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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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    -¿Las circunstancias entonces, o tú? ¿Cuál es el problema?

 

            -Es que no es tan simple.

 

            -No espero que ya me ames, eso déjamelo a mí, solo dame el chance de intentarlo.

 

            -¡Ya te dije que no es tan simple! –Exclamó Draco alejándose otra vez mientras comenzaba a dar vueltas por el cuarto- ¿Qué tal si termino en Azkaban?... o mejor aun ¿con el beso del dementor?... ¿Qué harás entonces, cambiarme amorosamente los pañales en mi celda?

 

            -Draco, no…

 

            -¡Sé realista Harry, por Merlín! –Interrumpió- ¿para qué te digo que sí, si mi humanidad puede terminar en Azkaban?... ¡no pensarás que yo aceptaría algo así!

 

            -¿Y si no fuera por eso, entonces me dirías que si?... si no estuvieras con un pie en la cárcel ¿aceptarías tener una relación conmigo?

 

            -P-pues…

 

            -Si no fuera por eso ¿me dirías que sí? –repitió  acercándose a él.

 

            -¿No puedes hablar desde donde estas? –Replicó  molesto- no tienes que hablarme de bulto.

 

            -¿Te pongo nervioso?

 

            -No, ya me habías preguntado eso y te había dicho que no –respondió alejándose como quien no quiere la cosa hasta darse vuelta dándole la espalda.

 

            -Por todos los cielos, ya deja de correr –dijo Harry abrazándolo por detrás tomándolo por sorpresa- ¿Por qué cada vez que creo que te tengo te escabulles como agua entre mis dedos? –Añadió Harry recargando su mejilla en su hombro mientras hablaba suavemente- no me tengas miedo Draco Malfoy.

 

            -No lo tengo –respondió  tan tenso como un resorte estirado y sin moverse un milímetro.

 

            -Sí que lo tienes… -dijo  sin soltarlo- tienes miedo del pasado, del futuro… de mí…

 

            -Yo no…

 

            -Shhh… por un instante cierra esa gran boca tuya, tonto.

 

            -No me calles.

 

            Por toda respuesta Harry solo sonrió sin moverse de su sitio hasta que al cabo de unos minutos sintió el cuerpo de Draco relajarse poco a poco.

 

            -¿Ya ves que no es tan difícil?

 

            -Cállate ¿Qué más puedo hacer si no me sueltas? –refunfuñó  cruzándose de brazos.

 

            -Ven acá –dijo dándole la vuelta y abrazándolo provocando que Draco bajara los brazos quedándose con ellos pegados a los costados tan tieso como un lápiz- ¿Por qué eres tan difícil, jodido Slytherin? –suspiró Harry meciéndose suavemente.

 

            Con su barbilla en el hombro de Harry, Draco tragó saliva sintiendo nuevamente el tan detestado sonrojo.

 

            -¿No te gusto ni un poquito?... Draco…

 

            -Ya te oí.

 

            -¿Y entonces?... ¿tan feo estoy?

 

            -Pues no eres una guapura precisamente –respondió Draco cerrando los ojos con fuerza para alejar la imagen sensual del chico de cabello negro y piel suave, con dos joyas como ojos y un cuerpo perfecto.

 

            -¿Entonces soy feo? –dijo  separándose de él viendo divertido como Draco permanecía con los ojos cerrados.

 

            -Si, lamento ser yo quien te baje de tu pedestal, Potter…pero no eres el mangazo que tú crees.

 

            -Vamos cabeza de chorlito, abre los ojos.

 

            -¿Por qué tanta insistencia en insultarme? –exclamó Draco enojado  mirándolo a los ojos.

 

            -Porque solo así reaccionas, creo que eres hijo de la mala vida –respondió abrazándolo esta vez de frente.

 

            -¡Ah, vaya!... –dijo Draco intentando dar un paso atrás.

