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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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Notas del capitulo:

HOLA, HOLA AMANTES DEL LEMMON!!!!!!!... PERDON X LA TARDANZA, ES QUE ESTOY HACIENDO LOS CAPIS MAS GRANDES, Y EN ESTE QUERIA ABARCAR MAS, POR ESO ME TARDE, Y DE PLANO NO PUDE INCLUIR MAS XQ SINO ME IBA A TARDAR TOOOOOODAVIA MAS... ASI Q MEJOR LES TRAIGO ESTO, DE IGUAL MANERA, ERA MUY GRANDE ASI Q ESTA DIVIDIDO... Y SI VUELVO A TARDAR PARA LA PROXIMA ENTREGA ES X ESO, ¿HE?... Y TODOS LOS REV CONTESTADOS, ¡¡¡GRACIAS!!!... Y GRACIAS TAMBIEN X EL PESAME DE MI PELO, AL FINAL NO ME QUEDO MAS Q ENFRENTAR AL MUNDO T_T.... PERO SOBREVIVI XD.... BESITOS!!!!!!!!

  Cuando Harry bajó con los platos, Remus lo observó por unos segundos para después preguntar:

-¿Todo bien?

-Si ¿me necesitas para algo más?

-No.

-Bien, estaré en mi habitación.

-Cenaremos en quince minutos.

-Hoy no tengo hambre, gracias. 

A solas, en su habitación, Harry se recostó en su cama con los brazos detrás de la nuca mientras muchas cosas le rondaban por la cabeza; algo le molestaba y no sabía con certeza que era... Draco era el mismo arrogante, déspota y engreído, pero eso no le sorprendía, por lo tanto no era eso lo que le inquietaba.

Cuando Narcisa le preguntó sobre Draco cuando él estaba supuestamente muerto, comprendió que a ella ya no le importaba la lucha de Voldemort, ella lo único que quería era recuperar a su hijo, por eso quedó muy sorprendido cuando al terminar la batalla nadie los encontró; supuso entonces que había sido Lucius quien nuevamente había arrastrado a su familia movido por su ambición, y que estos en vez de negarse habían aceptado nuevamente seguir los ideales de ese loco; nunca le pasó por la mente lo que sus dos amigos habían descubierto con una simple conversación, que los Malfoy no se habían ido, a ellos se los habían llevado.

Un escalofrió le recorrió el cuerpo al imaginar la ira de Voldemort sobre ellos, principalmente sobre Narcisa... y si Lucius estaba desaparecido ¿sospecharía Malfoy que probablemente su padre ya estaba muerto como decían sus dos compañeros?... entonces unos toquidos en la puerta interrumpieron sus pensamientos.

-Adelante.

-Espero no molestar –dijo Remus sonriendo.

-Para nada.

-¿Estás bien? –Preguntó Remus sentándose en una silla- te noto preocupado.

-Pues...

-Vamos Harry, algo te molesta o te preocupa, te conozco.

-Es que ese es el detalle... –exclamó Harry enderezándose y recargándose en la cabecera de su cama- no logro descubrir que es exactamente.

-Tiene que ver con Draco ¿cierto?

-Si... la verdad sí.

-Puede ser porque nunca habías custodiado a alguien tan cercano.

-Pero no éramos amigos.

-Pero convivieron de alguna manera.

-Pues si... eso sí.

-Apenas vas a cumplir un año dentro del departamento, y aunque hayas enfrentado muchas cosas dentro del colegio, aun te falta mucho por aprender.

-¿Tu ya te acostumbraste?... digo, esto de interrogar prisioneros es duro, principalmente cuando se resisten a hablar.

-La gente solo nos ubica defendiendo a magos y muggles indefensos o combatiendo mortífagos en plena batalla, por eso nos ve como "los buenos"... pero hay otras facetas de nuestro trabajo que no parecen tan heroicas, como eso de interrogar y sacar la información a cualquier precio... aunque llevo años en esto aun me falta acostumbrarme a muchas cosas, y creo que nunca lo haré, principalmente con alguien a quien también conocí... recuerda que fui su maestro en Hogwarts.

-Ya veo... –murmuró Harry pensativo- ¿Qué haría Malfoy en todo este tiempo?

-¿Tu duda es si hizo cosas malas en este tiempo para que amerite una condena en Azkaban?

-¿Cómo? –preguntó Harry desconcertado.

