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Convaleciente por Lein_Eorin

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Notas del capitulo:

En el capitulo anterior.

 

Una vez abandonada la isla desierta, nuestros estimados mugiwaras van en camino a Corcira, una isla vacacional; pero en el camino los marines les atacan y hieren al ya de por si maltrecho Zoro. En ese momento sus compañeros descubren que accidentalmente al caer al hoyo fue envenenado por una planta, ahora esperaran durante una larga semana a que la medicina esté lista para que su nakama se restablezca, pero… en medio de un delirio Zoro ha besado a Sanji… ¿Cómo reaccionará el rubio?

Capitulo 3: Corcira.

Sentimientos inesperados.

El barco navegó durante toda la noche, Luffy iba vigilando el mar, de pie en la cabeza del Thousand… su lugar favorito. Cerró un segundo los ojos recordado el abrazo de su nakama Roronoa, un escalofrío recorrió su espalda y luego abrió los ojos furiosos mirando nuevamente al frente.

 

Mientras tanto Sanji había empujado con fuerza a Zoro, este calló de sentón frente al rubio que le miraba incrédulo. Los ojos se toparon un segundo, Sanji no sabía si Zoro realmente le miraba o sólo estaba inmerso en su alucinación, después de todo el tipo tenía una alta temperatura, mas repentinamente el destello de sus ojos negros le atrapó, como cuando el olía algún platillo y no podía quitar su vista de encima… se sentía tan atrayente como el perfume de Nami en Arabasta. Una simple mirada bastó para atraerlo, para robarle un suspiro…

 

El peliverde susurró algo imperceptible fue entonces que el cocinero salió de su ensimismamiento y notó por fin que el espadachín había caído justo cerca de una taza rota, la cual le había lastimado la mano y ahora sangraba levemente. El chef se acercó a su amigo y lo sujetó por la cintura, levantándolo lentamente, con mucha delicadeza y depositó su cansado cuerpo en la cama. El joven volvió a mirarle unos instantes y sonrió levemente

 

-          Zoro – susurró el rubio sonrojándose – tu… estas…

-          Sanji… - contestó el chico y sujetó su mano – llama a Chopper

-          A… Chopper

 

El chef subió corriendo, sujetó a Chopper que intentaba pescar junto con Usopp y lo trajo corriendo junto a Zoro que muy amable le sonrió. Chopper no pudo evitar mirar el desastre del suelo y la mano sangrante de su amigo, volteó a mirar molesto a Sanji quien agachó penosamente la mirada

 

-          ¿Qué hiciste? – le dijo el reno un tanto molesto mientras vendaba la mano de Zoro pero Sanji no dijo nada, sólo miraba al cuerpo de su amigo, tan robusto, su piel morena, sus ojos negros, su cabello verde

-          Fue culpa mía Chopper – dijo el espadachín que finalmente parecía estar en este mundo – comencé a molestarlo y me sentí mal de repente así que caí encima de él

-          ¿estas herido Sanji? – preguntó un tanto más calmado y el rubio negó con la cabeza y sin dejar de ver a Zoro comenzó a recoger lo que había tirado en el suelo.

 

En ese instante llegó corriendo Luffy con su sonrisa iluminadora y nuevamente brincando por todos lados para avisar que estaban ya en el puerto de Corcira.

 

Momentos después los viajeros desempacaron dejando anclando el barco caminaron maravillados viendo el puerto de la ciudad, los muelles de madera de cedro (muy costoso), las casas y los puestos de concreto gris y mármol rosa, y en lo alto de la colina pudieron divisar un enorme hotel; su techo de color blanco, sus paredes de piedra negra, los árboles adornando el lugar.