 

            -No te soy indiferente, lo sé muy bien –dijo  sin soltarlo- ¿Por qué no simplemente dices que si?

 

            -Ya te dije.

 

            -Pero si es por eso, si solo nos queda una semana ¿Por qué no aprovecharla? ¿Por qué no darnos un chance en ese tiempo?

 

            -Ya te dije que no, ¿Qué tal si el Wizengamot…?

 

            -Si, si, ya sé… -interrumpió Harry- si el juicio sale mal y vas a Azkaban… mira, tengo una idea –añadió Harry separándose y tomándolo por los hombros- te propongo que seas mi pareja por esta semana, si el Wizengamot falla en tu contra, terminamos y si no, pues simplemente seguimos ¿Qué piensas? –concluyó Harry sabiendo de antemano que aunque eso pasara, él no cumpliría eso de abandonarlo sin más ni más.

 

            -Pues… Pues…

 

            -Ya no hay pretexto para que digas que no.

 

            Draco se mordió el labio inferior inconscientemente mientras desviaba la mirada; Harry tenía razón, ya no había pretexto… ¿entonces que le impedía aceptar?... suspiró e inclinó la cabeza en actitud derrotada ante la mirada escrutadora de Harry.

 

            -Si… -musitó finalmente el rubio mirando el piso- es cierto…

 

            -¿Cierto que?

 

            -Que yo…

 

            -¿Si? –le animo Harry suavemente.

 

            -Que yo… Harry, yo tengo miedo.

 

            -¿Miedo de que?

 

            -De… pues de…

 

            -Vamos Draco, dilo.

 

            Exasperado consigo mismo, Draco se desprendió de las manos de Harry mientras hacia un gesto de impotencia.

 

            -De… de enamorarme de ti… -soltó finalmente manoteando nervioso mientras caminaba de un lado a otro- y de… de…

 

            Harry sintió como si una docena de mariposas comenzaran a revolotear frenéticas en su estomago al escucharlo.

 

            -Y si yo… y si tú… y si nosotros… -continuaba Draco balbuceando sin sentido.

 

            -¡Tranquilo! –exclamó  sonriendo al tiempo que detenía su alocado andar.

 

            -¡Suéltame, no puedo pensar así!

 

            -Tienes miedo de sufrir ¿no es así?... eso es lo que quieres decirme –dijo  viéndolo a los ojos- yo nunca te haría daño Draco, y lo sabes.

 

            -No, no lo sé… lo mismo pensé de Roger y ya ves.

 

            -Yo te voy a cuidar.

 

            -Pues siento desanimarte pero tampoco soy una pobre doncella desvalida –refunfuñó  avergonzado- no necesito que me cuides, ya no tengo ningún bebé adentro.

 

            -No me refiero solo a eso y lo sabes.

 

            -Pues sí, pero…

 

            -Por favor, intenta confiar en mí, arriésgate de nuevo.

 

            Draco abrió la boca para responder pero finalmente la cerró al ver frente a si el hermoso rostro de Harry y no pudo menos que sonreír al verlo tan esperanzado.

 

            -¿Por qué te gusto, Potter?... es decir… en el colegio siempre nos llevamos mal, me encantaba molestarte a ti y a tus amigos, a la comadreja y a la sangre sucia.

 

            Ambos se miraron por un momento hasta que Harry dijo:

 

            -¿Crees que me enojaré porque los llames así?

 

            -¿Y no lo harás? –respondió Draco retador.

 

            -No, porque ya sé que no piensas eso, que eso ya te da igual; y segundo, porque sé que lo haces por molestarme.

 

            -Bueno, eso no responde mi primera pregunta.

 

            -Draco, en ese entonces éramos unos niños, tú eras un completo imbécil y yo, pues… tenía otras cosas en mente.

 

            -Gracias por una explicación tan ilustrativa –dijo Draco alzando una ceja.

 

            -Eso ya no importa, el caso es que me gustas… y mucho por cierto.

