Todo va bien, salvo por el pesado de la mañana, me apresuro a dirección ya que mi obaa – chan no toleraba los retrasos y yo iba una hora tarde.
- Hola se encuentra obaa – chan
- Pasa Naruto - sama tiene rato esperándote y tiene el rostro bastante enojado – sentí un escalofrió cuando Shizune – nichan me dijo eso.
- Bueno espero que no me vaya mal – suspire y toque la puerta.
- Adelante – la voz firme y autoritaria de mi obaa – chan me daba miedo.
- Con permiso – entre a sabiendas que era capaz de recibirme con un golpe por lo tarde que iba, pero no ocurrió y vi el por qué mi abuelo estaba ahí tirado con pinta de estar inconsciente.
- ¡UZUMAKI NARUTO! – el tono en que lo dijo hizo que me parara y la saludara de forma militar – me puedes explicar debido a que debo tu repentino retraso, debiste haber venido en el momento en que te lo dijeron.
- Lo siento de verdad, lo que pasa es que mis nuevos compañeros me acorralaron y comenzaron a hacerme preguntas…
- Y como no puedes quedarte callado – me interrumpió, que bien me conoce – de seguro ya saben que Minato es tu padre…
- Si pero no les he dicho que tu eres mi obaa – chan y que ero – senin es mi abuelo…
- ¿Cómo me llamaste? – comenzaba a despertarse – mi nombre es Jiraiya escuincle y el que seas mi nieto no te da derecho de que me llames así no sé por qué Minato no te educo de mejor manera…
- Al menos él me educo – me molesto su comentario – ya que tu nunca lo llevaste a tus excavaciones – así es mi abuelo es arqueólogo y una de los más reconocidos, así que en mi sangre corre la adrenalina por la aventura.
- ¡BASTA!, Naruto hablamos con tu mamá y llegamos a un acuerdo – lo dijo de forma bastante seria.
- ¡¿Acuerdo?! ttebayo – lo dije sin pensarlo,
desde hace tiempo ha tratado de hablar sin esa pequeña muletilla que tengo pero a veces no lo logro.
- Si el acuerdo es el siguiente, si te comportas como una persona normal de tu edad durante los dos años escolares, permitirá que regreses con tu padre, para que viajes todo lo que quieras, podrás seguir escribiendo si eso es lo que quieres, pero tienes que tener las más altas calificaciones y ser el mejor en la escuela…
- Pero eso es…
- No imposible, si difícil, pero nunca imposible, tu sabes bien que un Namikaze con sangre Uzumaki no conoce la palabra imposible, Naruto eres mi único nieto a si como Minato es mi único hijo, yo no veo mal el que viajes con tu padre, pero incluso el mismo piensa que te estás perdiendo de muchas experiencias que la mayoría de los chicos de tu edad tienen.
- Pues que injusto ttebayo – me molesto ese comentario – él se fue de su casa cuando tenía doce de edad, regreso a los dieciocho para casarse y a los diecinueve ya era papá ala ves que se celebraba su primera exposición de arte donde me utilizo como modelo en una fotografía…
Algo que los Namikaze era suerte y todo lo que queríamos lo conseguíamos a base de esfuerzo, bueno Tsunade obaa-chan era diferente en el juego nunca ganaba nada, situación por la cual tiene prohibido jugar tanto por mi abuelo como por mi padre, pero como dicen afortunada en el amor desafortunada en el juego, ya que ella contaba con el amor de mi padre, el de mi madre, el mío e incluso el de su esposo, ya que aun que este fuera un viejo pervertido nunca se ha atrevido a engañarla, aunque a veces pienso que es debido al miedo por la paliza que le daría.
- Y tú, te fuiste de tu casa a los siete y a los nueva ya tenias tu primer libro publicado “Sueños contados por una almohada”, sabias de botánica y hablabas español además del japonés – era verdad, nunca me costó aprender otros ideomas ya que como era un niño lo aprendía rápido, pero era para poder entenderles a mis amigos.
