Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pacto con el diablo por himurita

[Reviews - 307]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Demonios! juro que este fic ya estaba terminado ;-; es que hace tiempo que esta cuenta no me dejaba acceder e hice otra como Himuritachan, para terminar el fic, pero ya revise esa cuenta y creo que borre lo que tenia ahi... asi que perdón! pondré los capitulos siguientes aqui, aunque no se si aun alguien lo lea, además que seria lo que tenia ya guardado y no lo modificaria por la falta de tiempo, aunque no me gusta mi narración de ese tiempo.

Para los que aun esten interesados en leer mis locuras de hace mil años, aqui se los dejo

Capítulo XVI

 

Aléjate de mí

 

Aléjate de mí y hazlo pronto antes de que te mienta.

 

Tu cielo se hace gris, yo ya camino bajo la tormenta.

 

Aléjate de mí, escapa ve que ya no debo verte.

 

Entiende que aunque pida que te vayas, no quiero perderte.

 

 

-He venido a salvarte, porque tú me perteneces…-lo escucho murmurar contra mis labios, mientras se separa levemente, sus ojos tienen esa mirada fuera y decidida, aquella que tanto me cautivó.

 

-Zero…-no puedo hacer más que sonreírle, ya que aunque quisiera tocarlo estas cadenas no me dejan moverme-tienes que irte ahora! No puedes quedarte aquí!-estaba tan perdido en mis emociones y sentimientos que me he olvidado de lo peligroso que es que él esté aquí.

 

-Me iré, pero tú te irás conmigo!-intenta quitarme las cadenas de manera inútil, porque esas cadenas no pueden ser retiradas así de fácil, es necesaria una gran cantidad de energía o las llaves que sólo Gabriel tiene .

 

Le miró fijamente y él me mira también, como intentando descifrar mi mirada, la cual está impregnada de un sentimiento de tristeza por lo que tengo que hacer pero a la vez de alegría por saber que Zero está aquí solo por mí, para rescatarme de mi propio infierno, que irónico. No es coherente que un ángel rescate a un demonio.

 

-Zero escúchame bien, este no es tu lugar, está repleto de las criaturas más viles que existieron sobre la faz de a tierra y estas justo frente a la peor-puedo ver su mirada de confusión, sé que cree que sabe a dónde voy con esto y al parecer no quiere escucharlo.

 

-No tiene caso que…-detiene sus palabras porque con la mirada le digo que me escuche.

 

-Tú lo sabes mejor que nadie, la clase de persona que puedo ser,  y no tienes una idea de lo feliz que me hace que estés aquí, porque eso significa que te importo, pero… estás equivocado, no puedes arriesgar tu vida de esta manera por una sabandija como yo, por un ser que no sabe más que lastimar a las personas que le rodean y sobre todo a las que ama-hice un gran esfuerzo por mover mi mano para intentar alcanzar su mejilla, tocarlo aunque sea un poco, necesito del calor de su cuerpo aunque sea un poco…

 

Esos hermosos ojos violetas están acuosos otra vez, por mi causa, porque es todo lo que sé hacer, hacerlo sufrir y llorar, soy despreciable.

 

-Hablas como si no supiera todo eso-su semblante se ha vuelto serio de nuevo, pero sus ojos aún amenazan con dejar derramar las lágrimas contenidas- sé la clase de persona o mejor dicho, la clase de demonio que eres, eres el que ha hecho más miserable mi vida de lo que ya era, quien me ha robado a la persona que yo más amaba, que me ha robado y pisoteado mi orgullo y mi dignidad, ese eres tú Kuran Kaname-mientras dice eso, sus ojos dejan correr las lágrimas,  al mismo tiempo que con ambas manos me sujeta de la camisa con fuerza-pero también eres el maldito del que me enamoré, el que me enseño como es cuando dos personas aman de verdad y no sólo una de las dos, quien me ayudó a superar las crisis y me sacó de la oscuridad en la que estaba.

 

Me quede mudo al escuchar toda aquella declaración, estaba diciendo que todo lo que le había hecho no importaba porque le había dado más cosas buenas? Aún cuando todo eso fue por puro egoísmo mío? Y no sólo eso, dentro de todo aquello había dejado implícito que él me amaba… Zero me amaba?!!!!! Cómo era eso posible?

