Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

[Reviews - 516]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

.

 

 

            -¿Pero como sucedió? –Dijo de pronto Draco volviéndose a verlo- es decir… ya sé cómo, a lo que me refiero es que se supone que el hechizo ya cumplió su cometido ¿no?

            -En realidad este hechizo no fue hecho con el fin de quitártelo después, pues seguramente pensaban que estarías muerto al final de todo, así que ¿para qué tomarse la molestia?

            -Pues sí, pero… no entiendo cómo pudo pasar.

            -La verdad yo tampoco, lo que sí es muy cierto es que estas con múltiples hechizos encima, era algo más que obvio que esto no podría pasar sin más ni más ¿no lo crees?

            -¡Se supone que las malditas enfermedades que me cargo son las consecuencias!... ¡no el que pueda engendrar nuevamente!

            -Mira, hace tiempo, cuando estabas en San Mungo, yo iba a decirles algo –dijo el anciano con gesto grave.

            -¿Qué sucede?

            -Sobre los hechizos que tienes encima… no puse eso específicamente en tu expediente, solo anoté las consecuencias.

            -¿Por qué?

            -Porque si lo hacía, no te iban a dejar salir tan fácilmente, los medimagos que trabajan para el ministerio estaban sobre ti… sé que falté a mi ética, pero…

            El viejo medimago se quedo en silencio siendo observado por Draco durante segundos, hasta que finalmente el rubio musitó:

            -Gracias.

            -De nada… como sea se darán cuenta ahora ¿no crees? –respondio el hombre sonriendo cansadamente.

            -¿Cree que suceda algo malo?

            -No habría porque, en todo caso no hay que preocuparse por eso, lo primordial ahora es tu salud.

            -No quiero pasar por esto de nuevo… -gimoteó Draco dramáticamente mientras el señor Jackson rodaba los ojos y comenzaba a guardar su pantalla.

            -Con la sangre que te saqué, sabré como vas de poción en tu organismo y otras cosillas… siéntate por favor.

            Cuando el rubio obedeció, el medimago lo observo fijamente unos segundos.

            -Estás ojeroso… te calculo un par de kilos menos sin necesidad de ver tu registro anterior.

            -Es que no me da nada de hambre, todo me da asco otra vez.

            -Volveremos a los complementos vitamínicos.

            -¡No quiero píldoras!

            -Nunca las tomaste, todo se te daba en jarabes.

            -Rayos…

            -Mi recomendación por ahora es que dejes ese trabajo, estas usando mucha magia y eso no lo hiciste la vez pasada, eso sin contar que no sabemos si esta gestación va a ser igual.

            -Pero no quiero dejar lo que tanto trabajo me ha costado –musito Draco bajando las piernas al suelo.

            -Yo no te puedo ordenar nada, solo puedo darte indicaciones; aun así espero que uses el sentido común –respondio el medimago sacando un vasito de plástico- ya sabes que hay que hacer.

            -¡Diablos! –refunfuñó el rubio tomando con rudeza el vasito y dirigiéndose al baño.

 

_______________________________________________________________________________________.

 

            -Bueno días –exclamó Sirius bajando a la sala vestido con pijama y bata de dormir- ya me hacía falta un descanso, ya llevo días trabajando los fines de semana.

            -mmm… -masculló Harry sin prestarle mucha atención a su padrino, quien inmediatamente intuyó algo raro.

            -¿Qué sucede?... ¿y el diario?

            -Está ahí.

            -Gracias –respondio Sirius tomándolo y desplomándose en el sofá, al lado de su ahijado.

            -Tal parece que Draco está esperando otro bebé –soltó sin más ni más el moreno haciendo que Sirius lo mirara boquiabierto con un gesto divertido al mismo tiempo.

            -¿¡Qué?!

            -No es gracioso Sirius, no sé porque te ríes.

            -¡Harry, metiste gol!

            -¿De dónde sacaste esa expresión tan muggle? –respondio Harry sonriendo sin poder evitarlo.

            -De un squib que me vende cigarrillos de hierba, muy expresiva ¿no?

            Por toda respuesta, Harry rodó los ojos mientras exhalaba un suspiro.

            -¿Estás seguro? –preguntó el auror dejando el periódico a un lado y mirando a su ahijado.

            -Bueno… falta que el señor Jackson lo confirme, pero todo parece indicar que sí.

            Sirius lo observó durante unos segundos antes de decir:

            -Estas feliz ¿cierto?

            Harry se levantó mientras gesticulaba exageradamente con las manos.

            -¡Es que nunca me lo esperé! ¿¡Puedes creerlo?!... ¡un hijo mío!

            -¿Y Draco que dice?

            La sonrisa de Harry comenzó a borrarse mientras se sentaba de nuevo.

