Su semblante cambiaba drásticamente y tenía sentimientos encontrados. Su mandíbula y puños se encontraban apretados.

Pasaron a la siguiente página y en ella se mostraba a Eiri con el primer cuento que había escrito.

-¿Sabe algo? Cuando le preguntaba a mis niños que querían ser de grandes, Mika siempre me respondía que deseaba ser actriz, Eiri decía que el sería un escritor famoso y el joven Tatsuha respondía: yo quiero ser como papá-cerró sus ojos para remembrar viejos recuerdos-el único que si cumplió con su sueño fue mi niño Eiri, en cambio, me siento tranquila de que el joven Tatsuha no sea como su padre.

 

 

-¿Y bien? Cuenta, cuenta…-se apresuró en decir Noriko en cuanto puso un pie en la oficina de su amiga.

-Ay…ya ni me lo recuerdes-masculló Mika poniendo los ojos en blanco.

-No te veo muy feliz.

-¡Para nada! Yo sólo quería salir  a charlar y relajarme un poco y resultó que…

-¡Un pretendiente más!-exclamó Norilo y aplaudió feliz.

-Pues si…

-¿Y qué tiene eso de malo?

-Qué…bueno…yo no quiero algo formal, acabo de divorciarme y…tú sabes-se encogió de hombros-ES halagador pero…yo sólo quiero charlar  con alguien. No quiero nada más.

-Ya veo…-asintió.

-Mi prioridad es Kaname.

-Bueno amiga, si esa es tu decisión-suspiró Noriko.

-Estoy mejor sola que mal acompañada.

-Con eso que me dices me das entender que ninguno de los amigos de Tetsu te van a interesar-la tecladista hizo un puchero.

Mika iba a refutar cuando su celular sonó, lo  sacó de la bolsa y miró el número de la pantalla.

-Es Tatsuha, tengo que tomar la llamada.

-Te veo luego-Noriko se despidió y salió de la oficina de la castaña.

-Hola hermano, ¿Cómo has estado?

-Bien…supongo…-dijo con la voz apagada.

-No te oigo muy animado-Mika se recargó en el respalde su gran silla de cuero.

-¿He tenido mucha tarea?

-Me estás preguntando o me estás respondiendo-escuchó un bufido del otro lado del auricular.

-Necesito hablar contigo.

-Pues hazlo…

-En persona.

-Ya…ya…sólo espero que no sean malas noticias-masculló-Contigo no se sabe.

-¿En verdad soy tan problemático?

-Sabes que es broma Tat.

-Tal vez sean malas noticias para ti…a Eiri no le agradó.

Al escuchar eso, Mika se enderezó y ceñuda habló.

-¿Qué hiciste?

-Te veo en tu casa como por las…ocho está bien.

-Hey mocoso…

-Hablamos en la noche-y sin más, Tatsuha cortó la llamada.

-¿Y ahora en que lío se metió?-musitó Mika, mirando su celular.

 

 

Después de dejar en un taxi a nana Akane, Shuichi regresó a su casa y continuó viendo el álbum de fotos-regalo de bodas por parte de la anciana-pasó una por una  las fotos que había visto en compañía de la mujer. Cabizbajo recordó la historia de los hermanos. Cada uno tenía una historia triste y muchas razones para odiar a su progenitor pero lo curioso  era que ninguno de ellos  sentía eso  por aquél hombre.

-No se merece ese amor…-musitó Shu, mirando una foto en donde el señor Uesugi salía junto a sus tres hijos en el templo. Todos vestían formalmente.

Cuando Eiri regresó, se topó con un cabizbajo Shuichi quién bebía una taza de té en la cocina.

-¿Nana ya se fue?-preguntó acercándose a su novio. Shuichi en cuanto lo vio se puso de pie de un salto y abrazó con fuerza al mayor-¿Qué sucede?-musitó Eiri, conmocionado.

-Te amo…te amo…y prometo siempre amarte y cuidarte…-dijo el moreno con el rostro hundido en el pecho de Yuki.

 

 

Ante la llamada de su hermano, Mika ya no pudo concentrarse en el trabajo. Le pidió de favor a K que se ocupara del resto de los asuntos y acelerada se fue a su casa. Llegó antes de la hora acordada. En la sala,  Midori le servía un poco de té a la nana Akana, la cual se estaba hospedando desde el día anterior en casa de la mayor de los hermanos Uesugi.

-¿De casualidad Tatsuha no ha llamado?-le preguntó a Midori.

-No señora Mika.

-Te ves alterada, ¿Sucede algo?-preguntó Akane.

