Capitulo tres: La forma animaga de Harry Potter.
Después de unos momentos de descanso y un relajante silencio, la genio del grupo no pudo seguir callada más rato, para sufrimiento de Harry.
- y Harry cuando nos mostraras tu forma animaga – le dijo una más que curiosa castaña
- no… nunca se los mostrare – dijo rotundamente el azabache
- oh… - masticando – vamos compañero muéstranos – dijo entusiasmado el pelirrojo
- no
- por favor
- no
- por favor
- no
- por fis, por fis, por fis…
- NOOOOOOOOOOOOO – grito desesperado
- no puedes ser así – le dijo su amigo – no puede ser tan malo, mientras no te transformes en una araña todo está bien – le animo su amigo
- vamos Harry, por favor – dijo la castaña
Harry suspiro resignado – está bien pero no se burlen – les advirtió
Hermione y Ron asintieron fervientemente…
Harry se levanto y cerró los ojos suspirando resignado, al fin y al cabo sabia que eso pronto sucedería, desde el momento en que Hermione uso su súper-inteligencia y le descubrió, supo que tarde o temprano su secreto ya no sería un secreto. Harry se dejo llevar y se trasformo delante de sus amigos…
Hermione y Ron tenían los ojos abiertos al ver en el animal en que su amigo se había transformado, no pudiendo aguantar el pelirrojo comenzó a reír, mientras que la castaña lo tomaba en brazos…
- que lindooo – chillo Hermione, mientras lo abrazaba
Harry maulló molesto, sin poder creer que sus amigos lo trataran así…
- no puedo creerlo, eres un gatito… - dijo Ron tomando en brazos al gatito negro en que se había convertido Harry
- y uno muy lindo – comento la castaña
Harry iba a reclamar, pero su amiga le estaba haciendo cariño detrás de su orejita y no pudo evitar ronronear, algo que causo la risa nuevamente en Ron, pero si Harry creía que las cosas no podían ser más humillante o empeorar se equivoco.
La puerta de la sala de los menesteres nuevamente se volvió a abrir y de ella entro un animado y feliz Sirius Black, con su ya acostumbrada sonrisa chulesca…
- ¡Hola!!!!!! ¡Chicos!!!! – les grito jovialmente
- hola Sirius – le contesto Hermione
- hola Padfoot – le dijo Ron
- y ¿Dónde está mi enano ahijado? – pregunto interesado el mayor
Un maullido molesto se escucho desde los brazos de Ron, Sirius miro hacia la bolita de pelos que le miraba molesto.
- eh pero miren que preciosura tenemos aquí – alabo Sirius al gatito
Harry estaba a punto de enterrar sus garritas sobre la mano de su adorado padrino, pero aquella caricia en su cuellito no pudo resistirse y se derritió ronroneando animadamente.
Hermione y Ron solo miraban divertidos aquella escena, solo querían ver la cara que pondría Sirius al saber que la preciosura que acariciaba era su adorado ahijado.
- y… ¿Dónde está Harry? – mirando hacia los lados, buscando a su ahijado
- bueno… - dijo Hermione sin saber que decir, ya que no sabía si Harry quería contarle a su padrino acerca de su transformación, por algo había ocultados a todos acerca de su capacidad para volverse animago.
- esta… AAAAAAh!!!! – grito el pelirrojo, soltando al gato bruscamente, este callo de pie, mientras Ron se apretaba la mano donde le había rasguñado el gatito, ya que le salía un poco de sangre
- ven Ron déjame curarte – dijo la castaña, hiso un simple hechizo de curación para heridas de menor grado y convoco unas vendas para rodear la mano y tapar la herida.
- gracias Hermione – dijo Ron feliz por tener una amiga tan capas
- y tu… - le regaño al dulce gatito que se encontraba en el suelo – eso fue muy malo – le hablo enojada
Harry uso sus súper ojazos verdes, mirando a la castaña con pena, parecía un gatito mojado bajo la lluvia solo, desprotegido y hambriento, rogando por un poco de cariño…
La castaña no pudo en contra de aquellos ojazos verdes, tomo al minino, acariciándole la pancita – o pequeñito si eres tan lindo – le hablo embobada
Ron se la quedo mirando furioso, sin creer que su amiga defendía a su amigo peludo, en vez que a él, que había sido cruelmente arañado por esa cosa.
- ¿y Harry? – volvió a preguntar Sirius, desde la guerra y cuando por fin fue absuelto, había comenzado una estrecha relación con Harry, un poco/demasiado sobre protectora.