 

La gente no les tomó mucha importancia pues pareciera un lugar que estaba acostumbrado a los piratas ya que en el puerto había dos o tres barcos; pero nada estaba destrozado, no había ebrios en las calles ni rastros de peleas, todo era tan calmado, la gente caminando normalmente en las calles haciendo las compras diarias, paseando…

 

Los chicos inmediatamente decidieron hospedarse en ese hotel lujoso, no era su estilo, pero ya que habían pasado muchos días en el Thousand Sunny, todos estaban deseosos de estirar un poco las piernas. Al llegar al hotel, todos dejaron sus cosas en el suelo, Chopper venía sosteniendo a Zoro que tenía temperatura, mientras tanto Nami platicaba con Sanji y Luffy; Usopp y Franky venían burlándose de Brook que tuvo que ocultar sus huesos tras una mascara y Robin habló con el encargado, quien de inmediato les reconoció, les hizo firmar un contrato en el que prometían pagar cualquier daño hecho en las instalaciones. Luego de un buen acuerdo en el que intervino Nami, los chicos rentaron una recamara grande con 4 camas y las chicas una más pequeña pero mucho más lujosa que los pobres despistados.

 

Al entrar a sus cuartos, las chicas se dispusieron a cambiarse para descansar en el Jacuzzi mientras los chicos peleaban en el cuarto de enfrente por las camas, una guerra de almohadas se suscitó, aunque no pasó a mayores debido a que Luffy descubrió en el patio central del hotel una alberca, a la que los otros chicos decidieron entrar corriendo.

 

Finalmente dejaron solos al convaleciente y su capitán quien se quejaba amargamente.

 

-          quiero nadar

-          ¡¡¡TONTO!!! ¡¡YA TE DIJE QUE TE AHOGARAS!! ¡¡Y YO NO TE RESCATARE ESTA VEZ!!

-          Ahhh…

-          Luffy…

-          ¿Uhm? – contestó el chico que encontró una pequeña catarina en el sillón donde estaba sentado y comenzó a observarla

-          ¿extrañas ser normal? – preguntó Zoro y Luffy sin mirarlo le contestó

-          Sólo extraño nadar…

-          ¡¡Luffy!! – entró sin tocar Nami – vamos de compras

-          ¿compras? Bueno – Luffy tomó su sombrero que estaba en la cama y le dedicó una sonrisa a Zoro para luego salir felizmente con Nami, quien extrañamente no quiso quedarse en la alberca

 

Zoro miró el techo unos momentos, luego volteó a su derecha observando sus katanas recargadas en el buró, entonces la vio, era Kuina sujetando a Wadou, desenfundándola, limpiándola sentada en el sillón.

 

-          kuina que demo… - susurró y se incorporó estirando la mano para tocarla, ella le dirigió una mirada cuando Sanji y Chopper entraron todos mojados. Los hombres se miraron unos a otros sin decir palabra

-          me olvidaba de Zoro.. – contestó Chopper recibiendo un codazo en su cabeza por parte de Sanji

-          ¡¡¡IDIOTA!!!

 

Fue así como las cortas vacaciones terminaron para los chicos y Chopper les dio indicaciones a Robin, Franky y Usopp sobre el medicamento que necesitan para curar a Zoro; pidieron a Sanji que lo cuidara y alimentara mientras ellos recorrían la ciudad en busca de ingredientes. Una vez que todos se fueron, una vez que todo quedó callado, Sanji miró unos instantes a Zoro y luego se dirigió a la pequeña cocina integral del cuarto.

 

Buscando ingredientes por todo el lugar comenzó a cocinar una rica ensalada y carne asada. Zoro se levantó de la cama y caminó hasta llegar a la mesa cerca de la cocina donde se sentó observando a Wadou fijamente ¿había sido una alucinación? ¿Tantos años de licor habían hecho efecto? Luego caminó a la cocina y sin más ni más buscó un poco de sake, pero tuvo que conformarse con una cerveza exportada de quien sabe donde. Encontró una botella que iba a abrir cuando el cocinero se la arrebató de repente y la dejó tras de si

 

-          esas cosas están prohibidas para ti – aseguró y siguió cocinando

-          no te digo lo mismo cuando pareces el hijo de Smoker – contestó

-          lo dijo Chopper, yo sólo sigo ordenes, pero si quieres empeorar tu estado anda, toma… así no tendré que preocuparme – le dio la botella que Zoro recibió mirando los ojos del rubio

-          lamento preocuparte…pervertido- contestó airado Zoro y luego de sentarse observó el lugar cuando repentinamente comenzó a toser, primero normalmente pero después se volvió incontenible. Sanji como era de esperarse se asustó mucho y le dio una palmada en la espalda, luego le trajo un vaso de agua cuando se calmó.