 

            -Es que… no sé.

 

            -Vamos Draco, te das a desear más que una quinceañera virgen.

 

            -Pues si no te…

 

            -Shhh –dijo Harry poniéndole un dedo en los labios- Roger no acabó con tu capacidad confiar, no te quitó la necesidad de amar; si… te dejó muy lastimado, pero no imposibilitado.

 

            Draco se mordió nerviosamente los labios por unos eternos instantes, para finalmente mirar a Harry mientras decía:

 

            -¿Prometes que si voy a Azkaban todo terminará?

 

            -Lo prometo –respondió Harry cruzando los dedos por detrás.

 

            -Y… ¿prometes que en caso de que todo salga bien, en el momento en que deje de gustarte, me lo dirás sin más ni más antes de ponerme lo cuernos?

 

            -Prometido ¿algo más?

 

            Draco lo miró sin saber que mas pedir.

 

            -Pues… creo que es todo, por ahora no se me ocurre nada más.

 

            -¿Entonces puedo considerar que oficialmente eres mi pareja? –concluyó Harry sonriendo.

 

            -Pues dicho así lo haces parecer muy solemne –dijo Draco sintiéndose nerviosillo.

 

            -Es porque lo es, esto es algo serio e importante para mí… ¿así que sí?

 

            Draco sintió su corazón bombear con fuerza antes de decir:

 

            -Sí.

 

            Sin darle tiempo a nada, Harry le pasó los brazos por la cintura y lo levantó comenzando  a darle vueltas.

 

            -¿¡Estas demente?!... ¡bájame!

 

            ¡Sí, si idiota, por ti! –respondió Harry sintiéndose ebrio de felicidad y sin dejar de darle vueltas.

 

            -¡Bájame ya! –dijo Draco riendo también sin poder evitarlo.

 

            Cuando Harry lo bajó, ambos trastabillaron mareados yendo a dar al piso.

 

            -¿Cómo puedes cargarme si quedé como vaca? –dijo Draco tendido en la alfombra.

 

            -No seas ridículo –respondió Harry a un lado de él- solo subiste seis kilos y medio durante el embarazo, eso es muy poco, aun estas anémico y casi ni comes, no creas que no me he dado cuenta.

 

            -No como porque no tengo hambre, eso es todo.

 

            -Pues ya me encargare yo de hacerte comer bien.

 

            -No digas burradas.

 

            -Draco…

 

            -¿Sí?

 

            -Dame un beso.

 

            Draco giró el rostro encontrando a Harry mirando el techo.

 

            -¿Un beso dices?

 

            -Ajá.

 

            -¿Por qué?

 

            -Porque siempre soy yo el que te besa… ahora quiero ser besado por ti –dijo Harry sin voltear.

 

            Draco se giró y se recargó en un codo observando el fino perfil de Harry, entonces se inclinó y…

 

            -¡Ups, perdón! –exclamó el señor Jackson entrando en ese momento.

 

            Draco se separó rápidamente levantándose al instante dejando a Harry con grandes deseos de asesinar a alguien, especialmente a algún medimago.

 

            -No, no pasa nada –replicó Draco alisándose el pelo mas por nerviosismo que por otra cosa- yo… eee…mmm… estaba…

 

            -¿Sacándole una pestaña del ojo? –completó el señor Jackson tratando de ocultar una sonrisa.

 

            Y es que él, siendo tan experimentado y tan cuidadoso al momento de relacionarse con sus pacientes, especialmente con los que estaban en custodia, ese chico rubio había sido muy singular; no podía negar que era un caso clínico sumamente interesante y sin precedentes el cual él tuvo la suerte de tratar, pero Draco Malfoy había demostrado sin proponérselo que él no era solo un apellido, que era un chico como cualquiera con circunstancias complicadas; y no era simpatía por el prisionero, él había presenciado muchas situaciones que demostraban que ese chico no era un cómplice de Voldemort, sino una simple pieza de su macabro juego, una víctima de muchas.

