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Después de todo, los zorros no podían hablar. por Necoco_love

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Notas del capitulo: Hola…

Creo que la confusión se me ha pasado un poco. Gracias DraculaN666 que siempre me ilustras con tus sabios consejos xD además de que me has animado el día de ayer :3

Bueno, bueno. Mi vida no importa aquí, así que dejemos eso de lado xD
Este one shot había pensado subirlo como algo aparte de este fic, pero finalmente me decidí por subirlo como segundo capitulo por que un fic aparte podría causar algo de confusión para quienes no hubieran leído “después de todo, los zorros no podían hablar”.
Encuentro que me salió algo tierno debido a que últimamente estoy pasando por momentos extraños en los que me debato si aún amo a cierta persona o si definitivamente estoy dejando eso atrás y comienzo a fijarme en otro chico. Y en definitiva estoy preguntándome si resultará todo ello como espero, cosa que sigo sin saberlo si al menos no lo intento. Deséenme suerte en esto! xD
Fic prometido y dedicado a Lust, quién piensa, igual que yo, que Kyubi debería corresponder a Shukaku. Además, también dedicado a Natzabel, a anónimo xD y a Eminahinata, quienes pienso habrían querido un final feliz también para el amor que Shukaku siente por Kyubi :D
Y fic dedicado también para mí, por que ya es hora de dejar esa negatividad atrás para comenzar a creer que con un poco de esfuerzo y paciencia todo aquello que queremos siempre se podrá lograr. Vivir con el miedo al rechazo nunca me beneficiará en absoluto xD
Y también dedicado a quienes leen esto, pequeño, corto y sencillo, pero aprecio el que se tomen un poco de su valioso tiempo para leer los desvaríos de esta autora :3

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son obra del señor Masashi Kishimoto.


Sin nada más que decir. Disfruten :3
Shukaku había escapado de casa… otra vez.


Gaara ya estaba más que harto. Era ya la tercera vez esa semana y no era posible que tan pronto trajera de vuelta a Shukaku éste, cuando encontraba la oportunidad, huyera de nuevo a Konoha. ¿Para qué, entonces, quería una mascota? Se suponía que debía cuidar y querer a su pequeño mapache, ¿Cómo demonios iba a hacerlo si el muy desgraciado se la vivía siempre en Konoha?


Gaara suspiró por enésima vez, como hacía siempre que descubría que Shukaku ya no estaba en casa. A pesar de lo molesto que estaba, comprendía a su mapache, comprendía lo que era estar enamorado y luchar por que esos sentimientos fuesen correspondidos.


Shukaku llegó brincando de felicidad a Konoha, echando una rápida carrera por llegar a casa de Kyubi. Cuando estuvo finalmente junto a la puerta, comenzó a rasguñarla sin parar, emitiendo pequeños gruñidos.


La puerta se abrió.


Sasuke vio al roñoso mapache de Gaara en la entrada del departamento alzándose en sus dos patas traseras y realizando un movimiento con las delanteras que bien se habría asemejado a un saludo.


Shukaku le miró expectante. Sasuke enarcó una ceja.


— ¿tu otra vez aquí? —preguntó con desdén.


El mapache movió su cabeza sin dejar de mirarlo. Era increíble, Sasuke pensó que aquella obstinación con la que Shukaku iba a conquistar a Kyubi era igual o más enfadosa que la propia obstinación de Naruto cuando se empecinaba en echarle en cara que él no tenía razón cuando en verdad si la tenía.


—Es la tercera vez esta semana—recalcó el azabache, quién se cruzó de brazos soberbiamente y se recargó en el marco de la puerta.


Shukaku movió su pata derecha como si se dispusiera a explicar por que, por tercera vez en la semana, estaba ahí.


—Entra—resopló Sasuke con fastidio.


De cualquier forma, si Sasuke le negaba la entrada, el mapache se las apañaría para entrar a como de lugar. …l más que nadie sabía lo empecinado que se podía volver ese roñoso bicho cuando en anteriores ocasiones le había negado rotundamente la entrada.


Shukaku siguió feliz a Sasuke hasta la cocina. Ahí, Kyubi le miró directamente a los ojos, retorció su peluda cola y volvió a devorar con ansías la comida en su tazón.


Resignado y hasta sintiendo pena por el pobre mapache, Sasuke observó con atención como inmediatamente Shukaku comenzaba a revolotear alrededor de Kyubi y como, amargado por aquél comportamiento tan estúpido de su amigo, el zorro le gruñía mostrándole los colmillos, dándole a entender que eso no era de su agrado.


