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Pastel de calabaza por saylor_mero

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Notas del capitulo:

Hola~~ *esquiva puñales asesinos*

Cuanto tiempo~;__; Lo siento, como siempre D:

Traigo conmigo un capi corto pero intenso~

Enjoy~~! :D

 

-Recuerdo cuando Hermione te pegó un puñetazo en tercero. Saliste corriendo como alma que lleva el diablo.

Draco le miró con una ceja levantada, poniendo cara de malas pulgas, mientras se metía un pedazo de carne asada en la boca.

-Oh, te lo merecías.

El rubio tragó con dificultad y frunció el ceño.

-¡Ese bichejo del demonio casi me mata!

Harry ahogó una risotada en su copa de cristal.

-Tú le insultaste primero.

Draco le miró desconcertado, sin poder encajar que le igualara en derechos un hipogrifo con mala leche.

-Además, él sólo te rompió el brazo, tú hiciste que le condenaran a muerte.- Harry levantó las cejas, vistorioso, provocando que Draco arrastrase la mirada por toda la mesa.

-Creo que hirió más mi orgullo que mi brazo.

-Y luego Hermione te lo bajó de un plumazo.

-Cállate.

Harry rió, divertido con la actitud de Draco. Era extraño hablar de esas cosas con él, sentados en la enorme mesa del comedor, vestidos con túnicas de gala, mientras Kreacher les servía un postre navideño. No se sentía mal del todo. Nada mal, en realidad.

-¿Recuerdas cuando Lockhart te dejó el brazo como si fuese plastilina?- Harry dejó de masticar para mirarle con reproche- Lloré de risa en esa ocasión.

-¿Y cuando Moody te convirtió en hurón delante de todo el mundo?- contraatacó Harry- Eso sí fue divertido.

-¿Ah, sí?- Draco apoyó ambas manos sobre la mesa y reclinó su cuerpo hacia adelante, en posición de ataque- ¿Qué me dices de cuando tuviste que empezar el baile en cuarto?¡Parecías un gryndilow encima de una plancha!

-¿Un qué..?

-Un grynd…- Draco se interrumpió, dándose cuenta de lo que estaba diciendo, y ambos rompieron a reír escandalosamente, sin más. Harry sintió como algo le apretaba el pecho sin piedad hasta casi dejarle sin aire. Y, cuanto más le regalaba Draco su imagen alegre, más cruel se hacía esa sensación.

Kreacher recogió los platos de postre, vestido con el delantal más limpio que de costumbre, y se desapareció con un chasquido. Draco se desabrochó un botón de la túnica, relajado.

-¿Te apetece beber algo?

El rubio levantó la vista hacia Harry.

-¿Algo como qué?¿Cerveza de mantequilla?

-Mejor- Harry se levantó y se dirigió al anticuado mueble del comedor, sacando de él un par de botellas de cristal cerradas con corcho- Licor de Madame Rosmerta.

Draco se incorporó, expectante.

-Nunca había oído hablar de eso.

Harry sonrió con superioridad.- Esto se fabrica sólo para los clientes más selectos. Cada botella cuesta un ojo de la cara. No probarás nada mejor en tu vida.

Draco respondió con una sonrisa de autosuficiencia.

-Bien, probémoslo entonces.

Harry asintió al tiempo que alcanzaba unas copas y descorchaba la primera botella.

                                                ***********************

-Deberías dejar de beber, ¿no te parece?- reprochó Harry, observando cómo Draco, a causa del alcohol, empezaba a reírse solo, y abandonaba su típica elegancia poniendo los pies sobre la mesa.

-¿Sabes que te digo, Potter?- Draco le señaló con el dedo índice, intentando enfocarle-Que me da igual. Que me lo merezco.

Harry rió, divertidísimo por alguna razón, y volvió a alzar su copa, brindando con el aire y llevándosela a los labios.

-¿Sabes?- Draco meneó su copa de tal manera que casi se derrama, y arrastró las palabras, que parecían anclársele a la lengua- Si alguien en Hogwarts me hubiese dicho que iba a estar aquí bebiendo contigo, yo mismo le hubiese golpeado.

Harry bebió más y rió.

-Tú no, hubiesen sido Crabbe o Goyle.

-No es cierto.

-Por supuesto que sí, siempre has sido un flojo, Malfoy.

-No abuses de mi amabilidad, Potter, que te lanzo la copa a la cabeza. O lo haría si estuviese vacía.

Harry se carcajeó, contagiándole su risa a Malfoy. Saboreó el momento, conforme. No se arrepentía en absoluto de no haberse quedado con los Weasley. Quería estar justo ahí, justo en aquel momento,  que por alguna razón se le antojaba incomparable.

-Es cierto que eres un flojo, mira que poca tolerancia al alcohol.

-No has bebido ni la mitad que yo, Potter. En las fiestas que nos pegábamos en Slytherin siempre era el último que quedaba en pie.

El moreno rió con burla, alcanzando la otra botella, casi vacía.

-Permíteme que lo dude.

-Si hubieras estrechado mi mano en primero, lo habrías comprobado.

-Entonces no llevarías una marca en el brazo, Malfoy- Draco perdió la sonrisa y le miró, desconcertado- Yo mismo me hubiera encargado de que eso no ocurriera.

Harry levantó la vista y la clavó en la del rubio, mirándole seriamente. Sabía que había hablado de más, y que lo último que había dicho había sonado demasiado…extraño. Apartó la vista de nuevo, y se concentró en servirse el licor sin derramarlo, notando aún la mirada escrutadora del otro sobre él.