 

Los hombres se quedaron callados a penas unos momentos, mirándose fijamente a los ojos, sin una sola palabra, tan sólo un suspiro llenó la sala, el de Sanji que se lamentaba por dentro por no poder hacer nada para ayudar a Zoro… su amigo después de todo. Zoro por su parte sólo pensaba en su alucinación, en las palabras de Kuina e inmediatamente se perdió en sus recuerdos, en sus entrenamientos, en sus lagrimas… su respiración comenzó a agitarse pues la fiebre estaba subiendo. Sanji al notar las gotas de sudor por la frente de su amigo le trajo una almohada desde la cama y la colocó en su espalda, el moreno ni se movió, luego se dispuso a servirle la comida; pero el moreno no decía nada.

 

-          ey… - Sanji prendió un cigarro y luego sacó el humo frente a la cara de Zoro quien después de volver a toser le dirigió una mirada asesina

-          ¿Qué te pasa depravado? – dijo sujetando a Sanji por el cuello, pero no pudo evitar notar que no traía playera, aquello era muy anormal en él pues siempre estaba bien vestido, peinado y con colonia… así que Zoro se perdió unos momentos en la suavidad de su piel para luego continuar con su discurso – ejem… QUE TE PASA IDIOTA NO VEZ QUE ESTOY CONVALECIENTE

-          ¡¡Si, pero no retrasado!! Te estoy diciendo que ya esta la comida – el rubio sujetó con fuerza la muñeca del moreno y sus miradas llenas de energía se toparon - ¿quieres que te golpee eh?

-          Cocinero estúpido – susurró y después se sentó sin decir más y comenzó a comer, Sanji abrió una botella de vino y se sentó justo frente al espadachín que le miró con mala cara

-          ey… ¿Por qué no me golpeaste?

-          ¿quieres que lo haga? – preguntó el moreno tomando un poco de agua para pasarse la comida – esto no sabe a cerveza

-          Ebrio – susurró malhumorado y luego volvió a mirarlo – Zoro… ¿estarás bien?

-          No moriré te lo aseguro. No puedo hacerlo todavía – contestó secamente y siguió comiendo, más su vista no se apartaba del rubio hasta que este volteó a mirarle entonces el peliverde se sonrojó y escupió el agua

-          ¿estás bien? ¿De verdad?

-          Si, sólo me atragantaba

-          ¿con agua?

-          Bueno… ¿Por qué tantas preguntas degenerado?

-          Zoro, llevamos mucho tiempo viajando y me preguntaba… - seguido de eso, el rubio jugó un poco con sus manos al tiempo que agachaba la cabeza, las palabras se le estaban trabando, su corazón palpita fuerte y cada vez se siente más nervioso

-          Suéltalo antes de que me duerma

-          Bueno… ¿Qué tipo de relación llevamos? – nuevamente Zoro escupe el agua, tose un poco y lo mira un instante para contestar

-          Somos rivales – contestó secamente, Sanji se molestó por la respuesta y se levantó de golpe, tirando la silla, salió caminando sin decir nada de la habitación, y justo en la puerta tuvo que empujar a Brook que venía entrando

-          Esa fue una mala respuesta Zoro-san – comentó el esqueleto, sentándose junto al moreno -

-           no rivales como lo piensa – susurró Zoro y se fue a recostar en la cama bajo la escrutadora “no mirada” del huesudo.

 

 

Mientras tanto Sanji caminaba cerca de la alberca mirando los lindos bikinis de los huéspedes del hotel; pero pareciera que no estaba con el mismo entusiasmo de siempre.

