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Fragmentos del corazón por PrincessofDark

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Notas del capitulo: ¡Hola! ¡Gracias por leer y comentar! Espero que este capítulo les guste y me lo hagan saber y como siempre se aceptan críticas constructivas, tomatazos, sartenazos, etc., etc.

Dedicado a Kioki Nara, ¡¡bienvenida de nuevo!! espero que ya estés totalmente recuperada y que este capítulo te guste.

¡Besos! Nos leemos pronto.
Némesis se encontraba satisfecha de saber que el reino de Poseidón estaba bajo su poder. Sin embargo, eso era apenas suficiente para complacer a sus vasallos y los deseos de venganza que tenían. Su próximo paso sería la conquista del Santuario de la diosa Atena y por eso se encontraba reunida con sus dioses para planear lo que harían.

-Ellos están atentos a nuestra llegada – indicó Cronos en ese preciso momento cortando el flujo de sus pensamientos.

- Sí. Pero el Inframundo es más inaccesible para nosotros que el Santuario de Atena. Las defensas del averno son demasiado poderosas, tenemos que debilitar el inframundo matando los espectros que están con Atena – agregó Némesis.

-Yo podría llegar al Santuario y entrar en la casa de Aries – indicó Ate, acomodando sus cabellos y esbozando una sonrisa – para mí sería sencillo hacer enloquecer a Mu de Aries y a los que estén en ese lugar.

-Después de Ate tendríamos que entrar nosotros – dijo Fobos, después de mirar a Deimos – tenemos mucha rapidez y agilidad. Podríamos deshacernos de los caballeros que vayan quedando rumbo al Santuario seguido de ustedes.

-Conociendo la capacidad de Atena para planear estrategias, lo más seguro es que Hades se haya hecho cargo de planear la defensa del Santuario. Tendremos muchos enemigos en la primera y en la última casa, las demás serán un mero trámite – dijo Némesis.

-Probablemente sea así – aseguró Cronos – pero no debemos descuidarnos de las capacidades de Saga de Géminis y de Shaka de Virgo de crear poderosas ilusiones. Si llegamos a caer en alguna de ellas será muy difícil escapar.

- ¡Tendremos que deshacernos de ellos! – agregó parcamente Hefestos, haciendo su primera aportación.

- Tengo una mejor idea para ellos y para algunos caballeros más – indicó Némesis – pero es mejor ser prudentes. El ataque será dentro de tres días, al amanecer.

-¿Por qué esperaremos tanto? – preguntó Cronos con impaciencia.


-Guerra de desgaste. Serán ellos los que tengan la mayor presión y los que sufrirán más los nervios y el cansancio.

Aprovecharemos eso a nuestro favor al momento del ataque, sus reflejos serán más lentos y pesados y sus capacidades estarán disminuidas producto del agotamiento.

Cronos después de analizar las palabras de Némesis, estuvo totalmente de acuerdo, al igual que el resto de los dioses que decidieron permanecer en el antiguo reino de Poseidón hasta el momento del ataque.
* * *

Poseidón y Atena aguardaron junto a Kanon de Dragón Marino, Saga de Géminis, Shaka de Virgo, Seiya y Shiryu, Minos y Aiacos el ataque desde el Recinto principal. Los demás caballeros se encontraban repartidos en las casas del Santuario y Hades iba cada cierto tiempo al Inframundo haciendo a la vez un recorrido por todos los templos.

El primer día se les pasó en una tensión constante, el segundo en una espera ansiosa y el tercero con bastante agotamiento. Se turnaban entre ellos para dormir un par de horas cada vez pero el sueño logrado era inquieto y frágil.
* * *

Mu de Aries salió al amanecer del tercer día al exterior del templo, contemplando el amanecer. Adentro quedaron Shion, Kiki, Myu de Papillón, Lune y Orpheo. El día se reflejaba claro y sereno, apenas asomándose el sol tras el velo del horizonte. Dio un par de pasos y al final sus ojos encontraron a una joven muchacha que yacía inconsciente al pie de las escaleras.

Bajó con prisas, y volteó a la joven intentando despertarla.

-¡Despierte, señorita! ¡¡Despierte!! – la llamó una y otra vez hasta que ella abrió los ojos y los posó en Mu haciendo un gran esfuerzo - ¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí?

- Vengo del pueblo – señaló con dedos temblorosos sin decir su nombre – estaba en las afueras y me persiguieron unos hombres… comencé a correr y sin saber bien llegué hasta aquí. Creo que me golpeé la cabeza y por eso me desvanecí – la muchacha se tocó la cabeza y en su rostro se plasmó el dolor.

- La ayudaré, venga conmigo – Mu la ayudó a levantarse y la llevó al umbral del Templo – espere aquí.

- De acuerdo – la muchacha se sentó en el escalón de la entrada y el ariano no pudo evitar sentirse culpable de dudar de una muchacha tan bella y cuyo perfume, con leves toques de lavanda (N.A: elegí la lavanda porque soy súper alérgica a ella y sus derivados, por tanto la odio ^_^, qué mejor que usarla con una de las villanas) despertaban en él un sentimiento de adoración.

