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The Show must go on por giovanetta

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Notas del capitulo: holi, muchas gracias por seguir este fic, al fin el último capi, muchas gracias por todo, cuídense y disfruten ^-^
The Show Must Go On


Capítulo Final "Soportando el Dolor"



Había llegado el ansiado momento. El segundo en que te conviertes en madre y pasas por ese proceso que jamás olvidarás.


Desde la madrugada, Harry sentía su vientre muy duro.


Aquel malestar no hacia más que acrecentar el temor que ahora invadía sus sentidos.


Las contracciones venían una y otra vez. En secuencias de 5 minutos entre una y otra.


Como pudo, se levantó del sillón y puso sus hinchados pies en el suelo. Con un hilo de voz, intentaba alertar a Draco. Su amo.


Se afirmó de los pilares de la cama y con pasos cortos, llegó a su lado. Como si le fuese a herir tocándole, le acarició sus hebras doradas. Vino otra contracción y tuvo que reprimir aquel gritito y respirar lo más pausado que pudo.


-Draco- le dijo al oído- va a nacer... el bebé va a nacer- le decía tratando de mantener la cordura en esa situación tan adversa.


De pronto, sintió mojadas sus piernas. Había roto la bolsa. Se sentó en la cama y volvió a hablarle.


-Draco... el bebé va a nacer- repitió con la misma voz cansada y algo baja.


Harry, algo exasperado porque el rubio no despertaba, le tiró el cabello no demasiado fuerte. Por el impacto, Draco despertó irritado. Eran alrededor de las cuatro de la madrugada y lo despertaban. Debía ser algo importante. De vida o muerte.


Se encontró con esos ojos verdes esmeralda y notó su respiración agitada. El estremecimiento de su cuerpo y lo que estaba a punto de ocurrir.


-¿Piensas parir aquí?- dice con voz fría y a la vez preocupado. Se levanta a toda prisa y lo toma del brazo.


Una vez vio por televisión, un parto que era en una tina de baño.


Pero él no era una mujer en estado. Era un hombre. ¿Qué iba a hacer?... con suerte sabía algo de medicina mundana. Nunca se había enfrentado a esa situación.


Le dejó sentado en una silla que tenía en el baño, frente al lavamanos.


Harry trataba de reprimir en vano los gritos y gemidos por los dolores que eran cada vez menos tolerables. Si no le iba a llevar a un hospital, lo menos que podía hacer el muy imbécil era atenderle allí mismo. No sabía cómo, pero algo tenía que hacer.


-Tal vez tu madre sepa lo que hay que hacer- dice el moreno y se aferra a la silla. Aprieta las mandíbulas con fuerza y algunas lágrimas brotaron de sus ojos. El sudor caía de su frente y se hacía notar en su cuerpo.


-Ella se fue de viaje, no regresa dentro de una semana más- dice el ojigris que no estaba menos preocupado por la nefasta situación que estaban viviendo.


Harry se levantó como pudo y jaló del cuello de la camisa a Draco.


-Harás todo lo posible para que mi hijo nazca... si te atreves a dejarme botado, te mataré, lo juro- dice y cae al suelo, doblándose por el dolor.


-Haré lo que pueda- responde y le ayuda a sentarse.


Le quitó los pantalones con cuidado y apreció el abultado vientre. Le separó las piernas, mientras pensaba qué eran lo que siempre pedían que trajeran en ese momento...


-Agua caliente y sábanas blancas- dice el ojiverde, como leyéndole el pensamiento- y unas tijeras desinfectadas.


-¿Eres psíquico?- pregunta y alza una ceja.


-¡Sólo hazlo ya!- exclama y vuelve a respirar con dificultad.


-Sólo sigue respirando y yo veré qué puedo hacer- decía aunque por dentro era un manojo de nervios.


Harry sentía que su respiración se entrecortaba a cada segundo. Era agonizante e indescriptible el dolor.


Y una presión en su pecho, le hizo perder la conciencia.


Draco en ese entonces, fue a buscar algo parecido a un bisturí en el botiquín del baño.


Lo desinfectó y colocando toallas en el piso, se extrañó que su esclavo no estuviera quejándose.


Se acercó y quedó helado. No respiraba.


-¡Oye!, ¡despierta!- le zamarreaba con fuerza. La brusquedad no le ayudaba en nada.


Con los nervios de punta, decidió actuar. Al menos el bebé debía salvarse.


Con la mano temblorosa, hizo un corte en el área del abdomen. De vez en cuando con la toalla, iba retirando la sangre que corría a borbotones.


Separó con los dedos la incisión y con algo de torpeza, fue buscando la cabeza del bebé.


Pasaron alrededor de tres minutos y al fin, pudo hallar al bebé, quien en un principio no lloraba.


Con las tijeras le cortó el cordón umbilical y le pegó unas palmadas en los glúteos.


Hasta que el bebé comenzó a llorar.


Lo cubrió con unas sábanas. Era un varón. Con la piel algo enrojecida.


Draco estaba cubierto por la sangre de Harry. Por unos segundos, creyó que no iba a poder hacerlo. Era la primera vez que traía a un bebé al mundo y era su hijo.


Tomó una aguja y la enhebró. Cosió como pudo la incisión de la cesárea y ahora venía lo más difícil de todo.


Que Harry volviese a respirar.


Le presionó el pecho repetidas veces y como un experto en primeros auxilios. Le dio respiración boca a boca y no respondía.


-No puedes morir aquí- dice Draco al borde de la desesperación. En todos estos meses sólo le había humillado una y otra vez. Demasiado tarde se daba cuenta de cuánto lo necesitaba.


Miró con rabia. Con odio. Con furia.


Alzo el puño y le golpeó el pecho. Un golpe seco y frío.


El bebé lloraba a mares. Draco lo tomó en brazos.


Aunque lo único que quería era permanecer lejos de aquella criatura.


Cuando ya lo daba todo por perdido, un quejido provino desde el suelo. Harry tosía y se quejaba.


Alzó la vista y vio a Draco con su pequeño en brazos.


Harry estiró los brazos. Sólo quería tener a su bebé allí, en su regazo.


El bebé quedó en su regazo y sólo podía mirarle. Con ternura. Con amor. Era tan bello. Tan indefenso. Era su hijo.


Harry le entregó el bebé que dormía placidamente a su padre e intentó ponerse de pie.


Pero sus piernas se doblaron y cayó al suelo.


Del nacimiento del heredero de los Malfoy pasaron alrededor de 4 años.

El niño era presentado ante la sociedad como una adquisición.


Draco y Pansy eran felicitados por ser padres de un niño tan hermoso.


Aunque se notaba de lejos que el heredero no tenía nada de su madre si tenía muchos rasgos a su padre.


Debido al condenado pasado de Draco, dudaban de que ella fuese la madre. Por un asunto de cortesía, la felicitaban.


De que había nacido el pequeño, Pansy se hizo cargo de él. Apenas supo la noticia regresó de su viaje y se lo quitó de los brazos a Harry.


Ella le crió junto con Narcisa.


Así que Harry sólo podía verle cuando ellos estaban durmiendo. Entraba sigilosamente al cuarto del bebé y mecía su cuna.


Le cantaba algunas nanas y tocaba sus cabellos dorados.


-Mi pequeño- decía y salía de la habitación.


Así lo hizo todas las noches. Se convirtió en su más leal servidor.


FIN
Notas finales: cuídense, besos, bye bye

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