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Gracias por tenderme tu mano…Potter por fenix y dragon

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Notas del capitulo:

 

Holaaaaaaaaaaaa>_< Traigo unas muy buenas noticias jajaja^^ Yun a vueltooooooo>_< jajajaj por desgracia vuelve cuando yo pronto me quedo sin INTERNET T_T  pero bueno intentemos aprovechar el tiempo^^ por desgracia no puede estar presente en esta actu pero espero que en la siguiente ya si jajaja^^ disfrutadlo.

 

 

Capitulo 3- Me oyes, Te oigo

 

 

 

Los mortífagos intentaron entrar por la Red Flú, pero les fue imposible; los seis mortífagos miraron con impotencia a la chimenea, todos sabían que por ese error su Señor los cruciaría, o aun peor.

 

-¿Qué haremos Lasted? -preguntó preocupado uno de los mortífagos.

 

-Cállate Morigan, debemos tratar de encontrar a esos Malfoy antes de que nuestro Señor se entere -contestó Lasted frustrado.

 

-¿Y qué hacemos con Potter? -preguntó alguien más, recibiendo una mirada de odio por parte de Lasted.

 

-Será nuestro secreto, si el Señor se entera de que Potter vino a rescatar a los Malfoy y nosotros lo dejamos escapar nos matará.

 

-No podemos escondérselo -se escuchó detrás de ellos. Lo comentó un chico de ojos cobrizos; los demás mortífagos lo miraron irritados y todos salieron de allí menos Lasted, que se acercó y acarició la mejilla del chico cobrizo.

 

-A veces, Dorian, lo mejor es tener esos labios tan bonitos callados -le susurró al oído y lo dejó allí solo.

 

Dorian miró hacia el suelo, rojo y enfadado, se dio la vuelta saliendo de la cabaña directo hacia la Mansión.

 

 

********************

 

 

-Harry ¿estás bien? -preguntó preocupada Hermione después de haber cerrado la Red Flú.

 

-Si Herm, pero no creo que ellos estén de todo bien –dijo, señalando a Narcisa y Lucius Malfoy, quien a pesar de contar con un buen aspecto se podía distinguir signos de tortura sobre ellos.

 

-¿Cómo están los demás los alumnos? ¿Profesores? -preguntó seguido Harry.

 

Ron fue el primero en hablar.

 

-Los alumnos no han sufrido daños. Cada uno de los integrantes del E.D. sellaron las puertas de las casas por dentro con hechizos buenos, y los profesores están bien. Hagrid tiene una herida en el brazo izquierdo, pero no es nada...

 

-Creo que lo mejor es que vaya a buscar a Madame Pomfrey, para que revise a los señores Malfoy -anunció de repente Hermione, mirando al matrimonio rubio.

 

Draco estaba abrazado a ellos con fuerza, y éstos le devolvían el abrazo.

 

Harry se quedó un rato más viendo al rubio con su familia, como le hubiera gustado a él que sus padres estuvieran vivos, pero deshizo ese pensamiento, sabía que nada podía hacer para traerlos de regreso, pero al menos podía proteger a los que aun amaba.

 

-Harry -murmuró Hermione a su lado, sacándolo de sus pensamientos y haciendo que desviara la mirada.

 

-¿Qué sucede Herm? -preguntó el moreno.

 

-¿Qué haremos con ellos? -preguntó Ron, mirando a los rubios.

 

-No necesitamos su ayuda -se escuchó la voz del patriarca Malfoy.

 

-Padre -exclamó Draco, mirándolo entre asombrado y angustiado.

 

-Calla Draco, no necesitamos la ayuda de nadie, somos Malfoy y los Malfoy no necesitan la lástima de nadie.

 

-No es lástima señor Malfoy, porque lo último que sentiríamos por usted es lástima, no después de lo que ha hecho, pero Dumbledore siempre pensó en las segundas oportunidades y Draco nos ha mostrado que tenía razón brindándole a él y a su familia otra oportunidad de ser libres.

