Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi hoguera de invierno por Xkanleox Ixquic

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Como no todas las historias son rosas, decidí ponerle algo de picante a tanto dulce...

...Espero les guste ^^ y espero que no se vea como que ya no supe qué poner en mi historia.

 

Mis celos

Mi relación con Jüshiro era cada vez mejor. Muchas veces, antes de dormir, pensaba en él, sonriente, preguntándome si él sería el amor de mi vida o pasaría por otros antes de encontrarlo. A veces nos veíamos como amigos, ya fuera en su casa o en la mía, y ni se diga del sexo.

A la fecha, Jüshiro ha sido la única persona que sólo se preocupa por mí y por tener una conexión mientras hacemos el amor. Siempre ve por mí, siempre, y ni siquiera se molesta en ver por él. Una vez me dijo que si yo estaba feliz, él lo estaría, no importaba qué.

Todo iba perfecto, maravilloso diría yo, hasta que las cosas comenzaron a cambiar. Un día común y corriente que nos habíamos citado, no llegó. Lo esperé, normalmente él envía mensajes o cartas o a alguien que aviste que no podrá, pero esta vez nada.

Me preocupé mucho, quise salir a buscarlo a la calle, pero hubo algunas cosas por hacer en la mansión que me mantuvieron ocupado. Sí, ya comenzaba a ejercer, poco a poco, mi poder como dirigente del clan Kuchiki. Aún estaba en “entrenamiento”, pero ya podía hacer muchas cosas.

Cuando pude ir a buscarlo, ya era casi noche. No me importó y fui a su casa. Nunca olvidaré esa noche de invierno tan sólo un poco menos triste que en la que murieron mis padres.

Kyoraku Shunsui, capitán de la octava división, y mejor amigo de la juventud de Jüshiro, estaba en la casa también. Estaba ya algo tomado, a mí siempre me pareció un plebeyo vulgar y borracho de profesión en vez de su capitanía. Vi que Jüshiro estaba en aprietos por intentar correrlo de su casa de la manera más amable, pero Shunsui no hacía caso. Yo miré desde la puerta de la entrada todo.

Jüshiro al fin pareció convencerlo de irse de su casa, y cuando iban caminando hacia la puerta (digamos hacia mí) Shunsui lo tomó de la muñeca y lo acorraló con su cuerpo contra un árbol. Le murmuró algunas cosas y lo besó. Jüshiro opuso resistencia al principio, pero ese maldito borracho lo estaba acariciando, y cedió. Yo observé todo, parecía que la vida me había reservado un lugar en primera fila para tal acto.

Apreté mis puños con fuerza y fruncí el ceño. Ninguno de los dos parecía percatarse de mi presencia.

-          ¡Eres un imbécil, Ukitake Jüshiro! – le grité, desde la puerta, y me fui corriendo. No me importó lo que dejé atrás, quería que ahí se quedara y que el recuerdo no me persiguiera.

Pero fue inútil, cada segundo se me hizo una eternidad recordando esa escena. Seguí corriendo hasta salir del Seireitei y hasta salir de donde hubiera gente, y me adentré en una pradera donde apenas había árboles. Todo estaba nevado aún, faltaban tan sólo tres o cuatro días para la primavera. Me abracé a un árbol y lloré de rodillas, intentando no recordad.

Odié mi debilidad, siempre terminaba llorando. Me sentía tan patético que ni ver a un hombre desnudo y sucio gritando disparates en la calle podría levantarme un poco el ánimo. Yo era la escoria y el rey de los idiotas.

Pero Jüshiro… Jüshiro estaba justo debajo de mis pies.

-          ¡Maldito seas! – grité, golpeando el suelo con mi puño. – Eres un imbécil, eres basura, un mentiroso y un traidor… y yo un idiota por haberte dado todo mi ser. – ahora, cada momento feliz y cada beso dulce se convertían en un dolor amargo.

Mi cuerpo había sido suyo. Mi alma había sido suya. Y, por ende, mi corazón también. Me tumbé en la nieve bocarriba, y perdí mis ojos en el cielo. Las lágrimas quemaban como ácido. Maldita sea la hora en que me salvaste, Ukitake Jüshiro. Tú vas a arrepentirte de haber jugado conmigo… no, vas a arrepentirte de no haber dejado que acabara con mi vida. Yo, Kuchiki Byakuya, voy a trabajar para convertirme en tu peor pesadilla. Y después vendrás a mí arrepentido, y te darás cuenta de la basura que eres.

Ya ni siquiera sabía lo que estaba pensando. Mi confusión era tal que pensar en un suicidio era cuerdo. Ya nada era bueno ni malo, tan sólo era, y no tenía valor. Lo único que podía sentir en ese momento era el dolor quemante en mi pecho, y el frío en mi espalda. Esta vez sin ninguna hoguera que me calentara, era todo.

Supongo que permanecí ahí tirado durante horas, pensando sin pensar y deshaciendo un nudo en mi mente, pero en el proceso hacía cien más. La luna era blanca, las estrellas brillantes… una silueta rompió ese esquema de mi vista.

-          Miren qué tenemos aquí. Eres como un regalo caído del cielo, eres hermoso. – sentí que me cargaba, y no objeté. Pudo haber sido el mismo demonio el que me llevara en brazos, pero mi mente estaba en otro lugar. Mi mente, a pesar del dolor, estaba toda con él.

-          Jü…shiro… - murmuré, más bien articulé apenas con sonido, y todo se desvaneció de mi vista.

Notas finales:

qué les pareciió'?

ya sé, ya sé, cortito

pero pues no ando con mucha inspiración... más bien, ando con inspiración para otra cosa :D

pronto verán quién se lleva a mi pequeño Byakuya, ya lo he decidido  muajajaja'!!!

ejem... me voy


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).