-Si Harry... –exclamó Remus comprensivo- todos sabemos que los Malfoy hicieron muchas cosas malas, que fue Draco quien introdujo a los mortífagos en Hogwarts burlando una seguridad que según todos era inviolable y que además tenía la encomienda de asesinar a Dumbledore, algo que no hizo porque finalmente no es un asesino, y que si hizo todo eso fue porque Voldemort tenía amenazados a sus padres... y no es difícil imaginar porque los Malfoy seguían con él... Lucius y Narcisa ya no importan porque seguramente él también ya esté muerto, pero queda el hijo... y éste fue atrapado en plena reunión mortífaga y sin juicio alguno fue condenado a Azkaban.

-Remus, lo condenaron a cadena perpetua... –exclamó Harry torciendo la boca como si recién lo descubriera. 

-Así es.

-¿Hay algún reporte en donde se registre alguna participación suya en algún otro incidente?

-No, pero tampoco la hay de muchos otros que también fueron condenados y que sin embargo aceptaron su participación en muchos delitos.

-Malfoy ni siquiera tiene la marca.

-Muchos otros tampoco y sin embargo siguen a Voldemort.

-Aunque claro... –dijo Harry sarcástico- ¿Qué más prueba incriminatoria que su propio apellido?

-Harry... –interrumpió Remus suavemente- ¿A dónde quieres llegar?

-¿Yo?

-¿Pues quien más?... yo no me reiría de ti.

Harry miró los ojos oscuros de su amigo y después de unos momentos se enderezó en la cama diciendo:

-Lo sé, gracias.

-¿Entonces qué piensas?

-Mira, sé que Malfoy siempre fue un idiota, lo supe desde el instante en que lo conocí y lo reafirme en cuanto nos encontramos en Hogwarts el primer día, sus ideas raras siempre me molestaron, una persona elitista a más no poder, pero nada mas... lo que hizo después fue porque fue obligado, y acabamos de descubrir que su familia y él fueron llevados a la fuerza cuando desaparecieron... ¿Por qué lo condenan sin siquiera averiguar que pasó en todos estos años?... su padre fue un idiota ambicioso, es cierto, pero es del hijo de quien estamos hablando... dime ¿tú estás de acuerdo con el Wizengamont?

Remus sonrió tan débilmente que más que sonrisa pareció una mueca, y exhalando un suspiro dijo:

-No

-¿Entonces?

-Hago lo que puedo, pero no puedo vencer al sistema, Harry.

-¡Pero Remus! –exclamó Harry indignado- ¡es una injusticia!... digo, no meto las manos al fuego por nadie y mucho menos por él, pero... pero cuando menos merecía un juicio justo.

-Sé que te decepciono, Harry... pero...

-No Remus... –interrumpió Harry cruzando las piernas en la cama- no eres tú... no soy tan ingenuo para pensar que una sola persona puede cambiar al mundo; ni Dumbledore pudo y eso que tenía mucha más influencia que tu y que yo... es solo que... siento que estas cosas no nos hacen mejores que ellos, además...

-¿Además, que? –preguntó Remus al ver a Harry quedarse callado de repente.

-Además... –dijo Harry mirándolo a los ojos- la condición de Draco...

-¿Qué pasa con eso? –preguntó Remus mirándolo gravemente.

-Creo que él no la provocó... creo que él tampoco sabe como sucedió, aparte de lo obvio, claro.

-¿Por qué lo dices?

-Discutimos hace rato... –dijo Harry gesticulando las manos- nos gritamos cosas... y entonces dijo que él tampoco buscó ser un fenómeno... ¿Qué piensas Remus?

-Fuiste tú quien lo vio, sus expresiones, su tono... dime tú qué crees.

-Yo... realmente no entiendo nada, pero creo que él no lo planeó, aunque creo que ya lo sabía pues no se sorprendió cuando el medimago declaró que él tenía un bebé dentro.

-Vaya... –exclamó Remus pasándose las manos por el cabello- siento que esto cada vez se complica más.

-Si –respondió Harry dejándose caer en la cama.

-Pero hay algo mas –dijo Remus mirando a Harry.

-¿Algo más?

-Si cachorro... todavía hay algo que te molesta, mis años como auror me lo dicen –dijo Remus sonriendo-, ¿Qué pasa?

-Pues... –respondió Harry alzándose de hombros- a pesar de que Malfoy es una de las personas más horribles que conozco...

-¿Horrible?

-Si... ya te lo había dicho, es ególatra, presumido, odioso, elitista, torpe, idiota... claro, no se compara a un Greyback o a una Umbridge, pero aun así es un soberano zopenco.