 

            Le había visto llorar y debatirse entre la vida y la muerte, lo había visto levantarse del suelo y luchar aun sin tener ya energías… y había visto también la lucha de Harry por no dejarlo caer y perderse en el mar de la desolación y la desesperanza; lo había visto acompañar el dolor de Draco como si fuera suyo… y esos cuidados que le daba… nadie cuidaba con tal solicitud a un simple prisionero, y sin que nadie se lo dijera, tal como había dicho Sirius, él se había dado cuenta por si solo de que Harry estaba hasta las manitas por Draco Malfoy.

 

            -“Así que lo logró” –pensó el medimago viendo a Harry tendido en el suelo con tal semblante de felicidad a pesar de su interrupción, que no dudó en sonreírle mientras le guiñaba un ojo provocando que el enojo de éste despareciera al instante.

 

            -Bueno… -dijo el medimago tendiendo a Draco un vasito con una poción verde- el fiscal me ha mandado un citatorio para declarar en el juicio.

 

            -Era de esperarse –dijo Draco intentando apaciguar el calor que quemaba su cara.

 

            -Sea lo que sea que me pregunten, solo diré la verdad.

 

            -No esperaba que dijera otra cosa –replicó Draco molesto.

 

            -Y yo no esperaba que me lo pidieras, solo les aviso… oye Draco.

 

            -¿Si? –respondió Draco haciendo muecas por el sabor amargo de la poción.

 

            -Voy a empezar a disminuir el medicamento que controla tu presión sanguínea, debemos hacer que tu organismo vaya estabilizándose por sí mismo.

 

            -Bien.

 

            -También hay otra cosa que debo comentarte, algo sobre el expediente médico que le di al señor Miller.

 

            -¿Y ese quién es?

 

            -El especialista que se encarga de tu hijo.

 

            -Ah…

 

            -Hay algo que yo no…

 

            Unos toquidos en la puerta interrumpieron lo que él señor Jackson estaba diciendo.

 

            -¿Qué sucede? –preguntó Harry al auror que tocaba.

 

            -El medimago Jackson tiene un llamado urgente, es un asunto familiar.

 

            Al oír eso, el señor Jackson salió deprisa pensando en mil desgracias.

 

            -Espero que no sea nada grave –dijo Draco.

 

            -Si, creo que tiene una hija ¿no?

 

            -Y varios nietos creo, oye Harry…

 

            -¿Sí?

 

            -Creo que hay que decidir cuales recuerdos debemos mostrar en el juicio.

 

            -Sí, es verdad… pero aun me falta algo por contarte –dijo Harry sentándose en el sofá haciendo una seña para que Draco lo hiciera también.

 

            -¿Aun hay más? –dijo Draco trepándose al sofá.

 

            -Sí.

 

            -Ya sé lo que dirás –dijo Draco sonriendo- es sobre que será muy humillante ¿no?... no te preocupes, ya lo sé.

 

            -Pues sí, de eso hay que hablar también, pero eso podemos hacerlo después –respondió Harry mirando distraídamente una mota inexistente de polvo en el sofá y pensado de que mejor manera decir: “¡sorpresa, tu padre está vivo pero más loco que una cabra!”

 

            -Otra vez haciendo eso –dijo Draco esbozando una pequeña sonrisa.

 

-¿Qué cosa?

 

-Que cuando hay algo que me va  a afectar te quedas callado un rato antes de soltarlo.

 

            -¿Lo hice de nuevo?... no me había dado cuenta.

 

            -Solo dilo ¿Qué más impactante puede ser que me hayan quitado  a mi hijo?

 

            Harry suspiró antes de comenzar a hablar.

 

            -Bien… pues veras, cuando estuvimos en Rumania, en el castillo de Peles, Voldemort comenzó el ritual para convertir a Harry en un horrocrux y para lograr eso, se necesita un sacrificio, necesitas partir tu alma, y eso es asesinando a una persona.