 

Lucius miró a su hijo, éste tenía una expresión difícil de descifrar.

 

-Padre… en estos momentos creo… que lo más seguro es hacer lo que dice Potter - susurró el rubio menor, cambiando su mirada hacia el moreno, quien lo miró de vuelta.

 

-Decidido. Voy a buscar a Pomfrey -sentenció Hermione saliendo del despacho del difunto Director.

 

Ron frunció el ceño y miró a Lucius.

 

-No sé yo, señor Malfoy, pero en estos momentos su apellido y dinero le servirán de bien poco. No sé lo que ha ocurrido ni porqué Harry ha ido a salvarles, pero por alguna razón será… no desperdicie la oportunidad -dijo un enfadado Ron; Harry lo calló posando una mano en su hombro.

 

-Tranquilo Ron, luego te cuento -le prometió.

 

Ron asintió.

 

Narcisa Malfoy soltó a su hijo y a su marido y se puso frente a Harry.

 

-Señor Potter… gracias por salvarnos a mí, a mi marido y, sobretodo, gracias por salvar a mi hijo Draco… estoy en deuda con usted.

 

Harry miró alucinado a Narcisa Malfoy, pero decidió mejor no comentar nada.

 

 

************************

 

 

Lejos de allí, en la que fue la gloriosa Mansión de la familia Malfoy, Lord Voldemort miraba a algunos de sus mortífagos con desprecio.

 

-¿Puede alguien explicarme cómo es posible que los Malfoy hayan huido?

 

Lord Voldemort miró con ira destellando en sus ojos a sus mortífagos; ninguno de ellos se atrevía a decir palabra, temiendo recibir un Crucio o peor, un Avada, pero tarde o temprano uno tendría que hablar.

 

Dorian miró a Lasted con ira reprimida, no debían de mentirle a su Señor, pero él se encargaría de decirle a su amo la forma en que esos inútiles habían dejado ir a los Malfoy y, aun peor, a Potter. Aún no podía creer la suerte que tenían y esos estúpidos lo dejaban escapar y con los Malfoy, definitivamente si su Señor se enteraba los castigaría, pero él tenia que decirle a su Señor.

 

-Lasted, acércate -le ordenó Voldemort al mortífago.

 

-Si, mi Señor -Lasted se acercó a paso firme hasta arrodillarse ante él.

 

-¡Crucio! -apenas pronunció el hechizo el mortífago terminó de caer al piso con el rostro marcado por el dolor-. No deberías mentirme Lasted, tu nivel de Oclumancia no es tan bueno.

 

-Mi señor, no… noso… tros tratamos, pe... pero alguien los ayu… dó a huir -pronunció el mortífago a duras penas a causa del dolor del Crucio.

 

-¿Quién fue el traidor? -rugió Voldemort, mirando a todos los mortífagos presentes.

 

-Nadie -se escuchó la voz de Dorian desde el fondo-. Mi señor, si me permite, yo sé quien fue, mi Señor.

 

-Habla antes de que te castigue a ti también -ordenó con impaciencia Voldemort al joven.

 

-Fue Potter, Señor, aunque aún no sabemos el motivo, al menos creemos que es él -dijo el joven ante la furia de Voldemort, pero aún así Dorian permanecía con una máscara de sus emociones, porque si tenía temor o alguna clase de emoción no se dejaba ver ninguna de ellas.

 

Voldemort miró fijamente los ojos de aquel muchacho de no más de veinte años y, enfurecido, ordenó.

 

-Iros de aquí… menos tú -les ordenó, señalando al chico; éste permaneció en su sitio apoyado en su rodilla.

 

Al estar solos, Voldemort se levantó de su silla y se acercó a un -ahora si- poco nervioso Dorian.

