Shuichi entró a la habitación con ojos brillosos.
-¡Wow!-exclamó.
Yuki agradeció al botones por llevarles las maletas y estaba por cerrar la puerta cuando escuchó:
-¡Estoy en Disneylandia!
El rubio esbozó una sonrisa y se giró para mirar a su esposo. Amplío aún más su sonrisa cuando vio al moreno saltar feliz en la cama.
-¿Te gustó?-le preguntó, acercándose a la cama.
-¿Qué si me gustó?-exclamó Shu-Me encantó-y de un saltó se lanzó a los brazos de Eiri. Ante esa inesperada reacción, el rubio perdió el equilibrio y cayó de sentón con Shu encima de él-Ei…Eiri…-susurró Shu con preocupación, enderezándose para ver su esposo.
-Estoy bien, no es nada-acarició el rostro del jovencito y le besó.
Capítulo 59.
Una exquisita luna de miel.
Hiromi volvió a estornudar por enésima vez. Se sorbió la nariz y se acomodó de nuevo en la mullida cama. El aporreo de la puerta le hizo enderezarse y con voz mormada dijo:
-Adelante.
La puerta se abrió dando paso a Hisoka quien cargaba una bandeja con un tazón con ramen, un vaso con agua y un frasco pequeño.
-¿Cómo amaneciste hermana?-preguntó el jovencito.
-Mal-chilló Hiromi sorbiéndose la nariz.
-Lo supuse-suspiró Hisoka dejando la bandeja en el buró-Fui a la farmacia por medicina para el resfriado-tomó el frasco y el vaso y se los tendió a su hermana-Dicen que éste medicamento es muy efectivo.
-Gracias manis-la chica tomó la medicina y se acurrucó en la cama.
-También te traje ramen, algo caliente te caerá bien.
-No tengo hambre-la chica le dio la espalda a su hermano.
-Lo sé, pero si no comes algo no sólo estarás refriada sino que tendrás una terrible gastritis.
-Está bien-la chica se volvió enderezar y ceñuda estiró su mano para recibir el tazón de ramen. Hisoka sonrió y le tendió su desayuno.
-Muchas gracias por todo Eiri-susurró Shuichi recostado sobre el pecho desnudo de su esposo-En verdad estoy feliz.
-Debido a los periodistas nunca pudimos realizar nuestra cita a Disneylandia; por esa razón creí que sería bueno que para nuestra luna de miel viniéramos aquí.
-Es cierto-se acurrucó aún más en el pecho de Yuki y aspiró su delicioso aroma-Fuimos acosados por tanto tiempo-suspiró.
-Hasta que a un actor se le ocurrió salir del clóset. Y después le siguieron más…
-Y terminamos pasando de moda-los dos rieron.
-Ahora puedo disfrutar de mi vida sin que los medios se metan en ella.
-Ya eres más discreto y te has vuelto todo un profesional-ante el halago de su esposo, Shu se enderezó y le sonrió.
-Muchas gracias-le besó.
-Aunque también hay que admitir que Rage tiene mucho que ver en que los medios no te acosen y respeten tu vida privada.
-Me duele admitir que todos los méritos los tiene ella-Shu hizo un puchero-Si no fuera porque los amenazó…-y lanzó un hondo suspiro-Por cierto…hablando de ella-miró hacia un rincón de la recámara en donde yacía una gran caja envuelta en un precioso papel color perla-Ella te dio ése regalo ¿verdad?
-Así es.
-No debiste de haberlo traído-torció la boca el moreno.
-¿Por qué? Si es uno de nuestros regalos de boda.
-Pero…es de Rage y…
-Vamos Shu- Yuki le frotó la espalda desnuda a su esposo-Sé que esa mocosa es una loca pero…¿Qué puede tener de malo su regalo?
-En serio no la conoces bien-le dijo ceñudo.
-A veces eres un poco exagerado-el rubio se llevó los brazos hacia atrás, usándolos como almohada.
-¡No lo soy!
-Ya…ya…-le calmó.
-Será mejor que lo tiremos-Shu se sentó y abrazó sus piernas desnudas.
-¿Tirarlo?-exclamó Eiri, enderezándose-Pero, eso sería una grosería.
-¿Qué tal si es una bomba?-ante el comentario del moreno, Eiri soltó una carcajada.