Cosa que, estúpidamente, Shukaku ignoró. Siguió revoloteando alrededor del zorro como si no le importara la mirada amenazadora con la que era mirado por su amigo.


Y Sasuke pensó que, en algunas ocasiones, Kyubi se parecía a él. Y, cosa más rara aún, la mayoría del tiempo Shukaku se parecía bastante a Naruto, cosa que debía ser diferente, pues el amo de Shukaku no era otro que Gaara.


Finalmente, cuando Kyubi terminó de comer, ambos animales, zorro y mapache, posaron rápidamente sus miradas en el azabache. Sasuke supo muy bien a que venían esas miradas de cachorro atropellado, no en vano ello se había vuelto toda una costumbre. Suspiró resignado.


—Más vale que estés aquí para la hora de la cena—dijo Sasuke secamente— por que si no estás aquí para esa hora te castigaré y después te echaré de casa.


Kyubi sabía que por más que el azabache siguiera amenazándolo con que lo echaría de casa, aquello jamás ocurriría. Aunque no fuera capaz de admitirlo abiertamente, Sasuke le había comenzado a tomar cariño, igual que él le había tomado cierto cariño al azabache.


Shukaku y Kyubi retorcieron sus rabos de alegría, haciendo un gesto que Sasuke catalogo como un intento de sonrisa. Dejó salir a los animales no sin antes, como cualquier otro día, ser mordido por el fastidioso y roñoso zorro y, aprovechando que esos molestos bichos se habían ido, regresó a la habitación que compartía con Naruto, donde el rubio aún seguía durmiendo placidamente entre las sábanas de la cama.


Se dirigieron a casa de Haruno Sakura. Todas las mañanas, Sakura salía a comprar los víveres por las calles de Konoha y cuando se encontraba de buen humor pasaba por la florería Yamanaka a saludar a Ino. Ambos lo sabían muy bien por que no en vano la habían seguido incontables veces.


En cuestión de minutos, la chica dobló por una esquina para dirigirse a su casa feliz, mientras tarareaba una canción y sostenía la bolsa rebosante de víveres con ambas manos.


Kyubi, seguido de Shukaku, cruzaron la calle en dirección a ella con una velocidad suficiente como para que la chica no lograra ver que cosas peludas había sentido atravesársele en el camino. Por supuesto, perdió el equilibrio y la bolsa cayó al mismo tiempo que ella chocaba contra el duro suelo.


Shukaku se acercó olfateando la bolsa en el suelo y, tras tomar aquello que a su estomago le apeteció más, echó a correr tras Kyubi, escuchando como Sakura blasfemaba contra ellos y contra el mundo por que no era la primera vez que eso ocurría.


Si los mapaches y los zorros hubieran podido reír a carcajada abierta, seguramente Kyubi y Shukaku lo habrían hecho. Hacer caer a esa fea mujer era de las cosas más divertidas del mundo… además de también molestar a Sasuke.


Finalmente se detuvieron en un parque desolado, deteniendo su carrera para descansar bajo la sombra de un frondoso y añejo árbol. Shukaku miró de reojo a Kyubi. Y, mirando una galleta que había logrado robar a Sakura, las ofreció a Kyubi mientras su corazón comenzaba a latir violentamente haciendo bump-bump.


Kyubi desvió la mirada, azorado. Bump-bump. Miró por el rabillo del ojo la galleta que Shukaku le ofrecía. La tomó entre sus dientes y mordió la mitad, ofreciendo la parte restante a Shukaku. Bump-bump hacía el corazón del pequeño mapache; su cola comenzó a retorcerse frenéticamente de la felicidad. Kyubi evitó mirarle en todo momento, callando toda palabra que pudiera salir de su hocico.


Sasuke se lo había mencionado una vez cuando aún le dolía la derrota ante el Uchiha por el amor de Naruto y cuando, finalmente, las cosas, después de una terrible disputa, habían vuelto a ser como siempre debían de haber sido. Pero Kyubi nunca le había creído.


—un día de estos Shukaku vendrá a hacerte su mujer—le había dicho Sasuke cínicamente—y tú eres él último que decidirá. Tienes que pensarlo bien, probablemente será el único que te amará de esa forma… a no ser que quieras quedarte como la mujer de Akamaru—Sasuke sonrió burlonamente ante la mirada perpleja del roñoso zorro—o peor aún, con Pakkun o con incluso hasta con los insectos de Shino.