- Porque es tan difícil convencer a mamá, nunca me ha pasado nada…
- Aja, recuerdas cuando te caíste durante una excursión en México…
Era verdad me caí de la lancha cuando tenía once y un cocodrilo nadaba hacia mí, un buen hombre se lanzo al mar a sacarme y después de una breve lucha entre cuatro personas lograron atraparlo, le pusieron cinta en el hocico y así fue que pude tocar uno, eso fue en Chiapas cuando fuimos a visitar el Cañón del Sumidero, cuando fuimos a Argentina, a las cataratas del Iguazú tuve un breve encuentro con una serpiente lampalagua o boa constrictor, un hombre la agarro y pude tocarla, una vez dentro de del campamento en mi zapato encontré un alacrán, no me pico pero el susto fue grande, una vez caí al rio y las sanguijuelas se me pegaron a la piel, fue realmente doloroso, además de los mosquitos y otras cosas, varias veces enferma del estomago, pero cada aventura me daba conocimientos, por ejemplo debido al incidente del rio aprendí a nadar, a causa de las serpientes aprendí acerca de ellas y como tratar las mordeduras de las mismas e incluso aprendí acerca de plantas que a veces usan donde no hay medicamentos, puedo estar semanas en un bosque sin morir de hambre, aprendí a usar cuchillos y machetes y a defenderme con ellos, aprendí a pescar, se hablar español, ingles, portugués además de mi idioma materno el japonés, aprendí defensa personal principalmente la capoeira, ya que también estuve en Brasil, kickboxing que me lo enseño mi papá y para eso tuve que aprender karate. Se usar armas de fuego de echo tengo permiso para portarlas, pero solo durante las excursiones.
Ustedes se preguntaran por que un artista y un escritor necesitan todo esto, en nuestros viajes a veces tratan de asaltarnos y los lugares más hermosos siempre están en lugares de difícil acceso para el hombre, por eso mismo dentro de mis múltiples conocimientos también están el alpinismo y paracaidismo, además de que esos lugares siempre están plagado de peligro, todo eso es necesario para poder viajar así como nosotros lo hacemos, claro que para mi punto personal de vista lo que hacemos mi papá y yo es divertido no peligroso.
- Bueno ya entendí ttebayo, daré mi mejor esfuerzo para ser una persona “normal” y después me regresare con mi padre a la Sabana…
- O a donde quieras – me interrumpió – por cierto ya perdiste esta hora a si que ya tienes tu primera falta espero que te apliques ya que aun siendo tu abuela, soy la directora de este colegio y no voy a tener preferencias contigo.
- Si tratare de no ocasionar ningún problema directora Tsunade ttebayo – repare en una cosa mi abuelo no había hablado nada desde que despertó, mmm… creo que lo mejor será preguntarle – abuelo, por cierto, ¿qué haces aquí?
- Bueno tu sabes que Minato me pidió que me asegurara de que estés bien y cómodo…
- Lo extraño – lo interrumpi – me aburriré mucho aquí ttebayo…
- …l lo sabe así que me pidió que te diera esta noticia antes de que parta a Egipto…
- Cual noticia ttebayo – lo interrumpí por que ya lo quería saber.
- Bueno recordaras a la pequeña que conociste en México, la que te salvo cuando te caíste al rio y la corriente te estaba arrastrando…
- Como olvidarlo ttebayo, gracias a ella aun estoy aquí, además de que fue ella quien me enseño a nadar…
- Se quedara aquí contigo, así que podrán seguir jugando a la selva – dijo riéndose
Mis ojos se abrieron como platos, no lo podía creer, Maya es una gran chica, la encontramos en las calles de Real de Catorce, en el estado de San Luis Potosí y no las llevamos a nuestra excursión ya que necesitábamos a alguien que hablara dialectos y ella solo hablaba eso y español, así que nos la llevamos, después del accidente nos volvimos amigos, ella fue la que me enseño español y padre se encariño con ella así que al final la adopto como pupila.
- ¡SUPER!, no lo puedo creer, gracias papá, gracias de verdad ttebayo – grite, salte, corrí, la felicidad era mucha y mis abuelos reían con migo.
- Así que ya sabes, ella te enseño toda su cultura, ahora es tiempo de que tu le enseñes la tuya, así que, nos vemos – le da un beso en la frente a obaa – chan, se dirige a mí y me revuelve mi cabello para después salir.
Mi abuelo era un hombre de cincuenta años, su cabello largo y blanco con dos raras líneas rojas que comenzaban debajo de sus ojos y corría por sus mejillas, su principal oficio es maestro de historia y arqueología en una universidad, pero a veces participa en excavaciones y en sus ratos libres escribe libros, el más conocido es el Icha Icha Paradise, que por supuesto no tiene nada que ver con la arqueología, es un libro para salidos, pervertidos igual a él.
Mi abuela era una mujer de igual edad que mi abuelo, pero al igual que mi padre los años le pasaban de largo ya que nadie le daba más de treinta años, su cabello es rubio peinado en dos coletas laterales, sus ojos color miel y con una delantera impresionante, ella es la dueña y directora del colegio konoha, pero solo es dueña del 50%.
Mi madre Uzumaki kushina es la dueña del otro 50% del colegio, una mujer hermosa de cabello rojo, sus ojos azules y cuerpo precioso según mi papá, pero ella decidió ser ama de casa.
Mi familia es hermosa y me gustaba, la verdad es que no podía pedir más por el momento o tal vez si, ir a la Antártida.
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