-¿Y el punto era? –exclamó Remus alzando una ceja.

-¡Ah sí, perdón!... –respondió Harry sentándose de nuevo- a pesar de todo... pues...

-Crees que es una víctima de las circunstancias –completó Remus.

-Si... –respondió Harry exhalando un suspiro- es muy difícil verlo como tal cuando hablas con él ya que es una persona muy difícil, pero... pero sí, creo que es una víctima de todo esto, aunque te aclaro que no lo creo lo suficientemente inocente, tampoco soy tan tarado... pero creo que no ha tenido muchas opciones y que cuando menos debió tener un juicio justo antes de enviarlo a Azkaban.

-Bueno Harry, -dijo Remus alzando los hombros- lo que importa es que por ahora está aquí, ya veremos cómo avanzan las cosas.

-El veredicto del Wizengamont es irrevocable... –protestó Harry- ¿Qué se supone que harán cuando sepan esto?

-No lo sé Harry... pero no creas que no me preocupa, llevo un par de días pensándolo.

-Pero...

-Mira –interrumpió Remus- veamos cómo marchan las cosas, démosle tiempo al tiempo.

-De acuerdo –respondió Harry no muy convencido- no hay de otra ¿verdad?

-Por el momento no.

Remus salió de ahí dejándolo igual de preocupado, pero con los pensamientos más claros, intentaría no hacer enojar tanto a Draco aunque bien sabia que el rubio no pondría mucho de su parte; aun así se acostó no sintiéndose bien del todo al sentir que algo se le estaba pasando.

________________________________________________________________________________

Cuando Harry despertó, lo hizo de golpe mirando automáticamente el reloj y recordando lo que había olvidado.

-¡Rayos! –murmuró aventando de golpe las mantas y poniéndose sus pantuflas para en cuestión de minutos estar en la cocina revolviendo la alacena.

-Las galletas de soda... ¿Cómo pude olvidarlas?

Minutos después se dirigió a la habitación de Draco dándose cuenta en cuanto llegó, que el día anterior no la había cerrado con llave; entró y su vista se encontró con una habitación en semi penumbras debido a la luz que provenía de la puerta abierta del baño dándose cuenta con esto que Draco no estaba en su cama; entró rápidamente al baño para encontrarse una escena nada digna de un Malfoy.

Draco estaba dormido en el suelo junto al inodoro, con la cabeza recargada en su brazo sobre la tapa cerrada del baño y el cabello suelto desparramado en la cara; su pijama color violeta con rayas amarillas apenas dejaban ver sus pies, uno con un calcetín a medio salir y el otro con el talón al revés; meneando la cabeza de un lado a otro, Harry se hincó junto a él sacudiéndolo suavemente de un hombro.

-Malfoy... Malfoy despierta.

-¿mmm?... –gimió Draco haciendo gestos.

-Despierta ¿te sientes mal?

-¿Cómo? –preguntó Draco enderezándose y tallándose los ojos.

-Son las cinco de la mañana ¿te quedaste aquí toda la noche?

-Claro... –respondió Draco poniéndose una mano en la boca al tiempo que cerraba los ojos- me encanta dormir junto al inodoro como las cucarachas.

Harry rodó los ojos antes de responder:

-Regresa a la cama, el piso está muy frío –Draco ya no contestó, apenas tuvo tiempo de levantar la tapa del baño y comenzar a vomitar ante la mirada preocupada de Harry- mira... –dijo el moreno después de unos momentos- te traje galletas.

Draco le dio un manotazo al paquete de galletas mandándolas al suelo sin siquiera poder hablar debido a las arcadas; preguntándose en cómo pudo pensar en "victima" al desgraciado cretino que tenía en frente, Harry apretó los labios y recogió el paquete diciendo:

-Son galletas saladas, el medimago dice que disminuirán las nauseas.

Draco no contestó sino hasta después de unos minutos.

-¿Por qué...? ¿Por qué siento tantas nauseas si tengo el estomago vacío? –preguntó el rubio recargándose en la pared- en cuanto te fuiste ayer, vomité todo...

-¿Por qué no me llamaste para que te trajera mas comida?

-¿Comida?... el solo olor de la comida me da asco –dijo Draco mirándolo.

-Toma –dijo Harry abriendo el paquete de galletas y sacando una.

-No quiero... –respondió Draco bajando la tapa del inodoro para recargar su frente en sus brazos cruzados.

-Vamos, te hará sentir mejor –insistió Harry acercándole la galleta.

-Me duele el estomago –gruñó Draco encogiéndose en su lugar.