 

            Draco escuchaba atento, sabía que lo que Harry estaba diciéndole era importante y aunque no tenía idea de a donde quería llegar el auror, intuyó que no debía interrumpirlo.

 

            -Cuando estuvimos todos reunidos… -continuo Harry- él hizo traer al que pretendía asesinar, pero cuando nuestras identidades fueron descubiertas, Voldemort desvió su atención hacia nosotros, se descuido y fue asesinado por esta persona, quien por cierto se encuentra en un estado mental critico, ya que no habla ni hace nada… esta catatónico.

 

            Draco entrecerró los ojos notando que conforme Harry hablaba más sobre aquella persona que finalmente había acabado  a Voldemort, más inquieto se ponía.

 

            -Harry… ¿Qué persona es esa?

 

            Harry exhaló un suspiro profundo inflando las mejillas como si necesitara mucho oxigeno.

 

            -Es… la persona que mató a Voldemort fue tu padre, Lucius Malfoy.

 

            Draco frunció el ceño mientras parpadeaba desconcertado… ¿su padre?... ¿Lucius Malfoy?

 

            Harry vio el desfile de emociones en el rostro de Draco, vio desconcierto, sorpresa y finalmente incredulidad.

 

            -El… continuó ante el silencio del rubio- estaba… no, está en muy mal estado, está en observación médica en este momento.

 

            Pero Draco solo continuaba mirándolo con ojos muy abiertos.

 

            -¿Draco?

 

            -¿Mi padre vivo? –exclamó al fin mirándolo fijamente.

 

            -Si.

 

            -Oh… -musitó Draco quitándole la vista de encima para mirar hacia abajo como si buscara algo siendo este más que nada un gesto de desconcierto.

 

            Harry no dijo nada dándole todo el tiempo necesario; Draco tragó saliva mientras una enorme mano invisible iba apretándole el pecho poco a poco.

 

            Vivo… era como si un sueño tan anhelado pero finalmente echado al fondo del mar del olvido más de fuerza que de gana emergiera con ímpetu desde lo más profundo.

 

            -¿Mi padre vivo? –Musitó aun sin mirar a Harry todavía- ¿no me estas engañando? –preguntó mirándolo finalmente en una actitud tan anhelante, temerosa y dolida que Harry sintió que se le partía el corazón.

 

            -No estoy mintiendo, tu padre está vivo.

 

            Draco se tapó la boca con ambas manos cayéndole la noticia encima como si se lo hubiese dicho por primera vez.

 

            -¡Mi padre!... –exclamó el rubio sin descubrirse la boca- ¿¡vivo!?... ¡es decir…!... ¿¡vivo!?

 

            -Si, todo el mundo está sorprendido por eso, al igual que tú, lo considerábamos muerto.

 

            Draco no dijo nada mas, lo que hizo fue levantarse y caminar lentamente por la habitación dándole la espalda a Harry.

 

            Lucius vivo… su padre vivo… toda una eternidad sintiéndose tan solo como un niño abandonado en plena tormenta, alejado de los dos únicos seres que conformaban su mundo, de las dos únicas personas que aun con errores, defectos y maldades eran sus padres.

 

            Porque si… él sabía todo lo que habían hecho, era cierto que durante gran parte de su vida ignoró lo que era ser un verdadero mortífago, a fin de cuentas era solo un niño; pero cuando tuvo la misión de matar a Dumbledore, la venda de sus ojos había caído… si, él sabía…

 

            El sabía porque la gente odiaba a los Malfoy… pero esos dos seres imperfectos eran quienes lo amaban más que nadie en el mundo, y él los amaba a ellos…

 

El llanto de su madre la última noche que la vio… la mirada llena de angustia de su padre cuando fueron separados… separados por tanto tiempo en el que pensó que había sido asesinado, pero sin embargo había sido algo mucho peor, había sido torturado hasta la locura.

