Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pacto con el diablo por himurita

[Reviews - 307]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: hola!

disculpen la tardanza, T_T bueno, muchas gracias a todos los que leen y a los que dejan sus bonitos reviews que me dan animos para continuar ^^

Este capítulo va dedicado para ShiR0 que me dio la idea de introducir a otro personaje, aunque no puse al que me dijo XD pero igual por su culpa se me ocurrieron estas cosas.

-Hanabusa: *recostado de lado en una cama, rodeado de pétalos de rosa, vestido con ropa provocativa* Shizuka Lee...*dice sensualmente mientras pasa su mano por todo su cuerpo* te mando un beso *dice en el mismo tono mientras manda un beso al aire*

Despues de esto Zero y Kaname ya noq uisieron mandar saludo, lo siento Lee XD
Capítulo IX

Cerberus

Ya había desilusión
dolor y resignación
el tiempo supo esperar
y así la deje de amar


-No se atrevan a tocarme!!!!-grité furioso cuando uno de aquellos sujetos metía sus manos debajo de mi camisa.

Forceje todo lo que podía, logrando darle una patada a aquel sujeto, tan fuerte que lo dejo tirado en el suelo, cosa que no les agradó a ninguno de los otros cuatro.
Uno de ellos me empujó con fuerza al suelo, haciendo que me lastimara con algunos vidrios, mientras otro aprovechaba para sacar una navaja y rasgar mis ropas, dejándome varias cortadas en el proceso.

-Malditos estúpidos!-me movía lo más que podía, siendo sujetando con fuerza por las manos y pies para que no escapara o intentara hacer algo, mientras los otros sujetos me tocaban con sus asquerosas manos.

Les grité todas las maldiciones que pude, y aplique toda mi fuerza para poder liberarme, sin éxito alguno. La desesperación me invadía a cada momento, ya no sabía que más hacer y era totalmente frustrante dejar que esos bastardos me tocaran de aquella lasciva manera.

Me daba asco, sentir sus manos sobre mí, acariciando descaradamente mi piel, inclusive miré como uno de ellos pasaba su lengua por mi abdomen, cosa que no pude soportar, así que en cuanto el tipo se me acercó con la clara intención de besarme le escupí el rostro.

-Mocoso insolente-recibí una bofetada en la mejilla izquierda, sintiendo como esta ardía de inmediato, de hecho todo mi cuerpo dolía por tantas heridas aunque fueran pequeñas.

-Dense prisa, me estoy poniendo duro-bramó uno de aquellos sujetos, mientras se desabrochaba el pantalón y acariciaba descaradamente su miembro.

No pude poner otra cara, más que de terror, cómo demonios iba a escapar de esos tipos, no tenía la fuerza suficiente, admito que tenía miedo y que en la única persona en la que podía pensar era en…

Kaname…………..Kaname………………..Kaname……..

Kaname…

Es que soy distinto desde que te conocí...
Que cada día pienso un poco más en ti.
Duermo el odio pensando en ti.
Donde estas?

Kaname, porque mi mente sólo podía recordarlo a él? Cerré mis ojos un momento y todo lo que veía eran recuerdos en los que él estaba presente, incluso en un momento como este sólo pienso en él. Tal vez justo pensaba en él por la situación, probablemente quería que me rescatara de esos sujetos… si eso debía ser.

Aunque no puedo engañarme a mí mismo, cuando él me tocaba se sentía totalmente diferente a lo que estaba sintiendo ahora. Y es que a pesar de que nunca estuve de acuerdo con que Kaname me tratara como un objeto sexual, puedo decir que no era tan malo…en cambio en estos momentos prefiero morir a dejar que esos desgraciados hagan lo que tienen planeado.

No lo permitiré, no importa que deba hacer pero no los dejaré. Me removí lo más que pude, alcanzando a morderle una oreja a uno de esos malditos violadores, la mordí tan fuerte que casi se la arranco y su sangre brotaba en abundancia.

Estaba consciente de lo que mis acciones traerían, cada vez estaban más furiosos, y para mi desgracia parecían más excitados. Fue entonces cuando sin ninguna contemplación, me despojaron de la parte inferior de mi ropa, mi vista se nubló por las lágrimas que se agolparon en mis ojos al sentir como abrían mis piernas, sentí manos sobre todo mi cuerpo y cerré los ojos esperando lo peor.

Unos instantes pasaron y ya no sentía las manos sobre mí, estaba libre, podía moverme! Abrí mis ojos con rapidez para mirar lo que sucedía, y pude ver a esos sujetos y a alguien más…

-Quien eres? No nos molestes, lárgate si no quieres acabar mal-dijeron a aquel hombre del que yo sólo podía distinguir una figura alta y estilizada, así como una cabellera negra… a caso era….

