Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pacto con el diablo por himurita

[Reviews - 307]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!!

Sé que me tarde de nuevo una eternidad pero es que mis neuronas no hacían sinapsis -_- les pido una disculpa, y les agradezco a las personas que aún continúan leyendo y me dejan saber su opinión:

 

AHIMN666A

kaien 

narutogirl

K-rol

Wahrheit 

kazumi_queen_vampire

yun_rei 

 zero  (ah Zero chan, ya te dire más adelante en donde necesito tu ayuda ^^)

yukeskiren 

eminahinata (apoyemos el RidoxZero!!! Ok no xD y el Kain X Zero nunca me lo pensé pero sería *¬* jaja, ah! Me quedó una duda, quien es Kaito? ._. )

cler_vampire

michi 

xxx_Excel_xxx (aunque me dijeras maldita Q_Q xD)

Yuu-chan (y la verdad es que si tengo corazón Yuu-chan D= pero es igual de chiquito que el del Grinch xD)

Hoy no hay saludo de los personajes porque se fueron de vacaciones xD

Capítulo XIV

Miguel


Después de aquel beso, Rido se apartó de Zero, o al menos sólo de sus labios, porque aún lo sostenía, pero el peliblanco no parecía dar señales de vida, sólo miraba hacia el portal por el cual los guardianes y Kaname hubieran desaparecido.

 

-Creo que no estás en condiciones de nada más, así que por ahora me retiro-soltó al peliblanco y caminó hacia al portal, para seguir a los demás.

 

-Regrésamelo!-gritó de pronto Zero, saliendo de la especie de trance en el que se encontraba, haciendo que Rido se girara a mirarlo-Regrésamelo!-volvió a gritar, con más lágrimas brotando de sus ojos, pero con esa mirada fiera y decidida.

 

En respuesta, Rido le regresó una sonrisa cruel, dándole a entender que aquello no era posible.

 

-Olvídalo, porque nunca volverás a verlo-decidido a no retrasar más su partida entró al portal, cerrándolo detrás de sí, y dejando a Zero totalmente solo.


Sabía que no volverías

Sabía que no podías venir

Me obligo a mi mismo a olvidarte…

 

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

 

Mientras tanto, el infierno tenía un nuevo líder, por lo que todo en aquel lugar de sufrimiento y dolor tendría que adaptarse a él

 

-Gabriel, que es exactamente lo que planeas?-inquirió Rido, una vez que alcanzó al resto de los guardianes y por su puesto al ángel que tanto les hubiera ayudado en aquella rebelión.

 

-Nada en particular, te ayude a conseguir lo que querías y a cambio yo también tengo ahora lo que quería, así que nuestro negocio está cerrado, además no creo que te interese lo que pueda hacer con él o si?

 

-Sinceramente no, me basta con que no lo dejes libre y te asegures de mantener su poder bajo control.

 

-Claro, lo haré, pero para eso, debes dejarme permanecer aquí en el inframundo

 

-No tengo inconveniente alguno-se encogió de hombros disponiéndose a organizar lo su nuevo territorio y subordinados.

 

-Espera, y tú, pretendes hacer algo para con Kiriyu Zero?-preguntó con un poco de fastidio de tener que mencionarlo.

 

-Tal vez, aunque por ahora lo dejaré estar un tiempo, al menos el suficiente para que se olvide de lo que debe.

 

-Pero, asegúrate de que así sea y no interfiera con mis asuntos, ahora si me disculpas, debe atender a mi prisionero-dijo marchándose con una maliciosa sonrisa en los labios.

 

 

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

 

Realmente yo quiero olvidarte

Si no voy a poder verte de nuevo

Prefiero olvidarte…

 

Zero no podía salir de su estado de shock, permaneciendo en aquel lugar sin haber movido ni si quiera un músculo desde que se hubiera quedado solo, mirando hacia la nada, sin poder concebir que aquello hubiera sucedido, que el pacto ya no estuviera más, que fuera completamente libre, que nunca más fuera a ver a Kaname.

