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LOCO POR TI por lyra

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Andando todo lo deprisa que podían, Georg y Gustav seguían al cantante que como si una fuerza misteriosa le guiara caminaba por la calle como si de un sonámbulo se tratara. Tuvieron que acelerar el paso y sujetarle por los brazos cuando estuvo a punto de cruzar la acera peligrosamente sin ver Sivensa o no un coche.

-Bill, más despacio-le pidió Gustav sin soltarle del brazo.

-No puedo…Tom me necesita a su lado…-murmuró el cantante sollozando.

-Lo sé, iremos a por él pero para un momento y descansa-insistió tirando de él.

Intercambió una mirada con su amigo y entre los dos le arrastraron hasta unas escaleras en donde le dejaron sentado. El cantante se inclinó metiendo la cabeza entre las piernas, tratando de respirar con normalidad.

No entendía lo que le estaba pasando. Sentía arderle la mejilla, le dolían las costillas al respirar y la cabeza se le iba.

-Tom….aguanta…-susurró entre sollozos.

-¿Estamos haciendo lo correcto?-preguntó Georg en voz baja-Mírale, cada vez está peor, delira como si tuviera fiebre.

-Dale una oportunidad, gracias a él encontraremos a Tom mucho antes que la policía-le pidió Gustav.

Georg asintió a regañadientes. No se terminaba de creer ese de que entre los dos hermanos había un lazo tan fuerte que hacía que uno de ellos experimentara lo que el otro estaba sintiendo.

En su opinión, el cantante sufría un ataque de ansiedad por lo ocurrido, y si no actuaban con rapidez se les iba a caer en mitad de la calle y ellos no sabrían que hacer.

Un gemido le hizo salir de sus pensamientos. Su mirada se dirigió al cantante, que se llevaba las manos al estómago tosiendo con violencia. Abrió más los ojos al ver un pequeño charco de sangre en la acera justo entre los pies del cantante.

Miró a su amigo con gesto asustado y comenzó a negar con la cabeza.

-Bill, ¿qué le pasa a Tom?-preguntó Gustav arrodillándose a su lado.

-Está sufriendo-susurró llevándose una mano a los labios.

Se pasó los dedos por ellos, echándose a temblar cuando vio sangre en ellos.

-Está muy cerca, ahora le siento con más fuerza-explicó levantándose.

Gustav se apresuró a ayudarle, mirando a ambos lados de la calle. Estaban en una zona apartada, solo había unos edificios con pinta de llevar mucho tiempo abandonados, cerrados a cal y canto.

En la acera de enfrente había unos grandes almacenes, y desde donde estaban podía ver como la puerta de uno de ellos estaba medio echada. La señaló con un dedo y miró Georg, un escondite ideal en el que tortura a su compañero.

-Llamaré a la policía-dijo Georg sacando el móvil.

-No sabemos si están ahí-dijo Gustav pensativo-Podíamos echar un vistazo antes de dar una falsa alarma.

-Tampoco sabemos cuantos son, y si de verdad están ahí nos pueden coger a los 4-susurró Georg.

-Está ahí, y solo es un a chica-intervino Bill con voz firme.

-¿Cómo lo sabes?-preguntó Georg sin creerle.

-Quedaos si queréis, yo voy a salvar a mi hermano-contestó ignorando su pregunta.

Antes de que pudieran reaccionar echó a correr en dirección los almacenes con una fuerza renovada. Gustav salió corriendo tras él maldiciendo por lo alto mientras que Georg marcaba el número de la policía con dedos temblorosos.







Cansada de verle dormitar, se acercó al inconsciente guitarrista y sin pensárselo dos veces le dio otra patada en las costillas que le hizo despertar de inmediato gimiendo y tosiendo, escupiendo sangre en el suelo.

-Te tengo donde quería, sufriendo de la misma manera que nosotras sufrimos-dijo poniéndose de nuevo a horcajadas sobre su estómago.

Le sintió revolverse bajo su cuerpo y gemir con esfuerzo. Le costaba respirar y se encogía cuando le pasaba las manos por el costado, y tras ver la sangre sabía con certeza que le habría roto un par de costilla, y puede que por dentro tuviera algo más.

Su intención no era hacerle más daño del necesario, pero al escucharle hablar de ellas con tanto desprecio, se lo tenía que hacer pagar con creces.

Se encogió de hombros ante su sufrimiento y se acomodó mejor sobre su estómago con una pícara sonrisa en los labios. Sin dejar de pasarle las manos sobre su vientre, las llevó más abajo y le subió el borde de las dos camisetas, sonriendo al verle el borde del boxer que le sobresalía por los pantalones.

-¿Qué tenemos aquí?-preguntó colando una mano bajo el elástico.

Le sintió ponerse tenso, lo que le hizo sonreír de nuevo. Metió más la mano hasta llegar a su objetivo, eso que todas las noches soñaba con tener metido en su cuerpo.

Le tomo el miembro con los dedos y lo acarició gimiendo.

-Un sueño hecho realidad-murmuró por lo bajo.

-Lo sueños no se consiguen a la fuerza-logró decir Tom entre jadeos.