 

Simplemente no siento la felicidad de correr, gritar he intentar ligarme a cuanta señorita miro, soy un hombre bastante bien parecido, refinado, agradable y además cocinero… como puede gustarme un... un espadachín ebrio, mal hablado, despistado, violento y además anormal…rivales… después de este tiempo juntos. Entonces de verdad arriesgó su vida sólo por Luffy… acaso ellos, no… pero… se conocieron primero, quien sabe en que circunstancias, y si tal vez se atraen, el capitán se comportó muy preocupado por Zoro, tomó una seriedad.

¡ah! Me fastidia que ese estúpido marimo de mier&%$!! Me haya dicho que somos rivales

-          ¿Qué parte de ello no sabía? ¿Qué esperaba escuchar? “Amigos” - Dijo repentinamente y furioso golpeó el suelo con el pie, este se cuarteo y el chico mirando a todos lados salió huyendo fuera del hotel.

 

 Por su parte Nami estaba probándose un hermoso vestido rosa, algo entallado y más escotado de lo normal, daba vueltas mirándose al espejo, modelando a Luffy que estaba sentado en el suelo más que aburrido. Ella esperaba por supuesto algo de atención, algún comentario o al menos que la mirara, pero el sombrero de paja sólo miraba la ventana, la gente pasando… ni siquiera sonreía.

 

-          ¿Qué tal Luffy? – le preguntó repentinamente, al contrario de sus propios deseos, como si sintiera la urgente necesidad de que el pirata se fijara en ella, aquella actitud le molesto, pero no podía detenerse… su corazón le pedía

-          Bien. ¿ya nos vamos? Estoy preocupado – contestó Luffy y se levantó quedando justo frente a Nami, miró sus ojos cafés unos instantes y plasmó una sonrisa bastante grande al notar a Nami

-          Sanji lo esta cuidando no pasa nada

-          Pues no creo – le comentó y estirando la mano señaló afuera, Nami siguió con la mirada la dirección y se topó con Sanji sentado platicando con una extraña – creo que necesitamos regresar

-          Luffy…

-          ¿Ah? – volteó de nuevo para ver a los ojos de Nami pero estaba la cabeza agachada sujetando una mano con la otra.

-          ¿Qué tanto aprecias a Zoro?

-          Demasiado, más de lo que yo mismo quería reconocer – le dijo

-          Ya lo sabía – susurró y luego se fue sin decir nada a pagar el vestido.

 

Al salir pasaron por Sanji quien no muy gustoso les acompañó, los tres iban totalmente callados, caminado por esas calles llenas de gente, turistas, algunos piratas, algunos nativos del lugar. Cuando llegaron al hotel ya les esperaban en la puerta Usopp, Franky,  Robin y Chopper quienes no tenían muy buena cara, antes de llegar Luffy le preguntó a Nami si estaba molesta con él a lo que ella negó, negándose así misma al mismo tiempo, negando sus sentimientos y finalmente  negando un amor que comenzaba a florecer desde hace tiempo.

 

Los recién llegados miraron las caras largas de sus amigos, ellos simplemente no parecían del mejor ánimo del mundo. Luffy como buen capitán intentó calmar aquellos sentimientos diciendo sus acostumbradas tonterías; pero esta vez su intento falló pues los jóvenes no hicieron mucho caso hasta que Chopper decidió hablar.

 

El médico les explicó con detalles las consecuencias del veneno en Zoro y los riesgos que podían correr, si esta se recorría por más tiempo incluso podría perder la vista por lo que había decidido preparar una medicina. El gran problema era que les faltaba un ingrediente, pero las boticarias del lugar no la tenían, la próxima embarcación con ella llegaría en una semana… era demasiado… Zoro sufriría mucho dolor antes de ese momento y lo más preocupante era que estando con el cuerpo aun lastimado y débil tal vez no podría resistir.

 

-          ¡¡tan sencillo como siempre!! – comentó sarcásticamente Nami

-          ¡¡si!! Las cosas siempre son fáciles – contestó Luffy animado- no se preocupen tanto… Zoro no nos decepcionará, pase lo que pase él no se dejará vencer – puntualizó con los ojos iluminados y una gran confianza

-          entonces habrá que apoyar al hombre y hacer todo lo posible porque este cómodo – Comentó Franky ya más tranquilo

-          y sobre todo mantenerle calmado, si se exalta podría complicarse el asunto- recomendó Chooper.