-Es por el esfuerzo y porque lo tienes vacío, come la galleta.

-No quiero... –gimió Draco haciendo un gesto de dolor.

-Vamos, no seas necio... –dijo Harry acercándola más- bueno, para empezar volvamos a la habitación –añadió levantándose y tomándolo de un brazo.

Draco se levantó dejándose conducir por Harry hasta la cama, en donde se sentó sintiéndose tembloroso.

-Toma –dijo Harry sentándose junto a él- cómela... y no digas que no quieres –añadió al verlo arrugar el ceño.

Draco estiró la mano para tomar la galleta, mano que atrapó Harry para examinarla y encendió la luz; la mano del chico estaba muy pálida y fría, le miró el rostro y lo notó más pálido de lo normal, le tocó la frente ante la sorpresa del rubio diciendo:

-Estas sudando frío... te sientes mal ¿verdad?

-No –musitó Draco.

-Llamaré al medimago –dijo Harry soltándola y poniéndose de pie.

-¡No! –exclamó Draco agarrándole la mano- ¡no lo llames!

-Te ves mal, vendré enseguida. 

-Harry, por favor...

"¿Harry?"

-Malfoy... –exclamó  sorprendido.

-No lo llames... –dijo Draco sin soltarle la mano- me comeré las galletas, pero no quiero que venga.

-Malfoy, te ves muy mal.

-Por favor... –dijo  sintiendo un nudo en la garganta- rayos... –gimió odiándose por no poder controlar sus emociones- Potter... ¿podrías dejarme solo? –añadió  cerrando los ojos con fuerza.

-No puedo hacer eso... 

-Con un demonio, Potter... –exclamó  con voz temblorosa- no quiero hacer una escena frente a ti, suficientemente ridículo me siento ya... ¿simplemente no puedes irte?... deja las malditas galletas y vete de una buena vez.

Harry suspiró, era obvio que no podía hacer eso, sentía que tenía que llamar al medimago, pero también sabía que eso ponía mal a Draco.

-¿Qué pasa? –preguntó Remus desde la puerta.

-Genial... –pensó Draco sintiendo con rabia como las lagrimas comenzaban a escurrir por sus mejillas.

-Creo que Malfoy está mal –Respondió Harry con expresión preocupada.

-¿Qué tiene? –preguntó Remus vestido también con bata y pantuflas acercándose al rubio.

-Nada –balbuceó Draco.

-Esta muy pálido... –exclamó Harry- en verdad tiene mal semblante, tal vez si deberíamos llamar al medimago.

-Tal vez no –respondió Remus sentándose junto a Draco que lo miró desdeñosamente.

-¿Qué tanto me mira? –gruñó Draco entre hipidos.

-Toma, come esto –dijo Remus sacando una tableta de chocolate del bolsillo de su bata.

Draco la miró como si estuviera apuntándole con un puñal.

-Vamos Malfoy, no seas idiota –dijo Harry molesto al ver como su amigo era desdeñado- no te va a envenenar.

-Calma Harry –exclamó Remus sonriendo a la vez que quitaba parte de la envoltura al chocolate y le rompía un trozo para llevárselo a la boca- yo también detesto a los medimagos ¿sabes? –dijo Remus mirando a Draco- mi padre me llevó a muchos cuando de niño me mordió Greyback... ese tipo odiaba a mi padre y me mordió para vengarse de él... todos me miraban como si yo fuese una bomba a punto de estallar, a final de cuentas ninguno me ayudó, solo el genio de tu padrino lo logró... ese Severus era un prodigio en pociones, después me regaló la fórmula para poder hacerla yo mismo; algo que se me dificultó mucho, pero tras muchos intentos fallidos al fin lo logré.

-¿Y ahora que sigue? –exclamó Draco sorbiendo la nariz- ¿va a hablarme de su mascota muerta?

-No –respondió Remus muy lejos de molestarse y sin dejar de comer el chocolate- solo quiero que sepas que aunque parezca lo contrario, sé lo horrible que son los medimagos.

-Pues cuando me obligó a que ese tipo me revisara, no lo parecía –dijo Draco ya con los ojos rojos.

-Solo me gustaría que entendieras que no lo hago por el mero gusto de molestarte.

-¿Entonces lo llamo? –preguntó Harry nervioso provocando que Draco le lanzara dagas por los ojos.

-No –dijo finamente Remus haciendo que Draco lo mirara sorprendido- Creo que solo esta hipoglucémico.

-Eso es baja de azúcar ¿cierto? –dijo Harry.

