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Pacto con el diablo por himurita

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Notas del capitulo:

Hola!

Ven no me tarde tanto esta vez ^^ creo xD haha aunque el capítulo está corto -_- gomen fue lo único que pude hacer y no puedo poner más porque eso ya es parte del siguiente capítulo.

 

Se ve a Zero recostado sobre la cama, cubierto únicamente por una delgada sabana que resbala preligrosamente por su cadera xD

 

-Zero: mm… etto… yo…-sus mejillas adquieren un tono rojo y desvía la mirada nerviosamente.

 

-Kaname: diles- aparece de la nada dándole un beso a Zero en la mejilla y susurrándole algo al oído, mientras desliza su mano debajo de la sábana.

 

-Zero: ahhh-gime sensualmente, cerrando los ojos y haciendo la cabeza ligeramente hacia atrás.

 

-Kaname: aja-lo mira fijamente, con una sonrisa ladina en los labios, mientras mueve su mano debajo de la sábana, haciendo quien sabe que cosa xD.

 

-Zero: nh… ahhm… g…gracias por leer y…ahh…dejar sus comentarios…-dice con dificultad, para luego dejarse caer en la cama, mientras Kaname cierra una especie de cortinas para que nadie pueda ver lo que sigue xD

 

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Capítulo XIII

El fin del pacto

 

Dime príncipe de hielo
¿dónde vas?
Eres tan frío que ya me quemas.
Eres mi alivio.
También me haces sufrir,
y aunque lo ignores,
yo no soy de piedra.

 

El espectáculo llegó a su fin, y la hora de cerrar del bar también, la gente comenzaba a salir del lugar, mientras los que trabajaban ahí limpiaban y recogían todo.

 

Para cuando Zero volteó a mirar hacia donde estaba Kaname, se dio cuenta de que ya no había nadie, ni tampoco estaba Rido o el chico rubio que se quería comer a Aidou.

 

Algo había pasado o Kaname no se habría ido, no era común que lo dejara solo, a menos que fuera por la discusión y los acontecimientos recientes.

 

 -Zero chan, en verdad le hiciste algo a Kaname verdad?

 

-Que no le hice nada!-gruñó molesto, queriendo golpear a su pelirrojo compañero, que parecía se empeñaba en hacerlo enojar.

 

-Pues no es común que se vaya de esa forma, además en cuanto salió, el pretendiente de Aidou y el otro sujeto le siguieron.

 

-Que?!-gritó el peliblanco, antes de salir corriendo a buscar a Kaname.

 

-Qué crees que sea?-preguntó curioso Aidou, con claras intenciones de seguir a Zero.

 

-Sea lo que sea, no nos incumbe-dijo con seriedad, deteniendo al rubio para que no pudiera seguir a Zero-pero, en todo caso tu novio iba también-dijo intentando desviar el tema y teniendo éxito, ya que Aidou se puso a gritar un montón de cosas como “no es mi novio” haciéndole olvidarse de seguir a Zero.

 

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-Les parece que este es un lugar apropiado para continuar?-decía Kaname, mirando a los siete guardianes que tenía frente a él.

 

-Me parece el mejor lugar, ir hasta el infierno sólo por esto tomaría demasiado tiempo y ya no queremos perder más-Rido sabía perfectamente que si luchaban en el mundo humano Kaname no podría usar toda su fuerza y sin duda tendrían la ventaja.

 

-Ya veo, si no se puede evitar, terminemos pronto con esto-realmente él tampoco quería prolongar el asunto, ni si quiera estaba de ánimos con todo lo que había sucedido con Zero, y también estaba plenamente consciente de las desventajas que tenía.

 

De inmediato Akatsuki creó una especie de círculo de fuego alrededor de ellos, para que no pudieran ser molestados y por su puesto nadie pudiera escapar tampoco.

 

Yagari lanzó el primer ataque, que fue fácilmente bloqueado por Kaname, seguido de un ataque sorpresa de Ruka, que intentaba controlarlo con sus poderes visuales, pero desafortunadamente para ella, meterse en la mente del mismo Luzbel no era una decisión sabía, causándole severos daños.

 

Asato parecía mantenerse al margen, sólo ayudando a los otros con sus heridas, sin involucrarse mucho en la batalla.

 

Los demás, por supuesto no se quedaron atrás, el cielo se iluminó de un inusual azul, reuniendo un montón de rayos que cayeron sobre la tierra como poderosas armas filosas, controladas por Rima.

 

Shizuka aprovechaba la distracción para acercarse a Kaname y luchar cuerpo a cuerpo, sólo apartándose para que sus demás compañeros pudieran lanzar algún ataque.

 

Akatsuki creaba poderosos torbellinos de fuego que arrasaban con todo a su paso.

 

En un movimiento rápido, casi imperceptible, el que estaba frente a Kaname no era Shizuka, sino Rido, que en un descuido había atravesado el abdomen de Kaname con sus propias manos.

