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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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Notas del capitulo:

HOLIS HOLIS!!!

YO AQUI DE NUEVO CON NUEVOS CAPITULOS, QUE ESPERO LES GUSTEN, Y SI ES ASI, PUES QUE ME LO HAGAN SABER!!! ^^

BESOS Y FELIZ AÑO!!!

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            -¿Vas a decirme de una puta vez que diablos está pasando?

 

            Draco lo vio con ojos muy abiertos sintiendo su estomago estrujarse al ver al moreno con la clara intención de no irse de ahí sin averiguar de una vez por todas que estaba sucediendo.

            -Yo… eee… nada –balbuceó el rubio sintiéndose estúpido por su absurda respuesta.

            -¿Cómo que nada?

            -Si, nada –dijo Draco levantándose lo más rápido que pudo y dirigiéndose al lavabo para enjuagar su boca- ¿Qué te hace pensar que tengo algo?

            -Traes cara de empachado todo el tiempo ¿y dices que no tienes nada? –Exclamó Harry yendo tras él cuando salió del baño- además estas adelgazando de nuevo, no me la creo que comas antes de que lleguemos.

            -¿Puedes dejar de atosigarme todo el tiempo? –Dijo Draco volviéndose hacia él- ¡me asfixias!

            -¿¡Y tú crees que me gusta andar atrás de ti como tu maldita niñera?!

            -¡Pues no lo hagas, nadie te lo pidió!

            -¡Pues pareciera que lo pides a gritos!

            -¿¡Cómo te atreves?!... ¡eso es mentira!

            -Sé que tratas de demostrar lo contrario… -dijo Harry tratando de contenerse y bajar su tono de voz- y yo te apoyo en eso pero...

            -Pues no parece –interrumpió el rubio yendo a calmar al pequeño que había comenzado a lloriquear debido al griterío- la verdad es que me crees un inútil, no confías en mi.

            -Eso es porque tú no eres sincero.

            Draco se volvió a mirarlo con furia, pues esas palabras le golpearon la cara como una bofetada.

            -No has ido a un solo chequeo con el señor Jackson desde que saliste del hospital.

            -Y no iré.

            -Tienes mal semblante, te sientes mal ¿acaso crees que estoy tan ciego para no darme cuenta de que algo te pasa?

            -Estoy bien ¿Por qué no lo entiendes? –respondio Draco dándole una sonaja al pequeño, que ya se había calmado y solo lo miraba muy atento.

            -Draco… -dijo Harry tomándolo de un brazo y dándole la vuelta ante el asombro de éste- ¿Qué sucede?

            -Ya te dije que nada.

            -No te creo.

            -Pues muy tu problema –respondio Draco intentando soltarse- suéltame.

            -No hasta que me digas la verdad.

            -No soy tu maldito prisionero ¡así que suéltame! –gritó Draco intentando soltarse de nuevo, solo que en ese momento, un mareo lo hizo trastabillar siendo sujetado por Harry.

            -¡Draco!

            Draco no respondio, solo se sintió abrazado por Harry antes de sumirse en una completa obscuridad.

 

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            Cuando despertó, el semblante preocupado de Harry fue lo primero que vio.

            -¿Cómo te sientes? –preguntó el moreno sentado en la cama junto a él.

            -mmm…

            -Ya llamé al señor Jackson, llegará en veinte minutos.

            -¿¡Qué?!... ¿y para que lo llamaste? –respondio Draco intentando espabilarse.

            -No para saber cómo esta vestido, seguramente.

            -Estoy bien –dijo el rubio sentándose.

            -¿Bien?... ¿y ese desmayo, qué?

            Draco torció la boca, si decía que estaba cansado, quedaría como un idiota por empeñarse en tener ese empleo y si decía que nada, quedaría igual de idiota por ser más que obvio que eso era mentira.

            -Es por tu trabajo ¿verdad? –Exclamó Harry levantándose molesto- trabajas demasiado.

            -No es así.

            -Todos los días regresas con cara de muerto ¿crees que no me doy cuenta?... el que no te lo diga es otra cosa.

            -¡No es mi trabajo!

            -¿Y entonces que es?

            -Ya te dije que nada.

            -Bueno, de todos modos el señor Jackson vendrá.

            Draco exhaló un suspiro de exasperación, tarde o temprano Harry se enteraría.