-Si –respondió Remus para luego mirar a Draco- eso le pasa a cualquiera que ayuna demasiado, si quieres sentirte mejor, come un poco de chocolate.

Draco miró receloso el chocolate que Remus le ofrecía, hasta que al fin lo tomó cortándole un trozo.

-Recuéstate –dijo Remus poniéndose de pie- descansa un poco y Harry vendrá a verte en unos minutos a ver cómo te sientes ¿de acuerdo?

Draco solo se alzó de hombros en señal de respuesta mientras los dos aurores salían de la habitación.

-¡Rayos! –exclamó Harry molesto bajando las escaleras por detrás de Remus quien se dirigió directamente a la cocina.

-¿Qué pasa?

-Me pone nervioso... siento que en cualquier momento le va a dar un sincope o algo... además es difícil tratarlo bien, se que dije que me parecía una víctima, pero es una víctima idiota, esta todo loco.

-Compréndelo Harry.

-¡Pero somos amables!... además no le hago nada y se pone... pues se pone a llorar, me hace sentir incomodo, no sé cómo comportarme... digo, si fuera una chica tal vez sabría cómo hablarle pero... ¡es Malfoy!

-¿Quieres café?

-Si, gracias.

-Mira... –dijo Remus llenando una tetera con agua- cuando Draco Malfoy y tu se conocieron, él tenía todo... tenía fortuna, tenía influencias, reconocimiento, tenía padres, tenía todo... ahora se vuelven a encontrar, él ya no tiene nada de eso, ya no tiene dinero, posición, prestigio y seguramente es huérfano de ambos padres aunque él no lo sepa; ahora que se vuelven a encontrar, se ha encontrado de cara con su pasado... tu representas todo lo que él ya no es y ya no tiene... tú, el pobre huérfano, te encuentras en una posición de poder encima de él, y eso para alguien como Draco Malfoy no es nada fácil... y eso no es todo, esta su condición física.

-¿Su embarazo?

-Si... mira Harry, yo he aprendido mucho desde que estoy casado y no pretendo darte lecciones de biología, pero he entendido muchas cosas desde que estoy con Tonks.

-Adelante Remus, de todos modos no tenemos ninguna prisa –dijo Harry sacando unas tazas de la alacena.

-Cuando Tonks se embarazó de Teddy, muchas veces me pregunté si la mujer que tenía enfrente en realidad no era el mismísimo Voldemort disfrazado.

-¿Y eso? –preguntó Harry riendo.

-No pasa siempre, con Molly todo fue muy tranquilo por lo que contó Arthur, había veces en que ni siquiera se sentía embarazada, pero con Tonks fue una etapa muy difícil... a veces se enojaba por el simple hecho de que una mosca pasaba volando por su nariz o rompía en llanto porque los gnomos del jardín le enseñaban los dientes... y qué decir cuando está en sus días, pareciera que la etapa lunar la padeciera ella, el medimago dice que todo es debido a la gran cantidad de hormonas que segrega su cuerpo.

-¡No inventes! –exclamó Harry riendo.

-Las mujeres son muy fuertes, Harry... a veces pienso que ellas dominarían al mundo si no fueran bombardeadas hormonalmente cada mes, y en el embarazo es peor... yo sinceramente prefiero enfrentarme a una docena de mortífagos yo solo, a vivir un parto... la sola idea me pone los pelos de punta, y si las mujeres que ya lo tienen asimilado, algunas lo pasan muy mal, ahora imagínate a Malfoy, de quien su cuerpo no tiene ni puta idea de lo que está pasando recibir tal descarga hormonal, pues esta para que se tire de cabeza por la ventana... lo bueno es que su habitación no tiene.

-Rayos... –respondió Harry rascándose la cabeza- ha de ser horrible no poder controlar tu cuerpo.

-Si –dijo Remus sirviendo el agua caliente en las tazas- se paciente Harry, todo se complica porque el carácter de Draco ya era difícil, y si le sumamos que quien lo vigila y lo cuida es un hombre lobo, los cuales detesta; su tío, a quien no puede ni ver, y a ti, su condiscípulo, pues...

-Si, lo entiendo –respondió Harry endulzando su café-, sumare más kilos de paciencia a los que ya tenía.

-Mandare pedir té de jengibre, eso le hacía bien a Tonks.

-Gracias, ahora le llevare un poco de té de menta.

-Ese también es bueno.

Después de preparar lo necesario, Harry salió de la cocina no sin antes decirle a Remus:

-Gracias.