 

-Dime… todo lo que pasó… como Harry Potter ha logrado escapar y como mierda entró…

 

-No iba solo, mi Señor… le acompañaba el joven Malfoy. Ellos… había una casa escondida en el bosque que no aparecía en los mapas de la Mansión… ésta estaba conectada a la Red Flú, mi Señor creo que así pudieron entrar… y salir. Cuando  intentamos viajar también vía Flú la dirección había sido sellada.

 

Voldemort gritó furioso y golpeó fuertemente con un puño los objetos de encima de la estantería que permanecía a su izquierda.

 

Dorian miró nervioso la furia de su Señor; en su cara se mostraba de vuelta a sus años mas jóvenes, sus treinta años como mucho.

 

El señor Oscuro se acercó al chico y lo levantó bruscamente.

 

-Déjame ver tus recuerdos.

 

 

********************

 

 

Harry cayó ante el cuerpo de Albus Dumbledore de rodillas, contemplando el cuerpo ahora sin vida del director de Hogwarts. Rodeado de más alumnos y profesores, junto con los Malfoy, Harry no pudo evitarlo más y soltó el primer gimoteo y luego de eso las lágrimas; con cuidado levantó la cabeza del director y lo abrazó con desesperación.

 

Hermione lloraba y negaba con su cabeza aun sin poderse creer lo que había ocurrido y Ron la abrazaba intentando consolarla, pero también con lágrimas en los ojos.

 

Draco miraba a Harry sin poder evitar sentir como su corazón se estrujaba y se separó de sus padres y se acercó a Potter. Los demás alumnos de Hogwarts, algunos llorando también, otros tristes e igualmente los profesores, miraron a Draco Malfoy sentarse al lado de Harry Potter y agarrarle su mano derecha, Harry levantó su mirada y vio la mano entrelazada y se fijó en la persona que le había agarrado y dándole igual que ese fuera Draco Malfoy se agarró a aquella mano que intentaba consolarlo aunque sea un poco.

 

 

********************

 

 

Habían pasado más de dos horas y todos los alumnos, profesores y demás estaban congregados en el Gran Comedor, siendo revisados por medimagos y siendo interrogados por aurores.

 

Harry permanecía mirando desde una de las ventanas del Gran Comedor como el cuerpo de Albus Dumbledore era envuelto en finas sábanas blancas por Medimagos y éstos se lo llevaban.

 

De repente un fuerte ruido le trajo a la realidad y vio como unos aurores apresaban a Lucius y Draco Malfoy con esposas mágicas.

 

Rápidamente el moreno se acercó a los Malfoy.

 

-Draco -murmuró quedamente cuando estuvo frente al rubio, quien le sonrió encogiéndose de hombros.

 

-Sabía que esto pasaría, no te sientas culpable Potter -dijo Draco.

 

¿¿¿Potter??? ¿Porqué Potter? Él quería escuchar el “Harry” de sus labios, quería, él no sabia qué quería o el porqué había hecho todo eso, pero sabia que Draco era inocente y él haría todo por verlo feliz.

 

-Esperen. No pueden llevárselo -exclamó el ojiverde a los aurores.

 

-Lo lamento señor Potter, pero hay una orden en contra de los Malfoy por asesinato y ser mortífagos -dijo el auror que los había apresado.

 

 

********************

 

 

Dorian jadeó al sentir el agua limpiando su cuerpo e inclinó su cuello, dejando que el líquido se estrellara en éste, ya que lo sentía entumecido.

 

Estaba tan metido en su pequeño momento de tranquilidad que no escuchó la puerta de su cuarto abrirse ni los pasos que se acercaban hacia su cuarto de baño, pero si que oyó como la puerta se abría.

 

-Como yo pensaba pequeño… eres un auténtico manjar -admitió Lasted, recorriendo con la mirada la piel cremosa de aquel chico.

 

Dorian gritó e intentó agarrar su varita que se encontraba fuera de la ducha cerca de él, pero Lasted se apresuró y le agarró fuertemente.