 

-Te estás volviendo débil Luzbel-comentó burlonamente, comenzando a drenar la energía del mencionado.

 

-Y tú sigues igual de  engreído y confiado-Kaname respondió, pagándole con la misma moneda, pero de forma más certera, dañando cerca del corazón de Rido, quien no tuvo más opción que apartarse de inmediato.

 

La lucha se prolongó bastante, causando notables heridas y desgaste físico en los contendientes, las cosas parecían bastante parejas, y sin embargo la balanza se inclinaba ligeramente a favor de Kaname, hasta que…

 

Zero llegaba al lugar donde la batalla se desarrollaba, encontrándose con aquel escenario de destrucción y sangre. No sabía cómo reaccionar, pero estaba sumamente preocupado por el estado en el que se encontraba Kaname, además de la abrumadora ventaja numérica que tenían los otros.

 

-Kaname!-gritó lo más fuerte que le fue posible, alertando al pelinegro de otro ataque sorpresa que le hubiera dado de lleno.

 

-Zero!-esquivó el ataque a tiempo, fijando de inmediato su vista en el peliblanco, no debía estar ahí! Cómo rayos había llegado?-vete de inmediato!-ordenó autoritariamente, dejando escuchar un todo de preocupación en sus palabras.

 

Busco tu alma.
Quien sabe donde está!
mi fugitivo, mi carcelero
Haces que muera y me haces revivir.
Juega conmigo. Hazme lo que quieras.
Apunta! Dispara! Es si o no.

 

Zero no quería irse, a pesar de todo no quería abandonar a Kaname en ese lugar a su suerte, pero tampoco había mucho que pudiera hacer, de quedarse seguro estorbaría y le causaría más problemas.

 

Pero antes de que si quiera pudiera pensar en irse de ahí, algo lo había lanzado con una fuerza descomunal contra uno de los muros de aquel lugar. Al abrir los ojos con dificultad, entre aquellos escombros y polvo, sintiendo el dolor por todo su cuerpo, comprobó que no era algo, sino alguien, quien lo había atacado de aquella manera.

 

Gabriel estaba frente a él con una sonrisa sádica en el rostro, que lejos de infundirle temor, le inspiraba repulsión y desprecio.

 

-Lo siento mucho, pero tú no vas a ningún lado, eres uno de los invitados especiales, Kiriyu Zero-le levantó por el cuello, estrellándolo contra el muro maltrecho que tenía a su espalda.

 

El peliblanco no podía articular palabra con semejante presión en su cuello, a penas si podía mantener sus ojos abiertos, pero sin poder enfocar con claridad.

 

Por su puesto, Kaname había visto todo, pero todos los atacantes que le rodeaban y le fuego que los envolvía, le dificultaba moverse libremente para salvarle. 

 

-Gabriel… no te excedas en lo que haces, estas tratando con un humano-reclamó Rido, a quien no le parecía que Zero fuera maltratado de aquella manera.

 

-Pero si no le hago nada malo, esto es poco comparado con el dolor que le espera-y sin decir más, clavó sus colmillos en el cuello de Zero, provocando un cambio en los ojos violetas de este, se habían tornado rojos y ahora el peliblanco respiraba con dificultad sujetándose el pecho con fuerza, sólo para en seguida dejarse caer al suelo, siendo obligado a gritar de dolor por aquella maldición que Gabriel le hubiera dejado momentos antes.

 

En ese momento a Kaname ya no le importó absolutamente nada que no fuera Zero, se abrió paso entre sus rivales, haciendo gala de su enorme poder, que hasta entonces había moderado bastante, haciendo que incluso las llamas de Akatsuki dejaran de arder, que los rayos dejaran de centellar en el cielo, de aquello nada quedaba.

 

Llegó junto a Zero, mirando horrorizado como aquella marca en su cuello que antes formara parte de su pacto, ahora consumía de poco a poco a su portador, extendiéndose por su piel en forma de heridas que dejaban un rastro de sangre y dolor.

 

-Perdóname Zero…-murmuró abrazándole con fuerza, concentrando cada gramo de su energía en sanarle y extinguir aquella marca demoniaca.

 

Tiro la toalla, y me vuelvo a levantar,
y el verme herido te vuelve loco.
Y ya no puedo de tanto suplicar,
Y de bailar al son
que tú me tocas.

Pareciera que a los demás no les importara lo que estaba pasando, pues ninguno se molestaba en si quiera intentar atacar a Kaname ahora que estaba ocupado. Sobre todo Gabriel se encontraba de lo más tranquilo y hasta parecía feliz.

 

El proceso no fue fácil, pero los resultados fueron satisfactorios, las heridas se cerraban poco a poco y la marca se hacía más pequeña hasta desaparecer.

 

-K… Kaname…-el peliblanco contempló asombrado cómo Kaname le había salvado la vida, o al menos librado de ese espantoso dolor que le recorría.