-En verdad tienes mucha imaginación Shu.
-¡No es mi imaginación!, existe una gran posibilidad que sea algo así-vociferó ofendido.
-¿Y qué te hace pensar eso?
-Por qué para mi cumpleaños me mandó un pastel con unas velas que en cuanto las encendí explotaron.
Ante lo dicho por el jovencito, Yuki pestañeó incrédulo.
-Está bien, lo tiraré-y se volvió a recostar.
-Gracias-suspiró con alivio el moreno-Iré al baño-se puso de pie-No tardo-le dio un fugaz beso a su esposo y corrió hacia el tocador.
Eiri miró de soslayo el regalo y entornó los ojos.
-Si hubiera una bomba ya hubiera detonado, ¿No?-dijo al aire. Sacudió la cabeza y tomó el control del televisor. Lo encendió y trató de distraerse mientras Shu salía. Por más que trataba de centrar toda su atención en el televisor, sus ojos de vez en cuando se posaban sobre la caja. Sacudió su cabeza y volvió sus ojos a la pantalla para volver a girarlos hacia la caja que lo incitaba abrirla-Maldición-mascullo. Se puso de pie de un salto y caminó a grandes zancadas hacia la caja que yacía encima de una silla. De un jalón desagarró parte del papel y estaba por terminar de desenvolverlo cuando:
-¡Eiri!-exclamó Shu.
-Lo siento pero fui débil-vociferó, soltando la caja que cayó al suelo.
El minino se paseó por encima de la pc de Tatsuha haciendo que se borraran algunas cosas y que se escribieran algunas otras.
-Gato…deja de pasearte por aquí-refunfuñó el monje.
-Maaaa…
-Ya te dije que te vayas a la sala, tengo tarea que hacer.
-Maaaa…
-Está bien...Ma…
-Maaaa…
-Ma…
-Maaaa…
-Ma…
-¡Miau!-y furibundo el gato se bajó del escritorio en donde estaba la pc y con las orejas hacia atrás-en muestra de que estaba enojado-y aleteó la cola.
-¿Por qué te enojas? Todavía que hago un esfuerzo por hablar en tu idioma-masculló el moreno.
-Grrr…-rugió el minino con los ojos entornados y salió de la recámara.
-Serán los cinco días más largos de mi vida-suspiró.
-Vaya, a ésta mocosa no se le va nada. Hasta nos puso las baterías-dijo Yuki mirando un consolador anal.
-Es increíble-musitó Shu con los ojos llorosos-esa mujer en verdad está loca.
-No es para tanto.
-Pero…
-A mí me gustó el detalle. Sobre todo esto-le señaló el sexy disfraz de conejo que venía con el kit de consoladores.
-No me obligarás a ponérmelo, ¿Verdad?
-Oh, vamos Shu-se acercó a su esposo-¿De cuándo acá te avergüenzas por disfrazarte?-le ronroneó en el oído, provocando un escalofrío al moreno.
-¡Agh! Está bien, pero ni loco me pongo el collar y las esposas-instó.
-Por supuesto-asintió serio Eiri.
Pasaba de las doce del mediodía cuando llamaron a la puerta del apartamento de los Ono. Hisoka, que estaba viendo una película, fue el que atendió al llamado.
-Buenas tardes-saludó Alicia son su bella sonrisa iluminando su rostro.
-Hola Alicia-Hisoka la invitó a pasar.
-¿Cómo sigue Hiromi? En la mañana me mandó un mensaje diciéndome que se había resfriado.
-Ya está un poco mejor, ahorita está dormida a causa del medicamento.
-Qué bien-se descalzó y siguió a Ono a la sala- ¿Ya sabes que van a comer?
-Pues…-el chiquillo se rascó la cabeza-Tal vez comida instantánea.
Ante el comentario del menor Alicia negó con la cabeza.
-Lo supuse-resopló-Bien-miró su reloj-aún podemos alcanzar buenas cosas en el mercado de por aquí. ¿Te parece que hagamos consomé de pollo para Hiromi, bonito asado con berenjenas a la plancha, gohan, onigiris y curry?
-Todo lo que sea comida y casero me encanta-dijo con ojos brillosos.