 

-Así que quieras o no te llevaré de regreso conmigo!-sentencia con aquella expresión que hace que nadie pueda negarle nada  y vuelve a intentar quitarme las cadenas que me apresan.

 

Iba a decirle que no gastara sus fuerzas inútilmente, pero justo en ese momento reparo en la presencia de aquel que hacia unos minutos reconocí como un ángel, y del cual me había olvidado por la emoción de ver a zero. Shiki si no mal recuerdo, se acercó hasta donde estábamos y colocó sus manos sobre los grilletes que habían en mis muñecas.

 

-¿Por qué estás aquí ángel?-interrogué mirando al pelirrojo que no importara la situación siempre lucía tan calmado y sereno.

 

 

La luz ya, no alcanza.....

 

No quieras caminar sobre el dolor descalza.......

 

Un Ángel te cuida.......

 

Y puso en mi boca la verdad para mostrarme la salida....

 

-Estoy aquí porque protejo a un amigo y porque tengo trabajo que hacer Luzbel-porque no pude notar antes quien era él, pero ahora está claro, la forma en la que habla y el aura que emana, sólo puede ser una persona.

 

-Miguel… si lo que dices es verdad entonces llévatelo y no lo expongas a este peligro-si Zero no me escucha tal vez el que dice ser su amigo lo haga.

 

-Tengo asuntos que atender aquí, y Zero también, así que cállate y copera-comienza a aplicar energía sobre los grilletes, haciéndolos brillan con un resplandor dorado, sin duda su poder es como el de Gabriel, tal vez más…

 

Siento como mi fuerza y mi poder regresan lentamente con forme aquella luz se intensifica, sólo falta un poco más…pero de pronto el lugar se llena de una presencia abrumadora que no presagia nada bueno, todo sucede tan rápido que para cuando me doy cuenta una sombra pasó a mi lado, directo hacia el pelirrojo, quien concentrado en imprimir tal cantidad de energía para romper los grilletes no pudo reaccionar al ataque.

 

-Shiki!!!!!!!-escuché el grito de Zero al ver caer el cuerpo, prácticamente inerte de su amigo, un poco de sangre corría  por la sien de éste, manchando su rostro  y parte del suelo.

 

Zero luce alarmado y de inmediato corre hacia donde se encuentra el pelirrojo, sujetándolo entre sus brazos e intentando hacerlo despertar, pero parece inútil, la sangre no deja de correr por aquella herida que parece más profunda de lo normal.

 

-Iban a alguna parte?-el culpable no tardó en hacerse presente, Rido estaba en la entrada de aquella prisión, con una sonrisa que decía que la situación no le desagradaba. Y cómo hacerlo si a sus pies se encontraban un par de ángeles, completamente a su merced, mientras yo sigo atado a estas malditas cadenas que no me dejan hacer nada!

 

Ojala decirle a Zero que corriera sirviera de algo, pero es obvio que no, no tiene oportunidad alguna de escapar, si tan sólo el ángel despertara tal vez hubiera alguna esperanza, pero luce bastante grave.

 

-Rido!-llamé con una voz que haría temblar a cualquiera, excepto claro, al sujeto que ahora está frente a mí y que parecía disfrutar de la situación.

 

-Tienes algo que decir Kaname?-avanzó lentamente hasta Zero, colocándose frente a él, quien lo mira con coraje, sin una pizca de miedo en esos preciosos ojos, pero era de esperarse, si no le tiene miedo ni al mismo diablo, por qué habría de tenérselo a uno de los guardianes más poderosos?

 

Y aléjate de mi amor

 

Yo se que aun estas a tiempo

 

No soy quien en verdad parezco

 

y perdón no soy quien crees yo no cai del cielo

 

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

 

-Suéltame maldición! Yo puedo caminar solo!-gritaba un rubio, sacudiéndose lo más que le era posible, intentando liberarse de las manos de quien le sujetaba sin el más mínimo problema, llevándoselo a cuestas como si de un objeto se tratase.

 

-Ya sé que puedes caminar solo, y es precisamente por eso que no planeo bajarte,  a menos que sea sobre una cómoda cama-dijo con una sonrisa, divertido por las rabietas y berrinches del rubio, sin detener sus pasos.

 

-Akatsuki maldito! Eres un desgraciado que…-hubiera seguido quejándose de todo lo inconforme que estaba con la situación y con aquel sujeto que al parecer creía que era un pedazo de carne, pero ahora ese mismo sujeto lo había bajado y le miraba de una forma extraña, casi feliz o ilusionada-que?-preguntó titubeando sin saber que esperar realmente.

