Capítulo III
"Está bien para mí", eso fue lo que dije, lo dejé ir, así sin más, para no perder mi fortuna, ni mi familia, no ver mi imagen intachable en peligro y todo regresara al punto cero.
¿Cómo era mi vida antes del factor Potter?, era aburrida.
Todo lo que le rodea, todo lo que toca, lo que conoce, todo, tiene una cierta importancia.
Esta ley de intercambio, me parece justa, repara en su totalidad los daños causados por mi osadía, pero, sencillamente, no me imagino una vida entera sin él.
¿Cómo sobreviviré?, sin ese cuerpo, esos labios y todo su ser dispuestos para mí, me pregunto, en qué momento, pensé que era lo correcto, esto de la inversión, lo presioné tanto y lo llevé a sus límites, rebasando sus capacidades, forzándolo a ser mi pertenencia, aunque no escuché ninguna queja.
Todo debería estar bien, en su lugar, entonces, ¿por qué me siento así?, como si hubiese cometido la más grande de las estupideces.
Ahora mi matrimonio, se rehizo, mi esposa, se fue a vivir a la mansión, dormimos en la misma cama, ella me abraza y yo me distancio. Estoy consciente que dentro de su vientre, lleva a mi hijo, que pronto nacerá, pero, ¿quién es ella para mí?, nada más que mi vieja amiga de la infancia. Un matrimonio por conveniencia.
Y aquí estoy, en mi jaula de oro, en la cual he estado toda mi vida, dudo que algún día pueda volar libremente sin depender de ella para subsistir.
Toda mi vida, me lo han dado todo, menos el afecto que buscaba. Eso que llaman, "familia", sólo lo sé de nombre, apariencias. Creo que cuando nazca ese bicho que se llama "hijo", debería convertirme en un buen padre, pero, estoy muy lejos de llegar a serlo, si estoy con la persona equivocada...
Sólo han pasado unos días desde este rompimiento, desde que todo volvió a la normalidad, pero todavía veo que los números del calendario avanzan y no ha retrocedido, ojalá pudiese retroceder ese tiempo, esos 7 días donde fui verdaderamente yo y no está fachada de imagen pública prestigiosa y competente.
De una gran torre de naipes, quedan sólo las cartas en el suelo, carentes de vida o acciones propias, si no hay alguien quien las mueva o recoja, no tendrán voluntad propia.
Conseguí favorablemente que todo quedara en absoluto secreto el escándalo de la separación de las empresas, la bancarrota y por supuesto, la inversión hacia Light and Dark.
Deposité el dinero, como fue lo acordado, de allí en adelante, no será Potter quien venga, sino que un representante o su abogado personal, el que me traerá los balances y movimientos comerciales.
Ya no le veré jamás, ya no puedo hacerlo... sin embargo, no logro arrancármelo de la cabeza. Su nombre, su aroma, están impregnados en mi cuerpo, tatuados dentro de mí, es insoportable buscarle por las noches y despertar, ver que no es él, es ella, quien duerme muy tranquila por las mañanas...
Sábanas de seda, ropa de diseñadores importantes, autos del año, dinero a manos llenas, un futuro próspero y lleno de expectativas, en eso me he convertido, en lo que querían que fuese, no lo que yo deseaba ser.
Potter fue el único que me dio vida, que le dio algún significado a esta monotonía que llaman "vida". Ahora, debo aguantar que cualquiera ocupe la vacante que he dejado al alejarme voluntariamente de él. No, no puedo...
Tenerlo todo, tener nada, la ley de intercambio no siempre es favorable. Ha ordenado y devuelto todo a la normalidad, pero no ha curado las heridas.
Sí no haces nada por quien amas, entonces no es tan fuerte ese sentimiento. Si soy capaz de quedarme tranquilo al contemplar esa escena, entonces, no tengo derecho a impedir que todo siga su curso natural.
El orgullo, el código de los Malfoy, es una carga muy pesada a veces. Mi madre, una mujer tan hermosa, se ha ido marchitando como las rosas, una vida muy corta para seres que permanecen unidos a un lugar.
