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ANUNCIADORA DE LA LUNA por cutebeast64

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Notas del capitulo: Se supone que fuera el último capitulo pero se extedió más de la cuenta.. y pues... ¿Qué más podía yo hacer? Entonces puse otro capítulo, y quedó de nueve.. espero les guste
CAP 8. LA LUZ SE APAGA

- ¿Pierden su luz?
- Es el inicio de la perdición; la extinción de aquello que más que distinguirlas, las hizo lo que son-
- ¿Pero…Porqué tiene que sucederles algo como eso?

Habían pasado apenas unos días, desde el regreso del rubio a la secundaria. Como la sorpresa de la silla de ruedas ya había pasado, a nadie parecía importarle el hecho de que el rubio apenas se pudiera mover.

Solo a él, al novio de aquel rubio que se estremecía suavemente con una tos nerviosa, que lo miraba con sus ojos rojizos por la falta de sueño, delgado hasta el extremo por la falta de alimentación, que no lograba entender, y pálido, aún cuando debía de tener ese tono acanelado que le había encantado desde un principio.

Solo a Sasuke, le importaba ahora el hecho de que Naruto estuviera invalidado. Se arrodillaba a su lado, y besaba sus manos tratando de llenarle de todos los confusos sentimientos que anegaban su alma. No le gustaba ver a su novio en ese estado, quería protegerlo, pero tampoco sabía como hacerlo. Se veía como algo imposible ante él.

Estaban separados por una vida. Se habían conocido en la escuela, y aunque habían llegado más allá de ella, este era su principal punto de conexión. Era esa edificación casi colonial, la que los mantenía juntos a pesar de todo, y más allá de ella, casi no había nada en común, aparte de ese amor incondicional, demencial e imperecedero, que los había llevado a dormir juntos, en la misma cama, abrazados como amantes, besándose como enamorados, queriéndose como novios; esperando poder estar por siempre juntos, como más que una pareja ocasional.

- ¿Estás bien?- preguntó el moreno, al ver como el rubio se retorcía inquieto, doblándose sobre sus rodillas, con un dolor que le carcomía el alma a ambos
- Sí- Dijo sonriendo, mientras levantaba la mirada celesta hacia la del moreno- No es nada. Solo el dolor habitual de una herida que sana-
- ¿por qué me sigues mintiendo?- Aseveró Sasuke de inmediato
- ¿mentirte?- Inquirió el rubio, como si no entendiera de lo que hablaba su novio
- Sí. Mentirme- Respondió enojado- Ya sé que no te lastimaste cuando te caíste de la bicicleta… ¿porqué no me cuentas qué fue lo que sucedió?
- Ya te lo dije-
- No es cierto. ¿Acaso no confías en mí?-
- ¿Podemos evitar esto, por favor Sasuke?- Pidió el rubio mientras sujetaba a su novio con sus manos canela, hundiendo sus dedos en aquel hermoso cabello negro sombra, acercándolo para besarle en la frente
- Quiero que confíes en mí, Naruto- Confesó Sasuke levantando el rostro, para hallar esos zafiros que brillaban de esa manera hipnotizante, llena de un dolor artístico, que lo habían atraído en un principio a la hechizante red de ese amor
- Yo confío en ti Sasuke.- Susurró el rubio mientras sonreía- Ahora llévame a comer ramen, me lo prometiste’ttebayo-

Sasuke lo miró fijamente. Naruto tenía los ojos cerrados y sonreía ampliamente, con una dulzura que helaba su corazón de vengador. Le amaba con todo su corazón, pero a veces se preguntaba si era correspondido… O si nunca la sería.

- está bien- Cedió levantándose- te llevaré a tu restaurante favorito-
- Arigato, Sasuke-kun – Dijo con esa expresión zorruna tan delicada y suave… Tan deliciosa

¿Cuándo había comenzado a sentir eso? ¿En qué momento su vida cambió de la de un mujeriego interesado nada más en la delicia que las mujeres podían entregarle, a la de un novio preocupado que cuidaba de un rubio problemático, deseando besarlo y abrazarlo cada momento de su vida? ¿Por qué lo había hecho?

Las chicas ya no lo seguían, aquellos chicos que lo habían respetado y seguido sin importar qué, lo miraban decepcionados… Todo un mundo al que había pertenecido, había quedado decepcionado por su cambio de actitud. Había arruinado aquella vida que se había esforzado en conseguir, y lo peor de todo, lo que más lo enfermaba y lastimaba, era el hecho… de que había dejado de importarle.

