Capitulo nueve: Momentos de batalla…
Harry estaba seguro que le iba a dar un soponcio, además no podía evitar mirar fijamente aquellos ojos grises que tanto le atraían, aunque este no supiera quién era el que se escondía tras esa mascara blanca con una esmeralda en la frente…
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Draco simplemente levanto una ceja, había escuchado por parte de su padre que el Lord, había tomado a un aprendiz, pero que nadie sabía quién era, pero al parecer era muy importante para el Señor Tenebroso y lo estaba comprobando en primera fila; porque jamás se había visto que el Lord, pusiera a ningún mortífago a proteger a otro, aunque ellos simplemente, fueran solo unos novatos. Sabía que todo aquello, era para probar sus habilidades, y obviamente no los defraudaría, demostraría que, aun por su edad, valía mucho más que otros antiguos mortífagos, y en aquel enfrentamiento demostraría sus habilidades, al igual que sus amigos.
—El ataque será en algunos minutos mas – habló seriamente el Lord, que se encontraba sentado, mirando al resto de los presentes, tanto Malfoy hijo como sus amigos, estaban de pie frente a él, Harry estaba también de pie a su lado derecho, Severus y Lucius estaban sentados a ambos lados de él.
Draco y compañía asintió mudamente, aun sin despegar sus miradas en aquel que debían proteger. Harry se sentía acorralado al sentir como todos le miraban, pero sobre todo, la de aquella mirada gris tan penetrante.
Tom se dio cuenta de la incomodidad de su “hijo”, hizo una mueca, que sólo fue percibida por sus dos amigos, que obviamente no comentaron nada.
— Lucius — volvió a hablar el Lord, pero ni siquiera le miró, distraídamente acariciaba la cabeza de Nagini, ya que está estaba enroscada en la silla y su cabeza estaba apoyada en el hombro de su protegido.
El rubio se paró de su asiento, sabiendo que es lo que quería que hiciese el Lord, de su túnica saco una bolsita de tela, abriéndola y mostrándoselos a los jóvenes, que se encontraban delante de él.
— Estos serán sus trasladores, le enviaran al punto en donde se desarrollara la pelea —comenzó a hablar, su voz fría y calculadora acompañaba a su mirada escrutadora — cuando lleguen ya abra algunos mortífagos, el traslador los enviara directamente aquí, si aprietan la gema verde — les indicó, sacando uno de los trasladores, era ovalado, una serpiente que estaba enroscada en si misma, en el centro estaba su cabeza y su boca abierta a sujetaba una piedra verde brillante.
Draco, Blaise, Theo y Pansy dieron unos cuantos pasos, para tomar su correspondiente traslador, tenía una cadena por lo que se lo colgaron en sus cuellos, ocultándolas de bajo de su capa negra, que cualquier mortífago utilizaría. Harry se quedó estoicamente de pie, desde que estaba en esa sala no se había movido ni un milímetro, parecía prácticamente una estatua; él no necesitaba un traslador así, el ya tenía uno especialmente para él, así que simplemente se quedo de pie mirando a los otros Slytherin, específicamente uno rubio.
— Pónganse en el centro — les ordeno el Lord, a los chicos y a Harry — los trasladores se van activar — les comunicó simplemente, poniéndose de pie y al lado de su “aprendiz” —. Espero que no comentan ningún error — les miró a todos fieramente, especialmente a su hijo, diciéndole con la mirada claramente, que no quería que se metiera en ningún lió y se expusiera — los estaremos esperando aquí… — fue lo último que dijo, antes que los cinco chicos desaparecieran.
En la habitación solo quedaron los tres adultos mas Nagini aún en su forma de serpiente, Tom miro fijamente a su dos amigos, que estaban quietos esperando lo que estaban seguros les pediría.
— ¿Qué esperan? ¡Vayan tras ellos! — les dijo simplemente, volviéndose a sentar, viendo como ambos magos se iban hacia la batalla en donde habían ido los chicos.
- "Tú siempre tan “precavido”" - le dijo burlonamente la serpiente.
Tom solo hizo una mueca de lado, sin decir nada, jamás reconocía que todo lo que hacía era por su preocupación por su hijo… menos se lo diría a Nagini.
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Llegaron a un pueblo pequeño y rural, se podían apreciar el humo saliendo de algunas casas, hacia bastante calor por las llamas, que quemaban sin distinción, consumiéndolas lentamente, atrapando a la gente en sus abrasadoras llamas.
Cuando vio aquel espectáculo, Harry hizo una mueca bajo su máscara, definitivamente, no le gustaba ver aquello, esperaba que las cosas muy pronto se solucionaran, para poder terminar con aquella “guerra” que con el tiempo, era solo una maldita masacre, que traían solamente odio, dolor y muerte; miro de reojo a sus “guardaespaldas”, los cuatro ya tenían puesta sus mascaras.
