Capitulo 4: Cautivo
Mika despertó en un lugar que no reconoció. Se sentó en la cama de pieles en la que estaba tendida y miro a su alrededor confusa, parpadeando un par de veces.
¨¿Donde estaba?¨
Se pregunto a si misma. Se extraño por no estar atada pero cuando intento levantarse descubrió su tobillo atado con una fina cuerda dorada a una argolla en el suelo. Llevo sus manos a la cuerda intentando soltarla pero no podía.
Se alarmo y si por que no decirlo, también se asusto.
Evaluó a su alrededor, era obviamente una casa de madera, seguramente echo en la sima de algún árbol.
Y su inquietud solo aumento al oír pasos que se acercaban hacia la habitación en que ella estaba. La tela marrón que hacia de puerta separando la habitación en que estaba del resto se abrió para dar paso a una amazona muy hermosa de ojos azules y cabellos oscuros.
Ambas mujeres se miraron fijamente, una, una guerrera amazona, la otra una dama griega.
-Tu eres Mika verdad?
Pregunto al fin la amazona. Mika asintió en guardia sin dejar de mirarla.
-¿Quien eres tu?
Pregunto la griega al fin.
-Yo soy Ayaka líder de las amazonas.
Respondió la orgullosa amazona, haciendo que Mika se estremeciera... estaba en problemas.
***
Nada más llegar al campamento de los masones y las amazonas. Hiro y Tohma habían sido separados, por sus captores llevados a lugares opuestos.
Nada más ser separados Tohma y Hiro además de sentirse solos entre esas personas también se sintieron intimidados e inseguros.
***
Hiro había sido llevado a una de las cabañas que quedaban entre la cima de los inmensos árboles, había sido amarado con las manos a la espalda a uno de los postes de la cabaña junto a un lecho de pieles. Y ante sus gritos, insultos y exigencias le habían puesto un pachuelo en la boca para callarlo.
Ahora silenciado, solo y amarado Hiro miraba con sus ojos a todos lados en todas direcciones, evaluando su entorno, las armas que este le ofrecía y una vía de escape. Pero sospechaba que a menos que milagrosamente le salieran unas alas de la espalda de ahí no podría salir.
Pero todos sus pensamientos fueron distraídos por la presencia del impresionante y alto masón rubio que lo había secuestrado y que en ese momento entraba a la habitación.
K y Hiro se miraron, se enfrentaron como un en un duelo con sus miradas y K sonrió al notar que su chico estaba amarrado, así que Hiro había dado problemas. Levanto su mano haciendo una señal y de detrás de el apareció una mujer que dejo una bandeja con frutas en una mesa baja que había cerca de donde estaba Hiro y otra que dejo una jofaina con agua con unos paños. Volvieron a salir al hacer esto.
K se acercó a Hiro y se inclino para quitarle el pañuelo de la boca. Hiro lo siguió observando fijamente en silencio. K tampoco hablo, simplemente lo observó un rato mas en silencio antes de ir por la jofaina de agua que dejo en el suelo y tomando un paño de lino lo mojo en el agua limpia y trato de limpiar el rostro de Hiro, pero este volteo con brusquedad la cabeza a un lado. K sonrió maliciosamente y trato de acercar el paño de nuevo pero tuvo que retroceder su mano con brusquedad cuando el joven griego trato de morderlo. Una vez más y otro intento de mordida. El rubio frunció el ceño arrojándole el paño a la cara, mientras el griego nada acostumbrado a ser tratado así lo miraba con rabia. K le soltó las manos con tranquilidad, con la seguridad de que podía reducirlo sin problemas.
-Anda y límpiate-le dijo señalándole la jofaina de agua, pero el orgulloso griego solo lo miro con altivez sobando las muñecas ahí donde las cuerdas habían echo demasiada presión.
K le acerco a Hiro la bandeja de fruta mientras tomaba una manzanar. Pero nuevamente el orgullo del griego le impedía aceptar.
-Bien muérete de hambre.
Le dijo K encogiéndose de hombros.
-Idiota-Murmuró Hiro molesto por lo bajo, en un susurro solo para si, aunque K lo escucho no dijo ni hizo nada con una sonrisa triunfante al ver como el griego renuente y con hambre terminaba por tomar un durazno, que saboreo con tal inconsciente sensualidad que K tuvo que contener el impulso de arrojarlo ahí mismo sobre las pieles y montarlo, mostrando quien era su varón. Pero se contuvo tenia todo el tiempo del mundo, por que para eso K había llevado a Hiro consigo, para que fuera su amante ese griego, hermoso y salvaje era perfecto e indicado para ser su compañero de cama.
***
Tohma por otro lado había sido llevado por un grupo de jóvenes y simpáticos donceles masones al manantial donde lo habían desnudado y metido al agua para lavarlo. Tohma había tratado de detenerlos, pero los risueños jóvenes eran muy escurridizos y simpáticos, solo sonreían cuando el rubio trataba de alejar sus manitos de su cuerpo y de su cabello. Así que el rubio viendo que era inútil término por sonreír a los simpáticos mozalbetes y dejarse. Lavaron su cuerpo de forma concienzuda pero respetuosa en ningún momento trataron de propasarse con el. Limpiaron su rubio cabello y lo desenredaron, fascinados con el. Al final lo hicieron salir del manantial entregándole algunos linos para que se secara y luego lo vistieron con una hermosa y larga túnica blanca que le quedaba como un mismísimo sueño.
Paresia todo un ángel y así pensaban los hermosos y emocionados jóvenes que no dejaban de parlotear en su extraño dialecto mientras lo hacían sentarse sobre una manta y le llevaban fruta para que comiera mientras ellos trenzaban sus cabellos con hermosas y pequeñas flores blancas.
El pobre Tohma no entendía ni que diablos pasaba, pero tampoco tenia ánimos de pelear con los jóvenes eran demasiado simpáticos.
-Alguien habla Griego, por favor?
Pregunto ya algo cortado por no entender nada. Los jóvenes se miraron entre si riendo y asintieron.
-Si todos lo hablamos.-Dijo al fin el que paresia ser el mayor de ellos. -Yo soy Taki-Se presento el muchacho.
Tohma asintió algo cortado por que todos los jóvenes hablaran griego y no se lo dijeran hasta ahora.
-Me podrían decir que pasa?-Pregunto el rubio dejando las uvas que saboreaba en la bandeja.
Taki rió travieso.
-Lo preparamos para su boda con Ryu.-Dijo Taki soñador.
-Que suertudo es rubio bonito-Suspiro uno de los jóvenes.
Mientras el pobre Tohma palidecía con incredulidad.
-¿Bo... Boda... mi... mía... con el... idiota... Bruto?-Pregunto en estado catatónico Tohma.
Continuara...
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