- Lo siento, he sido descortés. Por favor, entre.
Mu le dio paso a la joven para ingresar al Templo de Aries, donde de inmediato fueron recibidos por Shion.

-¿Quién es esta joven? – preguntó el ariano a su antiguo aprendiz.

-La encontré desmayada en las escaleras. Unos hombres del pueblo la persiguieron y vino a parar aquí – indico Mu.

-Si molesto puedo irme ahora – indicó con melodiosa voz la invitada – no quiero ser un estorbo.

Shion se rindió de inmediato a la dulce voz y a ese encantador perfume, al igual que se rindieron los demás habitantes del Templo que iban apareciendo atraídos por la presencia sublime de la joven.

- Pero aún no nos has dicho tu nombre – inquirió Orpheo, mientras su lira desenvolvía una cálida melodía, un rato después de la aparición de la muchacha.

-Mi nombre es Ate – susurró con un tono de voz por entero frío.

-¿Ate? Ese nombre lo he escuchado antes – murmuró Shion, pero el aroma que impregnaba el ambiente le impedía pensar con claridad.

-¡Ate! – Kiki, el pelirrojo travieso pegó un salto al recordar las palabras oídas anteriormente - ¡¡¡Ate!!! Es una de las enemigas que mencionó Hades. ¿Se acuerdan?

-Eres un niño muy inteligente – susurró una voz siniestra proveniente del primer umbral.

-¿Quiénes son ustedes? – preguntó Myu poniéndose de pie.

-Deimos y Fobos – contestaron ahora dos voces que revelaron su presencia frente al grupo.

-¡Es una trampa! – la voz de Kiki llenó la estancia e intentó sacudir a su maestro que no podía dejar de mirar a la rubia muchacha - ¡Maestro Mu! ¡Maestro! ¡Reaccione!

-¡No estorbes! – Mu emitió una onda de energía que golpeó al pelirrojo y lo hizo caer inconsciente.

-¡Mu! ¿Qué has hecho? – Shion pareció despertar con la actitud del caballero de Aries - ¡Estás hechizado!

Mu se limitó a mirar al mayor y luego lo atacó con todas sus fuerzas. Shion apenas esquivó el ataque usando su muro de cristal y lo devolvió para hacer reaccionar a su discípulo. Deimos y Fobos mientras tanto atacaron a Myu y a Lune, al mismo tiempo que Ate buscaba a Orpheo.

Cuando Kiki pudo abrir los ojos, se encontró en una esquina del Templo, sangrando por una herida en la cabeza y en el medio de una batalla. Myu había sido derrotado por Fobos y su cadáver yacía terriblemente lastimado y sangriento. Orpheo también yacía muerto a los pies de una risueña Ate que contemplaba la lucha entre Mu y Shion. Deimos y Fobos en conjunto habían vencido a Lune y ahora ayudaban a Mu a atacar a su antiguo maestro.

-¡¡Maestro Mu!! ¡Despierte o va a matar al maestro Shion! – la voz del chiquillo salió desesperada e hizo que el pelilila tomara conciencia de lo que estaba haciendo.

-¿Kiki? – la voz del ariano nació naturalmente y les hizo comprender a todos que se había deshecho del encantamiento de Ate - ¡Maestro Shion, quién le hizo esto!
Mu volteó en busca de Deimos y Fobos y anteponiéndose a su maestro comenzó a atacar a ambos dioses.

-¡Kiki! ¡Ve al Recinto e informa a Atena del ataque! – gritó Mu, en medio del fragor del combate. Shion a su lado combatía hombro con hombro, pese a las heridas que había recibido de él mismo.

El pelirrojo obedeció al instante y se dirigió al Recinto de Atena al que entró casi sin respirar.

-¡Kiki! – Saori se dirigió de inmediato al chiquillo.

-¡Nos atacan! Entraron tres al templo de Aries: Ate, Deimos y Fobos. Ate enloqueció al maestro Mu, casi mata al maestro Shion. Sólo quedan ellos, todos los demás los mataron entre los tres.

Saori palideció ante el atropellado comentario del pelirrojo, que apenas se percataba de la sangre que caía de su cabeza.

-¡Den la alerta! – exclamó Hades, tomando el mando - ¡todos a sus puestos! ¡Estén preparados para la llegada de todos! ¡Seguramente, estos tres son sólo el comienzo!
* * *

Mu yacía sujetándose el hombro herido por un ataque de Fobos. Shion también estaba inconsciente con sus verdes cabellos hechos un revuelo.

-Así que eres Mu de Aries – la mujer que le hablaba era muy fría aunque Mu no dudó en alzar la mirada – yo soy Némesis, la diosa de la venganza.
El ariano no respondió, pero eso no le importó a la mujer que se dejó caer frente a él, acariciando los cabellos lilas.

-Eres poderoso. Mucho más de lo que creía. ¡Has sobrevivido! Ahora me serás muy útil a mis planes – Némesis invocó unas palabras extrañas y un aire rojizo envolvió a Mu, haciendo que la armadura de Aries tomara también un tinte escarlata.