 

 Sanji sujetó la mano de Nami y le pidió que fueran a la alberca, la chica entendió la mirada del rubio y asintió, los demás decidieron subir a molestar al convaleciente. Los chicos caminaron por el lugar hasta encontrar una pequeña banca, ambos tomaron asiento y Nami observó fijamente a Sanji que al sentarse recargó sus antebrazos en los mulos, la cabeza agachada.

 

-          ¿Qué pasa? Tu no eres así Sanji

-          Nami-San… - susurró el rubio con voz grave, la chica dio un suspiro – sabes me gustan mucho las mujeres, no hay nada más hermoso que ellas sobre esta tierra… son… una bendición

-          Algo que no sepa - contestó con una sonrisa en los labios delgados

-          Pero… últimamente me he sentido muy raro – el rubio por fin se incorporó para ver los ojos de su amiga – y es que pasó algo extraño ayer, cuando bajé con Zoro – la chica le miraba interrogante, sin querer atar cabos hasta que su amigo terminara su relato – pues él… me… - dijo nervioso al tiempo que se iba sonrojando y era tan notable pues su piel blanca y tersa parecía una rosa calida

-          él te… ¿gusta? – preguntó Nami cerrando los ojos, esperando un rotundo no y talvez un reproche o un grito

-          pensé que lo odiaba… pero… la verdad es que me preocupo demasiado por él, cada vez que se hiere, cada vez que sangra…. Cada vez que llora… yo

-          Sanji- Kun… - susurró al ver el rostro sonrojado de su apreciado amigo

-          Pero… él… no me considera algo así. Ni siquiera me considera un amigo, me dijo que somos rivales… ¡¡aun estando en la misma tripulación por tanto tiempo!!  – dijo furioso, cerrando los puños y chocando los dientes

-          Tu situación y la mía no son muy diferentes – declaró nostálgica, Sanji volteó a verle, su sonrisa se había borrado y ahora ella era quien miraba el cielo, aguantando sus lagrimas – te lo confiaré, sólo promete que no dirás nada a nadie

-          Soy una tumba

-          me gusta Luffy…

-          ya lo sabía

-          ¡¡QUE!!! – la chica lo miró impresionada

-          Bueno… pareces preocuparte mucho por él y siempre tratas de orientarlo y cuidarlo, además cuando está con él pareces celosa

-          ESO NO ES CIERTO – dijo un tanto molesta por ser tan obvia

-          No es que seas obvia... es sólo que soy observador

-          entrometido

-          ¡¡ey!!

-          Jajaja – Nami finalmente rió entre lágrimas – me dijo que Zoro le importa demasiado

-          Porque el fue el primero que se unió – comentó Sanji y luego prendió un cigarro – no creo que tengan algo que ver, sólo son buenos amigos

-          De todos modos, Luffy ni siquiera me nota

-          Luffy nunca nota nada, tendrás que decírselo y ya… sabes que es algo….

-          LENTO – dijeron al unísono sonriendo

-          Al menos no te considera alguien con quien pelear…

-          Tal vez lo malentendiste, deberías de ser más directo… él también es algo despistado…

-          Tienes razón

 

 

Mientras tanto los demás piratas se encontraban en el bar disfrutando el servicio nocturno, Robin estaba leyendo, como es su costumbre, un libro a cerca de la región, mientras tanto Usopp y Chopper bebían discutiendo cosas a cerca del lugar, de la gente y de la actitud extraña de sus compañeros durante el viaje a esta isla. Y finalmente Franky y Brook planeaban alguna forma de arreglar el reciente malentendido en cuanto a la actitud del capitán, así Sanji por fin se sinceraría con el moreno que definitivamente iba necesitarle esta semana.