 

-Me llamaste Akatsuki, que tal si pruebas ahora con Kain?- dijo tranquilamente, mientras Aidou se quedaba sin que decir por tan sólo unos momentos.

 

-Estás loco! Deja de decir cosas raras! Deja de seguirme, deja de acosarme y…..-sus palabras fueron calladas y sus labios sellados por unos ajenos, mientras unos fuertes brazos se enredaban en su cintura.

 

Había sentido eso antes… aquella calidez que le tranquilizaba y  a la vez una sensación que quemaba, que le hacía querer ahogarse en esos labios y perderse entre aquellos brazos.

 

-“… más…”-fue el fugaz pensamiento que cruzó su mente, a la vez que sus brazos se colocaban alrededor del cuello del contrario, siguiendo y profundizando el ritmo de aquel beso.

 

Kain sonrió complacido, degustando con calma cada parte de la boca contraria, dejando que sus labios se rozaran y sus lenguas se acariciaran la una a la otra en aquella deliciosa danza. 

 

Varios minutos pasaron así, y sin saber cómo Aidou se encontraba tendido sobre la arena que había en aquel lugar y Kain estaba sobre él, todavía besándolo de esa demandante manera. Ambos encontraban muy cómoda aquella posición, dejando que la calidez de los rayos del sol los envolviera, mientras sus oídos se deleitaban con el sonido de las olas en la arena y sus labios seguían devorando los del contrario.

 

Fue entonces que la conciencia de Aidou pareció regresar  al sentir como  unas atrevidas manos palpaban su abdomen y parte sus piernas también, sin el menor pudor aquellas manos le recorrían, haciéndole soltar unos cuantos suspiros que morían en los labios del contrario. Obviamente al rubio no le apreció que su cuerpo fuera profanado de aquella manera por un supuesto guardían del infierno que para colmo representaba la lujuria. O sea que se acostaría con cualquiera solamente porque no puede controlar esa cosa entre sus piernas de la que no quería saber? Pensó con algo de enojo mientras intentaba sacarse de encima a Akatsuki, quien parecía ajeno  a  lo que el rubio quería y en cambio seguía tocando cada parte del cuerpo del otro que podía, incluyendo la entrepierna de este, sacándole un furioso sonrojo y ganándose una fuerte mordida por parte del rubio, quien por fin logró separarse

 

Kain se quedó un tanto sorprendido,  con el labio inferior sangrante, mientras miraba  al rubio frente a él que tenía los ojos vidriosos, respiraba de manera agitada, su camisa estaba prácticamente abierta dejándole ver su bien formado pecho, y el pantalón de este estaba semidesabrochado, regresándole una imagen verdaderamente sensual que tan solo le hacía querer volver a saltar sobre él para devorarlo.

 

-Que ni si te ocurra-murmuró el rubio con algo de resentimiento, mientras tomaba un poco más de aire y se ponía de pie-escúchame bien, seas o no la lujuria en persona, no me tendrás para tus simples juegos así que anda a buscarte con quien divertirte y no me molestes más quieres?-se acomodó la ropa correctamente y le dio la espalda al sorprendido Kain que solamente lo miraba 

 

 

Si aun no me lo crees amor.

 

y quieres tu correr el riesgo

 

veras que  soy realmente bueno

 

en engañar y hacer sufrir

 

a quien más quiero…

 ///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

 

-Vaya, esta si que es una sorpresa, no esperaba que vinieras por tu voluntad a buscarme-comentó Rido con algo de burla al mismo tiempo que hacía que Zero se levantara del suelo, aún contra la voluntad de este, que no quería separarse de Shiki.

 

El peliblanco no dijo nada, no había nada que quisiera decirle, salvo que era un maldito desgraciado, pero de que serviría? Probablemente de nada.

 

-Sería una descortesía de mi parte no ser hospitalario con un invitado-tiró de la muñeca de Zero hasta tenerlo prácticamente entre sus brazos, sujetándolo por la cintura con una mano sin el menor problema

 

-Sueltame!!-gritó enojado Zero, intentando alejarse, pero solamente se gano que el agarre sobre su muñeca y cintura fuera más fuerte hasta el punto de lastimarlo, haciéndolo soltar un gemido de dolor.

