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Bilogía por OdiumAmoris

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Notas del capitulo: |#Track: Bedshaped – Keane.

Despertar y saber que alguien en tu costado te acompaña, que comparte tu mismo espacio y disfruta de tu compañía era algo que sin duda  lo seguía embriagando pese al tiempo. Sasuke es de tener pocos amigos, de reconocer a menos en su vida y de aceptar una pareja estable. Nunca pensó que su piel se enfebrecería al tocar otra, que su cuerpo reaccionara y  cautivara al otro a entregarse a él. En su calculadora mente nunca se le cruzó la idea de despertar al lado de Deidara, como tampoco jamás imaginó que aquello se sintiera tan bien.


II – Incertidumbre


 

Las piernas contrarias se enredaron en las suyas, le picaron un poco producto del vello pero no al punto de molestarle tanto. Observó los omoplatos contrarios y negó con su cabeza mientras intentaba levantarse. Suavemente posesionó sus manos en el larguero de la cama y sin demasiado alboroto abandonó aquel lecho de privacidad hasta encaminarse y perderse en los pasillos del departamento. Todo estaba en absoluto silencio, ya que a ser fin de semana Itachi aprovechaba aquellos días para visitar a su novia a casa, cansado ya de ser el único Uchiha sin pareja —mas bien: cansado de que Sasuke metiera demasiado ruido con el rubio—. Por lo tanto a estas alturas de su vida el fin de semana tenía la posibilidad de pasar tiempo a solas con su rubio; preparó su baño de agua caliente mientras paralelamente ponía agua a hervir en la cocina, para cuando ya hubo salido  la cocina expelía algo de vapor. Desganado instaló todo para un desayuno ameno antes de despertar a Deidara —quien tenía el sueño bastante pesado—.

—Deidara —llamó claramente al mecerlo con algo de suavidad —, no tendré más compasión si no despiertas pronto —: Nada. Él no era un chico con mucha paciencia que digamos —. Está bien, llamaré a Sakura, estoy seguro que ella sí querrá desayunar conmigo.

Nuevamente nada. Se encaminó hasta su teléfono marcando con rapidez los números para luego volver a hablar.

—¿Sakura? Sí soy yo, me preguntaba si...

—¡Ni lo intentes! —su pareja tenía cierta aversión por las chicas, y aún más por las hermosas. Aquel rubio bastante seguro de su vida se sentía como un niño pequeño. Él sabía que no podía competir con una mujer, no tenía senos ni ovarios. Tampoco podía darle hijos, ni mucho menos sería tan sumiso como ellas: le temía a lo que representaban, lo que él no podía darle al Uchiha —, ¡ya me desperté! —volvía a gritar mientras desnudo le quitó el inalámbrico a su pareja y cortó sin miramientos —; tengo hambre —masculló una vez más antes de jalar al menor hacia la cocina.

—¿No te vestirás? —el sonrojo podía estar latente, incluso los orbes zafiros demostraban enfáticamente que se encontraba avergonzado de su carencia de ropas y el pudor apareció vehemente, pero si algo sabía Sasuke de Deidara era su incorregible orgullo.

—No, tomaré desayuno así —aseveró mordaz mientras caminaba rápido hacia la cocina. El de cabellos oscuros lo dejó pasar,  después de todo estaba acostumbrado a aquellos ataques de ‘dignidad’. Al llegar al desayunador encontró al rubio retorciéndose un poco por el frío, por lo cual sin mediar nada le colocó la bata que él traía puesta quedándose sólo en pijama —. Te dije que...

—Lo sé. Ahora calla y come —masculló suavemente antes de posicionarse al frente de su pareja.

Su pareja no era fanático del silencio, por lo cual comenzó a parlotear quién sabe qué bienaventuranzas tuvo en el exterior, que Hidan seguía diciéndole rubia, Kakuzu se gastó el dinero en un casino con el fin de hacer más fondos para el viaje, Tobi lo despertaba temprano para poder salir a caminar cuando el sol siquiera salía y barbaridades completas de sus extraños paseos o juergas.

—Entonces el idiota de Tobi dijo: “Deidara-senpai, si tienes frío yo puedo hacer lo mismo que Sasu-chan”, entonces lo golpee y le grite pervertido, y los demás se rieron porque Tobi creía que tú sólo me abrazarías, entonces el idiota de Itachi-san va y dice “Tobi, Sasuke le hace cosas porno a Deidara para que se caliente”... ¡Y lo peor de todo es que el idiota de Tobi luego se metió en mi carpa y quiso manosearme! Al final... —el sonido del teléfono distrajo al mayor de su relato bastante extenso y de mal gusto. Mientras Sasuke contestaba Deidara farfullaba palabras tales como ‘Interrupción de la vida privada’ entre tantas cosas.