Un estúpido rubio de mirada clara, obsesionado por el ramen que no hacía más que discutir con él cada rato, que tenía más peluches que porno en su habitación y que tenía el como amigo a Gaara, la peor persona del mundo. Esa persona que iba en la silla de ruedas, que conocía más música romántica que muchas chicas y que a pesar de su tosquedad amaba las cosas románticas, dulces y divertidas, cuál niño pequeño, era el causante de que eso sucediera; era el que lo había cambiado, lo había sacado de un abismo infranqueable de fría superficialidad…

Y ahora que había caído sin retorno alguno en un universo de sensaciones desconocidas, ahora que su corazón había sido tomado para la eternidad por alguien que se salía por completo de su estereotipo de belleza, pero que era más hermoso que cualquiera, sentía que estaba más lejos de aquel rubio que en toda su vida.

“- ¿el magnificente Uchiha se dignó a bajar de su nube para ayudar a un simple mortal?- Dijo sarcástico, mirándolo con una furia desconocida, cuando se arrodilló a su lado para ayudarle a levantar unos libros- No necesito tu ayuda, así que si pensabas hacer tu buena acción del día… Pues… lamento desilusionarte.
- Te estoy ayudando- gritó enojado al notar como él rubio, tras arrebatarle el libro, lo ignoraba- ¿está eso mal?
- No. Está mal que creas que necesito tu ayuda… No soy como esas chicas… Yo no TE necesito, y definitivamente NO necesito tu ayuda-“

¿Fue en aquel momento, cuando cayó perdidamente enamorado de aquella mirada fiera, deseando domarla a toda costa? ¿O quizás fue un poco antes, cuando le vio con una expresión de inigualable belleza? ¿Fue acaso la dificultad de aquella cacería lo que le llevó a interesarse tanto en ella, como para caer en las redes que él mismo tendió?

“Persiguiendo la meta de llegar primero a la biblioteca, para entregar los libros usados en la clase, ambos tenían la singular apariencia de un par de caballos de carreras briosos, atravesando los corredores a una velocidad impresionante, intentando que los libros no se les cayeran de las manos, siempre atendiendo, aunque solo fuera con la mirada a si su oponente ya iba atrás, lo había rebasado o seguían de igual a igual.

- Yo primero- Dijo Naruto poniendo los libros en el borde de la mesa al tiempo que Sasuke, completamente exhausto
- No dobe, YO llegué primero- Contestó Sasuke tratando de recuperar el aire que ya había huido de nuevo de sus labios
- Eso… NO es cierto- Gritó el rubio dispuesto a golpear a Sasuke
- Si lo es- Respondió Sasuke, casi listo para matar a ese bakka a golpazos
- ¿Quieres hostias? Por qué te las daré cuando y como quieras- Gritó remangándose las mangas negras del uniforme
- Ambos sabemos que yo ganaría- presumió Sasuke, metiendo las manos en los bolsillos, despreocupado.
- Ya verás maldito teme-
- ¡ya basta chicos! Ustedes no hacen más que pelearse todo el tiempo ¿no podrían continuar su pelea afuera?- Dijo la mujer de la biblioteca, una chica pelinegra y de ojos negros
- Pero Anko-san ¡él me provocó!- Insistió Naruto señalando a Sasuke
- Yo solo estaba diciendo la verdad… Usuratonkachi- Rebatió Sasuke sin inmutarse
- Ya ahora sí, estás acabado-

Naruto se lanzó sobre él tan rápido que no pudo evitarlo, cayendo ambos al piso, donde comenzaron a golpearse con toda la fuerza de la que eran capaces, incluso aunque los intentaron separar varias veces…”

Tal vez fueron aquellos golpes los que le desencajaron la cabeza. Después de todo, fue después de todo eso que comenzó amar con más fuerza a aquel rubio, deseándole más allá de toda media inventada por los humanos, contemplándole como se observa una pintura, un arte inalcanzable.