 

-Déjalo maldita sea!!-fue esta vez Kaname quien hablo, ya no pudiendo soportar que lastimaran a su peliblanco en frente de sus ojos. 

 

-Desafortunadamente ambos están bajo mi poder-dijo cínico Rido mientras lamia la mejilla de Zero, haciendo que este cerrara los ojos por la desagradable sensación que le producía- Zero, si no haces lo que te diga sabes quién pagara las consecuencias?-murmuró al oído de este con malicia, apuntando su dedo índice hacia Kaname, en una clara señal de que lo atacaría en ese mismo momento.

 

El peliblanco sabía que aquellas no eran simples amenazas, era obvio que estaba dispuesto a cumplirlas pero él no estaba dispuesto a dejar que Kaname fuera lastimado, no por su causa.

 

-Deja tus amenazas y dime qué quieres-contestó Zero con la mayor calma que pudo, encarando a Rido, demostrando que no tenía miedo de él, ni de lo que pudiera hacerle, pero en sus ojos si se podía ver la preocupación que sentía por lo que sucediera con Kaname.

 

-Bien, parece que ahora si nos entendemos-lejos de que eso molestara a Rido, le agradaba, pues así podía controlar perfectamente al peliblanco y no podía negar que las miradas de odio que los dos enamorados le dirigían le encantaban-si te quedas aquí y haces lo que yo te diga, les daré una oportunidad de ser libres, mediante un combate a muerte, lo cual no necesito explicar, una pelea entre tú y yo Kaname-sonrió con absolut seguridad de que saldría victorioso, lo cual descolocó un poco a Kaname pues siendo el Luzbel, se preguntaba cómo es que un simple guardián por más poderoso que fuera intentaba vencerlo en su territorio.

 

-Asi que Zero, atendamos lo nuestro mientras Gabriel se encarga de tú ángel y Kaname-jaló al peliblanco de la estrecha cintura, atrayéndolo hacia él y caminando hacia la salida ante la mirada molesta de Kaname.

 

Fue entonces que apareció Gabriel, con una expresión indescifrable en el rostro, entre molesta, sorprendida, desconcertada e incluso sádica y burlona. Miró que Kaname permanecía aún atado, tranquilizándose un poco, sus ojos repararon luego en la persona que Rido sostenía entre sus brazos, dirigiéndole una mirada de odio y burla, y finalmente miró al ángel que se encontraba en el suelo, provocándole un ligero estremecimiento que no paso desapercibido para nadie.

 

-Gabriel, escuchaste lo que dije no? Encárgate del ángel-volvió a repetir Rido al ver el estado del mencionado.

 

-Nooo!! No toquen a shiki!-grito Zero, intentando safarse del agarre de Rido.

 

-Mi querido Zero, a él no le pasará nada, solamente lo pondremos en un lugar más cómodo, pero recuerda que la vida y seguridad de ambos depende de ti-dijo tomando al peliblanco del mentón, y acariciando su rostro con libertad, ante la mirada violeta llena  de frustración y coraje.

 

Antes de cualquier otra protesta Gabriel desapareció con Shiki, no si antes haber lanzado un beso al aire, hacia donde estaba Kaname, que dejó a Zero congelado, pensando en todas las cosas que pudieron haber pasado mientras estuvo lejos del pelinegro.

 

¿Por qué estaba teniendo esas dudad ahora?

 

¿qué debía hacer? ¿qué podía hacer?

 

Sin darse cuenta se dejó llevar, saliendo de la celda sin ninguna expresión en su rostro y mirando al vacio, hasta que sintió que le empujaban contra la pared, solo entonces reaccionó dándose cuenta de que estaban en un lugar por completo diferente y que por estar pensando tonterías no se había dado cuenta de cual había sido el camino a seguir hasta ahí.

 

-Ponte cómodo, y piensa que esta es cómo tu nuevo hogar, que puedo asegurarte que saldré victorioso del combate-susurró al oído de Zero, alejándose después tan solo un poco para que sus labios quedaran casi sobre los del peliblanco, disfrutando del casi contacto pero sin llegar a concretarlo, mirando a su invitado temblar ligeramente, pero sin apartar esa fiera mirada de él.

 

Después de aquello se separó lentamente y le pasó algunas ropas que le dio a entender debía usar, y por supuesto no estaba a discusión. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).