 

Pero que era lo que verdaderamente sentía?  Alegría? Por supuesto que no, ni si quiera un poco por el hecho de que su vida volviera a pertenecerle. En lugar de eso, lo que sentía era impotencia de no haber podido hacer nada, de no haber podido ayudar a Kaname y un extraño y profundo dolor en su pecho que lo agobiaba a cada minuto que pensaba en él.

 

-Zero, Zero…-lejanamente escuchaba que alguien le llamaba, pero sus ojos estaban tan empañados por las lágrimas que no podía enfocar quien era, y sus sentidos ni si quiera podían reconocer aquella voz.

 

-Parece que es peor de lo que imaginé-dijo otra de las voces, mientras se acercaba a donde estaba el peliblanco.

 

-De qué hablas? Oye Zero! Zero!-dijo sacudiéndolo un poco para lograr que reaccionara.

 

-Aidou…-murmuró reconociendo al fin a la persona que tenía en frente, y girando un poco el rostro pudo ver a Shiki también-que… que hacen aquí?- fue lo único que atinó a preguntar.

 

-Pues venimos a buscarte, saliste corriendo así como así y estábamos preocupados, y Shiki dijo que estarías aquí-mientras hablaba, él y Shiki ya le estaban ayudando a levantarse, brindándole apoyo para poder llevarlo de regreso al bar.

 

Una vez ahí, se dieron a la tarea de tranquilizar a Zero, aunque ciertamente no lograron que les dijera mucho,  tan sólo algunas cosas que no eran del todo ciertas.

 

-Entonces te peleaste con Kaname- afirmó el rubio tras haber escuchado el breve relato de Zero-y no piensas ir a buscarlo?

 

La pregunta lo había dejado helado, buscarlo? Eso no se lo había planteado, de todas las cosas que pensó que haría de ahora en adelante, no se le había ocurrido buscar a Kaname. Pero… tampoco era una opción, cómo podría un humano encontrar a Luzbel? Eso no sonaba ni remotamente posible.

 

-No… no es más asunto mío, desde hoy ya no tengo nada más que ver con él-intentó convencerse a sí mismo de lo que debía ser, aunque aquello le provocara un dolor más agudo en el pecho.

 

-Si eso es lo que tú quieres está bien-dijo el pelirrojo, que ya estaba jalando a Zero de la mano para salir del bar.

 

-Y a dónde se supone que vamos?-preguntó ya más tranquilo, mirando de reojo a Aidou que los seguía de cerca.

 

-Te quedarás en mi casa, y no aceptaré un no como respuesta, así que te recomiendo no oponer resistencia-dijo con tono amenazante que hizo que a Zero no le dieran ganas de negarse.

 

-Así es Shiki, o haces lo que él dice o haces lo que él dice, nunca ha aceptado otra cosa-comentó burlonamente el rubio, mientras se adelantaba a abrir la puerta del apartamento.

 

-Veo que lo conoces bien-hizo una leve mueca y entró al lugar, después de todo tampoco quería estar solo, el haber permanecido tanto tiempo a lado de Kaname le había generado la necesidad de tener a alguien a su lado, o al menos él intentaba convencerse de que necesitaba la compañía de alguien, más no la compañía de Kaname.

 

-Dejen de murmurar sobre mí mientras estoy presente-dijo el pelirrojo antes de perderse en la cocina para preparar un poco de té.

 

Aunque quiero reír,

Me acuerdo de ti y lloro aún  más.
No puedo hacer nada, ya nada sin ti.

 

 

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

 

Recién abría los ojos, después de haber podido recuperar parte de la energía que aquella maldición y el pacto le hubieran quitado, se sentía en un lugar familiar, y en efecto así era, se encontraba en uno de los tantos calabozos con los que contaba el infierno.