 

Por su parte Luffy se había escabullido con todo y una cerveza al cuarto de Zoro, al entrar encontró al joven recargado en el muro mirando las estrellas desde la ventana. El chico del sombrero caminó lentamente dejando la cerveza en la mesa y luego colocándose justo al lado de su compañero que ni siquiera se movió, luego Zoro caminó a la mesa y bebió tanto como pudo, analizando a Wadou que estaba en el sillón, Luffy no dijo nada y siguió mirando el paisaje, divisó a lo lejos a Nami y Sanji que estaban jugando en la alberca y luego volteó hacia donde Zoro, este se había tirado el tarro en el suelo y se sujetaba la cabeza

 

-          Zoro… - el capitán caminó hasta su subordinado y este sujetando sus sienes volteó a mirarlo, le dolía tanto la cabeza y la vista estaba nublándosele

-          lamento haberla tirado… sabía bien

-          puedo traer más

-          mejor déjalo, no quiero molestar a Chopper – sonrió un segundo y Luffy se inclinó para levantar el tarro, luego miró directo a los ojos de Zoro, conocía a su amigo, con una simple mirada podía entenderlo, después de todo Zoro siempre le seguía ciegamente, sin importar nada, sin juzgar nada… se entendían tan bien…

-          ¿Qué pasa?

-          ¿eh?

-          No me engañas – comentó Luffy y lo sujetó hasta recostarlo en la cama. El experimentado espadachín examinó la expresión paciente y amigable de su nakama.

 

Zoro terminó por explicar que últimamente había visto a Kuina en sus sueños y ella le reclamaba que le devolviese su espada pues no estaba siendo lo suficientemente fuerte y no merecía llevarla. Luffy notó la tristeza en los ojos del peliverde, no sabia que decir… sabía por supuesto que soñaba con ser el mejor espadachín del mundo y que no estaba muy lejos de su meta, de hecho, le parecía tan fuerte… tan bueno…

 

-          no te sientas presionado Zoro… cada quien hace las cosas a su paso y logra sus metas a su paso – dijo seguro Luffy mirando los ojos negros de su amigo –  tienes la fuerza, la determinación y el coraje de hacerlo y se que lo lograras… hasta ahora no me has decepcionado y se que a Kuina tampoco.

-          Capitán – musitó y luego cerró los ojos lentamente – gracias…

-          No rompas tu promesa…

-          Mi… promesa -  Zoro sonrió y abrió repentinamente los ojos que se encontraron de inmediato con el rostro infantil de su nakama – no me rendiré, no puedo morir aquí… además como primer oficial en tu tripulación… es mi deber cuidar de ti… niño …. Además, puño de fuego no me lo perdonaría jamás

-          ¿Ace?

-          Se lo prometimos… prometimos que cuidaríamos de su desastroso hermano menor…

-          Zoro … Gracias por todas las veces que me has salvado el pellejo desde que empezamos nuestro viaje juntos, gracias por confiar en mi sueño. Gracias por rescatar a la tripulación, no sabes de que manera me cubriste la espalda – Zoro abrió los ojos con gran sorpresa

-          ¿Quién te lo dijo?

-          Todos y nadie… sólo que cuando desperté no sentía dolor alguno y tú estabas en un estado lamentable… era de suponerse. Eres una buena persona…

-          Me sorprendes

 

Pero antes de terminar la frase… el capitán en un impulso desconocido acercó sus delgados y suaves labios a los del moreno que sonrojándose no se detuvo, fue así como ambos amigos se besaron… ambos se sonrojaron con los ojos cerrados y justo en ese mal momento…

 

-          ¡Luffy! – susurró Nami dejando caer las bolsas de las compras al suelo

-          ¡Nami! – contestó sorprendido Luffy que se apartó de Zoro repentinamente y observó a los ojos a su navegante que apretaba los puños con fuerza

-          Así que… es cierto…

-          No…

-          ¡¡CALLATE!! PAR DE RAROS – La chica salió corriendo dejándole el paso a Sanji que también observó la escena

 

Él y Zoro se quedaron callados, sin perderse de vista…


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