No el gustaba la manera en la que le estaba tocando, se sentía violado bajo su contacto. Cerró los ojos con fuerza tras la venda que aún llevaba puesta, jadeando no porque sintiera placer, si no porque le ardía el pecho y se sentía desmayar de nuevo.

-No me has dejado otra manera-dijo sacando la mano de sus boxers.

-Te entiendo-contestó para su sorpresa.

-¿Cómo? ¿Qué vas a entender?-gritó sentándose más cerca-Tú lo tienes todo, tus sueños están a un chasquido de los dedos de hacerse realidad.

-Se lo que es amar a alguien que nunca alcanzarás-murmuró con voz ronca.

-Puedes tener a cualquiera, ¿de quien te has encaprichado?-preguntó con mucho interés.

“De mi propio hermano”-pensó arrugando la frente con dolor-“Si le abriera mi corazón, me llamaría loco”

Su gesto no fue pasado por alto. La chica se ablandó y se le acercó todo lo que pudo, poniendo su mano en la mejilla que acarició con suavidad mientras su pelo caía sobre su cara y le hacía cosquillas.

-¿Nos entiendes ahora?-preguntó muy cerca de su cara-Tu sufrimiento es como el nuestro, queremos algo que no podemos alcanzar, tenemos un momento de locura y al verlo ante nosotros aprovechamos la oportunidad.

-Yo nunca tendré esa oportunidad-le confesó.

-¿Qué le dirías si le tuvieras delante ahora mismo?-preguntó muy interesada.

-Que mi corazón es suyo….besaría sus labios una sola vez al menos-susurró con esfuerzo.

No entendía el porque de sus preguntas, ni el tono usado. Ya no era esa fan loca que le golpeó y maniató, ahora era solo una chica que como todas las demás se había enamorado perdidamente de alguien que nunca llegaría a alcanzar….

-¿Puedo besarte antes de irme?-le pidió la chica con timidez.

-¿Me vas a soltar?-preguntó Tom a su vez.

-No, me iré y diré donde estás. Solo quería hacerte sufrir de la misma manera que nosotras, que veas el dolor que sentimos al no poder tocarte-susurró cogiendo sus mejillas con las dos manos.

Se inclinó más sobre él, que separó los labios por instinto al sentir sobre ellos su cálido aliento.

“Es solo un beso, luego habrá terminado todo y volveré al lado de mi hermano”-pensó cerrando los ojos tras la venda.

-Estoy loca….loca por ti…-susurró antes de apoderarse de sus labios.

No era consciente de lo que estaba pasando, ni de lo que había escuchado. Comenzaba a perder al consciencia de nuevo, a mezclar lo que estaba oyendo con sus propios pensamientos…

“Loca por ti…loco por mi hermano….loco por ti….”






Llegaron a la puerta del primer almacén y se agacharon por instinto, recuperando el aliento. Gustav cogió al cantante del nuevo por le brazo y le hizo una señal para que esperase.

-Georg está llamando a la policía-le dijo en voz baja.

-Cuando venga ya será tarde-dijo Bill con firmeza-Tom puede que…

Dejó la frase sin terminar. Cerró los ojos y solo pudo suspirar.

-¿Qué?-preguntó Gustav sacudiendo su cuerpo-¿Qué pasa ahora?

Pero no le pudo contestar, a su mente llegaba unos pensamientos que no eran suyos, que no entendía….que querían ser correspondidos….

“De mi propio hermano….si le abriera mi corazón, me llamaría loco”

-¡Bill!-llamó asustado Gustav al ver que no reaccionaba.

“Mi corazón es suyo….besaría sus labios una sola vez al menos…”

-Solo una vez-susurró arrugando la frente.

-¿Una vez, qué?-preguntó Gustav sin entender.

Abrió los ojos y miró a su amigo no pudiendo evitar sonreír. Levantó una mano y se la llevó a los labios como si pudiera sentir en ellos un beso que alguien le estuviera dando.

-Quédate aquí, entro y voy a por Tom antes de que esa loca….

-Déjalo, ya es tarde-le cortó con firmeza-Todo terminó.

-¿Y Tom?-preguntó asustado.

Antes de que pudiera contestar, oyeron un frenazo y al poco un coche salió pitando de una de las puertas laterales del almacén. Gustav se levantó corriendo al verlo y echó a correr tras el, pensando que su amigo podía estar dentro, dejando al cantante de rodillas en el suelo con un extraño gesto.

-Se pondrá bien-respondió sonriendo.






No se podía resistir, sentía que se le iban las fuerzas, que ganaba terreno la inconsciencia. Sintió que le besaban con suavidad, pero él no pudo corresponderle.

No estaba del todo consciente, sentía como alguien le cogía por las mejillas con suavidad, como se las rozaba con su largo pelo antes de acercarse a sus labios y besarlos tiernamente.

Medio inconsciente como estaba, solo se podía dejar besar, perdido en sus pensamientos….pensando solo en aquella persona que noche y día le hacía suspirar.

-Bill…-murmuró contra esos labios.

No sabía donde estaría en esos momentos, como estaría llevando lo de su secuestro… ¿sufriría lo mismo que él? ¿Sentiría lo mismo por él?

En su mente solo podía escuchar una frase que poco a poco se iba abriendo paso…

“Estoy loco por ti…te necesito…te amo…”

“Y yo a ti….”



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