—Era Naruto. Se me ha olvidado que hoy quedé de ir con él a un Goukan.

—¡¿Qué?! —el artista frunció el ceño notablemente notando su descontento, su novio había decidido a ir a esas salidas masivas de jóvenes sin pareja y pasárselo bien —, ¡No irás!

—Deidara, fue una promesa. Y ahora vístete que nos vamos a la dichosa junta.

—Pero...

—Nada, tu baño ya está preparado.

Si había algo que ambos reconocían como pareja, eran sus ataques de posesividad y celos. El Uchiha nunca soportó la descarada coquetería de algunas personas para con el rubio, mientras que Deidara envidiaba hasta las sábanas en las cuales Sasuke dormía, preso de su propia inseguridad en el amor al reconocer por primera vez verse tan dependiente de una persona; no quería salir herido —el menor lo comprendía y por eso soportaba aquellas muestras de explosivo carácter— pero no dejaría de ser él, así que —tomando medidas preventivas— decidió llevar a su novio a las salidas hasta que se le quitara la sensación de infidelidad.

—Me voy a ir sin ti si no te apuras rubio.

—¡Ya voy maldita sea!

Mientras Sasuke se vestía sonreía cáustico por  los hechos.


Eran ya las cuatro de las cinco de la tarde y el rubio amigo de Sasuke —Naruto— no veía al amargado por ningún lado. Sabía que anoche probablemente el menor haya tenido de esas largas sesiones amatorias pero él nunca faltaba  a su palabra, fue así que tras un estacionamiento rápido y bajada de príncipe de cuento apareció el Uchiha entre ropas oscuras y gafas de sol, mientras que a su costado el irascible de su novio salía con sus rubios cabellos atados dejando ver sus orbes hastiados. Uzumaki suspiró agotado —quizá a sabiendas que esperaba algo así por parte del rubio— y agitó su mano señalando su ubicación con efusividad. Colocaría aquella felicidad instantánea antes de ganarse las palabras hirientes del nuevo novio de su amigo.

—¡Aquí bastardo! —chilló el rubio con una gran sonrisa.

—Ya te vi idiota —si bien Sasuke no alzaba la voz el rubio sabía perfectamente las palabras masculladas a la lajanía, y por el rostro de mala hostía que traía Deidara apostaba su mesada a que lo había  ‘obligado’ a ir.

—Hola Deidara-san —saludaba de nueva cuenta regulando su tono de voz. No era de desconocimiento de sus amigos —inclusive del mismísimo Uchiha— que hubo ‘algo’ más que una amistad entre él y el Uchiha, y para Deidara aquello significaba dos cosas:

1: No era el primer hombre en la vida de Sasuke.

2: Su novio era Bisexual.

Y digamos que su condición física no alentaba a decir “No Uchiha, tú no me gustas”. Rió ante aquel pensamiento, el idiota que negara a Sasuke se arrepentiría de sólo pensar aquello sumando el hecho de que se tendría que lanzar del puente más cercano; todos lo codiciaban.

—Naruto ‘hum —y era precisamente aquel rubio al que más le temía. Sasuke no se separaba de él ni a sol ni a sombra,   y no por lazos idílicos, sino porque aquella estorbosa persona es y será su mejor amigo.

—Qué amargado —bisbisó entre dientes mirando de reojo al moreno —. Bien, ¡ya estamos todos! —volvió a gritar de emoción mientras se volteaba y allí fue cuando pudo observar la magnitud de la reunión. Más de una veintena de personas se encontraban a sus lados y sólo al ver a Sasuke las sonrisas sinceras pasaron a ser pícaras y el interés comenzó de la manera más devastadora que pudo.

—¡Sasuke-kun, cuánto tiempo! No te veo desde nuestra clase de Biología Molecular. ¿Cómo has ido?

—¡Oh Sasuke! Te quería consultar algo respecto a unos trámites que estoy realizando.

—¡Hola Sasuke!

—¡Uchiha cuánto tiempo!

—¡Sasuke!

—¡Sasuke-kun!

—¡Uchiha-kun!