- eeeh… esta… bueno… el… - Ron vio con nerviosismo, como el minino sacaba una garra de su patita delantera, sin que Hermione se diera cuenta
- tiene castigo con Snape – soltó de sopetón la castaña
- eso es imposible, acabo de estar con él, en su habitación… - empezó a narrar, quedándose callado al ver que había hablado de mas, como siempre…
Hermione y Ron le quedaron mirando, sin saber muy bien a que conclusión llegar, mientras que Harry miraba con asombro a su padrino, ¿desde cuándo su padrino, Sirius Black se juntaba con Severus Snape en su habitación?, no definitivamente no quería saber aquella respuesta…
- jeje… bueno vamos a Hogsmeade, seguro que nos encontramos ahí con Harry – fue lo que soltó Sirius, sacando a los chicos de la sala de los menesteres…
**---**
Llegaron al pueblucho, por suerte, ya que había quedado un carruaje en el castillo, en el viaje se fueron platicando animadamente, de varios temas sin mayor importancia. Hermione y Ron tratando de que Sirius olvidara a Harry por un momento, mientras que él, iba de lo más relajado en los brazos de Hermione, siendo mimado completamente por la castaña. Algo bueno tenía que tener el de poder transformarse en un gatito, un tierno y lindo gatito.
Se bajaron del carruaje y comenzaron a ver las tiendas, buscando a Harry, aunque eso es lo que aparentaba Ron y Hermione y Sirius era el que en serio buscaba a su ahijado. El mayor propuso ir hacia Las Tres Escobas, pero a muy poca distancia de la tienda, se detuvieron por que Hagrid los llamaba, fueron a saludarlos, en eso Fang, sale de entre las piernas del guardabosque y ve el gatito que tenia la castaña en sus brazos. Todo ocurrió muy rápido, sin que nadie pudiera adelantarse a los hechos. El enorme perro baboso, corrió como cuando escapaba de las arañas gigantes, el instinto felino del gatito, se “activo”, provocando que Harry saltara de los brazos de su amiga y corriera como nunca por su peluda vida.
Harry corrió, esquivo y salto por todo el pueblo, esquivando a un sobre excitado Fang, preguntándose, desde cuando el baboso y miedoso perro de Hagrid, podía correr tanto y tan rápido. En un magistral movimiento, Harry se metió dentro de una tienda, corriendo a través de los alumnos, hasta ocultarse detrás de una mesa, el baboso perro le había seguido, pero había hecho tal destrozo que el dueño había salido con una escoba y como el súper valiente que era, salió corriendo a refugiarse detrás de su amo.
Harry salió luego de un momento, cuando los demás comenzaban a actuar normalmente, con cuidado de no ser pisado, por los desconsiderados pies andantes, salió de la tienda. Con desolación y enojo comprobó que sus amigos lo habían abandonado a su suerte. Iba a ir hacia las tres escobas, a ver si se encontraba con una cara conocida, cuando ve que un pie lo iba a aplastar…
Presente…
Harry se vistió completamente ausente, descubriendo que su amigo y con los que también compartía habitación se habían ido ya. Se apresuro en tomar sus cosas y salir de su dormitorio, para ir hacia El Gran Comedor, para ver si alcanzaba a tomar un desayuno decente. Bajo las escaleras rápidamente de dos en dos, saludando levemente a quienes le saludaban.
Llego al comedor, cuando un grupo de Slytherin salía del comedor, Harry miro al rubio sin poder evitarlo, sonrojándose levemente al recordar ciertas cositas. Malfoy se sorprendió por aquello, pero no pudo decir nada, ya que Harry entro esquivándolos y sin decirles nada.
Sus amigos o mejor dicho Ron aun no entendía por qué él seguía comportándose como la mascota de Malfoy, pero para él no era muy fácil no hacerlo. Por una parte estaba el hecho de que le interesaba de una forma más que enemigos y por otra que le daba pena, el ser el culpable de que Draco sufriera porque su gatito desapareciera. Porque sabía de primera mano, que el rubio Slytherin se había encariñado con su mascota.
Suspiro cansado, la verdad es que no sabía que hacer, si por ‘X’ motivo el príncipe de hielo, se enteraba de que él precisamente era su gatito, no quería saber qué es lo que podría llegar a hacer o decir, aunque sabía que tarde o temprano todo se sabría, pero tener a Hermione diciéndoselo a cada segundo, que debía parar toda esa locura, llegaba hacer enfermarte y estresante. Suspiro nuevamente con pesar, escuchando de fondo, la reprimenda que le daba su castaña amiga y las emocionas palabras de su pelirrojo amigo con sus avances en volverse animago.
Además le encantaba pasar horas y horas con Draco, recibiendo dulces caricias, aunque en realidad no fueran para el, sino para el gatito…
Continuara…
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