-Desaparezcan escoria-dijo, para en un segundo dejar a todos esos sujetos en el suelo inconscientes.

Sus movimientos eran demasiado ágiles, casi como si no fuera de este mundo… Lo miré de nuevo, mientras se acercaba hasta mí, no podía distinguirlo bien pero podría jurar que era… era…

-Kaname!-no supe cómo, ni de donde saque la fuerza pero de inmediato me levante y prácticamente salté sobre él abrazándolo con desesperación y alivio de que estuviera ahí para protegerme.

Tengo miedo ayúdame a caminar
pues solo nunca yo podre encontrar
la forma de ser libre, quiero despertar.
Pensando en ti


Sentí sus brazos rodearme, mientras dejaba escapar más lágrimas de mis ojos, pero estas eran de felicidad, aferrándome a él como si no lo hubiera visto en años.

-Oye chiquillo estas bien?-fueron las palabras que pronunció Kaname, no, la persona que yo creí era Kaname, pues él no me diría eso y esa no era su voz.

Me aparte un poco sorprendido, mirando fijamente a la persona que me había salvado, ahora podía ver claramente y la persona que estaba frente a mí no era Kaname, sin embargo se parecía bastante a él, era un sujeto alto de cabellos tan oscuros como la noche, vestía de negro y usaba una especie de gabardina azul.

-Q…quién es usted?-pregunté dando unos pasos hacia atrás, él sólo me miraba con una sonrisa en el rostro.

-Kuran Rido a tus órdenes-fue entonces cuando me percaté del color de sus ojos, uno de ellos brillaba con un color rojo escarlata y el otro era de un hermoso azul.

Por un momento no supe que decir, me había salvado yo había corrido a sus brazos pensando que se trataba de Kaname, me sentí estúpido, como pude confundirlo así.

-Yo…-desvié la mirada mientras hablaba- discúlpeme lo confundí con alguien más-de reojo podía ver como sonreía mientras me miraba fijamente, parecía bastante amable.

-No te preocupes, yo entiendo, pero…-me miró de arriba abajo como intentando decirme algo-no crees que deberías vestirte.

De inmediato miré el estado en el que me encontraba, no traía nada encima, más que mi camisa blanca, que por suerte o gracias a dios, aunque Lucifer se retuerza en donde sea que este, la camisa que traía llegaba hasta mis muslos, cubriendo al menos lo necesario.

No pude evitar sonrojarme demasiado, intentando jalar la camisa más hacia abajo para cubrirme lo más que se pudiera. Busqué el resto de mi ropa pero esta estaba totalmente desgarrada y sería imposible que me la pusiera. Así que estaba casi desnudo frente a un extraño, qué se supone que haría? Y peor aún cómo diablos iba a andar así por las calles?!

-Oye niño cuál es tu nombre?-sentí como me cubría con su gabardina, la cual acepté aliviado, pues no tendría que andar por ahí desnudo.

-Z…zero…-dije a penas mientras temblaba un poco por el frío, pues ya comenzaba a anochecer.

-Entonces Zero, hay que curar tus heridas-pasó su brazo por mi cintura y me cargó con una facilidad impresionante.

Por un momento sólo me quede sorprendido, sin poder apartar el color rojo de mi rostro, hasta que reaccioné, intentando bajarme.

-E…espere yo… puedo caminar solo!-grité apenado, removiéndome un poco, pero él no me dejó bajar, y siguió caminando.

-No estás en condiciones de caminar, sólo descansa-me sonrió amablemente y no pude más que asentir y acomodarme entre sus brazos.

-Gracias-murmure, sintiendo mis ojos pesados, sintiéndome seguro con él, sin saber porque…

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Tenía un mal presentimiento, pues sentí que Zero estaba en problemas, así que me apresuré a buscarlo, sabía dónde estaba y llegué al sitió de inmediato pero para mi sorpresa lo único que me encontré fue a cinco sujetos tirados en el suelo, estaban heridos pero no de gravedad, aunque sus heridas tenían una característica muy peculiar, era como si hubieran sido hechas por alguien que no es humano.

Aunque era lo menos importante, mi prioridad era encontrar a Zero, recorrí las calles cercanas para ver si se encontraba por ahí, pero algo era muy extraño, había perdido su rastro, su esencia entera había desaparecido y eso no era posible, a dónde sea que hubiera ido, yo sería capaz de seguirlo, entonces porque ahora no podía?

-No, esto no es posible, debe haber una buena explicación para esto-no tuve más opción que regresar y despertar a uno de aquellos sujetos que estaban tirados en el callejón. En cuanto me vio comenzó a temblar y a rogar por su vida, como si yo fuera el que lo atacó anteriormente.