-Qué bien-sonrió Karma-Entonces vamos. Hisoka asintió y fue por el block del refrigerador en donde le dejó una nota a su hermana de que había salido con Karma.
-Ahhh…mgh…-gimió Shu mientras movía su cadera de adelante hacia atrás- Ahhh…Eiri…-gimió.
-Eres un conejito muy goloso-susurró el rubio, que estaba recostado y encima de él Shuichi. Tomó la cadena que colgaba de la gargantilla de cuero y que tenía el moreno y lo haló hacia él para besarlo.
Todos los gemidos de Shindo fueron ahogados por los labios del rubio. Stidas
-Creo que ahora en mi turno-susurró el mayor. Abrazó a su esposo y se giró haciendo. Ahora el que estaba debajo era el moreno-Creo que por hoy permanecerás en cama, mi querido Shu-y sin más aumento las embestidas.
-Ahhh…mmm…así-gimió Shu.
Yuki comenzó a tantear una de sus manos hasta que encontró lo que buscaba, tomó un pequeño vibrador en forma de delfín y lo encendió, estimulo uno de los pezones de su esposo con la punta del hocico del animal.
-Hyaaaa…-el moreno se retorció de placer ante ésta pequeña caricia.
-Siempre has tenido tan sensible los pezones.
Continuó embistiendo al menor. El delfín viajó por todo el torso de Shindo hasta que llegó a la altura del pene. Como lo había hecho con los pezones, acarició con la punta del hocico del delfín el glande de su esposo.
-Se…se siente bien…
-Y decías que no querías usarlos.
Shu se cubrió el rostro avergonzado de solo recordar que el delfín había estado en su interior, como los demás juguetes que yacían esparcidos en la cama.
Sakano miró su reloj de pulsera y lanzón un hondo suspiro. Al parecer lo habían dejado plantado. Se ajustó los lentes y llamó al mesero para que le diera la cuenta de los cinco cafés que se había bebido. Después de pagar la cuenta el productor salió del café y caminó con los hombros bajos.
-¿Señor Sakano?-la voz de una mujer le hizo detener su andar. Con lentitud se giró y abrió sus ojos de sorpresa al ver a Mizuki agitada.
-Señora Mizuki…usted.
-Lo siento mucho-la mujer hizo una pronunciada inclinación-Tuve que ir a la editorial de urgencia y por eso es que no pude llegar a tiempo.
-O sea que…usted…
-Usted me agrada señor Sakano. De hecho…-la editora se sonrojó-Desde que le conocí en la fiesta de compromiso de Eiri me pareció una persona muy interesante.
-Us…usted también señorita Mizuki-balbuceó el moreno.
-Me da gusto-sonrió.
-Le…le…¿Le gustaría ir a otro lugar?-tartamudeó rojo como un jitomate.
-¿A dónde?
-¿Al cine?
-Oh…esperaba que dijera que a su casa-y sonrió Kana. Aquél comentario hizo que el pobre hombre perdiera el equilibrio.
-¿Está bien?
-S…s…si…no es…no es nada.
Alicia y Hisoka llegaron cargados por las compras que habían hecho. Para sorpresa del par, Hiromi aún seguía dormida.
-Para cuando despierte se llevará una gran sorpresa-dijo Karma sonriente.
-Tienes razón.
Con la asesoría de la mayor, Hisoka se dedicó a picar todas las verduras que el consomé llevaría. Mientras el pollo hervía junto con las verduras, Karma le ensañaba a cómo hacer onigiris.
-Es curioso que siendo mexicana sepas hacer onigiris-musitó Hisoka, quién estaba llenos de curitas en sus todos sus dedos, pues el chiquillo siendo poco hábil con el cuchillo, se había cortado varias veces.
Dejaron al final-para cuando Hiromi despertara-hacer el bonito y las berenjenas por lo que en cuanto terminaron de hacer los onigiris y el curry-y mientras se terminaba de hacer el consomé- los dos chicos decidieron poner el árbol de navidad que Hisoka había comprado en el camino de regreso.
-Si es que no me recuerdas que el viernes es navidad, tal vez no lo hubiera comprado-el chico comenzó armar el pequeño árbol sintético de color blanco.
-N importa si uno cree o no, para nosotros los occidentales no puede pasar desapercibida.
-Tienes razón-asintió-Sólo que tanto mi hermana como yo hemos estado muy ocupados.