 

Un espasmo de su garganta le hizo darse cuenta de que ya lloraba y no se había percatado de ello.

 

-Mi padre está vivo… -musitó nuevamente como para terminar de convencerse oyéndolo de su propia voz.

 

            Harry se había puesto de pie aunque siguiera en su lugar abriendo y cerrando los puños nerviosamente sin saber exactamente que hacer más que permanecer quieto.

 

            Draco permanecía quieto mientras que de su garganta comenzaron a escapar gemidos que le producía el llanto, se sentía a punto de caer cuando unos brazos lo rodearon por la cintura al tiempo que sus rodillas se doblaban, fue entonces que no pudo más y comenzó a sollozar como si la vida se le fuera en ello; con sus manos se cubrió el rostro mientras los brazos de Harry dejaban su cintura y lo abrazaban por la espalda.

 

            Su cuerpo se sacudía en un llanto convulso sin poder evitarlo haciendo que el calor que sentía en su espalda lo hiciera sentirse aun más frágil, pero por ese instante no detestó sentirse así, por ese mínimo segundo no odió sentirse blando o sentimental; lo que hizo fue girarse a la fuente de ese calor tan confortable y aferrarse a él.

 

            Sentado completamente en el suelo, se abrazó a la cintura de Harry, quien con una pierna doblada y la otra hincada en el suelo, lo único que hizo fue envolverlo en sus brazos; entonces el cuerpo de Draco se relajó de repente haciendo que Harry lo mirara asustado.

 

            -¡Demonios! –exclamó al verlo desfallecido- ¡Draco despierta!... ¡vamos, reacciona! –añadió dándole palmaditas en el rostro.

 

            Al ver que no reaccionaba, le pasó un brazo por la espalda y el otro bajo sus piernas levantándose trabajosamente; cuando lo hubo colocado en la cama, salió rápidamente a decirle a un auror que buscara al señor Jackson urgentemente.

 

            -Vamos cariño, despierta… -susurró regresando a la cama mientras que con manos temblorosas continuaba dándole palmaditas.

 

            Después de cuatro angustiosos minutos, Harry se dirigió enfurecido a la puerta cuando entonces ésta se abrió entrando por ella un apresurado señor Jackson.

 

            -¿¡Porque tardó tanto?! –gritó Harry corriendo de nuevo a la cama.

 

            Pero el señor Jackson no perdió tiempo en discutir, lo que hizo fue sacar su varita y pasarla sobre el cuerpo de Draco haciendo aparecer una serie de números azules en el aire, los cuales cambiaban a rojo, a violeta, después a azules de nuevo provocando mas angustia en Harry al no tener la menor idea de lo que significaban.

 

            -¿¡Que pasa,  eso es malo, porque no despierta!?

 

            -Cállate –dijo el señor Jackson convocando algo de su habitación.

 

            Entendiendo que no debía distraer al medimago, Harry se contuvo mientras lo veía sacar una jeringa y una ampolleta de una pequeña bolsa de piel; sintiéndose impotente y culpable, dio varias vueltas por la habitación mesándose el cabello nerviosamente; al cabo de unos cuantos minutos, se giró de nuevo viendo como los números de cambiantes colores tomaban ahora una tonalidad verde claro.

 

            -¿Qué pasa, como está?

 

            -Ya está controlado –dijo el señor Jackson aplicando una tercera inyección.

 

            -¿Pero entonces porque no despierta?

 

            -Dormirá un par de horas.

 

            -¿Qué sucedió? –preguntó Harry acercándose a la cama.

 

            -Hipotensión.

 

            -Ah… pero ya la controló ¿cierto? –preguntó Harry sabiendo ya que el medimago se refería a la presión baja.

 

            -Sí.

 

            -Es mi culpa ¡es mi maldita culpa! –exclamó Harry negando con la cabeza.