-¿Por qué?

-Por ayudarme a aclarar mis pensamientos.

-Para eso estoy cachorro, cuando quieras hablar cuenta conmigo.

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Cuando Harry entró a la habitación, encontró a Draco recostado de lado en la cama con los ojos cerrados.

-¿Duermes?

-No –respondió Draco abriendo los ojos-, ¿llamaran al medimago?

-No –dijo Harry sentándose en la silla.

-¿Por qué insistes en molestarme? –preguntó Draco mirándolo fijamente.

-¿Cómo? –preguntó Harry sin entender.

-Querías llamar al medimago, insististe mucho... quieres que tipo me humille de nuevo ¿verdad?

-¡Por Dios, Malfoy! –exclamó Harry rodando los ojos y exhalando un suspiro.

-No puedes negarlo Potter... –dijo  sentándose- estas vengándote de todas las que les hice en la escuela.

-Solo tú podrías ser tan infantil para imaginar semejante estupidez –respondió Harry negando con la cabeza.

-¿Y entonces porque más?... ¿Por qué estas preocupado por mi?... ¡espera! –exclamó  de repente frunciendo el ceño- ¡tú!

-¿Yo qué?

-¡Me tienes lástima! –respondió Draco sorprendido.

-¿Lastima?... claro que no –respondió Harry sintiéndose de cierta manera pillado.

-Si... maldito seas Potter, no soy un perro callejero al que le curas la pata o le arrojas un hueso –exclamó Draco dejándose caer.

-Eres un veneno emocional Malfoy, matas cualquier tipo de buena intención que uno pudiese tener para contigo.

-¿Buena intención? –repitió Draco metiéndose en las mantas- me detestas Potter, al menos ten la decencia de aceptarlo.

Harry torció la boca y exhalo un suspiro, entonces miró a Draco diciendo:

-Te propongo un trato.

-¿Me propones algo?... ¿y qué tipo de trato podemos hacer tu y yo?

-Una tregua... –dijo Harry alzando los hombros- es molesto pelear todo el tiempo, ¿Qué te parece si dejamos de agredirnos cada que nos vemos? Creo que a ti te sentaría muy bien.

Draco abrió la boca listo para replicar, pero al momento la cerró pensando que después de todo la idea no resultaba tan descabellada.

-¿No intentaras llamar al medimago solo para desquitarte?

-Si lo hice fue porque te veías muy mal, no para molestarte.

-Aun así...

-Malfoy, te ofrecí una tregua, no la libertad, así que no te pongas tan quisquilloso y no pongas tantas condiciones que tampoco estas en posición de negociar.

Draco torció la boca sabiendo que Harry tenía razón, por lo que simplemente se encogió de hombros haciendo un gesto despectivo.

-De acuerdo.

-Bien, entonces comenzaremos con las galletas que te traje, tenlas a la mano, pueden ayudarte con las nauseas.

-De acuerdo –respondió encogiéndose de hombros otra vez.

-No estás tirándome de a loco ¿verdad? –exclamó  alzando una ceja.

-No Potter, no estoy tirándote de a loco –respondió Draco rodando los ojos.

-Bueno... ¿y ya te sientes mejor?

-Si, el hombre lobo tenía razón.

-El hombre lobo tiene nombre.

-¿No que íbamos a hacer una tregua? –exclamó Draco con el ceño fruncido.

-Precisamente por eso llámalo por su nombre, el trato es de parte de los dos, no solo mío.

-Está bien –masculló  entre dientes.

-¿Qué quieres desayunar?

-¿Desayunar? –exclamó Draco torciendo la boca- no quiero...

-Estas pálido, Malfoy... –interrumpió Harry- tus labios y tus manos están igual, todo es síntoma de tu anemia, pareces fantasma.

-Pero es que...

-Te sientes muy cansado ¿verdad?

-Si, pero...

-Todo es por lo mismo.

-Pero yo...

-Ya veremos qué hacemos con tus ascos.

-¡Con un demonio, déjame hablar! –gritó Draco sentándose de golpe.

-Habla pues –dijo Harry cruzándose de brazos.

-Está bien, desayunaré.

-¿Pero?

-Pero no quiero huevo, no quiero pollo, no quiero carne ni pescado, las cremas me dan asco; tampoco quiero jugo de calabaza, está excesivamente dulce y sabe muy feo; tampoco me traigas nada de embutidos, como jamón y esas cosas, están muy salados y saben horrible, tampoco prepares nada con aceite, se me pega al paladar y me dan ganas de vomitar.