 

Voldemort caminaba por uno de los pasillos de la Mansión Malfoy furioso por lo ocurrido cuando escuchó un fuerte estruendo proveniente de la puerta que tenia en frente; detrás del golpe escuchó gritos y, extrañado, entró a la habitación sin saber a quién de sus mortífagos pertenecía aquella habitación y pudo descubrir que las puertas del baño estaban abiertas y los golpes y gritos provenían de allí… se acercó y lo que vio lo dejó un poco parado al principio.

 

Dos de sus mortífagos tendidos en el suelo, uno intentando sacarse al otro de encima, su furia aumentó al ver a Lasted intentando forzar a aquel chico y sin saber porqué sacó su varita y con un hechizo separó de golpe al hombre encima del mas pequeño.

 

 

********************

 

-No pienso dejar que se lleven a alguien inocente -dijo un furioso Harry Potter.

 

-Señor Potter, usted debería ser el primer interesado en que éstos estén presos -exclamó el auror un poco asombrado de que el niño-que-vivió defendiera a un Malfoy.

 

-No puedo permitir que encierren a alguien que no ha hecho nada -exclamó el moreno, su voz denotaba cansancio y peligro, el auror lo miró antes de suspirar

 

-No me corresponde a mí decidirlo, puede ir a hablar con el Ministro si así lo desea, yo solo cumplo con mi trabajo. Con permiso señor Potter -se despidió el auror para comenzar a caminar con los prisioneros, Draco le dirigió una mirada antes de que su rostro se volviese una máscara de hielo como la que usaba antes de que le tendiera su mano.

 

-Harry, no lo hagas -murmuró la castaña a su amigo, quien había tomado la varita dispuesto a hechizar a los aurores con el fin de detenerlos y regresar a Draco a su lado-. Iremos a hablar con el Ministro, él entenderá.

 

Pero Harry no estaba tan seguro de ello. Además, le atormentaba que Voldemort pudiera hacer algo con los Malfoy si no estaban junto a él, él podría protegerlos o al menos lo intentaría, no como ellos.

 

-Hermione, vamos por ellos -musitó Harry con voz cargada de emociones reprimidas-, no pienso dejarlo solo.

 

Hermione sonrió. "No pienso dejarlo solo", esa simple frase revelaba más para ella que para el moreno ojiverde.

 

-Bueno, pues no lo dejaremos solos -le asintió la castaña-. Yo voy a avisar al Ministro; lo he visto salir y tú de mientras has que no se los lleven.

 

Hermione salió presurosa del Gran Comedor, y Ron y Harry se miraron; Harry fue rápidamente otra vez hacia los aurores que se llevaban a los dos Malfoy, Ron miró la cara de una preocupada y desolada Narcisa Malfoy y se acercó a ella sirviéndole algo para beber.

 

-Esperen… pienso hablar con el Ministro, pero ustedes no se irán de aquí hasta que no hable con él -volvió a insistir Harry.

 

-Usted no puede hacer eso joven –habló el auror de mayor edad al ojiverde.

 

-Claro que puedo, de algo me servirá ser el maldito niño-que-vivió –gruñó Harry antes de lanzar un hechizo sobre los aurores.

 

Draco observó a Harry un poco sorprendido, nunca pensó que San Potter les lanzara a esos aurores un petrificus totalis.

 

-¿Qué haces? ¿Eres estúpido, Potter? –exclamó un tanto enojado Draco al ver tremenda idiotez.

 

-Tratando de salvarte –contestó un tanto herido el moreno al pensar de que el rubio no apreciaba que quisiera salvarlo.

 

-Arriesgándote tú. ¿Qué no sabes que lo que acabas de cometer es un delito?, eres estúpido –dijo finalmente, pero al pronunciar la última palabra sus labios se curvaron en una sonrisa de gratitud que hizo que el corazón del ojiverde saltara.

 

 

 

 

Continuará…

 

 


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