 

            -¿Por qué? –preguntó el señor Jackson desapareciendo con su varita, las jeringas usadas.

 

            -Le dije lo de su padre… le dije que estaba vivo, por eso se puso mal –respondió Harry tomándole una mano sintiéndola helada.

 

            -Ese fue el detonante, pero tú no eres responsable –dijo el señor Jackson quitándole las pantuflas a Draco y cubriéndolo con la manta- recuerda que no ha podido estabilizarse por su solo durante todo este tiempo.

 

            -Pero…

 

            -Tenias que decírselo Harry –dijo el medimago mirándolo finalmente- no podías posponer esta información.

 

            -Lo sé… lo sé, pero… -exclamó Harry torciendo la boca- rayos…

 

            -Mira, hoy es martes, al menos tendrá un par de días para recuperarse, el juicio es el lunes y ya estará bien.

 

            -Nunca me pasó por la mente que pasaría esto.

 

            -Obviamente a mi tampoco.

 

            -¿Y qué tal si…? diablos…

 

            -Seguramente hubiese pasado lo mismo con cualquiera de nosotros, el que hayas sido tú el que le dio la noticia no influyó en nada, te lo aseguro.

 

            -Pues si… -dijo Harry exhalando un profundo suspiro- solo que no puedo evitar sentirme mal.

 

            -Mira, la poción y los hechizos que trae encima están complicando todo su cuadro médico, ni yo puedo predecir con exactitud qué puede pasar, ni siquiera he podido retirarle el medicamento para su presión sanguínea.

 

            Harry solo apretó los labios mientras acercaba una silla a la cama disponiéndose a esperar.

 

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            Cuando despertó, lo primero que hizo fue pasarse las manos por la cara al sentirse desorientado.

 

            -¿Cómo te sientes? –preguntó Harry haciéndolo mirar a un costado.

 

            -Harry…

 

            -¿Ya mejor? –dijo Harry desde su silla.

 

            Sin contestar, Draco volvió a cubrirse la cara, los recuerdos de su conversación con Harry llegaron en tropel.

 

            -¿Me lo juras, Harry? –Preguntó Draco con las palmas sobre sus ojos- ¿me juras que está vivo?

 

            -Si.

 

            Inflando las mejillas y dejando escapar el aire, Draco se descubrió la cara mirando al techo.

 

            -Quiero verlo… necesito verlo…

 

            -No se puede, está aislado.

 

            -Es que tengo que verlo.

 

            -Y yo lo entiendo, pero no puedo hacer nada respecto a eso, el acceso está restringido, ni siquiera Sirius puede pasar.

 

            -Por Merlín… -susurró Draco cerrando los ojos- mi papá está vivo.

 

            -Fue una sorpresa para todos.

 

            -Dime la verdad ¿Cómo lo viste? –preguntó Draco mirándolo.

 

            -“Mas loco que una cabra” –pensó Harry absteniéndose por obvias razones de decirlo- ya te lo había dicho, esta catatónico.

 

            -¿Se recuperará?

 

            -No lo sé, el diagnostico de los medimagos es reservado.

 

            -¿Crees que me reconozca?

 

            -No me gusta darte la misma respuesta pero la verdad es que no tengo idea.

 

            Draco ya no dijo nada, simplemente le dio la espalda a Harry haciéndose un ovillo en las mantas; pasaron unos minutos antes de que sintiera un peso en el colchón atrás de él que lo hizo volverse sobresaltado.

 

            -Calma, soy yo –dijo Harry poniéndole una mano en su hombro al tiempo que se acomodaba junto a él.

 

            -¿Qué rayos crees que haces? –exclamó Draco frunciendo el ceño.

 

            -No puedo decirte lo que quieres oír, pero si puedo acompañarte –respondió Harry acomodando su cabeza en la almohada.

 

            -No necesito…

 

            -Tú no, pero yo si –interrumpió Harry.