— Vamos — fue todo lo que dijo Harry, su voz no era la suya, algo de lo que no se acostumbraba aun, era desconcertante, ya que cuando estaba con la máscara puesta, su voz salía distinta, mas ronca y fría.
Draco, Theo, Blaise y Pansy asintieron mudamente, completamente mentalizados para lo que tenía que hacer y lo que llegarían a ver.
Los cinco jóvenes, se introdujeron en aquella batalla que ya se desarrollaba, comenzando a dar pelea, demostrando su talento, su mágica, su capacidad, estaban poniendo todo su ímpetu para mostrarle al resto, que había nuevos mortífagos, jóvenes pero mucho más eficientes que muchos veteranos.
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Algunos miembros de la Orden, los que no habían podido llegar antes, comenzaron a aparecer, viendo con asombro aquella pelea, que se efectuaba a muy poca distancia de ellos. Pero lo que les sorprendían aun mas y por otro lado los asustaba, era ver a cinco figuras, cinco mortífagos, que aunque no se podía apreciar sus caras por las mascaras que portaban, por su figura claramente podían apreciar que eran muy jóvenes, quizás de dieciséis o diecisiete años; sus movimientos y maldiciones eran precisos, tenían una frialdad para atacar increíble, y se podía apreciar desde aquella distancia, que poseían mucho poder y determinación; aquellos cinco jóvenes mortífagos, peleaban incluso contra dos o tres al mismo tiempo. Detallando la situación, se dieron cuenta que cuatro de los jóvenes mortífagos, protegían a uno de ellos, uno que poseía una máscara distinta, se podía ver una esmeralda en la frente; aquella forma de “proteger” a ese mortífago en particular, era casi imperceptible e incluso no se percibía si uno estaba dentro de la batalla, pero aquellos que estaban examinando confianzudamente el duelo, se dieron cuenta.
Los seis miembros de la Orden del Fénix, se miraron entre sí, asintiendo simplemente con sus cabezas, dirigiéndose rápidamente a ayudar a sus compañeros y de atacar y capturar al que parecía ser muy importante dentro de las filas mortífagas, si el Lord daba la orden de protegerlo.
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Aunque al principio Harry estaba nervioso y algo fastidiado con respecto a pelear, sin contar que algo temeroso, no quería tampoco matar a nadie, pero sabía que debía poner todo de su parte, que debía ganar experiencia, sino no podría aportar algo para ayudar a su padre y encontrar a su papá, y se volvería una simple molestia, que deberían cuidar y proteger.
No dudó; hechizos y maldiciones salieron de su varita, dando en el blanco, esquivando hábilmente los hechizos que eran lanzados hacia él; aún cuando no estaba utilizando su máximo potencial. Miraba de reojo a sus compañeros y sonrió con satisfacción, al ver como aquellos Slytherin peleaban, sabía que estaban pendiente de él, pero que también eran muy buenos defendiéndose, utilizaban hechizos o maldiciones precisas y eficaces.
Estaba por atacar a dos incautos, que por sus ropas inmediatamente supo que no eran aurores, y que eran probablemente miembros de la Orden fénix; esquivo fácilmente dos maldiciéndose, dándose media vuelta con su varita en alto, dispuesto a aniquilar a esos dos, que habían querido atacarlo; pero todo quedó en blanco, todo movimiento paro abruptamente, no podía… no podía atacarlos, porque delante de él, se encontraban dos personas demasiado importante para él, que aunque no estaba seguro de su lealtad hacia su papá, aun así con aquellas dudas en su interior, no podía atacarlos, nunca lo podría hacer, por todos aquellos momentos, porque de verdad los quería y apreciaba.
Delante de un anonadado Harry, se encontraban nada más y nada menos, que Sirius Black y Remus Lupin.
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En un momento, en que estaba demasiado ocupado con tres tipos duros de aniquilar, perdió de vista a quien debía proteger; busco con su mirada gris hacia los lados, tratándolo de encontrarlo, pero no lo divisaba, con algo de nerviosismo, comenzó a buscarlo, tratando de esquivar a los demás, tanto a los de su lado como a sus enemigos. Cuando estaba a punto de caer en un ataque de histeria, lo pudo divisar, fulminado con su mirada a aquel chico, que estaba completamente quieto, con su varita baja, parado delante de dos miembros de la Orden, ya que no usaban el uniforme de los aurores.
— ¡Qué mierda hace este idiota! — dijo en voz alta Draco, pero que con los ruidos de la batalla, no se había apreciado, fue corriendo hacia él, que se había quedado completamente quieto — ¡Blaise! – llamó al verlo cerca.
El mencionado miró a su compañero, terminado de aniquilar a uno de sus contrincantes.
— ¡Avísale a los demás! – gritó mientras seguía corriendo hacia su objetivo.
Blaise no había entendido a lo que se refería su amigo, hasta que vio hacia la dirección que se dirigía precipitadamente, ahí vio, al igual que su rubio amigo, como el aprendiz del Señor Tenebroso, se había quedado completamente quieto frente a dos miembros de la Orden.