            -La idea no le agradó en lo absoluto, es más, salimos de pleito.

            -¿Ustedes?... qué raro –respondio Sirius tomando de nuevo el diario.

            En eso, unos pasos provenientes de las escaleras los hicieron levantar la vista.

            -Buenos días –saludó el medimago a Sirius, quien respondio con un gesto de cabeza.

            -¿Y bien? –preguntó Harry poniéndose de pie tratando de no parecer tan ansioso… algo en lo que por cierto, fracasó.

            -Pues sí, hay otro bebé en camino.

            La alegría del chico fue tan evidente, que los dos hombres mayores no pudieron evitar hacer lo mismo.

            -Felicidades –exclamó Sirius palmeándole la espalda.

            -Gracias.

            -Esto no deja de ser raro –dijo entonces el medimago- pero me alegra ver que al menos alguien está feliz.

            Ante estas palabras, Harry retornó a su rostro serio mientras preguntaba:

            -Está furioso ¿verdad?

            -Sí.

            -Lo imagino –dijo Harry sentándose de nuevo siendo imitado por los dos hombres.

            -Ya llevo muestras de sangre y orina, su tensión arterial está un poco alta y le cambié el medicamento pues con su nueva condición, el tratamiento va a cambiar; y hay algo que me preocupa y me temo no es algo nuevo para ti.

            -¿Qué es?

            -Está bajando de peso.

            -Si, ya lo había notado –respondio Harry con desaliento.

            -Además estuvo usando mucha magia en estas semanas, no me extraña que este agotado.

            -Ya le dije que no trabaje, pero no me hace caso.

            -Pues tú sabrás como lo convences, pero vamos a tratar este embarazo como si fuera el primero, esto no es común y no solo por haber tratado ya uno con anterioridad podemos dar por sentado el tratamiento a seguir.

            -Sí, lo sé.

-Por cierto, el producto tiene seis semanas aproximadamente.

            Harry ocultó muy bien la impresión que le causó escuchar la fecha de concepción, pues recordaba perfectamente las condiciones en que se dio.

            -Me voy, regresaré mañana con los resultados.

            -Gracias –dijo Harry dándole la mano- y ahora un tema nuevo, sus honorarios.

            -¿Qué te parece si voy enviándote todo eso cada semana?

            -Me parece bien, se lo agradezco.

            Sin más, el medimago se fue de ahí dejando a Harry sumido en sus pensamientos.

            -No deseo estar en tus zapatos, cachorro –exclamó Sirius levantándose y dirigiéndose a la cocina- creo que sería más fácil tratar con una banshee menopáusica, que con la criatura furibunda que esta allá arriba.

            -Y que lo digas –respondio Harry dirigiéndose a las escaleras.

 

______________________________________________________________________________________.

 

            Cuando Draco escuchó los toquidos en la puerta, simplemente se recostó sin siquiera contestar, con la esperanza de que quien estaba del otro lado se fuera, algo que evidentemente no le funcionó cuando una cabeza morena se asomó.

            -¿Puedo pasar?

            -Ya lo hiciste ¿no?

            Harry entró cerrando con cuidado tras él y se dirigió a la silla en donde había estado el medimago.

            -Oye, lamento mucho lo hace rato, me equivoqué y lo reconozco.

            -Ya no importa… -respondio Draco sentándose- de todos modos las cosas ya son así, estoy… bueno, gestando otra vez y nada de lo que digamos lo cambiará.

            -El señor Jackson traerá mañana los resultados de tus análisis.

            Draco respondio alzando los hombros y quedándose callado.

            -Oye… recomendó que dejaras de trabajar.

            -¡¿Otra vez con lo mismo?! –respondió Draco dando una fuerte palmada al colchón.

            -Es por tu bien, no por gusto.

            -¡Pues no lo haré! –Exclamó Draco levantándose furioso y dirigiéndose al baño- ¡y no iré a comer a casa de los Weasley!

            Harry solo respingó con el tremendo portazo que el rubio dio al cerrar la puerta tras él.

            Ninguno fue a comer a casa de los Weasley, dando por excusa que Draco estaba resfriado; el día siguiente, el rubio solo salió de su habitación para ir por unos bocadillos que Harry dudó seriamente que en verdad haya comido.

            -Draco… -dijo el moreno esa noche, antes de dormir- por favor, reconsidera lo de ir mañana a trabajar.

            -Ya dije mi última palabra –respondio el rubio doblando la ropa que usaría al día siguiente- y te agradecería mucho que respetaras mi decisión.

            Exhalando un suspiro de exasperación, Harry salió de ahí siendo él ahora quien diera el portazo.