-Aún estamos a tiempo.
-Supongo que vamos a pedir servicio a la habitación-susurró Eiri en el oído de Shu.
-Supones bien, bestia del sexo-musitó el chico que estaba recostado boca abajo.
-No te quejes, disfrutaste el ser devorado por ésta bestia.
-Lo único que te pedí fue que no usáramos los juguetes ni las esposas…
-Pero si nos las regalaron.
-Sólo espero poder estar bien mañana para poder disfrutar de Disneylandia.
-Lo estarás-acarició la espalda de Shu-prometo no comerte por el resto de la tarde y por el día de mañana-se acurrucó junto a su esposo-Pero no te prometo nada para el martes-y le lamió la oreja.
-Hyaaa…¡Me he excitado de nuevo!
El rostro de Hiromi se iluminó cuando despertó y entró a la sala en donde vio un bonito árbol de navidad decorado con esferas de hello kitty y las luces de la misma gatita.
-¡Qué lindo!-exclamó con su voz mormada.
-Sabía que te iba a gustar-le dijo con orgullo su hermano-Alicia me recordó que el viernes es navidad…
-¡Es cierto!
-Hey Hiromi, ¿Ya tienes hambre?-terció Karma.
-¡Si! Por eso es que desperté-y se sobó el vientre.
-Muy bien, ya casi está todo listo.
Por primera vez, desde que se habían mudado a ese apartamento, los hermanos Ono decidieron comer en la mesa del comedor. Mientras que Karma asaba el bonito y las berenjenas, Hisoka ponía la mesa.
-Manis, ¿Qué te sucedió en tus manos?
-Oh…bueno…-y sin poderlo evitar se puso rojo.
-Me ayudó a guisar-interrumpió Karma, tendiéndole un tazón con consomé.
-¿En serio?-dijo con incredulidad Hiromi-Manis nunca ha puesto un pie en la cocina en sus diecisiete años.
Karma rio.
-¿En serio?
Después de comer las delicias de mamá Usami, el matrimonio Nakano se fue hacia la recámara de Ayaka para descansar. Hiro acomodó las almohadas para que su esposa estuviera más cómoda. Él se acomodó entre las piernas de la castaña y comenzó a acariciar el gran vientre de la joven.
-Muero por conocerte-susurró Hiro sobre el vientre de Ayaka.
-Sabremos si es niño o niña para la próxima semana.
-Lo sé…
-¿Ya has pensado en que nombre le vamos a poner?-dijo el pelirrojo sin dejar de acariciar la pancita de Ayaka.
-Mmmmm…si es niña quiero que se llame Ichigo y si es niño Shouta, ¿Y tú?
-A mí me gustaría que se llamara Hana y si es niño, Shiro.
Hiro recargó su cabeza en la barriga de Ayaka y dio un respingo.
-¿Sentiste?-preguntó emocionada la mujer.
-¡Si! Me pateó la cabeza.
-Éste consomé me hizo añorar mi casita-musitó Hisoka nostálgico.
-La verdad es que es el mismo sazón que el de la abuela-asintió Hiromi.
-¿En serio?-Karma alejó su plato vacío.
-Si…abuela guisa muy rico.
-Mi casita…-repitió Hisoka.
-¡Vaya! Es raro escuchar a un chico de diecisiete años decir que extraña su casa-pestañeó Karma-¿Tiene mamitis?-le susurró a Hiromi.
-No, tiene abuelitis-habló en el mismo tono que su amiga y miró de reojo a su hermano quién ya se había acabado el consomé.
-¿En serio?-Karma miró también al chiquillo y soltó una risilla.
-Ya las escuché-masculló Hisoka.
El par dio un respingo y se empezó a reír, como respuesta el menor gruñó.
-Por cierto Licha, ¿Tú no vives con tus padres?-preguntó Hiromi.
-No, no vivo con ellos-la chica comenzó a jugar con la cuchara.
Hisoka al recordar lo que la chica le había dicho de su papá le dio un golpe por debajo de la mesa a su hermana.
-Ouch…cuidado manis-se quejó la soprano. Hisoka puso los ojos en blanco-Entonces ya eres independiente.
-No…-suspiró la chica-En mi condición no puedo.
-¿Vives con tu novio?