            -No es necesario que venga, yo… yo ya sé que tengo.

            -¿Ah sí, señor medimago? ¿Y qué es? –preguntó Harry sarcástico conteniéndose las ganas de darle un zape.

            Draco se frotó la cara con ambas manos, pues decir lo que tenía que decir no era nada sencillo.

            -Mira… -comenzó bajando los pies al suelo- no sé cómo pasó… o más bien si sé, es solo que no sé cómo pudo pasar… por lo tanto, pues…

            -Draco, no te estoy entendiendo una maldita palabra.

            -¡Pues déjame hablar!

            -¡No te estoy tapando la boca!

            Draco volvió a quedarse callado para exasperación de Harry.

            -Yo…

            Harry iba a volver a protestar por el titubeo de Draco, fue entonces que se dio cuenta de su expresión angustiada al quedarse callado.

            -Draco… -dijo acercándose a él y sentándose a su lado- ¿Qué sucede?

            -Harry…

            -¿Alguien te hizo algo, fuiste atacado?

            -No.

            -¿Seguro?... si alguien te está molestando, yo…

            -¡Que no es eso, con un demonio!

            Harry se quedó callado dejando que siguiera hablando.

            -Yo… mira, sé que esto no debería haber sucedido, pero sucedió y yo…

            -Draco –interrumpió Harry- estas comenzando con el final.

            -Ah… sí, es cierto.

            -Solo dilo, tranquilo.

            -¿Tranquilo?... aja, si, como no –pensó Draco sintiendo las manos sudorosas.

            -¿Quieres un té o un café?

            -No, me dan asco.

            -¿Asco? –Repitió Harry frunciendo el ceño- ¿y desde cuando…?

            -Harry –interrumpió Draco suavemente- yo… creo que… estoy… estoy…

            -¿Estas? –repitió Harry tratando de animarlo.

            -Harry…

            Harry suspiró haciendo acopio de paciencia al oír su nombre por enésima vez.

            -Harry, yo… creo que estoy esperando… otro… otro…

            -¿Otro, qué?... ¿trabajo?

            -¡No!

            -¿Entonces?

            -Otro… otro bebé –soltó al fin Draco sintiendo que dictaba otra sentencia sobre sí.

            Harry se le quedó mirando fijamente por unos instantes ante el desespero de Draco, quien solamente atinó a mirar al frente.

            -¿Otro… bebé? –repitió Harry después de unos interminables segundos.

            Draco se volvió a mirarlo y lo encontró viéndolo con expresión de quien acaba de ver a un elefante en tutú bailando ballet.

            -Si, otro bebé... hice unas pruebas caseras y… bueno, todas salieron positivas.

            -¿Otro bebé?

            -¡Si, otro bebé! ¿¡Quieres dejar de repetirlo y quitar esa cara de idiota?!

            Harry pareció reaccionar ante las palabras de Draco  e intentó pensar con claridad, algo que evidentemente no pudo.

            -Pero… ¿cómo?... es decir… ¿Cómo?

            -Tuvimos sexo, los niños se hacen cuando los padres cogen ¿no lo sabías? –exclamó Draco poniéndose de pie.

            -Ya lo sé, a lo que me refiero es que ¿no se suponía que el hechizo ya había cumplido su propósito?

            -Eso pensé yo, pero evidentemente no es así.

            -¿Estás seguro?

            -Sí, lo estoy –dijo Draco caminando con actitud impaciente.

            -Otro bebé… -musitó Harry haciendo que Draco rodara los ojos y volteara a verlo para decirle que se callara, sin embargo lo que vio lo dejó con la boca abierta.

            -¡Estas sonriendo!

            -¿Eh?

            -¡Que estas sonriendo!

            -Yo no estoy sonriendo –respondio Harry a la defensiva.

            -¡Lo hiciste,  yo te vi!

            -Pues viste mal… en todo caso ¿sería algo malo?

            -¡Claro que sería algo malo! ¿¡Que no te das cuenta?!

            Harry abrió la boca para contestar, sin embargo solo pudo gesticular con las manos sin encontrar nada que decir.

            -Por supuesto que no… -dijo Draco sarcástico mientras se cruzaba de brazos- no puedes ver que esto me friega la vida otra vez.

            -¡Un hijo nunca te friega la vida!

            -¡Porque tú no los cargas!

            -¿Estás diciendo que Harry te fregó la vida?