 

______________________________________________________________________________________.

 

            Eran las 6:15 am del lunes y Draco ya estaba sobre el inodoro con una crisis de arcadas que lo dejó con la frente perlada de sudor.

            -Oh Dios… -musitó con el cabello rubio pegado a su frente.

            Fue entonces que unas manos se lo recogieron hacia atrás evitando que se embarrara mas con su vomito.

            -Tranquilo… -susurró Harry pasándole una toalla por la frente secándole el sudor.

            Se le hizo un nudo en la garganta al sentir el gentil y reconfortante toque, algo que llevaba necesitando hacía muchos días.

            -Harry… -balbuceó tomando la toalla para limpiarse la boca.

            -Te traeré unas galletas de soda para que se te asiente el estomago ¿vale?

            Miró los hermosos ojos verdes que lo miraban atento y finalmente soltó lo que llevaba deseando decir desde  hacía varios días y que su enorme orgullo le había impedido hacerlo.

            -No quiero ir a trabajar…

            -¿mmm?

            -Que no quiero ir a trabajar… -repitió sintiendo dos lagrimones escapar de sus ojos grises- e-es un tra-trabajo horrible y me siento exhausto... –añadió el rubio entre incontrolables hipidos y gimoteos haciendo que Harry rodara los ojos y exclamará con la misma actitud de quien ha explicado algo mil veces.

            -¡Pues no vayas!

            -¡E-es q-que…! ¡Es que… m-me com-comprometí c-con… conmigo… mis-mismo!... ¡y… y…y…!

            -Shhh… ya, está bien cariño, tranquilo –exclamó Harry envolviéndolo en sus brazos, algo que termino por derrumbar a Draco, el cual solo se encogió en el pecho del moreno dejándose reconfortar.

            Pasaron así un par de minutos antes de que nuevas arcadas sacudieran a Draco haciéndolo inclinarse en el baño otra vez.

            -¿Ya? –preguntó Harry después de un rato recibiendo un asentimiento de cabeza por respuesta.

            Draco se lavó la boca y regresó a su cama sintiendo las piernas temblorosas, por lo que se acostó de nuevo siendo arropado por Harry.

            -Ya es hora del biberón –musitó sintiéndose muy cansado.

            -Duérmete, yo se lo daré

            -Pero vas a llegar tarde, ya sabes que Harry juega con él antes de bebérselo.

            -Tú no te preocupes por eso.

            -Harry… lamento no aportar nada a mis gastos, sé que con mi paga no ayudaba en nada, pero al menos ya compraba los pañales.

            -Descansa ya, deja de atormentarte con eso.

            -Es que… era muy importante para mí.

            Harry vio como los enrojecidos ojos se anegaban otra vez, por lo que dándole un besito en la frente, terminó de arroparlo.

            -Y yo lo entiendo, de verdad.

            -¿En serio?

            -Lo juro –exclamó el moreno solemne.

            Draco sonrió y cerró los ojos durmiéndose en cuestión de instantes; Harry entonces sacó al pequeño de la cuna, quien ya estaba muy despierto, le cambio el pañal y sentándose en la mecedora le dio a beber su biberón.

            -¿Harry? –Llamó suavemente Sirius abriendo la puerta- ¿todo bien?

            -Si, creo que llegaré tarde.

            -¿Se siente mal? –preguntó el auror entrando a la habitación cuidando de no hacer ruido.

            -Náuseas… aunque francamente yo lo veo… mmm… no sé…

            -¿Mas desmejorado que la vez anterior?

            -Exacto.

            -Si, a decir verdad yo también lo noté ¿y va a ir a trabajar?

            -No, finalmente acepto que no puede –respondio Harry exhalando un suspiro- y aunque eso me alivia mucho, me preocupa también.

            -¿Por qué?

            -Es que ese trabajo era muy importante para él… mira, no quiero parecer hipócrita diciendo que lamento que deje de trabajar, porque no es así, es solo que sus sentimientos me importan y mucho.

            -Lo sé Harry, no tienes que explicármelo, pero ya veremos más adelante que sucede, ese empleo no es el único, ya habrá otros.

            -Pues sí, eso sí.

            -Bueno, me voy.

            -Nos vemos al rato.

            Sirius hizo un cariñito al pequeño, quien le respondió saltando emocionado provocando una sonrisa en ambos adultos.

 

_________________________________________________________________________________________.

 

            -¿¡Draco gestando otra vez?! –exclamó Remus en su oficina.

            -Ajá… el cachorro no pierde tiempo ¿eh? –respondio Sirius recargado en el respaldo de la silla.

            -¡Vaya! Nunca lo esperé.

            -Y Draco mucho menos, esta que se tira de cabeza.

            -Lo imagino ¿y Harry como esta?