-El consomé está muy rico-terció Hisoka con la intención de cambiar de tema.
-¿Te sirvo más?-preguntó Karma, sin comprender la indirecta.
-Yo me sirvo, gracias-bufó el chico. Se puso de pie y se acercó a la estufa.
-Vivo con mi hermana-continuó Karma.
-¿Tienes una hermana? Oh…vaya…¿Es más grande o más pequeña?
-Más grande. Tiene treinta años y se llama Denisse.
-Qué bonito nombre.
-Si muy bonito-terció Hisoka quién había vuelto a su asiento con el tazón lleno de consomé-A de ser una chica muy dulce.
-¿Eh?-Karma le miró con ojos grandes y después soltó tremenda carcajada.
-Denisse ¿Dulce?-goleó en la mesa con una de sus manos, rio un poco más para rápidamente cambiar su semblante a uno serio-es un ogro y es tan bipolar-la chica lanzó un suspiro e hizo un puchero-En ratos soy “su vida” y después cambio a ser “Pin*** escuincla”
-¿En serio?-dijeron al unísono los hermanos Ono.
-O sea que, ¿No te llevas bien con ella?-preguntó Hiromi, dubitativa.
-¡Para nada! Nos llevamos muy bien, sólo que su manera de amar es un poco …¿compleja?
-Amor apache-dijo Hiromi.
-Exacto.
-¿Y por qué no vives con tus papás?
-Hiromi, deja de hacerle tantas preguntas-musitó Hisoka.
-Naaa, descuida Hisoka, no hay problema-le guiñó el ojo-Mis papás están muertos, por eso es que no vivo con ellos.
La mayor de los Ono se llevó una mano a la boca.
-Lo…lo siento mucho Licha…yo…-miró a su hermano quién movía su cabeza de manera desaprobatoria.
-Eso ya fue hace mucho-la chica se encogió de hombros.
-¿Y tus abuelos?-se aventuró a preguntar Hisoka.
-Mis abuelos paternos murieron antes de que mamá se casara con papá. Mi abuelo materno murió cuando yo tenía seis años y mi abuela materna…-se rascó la cabeza-supongo que sigue viva…lo último que supe de ella es que le habían amputado una pierna-ante lo dicho por la mexicana, los hermanos lanzaron una exclamación.
-¿Tu abuela vive lejos?
-Nop, vive a dos calles de donde vivo yo.
-Entonces…¿Por qué dices que no sabes si sigue viva? ¿Qué no la vas a visitar?
-No voy a ir a ver a alguien que no me quiere.
-Eso no puede ser-le dijo Hisoka-Todas las abuelitas quieren a sus nietos.
-La mía no, para ella soy un monstruo que la puede contagiar de ésta tara que tengo.
-¿Cómo?-preguntaron a coro los hermanos. En sus ojos se les podía ver el desconcierto.
-De hecho, nadie de mis tíos o primos quieren que me les acerque por temor a que los contagie. Incluso algunos amigos también se alejaron de mí. Tan sólo mi hermana, una amiga de la infancia y mi amigo de la prepa son los únicos que me han aceptado así También mi novio actual. Es doctor-le susurró a Hiromi.
-Pero son tu familia…si la familia no se apoya…-dijo Hiromi, Hisoka asintió-A parte, eso no se contagia. Ya investigué-se apresuró a decir la morena. Karma sonrió.
-La verdad no me importa-musitó sin darle mucha importancia al asunto-Lo que me importa es quererme y aceptarme yo…no puedo obligar a que la gente me quiera y me acepte.
-Pero…
-“Cuando comprendemos quienes somos, nos amamos. Amarse es el principio y el todo para una felicidad. Uno es libre y perfecto, con el simple hecho de quererse tal y como es…”
-Qué bonito-musitó Hisoka, conmovido.
-Si…muy bonito-terció su hermana.
-Lo leí en un libro-sonrió Karma.
-Oh…-asintieron los hermanos.
-Es por eso que lo demás no me afecta.
-A pesar de todo lo que has vivido…siempre estás con una sonrisa-murmuró Hisoka.
-Es cuestión de actitud.
-Veo que si…
-A veces la vida nos da la espalda…
-Muchas veces-asintió Hiromi.
-“Y si la vida te da la espalda; hay que tomarla de las nalgas”-dijo Karma.