 

La diferencia era, que ahora él era quien estaba atado, apresado de pies y manos por gruesas cadenas que lastimaban y cortaban su piel, a penas teniendo como apoyo el muro que estaba a su espalda y el suelo bajos sus pies.

 

-Al fin despiertas-se escuchó desde la entrada de aquel lugar, acompañado de pasos que se acercaban cada vez más.

 

Kaname levantó la cabeza con algo de dificultad para encarar a su captor, encontrándose con el rubio que alguna vez fue su amigo.

 

-Gabriel…-murmuró entre dientes, con algo de coraje.

 

-Esperabas a alguien más a caso?-se agachó un poco para quedar a la altura del pelinegro, levantándole el rostro para poder mirarlo, colocándose a tan solo centímetros de él.

 

-Sólo esperaba que no fueras tan bajo y ruin como pensaba que eras-le sostuvo la mirada, intentando mover sus manos para liberarse.

 

-Es inútil que lo intentes, esas cadenas drenan tu poder, dejándote tan indefenso como cualquier humano-acercó sus labios hasta los del otro, rozándolos suavemente, utilizando su lengua para recorrerlos por completo.

 

Kaname simplemente giró el rostro, haciendo una mueca de desagrado, lo que por su puesto hizo enojar al rubio que de inmediato le abofeteó con fuerza, dejando una marca roja y rastros de sangre en el pálido rostro.

 

-Ah, mira lo que me haces hacer-dijo con un tonó que a Kaname sólo le causó desagrado, mientras acariciaba la herida que el mismo hubiera provocado-deberías portarte bien.

 

-No importa lo que hagas, no lograras nada-dijo secamente, mirando hacia otro lado, preguntándose qué estaría haciendo Zero en esos momentos.

 

-Eso ya lo veremos, de todas formas estas condenado a quedarte aquí conmigo, eternamente…-susurró, tomándole del rostro para besarlo con un poco de agresividad.

 

Ya que no podía moverse para apartarse de él, le mordió el labio con fuerza hasta hacerlo sangrar, escuchando un gemido ahogado por parte del rubio que se apartó con enfado.

 

-si así lo quieres, entonces así será-presionó un botón que hizo que las cadenas que apresaban las muñecas de Kaname si elevaran, obligándolo a levantarse-dime, no crees que Zero sentía justo lo que tú sientes ahora cuando lo obligabas a estar contigo-dijo con una sonrisa burlona, y acto seguido abrió de un tirón la camisa del pelinegro, dejando todo su pecho y perfecto abdomen al descubierto.

 

“Lo sé, seguramente Zero sentía esta horrible repulsión, la impotencia de estar a completa merced de alguien que te traicionó, de una persona en la que confiabas y en un segundo te traiciona de la manera más cobarde. ¿Y todo para qué? Para saciar el deseo y obsesión de esa persona…”

 

“Porque eso fue lo que hice, someterlo a mis deseos por una insana obsesión que le profeso, no me importó dañar inocentes, sólo para tenerlo a él, entonces nada me hace diferente del demonio con rostro de ángel que ahora me tiene cautivo”

 

Cada vez que te extraño mi corazón se rompe a pedazos

Trato de olvidarte pero no lo consigo

Si no voy a poder verte de nuevo

Prefiero olvidarte…

 

 

Fue sacado de sus pensamientos cuando una mano acarició su abdomen, delineando suavemente sus músculos, acción que le hizo levantar la mirada, encontrándose con unas esmeraldas que lo miraban con un brillo de lujuria y deseo.

 

No era difícil imaginar lo que quería, cómo si cada palabra estuviese reflejada en sus ojos, pero sinceramente a Kaname ya no le importaba lo que sucediera, y ni si quiera era por el hecho de haberse dejado vencer por Rido, ni que el inframundo se le escapara de las manos, sino por la simple y sencilla razón de que jamás volvería a ver a Zero…

 

-Veo que decidiste dejar de luchar-sin detener sus manos, bajó por su abdomen hasta el borde del pantalón, desabrochándolo lentamente, sin esperar mucho, tiró de éste hacia abajo, bajándolo un poco y descubriendo la elegante ropa interior negra.