-Aléjate, yo no quería hacerle nada, de verdad-pedía asustado, pero a quien se refería? A caso estaba hablando de Zero?

-Más te vale que me digas lo que sabes-lo miré fijamente, haciendo que mis ojos se pusieran rojos, forzándolo a decir la verdad.

-Encontramos en este callejón a un muchacho de cabello blanco y ojos violetas-definitivamente era Zero, nadie más podría tener esos rasgos-y… se veía tan indefenso y apetecible que lo atacamos e intentamos violarlo-lo agarré con fuerza del cuello, apretándolo sin consideración, como se atrevió a tocar a Zero, la rabia me invadía y lo único que quería era romperle cada uno de los huesos a cada uno de esos miserables.

-Dónde está?!!-grité azotándolo contra la pared, sin dejar de presionar su cuello, casi clavándole las uñas, hasta hacerlo sangrar.

-Agghh…un sujeto...-murmuro con dificultad, por lo que tuve que soltarlo o perdería el conocimiento-un sujeto apareció y nos golpeó, después de eso no sé nada!-al comprobar que no sabía nada más di media vuelta de inmediato o acabaría matándolos, cosa que no estaría nada mal, pero debo enfocarme a encontrar a Zero.

Si ese sujeto se lo llevó y él solo pudo dejar así a cinco tipos, debe ser alguien de cuidado, y por muy fuerte que sea Zero no podrá con él.

-Tsk… por estar tan preocupado, olvidé preguntar cómo era aquel sujeto…

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////


No sé porque he traído a este niño conmigo, ni siquiera el por qué salvé. A pesar de mi naturaleza no pude tolerar que le hicieran algo, debo estar volviéndome loco.

Es bastante lindo el muchacho, demasiado apuesto diría yo, y ahora que lo veo dormir se ve aún más atractivo, siento la necesidad de tocarlo…

No, esperen, que estoy diciendo, alguien como yo no debería estar pensando en cosas como esas, mi misión es encontrar y eliminar a esa persona, porque pierdo el tiempo con este chiquillo entonces?

Pasó mi mano por sus blancos cabellos, apartándolos un poco de su rostro para apreciarlo mejor, definitivamente es lindo y su piel es suave en extremo, ahora entiendo porque esos sujetos del callejón lo atacaron, fue una suerte que pasara por ahí.

Al fin se despierta, abre los ojos lentamente, mirándome con confusión. Cielos, porque sus ojos son tan hermosos? Por qué tienen ese color? Parece un cachorro perdido, y por desgracia uno que tiene dueño, ya que me confundió con alguien en el callejón, aunque no recuerdo el nombre que dijo.

-ahh pero que…-brincó asustado, prácticamente cayéndose de la cama, pero fui lo suficientemente hábil como para sujetarlo y evitar que cayera al suelo.

Aunque por culpa de ese movimiento, la gabardina se abrió un poco dejando ver sus hermosas y largas piernas. Qué acaso este niño quiere provocarme a propósito?

-Zero verdad?-le dije amablemente mientras lo volvía a recostar en la cama, era sumamente divertido ver su expresión y el sonrojo que cubría su rostro.

-S…si, yo…quería..mmm…- me evade la mirada y juega nerviosamente con las sábanas, sin duda es un lindura-gracias por salvarme-murmuró apenas audible, sonrojándose más de lo que estaba.

-No tienes que agradecerme, fue una suerte que pasara por ahí-le levanté el rostro, mirándolo fijamente, y sin saber porque me acercaba cada vez más a sus labios.

Por suerte pude detenerme a tiempo, pero él me mira desconcertado, y bueno, no es para menos si un desconocido intenta besarlo.

-Por favor descansa, te pondré algo en las heridas-me aparté para ir a buscar una sustancia excelente para sanar heridas.

Regresé casi de inmediato, colocando un poco del líquido en un pedazo de algodón, pero para untárselo, debía quitarle la gabardina, lo que obviamente no le gustaría, así que al mal paso darle prisa.

Le abrí la gabardina de un tirón, tomándolo por sorpresa, pero demonios, al abrir la gabardina jalé también la camisa, dejándolo totalmente desnudo y la pose que tenía, junto con ese hermoso cuerpo y su sonrojo, me devolvía una imagen tan erótica, que no pude evitar imaginarme tocando y probando todo ese exquisito cuerpo a mi antojo.

-Qué estás haciendo?! Déjame!-se hace hacia atrás en la cama, intentando cubrirse, logrando sólo verse más provocador, porque rayos es tan sensual?! Debo dejar de pensar en eso y concentrarme.