            -Yo nunca dije eso y lo sabes.

            -No, ya no lo sé con eso que has dicho.

            -Sufrí mucho físicamente Harry, tú lo viste.

            -¿Entonces qué piensas hacer?... ¿deshacerte de ese bebé?

            -yo nunca haría eso… -dijo Draco con amargura.

            -Y yo tampoco te dejaría.

            Draco abrió tremendos ojos al escucharlo.

            -¿Qué diablos significa eso? ¿Qué tengo que pedirte permiso, acaso?

            -Es mi hijo también ¿no?

            -Eso no significa que….

            -¿Qué deba defender su vida? –Interrumpió Harry poniéndose de pie- yo nunca he entendido a las mujeres que abortan sin consultar con el padre; dicen que es su cuerpo… y si, es cierto, pero si esos niños no cuentan con su propia madre para defenderlos, su padre debería hacerlo ¿no crees?

            Draco se le quedó viendo fijamente sin decir nada; las palabras de Harry le habían dolido en el alma y no porque no tuviera razón, sino porque el moreno había dado por hecho que él se desharía del bebé.

            -En este caso no hablo de una mujer, sino de ti.

            -¿En serio?... no me había dado cuenta.

            -Escucha Draco…

            -No, escucha tú –interrumpió el rubio clavándole un dedo en el pecho- No me conoces… en todo este maldito tiempo no me has llegado a conocer ni un poco.

            -¿A qué te refieres?

            -¿Y lo preguntas? –dijo Draco dejando traslucir la tristeza que lo invadía poco a poco.

            -Pues disculpa si no entiendo.

            Draco bajo la cara y miró el suelo por varios segundos antes de darle la espalda y caminar lentamente hacia la cuna.

            -Yo nunca me desharía de él –dijo al fin mirando a su bebé dormitar- tú crees que soy un idiota… -añadió girándose a verlo.

            -Claro que no.

            -Si, lo crees –dijo Draco sintiendo una opresión en el pecho- crees que no he aprendido nada en todo este tiempo, que el nacimiento de mi hijo prácticamente no me dejó ninguna enseñanza.

            Para ese momento, Harry comenzó a intuir que de algún modo había cometido un error.

            -Con mi hijo aprendí que la vida es sagrada… -continuó Draco odiándose por sentir que un nudo se le formaba en la garganta- creí que lo sabías.

            -Y lo sé… -respondio Harry dándose cuenta de su error.

            -No, no lo sabes… crees que soy el mismo que cayó en las manos de Roger.

            -No es así.

            -Déjame solo.

            -Draco… -Musitó Harry sintiéndose fatal al ver los ojos grises anegarse de lagrimas.

            -Vete por favor.

            -Draco, déjame hablar…

            -¡Largo de aquí! –gritó el rubio provocando que el pequeño despertara sobresaltado y comenzara a llorar.

            Harry se mordió un labio y salió de ahí dejando a Draco consolado al bebé.

 

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            -Buenos días señor Jackson –saludó Harry al medimago  cuando éste salió de su chimenea.

            -Buenos días Harry.

            -Lamento molestarlo tan temprano.

            -No te preocupes, para eso estoy ¿Qué sucedió?

            Invitándole a sentarse, Harry comenzó a hablar.

            -Parece que Draco está embarazado otra vez… o gestando, o como se diga –explicó Harry manoteando al aire.

            -Vaya… -exclamó el señor Jackson recargándose en el respaldo del sofá.

            -No parece muy sorprendido.

            -La verdad no, de hecho…

            -¿De hecho, qué? –preguntó Harry entrecerrando los ojos al verlo quedarse callado.

            -Ahora que recuerdo, una vez estuve a punto de decirles que el hechizo de Draco seguía activo, pero que no había anotado eso en el expediente médico que le entregué al sanador Miller para evitar que quisieran estudiarlo también, sin embargo nunca pensé que esto pudiese pasar de nuevo.

            -Exacto ¿pero cómo pasó?... bueno… ya sabe a qué me refiero –añadió Harry sonrojándose.

            -Sí, lo sé –respondio el medimago sonriendo.

            -Cuando me encontré con Roger la primera vez, el dijo que tuvo que preparar su cuerpo para lograr que Draco concibiera ¿Cómo es que entonces yo lo hice concebir de nuevo?... según todo esto, él complementó el hechizo de Draco, y es más que obvio que yo no hice eso.