 

Por su puesto no se detuvo ahí, pasó su mano por la entrepierna del pelinegro aún cubierta por la tela, frotándola descaradamente, con una cara de satisfacción en su rostro al sentir el tamaño de aquella parte, qué él ya conocía muy bien.

 

Kaname continuaba con la cabeza gacha, sin moverse ni un poco, y sin tener reacción alguna ante el desvergonzado toque.

 

-Así que ese es el plan-murmuró Gabriel con molestia, pasando a retirar por completo el pantalón, dándose el gusto de tocar aquellas piernas largas y bien formadas que al tacto eran duras como el hierro-pero no creas que podrás salir tan fácil de esto-sacó de entre sus ropas un pequeño frasquito transparente que contenía un líquido de color rojo.

 

Kaname miró aquel líquido, sin saber exactamente que era, pero por la expresión del rubio y el aspecto de aquella botellita, seguro no sería nada bueno para él.

 

Sin más, el rubio le sujetó por el mentón, obligándole a levantar  el rostro, y destapando aquella botellita con los dientes vertió el contenido en los labios de Kaname, quien no tuvo más opción que tomar el líquido que realmente no tenía ningún sabor.

 

Un poco del líquido escapó por la comisura de sus labios, mientras el pelinegro volvía a tomar aire para no atragantarse con lo antes bebido.

 

-Veremos ahora como reaccionas después de haber bebido eso-lamió los rastros del líquido en los labios de Kaname y descendió por su cuello, lamiéndolo y besándolo con lujuria, saboreando su pecho como un delicioso dulce, hasta que sus manos toparon con el borde de la ropa interior.

 

Sus ojos brillaron de deseo, bajando la prenda con total lentitud,  hasta librarse por completo de ella. Sin el menor pudor, miró la entrepierna del pelinegro, tocándola descaradamente con sus manos hasta lograr que el miembro estuviera erecto.

 

Un poco de sangre corrió por los labios de Kaname, confundiéndose con el líquido que previamente manchara sus labios, su cuerpo reaccionaba a lo que había bebido, haciendo que los toqueteos del rubio le afectaran bastante.

 

-No hagas como que no lo quieres, lo deseas Kaname-lamió sobre uno de los pezones, masajeando el miembro entre sus manos con maestría.

 

Sin duda disfrutaba verlo en esa situación, luchando contra su propio cuerpo, pero también quería oírlo gritar y pedir porque se detuviera, así que tomó un pequeño bisturí que estaba sobre la mesa que ahí se encontraba y lo pasó sobre el pecho ajeno, provocando una herida sumamente fina pero profunda que de inmediato dejó brotar la sangre.

 

-El rojo sin duda es tu color, amor-acercó el filoso objeto a su boca para lamer la sangre que había sobre este, y acto seguido, volvió a pasarlo por el pecho de Kaname, justo a lado de donde hubiera hecho la primera herida.

 

-Y el negro es el tuyo Gabriel, negro como tu alma corrompida-murmuró con algo de dificultad, pero sin dejarle ver que lo que hacía le afectaba.

 

-No eres diferente de mí, eres la misma clase de escoria que yo-clavó el bisturí con algo de coraje sobre el hombro de Kaname de manera profunda, arrancándole un gemido de dolor que lo hizo llenarse de satisfacción.

 

Se hinco frente a él, lamiendo el camino de sangre que escurría por su abdomen, hasta llegar a la entrepierna de Kaname, la cual comenzó a lamer y a degustar, excitado con la sola idea de probar el semen de su prisionero.

 

Pero Kaname se mantenía inmóvil, sin emitir respuesta ni señal de que aquello tuviera efecto en su cuerpo, y a pesar de lo duro que pudiera ponerse su miembro, tampoco daba signos de llegar al orgasmo.