No le respondí nada y me subí a la cama, sujetándole ambas manos para que dejara de moverse, quitándole cualquier cosa con la que pudiera cubrirse, para en seguida pasar el algodón con la medicina por sus heridas.

Lo hice de manera lenta, tomándome la libertad de recorrer esa suave piel, y deleitarme con los pequeños gemidos que escapaban de sus labios al sentir el ardor en sus heridas, mientras se removía debajo de mí luchando porque lo soltara.

Esa situación me estaba excitando, casi pareciera como si lo estuviera violando, y de hecho eso es lo que me estaba imaginando, cada vez que deslizaba el algodón por su piel imaginaba que era mi mano acariciándolo, cada gemido de dolor imaginaba que era de placer y esa mirada violeta estaba clavada en mi, haciéndome desearlo más.

-Ahhh…ya…-se quejó un poco más, y es que por estar fantaseando, no me di cuenta de que presioné más de lo debido en una de sus heridas, aunque por suerte eso me hizo volver a la realidad.

Lo solté y me aparte, sintiendo el maldito calor recorrer todo mi cuerpo debido a la excitación. Tomé la ropa que había preparado para él y se la arrojé.

-Ya puedes vestirte, la medicina actuara en unos minutos y te sentirás mejor-una vez dije eso, salí de la habitación para dirigirme al baño a deshacerme del problema que se había formado entre mis piernas por culpa de ese niño.

Jamás pensé que alguien pudiera hacerme sentir de esta manera, porque rayos quiero hacerlo mío? Porque rayos quiero protegerlo?! No lo entiendo, se siente tan extraño…
//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Por más que Kaname buscó, no tenía ni un rastro de Zero, así que no le quedó otra opción más que volver a su casa, esperando que tal vez Zero volviera por sí mismo.

Justo caminaba por una de las calles que estaba frente a la casa, cuando distinguió a lo lejos una silueta conocida, aunque venía con alguien más.
De inmediato agudizó su mirada, reconociendo al hombre que iba con Zero, preguntándose qué hacía ahí y porque estaba con el peliblanco. Caminó con tranquilidad hasta quedar frente a ellos, mirándolos fijamente y sin expresión alguna.

-Zero ven aquí-dijo con voz neutra ofreciéndole su mano al peliblanco.

Zero lo meditó un poco, y después, agachando un poco la cabeza tomó la mano que le era ofrecida, siendo jalado de inmediato por el pelinegro, colocándolo a su lado y sujetándolo posesivamente de la cintura.

Rido permaneció en silencio, mirando a Kaname, quien también lo miraba directamente a los ojos. Mientras Zero encontraba un tanto extraña la situación, también permaneciendo en silencio.

-Cerberus, qué haces aquí?-preguntó Kaname, rompiendo el silencio.

-Luzbel-sonrió, haciendo una reverencia-que bueno que te encuentro, vengo a arreglar un asunto contigo-veo que encontraste a tu dueño cachorro perdido-dijo dirigiéndose hacia el peliblanco.

-Yo no soy cachorro de nadie! Y por supuesto que no tengo dueño!-gritó enfadado, mirando desafiante a Rido.

-Qué asunto es ese, que el mismo guardián del infierno tiene que venir en persona?-dijo colocando su dedo índice sobre los labios del peliblanco.

-Sólo vine a comprobar la razón de tu ausencia por tanto tiempo en donde se supone que debes estar, pero eso ya lo hice-señaló a Zero-y déjame decirte que es una excelente razón, tienes a una persona especial y de un valor incalculable en tus manos.

La mirada de Kaname se tornó roja, entendiendo las intenciones de Rido para con Zero.

-Y la otra cosa que vine a hacer, es a matarte-sonrió amablemente, también haciendo que sus ojos brillaran.

-Ya veo, una rebelión, y supongo que tú eres el líder

Zero se quedó sorprendido de todo lo que escuchaba, entonces el hombre que lo había salvado era el guardián del infierno y se estaba llevando a cabo una rebelión en contra de Kaname, qué se supone que debería hacer él?

-Asi es, soy el encargado de matarte y el próximo líder der infierno.

-Cómo gustes, entonces ven-dijo confiado, preparándose para cualquier movimiento que hiciera el otro, pero entonces sintió como Zero se aferraba a él con fuerza, como si no quisiera dejarlo ir.

Kaname se quedó sorprendido de la actitud del peliblanco, mientras que Rido notó también la acción de Zero.

-Lo arreglaremos en otra ocasión-se dio media vuelta comenzando a caminar-y recuerda cuidar bien esa joya amatista que tienes, porque puede ser que alguien te la robe…
Notas finales: gracias por su paciencia, jaja

sayonara!!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).