Kyubi pensó en Akamaru. Si era honesto, admitía que Akamaru era sexy, muy sexy. Akamaru era quizá el sueño de toda perrita embelesada que soñaba con un príncipe fuerte, inteligente, apuesto y dispuesto a protegerlas incluso si debía dar la vida por ellas. Kyubi lo sabía por que Akamaru era muy su tipo cuando se ponía a pensarlo.


Pero Kyubi no había nacido para ser dominado por un ser vivo más grande que él; Kyubi era un macho alfa por naturaleza. Prefería a aquellos animales a los que podía controlar a su manera, tales como Shukaku, que se dejarían incluso aplastar solo por verle feliz.


Pero Kyubi no había pensado en la posibilidad de que las palabras de Sasuke hubieran sido ciertas. Por eso, cunado Shukaku le ofreció aquella galleta con una sonrisa extraña en el rostro, Kyubi supo que era a lo que se refería el azabache cuando había dicho con toda la razón que Shukaku buscaba conquistarle.


¿Qué más daba? Kyubi era inconquistable. Con todo el ego que Uchiha Sasuke le había enseñado a mantener muy en alto, Kyubi sabía que era él quién conquistaba corazones y no a quién le conquistaban el corazón.


Shukaku se acurrucó mucho más cerca de Kyubi de lo estrictamente permitido. A Kyubi se le erizó el rabo, dispuesto a alejar a ese molesto mapache de su lado.


No obstante, cuando Shukaku pronunció la frase «te amo» y Kyubi fue capaz de escuchar el bump-bump de el corazón de Shukaku y del suyo propio, Kyubi supo que no había nada mejor como en aquél momento.


El pequeño mapache dijo, además, que no hacía falta que él también le amara, con que el zorro le diese la oportunidad de ganarse su corazón, de llegar a gustarle, con eso le era más que suficiente. Bump-bump siguió haciendo el corazón de Kyubi.


Y Kyubi llamó idiota a Shukaku, desviando la mirada hacía el cielo totalmente azorado. Shukaku era un completo idiota. No hacía falta que le diese la oportunidad de intentar ganarse su corazón, Shukaku ya se había ganado el corazón de Kyubi y eso, por más orgulloso que fuese el zorro, Kyubi no se lo podía negar.


Se acurrucó cómodamente junto a Shukaku bajo la sombra del árbol, sintiendo como al instante el mapache se acercaba más a su cuerpo. Aquella calidez en su pecho, aquella cálida compañía que Kyubi comenzó a notar por primera vez en su vida como diferente, jamás la olvidaría…


Amaba a Shukaku casi tanto o más como el pequeño mapache le amaba. Y eso, lo tenía bien en claro, jamás cambiaría.


Notas finales: Lalala :D
A quienes leyeron esto, gracias! De verdad que lo aprecio :3
Con esto doy por finalizado el fic, con un final feliz para todos, para Sasuke, para Naruto, para Shukaku y para Kyubi… menos para Gaara por que tuvo que llevarse de nuevo a Shukaku a Suna, solo para que horas después se diera cuenta que el mapache había vuelto a escapar. Es hora de que se tome muy en serio eso de mudarse a Konoha, ya que alguien como él no puede estar viajando de Konoha a Suna solo por que a su roñoso mapache se le ocurrió la idea de ir a ver a su novia xDD
Pero que lindo~ el amor de Kyubi y de Shukaku es de lo mejor xD rompe las leyes de la naturaleza, quién dijo que un zorro y un mapache no se podían enamorar nunca leyó esto; su amor sobrepasa las barreras de la distancia y también enfrenta a quienes creen que un macho no puede ser feliz con alguien de su mismo sexo xDD jajajaja
En si ha sido un final feliz que me terminó por agradar, y es el primer fic que subo con más de un capitulo, lo cual es casi un milagro! xDD
Últimamente había pensado en la idea de un fic de Naruto pero que pensé en hacer desafío para quién quisiera responder (normalmente me pondría yo a escribir el fic, pero me falta tiempo, ganas xD y quizá inspiración) vacilé cuando pensé que nadie podría responder a mi desafío…
Sin embargo, ahora mismo tengo una idea para otro fic, así que es casi seguro que vuelvan a leerme pronto :3
Dejen reviews, siempre me animan :D
De nuevo gracias por leer!
Besos & abrazos, Necoco.

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