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Después de todo, los zorros no podían hablar. por Necoco_love

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Notas del fanfic:

Hola! :3 de nuevo yo por estos lugares…

Bien, antes que nada quiero decir que estoy triste xD jajaja, bueno, no… confundida! Estúpidas cosas de la vida… le tomaré la palabra a Izumi-chan y desahogaré mis penas con ella xD y si no con mi grupo de amigos de “deprimidos anónimos” de mi salón, donde contamos todas nuestras penas xDD y si no, pues en “enfermos mentales anónimos” con la psicóloga de la terapia en grupo a la que voy xD

Dejando esas cosas nada interesantes de lado, hablaré sobre el fic. La idea se me ocurrió un día en clases (cosa que no es novedad xD) pero fue el semestre pasado. Mi maestra de literatura, el último parcial del semestre, nos dijo que teníamos a elegir el trabajo final: si un poema, un cuento y/o historia, un ensayo, una canción, una critica, etc, pero que fuera de nuestra propia autoría. Me fui entonces por el camino que se me hizo más conocido: el cuento.
Entré en un bloqueo cuando no supe que jodidos escribir para la jodida historia; quería que fuera algo bueno, no algo hecho el último día. Total, se me ocurrió la extraña idea de escribir un cuento donde un gato se enamora de un chico amargado con el mundo y que resulta ser más emo que nada xD
Me la pase preguntando a todo el mundo si los animales se podían enamorar de los humanos xDD todos me dijeron que si xDD total, escribí la historia con lo poco de inspiración que tenía ese momento, pero… la jodida vieja que me daba literatura no me recibió el trabajo que por que no se lo entregué la fecha especificada. Según ella se lo quería entregar con un día de retraso, siendo que ella misma me había dado esa fecha como día de entrega. Bueno, total, al final no quise hacerla de más problemas. Sobre todo por que al final me dio cosa que una vieja conservadora como ella leyera que un gato (léase macho xD) se enamorara de un chico, cosa que también leerían otros maestros de la escuela para calificar trabajos. No quise que pensaran que estaba (estoy xD) enferma de la cabeza; y al menos al final la maestra no me reprobó, cosa milagrosa por que no le entregué nada del trabajo y solo hice examen xD
Hace un par de días leí un review de que una chica me dejó en mi fic “el orgullo de una madre” donde Kyubi es el personaje principal y, en mi respuesta, le mencioné la idea de escribir un fic con un gato que se enamora de un chico.
Pues bien, creo que, a falta de nuevas y más estúpidas y decadentes ideas, terminé escribiendo esto, que resultará ser algo igual de extraño que las últimas cosas que he estado escribiendo últimamente xD
Resulta ser una historia alterna a mi fic “los zorros no son domesticables”, así que, para quienes no lo han leído, les recomendaría leerlo para que al menos no se queden con cara desconcertada cuando lean esto (no es obligación, pero si fundamental para que comprendan algunas cosas de esta historia).

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son obra del señor Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo: Pues no tengo nada que decir, es raro, algo dramático y sin mucho humor. Mis ánimos tampoco fueron de gran ayuda :( pero disfruten!
Kyubi era el zorro que Naruto y Sasuke, éste último a regañadientes, habían adoptado como querida mascota. No hacía falta mencionar que el azabache se había negado rotundamente a tal cosa, pero Naruto en su terquedad le había obligado a aceptar quisiera o no al dichoso animal.


Así, Kyubi había vivido alrededor de 6 meses con su nueva familia, cosa a la que había terminado por acostumbrarse.


Y Kyubi era feliz desgarrando la piel de las piernas de Uchiha Sasuke, descuartizando a las amigas cebollas de Naruto que Sasuke reemplazaba cada semana para que no se pudrieran en casa, gruñéndole aterradoramente a esa fea mujer—si es que Kyubi podía considerarla mujer— de nombre Sakura, jugando con Shukaku, mascota de Gaara, cuando éste escapaba de Suna y haciendo siempre de las suyas en casa.


Sin embargo, tras el primer mes de convivir con su nueva familia, algo dentro de Kyubi cambió y él, en la inexperiencia de quién apenas esta conociendo las cosas de la vida, no supo interpretar muy bien aquél cambio.


Por más que preguntó a Shukaku, el pobre mapache no supo que decirle. Incluso Akamaru, perro de Kiba, no supo que decirle ante sus dudas. Y Kyubi siguió sin comprender que era aquello que nacía dentro de él.


Un día Shukaku, que había vuelto a escapar de Suna solo para ir a verle, le explicó de qué se trataba el asunto. Era simplemente amor, según le había explicado Gaara. Y Kyubi no le creyó, pues él ni siquiera sabía que era amor.


Y Shukaku se fue decepcionado cuando Gaara se lo llevó enfurruñado, triste de no poder ser de más ayuda para Kyubi. Fue así que Kyubi, dudoso de lo que Shukaku le había dicho, se puso a pensar detenidamente.


¿Qué era eso del amor? ¿Era acaso un tipo de corte de carne? ¿Una nueva especie animal que se podía devorar? ¿Una marca de arena en la que, seguramente, no haría sus necesidades? Kyubi no lo sabía, pero se decidió a saberlo.