El ariano se revolvió en el piso, preso de un agudo dolor, pero cuando sus ojos volvieron a abrirse lo hicieron totalmente idos.

-Bien, Mu. ¿Dime quién está en la casa de Tauro?

-Nadie – la voz sonó turbia y ausente – en la Casa de Géminis hay un par de espectros.

-¿Qué más?

- En Cáncer está abierta la entrada al Infierno. En Libra están Dokho, Ikki, Aioria y Aioros junto a unos cuantos espectros. En Acuario están Camus y Hyoga y en Piscis están Milo, Afrodita y el resto de las tropas.

-¿Atena está sola?

-No. Poseidón y Hades también están. Saga, Kanon, Shaka, Minos, Aiacos, Shiryu y Seiya los protegen.
Némesis pareció satisfecha de la información obtenida y se levantó con una sonrisa.

- Muchas gracias, Mu. Me has sido muy útil. ¡Ven con nosotros!

Los dioses y el caballero de Aries salieron del primer Templo comenzando su ascenso, aunque Hefestos los detuvo, señalando al desmayado Shion.

-¿Qué hacemos con éste?

- ¡Mátalo! – la orden de Némesis fue inexpresiva y la única reacción de Mu fue arquear una ceja y sonreír ante la frialdad de la orden.
* * *

El avance por los Templos de los invasores fue inexorable. Cada Templo fue cayendo en manos de los invasores, los vacíos siendo respetados y los que tenían defensores destruidos hasta los cimientos. Espectros y generales que eran encontrados fueron muertos sin piedad, pero no sucedió lo mismo con los caballeros dorados.

Uno tras otro, comenzando con Dokho, Aioria y Aioros cayeron bajo el poder de Némesis y de ese conjuro que convertía sus armaduras en escarlatas. Ikki, como el fiel Fénix que era, había contemplado atónito esa conversión al enemigo antes de desaparecer rumbo a la Casa de Piscis para continuar con la defensa del Santuario.

En la casa de Acuario, Camus y Hyoga habían decidido congelar todo el lugar utilizando sus cosmos con el sólo objetivo de demorar un poco más el avance para reagruparse en torno a Piscis. Los dos utilizaron sus Ejecuciones de la Aurora para hacer del Templo de Acuario un lugar tan gélido que parecía un inmenso bloque de hielo. Las finas terminaciones de los hielos en forma de punta se habían vuelto tan filosos que asemejaban estiletes de cristal y laceraban la piel al menor roce.

-¿Será suficiente? – inquirió Hyoga viendo el trabajo terminado.

- Para demorarlos si, para detenerlos no – aseguró Camus con un deje de tristeza.

- ¿Qué hacemos ahora?

- Irnos a Piscis y ver quienes más han logrado llegar hasta allá.

Camus y Hyoga corrieron rumbo a Piscis para encontrar a Afrodita, Milo y Aldebarán, Máscara Mortal y Shura de los caballeros dorados, de los de bronce Ikki, Jabú y Geki, de los generales marinos a Sorrento de Siren y a cuatro espectros del inframundo.

-¿Nadie más? – preguntó Camus analizando la situación.

-No. Según Ikki, cuando Némesis llegó a Virgo iba acompañada de cinco dioses y aparte llevaba con ella a Mu. Y luego de vencer a Aioros, Dokho y Aioria les hizo algún tipo de conjuro para que se pusieran de su parte como hizo con Mu. Las armaduras de ellos tomaron un color escarlata – contestó Milo.

-¿Y los demás caballeros?

- Vencidos o muertos – la voz fue de Ikki – según Némesis no había que tener piedad con nadie. Es una mujer terrible.

-Por algo es la diosa de la venganza – murmuró en respuesta Sorrento de Siren vigilando la entrada del Templo.

En el Recinto principal, Atena escuchaba todas las novedades a través de los labios de Shaka de Virgo, quien a través de sus poderes se movía por todo el Santuario, vigilando el desarrollo de los combates.

- Némesis los está poniendo de su parte. ¡Tiene que haber una explicación! – exclamó Saga de Géminis.

-Sí, probablemente los esté sujetando a través de sus poderes. ¡Cuando la derrotemos todo volverá a la normalidad y esto no será más que un mal recuerdo! – compartió Atena.

-Pero hasta que la derrotemos, debemos considerar a tus caballeros como enemigos – indicó Hades.

-No creo que mis compañeros se atrevan a matarse entre ellos – respondió Shaka – entre nosotros hay amistades muy profundas.

-Eso no importa ante un conjuro como los de Némesis – aseguró Hades, sin dejar de estar alerta - ¡O serán ellos o seremos nosotros!

Mientras tanto, en Piscis un par de figuras aparecieron en el umbral del Templo: Aioros, Dokho, Aioria y Mu. Los cuatro con la mirada extraviada y sus armaduras emitiendo una energía terriblemente poderosa. La voz que salió de sus labios fue unánime.

-¡Al ataque! - y sin dejar lugar a dudas los cuatro avanzaron a atacar a sus atónitos compañeros.

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