 

Obviamente Gabriel estaba más que frustrado, presionando el bisturí con coraje hacia adentro, importándole muy poco que pudiera lesionarlo seriamente.

 

Kaname simplemente le dedicó una sonrisa de victoria, que le dejaba en claro que jamás lograría que fuera suyo…

 

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

 

Ha pasado algún tiempo y siento que mi corazón duele como nunca, no puedo entender porque, creí que podría olvidarme de él, de todo lo que pasé a su lado, pero a cada momento que pasa sólo consigo recordarlo con más fuerza, extrañándolo más y más, atormentado por el pensamiento de que jamás estará conmigo de nuevo…

 

Todo esto me hace llegar a una pregunta, ¿Qué es lo que verdaderamente siento por él? Una pregunta que jamás pude contestarme mientras estuve a su lado, pero que ahora de alguna manera se vuelve mucho más clara.

 

La pérdida de Yuki me dolió, incluso la perdí dos veces y aún así mi corazón no estaba roto, y ahora con lo que ha pasado, siento que se está partiendo en pedazos, pedazos que se caen de a poco, expresándose externamente en las lágrimas que no dejan de salir de mis ojos.

 

Jamás había llorado tanto en mi vida, y no sé cómo controlarlo, estoy cansado de esto, no lo quiero más! No quiero extrañarlo! No quiero quererlo! No quiero pensar en lo mal que lo está pasando! No quiero pensar en que le hagan daño. No quiero que aparezca más en mis sueños, sólo para desvanecerse por la mañana…

 

No quiero admitir que lo que siento es… amor…

 

A pesar de que lo sé, no quiero admitirlo, porque de hacerlo sé que me derrumbaría al igual que mi corazón…

 

Ha pasado mucho tiempo

Pero tú siempre has estado en mi corazón

Y por mucho tiempo que pase

Tú seguirás en mi corazón…

 

-Deja de lamentarte, si lo quieres ve por él-abro los ojos asombrado y asustado al escuchar la voz de alguien más, pero al hacerlo veo a shiki a mi lado, que me abraza en un intento de consolarme.

 

-Shiki… cómo es que entraste-ni si quiera lo escuché, y la puerta estaba cerrada con llave,  no es posible!

 

-Zero, deja de mentirte a ti mismo, esas lágrimas te delatan-extendió su mano para quitar unas cuantas lágrimas de mi rostro-lo amas, deja ya de negarlo.

 

Sin poder evitarlo, más lágrimas caen de mis ojos, y me aferro con fuerza a él que es ahora mi único apoyo, aunque me esté haciendo admitir lo que más me duele, y no me deje si quiera intentar olvidarlo.

 

-Lo… lo amo!-grité prácticamente arañándole la espalda y usando su hombro como pañuelo de lágrimas.

 

Él correspondió el abrazo, dándome algo de tranquilidad y reconfortándome como no pensé que fuera posible, mi pecho ya no dolía, sólo sentía paz y una extraña calma.

 

-No te preocupes, lo recuperaras, y de eso me encargo yo-me separé suavemente de él para mirarlo mientras trataba de comprender el significado de sus palabras, pero lo que vi me dejó totalmente desconcertado…

 

De la espalda de Shiki salían unas grandes y hermosas alas de un blanco impecable que llenaban de luz la habitación, probablemente la razón de que sintiera tanta paz en ese momento, pero… eso solo significaba que…

 

-No pongas esa cara Zero, ya era tiempo de que me conocieras, mi nombre real seguro que lo has escuchado, soy el ángel Miguel y desde ahora tu ángel guardián.

Notas finales:

Si llego a tardar de nuevo es porque mi laptop murió T_T

y yo moriré con ella si eso pasa!!!!!!!!!!! waaaaa!!!! *^*

sayonara!!!!!!!!!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).