 

            Sin decir nada, el rubio volvió la vista al frente aun sintiéndose raro en esa posición de cucharitas de estante; Efectivamente ya conocía los sentimientos de Harry hacia tiempo y la confianza desarrollada en todo ese tiempo hacían muy fácil la convivencia, pero aun así se le hacía extraño tenerlo tan cerca a pesar de que ya lo había aceptado; sin embargo el calor del moreno en su espalda se le hizo agradable y hasta confortante; realmente necesitaba apoyarse en alguien y esa respiración tranquila en su nuca le recordó que había un “alguien” dispuesto a apoyarlo.

 

            Harry sonrió al sentir que el brazo con el que rodeaba la cintura de Draco, era tocado suavemente por la  mano de éste.

 

            -Estoy muy feliz… -dijo Draco sin volverse- mi padre está vivo pero también me siento triste por el estado en el que se encuentra… ¿te imaginas todo lo que le hicieron  para llegar a ponerlo así?

 

            -Sí.

 

            -¿Qué va a pasar con él?

 

            -Por ahora nada, está imposibilitado para enfrentar cualquier juicio.

 

            -Oye… ¿me dijiste que él mató al señor Tenebroso?

 

            -Sí… justo cuando iba a matarme,

 

            -¿En serio?

 

            -Si, Voldemort me apuntaba con su varita listo para lanzarme un “Avada Kedavra” y fue entonces que tu padre lo mató… la verdad le debo una, y una muy grande.

 

            Draco se giró un poco para mirar a Harry a los ojos preguntando:

 

            -¿De verdad estuviste a punto de morir?

 

            -Si –respondió Harry viendo los brillantes ojos grises mirarlo con una expresión extraña.

 

            ¿A punto de morir?... ¿Harry Potter muerto?... con apenas unos centímetros de distancia y sintiendo el calor de su respiración en su rostro, Draco continuo mirándolo fijamente el cada vez mas desconcertado rostro de Harry, quien solo atinó a quedarse quieto cuando Draco pasó su mano por su mejilla con la expresión de quien ve algo por primera vez… vio al rubio mirar su rostro con detenimiento, sintió los dedos delinear sus cejas negras, su nariz y sus labios.

 

            -¿Draco? –musitó sintiendo su corazón acelerarse al sentir el suave toque del chico.

 

            Pero Draco no respondió, seguía en su curiosa exploración para finalmente y para sorpresa de Harry, acabar de girar el cuerpo y abrazarse a él.

 

            Harry sintió la rubia cabellera cosquillearle la nariz, y los brazos de Draco rodearle el torso, y aunque eso le agradó mucho, también le sorprendió mucho; pero incluso Draco estaba sorprendido, el solo imaginar que Harry, en ese momento no estaría con él en su cama, abrazándolo, le hizo tragar saliva al tiempo que un hueco se le formaba en el estómago; por eso lo había abrazado, como si necesitara constatar que efectivamente estaba ahí.

 

            Aun con su rostro pegado al hombro de Harry, él mantenía ese gesto de desconcierto, el imaginar tener los brazos vacios le hizo apretar más fuertemente al auror.

 

            -Draco ¿estás bien?

 

            Pero Draco siguió sin responder aun, estaba muy ocupado aspirando el aroma que despedía aquel cuerpo tan cálido.

 

            -Si… -dijo al fin sin separarse- solo… solo no te mueras  ¿vale?

 

            -¿Qué no me muera? –exclamó Harry sonriendo extrañado.

 

            -Si, ya lo dije –respondió Draco separándose para desilusión de Harry- olvida lo que dije, estoy muy sensible… tu sabes, las hormonas… -dijo Draco dándole la espalda de nuevo.

 

            Harry ya no dijo nada, simplemente se concentró en sentir el cuerpo de Draco pegado a él y lo apretó más contra sí.

 

            -Si todo sale bien ¿crees que pueda verlo? –dijo Draco después de unos momentos.

 

            -Seguro que si.


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