Todos los días, me levanto con aquella sensación, un abandono inmenso, un vacío, tan difícil de llenar y colmar... será porque él ya no está aquí... mi amante, lo he despedido.
Es cierto, yo lo compré, y ahora, lo pierdo...
"Está bien para mí", ya no iré contra la corriente, me uniré a ella y dejaré que me arrastre lo más lejos posible, hasta que pueda olvidarle.
-Señorito, tiene una visita- dice la secretaria por el altavoz.
-¿De quién se trata?- pregunta poco interesado el rubio, quien veía unos informes.
-Es su esposa.
-Que pase.
-Drake- dice la chica muy feliz.
-¿Qué pasa?- pregunta un tanto molesto.
-Hoy me fui a hacer una ecografía y es maravilloso, puedes ver incluso el rostro del bebé- saca unas fotografías de su cartera.
El ojigris no estaba muy interesado por la gran novedad, ya que había escuchado algo al respecto, pero verlo, era otro cuento...
¿Cómo ese bicho era humano?, era su hijo...
Vio cada una de las tomas y eran impresionantes, ya que podías notar algunos rasgos o acciones que eran muy interesantes.
Su hijo debería llenar su vacío y soledad, y pensar que estuvo a punto de perderlo por él.
-No te parece que es precioso- comenta muy fascinada la futura madre.
-Es un Malfoy, después de todo- dice con arrogancia.
-Tienes razón.
-Ve a descansar.
-Ya me voy- se despide con un beso y se va.
Creo que es lo correcto, estoy seguro que lo es; sin embargo, eso no justifica el hecho de que deseo más que nunca despertar junto con él, con Potter, una vez más...
¿Qué será de su vida?, ¿en qué situación estará hoy?, hay tantas cosas que quisiera saber; no obstante, no tengo las respuestas.
¿Por qué, si lo tengo todo, no soy feliz?
¿Por qué cada vez que veo su fotografía puedo sentirlo al lado mío?
¿Por qué cada vez que salgo, deseo fervientemente volver a atropellarlo?
Deseo con locura una oportunidad, una excusa para verle, para amarle, para seguir amándolo...
Ojalá fuese tan sencillo como irme de la mansión y ya... cambiarme el nombre, nacer de nuevo. Sería la única forma de deshacer esa ley de equivalencia. Aunque considero que eres el gran perdedor... porque has dado más de lo que has recibido, no hay forma de mantener el equilibrio a menos que fuese recompensada esa falencia de cálculos y todo se cumpliese como se debe.
Temblando bajo la lluvia,
te espero,
aunque sé que no llegarás,
debe ser, porque no te lo he pedido,
porque ni siquiera te he llamado,
así que, tú no vendrás más por mí...
Sabes, mi dulce amante,
estás dentro de mi mente,
no logro sacarte, escucha.
Jamás supe lo que era amar,
tampoco lo que es perder,
conoces tanto de mí,
que me aterra,
no volver a oír.
¿Puedes escuchar?
mi voz retumba dentro de ti,
¿puedes escuchar?
no hay retorno.
Los días pasan sin cambiar,
todo me lleva a ti,
a tu esencia de amante,
¿lo puedes entender?
entonces, ¿qué espero?
¿qué el sol se apague?
o que la luna,
se tiña de sangre.
Todavía no amanece,
las horas, pasan,
me pregunto, si es cierto,
que tú, me olvidaste.
¿Puedes escuchar?
mi voz retumba dentro de ti,
¿puedes escuchar?
no hay retorno.
Ya no hay final
el tiempo es breve,
extiende tus brazos,
recibe a este sujeto,
que se ha perdido.
No debería perder mi valioso tiempo, porque de seguro para él ha sido muy fácil dar vuelta la página. Potter nunca existió en mi vida, punto. Sólo hay alguien que lleva ese nombre en alguna parte de Inglaterra, pero, no lo conozco, tampoco él a mí...
Puedo seguir jugando al engaño mental, ya que todavía no amanece en mi dormitorio y sigo sin él.
continuará...