Navidad
Nunca le había pasado algo así, por favor él era Tezuka, el capitán del equipo de Tenis de la Seigaku, una de las personas más pacientes y serenas del planeta, pero a pesar de todo eso, tenía que aceptarlo… estaba enojado.
Cómo había pasado exactamente, no estaba seguro, pero algo que sí sabía era de quien era la culpa… y la culpa era de Syusuke Fuji.
En unos pocos días iba a ser Navidad, el ambiente festivo se sentía bastante, eso a él nunca lo había incomodado, tampoco el frío, ni las chicas que lo esperaban debajo de los muérdagos, a quienes siempre las rechazaba educadamente. Pero ahora todo había cambiado, le fastidiaban los villancicos en las mañanas, el frío le congelaba los huesos y las chiquillas gritonas lo empezaban a exasperar.
Por eso a la salida, cuando estaba intentando irse lo más rápido a su cálido hogar, para poder dejar de oír villancicos, tomar chocolate caliente y especialmente no ver a nadie del género femenino, cuando una chica casi se le tira encima- literalmente -para hacer, nunca supo qué, no pudo hacer nada más que explotar. Ni siquiera llego a tocarlo, él la esquivo olímpicamente no sin antes dejarle claro las opciones inexistentes que tenia con él, de ahí se fue insultando a todo ser viviente del cual se acordara, ya de camino a su casa supo que no debía haber hecho eso, pero ya al otro día se disculparía, en ese momento quería disfrutar, por primera vez, esa sensación de cólera y sabía completamente de quien era la culpa, de él no por supuesto, sino de Syusuke Fuji.
Sí porque antes a él todas esas cosas no le importaban, pero la navidad pasada fue la primera navidad que pasaron juntos (como novios) y Tezuka había podido notar varias cosas como que:
-Todas las mañanas Fuji tarareaba villancicos de camino al colegio.
-El frío era una buena excusa para estar cogidos de las manos, o en el mejor caso, estar abrazados por más tiempo del necesario.
-Y los muérdagos eran una bendición, porque siempre estaban ahí y Fuji siempre estaba a su costado.
Y ahora todas esas cosas que antes no eran nada, y con él se volvieron maravillosas, ahora sin él eras desesperantes, porque cuando Fuji le dijo, hace una semana, que se iba a ir a pasar la navidad en la casa de un familiar e iba a estar ausente todo ese tiempo, pensó que iba a aguantar, porque era sólo unos 10 días y además, por más que quisiera pasar con él todos los días, la navidad era para esta con la familia.
Pero no fue así, porque el primer día sin él empezó a extrañar su voz, y en los otros días el frío lo hacía recordar sus abrazos y los muérdagos le decían que no podría probar sus labios, al menos no por unos días más, sí los primeros días fueron horribles, pensó que mientras más tiempo pasara sería mejor, pero no pudo haber estado más equivocado, cada vez lo extrañaba más, y a tan sólo dos días de Navidad había terminado explotando.
Se quedó parado mirando el cielo, genial lo que le faltaba, estaba empezando a nevar, ahora sí se iba a congelar, se abrazó intentando encontrar calor y apuró el pasó, tal vez si corría podría llegar no tan húmedo a su casa.
-Tss todo esto es tu culpa Fuji…
-¡Mitsu!- Y como invocado lo escuchó, pensó que se había vuelto loco pero al voltear y sentir un abrazo, un par de labios y un cuerpo que lo obligó a perder el equilibrio y caer en la nieve, se dio cuenta que era verdad, y no hubo necesidad de abrir los ojos, pues su calor, su olor, sus labios y hasta su forma de abrazar eran únicas. Estuvo ahí disfrutando de todo lo que tanto había extrañado hasta que se saciaron de sentir al otro, al menos por el momento.
-¿Qué haces aquí?
-No pude, pensé que iba a poder, pero te extrañaba demasiado, así que convencí a mi familia para que me dejara pasar la navidad contigo…
Se pararon y a pesar de lo feliz que estaba Tezuka no pudo evitar poner una pequeña mueca de preocupación.
-¿Qué pasa Mitsu?
-¿Tu familia… no se va a enojar, digo… conmigo?
-No te preocupes, la navidad es para pasarla con los seres queridos y yo amo a mi familia, pero esta quiero disfrutarla contigo, cierto… ¿No hay problema con que me quede en tu casa?
A Tezuka se le iluminó la cara de solo pensar en la posibilidad de pasar la Navidad con Fuji, y por toda respuesta lo que hizo fue abrazarlo y susurrarle un “Te quiero”.
Luego de eso fueron camino a la casa de Tezuka, en la cual Fuji se quedaría hasta que su familia volviera -ya habían coordinado con sus padres.
-Extrañaba esto.
-¿Qué?
-Esto- dijo Fuji señalando a sus manos cogidas.
-Yo también, no sabes cuánto.
Fuji tenía una sonrisa muy, suya, cuando se posó frente a Tezuka para ver muy bien sus reacciones al decirle- Ya me contaron lo que le hiciste a esa pobre chica, ¿Sabes que se quedó llorando?
Se empezó a reír bajito por la cara de sorpresa de Tezuka, el cual se sonrojo un poco y desvió la mirada.
-Todo es tu culpa, ¿Lo sabes?
-Sí, sí lo sé.
Los dos lo sabían, mientras se besaban, sabían que iba a ser difícil porque se estaban acostumbrando a eso, no sólo en Navidad, sabían que ya no se iban a poder separar el uno del otro… y, aunque en ese momento no lo supieran, no iba a ser necesario, porque no iban a separarse nunca más… ni siquiera cuando ya ninguno de los dos estuviera en esta tierra…
Fin
-.-.-Marinu8-.-.-