-Eso es lo que quiero saber-bufó-Tatsuha me marcó y se le escuchaba raro-tomó asiento en uno de los grandes sillones.

-Esperemos que no sea algo grave-dijo la anciana con tranquilidad.

-Eso espero…

A los pocos segundos Kaname hizo acto de presencia y con efusividad llenó de besos a su mamá. Mientras esperaban al monje, Midori sirvió los wagashis que la nana había preparado.

Tatsuha llegó hora y media después de lo acordado. Mika estaba terminando de arrullar a Kaname cuando el monje hizo acto de presencia en la casa de la mayor.

En cuanto vio a su hermana se disculpó miles de veces, argumentando que había tenido algunos complicaciones—refiriéndose a Tooru-la mujer ceñuda le hizo saber que él no era dueño de su tiempo.

-En verdad lo siento-volvió a disculparse.

-¿Y bien?-Mika se cruzó de piernas en cuanto se sentó en el sofá. Tatsuha le imitó y tomó asiento  en el sillón de enfrente, junto a su nana-¿Qué es lo que nos tienes que decir?

-Bueno…Nana ya está enterada de esto-y miró de reojo a la anciana quien bajó la cabeza. Haló todo el aire que pudo y soltó es un gran resoplido-Me voy a casar.

Mika abrió los ojos de sorpresa y negó con la cabeza.

-Un momento…¿Escuché bien?-dijo ceñuda.

-Si…me voy a casar dentro de dos semanas.

-¡Cómo!-exclamó Mika-Pero…¿Con quién?

-Con Asahi Tooru.

Mika dio un grito ahogado.

-No…no…no puede ser…-musitó con voz a cuello-Esa perra…-ante éstas palabras Akane la miró ceñuda-Es una perra nana-se justificó la mujer.

Akane negó con la cabeza.

-Me gustaría que tú, Akane y por supuesto…Midori me acompañen en la boda-le tendió la invitación a su hermana quién manoteó. La carta cayó al suelo.

-¡Me niego!-espetó.

Tatsuha apretó la boca y bajó la cabeza.

-¡Mika!-exclamó Akane-¿Cómo puedes decir eso?-sentenció.

-No se meta nana-instó la mujer, Akane no refutó. Centró sus ojos en el menor- ¿Y se puede saber la razón?

Tatsuha negó con la cabeza.

-¿No piensas decirme?

-¿Para qué? Ya no hay vuelta atrás.

-¿Cómo? ¿Por qué dices eso?

-Aunque te lo dijera…¿De que serviría?

-O sea que…¿Te están obligando a casarte?-Tatsuha bajó más la cabeza, incapaz de responder-¿Padre de está obligando?-y de nuevo aquél silencio-¡Por Buda! Mírame-vociferó con desesperación la castaña.

Tatsuha alzó la cabeza y miró con ojos tristes a su hermana.

-Nadie me obliga a nada-musitó con voz trémula.

-¿Por qué lo defiendes?-vociferó.

-No lo estoy defendiendo.

-Nana, ¿Usted está de acuerdo en esto?

-No es lo que yo quiera, señora Mika-la anciana bajó el rostro.

-No puede ser-Mika se ´puso de pie y se paseó como leona enjaulada-No logro entender cómo es que sigues haciendo lo que él te diga, como una marioneta.

-¡Basta!-dijo el moreno, alzando la voz-Déjenme de juzgar…para ti y Eiri es fácil todo, ustedes fueron deseados yo…yo en cambio sólo nací para causarle problemas a padre…

-No es cierto mi amor-se apresuró en decir nana.

-No tiene por qué engañarme nana, lo sé…-tragó saliva para calmar el nudo en la garganta- si de ésta manera puedo justificar mi existencia y poder salvar a la persona que amo...-esto último lo dijo en un susurro-Lo haré…-miró con ojos retadores a su hermana quien le correspondió a la mirada.

-¿Esa es tu decisión?-masculló Mika.

-Si…

-Bien, no cuentes conmigo.

-¡Señora Mika!-pero la castaña le ignoró.

-No pienso tener en mi familia a una mujer hipócrita así que…olvídate que tienes hermana y sobrino-instó Mika, con la esperanza de que su hermano recapacitara.

Tatsuha sintió que se le estrujaba el corazón, pero no había marcha atrás. Ya lo había decidido. Todo fuera por ver feliz a su padre y porque Hisoka tuviera una vida tranquila.

Se puso de pie con lentitud, sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Te extrañaré mucho hermana…-susurró haciendo un esfuerzo por no llorar.

 

 


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