“Aquel rubio se acercó a él lenta y delicadamente, como dándole la oportunidad de parar si era eso lo que quería… Se paró en la punta de los pies para alcanzarlo, mientras pasaba sus brazos sobre sus hombros y le dio un beso en los labios, con una delicadeza infinita. El sonido de su corazón retumbaba más fuerte que una explosión, haciéndole temblar… Estaba paralizado… Naruto se soltó, abrió la puerta y entró a su casa, regalándole una tierna mirada a través de la puerta entreabierta, antes de cerrar… se quedó un momento así sin poder moverse… Tocó sus labios como si no pudiera creerlo y sonrió levemente, antes de partir de vuelta a su hogar… “

Eran esas sensaciones, esas desconocidas sensaciones, de cariño, de amor, de inusual ternura y más allá de eso de sentimentalismo romántico, lo que hacía que aún en esos momentos, cuando Naruto estaba invalidado, quisiera seguir a su lado.

“El sudor pegaba su rubio cabello a su frente, sus ojos azules parecían desear de una manera suplicante algo más que solo frenéticas caricias sobre la ropa, pero sus labios no hacían más que repetir, que tenía que irse a su habitación…

- no hace falta- Decía el moreno golpeándole contra la cama- Puedes quedarte aquí conmigo
- No es correcto-
- Si lo es- Trataba de convencerlo entre mordiscos juguetones y lametazos cálidos, mientras acariciaba su cuerpo canela con sus manos blancas cual porcelana- Vamos, déjame ser tu dueño-
- Solo una vez más, Sasuke. Tu hermano nos podría oír- Dijo abriendo sus piernas para que se ubicara allí- hazme sentir que no necesito a nadie más… Hazme recordar porqué te amo tanto”

Tantos exquisitos gemidos, uno tras otro, desatando las sensaciones que había ocultado, tratando de protegerse de amar a alguien tanto como ahora amaba a ese chico de inusual mirada, como si sus ojos tuvieran vida propia. Mientras su corazón latía descontrolado y aquel cuerpo se estremecía bajo su peso, por tercera vez en esa noche…

- Sasuke… otra vez te sangra la nariz- le advirtió el rubio- ¿En qué diablos estás pensando?-
- En nada- Dijo el moreno limpiándose la sangre con el dedo índice
- Hentai- Murmuró el ojiazul mientras terminaba de tomarse su tercer tazón de ramen
- Vas a engordar- Dijo como para sí
- ¿y eso porqué te importa?- Curioseó mirándolo de reojo, tomando su tazón como si temiera que se lo arrebatara
- Porque lanzarte a la cama se hará mucho más difícil si engordas-
- Hentai- Reafirmó el rubio mientras seguía comiendo el ramen, con su rostro sonrojado por lo directo de aquellas palabras-

Naruto le había dicho que se había lastimado las rodillas en una caída de la bicicleta y que era por eso que tenía que andar en silla de ruedas, pero que pronto podría andar de nuevo. Aún así no le creía. Sabía que Naruto nunca había confiado tanto en él como quisiera, pero si era algo tan importante como eso, para él, lo menos que ese dobe podía hacer era decirle la verdad.

- estoy lleno- Dijo Naruto- ¿Vamos a tu casa para que baje todas esas calorías?
- Sí- Afirmó, mientras empujaba la silla de ruedas por las calles vacías y hermosas que conducían a su hogar, casi en el borde de la montaña, desde donde se podía ver toda la ciudad, como si fuera de juguete.

Dejó la silla en el vestíbulo, lo alzó en brazos, como en una luna de miel y lo llevó escaleras arriba, pensando la manera de hacer que ese estúpido chico le dijera de una vez por todas la verdad.

- Bien. Tengo que hacer ejercicio para no engordar. Eso dijo el doctor en mi última visita. Así que ¡Ejercítame!- Dijo en un doble sentido casi erótico mientras se abría la ropa, dejando su pecho al descubierto
- Naruto- Dijo sentándose a su lado en la cama- Dímelo de una vez-
- ¿Qué?- trató de descubrir, como si de una adivinanza se tratara- ¿Te deseo? ¿te necesito? ¿Hazme tuyo? Al menos podrías decirme si me acerco o no a lo que quieres que te diga, algo como frío o caliente… ¿Quizás tibio?-
- No es eso a lo que me refiero- Expresó seriamente- Quiero que me digas la verdad. ¿por qué la silla de ruedas?
- ¿otra vez con eso? Me caí de la bicicleta- Respondió de inmediato- ¿Ahora podemos acostarnos?
- No- Dijo conteniendo sus propios deseos- Tiene algo que ver con lo que pasó ese día verdad-