-¿No se te antojan unas rebanadas de aire mejor? –interrumpió  alzando una ceja- digo, si quieres las podemos aderezar con una salsa de "nada" para que te sepan más rico.

-Que gracioso ¿me puedo reír ya? –respondió Draco sonriendo sarcástico.

-Malfoy, todo te da asco ¿de qué quieres vivir entonces?

-¡Ay yo no sé! –gimió  dejándose caer en la cama y escondiendo la cara en la almohada.

-Por todos los cielos... –pensó Harry quitándose las gafas y pasándose una mano por la cara- es más fácil hacer tragar una medicina amarga a Teddy que hacer comer a Malfoy- Malfoy escucha... voy a traerte una ensalada de tomate y miel.

-¿Tomate y miel? -repitió Draco alzando la cara.

Harry no pudo evitar sonreír al verle la expresión de anhelo, por lo que el rubio replicó molesto:

-¿Estas riéndote de mí?

-No, claro que no... es solo que... bueno ¿Cómo puede gustarte eso? ¿en serio sabe bien?

-Bueno... –respondió Draco sentándose de nuevo- yo sé que es raro, de hecho nunca lo había comido así, es solo que... emm... desde hace un par de meses se me antoja comer eso.

-¿Y solo comes eso?

-Claro que no, intento comer otras cosas, pero tan solo el olor de la comida hace que se me revuelva el estomago –respondió  de manera tan franca que sorprendió a Harry- también me han dado esas píldoras de hierro y calcio, pero la verdad es que nunca me han gustado y hasta ahora no las he tomado, las detesto.

Harry lo miró pensativo antes de preguntar:

-¿Quién te las daba?

-¿Cómo?

-Las píldoras... ¿Quién te las daba?

Draco lo miró sorprendido, luego apretó los labios endureciendo su expresión mientras respondía:

-Nadie.

-Vamos Malfoy, tal vez no sepas que pasó en tu cuerpo, pero es claro que ese bebé no lo hiciste tu solo.

-¿Y a ti qué demonios te importa con quien lo hice? –exclamó Draco enfurecido- no tengo porque hablarte de mi vida privada... el que tu pregones a los cuatro vientos que te encanta coger con la hermana de la comadreja es tu problema, vete con ella, ten muchos hijitos y a mi déjame en paz.

-Yo me acuesto con hombres, Malfoy... –exclamó Harry con expresión seria- y para tu información ella se llama Ginny y es mi amiga, así que por favor ten más respeto cuando hables de ella -Si Draco se quedó callado, no fue por la forma en que le había hablado Harry, sino por lo que este había dicho- Voy por tu comida –concluyó  con gesto adusto mientras se levantaba y salía de la habitación.

A los veinte minutos Harry regresó; Draco ya se había puesto su sudadera y esperaba sentado a un lado de la cama, justo en frente de la silla en donde se sentaría Harry; vio en silencio como el joven auror colocaba la charola en el mueble que tenía al lado y se sentaba en la silla con los brazos cruzados.

Tomó la jarra de miel y comenzó a bañar los tomates, luego puso el plato en sus piernas y comenzó a comer ante el silencio de Harry.

-mmm... –gimio Draco con delicia.

-¿En serio te gusta eso? 

-Ya te dije que si... ¿al rato comeré esto de nuevo?

-Puede ser.

-¿Cómo que puede ser?

-Con una condición.

-Te la pasas poniendo condiciones –respondió  llevándose a la boca una rodaja de tomate bañado con miel.

-Te traeré lo mismo si te tomas las píldoras.

-Olvídalo, no hay trato –respondió Draco muy quitado de la pena.

Harry negó con la cabeza y prefirió no discutir más por el momento, hasta que después de unos minutos Draco rompió el silencio.

-¿Es cierto?

-¿Es cierto, que?

-¿Qué te van los chicos? –preguntó Draco chupándose un dedo lleno de miel.

-Ah, eso... si ¿y? –respondió  alzándose de hombros.

-Vaya... siempre te imaginé emparentado con los Weasley y viviendo felices comiendo perdices.

-¿Y qué me dices de ti?... siempre pensé que terminarías con Parkinson y ahora sales con que traes premio.

-Bueno, tal vez solo nadé en una piscina pública ¿no?

-Claro, y chocaste con el pene de un tipo ¿no? –respondió Harry imitando el tono burlón de Draco, quien sin dejar de comer solo torció la boca.

-Que vulgar eres.