-¿Sabes una cosa, Potter? En realidad yo te envidiaba. Aún lo hago, de hecho.

Harry abrió los ojos con sorpresa y le miró.

-Yo estaba rodeado de gente, pero estaba solo. Piénsalo, la gente se acercaba a mí por interés, por mi posición social, tal vez por miedo. Pero tú siempre tuviste a Weasley y al sang…a Granger, que estaban contigo porque sí, para todo, sin ningún tipo de interés. Yo jamás he tenido un amigo de verdad.

Harry entornó los ojos y apoyó la copa, sin perder el estupor.

-Es más…-Draco bajó el tono de voz. Parecía estar hablando para sí mismo más que para que Harry le oyese, como una introspección en voz alta-..lo que en realidad me molestaba, es que fueses amable con todo el mundo, y que siempre hubiese en tu rostro una sonrisa para quien la quisiese…menos para mí. A mí me rechazaste desde el principio. Incluso cuando venciste al Señor Tenebroso, tuve la sensación de que lo hacías por el resto del mundo, menos para mí. Jamás pensaste en salvarme a mí cuando te enfrentaste a él.

El corazón de Harry empezó a latir tan fuerte que temió que el rubio lo oyese. Su estómago se encogió y su mente se bloqueó. No sabía que pensar, ni qué decir, se limitaba a sentir lo que venía, sin pararse a analizarlo. Sintió como empezaba a darse cuenta de algo, algo importante, algo grande, algo que había estado siempre ahí. Y empezaba a ponerle un nombre.

-Pero ahora me estás invitando a beber y te estás riendo conmigo. Incluso me resulta más satisfactorio que que me hayas traído a tu casa y me hayas ofrecido tu hospitalidad.- Draco sonrió levemente y Harry sintió que iba a explotar- Me gusta esta sensación.

El rubio calló, y el silencio fue denso y pesado. Harry sintió que su corazón terminaría por salírsele del pecho, si es que seguía en su sitio. De repente toda su vida le pareció insignificante, Ron, Hermione, los Weasley, Teddy… todo le pareció prescindible, si Draco estaba ahí. De repente pensó que podría dejarlo todo por él, y se asustó. Quiso abrazarle. Y nunca soltarle.

-Malfoy…

Draco le miró directamente, y Harry se estremeció.

-¿Recuerdas el regalo de Navidad de esta mañana?- el rubio asintió despreocupado, como si acabase de contarle la vida del escarabajo macho en vez de semejante confesión- Pues verás…en realidad, ese no era el regalo que te tenía preparado. Hay algo más.

Draco levantó las cejas y observó a Harry murmurar un Accio agitando su varita, atrayendo un paquete rectangular de color azul chillón.

Harry sostuvo el regalo un instante y se lo alargó a Draco, que tardó en reaccionar y lo alcanzó, ladeando la cabeza.

-Espero…que te guste.

Draco rompió la envoltura por una esquina, y Harry arañó la mesa con nerviosismo. No tenía ni idea de cuál iba a ser la reacción de Draco, y temía que se enfadase y le gritase mil cosas que desdeluego, él no quería oír.

-No es posible.

Harry salió de sus pensamientos y miró al rubio. Éste mantenía los ojos tan abiertos que no parecía sano, y sus manos temblaban a los lados de una pequeña caja. Vio como sus dedos acariciaban con ternura y máximo cuidado las líneas doradas en relieve, y cómo acariciaban la madera con sumo cariño.

-Esto…Esto, Potter…Esto es…

Harry se mordió el labio inferior y le observó con detenimiento, permaneciendo en silencio.

-…¿Cómo has..?

Draco parecía no poder terminar ninguna de sus frases. La voz le temblaba tanto como las manos, y sus ojos parecían no querer despegarse de su preciada caja de música.

-Es..Es una larga historia.

Draco asintió levemente, olvidando lo que había preguntado. Pasó el dedo índice por el cierre y levantó la tapa, dejando salir un pequeño destello de luz, para cerrarla de golpe, negando con la cabeza.

Harry sintió entonces su cuerpo moviéndose solo, acercándose a Draco y sentándose a su lado. Alargó su mano y la colocó sobre la de Draco, sobre la tapa del cofre, y la abrió, despacio, como queríendole regalar su fuerza. El rubio dejó que Harry le guiase, y las luces, azules y plateadas, comenzaron a salir, libres después de mucho tiempo, inundando los ojos grises de Malfoy, que ya no podía apartar la mirada.

Harry suspiró, clavando sus ojos en los ojos llorosos de su compañero.Pasó la mano que no sostenía la de Draco por su pelo, brindándole una caricia suave y llena de apoyo, y le acercó a sí, sorprendiéndose cuando el otro de dejó caer sobre su hombro, provocando un ligero y tenue abrazo.

-..Yo no..yo..

-Shh, calla. No tienes que ser fuerte siempre. Relájate sólo por hoy. Mañana no recordaré que has sido débil.

Harry le apretó más contra sí, sin encontrar resistencia. Respiró su aroma, queriendo grabárselo a fuego, y deseó poder arrancar su dolor como si se tratase de una mala raíz.

Las luces azules, suaves y líquidas, empezaron a envolverles , como protegiéndoles de todo lo malo que pudiera llegar.

-¿Potter?

-¿Mmh?

-… Feliz Navidad.

Notas finales:

~~~~~<3<3<3

 

Por cierto...dudo mucho que Draco sepa lo que es la plastilina...y menos una plancha. Sí, lo sé, he metido la pata, pero es que no se me ocurren artefactos o sustancias mágicas que sirvan para la situación (?) xD

 

Nos leemos! :D


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