“Justo cuando ambos, en medio del baile de aquella canción que a Naruto tanto le gustaba, iban a reírse por la tierna broma del menor, este comenzó a toser, descontrolado, dejando sus manos manchadas de sangre al igual que sus labios. Trató de sostenerlo entre sus brazos, pero casi al instante, Naruto cerró los ojos, y resbalándose entre ellos cayó al suelo”

- No- Dijo el rubio- créeme, me caí de la bici
- No es cierto. Desde ese día no saliste del hospital. Luego del hospital, fue tu casa, y no saliste hasta que volviste a la secundaria. No te hubieran dejado irte en la bicicleta-
- ¿Cómo sabes eso? ¿me espiabas?-
- Tenía que saber donde estabas- Se excusó- Por que te amo. Ahora, ¿Puedes decirme la verdad?-
- No- negó el rubio- ¿Por qué insistes tanto? Me ofrezco a ti, y solo preguntas por cosas que no tienen sentido-
- Lo hago por que quiero que confíes en mí-
- Eres un estúpido- Dijo cerrándose la camisa- Déjame ir, ahora mismo-
- Pero…-
- Déjame ir. Estoy harto de tener que lidiar contigo y tu enorme ego-
- ¿te llamo un taxi?- preguntó al darse cuenta de que lo había arruinado todo, y de que no podía hacer nada al respecto
- Sí- Respondió de inmediato- Déjame en mi silla de ruedas-

Sasuke, se mordió los labios, irritado, enojado. Realmente quería acostarse con el rubio, pero, quería, de alguna manera, poder estar más cerca de él, y este no se lo permitía, siempre aislándolo. Lo levantó en sus brazos y tras bajar las escaleras, lo dejó en su silla de ruedas. Llamó al taxi, desde su celular y se paró en la puerta a esperar. Estaba lloviendo bastante, así que sacó provisionalmente una sombrilla.

- ¿Por qué te pones a la defensiva?- preguntó de repente
- ¿Ah?-
- Siempre que te pregunto sobre cosas que son íntimas. Cuándo conociste a Gaara, si te gusté desde el primer instante, si me presentas a tu familia, que haces en tu tiempo libre… Incluso la silla de ruedas. Siempre te pones a la defensiva, y buscas razones para pelearte conmigo ¿Por qué?
- No te importa-
- Lo ves. Estás evadiéndome ¿Es que no confías en mi lo suficiente, incluso cuando somos novios?-
- Tú tampoco me cuentas todo sobre tu vida y yo no te cuestiono por eso-
- Te cuento lo que es importante. Te respondo cuando me preguntas sobre mi pasado, incluso cuando me duele… ¿Porqué no haces lo mismo? Siempre intentas alejarte de mí-
- Si sientes que esto no está funcionando, déjalo- las luces del taxi iluminaron el perfil del asombrado pelinegro- es más. Deberíamos mantenernos un tiempo separados. Salir con otras personas… cambiar de ambiente…
- ¿estás rompiendo conmigo?-
- Sí. Eso hago-

El auto llegó a la entrada de la casa. Naruto lo miró fijamente y trató de salir, sin que Sasuke lo dejara. El rubio inmediatamente se dispuso a atacar y le golpeó en la mano, pero Sasuke no dijo nada, solo le tendió el paraguas.

- Naruto… Yo… No quería llegar a esto-
- Lo sé- Asintió el rubio tomando el paraguas de color negro-
- Yo… no quiero que te enojes conmigo-
- Déjalo así. Déjame como el villano por una vez. Es lo mejor-
- pero…-
- No es que no te ame- Dijo abriendo el paraguas- es que no puedo decirte lo que me pides. Porque no quiero meterte en mis problemas. -

La silla de ruedas salió con el rubio sobre ella, y el paraguas recibió de inmediato el golpe de las gotas de agua que ya habían mojado el pavimento. Sasuke le metió en el auto y dobló la silla de ruedas para guardarla en el cofre del auto. Naruto le cerró la ventanilla en la cara, y el auto se fue…

- es la Naturaleza-
- pero, deberían vivir por más tiempo-
- Los seres más hermosos tienen una existencia fugaz-
Notas finales: gracias a todos, dejen reviews y no hablo más porque tengo que irme a cocinarle a mi hermana estúpida que se cree la gran cosa... Y a ver el especial de navidad con mis sobrinos

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