Sin embargo, todo intento de Kyubi por descubrir que era eso del amor se vio mermado por otros asuntos que a Kyubi le parecían más interesantes. Como mirar a Naruto, por ejemplo.


El rubio era la forma de vida más peculiar que Kyubi había llegado a ver en su vida. No solo el rubio podía chillar tan fuerte que le escucharan hasta Suna, si no que hablaba con sus fieles amigas las cebollas y podía dominar perfectamente bien a Uchiha Sasuke, cosa que Kyubi más admiraba. Y, aunando a eso, era su amo.


Sasuke podía ser también su amo por obligación de Naruto, pero Kyubi reconocía la mayoría del tiempo únicamente al rubio como su admirado dueño. No por que fuera el ser más perfecto que Kyubi hubiera conocido, si no por que conocía que por dentro Uzumaki Naruto era de las mejores personas que había conocido en su vida.


Como aquella vez en que había enfermado al tragar entera una de las cebollas casi podridas de casa de Naruto y fue el rubio quién había movido cielo, mar y tierra todo para que Hanna, hermana de Kiba, le ayudara. Y en realidad había sido Sasuke quién lo había llevado con la veterinaria, pero para Kyubi era mucho más bonito pensar que había sido el rubio.


O como aquella vez en que había escapado de casa y había conocido a Shukaku, su ahora mejor amigo. También había sido Sasuke quién había ido a rescatarlo aquella ocasión, pero Kyubi simplemente seguía visualizando a Naruto en toda acción que Sasuke hacía por él.


Fue así que le contó a Shukaku cuando, por enésima vez, el mapache huyó de casa de Gaara y fue a visitarlo a Konoha, todas aquellas cosas que Kyubi pensaba de Naruto. Y fue así también que Shukaku, algo triste, le dijo que su problema era que estaba enamorado, enamorado de Uzumaki Naruto.


Kyubi rió, por supuesto… si es que los zorros podían reír. Pero rió internamente por la babosada que había dicho Shukaku y la cual, estúpidamente, Kyubi no creyó. ¿Qué era entonces eso del amor y estar enamorado? Le preguntó al mapache.


Shukaku le dijo entonces, antes de que Gaara llegara a Konoha para llevárselo de vuelta, que amor era cuando uno quería en todo momento lo mejor para la persona querida, cuando uno deseaba la felicidad de la otra persona incluso antes que la felicidad propia.


Kyubi lo comprendió al instante, dándose cuenta de que Shukaku tenía razón: estaba estúpidamente enamorado de Uzumaki Naruto. No por nada siempre estaba detrás de él moviendo el rabo mientras intentaba sonreír como un idiota enamorado o cuando se subía en sus piernas para dormir junto al calientito cuerpo del rubio. Más aún así, nunca se preguntó la razón por la cual Shukaku sabía todas aquellas cosas. Kyubi era él único que, como su propio amo, no se daba cuenta de las cosas por más obvias que fueran.


Gaara lo sabía, Sasuke lo sabía y hasta Naruto podía notarlo. Shukaku estaba nada más y nada menos que enamorado de Kyubi. Ese era el motivo por el cual Shukaku escapaba de Suna para ir a Konoha a ver a Kyubi, era la razón por la cual Shukaku sabía tanto acerca del amor y era también la razón por la cual el pequeño mapache se empecinaba en autonombrarse novio del zorro. Cosa que, por supuesto, jamás fue real.


Pero a Shukaku nadie le podía quitar ese sueño. Admitía abiertamente su derrota contra el humano Uzumaki y, autodenominarse novio de Kyubi, sentirse inmensamente feliz cuando ambos pasaban el rato jugando juntos o mirando las hermosas estrellas por la noche era el único consuelo que podía tener. Era lo único que le hacía soportar un amor no correspondido tan doloroso como ese.


Por eso Shukaku deseaba con todas sus fuerzas de mapache que Uzumaki correspondiera los sentimientos de Kyubi, por que sabía que el zorro merecía ser feliz y por que prefería ver al zorro feliz aunque no fuera con él.


No obstante, Kyubi se encontró con un rival mucho más dificil de vencer que cualquier otra cosa: Uchiha Sasuke. Lo odiaba, claro que odiaba a ese cretino azabache que osaba besar a SU Naruto en sus narices, que osaba tocarlo en zonas donde no debía y que podía acariciarlo como si fuera de lo más normal del mundo.


Y lo odiaba por que a Kyubi le daban unos enfermizos celos que no era capaz de controlar. Así, terminaba siempre mordiendo al azabache cuando lo veía junto a su Naruto, o cuando ambos chicos por la noche se iban a su habitación a hacer cosas que Kyubi no sabía como denominar, pero que debían ser totalmente placenteras por la forma en la que Naruto, SU Naruto, gemía estridentemente.


Una de aquellas veces en las que Kyubi logró llegar a interrumpir aquél acto de amor, Sasuke, enfurruñado, lo tomó por el peludo rabo y lo llevó hasta el baño, donde Naruto no pudiera verlos. Ahí Sasuke, enfurecido, le explicó a Kyubi que la próxima vez que volviera a interrumpir lo echaría de casa, y después lo mataría cuando tuviera algo de tiempo.