— “Sasuke, Sasuke, Sasuke y más Sasuke”  —el menor admiró en su pareja con una clara idea en ella «Explotará pronto» — “odiosos mocosos chillones, roba novios, frustrados sexuales, acosadores”.

Naruto, viendo venir la ira del mayor, los mandó a pasar a todos al local en el cual estaban parados. Juntaron mesa tras mesa y comenzaron a conversar de todo un poco.

—Entonces Sasuke-kun dijo: “No es que no me gusten los dulces, soy alérgico a ellos”  y yo me reí tanto —‘estúpida Fan’. Fue lo que razonó al poco tiempo. Estaba cansado, no había visto al Uchiha en una semana y cuando por fin podían estar juntos lo llevaba a una condenada reunión de ‘FC Uchiha Sasuke’. Tenía plenos conocimientos de que su pareja era egocéntrico, pero él era quien se quejaba de las chillonas —o chillones— después, afiló su zafiro mirada para posarla en el mejor amigo rubio quien le hablaba animadamente moviendo manos y sonriéndole socarronamente, definitivamente no se iría de allí, aquel mocoso era un peligro.

—Entonces quedamos en eso —alcanzó a escuchar Deidara y el poseedor de marcadas obsidianas asintió mientras bebía algo.

—¡Sasuke!

— “Oh Dios” —pensaron al mismo tiempo Sasuke y Naruto — “... y lo peor de todo es que no sé que hicimos ahora”.

—¿Qué sucede? —indagó pasivo el menor, no quería ponerse a pelear en medio de un local.

—Tengo hambre —farfullo como un niño pequeño.

—Está bien. Camarero —enunció llamando al muchacho que los atendía —. Podría traernos por favor cinco platillos de Sushi, dos de Otoro, dos Tempura, tres Sashimi, cinco Nebemonos y cinco platillos de Ramen —pidiendo por todos, y sabiendo los gustos ya que no era primera vez que salían todos, la precisión de sus palabras y la dedicación de escuchar —aunque sea un poco— las conversaciones de los demás los hizo sonreír un poco —. ¡Ah!, dos botellas de saque y los demás sólo queremos jugo natural. Allí cada quien pedirá lo que desee.

Más amurrado que nunca su pareja se dejó vencer por hoy, y disfruto de la variedad de Sushis que hubo pedido su novio, como también un Nabemono. Naruto comía como poseso su ramen y el de reflejos azulados sólo se echaba uno y que otro casual Otoro a la boca;  le sirvió Sake a su pareja ya que no le gustaba tomar aquellos jugos que preparaba el local, y se sirvió a sí mismo sonriendo un poco al saber que casi nadie sabía aquel hábito de su novio —excepto aquel condenado rubio—.

Ya era de noche cuando abandonaron el local para irse a un Karaoke, desanimado porque la velada al parecer no tenía fin, el mayor compuso un nimio rictus de agotamiento, que como siempre no paso desapercibido por el contrario.

—Me tengo que ir Naruto. Nos veremos otro día —sin mediar palabra alguna se dio media vuelta sabiendo que el artista lo seguiría.

—¿A dónde vamos? —inquirió bostezando un poco y agarrando la mano del contrario.

—A casa, estás cansado —“y te has puesto meloso” pero aquello lo dejó para sí.

Para muchos Deidara podía ser demasiado asfixiante —y lo era realmente—, demasiado celoso y irascible. Pero aparte de aquella gama de mal humor que siempre traía entre sus brazos, era alegre, le sonreía con frecuencia y le gustaba su terquedad, como también aquella parte en la cual podía ver lo dependiente que era de su persona, como ahora que no quería siquiera soltarlo.

—Deidara —llamó suavemente con una altiva sonrisa.

—¿Qué?

—Entre Naruto y yo no hay nada —aseveró francamente.

—Lo sé —y a pesar de que tenía conocimiento de ello no podía evitar tener miedo —. Es tú culpa de ser condenadamente sensual a los ojos de los demás —murmuró antes de caer dormido.

El Uchiha negó con la cabeza. Algún día él tendría que confiar en sus sentimientos, y esperaba que no fuera a decirle infiel.


Notas finales:

Tengo sueño, el Hentai no me entretiene y encontré un Dou de Ouran Host Club que no he leído. Me demoré más de lo habitual, pero entregué todo lo que quería escribir. Espero tener pronto Xenogamia, y muchas gracias por comentar, pensé que esta historia se quedaría en cero x’D.

Nos vemos en una próxima actualización.

MTG



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