 

-Me alegra que estés bien-le dedicó una sincera y hermosa sonrisa para después desvanecerse en sus brazos, ya no le quedaba energía, disolver el pacto y la maldición no era cosa fácil y había requerido de más de lo que se había imaginado.

 

No podía creer que aquello estuviera pasando, por su culpa Kaname estaba en aquel estado, su cuerpo comenzaba a ponerse frío y sus ojos perdían su brillo y color.

 

-Kanme!-le sacudió desesperado, acogiéndolo en sus brazos, intentando hacerle reaccionar, su pecho dolía de verlo así, pero… no sabía que hacer.

 

-Este es el fin… el fin de nuestro pacto, eres libre Kiriyu Zero-fue lo último que dijo antes de perder por completo el conocimiento.

 

Las lágrimas brotaron de los ojos violetas, mientras se aferraba lo más que le era posible al cuerpo inerte de Luzbel. Porque tenía que ser así, él no quería eso! Era lo último que hubiera querido así jamás hubiera obtenido su libertad.

 

-Ah que escena tan patética-comentó Gabriel caminando hacia la pareja-esto es lo que tú provocaste, así que acéptalo y lárgate-dijo con odio, arrancando el cuerpo de Kaname de los brazos de Zero.

 

-Suéltalo!-gritó aún con las lágrimas corriendo por su rostro, incorporándose para ir contra Gabriel e intentar que soltara al pelinegro.

 

Pero Rido le detuvo, impidiéndole si quiera acercarse.

 

-Él no morirá, pero ya no es algo que te concierna más a ti-dijo serio, mirando al peliblanco y pasando de largo para crear un portal que sólo podía llevar a un lugar, el infierno…

 

Los siete guardianes entraron el portal, uno por uno, después de lo cual Gabriel se colocó frente al portal, cargando a Kaname con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

 

-Creíste que sería tuyo?-dijo cruelmente-eso es imposible, un simple mortal como tú no lo merece, pero despreocúpate, yo cuidaré de él de ahora en adelante.

 

-Cállate! Él nunca será tuyo! No importa lo que hagas él jamás te amará- no podía quedarse quieto sólo mirando cómo se llevaban a Kaname de aquella forma tan cobarde y mezquina, así que sin más corrió con fuerza hasta donde estaba Gabriel, volteándole el rostro de un puñetazo que lo tiró al suelo.

 

En cuanto Gabriel cayó, no dudó en tomar a Kaname y correr hacia cualquier dirección, con el único pensamiento de ponerlo a salvo y alejarlo de aquellos seres despreciables.

 

Pero su esfuerzo fue totalmente en vano, En apenas un parpadeo, Rido ya estaba frente a él.

 

-No tiene caso, cómo él mismo lo dijo, esto acaba aquí, a menos que quieras hacer un nuevo pacto-la mirada con la que lo dijo hizo que a Zero se le helara la sangre, imposibilitándole poder articular cualquier palabra.

 

Un nuevo pacto? Con él?! Eso no era una opción, y menos si implicaba lo que hubiera implicado el pacto anterior, “solo… sólo Kaname” pensó de pronto, extrañándose el mismo de todo que lo que pensaba o sentía últimamente.

 

Su única respuesta fue aferrarse con más fuerza al cuerpo de Kaname, no queriendo soltarlo ni un momento para que no lo apartaran de él.

 

-¿Por qué lo haces? Él trajo sólo dolor a tu vida no es así? Porque te empeñas ahora en protegerlo?-un poco molesto por lo que sucedía y sin poder entender del todo al peliblanco, le separó por la fuerza de Kaname, regresándoselo a Gabriel, mientras él sujetaba a Zero para que no intentara una tontería nuevamente.

 

Gabriel le dirigió una última mirada a Zero, sonriéndole con superioridad y burla, antes de entrar al portal con Kaname entre sus brazos.

 

Por su parte Zero se movía y luchaba lo más que podía para liberarse del agarre que Rido tenía sobre él, mirando impotentemente como Gabriel se marchaba con Kaname, sin que él pudiera hacer absolutamente nada por detenerlo.

 

-Es una lástima que todo tenga que terminar de esta forma-aún sujetándolo, le levantó un poco la cabeza para mirar aquel rostro que en esos momentos no podía mostrar más que tristeza-me hubiera gustado llegar a conocerte más a fondo-y sin más unió sus labios con los de Zero, quien no tuvo ni la fuerza ni el tiempo para apartarse, simplemente saboreó el gusto amargo y salado de aquel beso que sólo lo hacía sentirse más vacío…

 

 

Quiero ablandarte y
no hay nada que hacer.
Tu corazón es como una roca.
¿Quieres mi vida?
Quítamela ya
Soy todo tuyo.
Pide por tu boca.

Apunta! Dispara! ¿Es eso amor?

Notas finales:

bueno! hasta el siguiente capítulo, traten de no matarme xD


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