Los Ono abrieron los ojos y se miraron entre ellos.
-¿Eso también lo leíste en un libro?-preguntó dubitativo el moreno.
-No, que va…yo la inventé.
-Ah…
-¿Por qué no me sorprende?-susurró Hiromi.
El lunes, Shuichi se despertó a primera hora y saltando en la cama como niño le pidió al rubio que se alistara para empezar a recorrer el parque de diversiones.
-¿Se te olvida que ayer tuvimos sexo infinidad de veces?-masculló el rubio con el rostro hundido en la almohada.
-Pero tuviste mucho tiempo para descansar.
Eiri lanzó un gruñido.
-Al menos déjame tomarme un buen baño y desayunar.
-Bañémonos juntos-le dijo con ojos brillosos.
Miró su reflejo en el espejo y frunció el ceño. La verdad es que no deseaba usar el tsuno kakushi, pero dada las circunstancias no podía ponerse exigente. Si le decía a su padre que deseaba una boda ostentosa y de estilo occidental, su papá tiraría la casa con tal de complacer a su linda princesa, pero eso significaba que la boda se atrasaría un poco más y ella no deseaba eso, no podía darse ese lujo ahora que faltaban unos cuantos meses en que su bebé naciera.
-Te ves preciosa hija-le halagó su madre.
La encargada hizo una pronunciada inclinación y dejó a madre e hija solas.
-Gracias-dijo con una sonrisa fingida.
-A menos de una semana serás la señora de Uesugi.
-Lo sé…-se giró y miró con ojos brillosos a su madre.
-Y mi nieto tendrá un apellido.
-Eso es lo que más me tiene feliz-inconscientemente se acarició su pequeño vientre.
-Por cierto. Dentro de unos días tendrás tu primer ultrasonido.
-No sé si quiera saber el género de mi bebé.
-No es sólo para eso el ultrasonido, tontilla. Tenemos que asegurarnos de que el bebé está en buenas condiciones. Me inquieta el ver que no tienes muchos síntomas y casi no se te nota el vientre.
-Pero el ginecólogo dijo que a veces sucedía eso. Aparte, el bebé si se mueve, sobre todo cuando veo a Tatsuha.
-Lo sé, pero no está de más. Aparte, ¿No deseas conocer a tu bebé?
Tooru dudó unos segundos para después encoger sus hombros.
-La verdad no lo sé…
-Waaaa…¡Eiri! Quiero subirme a esa montaña rusa-exclamó Shu señalando a la Space Mountain del área temática Tomorrowland.
-Si..si vamos.
La pareja ya había recorrido toda la zona temática de Critter country y Fantasyland. Acabanban de llegar a Tomorrowland cuando los ojos violetas de Shu se iluminaron ante el Space Mountain.
Estaban por subirse al juego cuando el encargado les pidió de favor que se quitaran los lentes de sol y las orejas de Mickey. Shu guardó los accesorios en su morral de Mickey.
En todo el tiempo que duró aquél juego, el chico no paró de gritar. Cuando salieron de aquél juego, Shu estaba casi afónico y las piernas las tenía trémulas.
Para que el moreno se tranquilizara un poco, Eiri eligió el Meet the world, un carrusel que gira a través del tiempo, conociendo la historia de Japón.
Terminaron de recorrer la zona de Tomorrowland, Adventureland y cuando fue el turno de Toontown, la pareja estaba cansada y hambrienta.
Eligieron un restaurante en donde ofrecían hamburguesas en forma de las manos de Mickey. Mientras les hacía la digestión, la pareja se tomó varias fotos con sus curiosas orejas de Mickey.
Decidieron terminar de recorrer el parque al día siguiente, por lo que disfrutaron de algunos shows en vivo y del desfile de los personajes de Disney.
Cuando llegó a casa, Hiromi y Alicia veían un dorama.
-Buenas noches-saludó a las chica.
-Hola manis.
-Qué onda Hisoka.
-¿Qué tal el trabajo?
-Pesado-dijo el chiquillo dejándose caer encima de uno de los sillones-¿Cómo sigues hermana?
-Mucho mejor-sonrió-Pedí maki sushi para la cena. Está en la cocina.
-Gracias-Hisoka lanzó un hondo bostezo-¿Qué dorama ven?