            -Feliz… el desgraciado muchacho no cabe en sí de alegría.

            -Ya… -respondio Remus sonriendo- él siempre ha querido una familia.

            -Estamos esperando los resultados de los análisis que el señor Jackson le hizo, aunque siendo sinceros Moony, el chico se ve realmente mal, y eso que apenas tiene unas semanas –concluyó Sirius ya con gesto serio.

            Remus solo torció la boca con preocupación, y antes de que pudiera responder, un avioncito de papel llegó volando hasta él.

            -El ministro quiere verme –dijo el licántropo después de leerlo- ya quiere que le recomiende a alguien para ocupar el puesto de jefe de aurores.

            -¿Le presentaste tu renuncia el viernes como habías dicho?

            -No, se la presente hace apenas una hora, pero como estaba ocupado, se la dejé con su secretaria, pues ha estado evitándome para que no se la entregue.

            -Pues ni hablar, ahora tendrá que recibirte.

            -¿Y tú, Padfoot?... ¿Qué has pensado?

            Sirius jugueteó distraídamente con una pluma en el escritorio antes de finalmente responder:

            -Ya te expliqué hace tiempo porque me hice auror ¿recuerdas?.. pues bien, no logré nada de lo que me motivó para entrar aquí, así que no vale la pena perder más mi tiempo, también me voy.

            -¿Ya tienes pensado que vas a hacer?

            -No, pero eso nunca me ha detenido.

            -Si lo sabré yo –respondió Remus sonriendo mientras se ponía de pie.

 

_____________________________________________________________________________________.

 

            Siendo ya casi las 9:00 am, Harry puso al pequeño de nuevo en su cuna al ver que Draco comenzaba a despertar.

            -mmm…

            -¿Ya mejor?

            -Rayos… -masculló Draco poniéndose una mano en los ojos- me duele la garganta.

            -Tu voz suena raro –dijo Harry colocándole una mano en la frente- creo que tienes fiebre.

            -¿Fiebre?... no la jodas.

            -Me parece que estás resfriado –concluyó el moreno viéndolo sentarse y recargarse en las almohadas.

            -Mierda… ¿Por qué todo me pasa a mí?

            -Le mandaré un mensaje al señor Jackson.

            Draco solo exhaló un suspiro de frustración mientras veía a Harry salir de la habitación.

 

______________________________________________________________________________________.

 

            -Vamos Remus, solo un par de meses más –suplicó el ministro Kingsley al auror, quien acompañado de Sirius, solo veían al hombre suplicar.

            -No puedo señor ministro, el puesto de profesor no va a esperarme por siempre, yo se lo había dicho.

            -¿Pero que son solo un par de meses más?

            -El profesor ya no va a posponer más su viaje, ya me avisó que solo estará aquí hasta fin de mes.

            El ministro se encorvó derrotado en su asiento viendo que nada de lo que pudiese decir convencerían al auror de desistir de su renuncia.

            -Pues ni hablar.

            -Genial, así de una vez le presento yo mi renuncia –exclamó Sirius desparramado en la silla haciendo al ministro atragantarse con su  propia saliva.

            -¿¡Q-que demonios..?!

            -Ajá, si mal no recuerda, yo también iba a…

            -¡Tú no te mueves de tu lugar! –bramó Kingsley haciendo que Sirius se quedara encogido en la silla- ¿¡estas demente o qué?!

            -Pero yo solo…

            -¡Esto parece una maldita conspiración!

            -Por supuesto que no es…

            -¡Me importa un rábano si no lo es! ¡De todos modos me joden la existencia!

            -Pero señor ministro –intervino Remus con aire conciliador- nuevo aurores están saliendo de la academia.

            -¡Tu lo has dicho, son novatos! ¡Chicos que solo se han enfrentado al peligro en sus prácticas!

            -Pues así salimos nosotros, señor ministro, nadie nace aprendiendo –dijo Sirius.

            -¡No me salgas con esas, Black, tú eres harina de otro costal!

            -Señor ministro… -exclamó Remus tratando de tranquilizar al furibundo hombre.

            -Tranquilo Remus, a ti ya te daba por perdido, esa es la verdad.

            -¿Y a mí no me creyó? –dijo Sirius frunciendo el ceño.

            -También a ti, es solo que esperaba que tú te quedaras un poco mas –respondió el ministro ya más tranquilo mientras se sentaba de nuevo para alivio de los dos aurores- Sirius… -añadió con un dejo de frustración en la voz- me quedan muy pocos aurores  con experiencia, tuvimos mucha bajas con lo de Voldemort y aunque nuevos chicos van saliendo de la academia, ya no tienen mentores que los guíen en la verdadera practica… quédate un poco más, en verdad te necesito.

 

.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).