-Yo no fui quien habló de hacerlo en una alberca pública, Malfoy... como si tú visitaras albercas públicas  ¿Qué ya no te alcanza ni para un buen hotel?

-Hablábamos de ti, no de mi –respondió  tratando de disimular la molestia que le causo el comentario.

-¿Ah sí?... –exclamó  riendo- ¿y en qué momento acordamos eso?

-¿Ocultas algo?

-Para nada, todo mundo sabe que las chicas no me van.

-¿En serio? –exclamó Draco sorprendido.

-Si, ¿es que no lees los diarios?

-Tan arrogante como siempre Potter... por si no lo sabes, no me la paso al pendiente de cualquier noticia tuya.

-Yo más bien veo que si no te alcanza para comprar el diario, mucho menos para pagar el hotel.

-¡Dijiste que no ibas a molestarme! –exclamó Draco apretando su cubierto como si quisiera estrangularlo.

-Tu empiezas y no te aguantas, no me cuentas nada de tu vida pero bien que quieres saber de la mía.

-Bueno, déjame preguntarte y luego tú me preguntas a mí ¿de acuerdo?

-¿En serio?

-Claro.

-Bien ¿Qué quieres saber?

-¿Cuándo descubriste que te gustaban los chicos?

-Cuando estaba a punto de terminar el colegio, las chicas no me llamaban la atención como ellos.

-Ya veo... ¿y has tenido pareja?

-Pues claro, aunque no lo creas no soy un tarado ingenuo.

-¿Y has follado? –preguntó Draco sonriendo.

-Para nada, nos la pasamos tomados de la mano y mirándonos a los ojos –respondió Harry sarcástico.

-¿Y qué te gusta más? –Preguntó  divertido- ¿dar o que te den?

-¿Tu qué crees, Malfoy? –preguntó a su vez Harry inclinándose para mirarlo más de cerca sin descruzar ni la pierna ni los brazos.

-Pues... yo creo... –respondió Draco con el tenedor en sus labios mirándolo con ojo crítico- que te gusta estar abajo.

-Pues sí, también me gusta estar abajo... –respondió  sonriendo levemente- pero no precisamente recibiendo.

-¿mmm?

-Me gusta penetrar, Malfoy... –dijo  acercándose más sintiendo como Draco se alejaba un poco de él- me gusta que sean ellos quienes me reciban a mí.

-¡Vaya! –exclamó Draco alzando las cejas- ¿Quién lo diría de San Potter?... y dime ¿tienes pareja actualmente?

-No, no tengo tiempo para eso –respondió Harry enderezándose de nuevo.

-Estas muy ocupado vigilando mortífagos ¿verdad? –dijo Draco bostezando.

-Así es ¿y que me cuentas de ti?... ¿tu pareja actual es el padre de tu bebé?

-Tengo sueño, creo que dormiré un rato –dijo  subiéndose a la cama.

-¡Oye, no me has contestado!

-¿Y?

-¡¿Cómo que "y"!?... ¡hicimos un trato!

-¿Y desde cuando confías en un Malfoy? –respondió  acomodándose entre las mantas- te dije que me podías preguntar, no que iba a contestarte.

-Eres un zoquete –exclamó Harry enfurruñado saliendo de la habitación.

Pero Draco no se durmió en cuanto quedó solo... ¿cómo hacerlo cuando sentía que el corazón se le partía en dos?.... o ¿Cómo hablar de algo que consideraba su mayor y más maravilloso secreto?

-Roger...

Y su mente comenzó a divagar, a recordar momentos que ya consideraba olvidados.


Flash back

-¡Draco! –gritó Lucius en medio del barullo dentro del castillo de Hogwarts.

-¡Papá! –respondió  corriendo hacia su padre pasando por en medio del polvo y de cuerpos inertes- ¿¡donde esta mamá?!

-Afuera esperándonos –dijo Lucius tomando del brazo a su hijo y saliendo rápidamente de ahí.

-¿A dónde vamos?

-Lejos de aquí –respondió  ante la mirada asombrada de su hijo por su rostro golpeado y su ropa hecha jirones.

-Papá...

-Ahora no Draco, solo salgamos de aquí.

Cuando padre e hijo llegaron al bosque prohibido, se adentraron en el caminando sigilosamente.

-Narcisa... –exclamó Lucius cautelosamente- puedes salir, ya llegamos.

-Que bueno, ya me estaba impacientando –exclamó Greyback saliendo de entre los arboles con Narcisa del brazo.  

 

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Notas finales:

SIGUE LA CONTI!!!


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