-Scent of a woman-terció Karma.
-¿A ti también te obligó a verla?
Alicia soltó una carcajada mientras que Hiromi fruncía el ceño.
-No, la veo por gusto.
-Está muy bueno, ¿Verdad?
-Si.
-Y el protagonista…
-Pufff…éste está re-bueno.
Aprovecharon para charlar sobre el dorama mientras estaban los comerciales. Hisoka hizo un gran esfuerzo y se puso de pie. Cansado caminó hacia la cocina por su cena.
-No queremos que se vaya…
Hisoka fue por su cena y se dispuso a ver el dorama junto a las dos mujeres.
Cuando terminó el capítulo Karma se despidió de los hermanos.
-Ya es tarde.
-Pero…aún no son las diez-dijo Hiromi viendo el reloj de cucú.
-Lo sé, pero mañana tengo que levantarme temprano.
-¿Por qué?
-Por que mañana regreso a México.
-¡Cómo!
-¿Ya te vas?-terció Hisoka.
-Pues si-se encogió de hombros-No habrán pensado que me iba a quedar a vivir aquí.
Los hermanos Ono apretaron los labios.
-¿Creían que me iba a quedar a vivir?-los dos asintieron. Karma soltó una risilla-En verdad me gustaría pero tengo dos perritas y dos gatitos que esperan por mí.
Hiromi hizo un puchero, mientras que Hisoka bajaba la cabeza.
-Oh vamos, no pongas esas caritas. Éste no es un adiós, ustedes regresaran a México, ¿Verdad?
-Buaaaa….manis…Licha nos deja-soltó en llano Hiromi, abrazando a Hisoka.
-Lo sé hermana.
-¿Qué será de nosotros?
-No lo sé…
-Chantajistas-masculló la mexicana.
Y los primeros copos de nieve cayeron por la mañana del martes. Todos los habitantes de Tokio sacaron sus gruesos abrigos y las bufandas y se prepararon para recibir el invierno.
Karma miraba nevar desde la ventana del auto, mientras K conducía hacia el aeropuerto.
-Creo que si voy a extrañar Japón-hizo un puchero.
-Y creo que mucha gente la va a extrañar a usted, señorita Karma.
-¿Tú crees?-la chica despegó sus ojos del paisaje urbano y los centró en el chofer.
-Bueno, recuerde como es que dejamos Kaname.
Alicia hizo otro puchero al recordar a su nuevo amigo al borde de las lágrimas.
-También dejé llorando ayer a Hiromi-susurró-Y Hisoka salió a comprar tres litros de helado.
-¿Ya ve?
-Pero Shu estará muy feliz por mi partida.
-Oh es cierto-K soltó el volante y comenzó a buscar en la guantera del auto.
-¿No es un poco arriesgado que sueltes el volante?
-Sólo un poco.
-A mí me gusta la adrenalina.
-Que bien-el rubio sacó todo lo que tenía en la guantera y al fondo de ésta encontró un pequeño paquete-Listo-lo sacó y se lo tendió a la joven. Se enderezó y volvió a tomar el control del vehículo, por fortuna ni hubo ningún herido.
-¿Qué es esto?
-Shu me pidió que te lo diera.
Karma torció la boca.
-Siento que si lo abro mi vida correrá peligro-ante lo dicho por la jovencita, K soltó una carcajada.
-No tema, Shu es incapaz de dañar a una hormiga.
-Yo no soy una hormiga…-y K rio aún más.
Karma guardó aquél extraño paquete en su morral y se acurrucó mejor en el asiento del copiloto.
Sintió que alguien lo movía con insistencia.
-No…no quiero-susurró y se aferró aún más a la sábana.
-Anda manis apúrate, no alcanzaremos a Licha.
Hisoka lanzó un gruñido y le dio la espalda a su hermana.
-Bien, haz lo que quieras. Pero cuando te vayas al trabajo abrígate bien, afuera ya está nevando.
Ante ésta simple palabra, Hisoka abrió los ojos.
-¿Nevando?-se enderezó y miró con ojos grandes a su hermana.
-Sí, el invierno ya ha entrado.
Sin decir palabra alguna se puso de pie de un salto y corrió hacia la sala, miró por la ventana como caían los copos de nieve.
-Hoy es veintiuno-susurró.