Por supuesto, Kyubi intentó arremeter a mordidas contra el azabache. Sin embargo, cuando el mayor le miró con una mirada refulgente de odio puro, Kyubi le temió por primera vez en su vida. Sasuke se lo advirtió, el rubio jamás le miraría de la misma forma en que Kyubi le miraba expectante, más que nada por que Kyubi era un zorro y Naruto no era de esos tipos raros a los que les iba hacerlo con animales.


Kyubi no lo comprendió al instante. Siguió empecinado con asesinar a Sasuke a mordidas. Fue entonces que, por su propia culpa, Naruto y Sasuke riñeron como Kyubi jamás había visto. La casa de Naruto quedó hecha un asco, con cosas quebradas y tiradas por ningún lado y con marcas de golpes en el cuerpo de Naruto que a Kyubi le hicieron aborrecer más a Sasuke.


Sin embargo, nada de eso había dañado a Naruto. Sin embargo, su corazón había sufrido todo lo que externamente Naruto no podía sufrir ni con la muerte. Ni siquiera todo el amor que Kyubi sentía hacía su dueño haría que el corazón roto del rubio se recuperara de semejante herida tan grande.


Naruto se volvió un ser deplorable. Entró en una crisis y después en una inmensa depresión. Lloraba la mayoría del tiempo y hasta se olvidaba que tenía una mascota de la cual cuidar. Se volvió de pronto demasiado distraído y las cosas no marchaban de la manera en que Kyubi había pensado marcharían tan pronto quitara a Sasuke del camino.


Pidió consejo a Shukaku cuando finalmente no supo que hacer. Kyubi no sabía como ayudar a Naruto y eso le dolía en lo más profundo de su ser.


Shukaku le abrió los ojos a la realidad. Era un zorro, no un ser humano. Por más que quisiera, por más que hiciera lo que hiciera, Kyubi jamás podría desaparecer todo el dolor que sentía Naruto. Eso era, simple y sencillamente, algo que Sasuke debía y le correspondía hacer.


Kyubi no quiso aceptarlo, por supuesto. Sasuke jamás. Pero Shukaku insistió, si no era Sasuke ¿quién sería? Sasuke era él único que amaba a Naruto como de igual manera el rubio le amaba a él. Era cuestión de lógica, Kyubi jamás sería un rival para Sasuke. Debía madurar y aceptar dignamente su total derrota, justo como el pequeño mapache había hecho.


Y a regañadientes, Kyubi tuvo que admitir su derrota. Tuvo que tragarse su orgullo y admitir que nadie como Sasuke haría feliz al rubio. Tuvo que hacer, con ayuda de Shukaku, hasta lo imposible por que Sasuke y Naruto se reconciliaran.


Sus esfuerzos dieron frutos, fue el único consuelo que Kyubi recibió. Días después, Sasuke volvió arrepentido, sintiéndose completamente idiota y expuesto ante la única persona por quién se tragaría la dignidad y el orgullo que siempre le habían caracterizado: Naruto.


Finalmente se reconciliaron, a pesar que Kyubi no terminaba por asimilar la situación. No obstante, durante la transición a la madurez por la que Kyubi estaba pasando, se percató que las cosas eran mucho mejores así. No solo por que prefería seguir siendo el amado bebé de Naruto a que el rubio estuviera llorando por culpa de Sasuke, si no por que, aunque Kyubi lo hubiera intentado al menos una vez, Naruto jamás le habría correspondido.


Kyubi jamás habría sido capaz de confesar lo que sentía por el rubio, jamás, ni en sueños, se lo habría podido decir. Por eso prefería seguir siendo la querida mascota de aquella pareja de polos opuestos, por que después de todo, los zorros no podían hablar.
Notas finales: Antes que nada, pido perdón a quienes leyeron esto y les pareció una verdadera bazofia xDD
Que puedo decir? Creo que me he encariñado con mascota Kyubi, y más con Shukaku, la adorable y enamorada mascota de Gaara xDD la verdad no se por que, pero aaww~ amo a Kyubi y a Shukaku! xD y bueno… sigo igual de traumada con las cebollas xD aunque creo que esta vez ya no fue gracioso cuando salieron a escena… xD pero bueno, que nadie es perfecto.
Quería que el fic fuera algo más gracioso y alegre, pero creo que debido a mis excelentes ánimos (nótese el sarcasmo) pues no salió así. Que decir del final, al menos fue fiel a la versión original de este fic xD (la frase final de mi trabajo de literatura era esta: “después de todo, los gatos no podían hablar” xDD) quizá fue un final cagado y todo, pero bueno, realmente creo que no he estado en mis mejores días. Cosas que suceden, supongo xD en fin…
Dejen reviews, siempre me animan el día. No cuento con el suficiente tiempo como para contestarlos enseguida (menos por que no tengo internet en mi casa xD) pero siempre los contesto, eso puedo asegurarlo. Que de hecho, me pondré a contestar los reviews de mis otros fics xD así que, hasta el próximo fic xD
Besos, Necoco.

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