            -Pues sí, es muy interesante todo esto, pero desde hace tiempo desarrollé una teoría, y es que Roger preparó su cuerpo para concebir a un varón específicamente ¿te imaginas a Voldemort encarnado en una niña?

            -Ni pensarlo.

            -¿Y qué piensa Draco de todo esto?

            Harry exhalo un profundo suspiro antes de recargarse en el sofá.

            -Creo que eso dice mucho –exclamó el señor Jackson.

            -Creo que cometí un error con él, pensé que intentaría deshacerse del bebé y no es así… pero la verdad al ver su actitud no pude pensar otra cosa.

            -O sea que no está contento.

            -Para nada.

            -Era de esperarse, sufrió mucho física y mentalmente con el pequeño.

            -Yo pensé que querría deshacerse de su hijo… de mi hijo.

            El señor Jackson vio el rostro de Harry transformarse conforme pronunciaba las últimas palabras otra vez.

            -Estas feliz ¿no? –dijo sonriendo levemente, a lo que Harry respondio enderezándose en su lugar.

            -Es que yo nunca imaginé… bueno, nunca pensé que… ¡Dios, un hijo de la persona que amo!

            El señor Jackson no pudo evitar sonreír más abiertamente al ver la actitud entusiasta del auror.

            -Te entiendo perfectamente, así me puse yo cuando mi esposa me comunicó su primer embarazo… y los demás también por supuesto.

            -Pero él está enojado… más que eso, esta frustrado.

            -Bueno, no lo puedes culpar.

            -¿Sabía que trabaja?

            -¿En serio? ¿Y quién le dio empleo?... digo, sus antecedentes no le ayudan para nada.

            -Ajá y precisamente por eso se consiguió un trabajo de mierda, todos los días lo veo cada vez mas agotado.

            -Su familia era muy adinerada ¿no?

            -Usted lo dijo, su familia, no él; eran sus padres los que tenían acceso a las bóvedas en Gringotts, además los múltiples negocios que Lucius Malfoy tenía, fueron cerrados conforme pasaba el tiempo y sus propiedades vendidas; deducimos que por él mismo cuando estaba desaparecido, cuando no sabíamos que era prisionero, pues no pudimos ubicarlo usando esas compraventas; ahora ya sabemos que estaban desplumándolos.

            -De manera que esos negocios ya no produjeron dinero.

            -Exacto, nuestras investigaciones apuntan a que solo tiene lo que hay en las bóvedas de Gringotts, asumiendo claro, que no lo hayan obligado a vaciarlas… ¡ah, y Malfoy Manor también! Aunque esa propiedad esta clausurada y déjeme decirle que va para largo.

            -Así que entonces no tiene ni en que caerse muerto.

            -No me agrada decirlo así, pues tiene mi apoyo, pero si… no tiene dinero propio –concluyó Harry con desaliento.

            -Bueno, bueno… primero hay que dictaminar si en verdad está gestando otra vez –dijo el señor Jackson poniéndose de pie- ¿me indicas el camino, por favor?

            -Claro.

 

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            Cuando Draco escuchó que alguien tocaba a su puerta, dedujo que seguramente sería el medimago, por lo que se frotó la cara varias veces antes de abrir.

            -Buenos días –saludó el medimago amigablemente.

            Draco ni siquiera respondio, simplemente se dio la vuelta y se sentó en la cama.

            -¿Y tú qué haces aquí? –preguntó a Harry cuando lo vio entrar.

            -Pues yo…

            -Esto no te incumbe.

            Harry estuvo a punto de protestar cuando vio la mirada significativa del señor Jackson.

            -Bien, estaré en la sala –concluyó ceñudo saliendo de ahí.

            -Bueno, ya estamos solos –dijo el medimago al ver a Harry cerrar la puerta tras él- ¿y bien?

            -¡Oh! –Gimió Draco dejándose caer de espaldas en la cama- estoy jodido… malditamente jodido…

            -¿Por qué no primero te reviso?... aunque no imaginaba lo que me acaba de contar Harry, así que ¿Por qué no me dejas pedir algunos instrumentos por lechuza?

            -¡No, se van a enterar! –exclamó Draco levantándose en sus codos.

            -Es sábado y mi asistente es mi hija, así que será rápido y discreto, pues no le diré para quien es todo eso.