— ¡Pansy! ¡Theo! — llamó a sus amigos, estos le miraron, Blaise apuntó con un dedo, hacía el chico y todos asintieron con la cabeza, antes de hacerse paso entre sus enemigos, para llegar lo más pronto posible hacia su protegido.
— Maldito idiota — masculló molesto el rubio, al terminar desmayado a un tipo, siguió corriendo hacia el desgraciado ese, que aún seguía quieto.
Cuando por fin el rubio pudo llegar a una cercana distancia del aprendiz del Señor Tenebroso, se detuvo abruptamente, al ver que frente a quien debían proteger, se encontraban Remus y Black, no pudo evitar maldecirse internamente, al igual que a todos los antepasados de su ex-profesor de DECAO; cuando todo eso se acabara iba a matar a Remus por exponerse de esa forma, sabiendo que estaba en estado.
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Remus se había quedado algo descolocado, al ver como el mortífago que habían atacado, se había quedado quieto al darse vuelta; aquel aroma que expedía aquel chico envuelto en aquellas capas oscuras, se le hacía tan familiar que también se había quedado paralizado, algo en su interior, le decía que no atacara a ese mortífago, que era alguien especial, que no podía lastimarlo.
Sirius por otro lado, también se había quedado extrañado de la inmovilidad del mortífago, algo, al igual que a su mejor amigo, le decía que ese mortífago no era cualquier mortífago; había algo de él, algo que se le hacía tan familiar. Pero no podía seguir con aquellas vacilaciones, porque nadie que apreciaba estaba como mortífago ¿cierto?, porque aquel mortífago era muy pequeño para ser Snape. Sirius se decidió, viendo que el mortífago no pensaba en atacar, levanto su varita embocando una maldición.
Harry vio como Sirius pensaba atacarlo, pero no podía reaccionar, no podía defenderse y menos atacar a su padrino.
Draco vio con alarma, como el pulgoso de Black, levantaba su varita y lanzaba una maldición, no lo pensó dos veces, no podía hacer un hechizo para proteger al mortífago, sabiendo que podía lastimar a Remus; así que hizo lo único posible, y no inteligente, en esta situación corrió el tramo que le quedaba y se abalanzó sobre el aprendiz del Lord. Ambos cayeron al suelo de una forma muy brusca, Draco encima, sin saberlo de Harry.
El azabache sentía su respiración agitada, sentía claramente el peso del rubio sobre su cuerpo, sentía sus mejillas arder y daba mil gracias a Merlín por llevar una máscara puesta.
— Maldito idiota — masculló el rubio, ladeando su rostro hacia Black y Remus, viendo al fondo como sus amigos iban hacia su encuentro, sabían que no podían lastimar a esos dos magos adultos, así que asintiendo a la muda orden, sacaron sus respectivos trasladores, por ahora no podían hacer mas; Draco movió su cabeza, para quedar enfrente de la máscara del que estaba abajo suyo, aquel cuerpo le traía algo familiar, pero no sabía que era y ese no era el momento de averiguarlo — ¡Sujétate fuerte! — le susurro, antes de apretar su gema.
Harry supó al ver el collar, que Malfoy se aparecería en la mansión de su padre, se aferró fuertemente a la túnica del rubio, cerrando los ojos, odiando aquella maldita sensación de un traslador.
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Ambos cayeron en un duro golpe, aun en la misma posición, Harry ahogó un jadeo, por sentir totalmente el peso de Malfoy sobre él; mientras que el rubio trató de no caer con todo su peso sobre el cuerpo más delgado que el suyo.
— ¿¡Qué mierda…!? – fue lo que salió de los labios del Lord al ver a aquellos dos en el suelo de su despacho.
Harry ladeó su rostro, aun con su máscara puesta, haciendo una leve mueca, al saber la reprimenda que iba a recibir.
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Mientras tanto en el lugar donde se desarrollaba la batalla, tanto Remus como Sirius, habían quedado completamente anonadados, por la forma de desaparecer de aquellos mortífagos.
Lucius y Severus habían permanecido escondidos en un lugar estratégico, por si necesitaban de su ayuda. Lucius casi había salido de su escondite, para llevarse a su pareja lejos de ahí, pero Severus lo había retenido, sabiendo que no era el momento de intervenir.
Cuando vieron que los chicos habían desaparecido, se apareció cada uno, al lado de su respectiva “pareja”. Sirius solo vio como un mortífago se colocaba a su lado y luego oscuridad, Remus se sobresalto y miro preocupado a su lado, pero casi se infarta, cuando siente una mano que le agarraba fuertemente el brazo, se dio media vuelta para enfrentar con su mirada, a quien le había a sujetado así; cuando le vio, aun con aquella mascara supo inmediatamente quien era, luego solo vio oscuridad.
Lucius y Severus tomaron sus trasladores, llevando entre sus brazos a esos dos “inconscientes” ex-Gryffindor.
Continuara…
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