            -Pues ya que… -musitó Draco acostándose de nuevo en tanto el señor Jackson salía de la habitación  a pedir sus cosas.

            -¿Cómo es que estas tan seguro de estar gestando otra vez? –dijo el medimago en cuanto regresó.

            -Tengo los mismos síntomas… aunque me siento mucho más cansado que la primera vez.

            -Tengo entendido que estás trabajando.

            -Si, volver a usar mi magia de esa manera me agota.

            -¿Y porque no dejas de trabajar?

            -Porque es mío… es algo que he conseguido por mí mismo, no creo que me entienda.

            -Eso es lo de menos, lo primero es tu salud, levántate, comenzaré a revisarte.

            -¿Por qué nadie me entiende? –refunfuñó Draco sentándose.

            -¿Sabes que es lo que creo? –Respondio el medimago mientras le hacía varios pases de varita- que pasaste años convencido que no le importabas a nadie, que ahora te cae de peso que alguien cuide de ti de forma tan sobreprotectora.

            -Pues no lo sé, simplemente detesto que crean que soy un inútil.

            -No creo que piensen eso de ti.

            -¡Oh genial! ¿Y cuando adquirió el don de la clarividencia?

            -Solo digo lo obvio –respondio el medimago sonriendo mientras le sacaba sangre - ¿Qué otros síntomas tienes?

            Antes de que pudiese responder, tocaron a la puerta haciendo que el anciano se levantara a abrirla.

            -Llegó esto –dijo Harry dándole un maletín.

            -Gracias.

            Cuando nuevamente quedaron solos, Draco lo vio sacar la ya familiar pantalla y colocarla en un mueble junto a la cama.

            -Me hice muchos test de embarazo y todos salieron positivos –dijo Draco con los hombros caídos mientras el hombre sacaba un tubo de gel.

            -La fecha de embarazo se calcula desde el primer día de la ultima menstruación, por lo tanto, cuando la madre se entera del embarazo, se considera que el feto tiene ya cinco semanas.

            -Espere, déjeme buscar mi calendario para ver la fecha exacta de mi menstruación –masculló Draco enojado.

            -¿Por qué eres tan impaciente? –Exclamo el medimago destapando el tubo- recuéstate, solo te explico lo que sucede con una mujer.

            -Pues yo no soy una mujer.

            -Esto lo hago para decirte lo que podemos o no podemos ver en esta ecografía, pues si tienes menos de cuatro semanas no se podrá ver nada, y no podemos calcularlo con las veces que hayas tenido relaciones, pues no hay menstruación en la que basarnos.

            Draco ya no dijo nada, pero su rostro sonrojado de vergüenza dijo suficiente.

            -Descúbrete el vientre.

            El rubio fijó la vista en la pantalla en cuanto el medimago pasó su varita sobre él.

            -Rayos… -musitó en cuanto un rápido golpeteo comenzó a escucharse- eso es... su corazón ¿cierto?

            -Cierto… mmm… veamos…

           Draco vio al medimago señalar una mancha blanca con un puntito negro en el centro.

           -Aquí lo tenemos… si, tienes más de cuatro semanas por lo que puedo calcular.

           El chico exhalo un profundo suspiro mientras fijaba la vista al techo, pues la pequeñísima esperanza de que todo fuese un error, finalmente se había esfumado.

           -Bien, veamos cuánto mide… mmm… el embrión mide 4.5 milímetros, esto es aproximadamente seis semanas.

            Draco abrió la boca sorprendido, pues el tiempo dicho por el medimago concordaba a la perfección.

            -¡Fue la última vez! –Pensó sorprendido- maldita sea…

            -¿Cuándo fue la última vez que tuviste relaciones? –pregunto el señor Jackson sacando una carpeta y una pluma.

            -No otra vez, no más preguntas vergonzosas –gimió Draco poniendo sus manos en su frente.

            -No lo pregunto por morbosidad o por molestarte, es para tener una referencia en cuanto a su concepción, pues como tú no menstruas, no tenemos una fecha base; además, con el pequeño Harry adivinamos su tiempo de concebido gracias a su crecimiento aunque era de talla pequeña, por eso necesito saber…

            -Mes y medio aproximadamente –interrumpió Draco sin quitarse las manos de la frente.

            -mmm… mes y medio… -musito el medimago anotándolo en su expediente.

 

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